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COMPASIÓN Y

AUTOCOMPASIÓN

La esencia de la autoestima es la compasión hacía ti mism@. Cuando tienes compasión hacía ti


mism@, te entiendes y aceptas. Si cometes un error, te perdonas. Tienes expectativas razonables
acerca de ti mism@. Te fijas metas alcanzables. Cuando aprendes a sentir compasión hacía ti
mism@, empiezas a expresar un sentimiento de valía.

La compasión es en realidad una facultad que puedes adquirir si careces de ella, o mejorarla si ya
la tienes. En segundo lugar, la compasión no es algo que sientes sólo hacía los demás, sino algo
que te anima a ser más amable, amigable y paciente contigo mism@.

La compasión tiene 3 elementos básicos. Vamos a ver cada uno.

 Comprensión: el intento de comprender es el primer paso hacia una relación más


compasivo contigo mism@ y con los demás. El comprender algo importante para ti o para
un ser querido puede cambiar totalmente tus sentimientos y actitudes. No toda
comprensión resulta fácil. El comprender la naturaleza de tus problemas no significa que
tengas que llegar a soluciones inmediatas. Simplemente significa que has hallado la
forma de operar: lo que tienes probabilidades de hacer en una determinada situación y
por qué probablemente lo podrías hacer. Significa que tienes una idea de cómo llegaste a
ser la persona que eres. El comprender a los demás es principalmente cuestión de
escucharlos en vez de escuchar la propia versión que uno tiene de ellos, hacemos
preguntas para tratar de entender a la otra persona, su contexto y sus situaciones.
 Aceptación: este es uno de los aspectos más difíciles de la compasión. la aceptación es un
reconocimiento de los hechos, que implica dejar de lado y suprimir todos los juicios y
juzgamientos. Ni apruebas, ni desapruebas: ACEPTAS. Puede que aceptes algo y no
necesariamente significa que ese algo o alguien te tenga que gustar, pero sabes que está
ahí presente y al hacerlo tratas de dejar de lado los sentimientos y los reproches o juicios
hacía ti o la situación u otra persona y afrontas los hechos o la realidad. La aceptación de
los demás supone reconocer los hechos acerca de ellos, despojados de nuestros juicios y
juzgamientos habituales.
 Perdón: Deriva de la comprensión y la aceptación. Al igual que los dos anteriores, no
significa aprobación. Significa aceptar lo pasado como pasado, reafirmar el respeto a ti
mism@ en el presente y anticipar un futuro mejor. Implica aceptar que algo sucedió,
reconocerlo y luego tomar las acciones que se requieran para finalmente soltarlo y dejarlo
ir. El verdadero perdón hacia los demás significa un cierre de cuentas. La persona o
situación que te daño, ya no te debe nada. No está ya en posición de deudor respecto de
lo que ha sucedido. Ya has abandonado toda idea de venganza, reparación, restitución o
compensación. Afrontas el futuro como una hoja en blanco entre ambos.

HACIA UNA MENTE COMPASIVA

Para desarrollar una mente compasiva, debes comprometerte a cambiar la forma de pensar. La
antigua forma consistía en juzgar y luego rechazar. La nueva forma exige suspender el juicio unos
instantes. Cuando te enfrentas a una situación en la que tu tradicionalmente evalúas de forma
negativa, puedes utilizar en su lugar una serie específica de pensamientos que constituyen la
respuesta compasiva.

La respuesta compasiva empieza con tres preguntas que siempre debes formularte para facilitar la
compresión de la conducta problemática:

1. ¿Qué necesidad estaba (él, ella o yo) intentando satisfacer con su conducta o mi conducta?
2. ¿Qué creencias o conocimientos influyeron en la conducta?
3. ¿Qué dolor, daño u otros sentimientos influyeron en la conducta?

Ahora vienen tres afirmaciones para recordarte que puedes aceptar a una persona sin acusación o
valoración, por desafortunadas que haya sido sus elecciones o comportamientos:

4. Desearía que (la situación o conducta) no hubiese sucedido, pero no fue más que un
intento de satisfacer (sus-mis) necesidades.
5. Acepto (a él, ella o a mí) sin valoración o sensación de maldad por ello.
6. Por desafortunada que fue (su o mi) decisión, acepto a la persona que la tomo (el, ella o
yo) como alguien, que, como todos nosotros, intenta sobrevivir.
Y finalmente, dos afirmaciones sugieren que puede mantenerse la hoja en blanco, que es el
momento de perdonar y dejar ir.

7. “Se acabó, puedo dejarlo pasar”.


8. “No me debe (o no me debo) nada por ese error o comportamiento.

Intenta memorizar esa secuencia. Comprométete a utilizarla cuando adviertas que te estás
juzgando a ti mism@ o a los demás.

COMPASIÓN POR LOS DEMÁS

Para lograr sentir compasión por los demás también es importante algo llamado empatía. La
empatía es una clara compresión de las ideas y sentimientos de otra persona. Supone escuchar
atentamente, formular preguntas, dejar a un lado los propios juicios de valor y utilizar la
imaginación para comprender el punto de vista del otro, sus opiniones, sentimientos, motivaciones
y situaciones. la empatía NO es sentir lo mismo que siente el otro, eso sería simpatía.

Una verdadera empatía es el antídoto definitivo a la ira y el resentimiento. Recuerda que el enojo
lo causan tus pensamientos o la forma en la que interpretas lo que sucede, no las acciones de
otros por sí mismas. Cuando nos tomamos el tiempo de generar y desarrollar esa empatía
tratando de comprender los pensamientos y motivaciones de los demás, vamos acercándonos más
a la respuesta compasiva y vamos siendo más libres de aceptar los hechos, perdonar al ofensor y
avanzar.

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