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CAPÍTULO/V

LAS PSICOSIS PERIÓDICAS


MANIACODEPRESIV AS

as "Psicosis eriódicas" o "maniacodepresi11as" se caraclerizan por la ten-


dencia "ciclotímica" a producir accesos de mama o de me aneo ta .

HISTORIA

Si bien desde la antigüedad se observó la existencia de una relación entre los acce -
sos de man iª--Y-1os de me la ncQ.)j 11., estas_g_q.s__.:_c..w i.s.'.:_[~o..o_c..a.ns.idcr..ad.as..-ba~ta-
comienzos del siglo x¡~. " cnfcrmedac,ks" inde pendien tes, Ql,!..C.....CJLo.do_casa pacha.n
alternar o com plicarse ocasionalmente. Este punto de vista era compartido todavía
por Pincl y por Esquirol. "No ·es raro". escribía este último en 1816, "ver alternar de
una manera regular la manía con la tisis, la hipocondría y la lipemanía".
J. P. Falr?t Eue en 1854 cua ndo J.-P. Falrct y BaiUarger dcsc rjbicron, casj al misma tiempo.-
y Baillnrgtr. una misma enfermedad, denominada por el primero locura circular (caracterizada
por la reproducción sucesiva y regular del estado maniaco, del estado melancólico
y de un intervalo lúcido, mñs o menos largo) - }!._J2gJ e) segundo Locura de ,iob/,e~. .
forma (caracterizada "por la ~ucesión de dos periodos, el uno de excitación y el otro
de depresión")-. En 1883. apareció el tra bajo de Ritti que, en Francja. co nsag ró In
noción de una afección única, caracttrizada po r la sucesión de crisis de mania o de
m,cl;-n~ ia en un mismo indivrduo.
Kra~~lin. En Alemania, numerosos autores estudiaron la nue va entidad co n el nombre de..
psicosis periódicas. Pero-fue Krncpcljn, qujcn, en !899, ~ms_deJa.dcs.c.r.ipci.ón dc.l..
análisis minucioso de los estados de transición y de las imbricaciones de las crisis
. maníacas y melancólicas, llegó a la nocjón de estad!J.LD.li.uoJ ~mustr.an.d.a._asiJ¡\.
Psic'Osis jdentidad profunda de estas dos formas de trastorno s. Krncp~eli ~ _englobó erllQ.~e$.
~ s~ncialm~nt~
todas las psi.cosi~ _descritas precedentemente con las denominaciones de i111er111itc11-
constifllcional
O ""'Óf~110. te_s_, circulares, periódicas, de doble forma, alternas, en un a. cnfcun edll.d fuodnmcn-
~gún los tal y_p ropuso colocarlas dentro del cuadro de la locura man iacodepres fr a, que co n-
clásicos. sideraba como una psicosis escnc jnlmentc e11dóu11a Ca coo s1i111 cia onl).
Más recientemente se ha comprobado una disminución de la frecuencia de los
E/pu1ttod~ accesos maniacodcpresivos y parnlelamentc una disminución del intercs concedido
'listad~ la por los autores a esta enfermedad.
sociopsiquiatria
~n la bisroria En Nueva York, en 1928, existían IO primeras nuevas admisiones ele maniaco-
d~ la ~lffum~dad depresivos por cada 100.000 habitantes. En 1947, 3,7 por cada 100.000 ,habitantcs.
maniacod~n.sfra.
El porcentaje de las primeras admisiones para m:u,iacodcprcsivos en 1928 era el
257
e LAS PSICOSIS PERIÓDICAS

13.5% de todas las admisiones. En 1947, este porcentaje habia descendido a 3,8 . De
esta forma en un periodo de 30 años la enfermedad maniacodepresíva. en Nueva
York. se redujo aproximadamente en un tercio.
·'...-· Los psiquiatras culturalistas americanos su primen prácticamente los factores
endógenos maniacodepresivos y admiten que la proocnsión a los a,c~s.os.....s.c...pJoducc
por ex periencias infantiles y determinaría personalidades pre psicóticas o premaniaco- _
de12resivas (Arieti, American Handbook of Psychiatry, t. I. pág. 446).
~- Sin embargo, el gru po de psicosis maniacodepresivas -plantea aú.n~...mbkmás..
siem pre en discusión ; ¡.. ·
• l .t _ El rá 1co de su delimitación res ecto a las sicosis de ero-
/11cio11 cro111ca. ste pro ema es esencia mente e . e as re laciones entre ciertas fo r-
ñ1as más o menos crónicas o más o menos deficitarias de psico-sis periódicas y las
formas cíclicas o intermitentes de esquizofrenia (tesis de Rouart. 1934).
' 2 º El aroblema etiológico planteado por la melancolía de involución, /qs mania.s
Y las melancoliás sintom atjcas y las fo rmar reacw•as. En efecto, las opiniones siguen
divididas en lo que concierne a la integración en las psicosis maniacodepresivas de la
melancolía de involución, de la depresión neurótica o reactiva o incluso de los esta-
dos melancólicos que se observan.en el curso de determinadas afecciones cerebrales o
generales.

I. CRISIS Y EVOLUCIÓN PERIÓDICA


DE LA PSICOSIS MANIACODEPRE SIV A

A.- LAS CIRCUNSTANCIAS DE APARICIÓN

cfJ _LA o MEO DE PRIMER ACCESO se sitúa___ .ntes de los 40 . ñ para la


ED
mayoría de los autores (Stenste t, 1952, Larsson y SJogren, 1954). Evidentemente,
este dato varia mucho según se incluya o no en lns estadísticas la mclancolia de invo-
lución.

