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Resumen Primer Parcial ADULTOS- Vázquez

TEORICOS
UNIDAD 1- Fundamentos de la clínica psicoanalítica.
La clínica psicoanalítica es una clínica particular, que se centra en la escucha. Su
objeto está ligado a la subjetividad de quien padece y apunta a aliviar el padecimiento
del sujeto. La tarea de psicoanalizar es la tarea de transformación de la problemática
psíquica de un sujeto, en una relación transferencial.
Regla fundamental de la asociación libre.
En el discurrir de la asociación libre, aparecerán rupturas en el discurso. Para ello, es
necesaria la posición de atención parejamente flotante del analista, a efectos de poder
oír más allá de lo que se dice. En este sentido, no es posible saber de antemano qué
dirá el sujeto, pero suponemos que dirá otra cosa diferente a lo que fue su intención
consciente.
El concepto de inconsciente.
Freud plantea como específico del psicoanálisis el inconsciente reprimido. Lo que
caracteriza la disposición de la neurosis es el retorno de lo reprimido. El inconsciente
reprimido contiene básicamente sexualidad infantil (que, además, es el motor de la
represión) y aquello que se produce al final del período de latencia, que es el complejo
de Edipo.
Toda la sexualidad infantil hasta el complejo de Edipo quedará reprimida por la
Represión Primaria; esto es lo que después se llama complejo nuclear de la neurosis.
El Edipo queda sepultado, y después juega un papel de polo atractor de todo lo que
hay que reprimir a posteriori, como una especie de imán que atrae todo hacia sí.
El inconsciente no es un lugar, es una hipótesis, una suposición que se infiere a partir
de los datos de la experiencia.
Características del inconsciente.
Se rige por el proceso primario. La energía fluye libremente sin tener trabas para pasar
de una representación a otra; por eso se desplaza y se condensa con facilidad.
Los contenidos son representantes de pulsiones. En el proceso secundario todo
cambia. La energía va a ser ligada, ya no es libre. La satisfacción es aplazada, se guía
por el principio del placer, pero hay cierta posibilidad de amenazar esto. En el proceso
secundario hay atención, juicio, razonamiento, acción controlada; lo que busca es la
identidad de pensamiento, no ya identidad de percepción como en el proceso primario.
El proceso secundario solo es posible por la construcción del Yo.
3 fases de la represión.
1. Fijación: una pulsión o componente pulsional no recorre el desarrollo previsto como
normal y, a consecuencia de esa inhibición del desarrollo, permanece en un estadio
más infantil. En tales fijaciones de las pulsiones reside la predisposición a enfermar.
2. Represión propiamente dicha: proceso activo. Contenidos reprimidos a los cuales
se les niega el acceso a la consciencia por acción de esta represión propiamente dicha
3. Fracaso de la represión: irrupción, retorno de lo reprimido. Tal irrupción se
produce desde el lugar de la fijación y tiene por contenido una regresión del desarrollo
libidinal hasta ese lugar.
El acontecer clínico.
La clínica psicoanalítica tiene particularidades que otras clínicas no tienen; por
ejemplo, en el sentido de que la clínica psicoanalítica no es la aplicación de
una teoría.
No hay práctica sin teoría, pero la clínica no es la simple y sencilla aplicación de una
teoría. En la clínica se busca escuchar al paciente que viene, escucharlo en su
singularidad, en su particularidad.
El acontecer clínico no puede ser previsto, no sabemos qué es lo que va a ocurrir.
Podemos crear condiciones, pero no podemos asegurar que haya interpretaciones o
construcciones en cada sesión.
Las sesiones tienen un orden y lo que las ordena es el método psicoanalítico. El
método es la expresión de la teoría; el instrumento es el método, no la teoría. El
conocimiento teórico debe estar ausente en la sesión. La clínica no
se reduce a la aplicación de la teoría.
En las sesiones se debe estar "sin memoria y sin deseo". Sin memoria, porque
cada sesión no es una continuación de la anterior. Sin deseo, es decir, sin desear que
algo ocurra. Dejar ocurrir, sostener lo que pase; el acontecer clínico no puede ser
previsto. En algún momento eso que está pasando va a adquirir significación.
Esto está relacionado a la abstinencia del analista como condición de la
aplicación del método.

El Sujeto Supuesto Saber..


La acción del analista consiste en guiarlo mediante la asociación libre. Es una acción
de guía. No es función del analista proponer ideales o buscar que se logre una
adaptación o adecuación al deseo del propio analista. No se busca la manipulación,
hay que respetar el deseo y la particularidad de quien consulta.
Es guiarlo en la búsqueda de su deseo, dejándonos guiar por la asociación libre, a la
determinación inconsciente del mismo.
El paciente consulta ubicando en el analista que sabe algo respecto de su
padecimiento; un Otro del lenguaje que el analista va a ocupar, a quien se le
supone un saber. El paciente es en realidad quien lo tiene, pero se trata de un
saber no sabido, una verdad que habita al sujeto sin que éste lo sepa.
El analista conoce el funcionamiento del inconsciente, pero nada sabe de la
historia personal del sujeto.
UNIDAD 2: Iniciación del tratamiento
Miller en El proceso diagnóstico. sobre el Sujeto Supuesto Saber y la
ignorancia:
Miller dice (textual): la ignorancia tiene una función operativa en la experiencia
analítica. Se trata, no de la ignorancia pura, sino de una ignorancia docta, de la
ignorancia de alguien que sabe cosas, pero que voluntariamente ignora hasta cierto
punto su saber, para dar lugar a lo nuevo que va a ocurrir.
Miller plantea que esto es una diferencia muy importante para distinguir la posición del
analista antes y después del "umbral del análisis", de la frontera del discurso analítico.
La función operativa de la ignorancia es la misma que la de la transferencia, la misma
que la de la constitución del Sujeto Supuesto Saber (Fundamentos de la clínica
psicoanalítica. ) El Sujeto Supuesto Saber no se constituye a partir del saber, sino a
partir de la ignorancia. A partir de esa posición, el analista puede entender que no
sabemos con anterioridad lo que el paciente quiere decir, pero suponemos que quiere
decir otra cosa.
Así, la suposición del saber no está vinculada al saber constituido (si hay saber
constituido, no hay necesidad de suposición, y sin embargo hay una
suposición de ignorancia)
UNIDAD 3: Transferencia
Condiciones de la aplicación del método.
La aplicación del método del psicoanálisis requiere de ciertas condiciones
que lo hacen viable. La teoría psicoanalítica organiza el marco de la relación
entre paciente y analista.
Asociación libre.
Diga todo lo que se le ocurra. Implica dejar que ocurran rupturas en el discurso.
Suponemos que van a irrumpir en el discurso consciente algunas cuestiones que
tienen que ver con el icc, aparecen los actos fallidos, las fallas. Se pide al paciente.
Atención parejamente flotante.
Que el analista escuche todo con la misma atención pareja y flotante, sin seleccionar
nada en particular. Dejarnos sorprender con lo que vamos escuchando; escuchar esas
rupturas en el discurso, esos cortes, esos saltos que podrían suponer una cuestión
inconsciente.
Se le pide al analista.

