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RESUMEN FINAL ADULTOS

Asociación libre/regla fundamental: Técnica a través de la cual se lleva adelante el método


psicoanalítico fundado en 1900 con el concepto de inconsciente. Ésta se lleva a cabo cuando los
pacientes se comprometen a expresar cualquier ocurrencia, dejando de lado las críticas (no había
que sofocar aquello que era vergonzoso o indiferente). Es decir, debían expresar lo primero que se
le venía a la cabeza, los pacientes debían cumplir con esta regla fundamental durante el análisis
(se sostienen en esta regla). Esta técnica constituye una forma de acceso al inconsciente ya que
Freud nota que las ocurrencias no eran azarosas, sino que estaban determinadas por el
inconsciente, vinculadas a aquellas representaciones reprimidas, es decir, los pacientes no decían
cualquier cosa, sus ocurrencias tenían un sentido, eran una alusión a lo reprimido, suponían un
saber relacionado con lo inconsciente. A partir del despliegue de la cadena asociativa se va a
producir una verdad que es inconsciente.
Interpretación: método de descifrado, que apunta al develamiento de un ste reprimido; la
interpretación consistía (a partir de la fundación del psa) en el trabajo de desciframiento a través
de la asociación libre, de las ocurrencias.

Pulsión: Es un estímulo para lo psíquico, un estímulo que proviene del propio cuerpo. La
pulsión actúa como una fuerza constante presente en el interior del cuerpo, es una fuerza
que no puede eliminarse o reducirse, la huida de nada sirve contra ella, es una necesidad
que puede cancelarse a partir de la satisfacción.
Análisis psicoanalítico: Experiencia en la que irrumpe la transferencia. El psa despierta estas
mociones icc a través de la transferencia y las aprovecha para lograr la cura (x eso es
máximo auxiliador).
Represión: Uno de los 5 modos que tiene el aparato de defenderse de lo pulsional, de esa
fuerza constante que hace trabajar al aparato.
Neurosis narcisista: Ejemplos de estas son la psicosis, la paranoia, la esquizofrenia, la
melancolía. No pueden ser tratadas por el psa ya que no tienen capacidad de transferencia
que es un elemento esencial del análisis, son inmunes al tratamiento (aunque acá también
haya habido un conflicto entre el yo y la libido que llevó a la represión). Rechazan al
médico, pero no con hostilidad sino con indiferencia, por eso éste no puede influirlos, lo
que les dice no tiene impresión sobre ellos y por esa razón, no puedo establecerse en ellos
el mecanismo de curación que se implanta en aquellos que sufren las llamadas neurosis de
transferencia, es decir, la renovación del conflicto patógeno y la superación de la
resistencia de la represión.
Analizable: se trata de que aquello que se inicia con una presentación más bien
insoportable (angustia, pánico), después devenga en algo analizable, a partir de poder
ubicar al paciente (que se va convirtiendo en analizante) en la A.L e ir construyendo un
camino del icc a partir de sus propios dichos. Igualmente, hay otras presentaciones donde
lograr esto se vuelve mucho más difícil o directamente imposible. Síntomas que en muchos
casos son difíciles o imposibles de analizar (porque por ejemplo no remiten a nada).
Síntoma analítico: lograr que el síntoma se exprese en ese punto intermedio entre lo real y
lo simbólico como lo verdaderamente insoportable; que se despliegue en su relación con el
icc. Es el síntoma que nosotros queremos producir en análisis como condición necesaria
(pero no suficiente) para que haya análisis; aquel síntoma que se expresa como división
subjetiva cercana a la angustia, donde se experimenta el síntoma en su forma mas
dura/insoportable. La división subjetiva es condición necesaria pero no suficiente para que
haya análisis; pero sí es el primer movimiento para que haya análisis (encontrarse con ese
polo un poco mas real del síntoma, que moleste, encuentro con eso insoportable, y que
hace que uno tenga la necesidad/urgencia de tener que ocuparse de eso). Esto se ve
cuando el paciente sen angustia o se sorprende (caso Ana); se produce ese efecto.
Esto se trabaja en las entrevistas preliminares, el analista debe poner ahí el acento. La
referencia debe ser que el síntoma se exprese como división subjetiva, es decir, como
conflicto/desgarramiento/padecimiento/como algo que molesta, sorprenda, inquiete,
divida; síntoma que está al borde de la angustia. Igualmente, un inconveniente con el que
se puede encontrar el analista es con que el Yo quiera curar esa división subjetiva, al
incorporar al Yo (sintonía entre el síntoma y el Yo), lo cual genera que el paciente ni se
anoticie de su síntoma. Entonces, este es el primer movimiento, que, si todavía no se
produjo, el analista con su manera de escuchar, de preguntar, interrogar, señalar de una
forma interpretativa (no explicando, aconsejando) debe generar. El analista debe ir en
busca de esa forma de presentación del síntoma que es la división subjetiva. Entonces, para
que el síntoma hable, se exprese de manera menos camuflada (no tan en sintonía con el
Yo) hay que buscar que el paciente tome distancia del síntoma y le empiece a resultar
extraño. Que se exprese en un territorio distinto al del Yo (romper esa egosintonia) y que
sea el Ello.
Paciente-Analizante: son maneras de nombrar posiciones subjetivas distintas. Paciente es
aquel que padece, posición padeciente, en la que se sufre, posición más bien pasiva. Es mas
bien padeciente y pasivo al momento de tratar de encarar responsablemente que es lo que
le pasa y buscar/tomarse el trabajo de buscar las causas y las razones de eso.
El analizante (termino que Lacas introduce) sería quien hace una lectura/elaboración de lo
que ahí sucede. Cuando un paciente se convierte en analizante se empieza a curar, empieza
a tomar una posición mucho mas activa. Es alguien que cumple y admite la regla de juego
analítica, que quiere decir esforzarse y trabajar para asociar libremente y analizar su propio
síntoma/división subjetiva. El analista intenta producir este movimiento de entrada en el
trabajo analítico, promover la regla fundamental (es garante de esto). Es alguien que junto
con el analista se hace responsable del trabajo que hay que hacer para seguir esa huella y
ese camino icc y producir un cambio en el nivel de lo real. Es alguien que acepta las reglas
del juego y sigue la A.L. En este punto Lacan ubica un antes y un después porque el sujeto
ya no puede hacerse el distraído con lo que descubrió (que el campo del deseo icc existe).
Entrevistas preliminares: su función es que a partir de ellas el analista se haga una idea del
paciente, del caso, es decir, tener una idea de si va a haber o no caso. En este momento
conviene que el analista sea más activo, que pregunte que repregunte, que pida aclaración.
Y así hacerse una idea de si el caso es apto o no para el psa (si esa persona en ese
momento, tal como se presenta el síntoma en esas coordenadas y tal como formula la
demanda en ese momento es apta o no). Se trata de ver si es posible que se de ese pasaje
de paciente a analizante (que pueda empezar a aplicar la regla fundamental). Ver si esa
demanda o ese síntoma son analizables o no básicamente.
Dirección de la cura/camino del análisis: IMAGINARIO-SIMBÓLICO-REAL. La orientación del
análisis va de lo imaginario a lo simbólico y finalmente a lo real; se parte del Yo (lo imaginario, sus
ideales) hacia el síntoma (lo simbólico) y de allí hacia lo real. Un análisis consiste en ir en contra
la neurosis/posición neurótica. Posición que consiste en la del desconocimiento, que trata de
hacer la vista gorda y fortalecer su Yo para así no encontrarse con el padecimiento, con lo
sintomático o con la división subjetiva. Se trata de llevar al síntoma por la vía que se hasta el
borde de la angustia, hasta la división subjetiva. No se trata de angustiar al paciente, sino de
hacer aparecer esa división subjetiva que es necesaria para que el sujeto se haga
verdaderamente responsable de las causas y de las determinaciones de lo que le pasa (que
se pregunte por esas causas y razones). Es decir, buscar que al paciente le resulte casi
insoportable aquello que padece y que entonces sienta la necesidad de resolver. Es necesario
para poder abordar y trabajar con el síntoma que el sujeto se percate de él, que reconozca que lo
que le está pasando le pertenece. Se necesita una implicación causal del sujeto, que éste
advierta que hay una causa que le concierne y cuyo resultado es el síntoma
Se busca que uno con la palabra, pueda transformar algo de su realidad, de su relación
con el deseo. Introducir al paciente en el orden del deseo. Analista como causa del deseo,
de la división subjetiva (ese es el objetivo final y esto a veces viene acompañado de
angustia, pero la angustia no es lo q se busca como objetivo final).
Camino de la neurosis/formación del síntoma: desde la angustia, hacia el síntoma, hacia la
inhibición.

Fantasía: cumple la función de disimular al síntoma, de darle una presentación distinta/de


convertir al síntoma en un fenómeno de inhibición. Es decir, es otra forma de presentación
del síntoma que transforma la división subjetiva que podría acerca el síntoma a la angustia
en una forma de la inhibición. Entonces, para “acceder” a esto, es necesario atravesar la
fantasía/fantasma, hacer un desmontaje; que pierda un poco su consistencia y así aparezca
la división subjetiva con su señal de angustia. Se debe conmover algo de ese fantasma
porque si no el sujeto se queda en la fantasía, se queda dormido, inhibido, alejado del
acto. Justamente es el saber de las pulsiones el que hace que la represión se vaya
levantando y se pueda pasar al acto (satisfacción directa); pero para que esto pase el
neurótico tiene que estar dispuesto a perder la identidad que le provee la fantasía. El
análisis entonces apunta a ir acotando toda esa cuestión fantasiosa, que vayan cayendo las
diferentes fantasías (atravesamiento del fantasma: final de la cura); porque la cura es lograr
un sujeto capaz de actuar.
En la neurosis, las fantasías aparecen como aquello con lo que el sujeto intenta responde a
la pregunta por el deseo del Otro y por eso en la transferencia se reproducen los mismos
modos de respuesta, porque el analista encarna a ese Otro. Posición fantasmática que se
repite en distintos contextos y que viene al lugar del no quiere saber (de la falta del Otro).
Para acceder a las fantasías entonces tiene que haber una transferencia muy bien
establecida y se puede lograr a través de dicha actualización de la posición fantasmática en
la transferencia.
Deseo: función vital, es lo que mantiene vivo y en movimiento a nuestra existencia.
Operación fundamental de Lacan: leer y releer los conceptos y categorías clínicas de Freud,
a partir de los 3 registros (herramienta/instrumento). Abordaje lacaniano de las referencias
freudianas a partir de esto. Además de decir que el lenguaje es la condición del icc.

