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Robert Audi (editor)

DICCIONARIO AKAL DE
FILOSOFÍA
Traducción de
Huberto Marraud y Enrique Alonso
Profesores titulares de Lógica
y Filosofía de la ciencia
Universidad Autónoma de Madrid
Robert Audi (editor)

DICCIONARIO AKAL DE
FILOSOFÍA
Traducción de
Huberto Marraud y Enrique Alonso
Profesores titulares de Lógica
y Filosofía de la ciencia
Universidad Autónoma de Madrid
AKAL / DICCIONARIOS
35
Maqueta: RAG
Diseño de cubierta: Sergio Ramírez
Título original: The Cambridge Dictionary of Philosophy

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Índice general

Equipo asesor .......................................................................................................................... 7

Lista de colaboradores ............................................................................................................ 9

Prefacio a la primera edición .................................................................................................. 21

Prefacio a la segunda edición ................................................................................................ 25

Diccionario .............................................................................................................................. 29

Apéndice de símbolos especiales y notación lógica ............................................................ 1039

Índice de nombres seleccionados que no aparecen como entrada .................................... 1043


K

K véase NORMA BÁSICA. inerte dependiente de Brahman, coordinada con


prakrti
· («substancia material»), y sin principio.
K’ANG YU-WEI (1858-1927), erudito chino; presio- KEY
nó a favor de reformas radicales bajo el reinado del
emperador Kuan-hsü y fue enviado al exilio. Perte- KALAM, término árabe que denota cierto tipo de dis-
neció a la escuela de la nueva escritura en relación curso religioso y teológico. La palabra significa lite-
al estudio de los Anales de la Primavera y el Otoño ralmente «argüir» o «discutir» y aunque en ocasiones
y consideró la figura de Confucio como la de un se traduce como «teología» o «teología dialéctica», el
reformador que tomó prestados los nombres y la uso musulmán no se corresponde exactamente con
autoridad de los emperadores sabios con el fin de esa acepción. En su origen, kalam supuso una reac-
impulsar reformas en sus propios días. K’ang dio ción argumentativa contra ciertas desviaciones doctri-
expresión a los ideales utópicos en su libro Ta-tung nales observadas en algunos asuntos fundamentales
(La gran unidad). Entre sus discípulos se encuen- –por ejemplo, el status del pecador, la justicia divina,
tran T’an Ssu-t’ung (1865-1898) y Liang Ch’i- los atributos de Dios–. Estos temas y su cabida en el
ch’ao (1873-1929). Se volvió sumamente reaccio- kalam fueron por norma, históricamente concretos, y
nario en sus últimos años, negándose a aceptar que no generalmente especulativos. Más tarde, en una
China se hubiera convertido en una república. confrontación formal con la filosofía, el modo predo-
Véase también CONFUCIO, LIANG CH’I-CH’AO. minantemente dialéctico de razonar vigente hasta el
S-HL siglo XII fue reemplazado por un uso pleno de los mé-
todos silogísticos. Por último, el grado de las especu-
K’UN, véase CH’IEN, K’UN. laciones fue creciendo hasta que, en los sofisticados
compendios de las principales autoridades, kalam se
K’UNG CH’IU, véase CONFUCIO. convirtió en una tarea intelectualmente especulativa,
así como doctrinalmente defensiva.
K’UNG TZU, véase CONFUCIO. En un desarrollo más ambicioso, una escuela del
kalam –la Ash‘arites– adoptó una teoría atomista
KABALA, véase CÁBALA. que rechaza la necesidad de una causación inmedia-
ta o próxima, sosteniendo en lugar de esto que los
-
K ALA, término que corresponde en el pensamiento patrones percibidos en la naturaleza son simplemen-
hindú al tiempo. El universo suele ser considerado te las acciones habituales de Dios en su labor de
en una permanente oscilación entre orden y caos. continua recreación y remodelación del universo.
De este modo, el fin de la existencia humana, con- Véase también FILOSOFÍA ÁRABE.
cebida desde un punto de vista religioso, tiende a PEW
comprometerse con un intento por escapar del tiem-
po. El jainismo considera el tiempo como inmate- KANT, IMMANUEL (1724-1804), importante filóso-
rial, sin principio y continuo (sin partes), distin- fo alemán cuya ocupación primordial fue la de de-
guiendo entre el tiempo, tal y como se percibe fender la autoridad de la razón. Creyó que median-
(dividido en unidades para nuestra medida del tiem- te un examen crítico de sus propias capacidades, la
po), y el tiempo, como es esencialmente (sin unida- razón podía distinguir las afirmaciones metafísicas
des). Para el Sankhya-Yoga, no hay tiempo al mar- tradicionales no justificables de los principios que
gen de los átomos y la unidad temporal mínima es son precisos para nuestra necesidad teórica de de-
la duración del tránsito de un átomo a lo largo de su terminarnos a nosotros mismos dentro de la expe-
-
propia unidad espacial. Para Nyaya-Vaishesika, el riencia espaciotemporal, y para la necesidad prácti-
tiempo es una substancia particular que existe inde- ca de legislar de forma consistente con el resto de
pendientemente y que parece tener partes debido los deseos racionales. Debido a que estos princi-
tan sólo a que es percibido a través de los distintos pios son a la vez necesarios y objeto de descubri-
cambios. Advaita Vedanta considera el tiempo sólo miento, son capaces de derrotar al empirismo y al
como algo fenoménico y aparente. Viśistadvaita escepticismo. Gracias a que son descubiertos como
Vedanta considera el tiempo como una substancia las condiciones que nos orientan coherentemente
Kant, Immanuel / 569