Abstinencia.
Relacionado al concepto de Transferencia.
Que la relación sea transferencial, lo que implica dejar subsistir necesidad y añoranza,
como fuerzas que mueven el trabajo, a las que hay dejar "pulsionar". Significa no
obturar con deseos propios, dejar que ocurra algo en la clínica. Implica entrar en las
sesiones "sin memoria y sin deseo".
Sin memoria: una sesión no es continuación de la anterior.
Sin deseo: sin esperar que nada ocurra.
Dejar que ocurra, dejar que se despliegue, no obturarlo con deseos de que
ocurra algo que el analista busca

Consejos de Freud al analista.


Desautoriza todo recurso auxiliar, como es el tomar apuntes, dado que de esa forma
uno realiza una selección del texto del paciente.
Propone iniciar el tratamiento con un período de prueba fijado, de algunas semanas,
para tomar conocimiento del caso y decidir si es apto para el psicoanálisis. Además,
esto tiene una motivación diagnóstica. El proceso diagnóstico.
Estipulaciones sobre el tiempo. Dice que a cada paciente se le asigna
cierta hora y permanece destinada a él, aunque luego no la utilice. Si se
pregunta cuánto durará el tratamiento, es una respuesta casi imposible,
dado que requiere de lapsos prolongados, debido a la atemporalidad de
los procesos inconscientes. Pueden interrumpir la cura cuando quieran,
aunque esto no será positivo.
Estipulaciones sobre el dinero. Freud dice que el médico debe fijar sus
pretenciones y necesidades reales. El hombre trata al dinero al igual que a
las cosas sexuales: con igual duplicidad, mojigatería e hipocresía.
Diván. Lo utiliza debido a que no tolera permanecer bajo la mirada fija de
los pacientes muchas horas al día. Además, no quiere que sus gestos
influyan en el paciente. Tiene el propósito de prevenir la contaminación de
la transferencia.
Comunicaciones. Mientras las ocurrencias y comunicaciones estén, no hay
que tocar el tema de la transferencia, hasta que haya devenido resistencia
Transferencia. Si uno le comunica al analizado aquello que ha reprimido,
mayor será la resistencia. Hay que esperar a que el paciente esté próximo
a ello.
Texto de Simoes: actualidad de la clínica psicoanalítica
Hoy en día, cambiaron tanto los analistas como los pacientes y sus problemáticas
(dice Simoes), así también como cambiaron las relaciones entre ellos y la actitud que
tienenambos frente al análisis. Los tiempos son otros.
Si bien lo que importa es el discurso analítico, también hay que tener en cuenta que
muchas veces la regulación del encuadre desde lo institucional y la frecuencia de las
sesiones afectada por lo social hacen que se entorpezca la condición analítica en tanto
la subjetividad de ambos es involucrada en el encuentro. Tampoco es igual el manejo
del dinero, si un paciente consulta particular, por una prepaga/obra social, o en una
institución hospitalaria. Hay que pensar en las realidades y la subjetividad del caso
por caso, más allá de la pureza de las teorías.
UNIDAD 5: Obstáculos de Asociación libre
Ordenamiento del material psíquico (Freud)
Se debe acceder al núcleo patógeno del síntoma pasando por resistencias. “Capas de
resistencia”, alrededor de las huellas mnémicas más cercanas al núcleo patógeno.
Estas huella mnémicas están enlazadas por hilos lógicos, a través de los cuales pasa
la asociación libre.
Desde la superficie del discurso, a partir de ciertos quiebres en el mismo, el analista
puede interrogar, adueñarse de un tramo de ese hilo lógico que aparece en la
superficie (que no encaja, que es un discontinuo) y seguirlo.
Entonces, en una sesión se parte de una conflictiva actual y se piden asociaciones. El
paciente, pasando por resistencias, va a convocar los recuerdos más profundos y
dolorosos de su existencia. Estos, entramados entre acontecimientos y distorsiones,
que Freud denomina “fantasías”, son la base fundamental del síntoma. Accediendo a
ellos, algo del síntoma cobra sentido y el malestar se alivia.
Fundamentos de la clínica psicoanalítica.Lo verdaderamente acontecido es diferente a
las ideas que ha tenido el sujeto respecto a eso que ha vivido. No importa la verdad
material, importa la verdad psíquica. Llegamos al recuerdo como causa patógena, sin
importar si el recuerdo es verdaderamente acontecido o si es una fantasía.
En el síntoma hay algo de lo pulsional que se satisface. Es diferente a otras
formaciones del inconciente, que no se repiten, sino que tienen una temporalidad
(aparecen y desaparecen). El síntoma permanece. Hay algo que en esa permanencia
se satisface, y el sujeto siente la presunta satisfacción de la pulsión como un
sufrimiento.
UNIDAD 6: Intervenciones ¿Qué es el conflicto psíquico?
Para la psiquiatría los síntomas constituyen la esencia de la enfermedad y
la curación equivaldría a la supresión de los mismos.
Para el psicoanálisis su eliminación no es la curación. La enfermedad tiene la
capacidad de formar nuevos síntomas.
Relacionado a la diferencia entre diagnósticos psiquiatría/psicoanálisis: El
proceso diagnóstico.
Causa de la neurosis: predisposición por la fijación libidinal (constitución sexual
hereditaria) + vivenciar infantil (fantasía o no) + vivenciar accidental traumático adulto
factor desencadenante
El síntoma se forma debido a una frustración (satisfacción que ha sido denegada) a la
satisfacción pulsional externa e interna. La satisfacción denegada regresa a los puntos
de fijación (regresión libidinal) y la fijación recibe un monto libidinal que lo hace estar
sobre investida, empujando para obtener la satisfacción.
Llegado este momento, si la obtención de la satisfacción no implica un conflicto con el
yo, se produce la realización. En cambio, si hay un conflicto con el yo, interviene la
represión estableciendo una formación de compromiso entre las exigencias
pulsionales y el veto a ellas,generando un síntoma que implica una satisfacción
sustitutiva y que expresa una fantasía inconsciente.
¿Cómo orientar la tarea, para que el sujeto se pueda desprender del goce que
parasita el deseo?
Desde el Psicoanálisis, se intenta que el sujeto encuentre una respuesta
diferente al malestar, en lugar de querer borrarlo, dado que la pulsión es
imposible de satisfacer. El malestar es irreductible.
En la actualidad hallamos fuertes resistencias al saber sobre la falta.
Estamos entonces en la tarea de intento de ligadura pulsional.
Los síntomas de la época, entonces, ponen en evidencia una compulsión de
repetición entendida como un goce pulsional que está más allá del principio
del placer.
¿Qué hay más allá del principio del placer? La pulsión de muerte.
La tarea del analista es neutralizar esa compulsión.