UNIDAD 1: DEL MÉTODO DE LA INTERPRETACIÓN (FREUD) AL MÉTODO


CLÍNICO (LACAN)
Psa: la clínica se presenta desde la perspectiva personal, interna, mayormente icc de quien
consulta. La objetividad de la posición del analista no se basa en la evidencia externa, sino en la
confianza dada a la palabra del paciente y al desarrollo de esa palabra, nunca antes escuchada, a
través de 2 métodos. Trabajamos la confrontación entre ambos métodos:
 MÉTODO FREUDIANO DE LA INTERPRETACIÓN: es un método que Freud explica en
su libro “La interpretación de los sueños”. En este método se trata de abrir, por vía
asociativa, todo lo que quiera y pueda decir el paciente. Es decir, este es un método en el
que la intervención (por parte del analista), ha de jugar con el absurdo, con lo incompleto,
con lo paradójico, con el sinsentido, buscando una reacción asociativa más amplia del
paciente. Es decir, que añada más ocurrencias por la vía de sus formaciones del icc, o una
reacción crítica e incluso correctiva respecto de la intervención del analista. Se trata de que
el analista pueda permitirse ensayar intervenciones y especialmente interpretaciones que
no tengan el carácter de construcciones teóricas, ni la finalidad de explicar, adoctrinar o
alcanzar un objetivo predeterminado. Que el analista pueda apelar al icc para ensayar un
decir parcial que difiere de la explicación sabia y del sentido común y que a veces es
sorprendente.
Esta libertad asociativa tanto del lado del paciente como del analista suele llevar a una
experiencia próxima a un verdadero diálogo entre 2 sujetos del icc, que no se
entienden, pero de todos modos se escuchan, porque reaccionar al decir del otro de
diversos modos.
Es así que en el texto “La interpretación de los sueños”, Freud tiene una pregunta de
investigación “¿qué se puede decir del sentido de los sueños?” y es así que en este texto
intentará demostrar que los sueños, al igual que las demás manifestaciones del icc,
son susceptibles de una interpretación. Es decir, interpretar un sueño significa darle su
sentido al sueño, su sentido icc a descifrar. Freud sostiene que el sueño posee
realmente un significado y que es posible realizar un procedimiento científico para
interpretarlo. Todo esto se dio porque Freud les pedía a sus pacientes que se
comprometan a comunicarle todas las ocurrencias y pensamientos que tuviesen sobre un
tema determinado y por esto le contaban sus sueños y así le enseñaron que un sueño
puede insertarse en el encadenamiento psíquico que ha de perseguirse retrocediendo en
el recuerdo a partir de una idea patológica. Entonces, de esta manera Freud sugirió tratar
a los sueños como a un síntoma y así aplicarles el método de la interpretación
elaborado para los síntomas.
Para llevar adelante este método de interpretación entonces, se necesita de cierta
preparación psíquica del enfermo, es decir, pedirle por un lado que intensifique su atención
para sus percepciones psíquicas y que además renuncie a la crítica de las formaciones del
pensamiento percibidas. Se le dice al paciente que el éxito del psa depende de que tome
diga todo lo que se le pasa por la cabeza, y que no quiera sofocar una ocurrencia por
considerarla sin importancia o que no viene al caso. No sofocar aquellas ocurrencias que al
parecer ascienden libremente; pensamientos involuntarios que suelen desatar la
resistencia más fuerte que pretende impedir que emerjan. Este método entonces lleva a
pensar que en diversas personas y en contextos diferencias el mismo contenido onírico
puede encubrir tmb un sentido diferente.
Entonces, Freud a partir de este método, difiere de las técnicas clásicas, ya que delega al
propio soñante el trabajo de interpretación; el intérprete mismo es el soñante. Es el
soñante mismo quien a partir de sus asociaciones, de las ocurrencias que le surgen en
relación a cada uno de los elementos del sueño, interpreta. Obvio que el analista puede
dar algun tipo de ayuda, al ocurrírsele a el tmb algo, que dice y eso dispara nuevas
asociaciones del analizante. Pero el intérprete último en un análisis es el soñante, el
paciente, padeciente, analizante.
Se trata de encontrar la verdad que puede estar en juego en ese sueño/formación del icc y
para eso se utiliza la técnica de la asociación libre (permite llevar a cabo el método psa), ya
que en la medida que el sujeto asocia crea las condiciones para que se produzca el
encuentro con aquello icc.
Posición ética freudiana: dar la palabra al paciente. Se trata de un dar generoso, abierto,
amplio, que supone una posición respecto de al testimonio de quien viene a hablar de su
síntoma; confianza en el testimonio del paciente/de quien padece.

 MÉTODO CLÍNICO: orientación que Lacan le da a la clínica; lectura que Lacan hace de las
referencias de Freud. Este método es sobre el que Lacan ha reflexionado en toda su
enseñanza y que consiste en poner al “analista en el banquillo” (interrogación sobre la
posición; eso dirige nuestra acción, ética). De acuerdo con este método el analista ya
no es libre, sino que debe dar cuenta de cuales fueron los efectos de sus intervenciones,
de aquellas que resultaron ser buenas y, sobre todo, de las no tan buenas pero eficaces en
tanto produjeron un efecto reactivo en el paciente. El analista entonces, si bien es libre a la
hora de interpretar/intervenir, debe dar cuenta de sus actos (y ahí ya no es tan libre); debe
dar cuenta de lo que pasó y de lo que no pasó (la supervisión, por ejemplo, es un espacio
de control donde el analista podría dar cuenta de esto). La clínica psa es interrogar al
psicoanalista y empujarlo a declarar sus razones, es decir, que dé cuenta de los
efectos que ha producido. Por lo tanto, la clínica está es retroactiva, está más en un
movimiento de regreso/retorno/lectura/revisión de lo que se ha hecho (interrogar todo
lo que Freud a hecho; en eso consiste la clínica psa). Es un camino de interrogación sobre
lo acontecido, sobre las secuencias de asociación-interpretación-asociación, que permiten
leer una eficacia.
Este efecto reactivo tiene que ver con reconocer esos momentos en los que el paciente
deja de ser tan paciente, y pasa a reaccionar con su síntoma, y hacer valer su
padecimiento al modo de una revuelta. Es decir, padece su síntoma, pero tmb reacciona
con él (muestra su desacuerdo con el Otro y luego, a lo largo del análisis muestra su
incoherencia y su desacuerdo consigo mismo; desacuerdo con sus pensamientos, con su
cuerpo, con su identidad, con su pertenencia familiar o social, proyecto de vida, pareja, con
su deseo y con su analista). Importa ver cómo reacciona y cómo se posiciona el paciente.

Método que tiene que ver con los 3 registros; la diferencia entre conocimiento y saber y el
icc como huella y camino del análisis. Hay una definición en 3 pasos de lo que es la clínica
psa:
La clínica es lo real en tanto que imposible de soportar: Lacan dirá que la clínica se
orienta por lo real (como aquello imposible de soportar). De esta manera es
que Lacan en su definición de clínica psa plantea que la finalidad de la clínica psa
es un real singular. Es decir, supone pensar que el camino y sobre todo el fin de
análisis como tal conlleva el atravesamiento del fantasma y el enfrentamiento con la
angustia proveniente de lo real; lo cual implica que el síntoma vaya de lo simbólico
a lo real y pueda expresarse y manifestarse como división subjetiva/como un goce
intolerable al que el sujeto permanece fijado. Como un conflicto que inquiete y
exponga al sujeto al borde de la experiencia de la división, de la angustia, y de este
modo, al umbral de la puerta del acto, para que así pueda ocupar una posición
diferente que no sea de padecimiento, sino de necesidad de resolver, de actuar, de
transformar algo de la relación con su deseo.
Este real es un real padecido, inmodificable, algo que nos atraviesa y no podemos
solucionar y resulta imposible de soportar; una posición de vida vacilante, inhibida,
pero que no se notaba que era imposible de soportar (porque el sujeto se
acomodaba a la existencia de esa manera). Pero que en determinado momento
(impulsado por el análisis), se agrava y allí es cuando el síntoma deviene imposible
de soportar. Lo real como imposible de soportar sucede cuando el síntoma se
revela sin ningún camuflaje y es desesperante, uno quiere terminar con eso. En la
clínica del psa entonces, se va a insistir en esto; ya que la clínica es una
elaboración de saber respecto sobre/del padecimiento. Esto quiere decir que algo
de esa afectación del pathos, el padecimiento, malestar, debe estar presente. La
clínica se orienta a acceder a ese nivel donde el padecimiento se vuelve
imposible de soportar.
El icc es la huella y camino por el saber que constituye (LO SIMBÓLICO): Lacan
justamente dirá que el camino para acceder a ese real y transformarlo, es el icc (es
la huella y el camino). Entendiendo al icc no como algo que ya existe, sino más
bien como un camino que hay que construir. Es decir, se supone que el camino que
debe seguir el analista para llevar al sujeto a la cura, es decir, al umbral de la
puerta del acto, es el saber icc. Al ser este el camino y la huella, el analista
entonces deberá ubicarse en la posición de sujeto supuesto saber y hacer entrar el
síntoma en el campo de lo analizable (llevar al síntoma de lo real a lo simbólico)
para así señalarle al sujeto la relación del síntoma con el saber icc y poner de
manifiesto toda su potencia analítica, con el fin de modificar el padecimiento y el
estado de insatisfacción propio del síntoma, marcando su elemento indivisible (de
lo simbólico a lo real). Todo eso ultimo para poder convocar y desplegar algo de la
relación del sujeto con el deseo, con la falta y rectificar la posición típicamente
neurótica de “no querer saber” acerca de las causas y las determinaciones del
deseo. Este es el camino, por el saber que constituye que permite llegar a lo
insoportable/lo incurable del síntoma.
De esta manera, al ser el icc la huella y el camino (al ser un saber icc, pero saber al
fin), hay que dejarse guiar por las asociaciones icc.
Que haya huella no significa que haya camino. Una huella es una marca, algo que
da cuenta que algo pasó ahí, pero todavía no indica un camino, una orientación.
Pero después el paciente puede ir situando distintas referencias significantes para
así ir encontrando la orientación del análisis.
Se hace un deber repudiar todo cuanto implica la idea de conocimiento (LO
IMAGINARIO; la ética): Se repudia toda la idea de conocimiento/comprensión, la
clínica psa es anticognitiva (no se trata de lo que uno toma cc), siempre se trata de
restituir la posición de sujeto cuyo objeto está perdido, y donde para nada el
analista opera desde el lugar de objeto que conoce, o que da a conocer a su
paciente las cosas objetivamente. Es decir, hacer clínica del psa implica que el
analista no debe tomar al paciente como objeto de su conocimiento (abordaje
desde la psicoterapia o la psiquiatría), ya que de este modo no permitiría ninguna
ganancia de saber que, de lugar a una transformación en relación al síntoma, no
permitiría cierta innovación genuina. El analista debe repudiar su autoconocimiento,
sus fantasías y toda su realidad construida, es decir, repudiar todo aquello que
pertenece al orden de lo imaginario. Esto es así porque la cura debe transcurrir
sobre el registro de lo simbólico, en el marco del saber, en tanto el conocimiento no
aporta nada que permita producir un cambio subjetivo (sino más bien una
degradación y ocultación del saber del icc). Esta posición de saber y no de
conocimiento tiene que ver con que el analista debe someterse estrictamente a las
posiciones subjetivas del paciente; así se llega a lo insoportable del síntoma
(destitución subjetiva). El analista escucha sin comprender y así se introduce en
el campo del síntoma. La escucha analítica es una escucha que deja advenir el
icc, que permite intervenir en la posición subjetiva del paciente.
Diferencia entre conocimiento y saber:
 CONOCIMIENTO: Está ligado al campo de lo imaginario y a la información
fácilmente accesible que podemos obtener del mundo y nos conduce a la
comprensión. Es lo que en la clínica psa hay que repudiar porque no aporta
nada que permite producir un cambio subjetivo.
 SABER: pertenece al campo de lo simbólico y se obtiene de la cadena de
stes, de las formaciones del icc y, por lo tanto, conduce al entendimiento. Se
produce en el análisis cuando el paciente se equivoca (equivocaciones del
lenguaje), cuando dice más de lo que quiere decir. Es lo que permite entrar
al campo analítico.

