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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Centrales
“Rómulo Gallegos”
Decanato del área de Ciencias Políticas y Jurídicas
1er año de Derecho sección N.8
Valle de la pascua; Estado Guárico

CULTURA POPULAR Y
BASAMENTO LEGAL

Profesor: Bachilleres:
Msc. Eliezer Ruíz Cristina Bolívar CI: V-20526028
Jesús Coronado CI: V-18407402
María Figueroa CI: V-19701429
Charliana Jaramillo CI: V-25864438
Fabiola Mejías CI: V-19962629
Melissa Páez CI: V-19068785
Daniel Pérez CI: V-17434429

21 de Octubre, 2022
Legislación cultural en nuestra América

La cultura latinoamericana es el conjunto de ideologías, imaginarios,


tradiciones, creencias y relaciones que componen la compleja visión del mundo
que caracteriza al pueblo latinoamericano. En dicho concepto se incluyen
las manifestaciones culturales formales, identificadas con la cultura letrada y
oficial, y las informales, identificadas con la popular. La cultura latinoamericana
se considera parte de las que componen el hemisferio occidental del mundo, y
se circunscribe a los países que componen el subcontinente latinoamericano,
es decir, aquellos de habla española o portuguesa, de religión oficial católica,
antiguas colonias europeas, y que son fruto en mayor o menor grado del
sincretismo entre las culturas blanca europea, indígena nativa y negra
africana

Características de la cultura latinoamericana

El término “latinoamericano” o “América Latina” fue introducido en 1836 por


el político francés Michel Chevalier para distinguirla de la América
anglosajona compuesta por los Estados Unidos y Canadá. La adopción
de dicho término por parte de los habitantes del continente respondió, a
partir de 1850, al desplazamiento del término “hispanoamericano” entonces
en boga, debido a las connotaciones colonialistas que éste tenía.
Contemporáneamente se ha instalado el uso del término “latino” para referir a
los latinoamericanos, si bien este gentilicio refirió originalmente a los habitantes
del Latinum, región del Imperio Romano.

En la cultura latinoamericana tiene presencia el elemento aborigen, en


mayor medida en pueblos de larga herencia precolombina como México, Perú
o Bolivia, que en otros más racialmente homogéneos como Argentina o
Uruguay, o en el Caribe predominantemente afrodescendiente. Dicha
presencia sobrevive en la gastronomía (sobre todo la vinculada al maíz y
a la mandioca), en las lenguas indígenas supervivientes (como el náhuatl
o el quechua), así como en danzas, instrumentos tradicionales e incluso
en comunidades indígenas supervivientes, más o menos integradas a la
vida Occidental republicana.

La principal característica de la cultura latinoamericana como un todo es


su amplia diversidad, que asimila y a la vez distingue a un ciudadano
latinoamericano de Guatemala de uno de Venezuela y de otro de Chile.
Esta diversidad se da en prácticamente todos los ámbitos: el lingüístico, el
gastronómico, el racial, el folclórico, etc. Sin embargo, las bases heredadas de
la colonia les proveen de unidad en medio de la diferencia, lo cual hace de
la América Latina uno de los continentes más ricos culturalmente del
mundo. En resumen se puede decir que en América latina existe una gran
diversidad cultural gracias a tres acontecimientos:

a.Las culturas propias de los pueblos originarios

b. Las culturas europeas que conquistaron el continente y mestizaje

c. Los procesos migratorios luego de las independencias.

Legislación Cultural

El reconocimiento de los derechos culturales está formalmente vinculado a su


inserción en los principales instrumentos normativos del derecho
internacional de los derechos humanos, a partir de la creación de las
Naciones Unidas. Sin embargo, sólo en las últimas décadas se ha
intensificado su tratamiento internacional, conceptual y normativo (en
especial con referencia al carácter justiciable de algunos de ellos) ante los
conflictos provocados por violaciones a los derechos humanos, en particular en
el caso de las minorías.