PRACTICOS
UNIDAD 1: Diferencias entre Psicoanálisis y Psicoterapias.
Galende realiza una distinción entre psicoanálisis y psicoterapias, respecto a
diferentes puntos.
Las intervenciones.
En psicoanálisis, responden a interrogar, señalar, interpretar. Tienen relación exclusiva
con la palabra del paciente.
En las psicoterapias, son en relación a consejos al paciente o respuestas a
demandas. en general, son previstas y programadas.
El síntoma.
En psicoanálisis, se centra en lo que produjo el conflicto, en el sentido del síntoma, en
su relación con la historia del sujeto. El síntoma se disuelve"por añadidura", por
develar esa verdad. El proceso diagnóstico. La escucha analítica del psicoanálisis es
diferente a la de las psicoterapias. La escucha analítica apunta “por añadidura” a tratar
el síntoma por medio de la investigación inconciente.
El psicoanálisis tiene dos aspectos:
Es una exploración del inconsciente.
Por la vía de esta exploración se pueden modificar los síntomas.
En psicoanálisis, se curan los síntomas por medio de esta
exploración del inconsciente. Esta es la diferencia central con
otras psicoterapias.
En las psicoterapias, se propone la resolución del síntoma y en eso basan
su eficacia.
Concepción del sujeto.
El psicoanálisis toma al sujeto como dividido.
Las psicoterapias tienden a la unidad del sujeto, de adaptación y equilibrio.
Demanda.
El psicoanálisis interroga la demanda, no responde a la misma, no la satisface. Una de
sus reglas es, justamente, la abstinencia. Que la relación sea transferencial, lo que
implica dejar subsistir necesidad y añoranza, como fuerzas que mueven el trabajo, a
las que hay dejar que ocurra, dejar que se despliegue, no obturarlo con deseos de
que ocurra algo que el analista busca.
Las psicoterapias responden a la demanda del paciente y utilizan a la
persona del terapeuta para la cura.
Posición del analista
En el psicoanálisis, se interroga el saber del paciente, evitando una acción
pedagógica. Sujeto Supuesto Saber. Fundamentos de la clínica
psicoanalítica,la acción del analista consiste en guiarlo mediante la asociación libre.
Es una acción de guía. No es función del analista proponer ideales o
buscar que se logre una adaptación o adecuación al deseo del propio
analista. No se busca la manipulación, hay que respetar el deseo y la
particularidad de quien consulta.
En las psicoterapias, el psicólogo hace uso de su saber y experiencia,
como una acción pedagógica con el paciente
UNIDAD 2: El proceso diagnostico
Como para Freud los pacientes psicóticos no podían ser tratados con el
psicoanálisis, le resulta importante la realización de entrevistas preliminares
para lograr llegar a un diagnóstico, que determinará si el paciente es
analizable y puede realizarse el tratamiento.
Uno de los consejos que Freud le propone al analista es, justamente, un
"período de prueba" para tomar conocimiento del caso y decidir si el paciente
es apto para el psicoanálisis, con una motivación diagnóstica.
El diagnóstico en Psicoanálisis - recorrido (Rubinstein).
El diagnóstico en la psiquiatría clásica.
Hace mención al valor que tuvo el intento de "poner orden" a los
fenómenos por parte de la psiquiatría clásica, destacando la riqueza de las
descripciones fenoménicas y las clasificaciones; al mismo tiempo, refiere
que la psiquiatría produce un modo de pensar en categorías universales.
El diagnóstico como saber. Cada teoría recorta el campo particular de los fenómenos
clínicos de un modo diferente; para una puede ser una estructura borderline, para otra
una estructura narcisista y para otra una neurosis grave.
El diagnóstico en psicoanálisis.
En psicoanálisis, el diagnóstico de un sujeto es un diagnóstico producido
en transferencia, que da cuenta de la posición del sujeto en la estructura.
Se trata de construir un saber que permite ordenar y penetrar en la
complejidad de lo real. Están las diferentes estructuras y diferenciarlas es
sumamente importante, pero eso no nos dice nada acerca de ese sujeto, ni
de sus significantes particulares, ni de sus marcas, ni de sus fantasmas.
Freud, además de crear una clasificación nosográfica, se preguntó por las
condiciones de producción de cada patología y de los mecanismos
universales; se propuso así, discernir entre las diferentes formas de
funcionamiento, estando atento a la singularidad.
Lacan destaca la importancia del diagnóstico de la estructura; se lo
consideró decisivo para encarar la dirección de la cura y diferenciar la
neurosis de una pre-psicosis, evitando producir un desencadenamiento.
Dificultades diagnósticas.
Freud planteó la necesidad de realizar un tratamiento de ensayo para
tomar conocimiento del caso y decidir si el sujeto es apto para el análisis
o no. Primeras entrevistas.
No se tratará de hacer una clasificación de superficie, sino de penetrar en
la trama de relaciones, en la posición del sujeto en la estructura. Esto no
siempre puede establecerse de entrada
La importancia del diagnóstico
El diagnóstico es absolutamente necesario, para saber si la persona que se
nos presenta puede beneficiarse o no de un tratamiento analítico.
Para Freud, los pacientes psicóticos no son analizables, porque no puede
establecerse la transferencia; no es así para los pos-freudianos y para la
escuela lacaniana. La responsabilidad de las decisiones implica en algunas
circunstancias la derivación a un psiquiatra para evaluar la necesidad de tratamiento
farmacológico
Diagnosticar como hacer entrar lo singular en lo general.
Para la psiquiatría, hacer un diagnóstico implica hacer entrar el caso singular
en una especie mucho más general. No se buscan las huellas del sujeto en un
síntoma en psiquiatría, no se busca el caso por caso, no se busca la
singularidad de un sujeto, sino las huella de la enfermedad. Implica hacer
entrar un caso singular en lo general