dentro de la experiencia, contrastan con el raciona- Crítica», 1788) y Metafísica de las costumbres (que
lismo y el dogmatismo tradicionales. incluye la «Doctrina de la justicia» y la «Doctrina
Kant nació y se educó en Königsberg, una ciu- de la virtud», 1797). La filosofía de Kant culmina
dad universitaria de la Prusia oriental (Kaliningra- en una serie de argumentos que presentan un funda-
do en la actualidad) en la que, salvo durante un mento puramente moral para las afirmaciones teoló-
breve periodo, durante el cual trabajó como tutor gicas tradicionales (la existencia de Dios, la inmor-
en los alrededores, pasó toda su vida de alumno y talidad y una recompensa o un castigo trascendente
profesor. Fue formado por pensadores pietistas y proporcional a nuestra bondad), razón por la cual ha
por seguidores de Leibniz y Wolff, pero también se sido considerada como un intento de «negar el co-
vio muy influido por Newton y Rousseau. nocimiento para hacer lugar a la fe». Para ser más
En la década de 1750 su filosofía teorética em- exactos, el proyecto crítico de Kant consistiría en
pezó a mostrar el modo en que la metafísica ha de restringir el conocimiento teorético de tal modo que
ocuparse de acomodar y justificar la verdad que le resultase posible al conocimiento práctico mos-
subyace a la ciencia moderna. En la década de trar el modo en que una fe puramente racional cons-
1760 su filosofía práctica inicia el intento de mos- tituye una demanda absoluta ante nosotros mismos.
trar (pero sin llegar a ser publicado) el modo en Esta posición se repite en la Crítica del juicio (la
que nuestra vida moral debe basarse en una legisla- «tercera Crítica», 1790), que también extiende la fi-
ción autónoma, racional y universalmente accesi- losofía de Kant a la estética y a la metodología
ble, análoga a los principios políticos de Rousseau. científica, sosteniendo la existencia de principios li-
La irrupción de su filosofía más característica tiene mitados, aunque a priori, en cada uno de estos do-
lugar en la década de 1770, cuando se propone tra- minios. Kant fue seguido de una serie de idealistas
tar la epistemología como una filosofía primera. radicales (Fichte y Schelling); pese a ello, él siem-
Tras sostener en su disertación inaugural (Sobre la pre se vio a sí mismo como un filósofo de la Ilustra-
forma y los principios del mundo sensible y inteli- ción y en numerosas obras breves vino a elaborar su
gible, 1770) que nuestro conocimiento espaciotem- creencia en que todo debe verse sometido al «test
poral se aplica sólo a las apariencias y que, no obs- de la crítica» y que la razón humana debe afrontar
tante, aún es posible hacer afirmaciones metafísicas la responsabilidad de determinar las fuentes, alcan-
legítimas sobre los aspectos «inteligibles» o no es- ce y límites de sus propios principios.