Lacan-Lombardi: la dirección de la cura y los principios de su poder- ¿Qué es


la clínica psa?
En la dirección de la cura y los principios de su poder, Lacan dará una organización de la cura, es
decir, dará ciertos elementos que permitirán ordenar y diferenciar diferentes planos del
tratamiento psa. Es así que organizará la dirección de la cura a partir de 3 nociones/ejes que
poseen diferentes grados de libertad: la política (donde el analista tendrá menos grado de
libertad), la táctica (donde el analista es absolutamente libre) y la estrategia (donde el analista es
menos libre que en la táctica; es la transferencia esto).
En el dispositivo analítico encontramos pagos que vienen del lado del paciente, pero tmb del lado
del analista. En relación al paciente, éste deberá pagar con palabras ya que, si entra en un
trabajo analítico, deberá cumplir la regla fundamental. Entonces, si obedece esto, deberá pagar
con palabras (con las dificultades de la palabra), ya que deberá decir lo que se le venga a la
mente, debe dejarse llevar y decir todo lo que se le pase por la cabeza, sin omisión. Además,
pagará con su dinero, con su presencia, etc. Sin embargo, el analista tmb deberá pagar:
 Con palabras: el analista paga con sus palabras si estas quedan elevadas al rango de la
interpretación, es decir, el analista no sabe qué es lo que sus palabras pueden generar en
el paciente. Igualmente, no paga con cualquier palabra, es decir, no paga con
explicaciones, con el saber de los libros, sino con algo que toca algo del orden del deseo
(no de la demanda). Es un decir que no es educativo, que no es demasiado explicito. Esto
está ligado a la táctica (es libre de interpretar como quiera y cuando quiera).
 Con su persona: presta su persona como soporte a los fenómenos singulares de la
transferencia. Es decir, paga con su persona al prestarse a los escenarios de la
transferencia. Pago imaginario. Siempre será tomado como objeto de las fantasías del
paciente, no puede salir de ese lugar, quiera o no queda sometido a las posiciones
subjetivas del analizante. Se relaciona con la estrategia.
 Con su juicio más íntimo: el analista ocupa un lugar vacío de subjetividad propiciando el
advenimiento del único sujeto que interesa en la experiencia analítica que es el analizante.
Tiene que ver con que el analista no sabe, desconoce a donde irá a parar ese análisis, cual
es su destino o hasta cuando se dará. No sabe bien a donde se dirigirá la experiencia que
está llevando adelante, no hay garantías, se desconoce el fin del proceso que su acto
autoriza. Puede tener mucha experiencia, formación, saber bastante, hacer un dx pero
nunca podrá prever del todo las consecuencias/efectos de tratar de ir a poner a prueba la
división subjetiva.

Al hablar de ESTRATEGIA, Lacan se está refiriendo a la transferencia (la introducción del


Otro). Para Freud la transferencia es un concepto indisociable del de repetición, en tanto la
transferencia es un fenómeno que se produce automáticamente, es decir, nada tiene que
hacer el analista para que se produzca porque siempre será tomado como objeto de las
fantasías del analizante (el partenaire del sujeto siempre queda localizado en el lugar de
objeto). En la misma línea Lacan dirá que la dinámica misma de la transferencia refutará la
intersubjetividad, ya que su mera existencia muestra que las relaciones entre un sujeto y
otro no son de sujeto a sujeto (sino sujeto-objeto). En este sentido es que en el campo de
la estrategia el analista no es del todo libre, ya que, queda tomado como objeto por el
fenómeno transferencial (pasividad); es colocado en un lugar del que no puede salir en
tanto no puede intervenir por fuera de ese lugar. Quiera o no el analista queda sometido a
las posiciones subjetivas del paciente y puede resistirse o no a esto. Sin embargo, si bien
no el libre del todo, puede maniobrar, es decir, se espera no solo que ocupe ese lugar al
que es destinado, sino que desde ese lugar opere/maniobre en transferencia
LA POLÍTICA refiere a la ética psicoanalítica/analítica, es decir, a una posición política
por parte del analista respecto al síntoma, al análisis. Donde el analista sin dudas dirige la
cura, pero no debe dirigir al paciente, es decir, el analista no lleva al paciente hacia ningún
ideal preestablecido, no se dirige a concebir un bien superior, no se orienta por la moral de
la época ni por lo que da sentido a su vida, sino que se orienta por lo real (como aquello
imposible de soportar). Entonces, la dirección de la cc queda excluida y se orienta por lo
real. De esta manera es que Lacan en su definición de clínica psa plantea que la finalidad
de la clínica psa es un real singular, y el camino para acceder a ese real es el icc (es la
huella y el camino). Entendiendo al icc no como algo que ya existe, sino más bien como un
camino que hay que construir. De este modo, esta posición política/ética por parte del
analista tendrá que ver con la apuesta por parte del mismo de poner el icc donde el icc no
está, es decir, hacerlo existir en acto (acto analítico). Se trata de introducir al paciente en el
campo del deseo icc, de llevar al síntoma al encuentro con el campo del deseo icc
para que se vuelva analizable. Para que esto suceda es necesario que el analista haga
aplicar al sujeto la regla analítica por excelencia/regla fundamental: la asociación libre
(analista es causa y garantía de la A.L). ¿Por qué? Porque la A.L es el ejercicio del icc en
acto, es decir, la apuesta por parte del analista de que el analizante tome la palabra por la
vía de la A.L es solidaria con hacer existir el icc porque hablar bajo dicho método es darle
lugar a esos significantes que se ocurren solos, es poner en el lugar de la verdad a las
equivocaciones del lenguaje (y eso es el icc para Lacan). Entonces, para Lacan el icc no
es algo que se dé de por sí, sino que es algo ético que el analizante debe suponer para así
llegar a algún lado.
Entonces, la dirección de la cura comienza por hacer aplicar al sujeto la regla
fundamental del psa. Ya que este es el trabajo del paciente que lo pone en el lugar de
analizante y es la posición que permite que haya análisis. La regla fundamental es la
regla de equivocación que hay que poner en juego desde el comienzo.

En relación a la TÁCTICA, en este punto el analista es absolutamente libre; con el material


que trae el analizante puede hacer lo que quiere. Es decir, Lacan ubica que el analista es
libre de intervenir como quiera sobre los decires del analizante (decires que se producen
en el trabajo de asociación libre) en tanto en sus intervenciones no hay ninguna verdad
sobre el paciente; éstas por sí mismas no importan (el ste es un elemento que en sí mismo
no significa nada), sino que lo que importa es lo que las mismas generan en el analizante.
En este sentido, una intervención analítica se vuelve una interpretación si tuvo efectos en
el analizante, si generó en él una función de apertura de su discurso, sino no significa
nada. De esta manera, lo que Lacan introduce, en contraposición con lo planteado por los
post-freudianos, es una lógica de la verdad (que tiene que ver con la ética analítica), en la
que la verdad siempre estará del lado del analizante y no del analista. De esta manera, lo
que el analista dice, lo que selecciona del discurso del analizante dice sobre el analista
mismo (lo que selecciona lo hace porque toca algo de su subjetividad; interviene como
sujeto icc), y no sobre el analizante, ya que la verdad/el saber está en la respuesta del
analizante, en sus palabras (en sus manos queda la interpretación última). Es así que en
caso de que las intervenciones no produzcan efectos, Lacan dirá que la resistencia se
ubicará del lado del analista (y no del analizante), ya que es éste quien debe modificar su
modo de hablar con el paciente, es quien debe rectificarse para convertirse en un mejor
partenaire para el analizante, generando algo novedoso/disruptivo. No se trata de insistir,
de direccionar al paciente, sino que más bien, el analista debe someterse a las lecturas
que el analizante hace de sus intervenciones (el analista paga con sus palabras), es decir,
debe someterse a los efectos que sus intervenciones producen. Esta es la política a la que
deben ajustarse las intervenciones del analizante; donde el analista desde el lugar de
objeto (lugar en el que es colocado por el analizante en transferencia) debe someterse a
las posiciones subjetivas del analizante, se somete a sus ideales.
Acá va lo de analista en el banquillo, en tanto de acuerdo con Lacan, esa total libertad
puede ser peligrosa y es por eso que el analista deberá reflexionar sobre las
consecuencias de lo que hace, sobre los efectos que sus intervenciones producen. En este
punto ya no es libre porque debe dar cuenta de los efectos de sus intervenciones, de
aquellas que han producido reacciones asociativas nuevas o sorprendentes.
Resistencia a la A.L: Lacan señala la dificultad inherente al cumplimiento de la regla
fundamental, que sin embargo el analista apuesta porque el analizante cumpla. Dirá que
este nombre porta una controversia ya que el sujeto que es invitado a hablar en realidad no
es tan libre, en tanto muchas veces puede volver una y otra vez sobre lo mismo
(repetición), repite en el análisis las mismas cosas (se trata de que hay un cierto
encadenamiento icc de las asociaciones significantes, por lo cual cada uno vuelve sobre lo
mismo). Pero tmb al mismo tiempo esto puede darse porque esas asociaciones pueden
desembocar en una palabra libre que puede ser penosa, temible, es decir, el riesgo de la
palabra es que podría ser verdad y ahí la palabra alcanza un valor de acto. En el proceso
de acercarse a esa palabra libre, se experimenta el tironeo del síntoma, tironeo que no se
puede disimular y que se vuelve cada vez más difícil de soportar. Sin embargo, cuando el
síntoma se vuelve insoportable es cuando empuja a una resolución (ventaja de la
agravación del síntoma durante la cura).
3 registros: Los seres hablantes estamos hechos de estos 3 registros; registramos cosas
por la vía de lo real, de lo simbólico y de lo imaginario. Además, estos 3 conceptos son un
instrumento. A su vez, la orientación/camino del análisis/dirección de la cura se dirige de
lo imaginario a lo simbólico y finalmente a lo real.

Freud: Consejos al médico sobre el manejo analítico


Teórico: para que funcione la A.L se necesita la atención parejamente flotante, el no querer fijarse
en nada particular y prestar atención a toda la misma atención parejamente flotante. Ya que, si
fijamos la atención adrede, se empieza a escoger entre el material ofrecido. No hay que
seleccionar porque sino se está obedeciendo a sus propias inclinaciones/expectativas (su cc) y se
corre el riesgo de no hablar nunca más de lo que se sabe. Lo importante es ver como se
posiciona/cómo reacciona el paciente.
REGLA ANALÍTICA FUNDAMENTAL PARA EL ANALIZADO: debe comunicar todo cuanto atrape en su
observación de si atajando las objeciones lógicas y afectivas que querrían moverlo a
seleccionarasociación libre.

- ¿cómo logra el analista guardar en la memoria toda la información de sus pacientes y no confundirla con
la de otros?

 consiste en no querer fijarse en nada en particular y en prestar a todo la misma atención


parejamente flotante.
 si el analista tensa adrede su atención comienza a escoger entre el material elegidoesta selección
obedece a sus propias expectativas o inclinaciones (tiene que ver con algo de su icc)corre el riesgo
de no hallar nunca más de lo que ya sabe y falseara la percepción posible. Por ejemplo: al tomar
notas selecciona el material, y así liga un fragmento de su propia actividad espiritual que hallaría
mejor empleo en la interpretación de lo escuchado.
 el analista debe escuchar, y abandonarse por entero a sus memorias inconscientes, no debe hacer
caso de si se fija en algoREGLA PARA EL MÉDICO.

REGLA ANALITICA FUNDAMENTAL PARA EL ANALISTA/MEDICO:

 debe ponerse en estado de valorizar para los fines de la interpretación, del discernimiento de lo
inconsciente escondido, todo cuanto se le comunique, sin sustituir por una censura propia la
selección que el enfermo resigno
 debe volver hacia el inconsciente emisor del enfermo su propio inconsciente como órgano receptor : lo
icc del médico se habilita para restablecer, desde los retoños a él comunicados de lo icc, esto icc
mismo que ha determinado las ocurrencias del enfermo.
 se sirve de su icc como instrumento de análisis es fundamental que se haya sometido a una
purificación psicológica, porque no puede tolerar resistencias que aparten de su conciencia lo que su
icc ha discernidoesto introduciría en el análisis un nuevo tipo de selección y desfiguración mucho
más dañino que el provocado por una tensión de su atención conscientecualquier represión no
solucionada en el analista corresponde a un punto ciego en su percepción analítica.