UNIDAD 3: Primeras Entrevistas


Las entrevistas preliminares (Miller).
Miller dirá que no hay una práctica standard: las entrevistas preliminares
pueden durar un mes, una semana, cuatro entrevistas, o pueden durar un año,
y a veces el analista se queda con un paciente durante varios años en una
situación preliminar, de manera que habría un "preliminar permanente".
Diferencia con Aulagnier, que dice que las entrevistas preliminares deberían
durar un máximo de tiempo).
Una admisión es una instancia (un tiempo) en el cual se aloja una consulta.
Puede ser un momento propicio para intentar producir algo de la subjetividad.
Ya en ese tiempo se pone en evidencia la posición ética.
Hablar de técnica en psicoanálisis implica siempre una cuestión ética. Nuestro
abordaje es ético en la medida que se dirige al sujeto. La técnica en su
vertiente del qué hacer no puede distinguirse ni estar por fuera de la
dimensión ética.
Ofrecer esa escucha puede convertirse en una serie de entrevistas preliminares y en
algunos casos conducir a un trabajo analítico. En estos casos, el pedido de ayuda a
partir de la pregunta que vuelve desde el analista, podrá transformarse en demanda de
saber, dando paso a una implicación subjetiva en relación a aquello por lo que sufre.
Miller plantea que el primer pedido que se hace es la demanda de ser admitido. Esa
demanda tiene un fundamento anterior, que implica la autoavaluación. Es decir, avalar
su síntoma, precisamente esto que lo llevaría a consultar. El acto analítico consiste en
autorizar esa avaluación, autorizar a entrar en la experiencia analítica.
En ese primer contacto con alguien está en juego la ética, por eso las entrevistas
preliminares ya forman parte de la experiencia analítica
La avaluación clínica
Miller dirá que la avaluación clínica tiene una importancia vital cuando llegamos a
pensar que un paciente podría ser un psicótico. No es tan difícil cuando la psicosis
está desencadenada, porque la cuestión que se plantea es si el analista puede hacer
algo o no, si puede "terapeutizar" o no al paciente; la cuestión se torna crucial cuando
la psicosis aún no se desencadenó, porque el análisis puede desencadenarla. Por esta
razón, es fundamental para el analista reconocer al prepsicótico, es decir, un psicótico
con una psicosis no desencadenada.
Implicar poder responderse en este tiempo con qué estructura (neurosis,
psicosis, perversión) estaremos trabajando. Implica buscar los fenómenos elementales
(automatismo mental, fenómenos del cuerpo, fenómenos respecto al sentido y a la
verdad) para hacer un diagnóstico diferencial.
Avaluación clínica: responderse sobre qué estructura estamos trabajando.
Primer momento de evaluación clínica, de diagnóstico.
El aval que el analista da a lo que el paciente presenta, que aquello por lo
que viene merece ser analizado.
Las entrevistas preliminares (Aulagnier).
Aulagnier destaca la importancia de realizar entrevistas diagnósticas previas
a la instalación de la transferencia. También le da mucha importancia al tema
del diagnóstico.
Aulagnier dirá que un sujeto es analizable si está dispuesto a vérselas con su
propio conflicto psíquico y sus síntomas. Es preciso que las deducciones que
se realicen en las entrevistas preliminares hagan esperar que se pueda poner
luz al conflicto inconsciente. Tiene que cumplirse esto en primer lugar. Si hay
una pregunta, si viene con angustia, con ganas de "bucear" en su inconsciente.
UNIDAD 5: Transferencia
El concepto de transferencia es importante y central en la clínica
psicoanalítica. No hay tratamiento analítico sin transferencia. Solo es posible
analizar lo que está actualizado por la vía de la transferencia. La transferencia
hace que ciertos conflictos inconscientes se actualicen sobre la figura del
analista y esto es lo que hace posible su abordaje. Sin ella, nada podríamos saber
sobre los conflictos infantiles, inconscientes, etcétera.
Es el proceso por el cual los deseos del inconciente se actualizan sobre ciertos
objetos. Se trata de la repetición de los prototipos infantiles vividos con sentimiento de
actualidad. Es el terreno donde se desarrolla toda la problemática de un tratamiento
psicoanalítico.
Lo característico de ella es la sustitución de una persona anteriormente conocida, por
la persona del analista. Se revive en la transferencia la relación del sujeto,
fundamentalmente (aunque no únicamente) con sus figuras parentales; se revive la
ambivalencia emocional que caracteriza dicha relación. Como si la figura del analista
imantara las cargas que fueron liberadas del deseo inconsciente. Como si se
trasladaran allí, a la figura del analista, las cargas liberadas de la represión.
¿Cuál es la función de la transferencia en la cura?
Por un lado, Freud dirá que la transferencia es el motor de un tratamiento analítico; sin
transfrencia no hay tratamiento. Sin embargo, por otro lado Freud también la
caracteriza como uno de los obstáculos fundamentales que se oponen al recuerdo del
material reprimido. Decir que es motor, es decir que sin transferencia no hay
tratamiento analítico. Una de las cuestiones fundamentales a la hora de recibir un
paciente, no es que a alguien le pase algo o sufra por algo que le pasa; con eso solo
no se instaura un tratamiento analítico. Habrá que ver si de alguna manera eso entra
en relación con el analista. Si no se establece una relación con el analista
(transferencia) no hay posibilidad de instaurar un tratamiento analítico
Freud, Conferencia 27.
La transferencia como obstáculo del análisis
Durante el análisis, nos vamos a encontrar con ciertas dificultades y obstáculos. Nos
vamos a encontrar con que el paciente en un momento determinado, se queda en
silencio, o dice que nada se le ocurre, se detienen sus asociaciones. Puede
molestarse o sentirse incómodo con las intervenciones del analista, y expresarle su
malestar al respecto. La libido entonces comienza a realizar un camino inverso, vía la
regresión y reanima las imagos infantiles. La cura analítica, irá tras ella, la perseguirá y
buscará encontrarla, y será justamente en ese momento en que estallará un combate,
en el que dos fuerzas opuestas se van a encontrar, el deseo del analista de liberar la
libido escondida versus las fuerzas que causaron la regresión de la libido, que se
elevarán como resistencia al trabajo analítico
Abstinencia en definitiva tiene que ver con no salirnos de nuestro
lugar de analistas
Mientras el paciente asocia libremente, tenemos la transferencia como motor. A
medida que se acerca a ciertos contenidos inconcientes, se penetran capas de
resistencias y “estalla la transferencia” como resistencia/obstáculo, lo que significa
que,en lugar de recordarlo en palabras, el paciente lo actúa