paciotemporales de la realidad (por ejemplo, que La Crítica está dedicada a la razón pura debido a
hay un mundo de substancias interrelacionadas por que Kant cree que todas estas determinaciones pue-
la acción de Dios), sigue una «década silenciosa» den ser hechas a priori, es decir, de modo que su jus-
de preparación de la que sería su mayor obra, la tificación no dependa de ningún curso particular de
impactante Crítica de la razón pura (con una pri- la experiencia («pura» y «a priori» son, así, por lo
mera edición, o edición «A» en 1781, y una segun- general, intercambiables). Para Kant la «razón pura»
da edición, o edición «B», en 1787). La reacción suele significar precisamente la pura razón teorética,
inicial de Kant a las objeciones a la primera edi- la cual determina el terreno de la naturaleza y del
ción dominan un breve análisis conocido bajo el tí- ser, pero Kant también opina que hay una razón
tulo de Prolegómenos a toda metafísica futura, pura práctica (o Wille) que determina a priori, e in-
1783 (cuyo título completo viene a significar «in- dependientemente de la sensibilidad, el terreno de la
vestigaciones preliminares para cualquier metafísi- libertad y del deber ser. La razón práctica se define,
ca que sea capaz de presentarse a sí misma como en general, como aquello que determina las reglas
una ciencia», esto es, como un cuerpo de verdades de la capacidad del deseo y la voluntad, como algo
ciertas). Este trabajo dio lugar a la concepción ma- opuesto a la capacidad de conocer y sentir. Para las
dura del idealismo transcendental según el cual opiniones maduras de Kant, el terreno práctico ha de
todo nuestro conocimiento teorético está sometido ser necesariamente entendido en relación a las con-
a la sistematización de lo que son simples aparien- sideraciones morales y éstas a su vez lo son en tér-
cias espaciotemporales. Esta posición se conoce minos de leyes que poseen una fuerza imperativa
también por el nombre de idealismo «formal» o cuya validez requiere la suposición de que son diri-
«crítico», denominando a los trabajos anteriores de gidas a un ser dotado de libertad absoluta, de la ca-
Kant como precríticos, no porque antecedan a la pacidad de elegir (Willkür) entre actuar por sus pro-
Crítica, sino porque no incluyen un pleno compro- pios motivos o dejar de hacerlo.
miso con este tipo de idealismo. Kant también afirma que no hay ninguna eviden-
Kant rodea su «primera Crítica» (citada con fre- cia acerca de la libertad humana que pueda obtener-
cuencia sólo como la Crítica) de diversas obras, se del conocmiento empírico de la individualidad,
igualmente influyentes, en filosofía práctica, Fun- en tanto que una parte de la naturaleza espaciotem-
damentos para una metafísica de las costumbres poral, y que la creencia en nuestra libertad, y con
(1785), Crítica de la razón práctica (la «segunda ella en las leyes morales que la presuponen, debe-
570 / Kant, Immanuel