Lacan: “Más allá del principio de realidad”


En este texto Lacan dirá que Freud, en su trabajo analítico, pasa por alto el tema de la verdad y
de la mentir a la hora de escuchar el testimonio de sus pacientes. Y dirá que Freud se somete a lo
real que atraviesa el testimonio, es decir, adopta una actitud de sumisión a lo real, que le permite
reconocer cierto tipo de fenómenos como la fantasía y no dejar de lado aquellos fenómenos
considerados ilusorios o imaginarios. De este modo permite darle lugar a aquello que queda por
fuera del discurso común (que no es del orden de lo comprensible). Freud le reconoce a este tipo
de fenómenos cierta entidad de fenómenos propios de un ser social. La función del testimonio se
vuelve importante en el punto que permite señalar, no si lo que dice el paciente es verdad o no,
sino más bien, que en lo que dice hay una función social en relación a lo que padece. No es tan
importante que el otro comprenda/entienda eso, sino más bien, que pueda escucharlo o no;
donde el acento estará puesto en lo que se trata de testimoniar, pero no se entiende, que es
incomprensible. Prestar atención a eso, a eso que se trata de introducir en lo social pero que no
es del orden de lo comprensible (delirio, alucinación, neologismo). Se trata a través de la escucha
de darle un lugar a aquellos elementos que usualmente no entran en el discurso común. La
acción de escuchar del analista no obliga a comprender, sino más bien lo contrario, incita
a desplegar lo que no se entiende.
Este texto iría de la mano con el de “Consejos al médico” de Freud, en tanto en éste Lacan, al
igual que Freud dirá que no se debe elegir, es decir, se debe escuchar el discurso del paciente,
pero sin elegir/seleccionar (neutralidad). Dirá que si se quiere reconocer la reacción psíquica a la
toma de posición del paciente que deviene analizante, es necesario comenzar por no elegir entre
lo que se cuenta, las cosas que son importantes o las que no, las que uno conoce o no; esta es
entonces la regla de neutralidad que propone Freud en el texto de Consejos al médico.
Escuchar, pero sin elegir. Y a su vez, para medir su eficiencia es necesario respetar la sucesión
de las asociaciones (no importa si lo que se dice es verdad o no, pero se debe respetar la
sucesión de lo que se dice). Se debe respetar estrictamente la secuencia de lo dicho para romper
las cadenas del relato/para liberarlo de eso; lo interesante es la variación del relato (cambio del
relato; se olvida algo, algo falta o algo excede al relato), sesión a sesión, o las veces que el
paciente cuenta el mismo relato. En esa diferencia/variación están los bordes entre el icc y la cc;
ahí es cuando surge algo de lo icc.
Es así que dirá que la experiencia analítica tiene 2 condiciones:
 Ley de no omisión: promover aquello que no parece interesante, lo cotidiano, lo ordinario,
así como lo que cuesta decir/lo que sería más fácil no decir.
 Ley de no sistematización: se plantea la incoherencia como condición de la experiencia.
 Estas 2 condiciones se reúnen en la Ley de Asociación Libre.

UNIDAD 2: Formas clásicas y actuales de presentación del síntoma


Formas clásicas del síntoma
El psa no toma al síntoma como un mero trastorno ni busca su eliminación rápida, es decir, el
analista no encara al síntoma como simple entidad mórbida a combatir y eliminar. Sino que, por el
contrario, se trata para Freud de tomar al síntoma como el más digno oponente y en ocasiones
tmb como el mejor aliado; ya que tiene toda la dignidad de poder señalar algo de ese
padecimiento al cual se quiere acceder en análisis. El síntoma es, sin lugar a dudas, la más
importante de las entidades clínicas del psa, ya que resulta indispensable a su practica y a la
elaboración teórica que surge de ella. Freud lo utiliza desde el inicio de su práctica clínica como
brújula del proceso terapéutico. Hay distintos modos en los que el síntoma se puede presentar,
pero siempre es LA REFERENCIA. A su vez, Lacan, en su enseñanza, lo define como el campo
de lo analizable, planteando que el síntoma es el punto de partida de la clínica psa.
Se busca que el síntoma intervenga en la conversación del análisis (se vuelva analizable), ya que
al ser una formación del icc es la huella y el camino para el análisis de ese real insoportable.
Además, se lo define como una manifestación de la estructura. Es esa posición del
paciente/hablante donde se manifiesta como no pudiendo tomar la palabra, como padeciendo el
ste en lugar de poder usarlo. El síntoma revela esa posición icc del sujeto, de que no quiere o no
puede hacer o decir algo; desea algo, pero no puede decirlo, no está decidido. Por otro lado, de
acuerdo con la clínica psa, se considera síntoma a aquello que el sujeto que lo padece llega en
algún momento a reconocer como tal, cuando sabe que algo tiene que ver con ese síntoma; sabe
que hay algo de participación de su parte en la confección de ese síntoma.

Freud: Inhibición, síntoma y angustia


Con el apoyo de los 3 registros, Lacan intentará esclarecer la tripartición freudiana entre
Inhibición, Síntoma y Angustia.
-INHIBICIÓN: Avance del registro de lo imaginario por sobre el simbólico. Terreno del Yo.
-SÍNTOMA: Avance de lo simbólico hacia lo real. Terreno del Ello.
-ANGUSTIA: Desborde/avance de lo real por sobre lo imaginario del cuerpo; que algo de eso real
se exprese en el cuerpo (es insoportable), pero sin representación.
-SÍNTOMA E INHIBICIÓN: se pueden entender como respuestas ante la angustia insoportable,
que lo que hacen justamente es atenuarla, hacerla no tan insoportable, o incluso desaparecerla
como afecto.

 INHIBICIÓN: Freud la define como una limitación funcional del Yo (ejercida por el Yo)
que no necesariamente designa algo patológico y que se da con el fin de evitar la angustia,
el proceso de represión. Es decir, para evitar un conflicto con el Ello, con el Superyó, etc.
Es una renuncia del Yo que evita llevar a cabo la función porque de ejercerse la misma se
desprendería angustia; el yo entonces inhibe sus funciones para evitar/prevenir tanto el
desarrollo de la represión como la angustia. Entonces esa es la función de la inhibición,
sirve a los fines evitativos del Yo. Existen diferentes funciones del Yo que pueden ser
sometidas a una inhibición: la función sexual, la alimentación, la locomoción, el trabajo, etc.
A su vez, la inhibición que se encuentra en el Yo implica un impedimento: “no puedo hacer
tal cosa” (no puedo estudiar, concentrarme, etc; se escucha este fenómeno en el discurso
de los pacientes), tiene un estatuto de disfuncionamiento. Tiene que ver con el
detenimiento/limitación de alguna función relacionada con el cuerpo o el yo.
Además, la inhibición tiene un vinculo con las fantasías. Es decir, la inhibición incluye al
cuerpo y puede extenderse hacia las fantasías. En este sentido, la fantasía (al igual que el
sueño), es una realización de deseo, pero es una realización imaginaria del deseo, es
decir, una inhibición del deseo. Lo que detiene, obtura, lo que se i-irrealiza.
La inhibición puede llegar a ser símbolo (simbólico) de aquello que está más
profundamente alterado, es decir, puede llegar a indicar la presencial de una satisfacción
pulsional reprimida, y así, acabar convirtiéndose en un síntoma/tomar la forma de un
síntoma. Sin embargo, no tiene la misma operatoria que el síntoma porque ésta a
diferencia del síntoma no le genera displacer/padecimiento al sujeto, es decir, no porta
ningún interrogante para el sujeto (no se pregunta por esa limitación). Igualmente, Freud
plantea que esto ultimo podría ocurrir si se sintomatizara la inhibición. Es decir, Freud
dice que la inhibición en algún punto podría adquirir el estatuto de un síntoma a partir del
trabajo/intervención psa que promueve su sintomatización. Así la inhibición portará algo de
malestar, de interrogante para el sujeto, porque gracias a ese trabajo pasa a tener ese
estatuto de cuerpo extraño/extraterritorialidad que caracteriza al síntoma. Esto se da
porque justamente el análisis opera en función de sintomatizar lo que es armónico, en
volver extraño lo familiar, que se vuelva sufrimiento.
 SÍNTOMA: El síntoma siempre es indicio de un proceso patológico (a diferencia de la
inhibición) y sustituto de una satisfacción pulsional reprimida; es el resultado del
proceso represivo (se engendra a partir de la moción pulsional afectada por la represión).
Es decir, el síntoma se conforma a partir de un proceso represivo que parte del Yo, quien,
por encargo del Superyó, reprime una moción pulsional del Ello. Es así que, por obra de la
represión, la moción pulsional reprimida encuentra un sustituto: EL SINTOMA a través del
cual se satisface una parte de la pulsión, pero que en tanto representa un retorno de lo
reprimido, genera un desprendimiento de displacer. El síntoma suele ser muy resistente y
cuesta mucho removerlo (su formación es mucho más sólida que la de la inhibición y en el
análisis se intenta deconstruir esa construcción); dicho en términos de Lacan su campo es
el goce y de allí su fijeza. El síntoma entonces pertenece a la frontera del Yo con el Ello, es
un indicio y sustituto de una satisfacción pulsional reprimida, en la que tmb puede participar
el SuperYó (la represión parte del Yo quien, por encargo del Superyó, no quiere acatar una
investidura pulsional incitada por el Ello). Se trata de una satisfacción que se presenta
como displacentera; el síntoma sirve para hacer pasar la satisfacción de la pulsión de
modo sustitutivo. No tiene estatuto de disfuncionamiento, sino que es una
respuesta/solución para los sujetos.
Tiene que ver con el ello porque es un modo de satisfacción pulsional; el síntoma es
goce, es su esencia.
Además, el síntoma puede presentarse bajo la forma de la angustia, de la inhibición,
acting out, pasaje al acto; bajo esas formas degradadas/atenuadas del acto.
Teniendo en cuenta el camino de análisis del síntoma, es que el síntoma estaría en el
medio de la angustia (que linda con el acto y la certeza) y la inhibición (que linda con la
inmovilidad y la dificultad) y es el medio a través del cual el análisis puede establecerse
y desarrollarse, pero solo en la medida en que se lo haga intervenir. Y para hacerlo,
no queda otro recurso que intervenir el discurso del paciente (interrogarlo, cortarlo, etc). Si
el síntoma no empuja, no hay interpretación del analista que valga. Para poder interpretar
el síntoma primero hay que darle forma analizable, hay que conseguir que se manifieste en
su relación con lo icc, como una de sus formaciones (síntoma viene de lo real y avanza
hacia lo simbólico). Luego se lo interpreta, se trata de utilizar el equivoco (A.L?) que es el
único arma contra el síntoma para hacerlo retroceder hasta los límites de lo incurable.
Condiciones para que el síntoma pueda ser analizable:
 Que se exprese como división subjetiva
 Que introduzca al paciente en esa dimensión de la verdad, es decir, de que hay una
responsabilidad en lo que a uno le pasa y padece, aunque no sepa de que se trata
(ANALIZANTE).
 Que porta una indicación de saber: ste/huella a partir de la cual empezar a encontrar
el camino de elaboración de ese síntoma. Es decir, que ese síntoma tiene un
estatuto de ste; hay un saber incluido en ese síntoma y a eso hay que dar lugar a
partir de que el analista maniobra.
 ANGUSTIA: se trata de un afecto que no pertenece a ninguna de las instancias psíquicas
(ni al Yo, ni al Superyó, ni al Ello), aunque al mismo tiempo tiene vínculo con todas ellas y
por eso es un fenómeno de borde. Freud plantea que es el Yo quien registra ese afecto
(la angustia parte del Yo) y el que puede transformarla y emitirla como señal de peligro
para poner en marcha la defensa/represión (para frenar el peligro que es la castración). El
yo es el que da la señal de angustia y llama a la represión. La angustia como afecto no
engaña: “no se por qué me angustié”, no está atada a la cadena significante de
representaciones y demás elementos discursivos. En términos de Lacan, el efecto de
angustia es consecuencia del avance del registro de lo real por sobre lo imaginario (el
cuerpo). A su vez, la angustia no es sin objeto, por lo que aparece como falta o punto de
fuga, es decir, no es de acá ni de allá, no está adentro ni afuera, sino que está en los
bordes. En términos de Freud es un des-borde de lo psíquico, por lo tanto, allí el aparato
psíquico no puede representar lo que está en juego, lo real del goce sexual. La angustia
puede realmente convertirse en lo “imposible de soportar”. Entonces, es un afecto que no
necesariamente es patológico, es decir, no necesariamente se transforma en síntoma (una
de sus presentaciones) o en inhibición.
Freud entonces, define al síntoma como un proceso que no puede ubicarse en el Yo (a diferencia
de la inhibición), es decir, el proceso que ha devenido síntoma (por obra de la represión), afirma
su existencia por fuera de la organización yoica y con independencia de ella. El síntoma entonces
es definido por su extraterritorialidad, como cuerpo extraño. A su vez, la lucha contra la moción
pulsional reprimida (defensa primaria) se continúa en la lucha contra el síntoma (DEFENSA
SECUNDARIA), contra la ajenidad del síntoma en relación con el Yo. Es decir, el proceso
defensivo muchas veces se continua contra el síntoma y es por eso que el Yo quiere cancelar ese
aislamiento/extraterritorialidad e incorporarlo de algún modo a su organización, lo cual refuerza la
fijación del síntoma. El yo tiene una aspiración a la unificación, a ligar ese síntoma e incorporarlo,
trata de que el síntoma deje de ser ajeno, que armonice con él y a su vez, se procura gozar de
sus ventajas. De este modo, el síntoma se fusiona cada vez más con el Yo, se vuelve cada vez
más indispensable para él, pasa a ser parte de la personalidad. A esta compulsión del Yo a la
síntesis, al afán de incorporarse el síntoma, Freud lo llama GANANCIA SECUNDARIA DE LA
ENFERMEDAD (resistencias estructurales a la cura, porque el síntoma pasa a ser parte de la
personalidad se vuelve indispensable para el Yo). Es así que, en este texto Freud dirá que un
aspecto que está en juego en la operación analítica es la operación del síntoma en tanto el
síntoma es a la vez “objeto” e “instrumento” de la operación a realizar en un tratamiento analítico.
Se opera sobre y con el síntoma. No se trata del Yo ni del Ello, sino que se trata de un
campo/terreno fronterizo. Entonces, el analista tiene que ubicarse, según lo propuesto por Freud,
en alianza con la parte enferma, es decir, del lado del Ello. Esto quiere decir que debe trabajar
apuntando al “eso” (¿y eso?), señalando lo que al Yo resulta ajeno y extraño (clave para pensar la
ética del psa y la dirección de la cura imputada al analista). Se trata entonces de interrogar
aquello que entra en contradicción y que el Yo del paciente desconoce o prefiere disimular. En
términos de Freud se trata de una operación que pone al descubierto la “extraterritorialidad
del síntoma” y la situación conflictiva y contradictoria del propio paciente que lo trata
como “huésped mal recibido”. Es el Yo mismo quien toma actitudes contradictorias respecto
del síntoma. El analista debe identificar el síntoma, señalarlo y producirlo como elemento
disruptivo y analizable.
En términos de Lacan la operación consiste en interpelar al paciente y rectificar la posición
que adopta ante el síntoma que conoce (porque lo vive y lo sufre), pero que al mismo tiempo
no reconoce. Es hacer que su división subjetiva se exprese con mayor fuerza y nitidez, a tal
punto que Eso ya no pueda desconocerse.