Esa transferencia que estalla como resistencia nos marca su proximidad. Sin
que ocurran estos fenómenos tampoco habría análisis. Es un fenómeno que
Transferencia, se repite innumerables veces a lo largo de un análisis, cada vez
que ese fenómeno se repite hay que hacer el trabajo de despegar al analista
del lugar en el que fue puesto.
Entonces, lo que Freud dice es que uno puede intentar despegar al analista de
ese lugar en el que fue puesto, tratando de reconducir esa transferencia a la
situación o al tiempo que le corresponde. Es lo mismo que decir: reconducir la
repetición al recuerdo.
UNIDAD 6 y 7 COMPULSION DE REPETICION
Lo que no ha sido olvidado no es posible de recuerdo; no podemos pensar que el
paciente viene recordando. Su forma de recordar a veces es la repetición. Se trata de
un episodio actual que se va a reeditar en la transferencia.
La transferencia es entonces una pieza de repetición. El analista como un lugar
vacante para que algo se enlace en él. No solo lo vemos en el análisis, sino también
en todos los ámbitos de la vida.
Luego, Freud hablará de la diferencia entre olvido y recuerdo. Hablará de la
idea de que se olvida menos de lo que uno cree; aquello que queda reprimido
tiene efectos y de alguna manera se hace presente. Se hace presente en los
recuerdos encubridores, en los sueños, en las fantasías. El olvido es represión pero lo
que está reprimido no se olvida jamás, sino que se hace presente bajo otras formas.
Para que pueda ser olvidado debe hacerse consciente y seguir el desgaste natural de
los recuerdos. La reelaboración es algo que le cuesta mucho al paciente, pero es
justamente aquello que provoca el mayor efecto de alteración, de modificación
subjetiva para el paciente.
A modo de cierre, podemos pensar que en “Recordar, repetir, reelaborar”
Freud piensa que es a través de la escena transferencial (y lo que del pasaje
por el Complejo de Edipo se repite allí) que vía las interpretaciones el analista
logrará relanzar el surgimiento del recuerdo en el paciente. Así, la
compulsión de repetición hasta aquí es repetición de lo reprimido.