@ EL SEXO femcn ·nol según Kracpclin, es afectado mis frccue ( 100


muJeres por 70 hombres). Esta es igualmente a opin1on e e m 19 19 y e üdin
(1923); sin embargo. estadísticas más recientes (Slatcr. 1938; Lange. 1939; Frem-
ming. 1947; Stenstedt. 1952) han aten~ado d aramente esta opinión clásica

@. ~...a.i.,.....,._"-"~.,....~ . factor en si mismo tan impreciso. ~ ha nodjd9


ser establecido Por ejemplo. Ritterhaus ( 1926). Kehrer f a rests-
-c 1mer 1926) y Lange ( 1939) creen haber podido establecer que, en Alemania. las
poblaciones del sur. de tipo alpino y latino, es decir las más pícnicas, son las más
hfectndas.

(iv) ,LAS CONDICIONES ~Qf!ALBS Y ECONÓM1cA°~


--
han sido estudiadas igualmen-
te. ~ún los a'uto1-es americanos bu'nham ( 1937), Orven ( 1941 ). Landis y Page
( 1938), Tiet1.e, Lcmkau y Coo pe r ( 1941 ). Jos psjcgsjs mnoiacQdrpccsiYPS son m;s
Jrece1tes..m fS niveles socigsonómicos acoq,odados. Por el contrario. los autores
csca nai navos Stromgcn ( 1938). Lundqu ist { 1945) y Stenstedt ( 1952) no han confir•
mado esta observación.
. - -- -- - ~-·- - - - -
258 ENFERMEDADES MENTALES AGUDAS ~ )
~ - LAS CRISIS Y SU EVOLUCIÓN CLÍNICA
Hemos descrito ya las diversas formas clínicas de las crisis de manía y de melan-
colía; no insistiremos, pues, en el tema. Lo que haremos ahora será dis1i ng11 iL,ki1..
~versas modalidades clínicas de su su_cesión, dcnom jnadaJJJióJ ika Q i1.11enniw11e,
ya sea uni poJar (crisis del mismo tipo), ya sea bipolar. _
Di1~nus tipos CD PRINCIPALES MODALIDADES EVOLUTIVAS DE LAS PSICOSIS MANJACOD~ PREiJ
de altf!n1u11cia
o rucf!sió11 de
ttyAsl Segun si modo de agaciciOo y de;.¡ucwoILae ias crn,s pueden dcscrjb1rs~
lus uccesos.
@> Accesos aislados de manía o de melancolía: eventualidad tanto más fre~
~ naturalmente, cuanto más jóvco.c_u.ea.n los enfermos consider~dot,( 12 % para los
enfermos de 40 años, según Langc). ·,
@J AcceSO§; de ma nía remiren/es en 'queJos acc¡sps-de magja suceden sjn se
intervalo lú~tdo.
(s)) _f. cccsos de manía inLermitgntes (17% de los casos, según Kraepclin).-1.2,t
accesos estiuu egarad..ou .n....est.e-.easo por periodos más o me nos largos en los que el
cnfepno recobra YO estado OWWill,
"" _r!5 1 A~..css.o.s de melancolía remile(lles de eyotyción subc991jpya ,
1, ... 10 ,o )O . so
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F10. 22. Tipos de evolución de psicosis ma11iacodepresivas.
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de los casos según •Kraepclin).
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a. \l(\ ~c.~~$0 O\Mit\~ l.) n;qpwrnmL·otc,. SUl I Cl O(PO ti la normulidad . -
~~UC!Q\C:i tn <muo fo tamitcme doble en llC los accesos en dob!e form.a,
coma ~n os. ~s_~~.1~r1,:~c~rnt,s., S§lUO si;pnrac,lp¾i~orrun ¡;Larga aJa.normahdad ffi9~
o mc~os .lnrso._ __ • . . .
~ -- ,E.\ ul~ cs p(~ri<kiicas a/tenm~cn racterizudas por la alterna~1a .ge_~D~'. L
dc'--m~n~L®-m~hrncolin ,.ksr:rncs <.k remroos mas o mi;nos largos A la u0 trp,aJ.4l~
De h~ha, ~SlQS esq uemas evol ut ivos son teóricos y 1 en la realidad~ bservan...., Es1adosmix1os,

