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A través del lenguaje y de los intercambios que éste posibilita, el niño accede y participa
en el universo de las tradiciones y costumbres de la comunidad, de las creencias y
valores, de los bienes simbólicos, de los acervos culturales. le permite al niño
desarrollar habilidades de comprensión lectora, ampliar su vocabulario, potenciar su
imaginación y creatividad, promover la empatía y la capacidad de ponerse en el lugar de
otros personajes, estimular el pensamiento crítico y reflexivo, y brindarle una ventana
hacia diferentes culturas y realidades. Además, la literatura puede despertar el interés
por la lectura y convertirse en una fuente de disfrute y entretenimiento para el niño.
6-¿Cómo logra el maestro contribuir con la formación de lectores? ¿Con qué acciones?
Corresponde al maestro, desde su ser lector, hacer factible un hacer comprometido con
la formación de lectores de literatura: proponer, diversificar, ampliar, aportar, posibilitar el
acceso a la lectura. El maestro puede contribuir a la formación de lectores al fomentar el
amor por la lectura, proporcionar una variedad de textos interesantes y accesibles,
enseñar habilidades de comprensión y análisis, y brindar oportunidades para la
discusión y reflexión sobre los libros.
El propósito es que, a medida que avanzan en la escolaridad primaria, los niños puedan
elegir y sostener la lectura de textos literarios cada vez más extensos y complejos,
ejerciendo los derechos propios de un lector literario (comentar, criticar, recomendar,
confrontar interpretaciones con las de otros lectores, abandonar la lectura cuando se
comprueba que no resulta interesante, construir el propio itinerario de lectura, comparar
versiones de la misma obra, volver a leer, etc.). Se trata, también, de que tengan
oportunidades frecuentes de expresarse a través de la creación literaria, conmover,
hacer reír, asustar, intrigar.