PRACTICO B
UNIDAD 1: PSIQUIATRIA Y PSICOANALISIS

Entonces, con este caso, Freud se interroga el lugar de la psiquiatría y el del


psicoanálisis. Dice que no hay una contradicción y una oposición, sino un
Psiquiatría y psicoanálisis.2completamiento. Desde la psiquiatría, el factor
hereditario y desde el psicoanálisis, la importancia de la vivencia. No se
contradicen.
¿Qué hace la psiquiatría con este caso? Intentará clasificar al síntoma, dirá
que tiene un delirio de celos. Intentará investigar una causa hereditaria. Hará
un diagnóstico y un pronóstico del desarrollo ulterior.
¿Y desde el psicoanálisis? Se buscará el sentido a esa idea delirante, dirá
que pertenece a una trama de una vivencia de la enferma.
Psiquiatría: la declara la acción sintomática una contingencia sin interés
psicológico, no le da importancia. La acción sintomática parece algo indiferente, pero
el síntoma se impone como importante, conectado a un intenso sufrimiento subjetivo.
Ideas delirantes por predisposición, a causa de una trasmisión hereditaria. La
psiquiatría no aplica los métodos técnicos del psicoanálisis.
Psicoanálisis: mecanismo de desplazamiento en la génesis de los celos
delirantes. La idea delirante posee pleno sentido, no son disparatadas. Es
necesario como reacción frente a un proceso inconsciente que hay una
resistencia. La vivencia que hay tras la contracción de la enfermedad
determina unívocamente que habría de engendrarse una idea de celos
delirantes
UNIDAD 2, 3 y 4: INTERVENCIONES EN LA PSICOSIS
Intervenciones en psicosis.No tiene que ver con las intervenciones prototípicas del
psicoanálisis de la neurosis, que son las más conocidas. Para que podamos comenzar
a dar cuenta de los fundamentos de la clínica en psicosis, es necesario que
comencemos con un acuerdo de base, que es pensar a las psicosis como una
estructura distinta de la neurosis (y de la perversión), y no como un déficit de una
supuesta normalidad.
Freud investigó, teorizó, pero hasta él no podemos hablar de tratamiento o de
práctica clínica en la psicosis. También, de acuerdo a Freud, el psicótico no cede la
posición de intérprete, ni tampoco, a causa de su regresión al narcisismo, ama
lo suficiente como para conferir autoridad sugestiva a la palabra del analista. El
narcisismo es la etapa evolutiva de la libido por la que se atraviesa el camino que va
del autoerotismo al amor de objeto, para el sujeto ganar un objeto de amor, se toma
primero a si mismo, antes de elegir un objeto ajeno a este. Freud plantea que las
personas que no han soltado por completo el estadio del narcisismo, es decir que
poseen allí una fijación, pueden tener una predisposición patológica.
En la paranoia, el enfermo no se defiende de su delirio, el Yo se altera en función del
delirio, para mantenerlo. En la neurosis obsesiva, el obsesivo trata de defenderse de
sus ideas obsesivas.
El enfermo ha sustraído de las personas de su entorno y del mundo que lo
rodea la investidura libidinal que hasta entonces les había dirigido. Con ello,
todo se ha vuelto indiferente. El sepultamiento del mundo es la proyección de
esta catástrofe interior; su mundo subjetivo se ha sepultado desde que él le
ha sustraído su amor. La proyección surge para sofocar una percepción interna y
como sustituto de ella adviene a la CC su contenido, luego de experimentar cierta
desfiguración como una percepción de afuera. (delirio de persecusion, lo que estaba
destinado a ser percibido como amor de adentro, es percibido como odio de afuera)
Además, ubica a la formación delirante como el intento de restablecimiento,
de reconstrucción.
El objeto concentra toda la libido del sujeto, y cuando se retira de nuevo
ocurre el sepultamiento del mundo. Se ubica al sepultamiento del mundo
como la represión propiamente dicha. El fracaso de la represión reconduce la
libido a los objetos y el mundo se reconstruye en el delirio. Lo que consideramos la
producción patológica es en realidad el intento de restablecimiento de la realidad.
En la neurosis la pérdida de la realidad estaría en un segundo
tiempo: el estallido de la neurosis, cuando un fracaso de la represión y retorno de lo
reprimido. La neurosis no desmiente la realidad, sino que no quiere saber nada de ella.
En la psicosis, la pérdida de la realidad se da en un primer tiempo.El delirio como
intento dereconstrucción. La psicosis desmiente la realidad y procura sustituirla, se
procura nuevas percepciones que corresponden a una realidad nueva, por vía
alucinatoria.

Neurosis:
Las neurosis de transferencia se caracterizan porque el yo no quiere dar
trámite a una moción pulsional del ello, y el yo se defiende de aquella
mediante el mecanismo de la represión; lo reprimido se vuelve contra ese
destino y se procura una formación de compromiso, que se le impone al
yo; el síntoma. El yo encuentra en el síntoma un intruso, y prosigue la lucha
contra él tal como se había defendido de la lucha pulsional originaria.
En la neurosis, el yo, en vasallaje a la realidad, sofoca un fragmento del
ello (vida pulsional) mientras que en la psicosis ese mismo yo, al servicio
del ello, se retira de un fragmento de la realidad. Por lo tanto, lo decisivo
para la neurosis sería la hiperpotencia del influjo de la realidad, y para la
psicosis la hiperpotencia del ello. La neurosis se conforma con evitar el fragmento de
la realidad correspondiente y protegerse del encuentro contra él. Sin embargo, en la
neurosis no faltan intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más
acorde al deseo, la posibilidad de esto dada en la fantasía.
Psicosis:
En la forma de la psicosis conocida como esquizofrenia, se sabe que
tiende a desembocar en la apatía efectiva, la pérdida de toda
participación en el mundo exterior. El delirio se presenta como un parche
colocado en el lugar donde originalmente se produjo una desgarradura
en el vínculo del yo con el mundo exterior; los fenómenos del proceso
patógeno a menudo están ocultos por los de un intento de curación o
reconstrucción.
Conflicto en la neurosis: entre el yo y el ello (bajo el influjo de la
realidad), por una representación incociliable, la génesis es la frustración de deseos
infantiles. Desencadenamiento: el retorno de lo reprimido, y por lo tanto la creación
del síntoma, retracción de la libido, se quita el afecto va a la fantasia.
Conflicto en la psicosis: entre el Yo y el mundo exterior
(bajo el influjo del ello), es avasallado el Yo, pierde la realidad. Desencadenamiento:
se retorna la libido del mundo exterior y surge el síntoma, momento de brote, al
retornar la libido al Yo.
En el resultado final, la neurosis se evita un fragmento de la realidad,
mientras que en la psicosis se lo reconstruye. En la psicosis, a la huida inicial
sigue una fase activa de reconstrucción, mientras que en la neurosis la
obediencia inicial es seguida por intento de huida. La neurosis no desmiente
la realidad sino que se limita a no querer saber nada de ella; la psicosis la
desmiente y procura sustituirla