ct . ~s mucho mils a.tipicns. en lM-<iue los u~cesos de manin de melancolía ~ . •
S! l ~CJ\ 9S. umlc en umle, sin n;gu laridod_. Lo miis frc.cucnte es que se trate de psico-
sis periódicus en las que los accesos mns numerosos son de tipo depresivo.
Finnlmcntc debe recordarse In posibilid4d de estados mixlos (Kracpelin), los cua-
les_Q_frceen tod:\s lus formas de tra nsición en tre el acceso de manía y de melancolía.
Kruc-pcli n describió seis formas de estados mixtos: la depresión C0!1 fuga de ideas,
l~ mclan~lin n.gitnda, el estupor éon elementos maniacos, la manía ~mproductiva, la
~ania deprcsh1n. In mnnia aquinética. Esta noción de estndo mixto ha sido criticada
por R~is, Rcmond, etc., y m~s recientemente por Michaux, Saulnier y Bureau
( 1950). No obstntllc, In imbricnción entre los cum.lros melancólicos y maniacos pare-
ce ser u na reulitlnd clinica incomcstable.
@ D UAAClON MEDIA Dll LAS CR1s1s¡ " La duración media de la crisis, en el Duradóndt
curso de una evolución cspontilnca, hn suscitado un particular interés desde que se ha Jascrlsis
prctcnúi<lo nprccim l:i cíicnc.:ia ternpéutica de los tratamientos con E. S. sobre In ydt_l~s
duración de la crisis. En su epoca, Krncpelin estimó que las crisis tenían una du rac ión rM1t~,oMs.
4
media de 5 a 6 meses y qu e tendiun a hacerse mas prolongadas con su repeticióo.
Desde entonces, se hnn establecido otras muchas estadísticas. Podemos hacernos
una idea de lns va riaciones posibles en los resultados, recordand~ que cie rtas crisis
pue!den durar ll\n sólo ni unos dia en e .: · a.IiQS.
y y urguct ( 1951 ), comparando la durnci6n de la hospitnlizaci6n de. un grupo de
enfermos tratados por shocks con In de otro grupo de no tratados, encontraron en
este ultimo una duración media <le 6 meses y 26 dias contra una duración de 3 meses
y 1 dia en los casos tratados. . .
~ \ OUR.ACIÓN Dli LAS RliMISl0NU La duración de lns remisiones es aún mas
vn~ uc la de lns crisis. Por lo •encrul se admite uc tienden a acortarse a
rñcdida ue vnn re 1tiendose los accesos. Según Lange ( 1930) y askind 19~0f,°fa
primera remision te n na una urac1on media de alrededor de los 10 años, la segunda
de unos 4 arios, la tercera de 4 nños, etc. A veces, lns crisis, están separadas por
varias dcccnns de n1ios.
rí'0 ~ snco
A l.AJtOO PL.ual El pronóstico de recidiva es inherente al Pro,ióuico
conctpto mismo de psicosis periódica. Ahora bien, cjSJtns cvolucjons:s son par1iculoc- 1etttl'QI.
· ·, ~ir mu: absHu;ulizoo lo oocrnaL.
uulci..itcccso di.: 111ania,o.dc..mclancolia.
rado de debilitació11 i11te ec ua , n-n"du ar a un
estado de "deme . º. cor respond iente ql anli,&UQ copcceto ék demem:ja
..;;simica de la escucha francesa. Desgrnciadnmente, es muy dificil ·encontrar, en la
prilclica, argumentos solidos (scmiológicos, evolutivos, biotipoló&i~os o de otro
tipo) con los que poder establecer tales pronósticos desde el primer acceso. No
obstante, puede esperarse una evolución desfovornblc en los casos de crisis repetidas
durante lajuvcntud. ·
261
• ENFT:RMF.DAD F.S MF.N7"A U;S AGUDAS

ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
'

Hemos dicho que · · • d . ojos de los


• . . • 1cos1s man1nc o e res1va se resen tnbn n -"los - - - ·
e1as,cos • 1 • d · · nml , lit
- -. ) e11 o •eno es uec,r ue el rn el asi • '
1ere11c1a y a 13 const1t11c1011, ·
• · • aSLcom o a_los Jacto res biológicos lt11111ornlcs i'. ltnm1o-
'
!!,_ªles, c ~a co nsidera ble. Esto se comp rende si se tie ne en cucor¿¡ que esta ps,icosi$
Sf;e

~er "~f~~=r'.~}:~~
~~:l~~~~a on ~~ d _ r c1 l' íl~e~~~ •
[lQí uoa_tc~1d~~ia Illoti~a µ~ofum~ ·
st.101c ....cs1íl ngc1on de " psi~ cndo-
.s. J;JWl.UC -
gc.na" no puede ser sino rclfll ÍV íl, pue sto que. incl USQ ptJp~numcwsas.J;n.m se r más
los estado s man1ncodepre s1vos proced en de un oroccsoJ1erediL1rio. pueden
cnos;·.
o meno_s _dire~ me; te_ c_q_ñdicioñci_do~~~o clcsencn-dena~o,s_por~'factores_eJCóg
e11docr í11a.r y meta-
Considtrnblt (a[<!cciones cerebrales, procesos tnxií11/cccioso s, perturbaciones
rcs
imrortoncio bólicas-aaquiridas y·tam6i"é-i1 por agresiones psíquicas). Es vcrd nd que estos focto
de los factorts prcpsic ótico, lo cu a1
c ircu nstáñcia Íes o ambientales plantean la _cuestión _del car áctcr
constitucionalts e f2:C tl Ís -
nos. re~i~e ~~ nuevo al punto de partidn, es decir a los fne to res endógen os d
.r hereditarios.
~-º-sicj ón que, a.fin de cuentas, aparecen como cle!erm ina ntcs.
~

A.,,.:... H ERENCJ A
_ ,.

ero -
Los trabajos consagrados a la herencia de la psicosis pcr iódic ;i so n mu y nu m
ín utla he-
sos. Citemos especialmente los de R. Vogt (1910), p.l rn quien se trn tnr e.le
csctit lfl
rencia recesiva; los de Ph . Jolly ( 1913). HoíTmann ( 191 9). Rüdi n ( 1923) y In
r lo ge ne ral. hon admit i-
del Instituto de Munich (Luxemburger. 1932). los cua les. po
úc
do que la arección se transmite en forma dominante. Cite mos t.1mbié n el estudio
m:1 nn
Br~usseau (1936), la tesis de Dcslrnies (1937). el 1r:-1 b.1jo cstndis tico e.le Knll
ri111lo (1 \le co nsngrn 111os ,nfrn
( J950) y tos trabajos de Stenstcdt ( 195 3). En el c:i
me nta les
adelante a los problemas generales de In hercnc in en ln s cnfcrm edndcs
(véase pág. 656) insistiremos en este importante problem a.
c
Efectivamente, es en la afección mániacodcp rcsi vn. donde re sulta más cvidc,H
el determinismo heredogcnético.
or de
En tanto que el riesgo maniacodeprcsivo cs. en la población media, alreded
0,4% (Slatcr y Lange), para los hijos es, según los autore s. de 24 a 50% (Jf offm ann,
r, Kall·
Luxemburger), para los gemelos hcterocigotos de 12 a 23 Yo (von Vcr,;ch uc
1

