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¿QUÉ SON LOS RIESGOS PSICOSOCIALES Y CÓMO

PUEDES EVITAR SU APARICIÓN EN TU EMPRESA?


Los riesgos psicosociales ponen en jaque el bienestar de las personas trabajadoras, y por
ende, la proyección y competitividad de las empresas. Su impacto en la salud de los
trabajadores provoca importantes lesiones y secuelas a nivel físico pero, sobre todo, a
nivel mental y emocional.

En este sentido (según “People at Work 2022: una visión sobre el equipo humano
global”), casi 7 de cada 10 trabajadores sufren estrés en el trabajo.

Además, de acuerdo con la Encuesta Europea de Salud, el 50% de los trabajadores se ha


planteado dejar su puesto laboral por sentir que afecta su salud mental, y hasta un 27%
llega a renunciar a su empleo por esta razón.

Para evitar su aparición, es esencial conocer qué son los riesgos psicosociales y qué
medidas son las más efectivas para prevenirlos. En esta guía, te explico todo lo que
necesitas saber sobre ellos y convertir a tu empresa en un lugar más seguro, más
saludable y más competitivo.

¿Qué encontrarás
1. ¿Qué es la psicosociología en el
2. ¿Qué son los riesgos
3. ¿Cuáles son los principales riesgos psicosociales en el
4. ¿Cómo prevenir la aparición de los riesgos psicosociales en tu empresa?

1. ¿Qué es la psicosociología en el trabajo?


Todos los aspectos que puedan afectar a la seguridad y salud de nuestros trabajadores y,
en consecuencia, a su actividad y productividad, deben ser el foco al cual dirigir
nuestros esfuerzos. Por ello, la psicosociología en el trabajo cobra una especial
importancia a la hora de garantizar la satisfacción laboral de los empleados.

La psicosociología en el trabajo se centra en atender, eliminar y reducir, todos aquellos


riesgos psicosociales que atentan directamente contra la salud y el bienestar de los
trabajadores.

2. ¿Qué son los riesgos psicosociales?


Entendemos por riesgos psicosociales aquellas condiciones laborales en las que se
desarrolla la actividad del empleado, y que pueden repercutir en su salud psíquica o
física, así como en la calidad y resultado del propio trabajo.

Al igual que ocurre en el ámbito de la percepción del riesgo, donde cada persona, en
atención a su carácter, vivencias y personalidad, puede concebir la existencia o no de
riesgo de manera distinta, ante un mismo riesgo psicosocial es posible que se
desarrollen comportamientos dispares. No todos los trabajadores van a reaccionar del
mismo modo, ya que son cuestiones relacionadas directamente con la personalidad,
expectativas, vulnerabilidad y, en definitiva, cuestiones conexas al mundo interno de la
persona.

Con independencia de este hecho, lo cierto es que los riesgos psicosociales, los cuales
analizaremos con posterioridad, tienen incidencia directa sobre la actividad que un
determinado trabajador está llevando a cabo. Esto es indudable en tanto que estamos
haciendo referencia a las condiciones propias de trabajo.

Obviamente, no obtendremos un mismo resultado si cortamos madera con una sierra


manual oxidada, que con una motosierra. Pues lo mismo ocurre con los trabajadores: si
no cuentan con el contexto de armonía necesario para desempeñar su trabajo, el
resultado dejará mucho que desear.

3. ¿Cuáles son los principales riesgos psicosociales en el


trabajo?
Como los riesgos psicosociales están directamente relacionados con la actividad laboral
a desarrollar, existen muchos, y muy diversos. Pero, entre los principales, destacan:

3.1. Carga mental

La carga mental es una situación psíquica límite. Nos podemos encontrar ante dicha
“carga mental” cuando se realizan actividades que requieren de un sobre esfuerzo
psiquíco-racional muy elevado, hasta el punto de que la persona se ve saturada,
sintiéndose incapaz de revelar hasta el más sencillo de los problemas.

Esta carga mental, puede ser debida a ese sobreesfuerzo que requiera la actividad que se
desempeña, o a otras condiciones laborales, como por ejemplo, disponer de un tiempo
limitado para dar respuesta a determinados requerimientos, necesidad de memorización
para llevar a cabo un proyecto etc.