Lo que caracteriza a la psicosis es la forclusión de un significante en


particular, el significante del Nombre del Padre.
¿Qué consecuencias tiene que la falta no esté inscripta? ¿Qué implica que el
significante del Nombre del Padre que ordena la estructura no opere?
Para Lacan, la forclusión o rechazo en la psicosis opera sobre un significante
primordial, el significante del Nombre del Padre, a partir del cual se ordena la
estructura. Es el significante fundamental, que otorga identidad al sujeto, lo
nombra, lo posiciona en el orden simbólico. El significante del Nombre del
Padre nunca se inscribió. Además de ser ordenador de la estructura, es también
mediador en la relación con el otro y con la realidad. El sujeto experimenta estados de
excitación en el cuerpo que pueden tornarse insoportables. Perturbador, desgarrador,
puede llevar a intentos de suicidio. Esto nos habla de un goce que no está regulado en
la psicosis
Para Clèrambault hay un triple automatismo: verbal, motor y sensitivo. Dirá
que el delirio se edificará como modo de explicar y dar cuenta de estos
fenómenos que se le imponen al sujeto. Agrega que el automatismo mental
tendrá un carácter persecutorio al volverse temático. Por el delirio, se torna
peyorativo, irritante, vejatorio contra el sujeto. Lacan va a jerarquizar la teoría del
fenómeno elemental elevándolo a característica de esencial en la estructura psicótica.
Se marca una diferencia fundamental entre Clèrambault y Lacan: mientras que para el
primero el delirio es la manera de darle un sentido posible a esta irrupción sin sentido
del fenómeno elemental, para Lacan, el delirio es también un fenómeno elemental.
En la neurosis, el analista se posiciona en un lugar de saber, como Sujeto
Supuesto Saber. Esto no sucede en la psicosis. El que sabe es el psicótico, no el
analista. El saber lo tiene el psicótico. Entonces, la transferencia característica de la
psicosis es una transferencia masiva, total, como sin límite. Por eso es tan riesgoso
que el analista quede ubicado en el lugar del otro perseguidor o que se provoque o se
transforme en una erotomanía, en una transferencia erotómana. "El analista me ama".
Los autores posfreudianos van a hablar de esta característica de la transferencia
en la psicosis, una transferencia más total, al haber esta ausencia de lo
simbólico.
Belucci toca el tema de la transferencia en la psicosis, haciendo referencia al
analista como semejante, al analista que funciona como terceridad. El lenguaje es
distinto en la neurosis y en la psicosis. En la neurosis, se propone al paciente la
asociación libre; en la psicosis esto no es algo que haremos. En la neurosis habla un
simbólico, por lo tanto vamos a encontrar metáfora; en la psicosis, vamos a decir que
no hay metáfora, que hay fenómeno elemental, por lo tanto hay certeza,
autoreferencia, delirio, neologismos, lenguaje con sentido propio y único para esa
persona, que no tiene un consenso social. No hay metáfora, hay literalidad.
En la neurosis pensamos la angustia como una indicación de la proximidad del sujeto
con el deseo, una angustia de castración, angustia como señal; en cambio, en la
psicosis, vamos a hablar de una angustia de fragmentación, en tanto una
fragmentación corporal, una vivencia de despedazamiento, una angustia mortal para el
sujeto.
Lacan hablará de ser "secretario del alienado", como una intervención
relacionada con el poder llevar la agenda del psicótico, poder organizar una
estructura desorganizada, esta estructura desarmada, donde no hay tiempo,
no hay espacio; poder generar una línea de acontecimientos ordenada, ir
generando ese orden que el sujeto vive como un caos.
Aulagnier habla de ser "el oído del que habla", lo que tiene que ver con el
investir el discurso del paciente, ese discurso que es rechazado. Será muy
importante la escucha invistiente, que el sujeto pueda sentirse alojado por el
analista. Esto provoca una diferencia frente a la vivencia de rechazo de los
otros, poder escuchar ese delirio, eso que el sujeto vive como rechazo por
parte del otro.
Soler hablará del "lugar del testigo", testigo en tanto poder alojar el
testimonio de ese sujeto. Poder generar un espacio vacío de goce; el ser
gozado por el otro es algo que le genera mucho sufrimiento al sujeto. De ahí,
la idea de generar un espacio vacío de goce tiene que ver con la posibilidad
de generar una intervención que propicie el acotamiento del goce - poder
ubicarse como semejante, poder ubicarse del lugar del otro barrado, como
este sujeto que no sabe y que no entiende, que de alguna manera no tiene el
saber total.
Es importante presentarnos como barrados frente a la idea del otro gozador;
muchas veces, el paciente psicótico va a querer ubicar al analista en ese lugar
de otro absoluto y el analista deberá correrse, "eso yo no lo sé", "lo estás
diciendo vos", "yo la verdad no sé nada de eso que me estás diciendo". Si el
paciente quiere ubicarnos en ese lugar, nosotros nos vamos a correr
Intervenciones posibles del analista en la psicosis.
Lacan.
Lacan dirá que “nos contentaremos con hacer de Secretarios del Alienado, y
que tomaremos su relato al pie de la letra”. Aquí Lacan hace alusión al modo
en que el sujeto psicótico se relaciona a la palabra, a su certeza, a la no posibilidad de
dialectizar su discurso y de hacer metáfora. También hace alusión en este modo de
escucha, que más que escuchar si la alucinación es verbal, sensorial, etcétera, se
trata de simplemente escuchar al sujeto. En la psicosis, al haber falta de la falta, el
sujeto
queda sujeto, poseído por el lenguaje, no habrá un discurso latente pasible de
ser interpretado por parte del analista.

