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ESTADOS DEPRESIVOS
Y CRISIS DE MELANCOLÍA
1 El problcmR de la rln.,{flcnclnn de 1011 cs111dos deprea ívo11 es muy diílcll. Cli\11kftmente 11e di11tinguen
las Ot¡1rtslo11cs c11dógtna., (mclancol íu un ír,olnres y bipolares 1ohrc fondo clclo1imlco) y. Dtpr~sion
cJ MM ·
rótfcas o reactivas. Pero todavíR no M: hll dcj ndo de dl11tutir sobre IM di,1lnlM
formfta de tran11lción y las
divcr11M ctiolo¡ías (cnd6¡cn11 o CKÓ¡!cna) y aohrc lll dlfcrcncill entre sus 1uonó11ti~os o sus
indicaciones
tcrnpéuticM. A este rcsoccto pueden ser conauhnd os los trahajoa que, dcs<.lc el Simposio. se
hilo dcllMrollft •
do sobre c51c problcm11: P. K1 ELII01~ cd. Lchman, Miinich, 19fi5 ; J . ANon. M onm:ra¡,h ir
/11, Spriniter.
Berlín, 1966: G . ll1.1Nnr:R (,lmer. J. Psychlat ., 1966. lll, J); M Rorn y col ~. (Congrés de
Neuro¡lsycho·
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1ái tipi,·a
226
'º'ªf..
HISTORIA
melancóli cos ·a un gran número de enfermos de todo tipo. De un modo mñs pnrticu-
lar. desde el Renacimiento, la melancolía designaba una especie de "locura parcial''
que se oponía a los trastornos generales de la inteligencia, pero no implicaba for-
zosamente la tristeza. Esquirol distinguía en el grupo de las "locuras parciales" o
monoman ías: "una monoman ía propiamente <licha" con un elemento expansivo y una
monoman ía triste o lipemanía. Pero esta lipemanía representaba todavía un grupo
muy heterogéneo. puesto que sucesivamente fueron aislándose el estupor y la confu.
sión mental (Delasiauve), las nu(nifcstacioncs que más adelante constituirían la
psiconeurosis obsesiva (Morel), el estupor catatónico (Kahlbaum) y los delirios
crónicos de persecucion (J.-P. Falret, Lase_gue).
... qut t,·oluciona - Los estados melancólicos asi "aislados,, fueron integrados entonces dentro de
por lo gtntral una psicosis bien caracterizada por su evolución: la locura de dobleforma (Baillarger,
dentro dtl
1854), locura circular (J.-P. Falret, 1854) o psicosis maniacodepresii•a (Kraepelin.
cuadro dt una
psicosis 1899) que estudiaremos más adelante (capitulo IV).
periódica. -A partir de fines del siglo XIX, los estudios sobre la melancolía se interesaron
por su aspecto biológico y hereditario. La melancolia, en su forma franca, sintomá-
tica de la psicosis maniacodepresiva, se convirtió en 'el prototipo de la psicosis
Escudios "degenerativa'\ "constitucional,, o "endógena,,. Después; y paralelamente a los estu-
psicoanalí- dios biológicos y neurolisiológicos, la melancolía (como la manía) ha sido objeto de
ticos ... análisis psicológicos, especialmente por parte de los psicoanalistas (K. Abraham,
.•.y n~urofisio- 1911; S. Freud, 1915, etc.) y fcnomenólogos (Minkowski, Strauss, Digo, etc.). Nume-
lógicos. rosos hechos demuestran, sin embargo, que el humor depende de un mecanismo
complejo en el que intervienen las interacciones hipotalamocorticalcs (Delay).
Por otra parte, la regulación ti mica es objeto, en el momento actual, de u na cantidad
considerable de estudios y trabajos sobre el papel fisiológico y fisiopatológico de las
monoaminas cerebrales (serotonina y catecolaminas) que, por el momento, son muy
diliciles de sintetizar de forma cóherente y satisfactoria. Digamos única.mente que la
depresión seria debida a perturbaciones del metabolismo cerebral, con modificacio-
nes de la concentración de catecolaminas libres a nivel de las sinapsis 3.
A. -ESTUD IO CLÍNICO
\
1
., 1
Para la descripción tomaremos com_o modelo la crisis mcla11cólica franca. agu-
da, de la psicosis maniacodepresiva.
_~I <!f.f.e~ puCd·e· aparecer ~ todas las edades, pero con 1n:1t or frecuencia en el
Jdbtt icos penQdo 9-c_1nvoj uc1o n, Las muJercs son afectadns mils frecuentemente que los hom-
, faclorts
1 blolípicos q11t bres: Los factores gc~éticos y el biotipo picnico (Krctschmcr) tienen la misma impor-
tn la manía . t~nc1a que c_n la mama.' puesto que junto con In expresión fiisica de las crisis depre -
sivas o maniacas constituyen los signos distintivos de ta enfermedad. El acccso.m1cdc
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1
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J El estado
. . actual de CSIU 1nvest1gaclon
• · , s111tct11.nr.