Estas
mann) y en los gemelos homocigotos de 75 a 95% (Kallmann, Lu xcmburgcr).
cifras son lo bastante significativns como para que sobren come nrn ríos:, la
e,sícos/.r
maniacodepresiva depende i1111egahleme111e de/ actores genéticos.
y se
Los trabajos más recientes sobre este problema se deben a Stenstcd t ( 19.5 3)
rda n por
han realizado sobre un grupo de población sueca. Estos trabajos concue
idad en los pmJrcs,
otra parte con los trabajos anteriores para fijar la tasa de morbil
riesgo uc
los hermanos, hermanas e hijos de los enfermos entre el I O y el 15 %. El
ha iitl o
morbilidad de la población general de donde han sido tomada s la s muc,n rns
considerado en el 1% .
En conclu sión se admite gue la herencia de; la p~icQsj~ mooiacQd.c.PE,.1ha..Q.JJc.
-~sr
jiB,9 í\U\QSÓ mjco dom ina nte ccw_unapc nclr1Jlcia inconi é.1:1~.1_ l~~J r_;i_n~c;: ía-f'!~~c
completa, las cifras que se deberían cncont r-au erjan el 50%
e l.AS PSICOSIS PERIÓDICAS
261

~ la g_gcjon ck hc,rcnc1'7C.'-LÍ. vinc 11.l a~a la....d c "co.ns.titución .. (dísposic~on~s afec- F.lrorÓ<'ttr
tivns. tcmr,cramcnto) .R::, meJor la de b1ot1Ro (morfolog,c~. humornl. Y. ps1qu1co). Jil _1•sl1'.lñnfco ~, hihlipo
bjotipo que hn sitio obic to de un- ma yo r numero de traba1os y~ stad,s!lCM en lo que pi~í(n.
se rclierc ni problema de sus rcl:tcioncs con las psicosis maniacmJcprcsívas ~ tras el
t rnhajo fu ndnmentnl de K rctschmcr ( 192 1). el tipo pícnico, hrcvjli neo. 'J;.cchoncJw:: :¡ --
.. i:_cd<~n.Qcado .. desde el punto de vista morfológico. y si111óníco dcsd~LP..Y.!!lº Qt_ '!_Í~ta _
p~iguico. La bioti olo ia icnica misma estil. pues, en relación con disposiciones
instintivonfcctivns. gue ponen al sujeto en "sínto ma" con .el r~~ 19_ext9 riér.. Bioti6o
picnic~ ac' · · 1·c. f rma en con ·unto la constttu c,o n c1c/011m1ca _( rccor -
emos que para Kretschmer el picnico ciclotímico se opone al leptosomático esquizo-
timico. !nito, delgado, y replegado sobre sí mismo 1). Existe, en efecto, u na correlación
significativa entre el biotipo pícnico k retschmeriano y la psicosis maniacodepresíva :
64 % de los maniacodepresivos son de biotipologia picnica (Mauz, 1930; Luxembur-
ger, 1939).

/~
, -FACTORES ETI OLÓGICO S ORGÁNICOS Y PSÍQU ICOS
- -- ---- - - - - --- - ·-· ---- - - - -
Los factores recede111cs herencia. constitución determinan el um bral de re - EJprobl,mn
11 ( lo i ar o·. las co11dicio11es biológicas accíde111 ales cons.titu~....JJ.U. . d, los/oc-taus
~ &YJJ.ill)...ll\.lPQ de factores etiológicos complcmCnt a~ io~3 particularmente importan- ..,_rogf'no.,"._
tes en las "manias y melnncolias sintomáticas" de las lesiones cerebrales, las afeccio-
nes endocrinas. las pert~rbacioncs m_etab_ólicas, las intoxicaciones. los shocks emo-
tivos, etc. _ ..