Además, el reconocimiento del derecho a la cultura como fundamento ético-


jurídico de la política cultural moderna, a partir de la Conferencia
Intergubernamental sobre los Aspectos Institucionales Administrativos y
Financieros de las Políticas Culturales (Venecia, 1970), ha contribuido
positivamente a una mayor conceptualización de los derechos culturales,
centrada en la noción de identidad cultural, rasgo fundamental de los grupos,
los pueblos y las naciones, según se señalará en la Conferencia Mundial
sobre las Políticas Culturales (México, 1982) y, cuatro años antes, en la
Conferencia Intergubernamental de Ministros de Cultura de América Latina y el
Caribe (Bogotá, 1978)

Los derechos culturales, así mismo, han sido objeto en las tres últimas
décadas de reconocimiento jurídico a nivel de las Constituciones políticas
de los Estados y de la legislación cultural nacional de buena parte de
los países del mundo. Actualmente, los organismos internacionales
especializados llevan a cabo programas destinados a la elaboración de un
catálogo conceptual definitorio de los derechos culturales, justiciables y no
justiciables, tomando como fuente de inspiración los principales pactos,
convenciones, declaraciones, recomendaciones y resoluciones
internacionales (universales y regionales) que a ellos se refieren, con vistas,
además, a la posible elaboración de un instrumento normativo específico
(Declaración, Convención o Protocolo).
Una primera aproximación, en base a las fuentes indicadas, permite
identificar, entre otras, como categorías de derechos culturales, el derecho de
la persona a

1.Tomar parte libremente, participar, en la vida cultural de la comunidad


(Declaración Universal, Pacto Internacional, Declaración Americana, Carta
Africana);
2. Gozar de las artes (Declaración Universal, Declaración Americana)

3. Participar en la vida cultural y artística de la comunidad (Protocolo de San


Salvador)

4. Participar en el progreso científico (Declaración Universal); disfrutar de


los beneficios del progreso intelectual y de los descubrimientos científicos
(Declaración Americana); gozar de los beneficios del progreso científico y de
sus aplicaciones (Pacto Internacional, Protocolo de San Salvador)

5. Beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales


que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o
artísticas de que sea autor (Declaración Universal, Pacto Internacional,
Declaración Americana, Protocolo de San Salvador)

6. La libertad para la investigación científica y para la actividad creadora


(Pacto Internacional, Protocolo de San Salvador);

7. La identidad cultural (Declaración de México, 1982);

8. La protección del patrimonio cultural (Convenciones y


recomendaciones de la Unesco, Consejo de Europa y OEA, sobre la protección
del patrimonio cultural

9) La creatividad (Recomendación de Unesco sobre la Condición del Artista,


1980).

Al igual que el derecho del individuo a la cultura, los derechos culturales de las
naciones y los pueblos, vinculados fundamentalmente a su identidad, a su
personalidad y a su autonomía cultural frente al resto del mundo, han sido
también objeto de consagración y expreso reconocimiento por diferentes
instrumentos normativos internacionales. Entre ellos se cuentan el derecho a la
identidad cultural nacional (Declaración de México, 1982); el derecho de todo
pueblo a desarrollar su cultura (Declaración de los Principios de la Cooperación
Cultural Internacional, Unesco, 1966); el derecho al respeto de la
personalidad cultural de los países y el derecho de cada Estado a
desenvolver, libre y espontáneamente, su vida cultural (Carta Constitutiva
de la OEA); el derecho de los pueblos a su desarrollo cultural (Carta
Africana). El derecho y deber de los pueblos, naciones y Estados a la
cooperación cultural, como principio rector de las relaciones culturales
internacionales modernas, a la vez que como derecho de la comunidad
internacional; asimismo, han sido consagrados en la citada Declaración de
Unesco de 1966, en la Carta de la OEA y en otros documentos como la
Convención Cultural Europea, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y el Protocolo de San Salvador.