ría ser abandonada si pensamos que nuestra reali- ca». Para Kant, una proposición analítica es aquella
dad está determinada tan sólo por las apariencias cuyo predicado está «contenido en el sujeto». Él no
espaciotemporales. Ésta es la razón de que para pretende que esta relación de «inclusión» del con-
mantener el componente esencial de su filosofía tenido se entienda psicológicamente, ya que es po-
fuera necesario para Kant emplear primero su filo- sible que nos veamos psicológica y incluso episte-
sofía teorética para mostrar que es al menos posi- mológicamente constreñidos a sostener tan sólo
ble que el dominio de la realidad espaciotemporal proposiciones no analíticas. Esta relación de inclu-
no agote toda la realidad, resultando así posible en- sión está determinada, más bien, por aquello que
contrar una faceta libre y no empírica en el indivi- está contenido en el concepto del término que ac-
duo. Por eso se puede afirmar que la primera Crítica túa de sujeto y en el que actúa como predicado. De
de Kant constituye una fundamentación teorética todos modos, Kant niega también que dispongamos
para todo su sistema, el cual se desarrolla, no sólo de definiciones reales definitivas para conceptos
para describir a) aquello en que consisten los prin- empíricos o a priori, de modo que no queda claro
cipios más necesarios del dominio de la realidad cómo se llega a determinar lo que realmente está
espaciotemporal –un proyecto que ha sido denomi- contenido en los términos que hacen de sujeto y
nado como su «metafísica de la experiencia»–, sino predicado. Parece confiar en procedimientos induc-
también b) porque este dominio de lo real no puede tivos para establecer cuándo se conecta de forma
definir la realidad última sin contradicción (de ahí necesaria un sujeto y un predicado evitando así re-
la denominación de idealismo transcendental). La currir a una relación conceptual oculta. Es así
primera de estas afirmaciones afecta al uso que como propone que sean las construcciones mate-
hace Kant del término «transcendental», a saber, máticas, y no una simple elucidación mental, las
aquel que tiene lugar en el contexto de lo que de- que garantizan los juicios necesarios acerca de los
nomina una deducción transcendental, que es un triángulos. Al hacer que estos juicios sean amplia-
argumento o «exposición» que establece un papel tivos, Kant no intenta decir sólo que añaden algo a
necesario para un principio a priori de nuestra ex- aquello que podemos ver explícitamente o conocer
periencia. Como Kant explica, mientras que los de modo implícito acerca del sujeto, sino que ad-
principios matemáticos son a priori y resultan ne- mite también la posibilidad de incluir juicios analí-
cesarios para la experiencia, la demostración mate- ticos complejos que pueden ser bastante informati-
mática de esos mismos principios no es ella misma vos y, así, «nuevos» en un sentido psicológico o
transcendental; lo que es transcendental es, más epistémico.
bien, el argumento filosófico que afirma que esos Aunque Kant afirma que los juicios no analíti-
principios se aplican necesariamente a la experien- cos o sintéticos reposan en la «intuición» (Ans-
cia. Mientras que según esto, hay algunos argu- chauung), esto no forma parte de su definición. Si
mentos de tipo transcendental que pueden suponer una proposición pudiera ser conocida a través sólo
proposiciones de ciencias ya establecidas (por de sus conceptos, ésta sería analítica; pero si no es
ejemplo, la geometría), otros pueden empezar so- cognoscible de este modo, entonces de ahí sólo se
bre supuestos más modestos –un caso típico es el sigue que necesitamos alguna otra cosa distinta de
de la proposición que afirma que hay de hecho una los meros conceptos. Kant supuso que esto otro ha
experiencia o un conocimiento empírico– para diri- de ser la intuición, pero también hay autores que
girse entonces al descubrimiento de principios a han sugerido distintas posibilidades; por ejemplo,
priori que parecen precisos para establecer ciertas un acto de postulación. Intuición es una noción téc-
características específicas de ese conocimiento. nica para Kant utilizada para hacer referencia a
Kant comienza por conectar la metafísica con el aquellas representaciones que tienen una relación
problema del juicio sintético a priori. En tanto que inmediata con su objeto. Las intuiciones humanas
necesarias, las afirmaciones metafísicas deben po- son todas ellas sensibles o pasivas y tienen un ca-
seer un status a priori, ya que no es posible estable- rácter singular en vez de universal, pero éstos son,
cer su necesidad por medios puramente a posterio- pese a todo, aspectos menos básicos de la intui-
ri. En la medida en que son objetivos más que ción, ya que Kant insiste en la posibilidad de una
puramente formales, los juicios metafísicos (a dife- intuición (no humana) no sensible o «intelectual»,
rencia de los de la lógica) también resultan ser sin- siguiéndose entonces que la singularidad de la refe-
téticos. Este carácter sintético a priori es considera- rencia puede obtenerse por medios no intuitivos
do por Kant como algo muy extraño que es, no (por ejemplo, en la definición de Dios). La inme-
obstante, compartido por un gran número de pro- diatez de la intuición es crucial porque es básica-
posiciones que nadie cuestionaba en su época. El mente lo que la separa de los conceptos, que son,
misterio es entender cómo puede ser tenida una en esencia, representaciones de representanciones,
proposición por necesaria y resultar, sin embargo, esto es, normas que expresan lo que hay de común
objetiva o «ampliativa» o no meramente «analíti- en una serie de representaciones.
Kant, Immanuel / 571