J.º Papel de lqs lesiones ctrtbralé1 . En la génesis de los accesos maniacode-


prcsivos se han invocado numerosas afecciones del sistema nervioso central. Ya las
hemos citado con :rnterioridad~ principalmente son: los tumores. los traumatismos.
la arteriosclerosis y los trastornos circulatorios. las encefalitis. las meningoencefa-
litis. etc. Pero. ,en especin l, el problema que ha sido ob jeto de innumerables traba jos
c.s...clque hace referencia a las relaciones entre las lesiones nerviosas, su localt1.ac1on r
,eJ- d~~~adtnam jentó..o( [Ósílcccsus. Las teorías más antiguas concedian· una gran
·importancia a ta"-artcriósclerosís ccrebrál (Albrecht) o a las perturbaciones funcio-
nales de la circulación encefálica (Mcyn_ert). Desde las perturbaciones vasculares a
las lesiones celulares, se ha intentado descubrir una patología cerebral de la psicosis
maniacodepresiva, precisar la locali1.ación (corteza cerebral, tronco cerchral. etc.)
incluso con ayuda de biopsias cerebrales (A. R. Eldvige y G. E. Reed, 1938). Sin
embargo, hasta la actualidad todas estas investigaciones no hnn conseguido rela-
cionar los nccesos manincodcr,rcsivos n un proceso histofisiopatológico que fuese
la condición neccsnrin y suficiente.
Aho.ra bien , el gran prohlcmn de actualidad (por otra parte. en discusión, des~~-
l)acc _!l' ~ de trei nta años) es el de la /ocaliznclón de lqs "fu ncinnes t/micnst' f.!l.!1
dir:.n,é.f.al<.J. Recordemos las tan conocidns experie ncias de dcscnc,adena_miento de nf"'dnlm«•11tr
... y
seudocólera (slram-rage) en el animal por lesión de la parte anterior del hipotálamo d~ In$
(13ard; 1928~ Bard y Rioch, 1937). Ln~. experiencias de Wcathley ( 1944) mediante rellldonrtde
destrucción Y de Hcss ( 1949) a través de excitaciones eléctricas parecen demostrar t .t las rri.t i.t
( en 1a meet.1dn en que puede ser sostenida u na tal comprobación) que el comporta· COff fa
pntolos:ítt
miento agresivo está realmente sostenido por un estado afecti110 ,·iw!néiado, contra- dtlilit,ir(fttin. ,t '
2b2 f.NFEJI.M f!DAIJE,1 MElrtAL l!fJ AIJ!JJ,JA.$
_..., - J
~
riumcnlé u lu opíníó n Je MHJctman ( J94 l). eJ cuil al,rma 4fJé f>O ~ H~ mí:. ~ -t ~
11w11{/es1aclo11es motrícetl y vegctatívu, f!rtaz ol>v:r'fad ;nei
< c1.:~rirr~1~k1 r~ ~m
co,npletud us mediante la ex períencía neuroquírúrgic;; .d f k>} ttmvJt~ ~ ~~ ~~ ~ •
dic111.!Uulo. Focntcr y Gaicl ( 1933) han obftrvad(, eitadoj 6e t1'~ fí6: b
"munipulación" del HI vcntrícu·lo, en .et curfu de inte-rvcndon.ei, .Oa.,.-J. ~ en :I
Tulairnch ( 1946) ~o n in á g pruden tes y caHfi.can tan r.iJto ~ ..uauottm de ,ip<J a ~
11ivo" tu, manífestacio ncs aparecidas en el cun,o dt esta~ im.tr<Ytncic~ ~ e "-
región del 111 ventrículo; por ot ra pa rte hactn , uyas tai crúit ,a., fcm:m,~ fí§f
Mosscrman . Contrariamente, J, Oehty ( 1946) concluye de esw,.i hechoJ ~ e1 cr~~
falo interviene no sólo en la cxpreiíón sino tambíén u.en los fe~oc.-s ~ ~ O i ,
mismos•-_ Ouiraud piensa asími i mo que los sín'tomas de la manía (hipeftÍf~ ~ J -
hormia, hiperactividad vegetativa) so n la consecuencia M unz hipu~~ ./4dad h~
talámica, liÍn que sea posible afirmar, ag~ega, que Jt trata de una t?",.cita.ción fflt~-
tamcnte localizada a elite nivel. •
/ Si el hipotálamo y más generalmente las estructuras d~nufáficas pUteen
desempeñar un papel en los mecanis mos de la expresión em.ocíon2l e íad u$0 en los
afectos propiamente dichos, desde ha ce una veíntena dt aooi es d JÚt¡effltj liml:f..ro
(rinencéfalo) el que es considerado como cerebro víscera/ (Mac Lc2n} o eerehr()
qfectlvo (Papcz), como substrato anat.omoftsíológíco dd equilibrio úm,co m ses
relaciones con los instintos, las necesidades y las emociones. De esta forma es como
Wicner ha podido considerar al hipocampo como "un 101.2fü.2dor afocüvo.,,,/Y es
que, en efecto, si los hechos que muestran las relaciones a natomodí oicas ~ aus
formacione s limbicas (hipocampo, amígdala. regione,s septoorbfwías) son ·cx.cc:pcio-
Trab'4/os naks y pr i1cticamente tksconocidos, por el co nt rario, ci!rlos h:échos experirnenl2.ks
rtcír11tts sobrt pcrmíLcn Lal vez relacionar la constitución misma del campo de la concíe~ en
la n,urobiulotíu
d,I e11ulllbrlo
tanto que ~I equilibra los movimientos. pulsíones de deseo. de miedo. de avi.tk-z. de
~11iudo11ul. excitación y de depresión (Henri Ey) con la integración del sistema ceruroeoccra lico.
Reacciones de furor (sham-rage), de míe.do han sido desencadenadas {por K..aada, por
Delgado y por Mac Lean) hace una decena de años por la estimulación posterior dd
hipocampo. Según Passouant y Cadilhac (1960) s~ obtienen componami.e m.os it n 1m
que se suceden desagrado, cólera y satisfacción... El fam oso sin.drome de K l fnier-
Bucy ( 19 39) observado después de ablaciones de los lóbulos temporales habia ya
mostrado desde hace mucho tiempo trastornos <le hiperse.xuatídad, de hiperfagia y ck
placidez anormal en el mono. Pero son las aut()(!stimulacioncs de las regiones sepmor-
bítales (Olds y Milner, 1954; Delgado, 1960; Lilly, 1969; C. W. Le~.-in Jacotrso~
1960) las que han intrigado muchísimo no sólo a los neuroftsiólogos sin.o tambii n a
los psicoanalistas (Ostow Mortimer, 1955; G. Heilbruner, 1960). Estas exoerieocia.s
demuestran, especialmente en la rata. una especie de au toplaccr ma.n tcnido con la
ayuda de la manipulación por así decirlo masturbatoria de b s electrodos implantados
en estas ~struclUras. De tal suerte que, por ello, habría indicios del papel que pueden
de_semp~nar. e? las ..experiencias vividas" de placer. de angustia. de descnc:ad~na-
mtento tnsttnt1vo o emo~ional. El trabajo de Detlcv Ploog (Psychiarrie der G-egett-
wurt, . ': . 1964) Y el libro sobre La co11,science, de Hcnri Ey ( 1968) contienen una
~xpos1c1~n de esta neur~~iologia del equilibrio c~ocional que pa rece tal vez pueda
1nterve.111r en el determinismo de las disregulacioncs del humor del tipo maniaco-
deprcs1vo.