Los derechos culturales de la persona deben ser comprendidos dentro


del marco universal, indivisible e interdependiente de los derechos humanos,
destacándose la relativa afinidad que con ellos tienen el derecho a la
educación; el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y
religión; el derecho a la libertad de opinión y de expresión; el derecho al tiempo
libre y el derecho de asociación

Preámbulo de la constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela

En el texto constitucional se expresa la finalidad de contribuir a fortalecer


una sociedad democrática soportada en sus características de multiétnica
y pluricultural desde el Preámbulo de la misma: el pueblo de Venezuela en
ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el
ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio
de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una
patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República para
establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y
pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide
los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien
común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y
las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a
la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e
impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio
de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e
indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad
internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos
ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad; en
ejercicio de su poder originario representado por la Asamblea Nacional
Constituyente mediante el voto libre y en referendo democrático.
Por consiguiente, se presenta como una Constitución que se abre a
exponer todos los compromisos con acuerdos internacionales y muy
especialmente los recomendados por la UNESCO en cuanto a ser garantía de
derechos humanos y a la democratización de una sociedad multiétnica y
pluricultural. Se sostiene en una cultura de la paz y de la cooperación
internacional, por lo tanto en ella se van a hacer presentes los postulados de
las Convenciones firmadas por los gobiernos anteriores.

En el artículo 9 se hace explicito que el idioma oficial es el


castellano, como también que los idiomas indígenas merecen el respeto
respectivo en todo el territorio nacional, dándole el rango de Patrimonio Cultural
de la Nación y de la Humanidad. Con ello queda demarcado cuál será uno
de los principales determinantes en la definición de sociedad multiétnica,
pluricultural dentro de los Principios Fundamentales que engloba el
Preámbulo de la CRBV: El de un solo idioma oficial y el reconocimiento de
lenguas indígenas. No se hace mención al mestizaje cultural indígena,
africano y europeo, ni a ningún otro elemento definitorio de identidad cultural
(religión, costumbres, ni tradiciones), sólo el asunto del idioma oficial y el
respeto a las lenguas indígenas, pero dejando muy claro que no como
lenguas oficiales en función social, ni mucho menos administrativa. Luego se
verá todo un título sólo para los Derechos de los Indígenas, con el cual se crea
el compromiso y la responsabilidad del resguardo de las etnias como
patrimonio cultural.

En relación a estos principios fundamentales que junto al Preámbulo


corresponden a una primera definición de los fundamentos legales que animan
el fin de refundar la República a través de la CRBV, se señala como los
mismos corresponden al temático de la Constituyente, que concierne a cuatro
ámbitos: Político, democrático, civiles y económicos, y que en este caso, no
agregan lo cultural como palabra definitoria, pero que la expresan a través de
las siguientes figuras: Patrimonio moral, el cual se expresa en el artículo 1, de
igual forma, la preeminencia de los derechos humanos, citado en el artículo 2,
así como también la educación y el trabajo son los procesos fundamentales
para alcanzar dichos fines, indicado en el artículo 3. Igualmente en la definición
del Preámbulo donde se establece el derecho a la cultura como un valor
fundamental que la sociedad venezolana debe asegurar a través del mandato
constitucional, como se puede observar en la enumeración tomada del mismo:
“el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y
a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”
Derechos de los pueblos indígenas en Venezuela

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece en el


Título III Capítulo VIII De los Derechos de los Pueblos Indígenas, lo siguiente:

Artículo 119: El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades


indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y
costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios
sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias
para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al Ejecutivo
Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar
el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán inalienables,
imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con lo establecido
en esta Constitución y en la ley.

Artículo 120: El aprovechamiento de los recursos naturales en los hábitats


indígenas por parte del Estado se hará sin lesionar la integridad cultural, social
y económica de los mismos e, igualmente, está sujeto a previa información y
consulta a las comunidades indígenas respectivas. Los beneficios de este
aprovechamiento por parte de los pueblos indígenas están sujetos a esta
Constitución y a la ley.