Es cierto que existen determinados trabajos donde, por la mecanización o la limitación


mental en el ejercicio de los mismos, no nos vamos a encontrar con este factor de
riesgo, pero es importante identificar cuando estamos ante esta situación, ya que puede
conllevar consecuencias nefastas que pueden derivar en baja laboral -depresión,
ansiedad, estrés-, y en pérdida de calidad en los resultados.

Principalmente, se identifican como factores de riesgo en este ámbito:

 Necesidad de concentración y precisión constante.

 Complejidad en la información que debe ser procesada.

 Tiempo para ejecutar la actividad.

 Número de actividades a ejecutar de manera simultánea.


3.2. Tiempo de trabajo

Es necesario contar con una buena organización en cuanto a la distribución de la


jornada laboral. Disponer del tiempo necesario para poder desarrollar la tarea
encomendada, sin prisas ni presiones. Además, influye el horario establecido, en cuanto
a si este permite la conciliación familiar y la ejecución de las actividades diarias.

Por otro lado, también dispone de especial incidencia los turnos rotativos
-diurnos/nocturnos- en tanto que conllevan un constante cambio en el día a día del
trabajador.

3.3. Exigencias emocionales

En determinados trabajos es necesario disponer de un elevado control de las


emociones. De manera genérica, podríamos decir que en todos aquellos que conlleven
un contacto directo con otras personas -trabajos cara al público- hay una cierta carga
emocional.

Controlar muchas veces supone ocultar. Esto puede acabar perturbando la visión que el
trabajador tiene de la actividad que realiza, ya que se ve privado de expresar lo que
realmente siente y, muchas veces, forzado a compartir y exteriorizar idearios que no
comparte. Paralelamente, nos encontramos con aquellos trabajos, como en el ámbito
sanitario, donde la carga emocional deriva de las situaciones extremas a las que se
encuentran expuestos.

En cualquier caso, para evitar que esta carga emocional se convierta en un verdadero
problema, es necesario realizar una introspección sobre nuestros criterios morales y, en
caso de que sea necesario, acudir a profesionales que nos puedan prestar la ayuda
necesaria.

3.4. Apoyo social y relaciones interpersonales

En este punto hacemos referencia al ambiente laboral en sí mismo. Es decir,


las relaciones que se establecen entre los propios trabajadores.

Esta cuestión que, al inicio, puede parecer superficial, lo cierto es que tiene una
relevancia trascendental, ya que contar con apoyos dentro de la organización es un
factor determinante a la hora de forjar vínculos con la propia empresa, además de actuar
como moderador del estrés y la depresión. Es por ello que debemos poner el foco de
atención en los entornos de trabajo aislado, donde existe la imposibilidad de poder
entablar relaciones humanas con el resto de compañeros.

Aunque las relaciones entre trabajadores pueden comportar el origen de tensiones y


discrepancias, afectando negativamente al ambiente laboral, es importante fomentarlas,
en el marco de un entorno saludable, con el objetivo de formar equipo y encontrar un
constante apoyo al acudir a nuestro trabajo.

3.5. Desempeño de rol


Como comentaba con anterioridad, la organización en la actividad que se desarrolla
es un aspecto relevante que puede actuar como un factor de riesgo cuando no se
dispone de ella.

Desde esta perspectiva, resulta necesario establecer directrices para determinar qué
trabajo en concreto debe realizarse. Además, las tareas que se lleven a cabo deben
disponer de coherencia y conexión entre ellas, en el caso de que un mismo empleado
realice varias. En caso contrario, puede comportar la aparición de conflictos ante
exigencias incompatibles, u órdenes contradictorias. La ambigüedad, y la sobrecarga,
pueden dañar la productividad de los trabajadores.

Así mismo, cobra relevancia el grado de autonomía del que se disponga. Es decir, si el
trabajador no tiene margen de deliberación, ni capacidad de decidir la forma de
organizarse las tareas, o los medios a utilizar para el desarrollo de la misma, puede
suponer una disminución de la sensación de autorrealización.