~ñadamos q.ue Borensle~n Y. Dabb~h (1959) ~an concluido de .sus estudios ,wumoenafa-
/ogrqficos, refer_ad.os • l1t ps1cos1s mamacodepres1va. que l.,.s imágeocs aéreas son norma tes
en !º' acce~s t.•pacos; por el contrario, en los accesos atípicos (con aspecto paraJlOide. marua
~~r.t0sa), 1~ ama&enes ion ~•tológicas; asimismo, se observan imágenes igualmente patológ,i-
cas en lo~ carros c:n 4ue se instala un estado crónico de manía o de melancolia.. Estos auwrc:s
LAS PSICOSIS Pl:.'RIÓDIC,tS 263
estimu1~· que es posible, grncins n la tcc nlcu
ncumocncefnlo¡;ri1flcn, prever, cuun~o ac
unn imngen p~lológicu en un cnrcrmo que cnc~entra
presenta uno psicosis n111nlncodepresiv~,
1

aparición de accesos 11 ntipicos'\ bien In bien la


instnluclón de cstudo crónico en In cvo
cnfcrnicdnd (E11cyclupMie Mcl,lico·Chir11rglca luc16n de la
fo. Psychlatrle, tomo 1). .
2.• Factores l1ormo11aletl Desde Kracpc
lin y sobre tod o despué s de _los traba~
jos de Pnrhon ( l 906), no ha ccsuc.Jo
el in1crés por el sustrulo endocrino de
psicosis mnniacodcprcsiva. Sin embargo la
, lu intcrprcwción de In rclnci6n clínica
estns psicosis y los trastornos endocr entre
inos, a pesar e.le lu abundnncia ' de las
cioncs, continúo siendo plausible y con inve stiga•
fusa a In vez. Ésta es la impresión
recoge nl revisar el papel de las dife que se
rentes glóndulns en los estados man
presivos. iacode- Frttuertttmtlllt,
hoportcldo
l. · TIROIDES. Los accesos maniaco lmpontrst
deprcsivos nuténticos, contrariamente una patogenia
estados confusionales o estuporosos, son a los
rnros en el curso de los síndromes de horm onal...
toxicosis. E. Man y E. Kahn ( l 945), tiro ·
entre 43 manincodepresivos, ~o encont
mas que tres síndromes hipcrtíroidcos. raron
Se11alcmos que la adminislraéión intempe
de preparados tiroideos o de tiroxina stiva
no· ha provocado jamás verdaderos acc
maniacos (Tusques, 1955). esos

11. ll11>ór-1s1s. Posteriormente, y al


igual que sucedió con el· tiroides, se atri
buyó a _la hipó fi si s un papel im portant ·
e en la psicosis periódica. En apoyo
patogenia, desde hnce 20 ai,os, se han de esta
descrito numerosas observaciones de
asociadas a un síndrome acromegálic manías
o o n tumores hipofisarios (X. y P. Abe
Nodet, 1934; Urechía, Kernbach y Ret ly y
ezcanu, 1935~ Delay, Malle.( y Naudac
1946; Bergouignan, 194·7, etc.). Ade her,
más, num~rosas investigaciones biol
sobre todo las dosificaciones de brom ógicas,
o sanguíneo, han intentado- establecer
relación entre el funcionamiento hipo una
fisario y manía-melancolía (P .. Abely,
y Roger, 1931; Zondek y Bier, 193 Pas sck
2; P.-A. y C. Chatagnon, 1936; X.
1937, ~·te.). Si bien es todavía dificil y P. Abely
precisar el papel de la hipófisis .en la dete
ciú11 de los accesos maniacodcprcsivos rmina-
, no está excluido, sin embargo, el que
venga en la vasta sinergia de las func intcr·
iones hipofisohipotalámicas, . reguladoras
todo el sistema hormonal y humoral. de
III. GLÁNDULAS SEXUALES. Desde
hace largo tiem po se h~ observado
e~istencia de una relación entre ?as cris la
is maniacodepresivas y las etapas sexuales
la p..11b,_e rtagJ de_ k_rnenstru ación, del puc de_
rperio.~ la menopau.sfa...n.~dc la cas tra
d~_l a ~dad criti ca masculjna, etc, También c~
en este caso la investigación de las relacio•
nes entre las horn10nas sexuales y la
psicosis periódica ha suscitado conside
trabajos (de los cuales se. encontrará la rables
bibliografia en el libro de Bleuler, 1954);
pesar de ello, el problema etiopatogénico a ...
no ha sido resuelto. Insistiremos a propósit st sinp odt4 r
de las psicosis .llormonales. o 'Prt ti:s du .

IV. CORTEZA SUPRARllEt-iAL, En lo


que respecta a la corteza suprarrenal
merece ser señalado un hecho bieñ establec
ido: In administración tcrapeutica de cort
sana y de A. C. T. H. ha provocado esta i·
dos de excitación con euforin de tipo más
o menos maniaco (Delay, Dcrtagna y
Lnurns, 1954) y excepcionalmente esta
depresivos (Masscl y Wurrcn, 1950¡ Muy dos
olis y Cnplan, 1951 ). No obstante, asignar
a las glándulas suprarrenales un papel
en la génesis de los accesos maniacodep
sivos parece cosa prematura. rc·
· · Las diferente·s exploraciones de la func : ·. . .
ión corticosuprarrcnal en• • ps1co~1s pe.n. .
dica no han dado más que cifras que se o·
dispersan alrededor de los valores fis1ologic
(Hemphill y Reiss, 1950; Taban, 1957). os
lM I l~NFfi RMEDADR S MENTALES AGUDAS