Kant sostiene que las matemáticas, así como las llo de este conocimiento de lo que es un mero análi-
exposiciones metafísicas de nuestras nociones de sis conceptual. Y a diferencia de lo que sucede con
espacio y tiempo, pueden revelar muchas proposi- los newtonianos, hizo todo esto sin dotar al espacio
ciones sintéticas a priori que son evidentes; por y al tiempo de un status misterioso afín a un tipo
ejemplo, que hay un único espacio infinito. Es al absoluto de entidad o un predicado de Dios. Con
preguntarse por aquello que podría hallarse por de- sus propias notas, la doctrina kantiana acerca del
bajo de la creencia en la certeza de estas proposicio- carácter ideal del espacio y el tiempo puede ser en-
nes como Kant llega a su revolución copernicana. tendida como una radicalización de la idea típica de
Ésta consiste en considerar no el modo en que nues- la modernidad de las cualidades primarias y secun-
tras representaciones pueden conformarse necesa- darias. Del mismo modo que otros pensadores han
riamente a objetos como ésos, sino más bien cómo mantenido que las cualidades del color y el sonido,
pueden los objetos conformarse necesariamente a por ejemplo, pueden ser válidas en un sentido inter-
nuestras representaciones. Desde un punto de vista subjetivo e incluso pueden tener un fundamento ob-
«precopernicano», los objetos son considerados jetivo, aunque sólo existan como algo relativo a
precisamente como algo en sí mismo, es decir, nuestra sensibilidad, Kant ha venido a proponer que
como cosas-en-sí (Dinge an sich) completamente eso mismo se haga extensivo a los predicados espa-
independientes de cualquier relación cognitiva in- ciotemporales. La doctrina de Kant, en cualquier
trínseca con nuestras representaciones, y así, puede caso, se caracteriza por no tratarse de una hipótesis
resultar misterioso el modo en que podríamos llegar empírica que nos deje un acceso a otros predicados
a determinarlos a priori. Si comenzamos, por el teóricos no ideales a la hora de explicar las expe-
contrario, por nuestras propias capacidades de re- riencias particulares. Se trata, más bien, de una tesis
presentación, podríamos encontrar algo en ellas que metafísica que enriquece las explicaciones empiri-
determine cómo han de ser los objetos, al menos cas dentro de una estructura a priori, aunque carece
cuando son considerados como objetos de experien- de cualquier explicación para esa estructura distinta
cia (es decir, susceptibles de ser conocidos por el de la afirmación de que de hecho está presente en la
hombre) o fenomena en lugar de noumena (esto es, «constitución» de la sensibilidad humana como tal.
cosas-en-sí que se determinan negativamente como Esta hipótesis «copernicana» no constituye una
desconocidas y más allá de nuestra experiencia, o prueba clara de que esas características espaciotem-
positivamente como cognoscibles en algún sentido porales no puedan aplicarse a objetos al margen de
absoluto no sensible, el cual, insiste Kant, es teórica- nuestras formas de intuición; sucede, además, que
mente imposible para seres sensibles como nosotros). hay un mayor apoyo para esta afirmación en la dis-
Kant sostiene, por ejemplo, que cuando considera- cusión que Kant lleva a cabo sobre las «antino-
mos nuestra capacidad para recibir impresiones, o mias» de la cosmología racional. Una antinomia es
sensibilidad, encontramos no sólo contenidos con- un conflicto entre dos argumentos a priori que sur-
tingentes, sino también dos formas necesarias o gen de la razón cuando, en su tarea caraterística
«formas puras de la intuición»: el espacio, que es- como la facultad lógica superior que conecta cade-
tructura todas las representaciones externas que nos nas de juicios, postula un ítem real incondicionado
son dadas, y el tiempo, que estructura las represen- en el origen de varios silogismos hipotéticos. Hay
taciones internas. Estas formas pueden explicar el antinomias de la cantidad, la cualidad, la relación y
modo en que las proposiciones sintéticas a priori de la modalidad, y cada una de ellas actúa a través de
las matemáticas pueden ser aplicadas a todos los pares de argumentos dogmáticos que presuponen
objetos de nuestra experiencia. Esto es, si supone- que, puesto que no es posible hallar un tipo de ítem
mos que al intuir esas proposiciones estamos obte- incondicionado (por ejemplo, un suceso primero en
niendo un conocimiento a priori de las formas de un sentido absoluto), entonces es necesario postular
nuestra representación, que son, precisamente, las algún otro tipo de ítem; por ejemplo, una serie infi-
que han de gobernar todo lo que puede presentarse nita completa de eventos pasados. Para la mayoría
ante nuestra conciencia sensible, entonces es posi- de las restantes antinomias, Kant establece cómo es
ble entender por qué todos los objetos en nuestra posible evitar una contradicción admitiendo series
experiencia son capaces de conformarse a esas pro- sin fin en la experiencia (por ejemplo, de cadenas
posiciones. causales, o de series de seres dependientes), series
Kant presentó su idealismo transcendental como que son compatibles con –aunque en apariencia no
una posición preferible a todas las explicaciones al- lo requieran– ítems incodicionados (causas no cau-
ternativas conocidas de la posibilidad del conoci- sadas, seres necesarios) fuera de la experiencia.
miento matemático y del status metafísico del espa- Para la antinomia de la cantidad sostiene, no obs-
cio y el tiempo. A diferencia del empirismo, admite tante, que la única solución es eliminar el supuesto
la existencia de proposiones necesarias en este ám- dogmático habitual según el cual el conjunto de los
bito. Se opone al racionalismo al liberar el desarro- objetos espaciotemporales constituye un todo deter-
572 / Kant, Immanuel