3.6. Estilo de mando

La manera de dirigir y gestionar al equipo humano de los directivos y mandos


intermedios de la organización, repercute directamente en la actitud del trabajador
ante la tarea a realizar, así como en el entorno laboral.

Ejercitar una organización estandarizada y banal, comportará desmotivación y,


inevitablemente, afectará a la productividad y competitividad empresarial. Es necesario
conocer al equipo de trabajadores, sus particularidades y características, y tratar de
llevar a cabo un mando que se adapte a las necesidades específicas de los empleados,
intentando adoptar medidas dirigidas a mantener un correcto liderazgo y capacidad de
gestión.

3.7.Comunicación

Una pieza clave, tanto en el ámbito preventivo como empresarial, es la comunicación


entre trabajadores y los diferentes mandos. Para que una empresa pueda funcionar
correctamente, es necesario que todos sus integrantes, además de contar con una dosis
extra de motivación y compromiso, dispongan de herramientas de comunicación fluidas,
que permitan la proposición de nuevas ideas, métodos, mejoras, etc.

Una comunicación fluida va a permitir un mayor grado de colaboración, fomentando el


trabajo en equipo. Por otro lado, también sirve como herramienta para identificar
problemas.

3.8. Mobbing o acoso moral en el trabajo.

El mobbing podría identificarse como un subtipo propio de la violencia laboral. En


el marco de la violencia que puede sufrir un trabajador en su lugar de trabajo, psíquica o
física, podemos distinguir:

 La violencia externa: este tipo de violencia la producen personas que no se


encuentran en el organigrama empresarial. Es un hostigamiento emprendido
por personas ajenas a la entidad, como clientes o usuarios. Este tipo de
violencia puede ser tanto psíquica, como física, tendente a insultos,
vejaciones, e incluso agresiones. Suele darse en aquellos trabajos cuya
actividad principal va dirigida cara al público.

 La violencia interna: es aquella que es ejercida por individuos que comparten


entorno laboral. En este tipo de violencia, podemos englobar, además de
agresiones físicas o psíquicas, acoso de cualquier tipología -moral, sexual,
discriminatorio, etc-.

Es, en esta última clasificación, donde encajamos el mobbing como acoso moral. El
mobbing ha sido concebido como un modo de hostigamiento cuya característica
principal es la continuidad y progresividad en la conducta productora del mismo. Poco a
poco va produciendo un desgaste psicológico en la víctima, hasta el punto de ocasionar
verdaderos problemas de salud, como depresión.

Lo cierto es que aunque a priori pueda parecernos que este tipo de conductas violentas
no se producen de forma habitual en nuestras empresas, hay un elevado número de
trabajadores que lo padecen. Y es que en numerosas ocasiones el mobbing no se lleva a
cabo de manera consciente por un único individuo, sino que la confluencia de diferentes
factores de riesgo psicosocial como los que hemos analizado hasta ahora, pueden
propiciar su aparición, como carga mental, falta organizativa, presión excesiva, clima
laboral hostil, etc.

Por ello, resulta tan importante aprender a identificar estos riesgos, y hacerlo a tiempo,
para prevenir y evitar que cuestiones que están a nuestro alcance, acaben menoscabando
gravemente la salud de los empleados.

3.9. Acoso o violencia sexual

Todas las empresas, deben elaborar un protocolo de acoso laboral y sexual, que
reconozca la necesidad de prevenir conflictos interpersonales o conductas de acoso en el
trabajo, imposibilitando su aparición y erradicando todo comportamiento que pueda
considerarse constitutivo del mismo en el ámbito laboral.

Por un lado, enfatizando la no aceptabilidad de las conductas de acoso en el trabajo, del


tipo que sean; y por otro y de forma coherente, planteando acciones de prevención y de
sanción de las mismas cuando estas se produzcan.

Con objeto de garantizar la protección de los derechos de la persona legalmente


reconocidos, la empresa, en su profundo compromiso de establecimiento de una cultura
organizativa de normas y valores contra dicho acoso, manifiesta como principio básico,
el derecho de los trabajadores a recibir un trato respetuoso y digno.