lfl hllllrJ.•,lo nll ,r11t1l,dflW , Con IP intención d<, prccisítí su relación con
loll @QíHUIQ8 m11nlttoo11 y m!SIAnQ61iaos IH\ll sido rcnll1.adns, tanto reciente como anti-
Qll1tnl4IH", lllllllf'fOllflli lnvo~tlgnolo nes biológicos en este sentido. Lns mits nntigun-
nHrnlil o~ rlcmu:ht!i h1tn ~Ido llls ftrnc:ic>nc.S hepnticns y lns rc11nlcs (nndonncl, 1924;
l, omlmlO hn Taraowht y l. . ttmaghe, 19 l7; Wuth, 1932; Mnssnut, 1932, cte.). Pero es dificil
j/1(,'fllih/(I ('(111 J)l'tlAla!H ol VAior píltP8énlco d~ lns modiílcncio11cs orgi1nicns así observadas, pues
/(lf {f'fl.fll)fl/Of m11alH111, on l't'líllldiul, no son primitivos. ·
"' 111
110111~11.
f/11 ,w , L.o mi,m10 puat.lQ dealrsf.l , 1:ir1 el estndo actual de lns invcstigucioncs, de toda~ lns
pon11rb1H:hrnu mcrnh61icas : próUdo~, glt'1cldos, metabolismo de base, equilibrio
ftcldobhRICQ, t.llC, Urrn C>HJc, lente exposición de estos trnbAjos, desde 19 30 hastn los
1'1hl1110~ 1iílo~, ~e ~nc:CJn trnrlt en el estudio de Mnssnut (J. beige de N. et P., 1932),
en el de Diud (J. qf mm,. and me111. Dl$eases, 1945). en el libro de ílellak
( 19$2) y on lu monogrnl'in dQ Loukomsky (la P,sychose ma11iaco-dépressfre, ed.
Mcdl zi no, Mo~eú, 1964),
Loli trnsLornos de lo~ pr6tidos, puestoi, en evidencia por los autores antiguos
(Serse t unéo, 1912), han sido nctualizndos por H. Schou y C. Trolle ( 1944). Según
estos últimos puto res, que hun estudiado especialmente In concentración de los ami-
nohcldos y del nitrógeno no proteico en el plasma, estas perturlmciones dependen de
un di 31\JncionnmicnLo hlpofísnrio.
En c3pcclol, han sido estudiados los glúcidos. Kooy, di Renzo, Targowla y Henrí
Ey seña lnrnn, hace 30 años, la hiperglucemia. Según Mac Gowan ( 1936), tiene un
pronóslico fovornhlc. Lockwood (1932) ha insistido sobre las variaciones paralelas
del colc11tcrol y de In glucemia.
Mit11 recientemente, los autores soviéLicos (Prolopopov y su escuela) han obser-
vado igualmente una elevación de la tasa de azúcar sanguíneo y de los fosfatos
esteríílcados ♦ un descenso de la tasa de serina y un aumento de la cifra de l~s globu-
linas, y modificaciones del tono neurovegetativo en el sentido de una hipcrsimpa-
ticotomía. Todas estas modificaciones traducían u na excitabilidad exagerada de la
regi6n hipotalámica.
Finalmente, se pueden relacionar con estas perturbaciones metabólicas las
observaciones clínicas de acceso:ii maniacodepresivos durante las curas de adelgaza-
miento.
4,' Factorc1 tóxico Numerosas sustancias tóxicas pueden dar lugar a cua-
dro3 _clfoicoa r ac 11s a
c9éaína, el protóxido de njtrógeno. Deben citarse especialmente las mnnias sintomá-
ticas provocadas por · medicamentos recientes, tales ·como las amfetamjna s, la
atcbrina. la hid1.ac.ida.~ J_,ácjdj)_oj,cotinis;p (Alliez y Savy, 1954). Puede encontrarse
algunas indicaciones más o menos hipotéticas sobre observaciones o experiencias
recientes, en los trabajos consagrados n las psicosis experimentales ("Model-Psy-
chosis").
S.• P1rtur/Jtu:lonu del m, taboll1mo d, 101 mtdladoru ,n la p.dco1l1 manlcrc°1
!lqr11l,4J El criterio más importante que poseemos de In organicidad de los estados
tímícos, especialmente de las depresiones, nos es suministrado por el estudio del
metabolismo de los grandes mediadores químicos que son In scrotonina y las cateco-
laminas (adrenalina, noradrenalina).
Los trabajos de la egcucla De Ajuriaguerra en particular han demostrado que se
encuentra en los sujetos afectos de depresión endógena un aumento de In eliminación
de los metabolítos de estos dos mediadores.
Ahora bien, se sabe que la serotonina ejerce una acción importante, aunque mal
conocida, sobre el funcionamiento cerebral. Medicamentos como la rcserpina y el
LAS PSICOSIS PERIÓDICAS 265