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cs -sc puede con Iris re servas inherentes n su cons -
tante evoluc,on.
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de las nminas hiúgen:is ligndns ; el
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cna pnnc1pa mente de la cant,d.id ·
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dcprc•·,o· . su 1snllnuc1on Junto con ¡ 1 b • d · · ·
1 . un 11 ve nJo e scrolomnn, dctcrminnnn la formn angustiosa de la
1 ., n. n\\cntras que por el co 11 l · 1 d. • ., .
.. • rano, a l!itn1nuc1011 de cntecolan,11111s libres junto con una concentra•
\ c,on norma 1 de serotonina · 1 d • . • '
aumenlo <le 1 1 • • provocann e cun ro chnico <le In dc pre~ión inhihitln. Por otra Mflc rl
1 as enteco 11nunns libre · · · 1 d • . . . . •·• ·
• !i Ort(!mnnn as •presiones con ng11nc1on psu;omotri,.. N. r/C'/ T.
1
C ESTADOS nF.I'RF:S/ VOS Y CRISIS DE MF.LANC OUA 229
1
1 s_g brevenir sin cau5a ni ocasión aparente conforme a la concepción clásica de la depre -
i , sión end~Qa; sin embargo, con bastante frecuencia se encuentran c~~_s_d~~ f!.C~-
denanteLQJ.Le re velan cíclicamente l~ rsonalidad_ maniacodc_p;esiva. El acceso se
d~~_rrolla~ on bastante frecuencia después de un s~ emoci o.!J.ª,Í. (infidelidad de la
pareja, sentimiento de abandono, muerte de un familiar , pérd ida de dinero, de situa-
ción social, etc.); Q ca 11na. ~ (conílictos fam iliares, 5ituación
de frustración, etc.). A veces el pe riodo depres ivo ha ven ido precedjdo de circu os·. Facrom
ta□ cias debilitan tes (puerperio, enfermedad infecciosa , · intervención quirúrgica
, prtripi1a,11n
"surmenage'', etc.). Pero en todos los casos, estos factores favorecen sólo la expre-
sión ciclica de u na personalidad cuyas características veremos más adelante. Para
Kielholz, los factores exógenos desempeñan un papel desencadenante en el 24% de
los accesos.
3. 0 Sentimien tos depre s fros. Ocu pan el primer plano del cuadro clínico. El ... y dt dtpr,silm
paciente aqueja siempre un estado de tristeza profu nda que invade más o menos todo prq/ilflda.
el campo de su conciencia. Por otra parte tiene dificultades en ex presar s.u dolo_r
moral, el cual está constituido por sentimientos intensos y vagos, de aburrimie nt{l,_
d~ di5gusto. de descorarnnamiento . de desespe ro y de lame gtQ~,.
Analicemos este dolor moral, ello nos permitirá. al penetra r en la conciencia des-
graciada del melancólico, comprender e interroga r mejor al paciente. El fondo está
constituido por sentimientos vitales (tambien denominados "holotim icos'' o "endó-
genos") depresivos. La cualidad de la depresión del humor constituye para muchos
autores una particularidad sintomática importante. La tristeza es vital. monótona.
230 ENFER,\IEDADL'S MENTALES AGUDAS
tación clínica evidente, pero deben ser cuidadosamente buscados (Baruk). El e~a-
men cardi«Jl'ascular pone de manifiesto perturbaciones del pulso Y de la. tens1~n
arterial. Según el tipo de melancolía y esquemáticamente, puede ~bservarsc h1potoma
v-;scul; r en las formas cstuporosas e hipertonia en las formas ansiosas. La amenorrea.
es habitual. El examen 11e11ro/ógico muestra a veces una disminución de los rcílejos,
l,!n:Ll.lirotonia muscular y una hipoestesia. Los trastornos 1ieuro1•ege1a1ivos son fre- _
Cll!!ntes_ya sea en el sentido de un síndrome vagotónico en los estados de angusti_?
ett~Roro~a!..x.~ sea en el sentido_d~ una ~eacció~ •~s..!_re ~sante" ~drenérgica.:
111. - EVOLUCIÓN
Ln crisis de melancolía tiene una evolución espontánea de varios meses (general-. Duración
!llente 6 o 7 meses). E$ necesario no perder de vista e·sta duración de la evolución media y
espontánea, abrevindn por las terapéuticas actuales, aunque no sea más que para espon,áneo de
6 o 7 meses.
apreciar mejor los efectos o para evitar pronósticos desfavorables cuando los tras-
tornos melancólicos no curan después de 2 o 3 meses.
La crisis acaba por lo general como ha comenzado, es decir con bastante lentitud.