Lacan: Seminario 10-la angustia


Este es un texto en el que se tendrán en cuenta las herramientas clínicas de Lacan y el modo en
el que distribuye cada una de las nociones clínicas.
Es así que dirá que sugiere que la dirección que debería tomar la clínica psa/el camino de
análisis del síntoma iría de a inhibición, al síntoma y luego a la angustia. Mientras que el
camino de formación del síntoma (neurosis) iría de la angustia, al síntoma y luego a la
inhibición (esto último implica que el síntoma entonces puede ser una defensa contra la angustia
proveniente de lo real y la inhibición una defensa contra el síntoma).
Además, dirá que tanto el síntoma, la inhibición, el pasaje al acto, el acting out implican de
un modo u otro una forma de tratamiento y de defensa contra la angustia. El acting out a
través de la puesta en escena, el pasaje al acto por la vía de su caída, la inhibición por limitación
de la función con la que puede entrar en relación y el síntoma como división subjetiva.

Lacan: Seminario 12
Este texto está dedicado a pensar el modo en que el analista se ubica respecto del saber para dar
lugar a la genuina función del síntoma que es: establecerse como campo de lo analizable. Se
busca esto por la relación que el síntoma tiene con el saber icc (el síntoma tiene una
indicación de saber incluida en él).
Relación entre el saber y el deseo
Hablar del campo del deseo es referirse al campo freudiano; no hay experiencia analítica que
no lo tenga en cuenta. Es decir, Lacan lo dice, fue Freud quien se introdujo en el campo del deseo
icc a través de sus formaciones (empezando por el relato de los sueños); y fue Freud tmb quien
inventó un método para explorarlo y liberarlo de sus ataduras: el método de la A.L y la
interpretación. Entonces, la referencia al deseo no puede faltar nunca y va de la mano con el
concepto de icc y por eso debe ser especialmente considerado en su elaboración clínica. La cura
analítica lo convoca, lo despliega y lo interroga, lo constituye en su objeto y en su objetivo. Opera
sobre él, sobre el sujeto y su falta.
Es así que el analista tiene la posición más responsable de todas, ya que es quien debe dar lugar
(a quien se le confía) la operación de una conversión ética radical que introduce al sujeto en el
orden de su deseo. Se trata del deseo que habita en cada uno de nosotros. Esta conversión ética
radical acentúa el hecho de lo irreversible, de lo que se hace decididamente (no a medias tintas),
de lo que ya no tiene vuelta atrás. Es decir, se trata de una transformación/mutación del sujeto
que lo deposita en otro lugar, en el orden del deseo, del cual ya no podrá desentenderse.
Entonces, esto implica que el analista es el responsable de dirigir la cura, pero no debe dirigir al
paciente; que el trabajo con el saber icc es imprescindible en un análisis, pero que la clave no
está allí exactamente (descifrar el saber icc es necesario, pero no suficiente). Que la propuesta
analítica tiene que ver con modificar el padecimiento del sujeto y el estado de insatisfacción
propio del síntoma; donde el remedio para esto es el deseo. El psicoanalista apunta al deseo y en
el camino se encuentra con el saber (saber icc; se encuentra con aquellos stes con los que está
articulado). SINÓNIMO DE RECTIFICACIÓN SUBJETIVA PARA MÍ.
SUJETO SUPUESTO AL SABER
El psicoanalista en primer lugar, para que el síntoma se torne analizable (para que se constituya
como tal), se introduce como sujeto supuesto al saber, donde es él mismo quien recibe y soporta
el estatuto del síntoma. Sin embargo, esto no quiere decir que el analista sepa acerca de ese
síntoma porque no es sabio, sino psa. Sería una suposición de saber un poco ficticia, pero
necesaria porque permite sostener la operación del análisis, que sería hacer que el síntoma se
exprese como división subjetiva, en algún ste (huella) que permita construir un camino. Es decir,
es el analista el que sostiene esa referencia al saber/esa suposición de que hay un sujeto
determinado por un saber icc que hay que descubrir. Un saber al que hay que acceder trabajando
(trabajo del analizante), asociando, produciendo stes que se irán descifrando y palabras que se
irán revelando en el análisis.
Entonces no es sabio, pero es por la presencia del analista (por sus silencios, su escucha, su
manera de preguntar) que el síntoma acepta desplegarse en la A.L Es decir, el síntoma
inicialmente puede no ser analizable y es responsabilidad del analista tratar de introducir el
discurso del paciente en el orden del deseo. Es quien debe seguir esa indicación ética de que a
partir del síntoma se puede encontrar una puerta de entrada para que el deseo del paciente
revele alguna verdad de la situación e historia del paciente y así pueda hacer algo que este mas
cercano al ato creativo.
Además, para que un síntoma de cualquier tipo clínico se constituya como tal, es necesario que el
analista pase a formar parte de ese síntoma como su destinatario, como a aquel que le está
dirigido el síntoma, aquel que se ubica en el lugar de saber sobre ese síntoma (no porque sepa
sino porque hay un llamado del paciente, un llamado al saber). Hay una
demanda/pregunta/pedido de ayuda, algo que impulsa a alguien a reconocer un padecimiento y a
pedir ayuda a alguien que le supone algún saber.
EL SABER Y LAS DISTINTAS ESTRUCTURAS
 SABER DEL NEURÓTICO: es un saber no sabido. Se supone un saber al analista (sujeto
supuesto al saber).
 SABER EN LA PSICOSIS: acá no hay un no saber, sino que hay una certeza psicótica
inconmovible; certeza que está en la autoreferencia (las voces le hablan a él, alguien le
quiere hacer un mal, etc). Entonces, al haber un saber en dicha estructura, el sujeto
supuesto al saber acá no sirve, ya que solo sirve en una estructura donde el saber NO está
del lado del sujeto (en neurosis sí). Acá saber del lado del sujeto, no hay nada por
descifrar/develar, porque no hay nada icc, del orden de lo reprimido.
 PERVERSIÓN: hay un saber intransmisible (NI IDEA).