grupo de inhibidores de la monoaminooxidasa (l. M. A. O.) poseen una acción sobre Strn/n11inn
el metabolismo de la serotonina. r 1lflrndrrnnli11a
·.m,, q/rcrndn<
La rcscrpina provoca una liberación de la serotonina a nivel d(.J sistema nervio-
por lo.t
so. La deplcción tisular en scrotonina bajo el efecto de la rescrpina se expresa por m,dicnmr11tM
un aumento de la eliminación urinaria de su metabolito. el Y-H 1 1 A. Se explica la I.M.11 .0 .
acción sedativa y depresiva de ·ia reserpina por esta dcpleción tisular en serotonina.
Por el contrario, los inhibÍdores de la monoaminooxidasa .(l. M. A. O.) poseen
una acción inversa a la de la reserpina: disminuyen la velocidad de degradación de la
scrotonina de la que provocan un enriquctimiento relativo de los tejidos.
Desde el punto de vista terapéutico y farmncológico. existe una diferencia clara
entre los l. M. A. O. '¡ los antidcpresores tipo Tofranil. Los T. M. A. O. poseen una
acción sobre el metabolismo de la serotonina y de las catecolaminas: inhiben la mono-
aminooxidasa que es la enzima encargada de destruir tanto la serotonina como las
catecolaminas. mientras que el Tofranil y los otros antidepresores no poseen ninguna
acción sobre estos mediadores.
En suma, tras esta larga enumeración de factores orgánicos observados én la
psicosis maniacodepresiva. parece que se puede decir que existen variaciones del
medio interior que provocan una respuesta del sistema nervioso: la oscilación timica
del humor. Pero conviene recordar que tenemos pocos medios de investigación en lo
que concierne a la fisiología y la bioquímica cerebrales propiamente dichas. El elec-
troencefalograma es manifiestamente un método global y burdo. No hay que olvidar
que fo que sucede en el escalón molecular de la célula cerebral es realmente muy dife-
rente de lo que sucede en el medio interior general. Ademas. existe una gran distancia
entre los fenómenos biológicos que acabamos de recordar y los fenómenos clínicos
psiquiátricos.

6. • ...Slulclcs ano.tn.o.s y J:_actf}1:.~s p.síguicos. La aprcc1ac1on del papel de los


shocks emotivos nos remite al problema ya mencionado, que plantean las formas
reactivas de la psicosis maniacodepresiva. Como he mos dicho anteriormente, si bien Factores
jos factores hereditarios y constitucionales desem peñan un papel primordial. proba- psicóR"""·~-
blemcntc no son suficientes. En otros términos, ·és probable que la osjcosjs D<LS.C.a
jamás total~cnte endógena, sino que sea tambien más o menos reactfra , no tan sólo
ª Los Íiictom _orgánicos que acabamos de enumerar sino también a los factores afec-
ti..Y.Q..s...Los trabajos de Litwak ( 1949), de K. Schneider ( 1950), de Kahn ( 1950) tienden
a delimitar la parte que procede de los factores adquiridos y se esfuerzan en articular
los factores ambientales y reactivos con los factores endógenos del temperamento y
de las predisposiciones.

7.• Los/actores c11lturalu. Los sociopsiquiatras americanos ~!~ib~yen, como


hemos visto, a los factores socia.les y culturales una importancia tan grande como a
lo.s factores endógenos. La importancia que conceden a la cultura está basada en
estudios de psiquiatría comparada (Eaton y Wcil. 1955) y en la distribución ecológica
diferente de la psicosis maniacodcpresiva y de las psicosis esquizofrénicas (Faris y
Dunham, 1939). Los factores culturales actuarán por el tipo de cultura. Especial-
mente turas integradas en valores morales ase uradores odri n · ºl-
[!l CJ)tc conducir a unos tipos e relaciones familiares propicias al desarrollo de una Anrrnpnln~ín
pcrs9oali.dad prcmanjacodeprcsiv~ Los_or ras [actores cuUuca les µaciales sao r 111t 11 rn 1.r
Principalmente. ~I nivel cconó~ ico, la estabilidad social. las inmigraciones, etc._ depre.tión.
La evaluac1on de las reacc1oncs depresivas a través de las culturas ha sido practi-
cada por E. Stainbrook (1954) con un espíritu propio de la antropología comparada.
Este último autor piensa que .. ,:is sociedades de estructura familiar extensa tienden
2~,6 EN FER ,\tEDA Db'S AIENT ALES AGUD AS
a presen tar u na i ncide ncía de reacció n depres iva más baja que las socied ades de es•
tructura familiar rn ás restr ingida, de ,nodo conyu gal". En una fa1nilia extensa, Jas
ocasio nes de fru strac iones masiv1s tstnn ratificadai_, tas reacciones interpersonales,
n1ás flojas, más diversificadas y me, or adaptad.u. ·Las socaeJ udcs difieren por Ja
0
repartición de los pape les val orados y fas po5ict0ncs funcio nales que conced en a Jas ·
diferentes cdadts de la vida. Nuestra propia cuhu ra deja de reconocer su puesto a
los aúolc~ccntes , a. las ,n ujercs tras lu edad madur a y a las, pe rsonas de edad de anlbos
sexos." Eslo podría explica .e, la incide ncia el.evada de ps,ic,osis ti,nicas en estas épo~as
de: la v idat.
Sin e1nbargo, n.o es suficiente con babe.r puesto de. manifiesto lo.s factores here·
ditario s, un c ie rto biotipo~ trastor nos del sis1en1a nerviosoj trastor nos glandu lares
o perlurb acion~ s de la homco stasis para cxp.licar u n acceso maniacO<Jcpresivo. ~
~@~ de: niania o de melanc olía no puede reducirse a u.na crisis de 1;1 rticaria o de go1a.
~quéUa esta en intim ~ ~cl-ªció~ on el si stcn1a de la ~ rst> nalídad ¡ se desa~rp JI! como
c~prc~ión patética ~ J:>JUQAÍStjc-ª-- ~ los drama s m~__p!.Qf!1ndQ.~_Jje §~ ~istQrí a. A
propói, ito Je Ja descrip ción de c,u.ht u .na de las dos crisis" hemos dado u na idea de su
c~aruct ura significativa al estudia r su psicopatologia; pero podrán encont rarse más
amplia., consid eracion es en el estudio con.sag rado por li . Ey .a ·· Et hombr e maniaco-
d cpresa.vo •• .

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