Aulagnier; concluye con algunas consideraciones sobre la apertura de la


partida en la
psicosis.
En los movimientos de apertura en la psicosis son importantes dos lugares.
El paciente psicótico puede ubicar al analista en diferentes lugares:
Lugar de lo ya conocido. No se puede evitar que el sujeto nos haga ocupar
el lugar de lo ya conocido.
Lugar del objeto omnipotente. Inicialmente podemos valernos de la
proyección de un objeto omnipotente, protector, idealizado para favorecer el
investimiento de la relación, pero rápidamente trataremos de corrernos de ese
lugar
Lugar del perseguidor. La partida se hace imposible si nos asigna de entrada
el papel exclusivo de perseguidor. Si, en cambio, pudimos ocupar antes otras
posiciones, intentaremos utilizar esas experiencias para que el sujeto pueda
percibir la diferencia entre el perseguidor proyectado y el personaje que lo
escucha. Este lugar es heredero del que tuvieron los padres en la infancia del
sujeto. Ellos le prohibieron, y el psicótico lo aceptó, creer que otro pensamiento
que el de ellos pudiera saber lo que se refiere al deseo, la ley, el bien, el
mal.
Cuando la realidad le fue mostrando al sujeto las debilidades de los
padres, ese omni-saber quedó ubicado en el perseguidor.
La relación transferencial es reemplazada en la psicosis por una relación de
investimiento de un escuchante, que es el analista, pero que tiene como
condición una función en el propio sujeto, que es la de ser escuchante de su
propio discurso. En este punto, el analista acompañaría este proceso del
propio sujeto. Se pone en juego una escucha que le permite separar lo que él
piensa de lo que él fue obligado a pensar. Se trata, entonces, del lado del
analista, de esto que Aulagnier define como "una escucha invistient Por eso, dice
Aulagnier, será fundamental y no conseguiremos nada si no logramos "convencer"
primero al sujeto que lo que se propone es un espacio y un tiempo diferentes, que no
son una reiteración del modo en que se ha relacionado con esas categorías. Califica
esta tarea como difícil, pero también necesaria, para que pueda advenir un vínculo
analítico.
Dice Soler que el primer modo de intervención que usó fue un silencio de abstención
cada vez que en analista era solicitado como el Otro Primordial del Saber; maniobra
que, con ese silencio de abstención, busca correrse del lugar que el paciente le
propone como aquél otro que totaliza saber y goce, aquel otro que ocupa el lugar de
perseguidor. Intervenciones en psicosis.Este silencio de abstención habilita, así, un
lugar de testigo.
Un segundo tipo de intervención es lo que Soler llama "orientación de goce". Hay una
orientación de goce limitativa, que funciona como una prótesis de la prohibición
faltante, que consistió en decir que "no" en relación a que esta mujer estaba tentada a
dejarse estrangular por el hombre que decía que la pretendía. Aquí el analista
interviene prohibiendo. Una tercera intervención dejar de convocar al analista en el
lugar del Otro (con mayúscula) y comenzar a construir su delirio, al mismo tiempo que
lo iba depurando y lo iba reduciendo.
Son tres dimensiones del otro: el otro del goce, el otro como destinatorio y el otro
como semejante.
Respecto del Otro del goce, quien ocupa ese lugar deviene perseguidor o
despierta una respuesta erotómana. Esa dimensión persecutoria surge de un
otro que totaliza goce y saber, de un otro absoluto al que el sujeto queda
expuesto.
La vertiente del analista como semejante, plantea Belucci, hace de barrera a
un goce invasivo del otro. Ilustra con los aportes de Fernandez, Winnicott,
donde el concepto fundamental es la introducción de un objeto que cumple la
función de terceridad que sostiene el vínculo entre paciente y analista.
Sobre el otro/analista como destinatario, se refiere a aquél que aloja el
testimonio del sujeto.

Fernandez Las tres grandes intervenciones que menciona son:


1 Las que apuntan al tejido de lo imaginario y prestan representaciones.
Como ser prótesis de la ausencia de lo simbólico.
2 Las intervenciones que apuntan a diferenciar un adentro (íntimo) de un
afuera (público).
Como construcción de una identidad, como diferencia y discriminación.
3 Las intervenciones que tienen como función la de servir de negación
ante el Otro. Operan como separación del Otro.
¿Qué tipo de intervenciones propone Fernández respecto del delirio?
¿Cuáles son las finalidades de las mismas?
Intervenciones que sitúan una contradicción o una imposibilidad
intentando generar un punto de inconsistencia que pueda hacer vacilar al
paciente. Fernández aclara que no se trata de hacerlo desde la lógica de los
neuróticos).
Intervenciones que produzcan algún remedo de lazo social a partir del
delirio.
Intervenciones que acoten el delirio para que deje de ser la teoría que
explica todo lo que le sucede al sujeto en su vida.

Contratransferencia

Freud decía que el analista debía mantenerse en abstinencia y neutralidad,  por ende
si en el analista se suscitaba algo como producto del análisis de determinado paciente
debiera trabajarlo en su propio análisis, para reducirlo. Freud pensaba así a la
contratransferencia como obstáculo  a ser superado. Decía que la contratransferencia
se instala en el medico por el influjo que el paciente ejerce sobre su sentir inconciente.
En “Consejos al médico”, escribe sobre el determinismo inconciente, donde el analista
debe volver hacia el inconciente emisor del enfermo su propio inconciente como
órgano receptor, acomodarse al analizado como el auricular del teléfono se acomoda
al micrófono. Aquí se podría decir que marca que la contratransferencia sería algo
posible de emerger, en este diálogo de “inconciente a inconciente”. 

En ese mismo texto, hablando de las reglas del método, Freud dice que hay que dejar
subsistir necesidad y añoranza, no sofocar ni corresponder a los sentimientos del
analizado, es decir mantenerse en abstinencia y neutralidad. Pero eso no desconoce
que puedan despertarse sentimientos en el medico producto del proceso de análisis.
Agrega, que si se correspondiesen sería una batalla ganada para el paciente y perdida
para la cura. . Por esta razón es de vital importancia que el analista emprenda su
propio trabajo de análisis personal.

Respecto a qué hacer con la contratransferencia hay diversas opiniones.

Lacan por su lado dirá que la contratrasferencia, si bien es un fenómeno inevitable,


hay que reducir su influencia lo más posible, adjudicando que si se interviene desde
ese lugar se pierde la asimetría y se interpreta de yo a yo, es decir desde el eje
imaginario. Al dejarse llevar por la información que aparezca en la contratrasferencia
se contaminaría la visión del paciente y se perdería el lugar abstinente del analista
(caería su figura). A estas interpretaciones de yo-a-yo las llamará “palabra vacía” ya
que se producen en el eje imaginario y no conducen a ninguna revelación de la verdad
del sujeto.

Sin embargo no todos concuerdan con dicha proposición. Tal es el ejemplo de Rafael
Paz, quien propone utilizar la contratransferencia como instrumento. En lugar de
desestimar los contenidos contratransferenciales dice que hay que trabajarlos,
justificando que al producirse en el campo transferencial probablemente vengan a
traernos información importante sobre el caso que es capatada por nosotros de
manera inconciente. La misma entonces aparecerá como indicio que requiere
contención y elaboración por parte del analísta.

Estas representaciones que aparecen no podrían leerse entonces de manera directa y


convocarán al analista a que intervenga sobre sí mismo para recuperarse del
involucramiento.

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