Artículo 121: Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su


identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus lugares
sagrados y de culto. El Estado fomentará la valoración y difusión de las
manifestaciones culturales de los pueblos indígenas, los cuales tienen derecho
a una educación propia y a un régimen educativo de carácter intercultural y
bilingüe, atendiendo a sus particularidades socioculturales, valores y
tradiciones.

Artículo 122: Los pueblos indígenas tienen derecho a una salud integral que
considere sus prácticas y culturas. El Estado reconocerá su medicina
tradicional y las terapias complementarias, con sujeción a principios bioéticos.

Artículo 123: Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y promover sus
propias prácticas económicas basadas en la reciprocidad, la solidaridad y el
intercambio; sus actividades productivas tradicionales, su participación en la
economía nacional y a definir sus prioridades. Los pueblos indígenas tienen
derecho a servicios de formación profesional y a participar en la elaboración,
ejecución y gestión de programas específicos de capacitación, servicios de
asistencia técnica y financiera que fortalezcan sus actividades económicas en
el marco del desarrollo local sustentable. El Estado garantizará a los
trabajadores y trabajadoras pertenecientes a los pueblos indígenas el goce de
los derechos que confiere la legislación laboral.
Artículo 124: Se garantiza y protege la propiedad intelectual colectiva de los
conocimientos, tecnologías e innovaciones de los pueblos indígenas. Toda
actividad relacionada con los recursos genéticos y los conocimientos asociados
a los mismos perseguirán beneficios colectivos. Se prohíbe el registro de
patentes sobre estos recursos y conocimientos ancestrales.

Artículo 125: Los pueblos indígenas tienen derecho a la participación política.


El Estado garantizará la representación indígena en la Asamblea Nacional y en
los cuerpos deliberantes de las entidades federales y locales con población
indígena, conforme a la ley.

Artículo 126: Los pueblos indígenas, como culturas de raíces ancestrales,


forman parte de la Nación, del Estado y del pueblo venezolano como único,
soberano e indivisible. De conformidad con esta Constitución tienen el deber de
salvaguardar la integridad y la soberanía nacional. El término pueblo no podrá
interpretarse en esta Constitución en el sentido que se le da en el derecho
internacional.

Idioma oficial indígena

Las lenguas indígenas que se hablan en Venezuela suman más de una


treintena. Parte esencial del patrimonio intangible del país, son también una
clara expresión de la diversidad sociocultural y lingüística venezolana. Esta
última condición ha estado durante décadas sometida a una fuerte invisibilidad
social y a los efectos de una corrosiva ideología eurocéntrica que ha tendido a
sobrevalorar las raíces europeas y occidentales de la cultura venezolana, como
parte de la cultura latinoamericana, y, en consecuencia, a despreciar los
legados culturales indígenas, tan fundamentales en la constitución de la cultura
venezolana en su real completitud.

Sin embargo, en los últimos 40 años los pueblos indígenas han sido objeto
de una creciente revalorización dentro de la interpretación sociocultural de
Venezuela y ello ha permitido una relectura de lo indio en la cultura venezolana
En consecuencia, la subvaloración precedente puede estar, en gran parte,
asociada al carácter ágrafo de las lenguas y culturas indígenas, asumido por
las ideologías dominantes como una forma imperfecta de las lenguas. De allí
que calificativos como “dialectos” o “carentes de gramática” fueran comunes
para caracterizar y, a la vez, desmerecer a las lenguas indígenas y a sus
hablantes.

Por consiguiente, en el artículo 9 de la constitución de la República


Bolivariana de Venezuela establece que, el idioma oficial es el castellano. Los
idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y
deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir
patrimonio cultural de la nación y de la humanidad,

Lenguas indígenas de Venezuela

Según datos disponibles del último censo indígena (2011) y del Censo
General de Población y Vivienda de 2001, en Venezuela se hablan al menos 70
lenguas indígenas, de las cuales 40 se agrupan en ocho familias lingüísticas,
mientras que las otras 30 no presentan parentesco reconocible con otras
lenguas, y por tanto se consideran lenguas aisladas.