3. 10. Burnout o Síndrome de estar quemado (SQT)

El Burnout o Síndrome de estar quemado es una patología crónica motivada,


principalmente, por el sometimiento continuo al estrés laboral. La exposición a diversos
factores de riesgo psicosociales, como los analizados con anterioridad, y en particular,
cuando el trabajador se encuentra sometida a una fuerte tensión emocional y cognitiva,
pueden derivar en un menoscabo grave de la salud psicológica del trabajador,
desembocando en un estrés crónico.

4. ¿Cómo prevenir la aparición de los riesgos


psicosociales en tu empresa?
Para prevenir la aparición de los riesgos psicosociales en tu empresa, tienes que
implementar medidas preventivas que te ayuden a garantizar un entorno seguro y
saludable.

Solo de esta forma, conseguirás promover el bienestar de tus trabajadores y,


consecuentemente, acabar con todos esos riesgos que pueden atentar contra su salud
mental y emocional.

A continuación, te propongo algunas medidas que te ayudarán a conseguirlo:

4.1. Realiza evaluaciones psicosociales de manera periódica.

Si quieres acabar con los riesgos psicosociales, primero debes conocer cuál es el estado
mental y emocional de tus trabajadores. Y, para ello, es necesario que realices
una evaluación psicosocial.

La evaluación de riesgos en el ámbito psicosocial se complica, ya que a diferencia de lo


que ocurre en otros sectores de la PRL, pueden coexistir diferentes motivos que
configuren un mismo riesgo, interdependientes y simultáneos.

Así mismo, se añade el hecho de que muchos riesgos se encuentran “ocultos” y no son
perceptibles a simple vista, al igual que sus consecuencias, en tanto que en numerosas
ocasiones, el menoscabo a la salud del trabajador no se produce de forma inmediata. No
observamos un resultado directo y conciso, ni en todos los trabajadores se va a observar
una misma patología ante un mismo riesgo.

Por ello, a la hora de realizar la evaluación de riesgos, debe tenerse en cuenta los
diferentes aspectos que pueden confluir en la aparición de un riesgo: condiciones
laborales, factores moduladores del riesgo, naturaleza de la actividad, etc.

4.2. Implementa el Test de Bienestar Emocional

Si la evaluación de riesgos psicosociales sirve para conocer cuál es el estado general de


la empresa (en cuanto a salud psicosocial se refiere); el test de bienestar
emocional sirve para determinar el estado de salud particular, e individual, de cada una
de las personas trabajadoras.

Así pues, este test consiste en una autoevaluación que permite identificar:

 El estado de salud mental y emocional de cada trabajador.

 Su capacidad para rendir de manera óptima.


Se realiza de manera rápida y sencilla de modo online y valora 3 aspectos psicosociales
clave y relevantes:

 Síntomas físicos, relacionados con estados de estrés.

 Síntomas psicológicos, referentes al estado de ánimo (depresión).

 Síntomas adaptativos, atendiendo a situaciones estresantes.

De esta forma, con ayuda del test de bienestar emocional, podrás detectar posibles
anomalías en el estado psíquico y emocional de los trabajadores que, de otra forma,
permanecerían ocultas.

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4.3. Apuesta por un modelo de empresa saludable

Según el Informe de bienestar 2021 de Aon, el 52% de las empresas afirma que el
bienestar de los empleados es importante pero, solo el 35% tiene una estrategia definida
para garantizar el bienestar laboral. Y, un escaso 18%, integra plenamente el bienestar
laboral en su estrategia corporativa.

Y es que, a diferencia de lo que muchos piensan, una empresa saludable no es aquella


que dispone de fruta en la sala de reuniones. Va mucho más allá.

Una empresa saludable es la que:

 Se preocupa por mejorar de manera activa y continua la salud de sus


trabajadores.

 Implementa una serie de acciones centradas en las necesidades de los


trabajadores como elemento clave para alcanzar el éxito empresarial.

 Enseña a los empleados a: gestionar el estrés, las emociones, a mejorar el clima


laboral, prevenir lesiones y a cómo desempeñar saludablemente sus tareas
para lograr un mayor rendimiento.

De esta forma, la empresa saludable aborda todos los aspectos necesarios para
garantizar el bienestar integral de los trabajadores, evitando la aparición de los riesgos
psicosociales.

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