Lombardi: 3 versiones/formas de presentación de la angustia


La angustia es la sensación del ser hablante ante algo, un llamado oscuro de lo real frente al cual
AUN no se decide a intervenir. Se trata de algo que le concierne en un punto en que no se
reconoce; la angustia le concierne con certeza en la capacidad de elegir: huir, quedarse quieto,
afrontar. La señal de angustia convoca/orienta hacia el acto. La angustia tiene distintas
presentaciones:
1. Angustia sin derivación-elaboración psíquica/angustia disruptiva-automática: Ejemplo:
ataque de pánico. Freud planteó que las neurosis de angustia se producían cuando la
angustia no encuentra elaboración psíquica. No hay preparación subjetiva y entonces el
paciente se ve afectado por un padecimiento del que pareciera no participar; se trata de
una angustia automática. Angustia que no tiene objeto ni significación alguna “no sé qué
me pasa”. El angustiado nada sabe del origen de ese afecto tan displacentero, ni tmp
sabe por qué se angustia. No lo sabe ni de forma icc. No hay posibilidad alguna de
elaboración psíquica (ni a través de formaciones del icc, o sintomatización fóbica, etc). La
neurosis de angustia es NEUROSIS ACTUAL porque no basa su etiología en un
trauma previo y desconoce sus antecedentes. Algo que ataca de manera disruptiva
(el pánico x ejemplo) y es imposible de soportar (experiencia de una vivencia que no
tiene representación, que no se acompaña de ideas/de sentido, donde no hay posibilidad
de elaboración psíquica).
Sin embargo, esta lectura de la angustia desconoce lo que la angustia puede representar
para el ser hablante en relación con su deseo. Demuestra la necesidad de entender que la
angustia no está completamente desprovista de sentido (tiene referencias icc y un origen
estructural) y que es un displacer que señala un real, y que podría tener un valor ético, de
orientación al acto.
2. Angustia como afecto de lo real (puede ser un apronte al acto, a la toma de decisión/a la
elección): Se trata de otra lectura de la angustia que la ubica como responsabilidad del ser
hablante, es decir, responsabilidad en el sentido de tener la posibilidad de preferir y proferir
una respuesta. Angustia entendida como la sensación específica del ser ante
coordenadas/situaciones en las que su acción es requerida. Se entiende a la angustia
como señal de una configuración real que le concierne al sujeto en cuanto a su ser, como
una señal que brinda una oportunidad para la acción, a tomar una decisión, hacer una
elección, etc y por la cual el sujeto es convocado a un cambio de posición en la relación
con su deseo. Se reconoce una posibilidad de respuesta por parte del angustiado que es
distinta de la huida o el pánico. Entonces, angustia entendida como modalidad de tránsito
de pasividad a la actividad; es señal, pero tmb es disposición para la acción. En este
sentido se puede decir que la angustia es pre-acto, porque es una señal que ubica al
sujeto en el umbral de la puerta del acto, donde la señal que la angustia ofrece (si bien
es muy displacentera), puede ser una suerte de posibilidad para el sujeto de pasar a otra
configuración subjetiva. Una nueva orientación es posible a partir de su experiencia (la
angustia no engaña, sino que ofrece una certeza). Es el momento de rectificación subjetiva
requerido (el acto le arranca a la angustia su certeza); es a través de esta señal/de estas
coordenadas de la angustia que el sujeto, a través del análisis, puede tomar partido
de su deseo.
3. La degradación neurótica de la angustia en miedo/como angustia neurótica que se
transforma en síntoma: Es la angustia que se transforma en síntoma; pensar en el
camino de formación de síntoma/neurosis. Lo que sucede es que el neurótico no sabe, no
puede o no quiere servirse de la brújula que le ofrece la angustia. Es decir, la angustia le
indica una posibilidad de elegir, pero el neurótico la considera una elección forzada
entonces mientras puede la evita, pero lo hace armando una solución de compromiso (ni
sí, ni no; no toma partido). Por lo que, en la neurosis la angustia es reemplazada por el
síntoma que obstaculiza el pase al acto. El síntoma es resultado de un sentimiento icc
de culpa que surge por no haber tomado partido.
Es así que el sentido del análisis y el método propuesto por Freud, consiste justamente en
invitar al sujeto inhibido en su acción (fantasía) a asociar libremente para tomar al
síntoma como brújula/para desplegarlo en lo simbólico hasta dar lugar, al final de la
elaboración analítica, al pasaje de lo simbólico a lo real. Es decir, el análisis supone una
elaboración de las coordenadas estructurales de la angustia para llevar al sujeto a la
puerta del acto. Supone reconocer al sujeto otra posibilidad de respuesta que la conducta
de huida, supone convocarlo a una elección que lo singulariza. No hay más que el acto
para salir. CAMINO DEL ANÁLISIS.

Síntomas actuales-Lombardi: actualidad en la clínica psa


2.4 Camuflajes del síntoma en el siglo XX y los síntomas llamados “actuales”: El síntoma
incorporado en el yo, las formas neuróticas de la fantasía, las presentaciones clínicas en forma
de objeto ¿Qué quiere decir actual? Variantes clínicas del rechazo del deseo: culpabilidad,
depresión, melancolía

Muchos de los síntomas actuales o nuevos (adicciones, bulimias, ataques de pánico, etc), existen
desde siempre y son tan viejos como el psa. No hay una modificación de la estructura y la tríada
(psicosis, neurosis, perversión), pero si hay cambios de ropaje de la envoltura formal del síntoma,
que modifican los deseos del sujeto, e incluso el nivel real de su goce, pero que mantienen las
condiciones necesarias para hacerlas corresponder a una estructura clínica especifica. Es decir,
se encuentran los viejos síntomas, los que siempre existieron, pero en nuevos contextos y con
nuevas modalidades de goce. Entonces, lo que ha cambiado son los modos de presentación
del padecimiento.
Nos encontramos hoy con patologías que dan cuenta de las exigencias del discurso social y que
enfrentan al analista a una demanda diferente a la clásica y pone en aprietos al dispositivo
analítico. Las patologías sufren las consecuencias de la vida/discurso actual. Los pacientes ya no
son los mismos que Freud atendía porque adoptan el estilo y los giros de moda del momento. Los
síntomas cambian porque toman los ropajes de la época; son históricos en sus manifestaciones
porque son función de la lengua y discurso de la época, pero trans-historicos en su estructura.
Hoy como ayer, se sufre por lo que falta o por lo que se tiene en exceso.
CLÍNICA DE NUESTRO TIEMPO
Hoy en día se presentan pacientes que no se preguntan por la causa de su síntoma, es decir, el
sujeto en vez de estar representado por las formaciones del icc se presenta más del lado de los
acting, de los pasajes al acto, dando cuenta de una desconexión de toda suposición de saber.
Se observa una tendencia hacia la desaparición del sujeto del deseo. Lo común de estas
patologías es el incremento de la pulsión de muerte, porque en éstas predominan actos
irrefrenables que llevan a los sujetos a riesgos físicos, casos que bordean la muerte. Exposición a
situaciones de riesgo, necesidad de paliativos para el dolor de existir (droga, alcohol, comida). Se
muestran como si hubieran logrado un total acoplamiento del goce, con total ausencia del deseo.
En relación a esto (sobre todo la desconexión de toda suposición de saber), sucede que se
dificulta el establecimiento de la transferencia porque estos pacientes no quieren saber nada
de sí, están ubicados en la posición de “yo no pienso” y de este modo, no hay preguntas porque
ya tienen las respuestas. Están desconectados del saber icc, no quiere preguntarse qué es lo
que les pasa (mayores dificultades con estos pacientes). Son pacientes con un proceso
asociativo pobre en tanto el pensamiento es sustituido por una actividad incontenible; relación
del sujeto con la palabra está debilitada.
Freud diferenciará los síntomas actuales de los síntomas de transferencia:
 SÍNTOMAS DE TRANSFERENCIA: acá se juega la división subjetiva, que es la que
permite que se produzca el análisis, es decir, consiente a la elaboración icc.
 SÍNTOMAS ACTUALES: lo que ya veníamos diciendo. Lo actual rechaza la división, el icc,
el saber; es pasaje al acto que se afirma por fuera de las cadenas del lenguaje. No hay
sujeto; hay más acción. Lo actual es lo que no remite al pasado, lo que no resulta
elaborable en función de lo ocurrido previamente, lo que no responde a los mecanismos de
la memoria icc porque su esencia misma consiste en ignorar esa memoria icc. Actual es
entonces el desinterés/dificultad para establecer una transferencia aprovechable para la
cura. Lo actual es angustia o pasaje al acto para el sujeto que no ha encontrado ningún
deseo como guía. Es algo vinculado a la acción en presente de algo que no tiene
elaboración. A su vez, todas las características de la época (inmediatez, consumo, etc)
producen una abolición del sujeto de la responsabilidad, del sujeto del deseo y por lo tanto,
alejan al sujeto del acto.
¿Dónde está el sujeto en el síntoma actual?  Afuera del cuerpo, en la inquietud/preocupación de
los otros, de la familia. En los que piden ayuda por quien no lo hace.
¿Cuál es entonces el desafío del analista respecto de estos síntomas actuales? Lograr pasar
de una clínica del hacer a una clínica del decir, es decir, pasar de una satisfacción
autoerótica/pulsional, a un discurso regido por la cadena significante. Entiendo que el síntoma
actual es factible de una operación analítica en tanto mediante el análisis, el síntoma deja de ser
solamente actual (su vínculo con la causa es activado, ¿implicación causal seria esto?), deviene
transferencia y así se puede dar paso a la energía pulsional que almacena. Es decir, quizá el
paso por el psa, transferencia mediante permite su transformación y su inscripción social. El
analista se ve confrontado a maniobrar para lograr la instauración de la transferencia
(introducción del Otro); debe hacer ingresar lo actual en la elaboración analítica (ética del psa).
Para que ese síntoma sea interpretable, para que empiece a hablar, se debe hacer una operación
analítica que permita que ese goce que se basta a sí mismo precise del otro y para eso contamos
con el deseo del analista.
Entonces, el analista se debe valer de la transferencia para que ese síntoma sea
interpretable/para lograr que esos síntomas puedan decir algo sobre la modalidad de goce para
cada sujeto. El dispositivo analítico ofrece habilitar la palabra y el despliegue del conflicto y
de este modo, logra poner un limite al acting, al pasaje al acto.

Fantasía-Lombardi: El empleo fundamental de la fantasía


La fantasía se presenta en el comportamiento, en la marca de las relaciones con los otros, en las
modalidades de elección de objeto. Incide en el carácter y está en la base misma de la formación
de síntoma. Es escenario del deseo y modalidad de satisfacción. Es decir, la lógica de la vida de
un sujeto puede entenderse a partir de ir aislando su vida fantasmática, se deduce de los actos,
de sus síntomas, de sus asociaciones. La posición del sujeto que se desprende de su discurso
nos va a permitir construir el fantasma. El neurótico arma su realidad de esta manera. La
operación analítica si puede incidir en algo es justamente en esa modalidad de respuesta.
El análisis lejos de apuntar a hacer consistir el fantasma, apunta a atravesarlo; atravesar
esas soluciones que el sujeto ha encontrado pero que lo alejan del acto porque se queda en su
mundo psíquico fantasioso.
¿Por qué el neurótico necesita recurrir a la fantasía? porque la fantasía le permite al
neurótico sostener su deseo como inhibido/no realizado, para así no saber nada acerca de
la falta del Otro. Es decir, Lacan plantea que la fantasía es aquello por lo cual el sujeto se
sostiene en el nivel del deseo evanescente. El neurótico sostiene como realizado el deseo en las
fantasías; la fantasía (al igual que el sueño), es una realización de deseo, pero es una realización
imaginaria del deseo, es decir, una inhibición del deseo. En la fantasía, el deseo, más que ser
llevado al acto en sus relaciones con la pulsión, se mantiene como algo posible/como
imaginariamente realizado. Por lo cual, en la fantasía todo es posible y cuando todo es posible
significa que finalmente nada es posible, que nada ocurre. Entonces en la experiencia la
división subjetiva está camuflada, no hay propiamente una experiencia de división subjetiva; el
sujeto más que dividido está disimulado.
Las pulsiones insatisfechas son la fuerza impulsora de las fantasías. Es justamente la represión la
que impide que las pulsiones se manifiesten abiertamente en las neurosis. No hay satisfacción
directa en tanto el neurótico es un sujeto inhibido que no realiza la acción especifica que
podría satisfacer la pulsión. La pulsión divide al sujeto entre que quiere la satisfacción directa y
no la quiere, y el resultado de esto es: un sujeto inhibido, paralizado, que sostiene el deseo como
realizable en el campo de la fantasía.
Freud dirá que los síntomas son resultado de una frustración. Frustración que tiene que ver con
no realizar algo/esa acción específica, con decirle que no a la satisfacción directa. Es decir, el
sujeto le dice que no a esa satisfacción directa (frustración), pero ésta encontrará otros caminos
de satisfacción (la fuerza pulsional encontrará otros caminos para satisfacerse q serán entonces
el síntoma, la fantasía CREO). Justamente entonces, el síntoma es ese otro camino, es ese
camino por el cual la fuerza pulsional se satisface, pero de manera anónima/rebuscada.
Eso frustrado/esas pulsiones insatisfechas son lo que le dan la fuerza al síntoma/lo que lo
motoriza. El síntoma es la posición que resulta de una no elección, de no apostar por ninguna de
las 2 partes del conflicto psíquico y de que así ambas instancias en conflicto puedan satisfacerse.
Entonces el síntoma es ese modo/rebuscado de satisfacer eso que tienta al sujeto/que lo
moviliza/gusto íntimo, al que el sujeto le dice que no. El síntoma sería la puesta en juego de un
deseo pero que aparece como no realizado en el campo de la fantasía y deformado (la fantasía
cumple la función de disimular el síntoma: NI IDEA)
A su vez, entre los síntomas y las pulsiones están las fantasías, es decir, en el trayecto del
análisis que se dirige de los síntomas a las pulsiones (lo real) se interponen las fantasías que
pueden ser falsas o en el mejor de los casos una mezcla de verdad y falsedad. El neurótico
mediante la fantasía tapona la falta, suple una carencia fundamental para el sujeto al proveerle un
objeto a la pulsión e identificarse con el (la pulsión no tiene objeto). Entonces, como el análisis
apunta a lo real/a la pulsión se debe atravesar el fantasma, trastocar algo de esa posición
fantasmática del sujeto. Se trata de trastocar algo de eso para poder decidir, para poder actuar;
para que el deseo se realice en acto y que lo pulsional se satisfaga de manera directa/de un
modo sencillo.
Para operar con la fantasía, el analista en vez de pretender que el sujeto admita su error de
apreciación de la realidad (realidad psíquica), debe entender que la resistencia del paciente se
basa en el empleo fundamental de la fantasía y en su deseo de mantener su deseo. Se busca
transformar la fantasía en pulsión. Se orienta hacia la asunción de la castración, hacia la
destitución del sujeto de la fantasía para darle al sujeto la capacidad de ser, de actuar y
dejar de sostener su deseo como inhibido y así ubicarse como sujeto de su deseo.
Fantasía y angustia: En la fantasía el sujeto se identifica de manera icc con el objeto a. La
fantasía tiene un velo sobre eso con lo que uno se identifica (el objeto a) y justamente la angustia
señala una ruptura de identificación con el objeto a. Por eso la angustia no es sin objeto y mas
precisamente, no es sin objeto a. Por eso la angustia tiene una posición intermedia entre la
fantasía y el acto. En el acto el objeto ya intervino como causa de deseo, es una causa que ya no
angustia, sino que impulsó al sujeto al encuentro con el Otro (acto) o al rechazo del Otro (pasaje
al acto). Solo el acto puede arrancar a la angustia su certeza; certeza que es orientadora hacia la
acción.