Tal es el caso, de la familia arawak, su dialecto es el Añú, este idioma se


habla ante todo en la zona de Sinamaica. Hasta hace poco se consideraba
extinto, pero ha pasado por un proceso de revitalización que ha sido apoyado
por la Unicef, además exite el Kurripako, Lokono y el Warekena.

De igual forma, se encuentra el idioma Wayúu, este es el idioma indígena


con más hablantes en Venezuela. Se habla en la zona Norte del estado Zulia y
en la Goajira colombiana. Hay también comunidades de wayúu en otras partes
de Venezuela.

Equivalentemente esta la familia caribe, siendo las dos familias lingüísticas


con el mayor número de idiomas son la arahuaca y la Caribe, muchas de las
lenguas indígenas de Venezuela se encuentran amenazadas o en peligro de
extinción

También, existe la familia Guajibo, la cual posse el idioma Jivi, este dialecto
se habla sobre todo en el estado Apure y en el estado Amazonas, así mismo el
Kuiva.

Igualmente existe la familia yanomami, a cual posee las lenguas Yanomami.


Yanomamö Yanam Yanomámi Sanumá Yaroamë, estos idiomas son hablados
por grupos en el Sur de Venezuela y el Norte de Brasil:

Así como también, la familia macro-makú La cual está formada por las
lenguas makú propiamente dichas, que es ampliamente aceptada por los
americanistas, y por las lenguas de dos etnias de cazadores-recolectores
relativamente aislados de Venezuela

En consecuencia, si bien la población indígena venezolana representa sólo


el 1.5% del total poblacional del país, su diversidad cultural y dispersión
espacial en un territorio que abarca casi el 50% de la superficie del Estado
venezolano, imprime a esta población una complejidad particular. Esta
complejidad, aunada a la tendencia desarrollada a lo largo del tiempo de
desplazarse hacia zonas urbanas y/o rurales, más allá de sus lugares
tradicionales de asentamiento, merece un tratamiento especial.

En consecuencia, este tratamiento especial corresponde plenamente al


reconocimiento que el Estado ha otorgado a los Pueblos Indígenas de
Venezuela en términos de derechos y deberes, tal como se expresa en la
Constitución vigente y otras Leyes como la relativa a "Demarcación y Garantía
del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas", para cuya aplicación se prevé
tomar "los datos del último Censo Indígena de Venezuela y otras fuentes
referenciales que los identifiquen como tales.

Valores culturales

Los valores culturales, son las propias señas de identidad de la población,


es decir, aquellas tradiciones, costumbres, modos de vida, valores y formas de
relación social que hoy son referentes de una identidad local o
comarca¡ percibida como herencia colectiva, creada, transformada y
transmitida de generación en generación. Estas señas de identidad constituyen
el legado colectivo que se condensa en la historia local, se manifiesta en una
serie de costumbres y de saberes y se materializa en edificaciones y en
paisajes culturales, se consideran valores culturales a las tradiciones, los ritos,
el lenguaje, el arte, la culinaria y vestimenta.

Tal es el caso de la familia lingüística indígenas, como los arawacos, los


cuales constituyeron el grupo indígena más numeroso y extendido dentro del
continente americano. La mayor parte de su población se localizó en el área
amazónica, desde donde penetraron al territorio venezolano siguiendo el curso
de los grandes ríos del Sur.

Otros grupos llegaron por el occidente a través de la península de la


Guajira, procedentes del actual territorio de Colombia. Se ubicaron en la costa
occidental, donde vivieron principalmente de la pesca y la recolección de
moluscos. También se localizaron en los llanos del Sur y en las selvas de
Guayana, donde practicaron el cultivo de maíz y yuca. Los arawacos
desarrollaron la técnica del tejido, mediante la cual fabricaron hamacas, redes y
cestas. Con el barro elaboraron vasijas.