En el curso de la convalecencia se obse rvan peli&ms oscjlacio ocs de!J1Umor, así _
como recaídas imprevistas. En el curso de estos <·oletazos de melancolía se debe ser
particularmente vigilante en lo que respecta a las tendencias suicidas.
La intervención terapéutica es, a veces, espectacular y no es raro asistir al asom-
bro casi divertido del melnncólico, que sale de su pesadilla preguntándose cómo pudo
llegar a creer que estaba condenado y sentir deseos de morirse.
El recobrar el sueño y e_l apetito son signos capitales del retorno al equilibrio.
B. -FORMAS CLÍNICAS
4.º Melancolí'-!_ delirante...._ El análisis del dolor moral. en la forma típica, nos ha
mostrado que es muy dificil establecer una distinción neta entre la depresión. la triste-
za y el delirio melancólico. Sin embargo. en esta forma el aspecto dcljrantc aparece.en
p rimer plano.
La experiencia -Las "ideas delirantes" mc/a11cólicas fueron estudiadas magistralmente por Scglas,
delirante el cual señaló los siguientes caracte~ s : a) se acom pnilan de una ton alid ad afe_s; tiva
melancólica )'
sus temas. penosaJ)_ ~on monótonas, el enfermo re pite siem ~re _la L_ mi~~ s.Jslcn s_ delirantes;
e) son pobres, es decir la idea delirante no se desarrolln a través de construcciones
intelectuales: son más ricas en emoción c¡ue en contenido ideico; d)~ on pasivas. el
paciente acepta con inercia o desesQero sus desgracias ~ mo s~ _tr~tara de u na abru -
madora fatalidad; e) son divergentes o centrifu gas, es _s!~cir se extienden P..li>..&LCsi-
v.a.ute~ a loLQue le rodean y-ª.!_ ambiente ¡l) se tra IB d ~ deli d_os referidos <1l _pa ~ado
(remordimientos, recriminaciones) o al futuro (temor, ansiedad ).i_los cuales retroce-
den o avanzan demasiado en relación a los acontecimientos presentes.
· -T~d~s estas "ideas delirantes" son experiencias delirantes dela angustia mela11có-
lica_Asi, un individuo que visita el domicilio del paciente es tomado por un juez o un
policía; un ruido en la sala vecina es confundido con el que hacen los guardias que
vienen a detenerle. Las ilusiones son frecuentes , mientras que, por el contrario, las
alucinaciones "verdaderas" son raras. Sin embargo. sucede con frecuencia que ~
melancólico se siente amenazado, ap risionado o invadido po r las fu e r1.as de l Ma l,
¡2udiendo llegar a observarse toda la variedad de ps~udoalucinaciones psí q uicas y_
psicomotoras (Seglas).
· Los temas delmi ntes de la melancolia pueden ser clasificados en varios grupos:
a) Ideas de cu{pabilidqd Consisten en ideas de falta, de "mancha", de peca -
do, cte., las cuales se manifiestan a través de un sentimiento de indignidad o de remor-
dimiento (autoacusación). A este delirio de culpabilidad corresponde la espera de
castigo (ideas de expiación, de condenación).
b) Ideas de (n1stráción (ideas de n,ina, de desgracia). En este caso no se trata
de una fa lta sino de un info rtunio (pérdida de un ser querido, de bienes, etc.).
e) fd~as hiooco11dríqcqs, de tra11sforma ció11 y de negación coroora{c s. Et
melancólico se queja .de no tener un·cuerpo como todo el mundo; se siente vacío, los
intestinos están destruidos, el corazón está helado o no existe, etc.
d) ltkas....d.Liaf]uencia. de dominación 11 de posesión. A la alteración y degra-
dación del"c4erpo se agregan sentim ientos de depreci!1ci<> n moral: los enfermos sien -
ten como si su espíritu estuviera vacío, son incapaces· de querer, de actuar. A veces
~e creen influidos, poseídos (demonopatia) o habitados por un animal (zoopatia).
e) lde_qs_de 11egació11. Todas las "ideas" precedentes culminan a veces en un
tema: la negac1on del mundo, del cuerpo, de la vida o de In muerte. El síndrome de
Cotard (ideas de condenación, de inmortalidad y de negación) se presenta rnramentc
en forma completa en estas melancolías agudas; sin embargo, ciertas ideas delirantes
~ue forman P~~le del mismo se observan con bastante frecuencia, especialmente las
ideas de ncgac1on de los órganos. ·
1. º ,l felancolía crónica simple. S_u cede_Q bie.n a iJ n acc.eso.agudo QJJe..se eter ni- Lasfnrmos
z..a o bien a varios accesos, que se van aproxima ndo hasta no guedar separados...sino crÓlf i(t1t "',;
bastan,,
por rem isiones incompletas v precarias. Sucede entonces que los síntomas quedan frrru,ntl':<.
fijados. el dolor moral se atenúa, la actividad se hace estereotipada y, f:On frecuencia.
-ªParece .un li_gcro debilitamiento intelectual.