Freud: pegan a un niño


Freud se encuentra con que la fantasía “pegan a un niño” es confesada con frecuencia en el
análisis. Es una fantasía asociada al placer y a la satisfacción autoerótica. Se la confiesa con
titubeos, vergüenza y culpa.
La fantasía “Pegan a un niño” tiene 3 fases (situadas x el trabajo psicoanalítico) y en cada una de
ellas el niño fantaseador va cambiando el vínculo, el objeto, su contenido y su significado.
 “El padre le pega a un niño odiado por mí”: El primer tiempo de la fantasía es “el padre le
pega al niño”; el padre entonces le pega al niño odiado por mí y esto es así, por la rivalidad
y por los celos. Que el padre le pegue a otro niño, le permite al sujeto fantaseador creer ser
el hijo amado por el padre (triunfo propio) y esta fantasía (el padre le pega al niño odiado
por mí, y de este modo soy el hijo amado) es sádica porque el niño se satisface con un
goce sádico. A su vez, los sujetos recuerdan esta fase primera del fantasma.
 “Soy pegado por el padre”: Es la fase más importante. Freud plantea que, esta segunda
fase no es recordada por los sujetos porque nunca fue reprimida y, por lo tanto, no se la
podrá ubicar como retorno de lo reprimido; es, en realidad, una construcción del análisis
(nunca existió realmente). A su vez, es masoquista. No es en voz activa como sí lo es la
primera fase, sino que es en voz pasiva. La satisfacción que le genera al sujeto la primera
fase (“padre pega al niño odiado por mí”), produce un sentimiento icc del culpa
(necesidad de castigo) y es este sentimiento icc de culpa el que hace que este segundo
tiempo sea “soy pegado por el padre”. El padre ahora me pega a mí, y para mi cc moral,
debo ser castigado porque me satisfice con que pegara a otro niño para así ser el hijo
amado (sentimiento icc de culpa).
Ser golpeado/pegado por el padre implica un modo de satisfacción, hay una satisfacción
en ser golpeado. El “soy golpeado” conlleva a la satisfacción ya que, “soy golpeado” es
“soy amado/gozado” por el padre. Por lo tanto, esta segunda fase da cuenta del
masoquismo femenino, que es la satisfacción en el hacerse hacer (ser golpeado).
Además, da cuenta del masoquismo moral ya que también se trata de la culpa, de la cc
moral.
Todos los sujetos (neurosis), una versión de “soy pegado por el padre”, es decir, a nivel de
nuestro fantasma tenemos un argumento de esta segunda fase con la cual nos
satisfacemos.
 Esta fase se aproxima de nuevo a la primera: [Pegan a un niño], la diferencia es que la
persona que pega ya no es el padre, es indeterminada o aparece como un sustituto o
subrogante del padre (autoridad). El niño fantaseador ya no aparece en las fantasías. Si se
les pregunta con insistencia, las pacientes sólo exteriorizan: «Probablemente yo estoy
mirando». En lugar de un solo niño azotado, casi siempre están presentes ahora muchos
niños. Con abrumadora frecuencia los azotados (en las fantasías de las niñas) son
varoncitos, pero ninguno de ellos resulta familiar individualmente. El carácter esencial que
diferencia aun las fantasías más simples de esta fase de las de la primera y establece el
nexo con la fase intermedia es el siguiente; la fantasía es ahora la portadora de una
excitación intensa, inequívocamente sexual, y como tal procura la satisfacción onanista. La
fantasía, parece haberse vuelto de nuevo hacia el sadismo.
Lombardi agrega: Los elementos fundamentales son los que están elididos pero
articulados, en la tercera fase, el sujeto gramatical, el padre como partenaire, y la mirada
en tanto objeto excluido de la escena. Son esos elementos los que permiten sostener el
deseo en las condiciones de existencia, fuera de la cadena de la demanda. La fantasía
enmarca la realidad psíquica, ya que tiene variados efectos sobre la concepción del mundo
que se hace el sujeto, sobre el carácter, y sobre la conducta. Además, una posición en la
vida que es característica de la inhibición neurótica es quedarse mirando, no actuar, y
sobre todo no actuar el deseo a la pulsión.
El fantasma “Pegan a un niño”, esta fantasía de paliza es un argumento/texto/guion que
todos tenemos; es una fantasía estructural, una fórmula general en la que hay una
satisfacción autoerótica. La construcción del fantasma permite que esa fijación pulsional
sostenida en ese texto se satisfaga. Entonces, al crear mi propio argumento de soy pegado
por el padre realizo la satisfacción pulsional en relación con un objeto fijado de la pulsión
parcial (objeto parcial).
¿Cuál es el mayor aporte de este texto? Contribuye al esclarecimiento sobre la
génesis de las perversiones en general, en particular del masoquismo (capítulo V).
La perversión ya no se encuentra más aislada en la vida sexual del niño, sino que es
acogida dentro de la trama de los procesos de desarrollo familiares para nosotros en su
calidad de típicos —para no decir «normales»—. Freud insiste que las perversiones
están en relación con las pulsiones parciales que no quedan integradas a la
organización genital infantil que corresponde a la fase fálica del Edipo. (Lacan también
acuerda con esto). Tanto perversión y neurosis son vicisitudes del Edipo, en ambos
opera la castración, a diferencia de la psicosis. Prevalece el carácter prematuro de un
componente sexual y es referido al amor incestuoso de objeto, al complejo de Edipo del
niño. Esta perversión infantil esperable y propia del proceso evolutivo, puede quedar
como un episodio, o puede convertirse en el fundamento para que se desarrolle una
perversión. En cuanto a la génesis del masoquismo, al comienzo parece corroborarse
que el masoquismo no es una exteriorización pulsional primaria, sino que nace por una
reversión del sadismo hacia la persona propia, o sea por regresión del objeto al yo.
Pulsiones de meta pasiva son dadas desde el comienzo mismo, pero la pasividad no
constituye todavía el todo del masoquismo; a este le pertenece, además, el carácter
displacentero, tan extraño para un cumplimiento pulsional. La trasmudación del
sadismo en masoquismo parece acontece por la conciencia de culpa que participa en el
acto de la represión. La consciencia de culpa le escandaliza tanto de esta elección
incestuosa del objeto y por lo tanto lo vuelve hacia el propio sujeto. Entonces, la
represión se exterioriza aquí en tres clases de efectos: vuelve inconsciente el resultado
de la organización genital, constriñe a esta última a la regresión hasta el estadio sádico-
anal y muda su sadismo en el masoquismo pasivo, en cierto sentido de nuevo
narcisista. De estos tres resultados, el intermedio es posibilitado por la endeblez de la
organización genital, endeblez que damos por supuesta en estos casos; el tercero se
produce de manera necesaria porque a la conciencia de culpa le escandaliza tanto el
sadismo como la elección incestuosa de objeto entendida en sentido genital. ¿De
dónde viene la conciencia de culpa misma? Los neuróticos sitúan el onanismo en el
centro de su conciencia de culpa, debía referírsela en su mayor parte no al acto
onanista, sino a la fantasía que estaba en su base, si bien de manera inconsciente vale
decir, la fantasía proveniente del complejo de Edipo.

Lacan: Acting out y pasaje al acto


Punto 2.5: las nociones de acting out y pasaje al acto. Los intentos de suicidio y el suicidio
irreversible. El desencadenamiento de la Psicosis como pasaje al acto.
Ambas nociones son del orden de la acción y a la vez, son formas de respuesta ante la
angustia (ambos buscan arrancar a la angustia su certeza por medio de la acción), otra de las
formas de defenderse ante aquello frente a lo que no hay respuesta (¿Qué quiere el Otro de mí?).
Ambas entidades clínicas implican una respuesta conductual extraña, sorpresiva, inesperada, son
esas acciones de las que el sujeto nada puede decir; en general molesta y hace más ruido a los
que están alrededor del sujeto que al sujeto mismo (es algo que está velado para el sujeto, pero
no para los demás). Además, se presentan en una escena mostrativa. Por otro lado, hay que
tener el concepto de transferencia porque estos modos de responder por parte del sujeto, se
producen tmb en la cura. Son fenómenos que convocan al analista, que lo llevan a preguntarse
que está pasando ahí.
Además, son acciones difíciles de reducir x la vía interpretativa, es decir que sacan al analista de
la comodidad de la palabra o la interpretación, lo enfrentan a obstáculos. Serían acciones
inconvenientes para la cura pero que al mismo tiempo hacen que la misma dé un giro/cambio. No
hay que interpretarlas solamente como una resistencia a la cura igualmente.
ACTING OUT
El acting out es una acción inmotivada que fundamentalmente es un mensaje dirigido al
Otro y es una acción en la que hay un sujeto, una escena y la mirada del Otro. Es más bien
del orden de la acción escénica, como cuando un actor hace un acting (puesta en escena). Se
muestra en la conducta. La persona/analizante, no puede explicar por qué lo hace (velo para
uno, pero no para los demás, que ven que el sujeto o se pone en peligro o dice cosas indebidas).
Mensaje que de alguna manera habla, pero que es invisible porque no se sabe su causa. A su
vez, puede ocurrir dentro o fuera de la cura, pero es la cura analítica la que nos permite descubrir
la especificidad de esta acción: cuando se da en análisis es una señal/demostración dirigida al
analista.
¿Qué se muestra a través del acting out? tiene un carácter mostrativo, hay algo que se muestra
en esa conducta del sujeto, es decir hay algo que un sujeto muestra al Otro. En el análisis se
buscará ver qué es eso que se está mostrando; hay algo a develar.
Diferencia entre acting out y síntoma  En ambos hay algo a develar.
El acting out está dirigido al Otro y, por lo tanto, llama a la interpretación con su
conducta, pero no es interpretable (va más allá de la palabra), entonces de debe
sintomatizar ese acting. Al igual que el pasaje al acto, no entra en la vía del ste, sino
más bien en la del signo. Ese acting exhibe un significado, pero no se puede saber cuál
es su causa. Es un signo que muestra, el sujeto lo describe, relata, pero no hay allí
ninguna formación del icc, es decir, el sujeto no está afectado por lo que relata, no se
queja por lo que le sucede, sino que se quejan los otros. Sintomatizar el acting quiere
decir que entre al dispositivo y empiece a tomar más las características de síntoma que
de acción.
El síntoma en cambio, no llama a la interpretación ya que no es un llamado al Otro, es
decir, no depende del lazo con el Otro en tanto se basta a sí mismo; es puro goce
revestido. Sin embargo, en análisis, el síntoma si puede ser interpretado a partir de la
introducción del Otro, es decir, de la transferencia; ¡¡¡llama a la interpretación cuando
se transforma en síntoma analítico, cuando se introduce algo de la implicación
del sujeto en la causa de ese síntoma, algo de la división subjetiva!!!
El acting out por su parte es la transferencia salvaje (transferencia que no está bien instalada) que
el analista debe domesticar a través del análisis, es decir, acción que se debe encauzar y
desplegar a través de la transferencia analítica. Esto quiere decir que el acting out no debe ser
interpretado, pero que sí se debe responder a él, haciéndolo entrar en el juego de la
transferencia. Es así que si el acting-out es transferencia salvaje Lacan se pregunta ¿Cómo
domesticarla/cómo opera con el acting?:
1. La prohibición: no se puede prohibir, porque esto introduce un significante amo, otro sin barra,
luego no hay lugar para el deseo. En el análisis se prohíbe mucho, demasiado.
2. Interpretación: interpretarlo está destinado a tener pocos efectos. No hay nada para interpretar.
3. Fortalecer el yo: no sirve porque solidifica la identificación del sujeto con el yo del analista.
Pregnancia de relación imaginaria, exclusión del a. Es el acto lo que debe ponerse en juego.