Por su parte, los caribes, siendo las tribus de lengua caribe penetraron al
territorio venezolano desde el sureste, utilizando diferentes vías, tanto
terrestres como fluviales y marítimas. Se localización en las costas orientales
de Venezuela, de donde desplazaron a los arawacos. Gracias a su actitud
belicosa. Practicaron la agricultura y construyeron sus viviendas en aldeas
cercanas a los conucos, donde cultivaron el maíz, la yuca. el algodón y la
batata, También fueron grandes navegantes y expertos cazadores. Las
comunidades caribes practicaron el comercio con sus vecinos por vía fluvial y
marítima.

Aunado a ello, el pueblo kariña, pertenece a la familia lingüística caribe.


Está disperso en el centro-sur del estado Anzoátegui, en el norte del estado
Bolívar, en las riberas del río Orinoco (estados Bolívar, Apure y Delta Amacuro)
y en el estado Monagas. Muchos de ellos han emigrado a El Tigre y Ciudad
bolívar. Se registraron en el último censo 11.789 personas pertenecientes a
este pueblo

De igual manera, los timotocuicas representaron los grupos indígenas más


avanzados dentro del territorio venezolano y estaban relacionados con la
cultura chibcha de los Andes, se localizaron en los actuales estados Mérida y
Trujillo, donde construyeron aldeas de piedra y barro. Desarrollaron la
agricultura de regadío en terrazas construidas en las áreas montañosas, donde
cultivaron la papa. el cacao, el maíz, el tabaco y el ají. También fueron
excelentes alfareros y textileros, además practicaron el comercio con otras
comunidades indígenas venezolanas, mediante el intercambio) de sus
artesanías por productos y frutos. como el algodón y la sal, De acuerdo con
algunos estudios, se cree que los arawacos timotocuicas y caribes practicaron
el trueque y, al parecer. no) sostuvieron grandes enfrentamientos pues, de
haberlos tenido habría desaparecido la población de esas comunidades. Sin
embargo, sí sornetieron a otras pequeñas tribus, que comenzaron a depender
de ellas, sobre todo en el campo lingüístico.

El casaba como expresión de la culinaria

Mucho antes de que los españoles descubrieran América ya los indígenas


utilizaban en casabe como forma de alimento, debido a las posibilidades de
conservación, el casabe era una de las fuentes fundamentales de alimentación
de los nativos del norte del subcontinente. Formaba parte de la dieta tradicional
de los taínos, caribes y arahuacos, habitantes nativos del Caribe En esta forma
la yuca comenzó a ser industrializada por los caribes con larga anterioridad al
arribo de los conquistadores a costa firme. Las tribus las preparaban con yuca
agria, porque de su jugo que luego se mezclaba con otras sustancias obtenían
lo que ellos llamaban curare.

Por consiguiente, algunos podían asegurar que el casabe además de ser


delicioso y de tener un poder nutritivo, lo consideraban como un lastre
estomacal: calmaba el apetito y estimulaba la imaginación. Los caribes
utilizaban con bastante frecuencia en todas sus comidas.
Aunado a ello, el casabe de yuca simplemente casabe es un pan ácimo,
crujiente, delgado y circular hecho de harina de yuca. Este se asa en un
budare, comal o a la plancha. Su producción y consumo se remonta a tiempos
prehispánicos; se elabora a partir de la yuca o mandioca, además, es crujiente
y súper delegada. Para poder obtener la mezcla para poner a cocinarla se
necesita la yuca, en el caso de Venezuela la amarga se ralla para obtener la
famosa pasta. Aún en la actualidad los indios de las tribus ye-kuana, kari-ña,
yanomami, piaroa, guarao o warao mantienen estas tradiciones.

Así mismo, el casabe en Venezuela no es consumido en todas las regiones


de Venezuela. En las zonas costeñas, los Llanos y en el Centro es totalmente
popular su consumo. En las demás regiones el alimento que posee una mayor
demanda es el pan de trigo y la arepa. El casabe en las zonas coloniales de
repostería: el gofio y la naiboa en las embarcaciones de vela que hacen
cabotaje en los puertos nacionales nunca hace falta el casabe a bordo.

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