Creo que operar con el acting out tiene que ver con que éste puede tener un valor correctivo en
el seno de la cura, ya que el acting out supone un intento del sujeto de hacer entrar en la escena
del análisis lo que el analista se resiste a escuchar. Es decir, muchas veces el acting responde a
una falla del analista de situarse bien en la transferencia y el sujeto con su acción quiere
mostrarle eso; mostrarle que no está escuchando el deseo, lo está asfixiando. Por lo tanto, se
dirige al analista en tanto se debe a una falla del analista de acoger la transferencia y de
confundirla con la sugestión (el analista aparece como un amo sin barrar, que le dice que lo que
tiene que hacer o lo que le pasa y ahí aparece el acting). Para operar con el acting entonces es
necesario que el analista ponga en juego su deseo, el cual lo ubica como otro barrado (con fallas,
incompleto, etc) y así poder poner en juego la dinámica del acto. Entonces, puede ser signo de
que el analista está respondiendo a la demanda y no escuchando al deseo y entonces, debe
cambiar su posición.

Igualmente, no siempre el acting es producto de una mala intervención del analista, sino que
muchos sujetos viven su vida de acting en acting (anoréxicas); pacientes que tienden más a la
acción que al decir, ponen en juego lo no dicho por medio de una acción.

PASAJE AL ACTO
YO ENTIENDO QUE RE TIENE QUE VER CON EL MOMENTO DE DESENCADENAMIENTO
DE LA PSICOSIS, TIPO COYUNTURA DRMÁTICA, ¡¡ESE ANTES Y DESPUES EN LA VIDA
DEL SUJETO!!

El pasaje al acto implica que la defensa frente a la angustia se presenta como una forma de no
querer saber, una forma de rechazo al Otro, al Otro del saber. Hay un no al Otro, no hay
espectador, sino que hay desaparición de la escena; no hay fantasma que sostenga eso ni otro
que intervenga ahí. No hay interés por el Otro. Hay certeza igual que en el acto. Es una forma
radical de rechazo al Otro (al otro intérprete), al saber. Acá no hay nada de creación, invención,
etc. Esta más del lado del goce que del deseo.
Se trata de un momento el que el sujeto se precipita y cae por fuera de lo imaginario, por fuera
de la escena fantasmática, es decir, por fuera de la única escena a partir de la cual se
constituyó y a través de la cual podía mantener su estatuto de sujeto. Cae de esa escena que
tiene estructura de ficción y organizaba su mundo y lo hace sin dar ninguna muestra/rastro.
Derrumbe de eso que lo venía sosteniendo desde lo imaginario. Hay algo que se deja caer y es el
sujeto mismo. No hay fantasma (en el acting sí) y no hay Otro al cual se dirige. En ese dejarse
caer hay una confrontación con lo real.
Mientras que el acting se caracteriza por una escena sostenida que se da en el tiempo, por su
estructura de escena, el pasaje al acto hay impulsividad, en el sentido de una ruptura repentina
en una continuidad. Tiene un carácter de urgencia. El paradigma es el suicidio. Igualmente, no
solo es el suicidio (tmb es la cachetada de Dora al Sr K, porque en esa escena del lago se ubica
un antes y un después, que produce un corte en cierto circuito).

¿Qué hacer con el pasaje al acto en el análisis?  el pasaje al acto implica una pérdida de las
coordenadas simbólicas del sujeto. Entonces, hay que introducirlos, retomarlas e introducir al
sujeto en la relación al Otro (transferencia).
PSICOSIS Y PASAJE AL ACTO
En la psicosis son frecuentes los pasajes al acto: suicidios melancólicos, automutilaciones, etc.

ACTO
Acá se regula al hacer, no se trata de un acto extraviado como el acting o el pasaje al acto. El
acto además no está desligado del decir (se trata de decir sí o no y hay consecuencias a partir de
esto). En el acto hay creación, hay invención y modificación subjetiva (cambio de posición).
El acto es hacia donde se orienta el trabajo del análisis y por eso supone la posibilidad de
que el síntoma se exprese y manifieste como división subjetiva, es decir, como un conflicto
que exponga al sujeto al borde de la experiencia de la división, de la angustia y que, de este
modo, el sujeto sienta a necesidad de resolver, de actuar, de transformar algo de la relación
con su deseo. Supone reconocer al ser hablante otra posibilidad de respuesta que la conducta
de huida, supone convocarlo a juna elección que lo singulariza para que pueda tomar partido de
su deseo. Es decir, el acto instaura algo irreversible para el sujeto, se caracteriza por haber un
antes y un después en el que uno ya no es el mismo. Para el caso del ser hablante es un acto
que implica necesariamente la palabra.
Algo en común con el pasaje al acto es que acá tmb hay un rechazo al Otro porque un verdadero
acto es sin el Otro, es ya sin analista. En el acto igualmente si hay algo del deseo en juego; un
acto verdadero es algo que está en relación con el deseo del sujeto, se busca que el sujeto
empiece a actuar de acuerdo a su deseo y no tanto a lo que los otros deseen de él. El acto es una
apuesta, una vez que el sujeto lo hizo ya no hay vuelta atrás se lanzó a su suerte; al neurótico no
le copa esto porque quiere tener todo controlado.

Lombardi: Singular, particular, singular

 Los efectos terapéuticos: son propios de una cura analítica y los que se dan a partir de que
el sujeto se empieza a responsabilizar de su situación y de su división y cambia su
conducta. Aparecen rápidamente, quizá antes de que se pueda trabajar su posición icc.
 Efectos analíticos: responden más a un cambio de posición; modificación de la economía
libidinal, de su posición subjetiva en relación al goce, al icc.
Nudo de la neurosis:

 la neurosis se nos aparece como un nudo enredadoese anudamiento puede causar muchas
inhibiciones. Simplificar el nudo, a unos pocos cordones, aunque no se lo desate, produce
consecuencias en el sujeto, puede producir un margen de libertad, ya no está tan enredado, ya no está
tan inhibido, enajenado.
 el nudo borromeo está configurado, dice Lacan en un principio, por lo simbólico, lo real (imposible de
entramar en lo simbólico) y lo imaginario (que toda estructura requiere como consistencia mínima). Sin
embargo, constató que no alcanzan estos tres elementos para configurar un nudo borromeo capaz de
alojar a un sujeto como ser sociales necesario una cuarta consistencia, de padre, de creencia que
salva del desencadenamiento y le da una consistencia: el sinthome, síntoma.
 no se puede tirar de la soga de lo simbólico tanto como uno quiera, a nivel asociativo no somos tan
libres. Si tiramos demasiado de esa cuerda, se produce un tironeo del nudo que duele fuertemente en
alguna parte, en alguna parte que ya está erosionada desde hace mucho tiempo, desde aquel primer
encuentro con un goce que marcó un antes y un después, un goce seleccionado entre otros, que
singulariza al ser hablante en sus coordenadas.

Singular/Particular

 Es importante poder realizar el diagnóstico. El psicoanalista debe no solo buscar su clasificación, sino
también su reacción propiamente sintomática a los indicadores de lo que su síntoma tiene de típico. Tal
reacción suele ser diversa, causa molestia, vergüenza, enojo, angustia, pero tiene una importancia
capital para advertir que la singularidad no es normal ni universal, que el síntoma es algo suyo, pero
también ajeno, que le es familiar pero también extranjero ya que les ocurre a otros neuróticos que
padecen la misma neurosis que él. El síntoma es algo extraño que lo habita desde hace algún tiempo,
y el proceso mismo del diagnóstico psicoanalítico tiene como función revelarlo en su extrañeza.
 lo particular del síntoma es el diagnóstico (por ej. histeria)es condición de la ubicación del
padecimiento subjetivo para el paciente, y también de la posibilidad de abordarlo analíticamente. Hay
que situar el síntoma como típico, como reductible a la forma clásica, tratando de buscar la percepción
interna de la tipicidad de su padecimiento, poder hacer que el síntoma de manifestaciones más nítidas,
y por lo tanto más fácilmente elaborablelo que incomoda al neurótico no es la singularidad, sino que
es la particularidad de su síntoma, lo que lo hace perteneciente a cierta clase.
 lo singular del síntoma es cómo reacciona a esa tipicidad, su forma singular de situarse, su forma de
enlazarse con el partener, que es lo que se trabaja en un a
 nálisis. Hay algo en el síntoma que resiste a la particularización, le concierne al sujeto íntimamente por
fuera del reconocimiento yoico. Es la clasificación la que nos permitirá que el sujeto pueda
singularizarse y pueda reconocer eso como un cuerpo extraño, no tan adaptado a él.

Entonces, el diagnóstico, la particularización del síntoma, permite ubicar la posición del sujeto en relación
a su padecimiento, en relación a su icc, en relación a su dificultad para decir, en relación al hecho de que
el síntoma es un modo de padecer en lugar de decir. Para hablar de síntoma psicoanalítico el sujeto debe
reconocer un padecimiento, debe poder reconocer que hay algo ahí que lo rigidiza, que lo traba, que hace
de eso propiamente un síntoma, muestra no solo un padecimiento sino también de qué manera eso tiene
que ver con cierto anclaje.

UNIDAD 3: LIMITACIONES DE LA LIBERTAD ASOCIATIVA (REPETICION Y


TRANSFERENCIA)
Esta unidad trabaja sobre las limitaciones al cumplimiento de la regla, donde justamente dirigir la
cura, dirá Lacan, no es otra cosa que hacer aplicar la regla fundamental. Hacer aplicar la misma
no es solo pronunciarla sino ser garante de su cumplimiento en todos y cada uno de los
encuentros, porque inevitablemente el analizante la va a intentar infringirla de distintas maneras
de acuerdo al tipo clínico.

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