minado, ya sea absolutamente finito o infinito. Kant ta putativa de categorías a partir de la lista de las
considera este hecho para mostrar que la espacio- formas necesarias de la tabla lógica de los juicios,
temporalidad ha de ser transcendentalmente ideal, y puesto que estas formas siempre serían necesa-
una característica indeterminada de nuestra expe- rias para cualquier comprensión finita, cualquiera
riencia y no una característica de las cosas-en-sí. que fuera su modalidad de sensibilidad, podría su-
Incluso aunque se hallen estructuradas por las ceder muy bien que la validez de los conceptos pu-
formas puras del espacio y el tiempo, las represen- ros fuera aún más inevitable que la de las intuicio-
taciones sensibles no arrojan conocimiento hasta nes puras. Que existe, no obstante, una dificultad
que son aprehendidas en conceptos y estos concep- especial en el argumento transcendental para las
tos son combinados en un juicio. De otro modo nos categorías es algo que se hace evidente tan pronto
quedamos ante puras impresiones, dispersos en una como se considera la lista que ofrece Kant en sus
«multiplicidad» o variedad ininteligible; en pala- detalles. La tabla lógica de los juicios es una colec-
bras del propio Kant, «los pensamientos sin conte- ción a priori de todas las formas de los juicios posi-
nido son vacíos, las intuiciones sin conceptos son bles organizados bajo cuatro apartados, con tres
ciegas». Los juicios precisan tanto de los conceptos subformas cada uno de ellos: cantidad (universal,
como de las intuiciones; no se trata de relación al- particular, singular), cualidad (afirmativa, negativa,
guna entre los conceptos, sino de una reunión de los infinita), relación (categórica, hipotética, disyunti-
mismos que tiene lugar de cierto modo, una unidad va), y modalidad (problemática, asertórica, apodíc-
«objetiva», de forma que un concepto se predica de tica). Esta lista no se corresponde exactamente con
otro –por ejemplo, «todos los cuerpos son visi- ninguna de las que podían aparecer en los textos de
bles»– y el último se «aplica a ciertas apariencias lógica de la época de Kant, pero tiene muchas si-
que se presentan ellas mismas ante nosotros», esto militudes con muchas de ellas; de este modo, los
es, son intuidas. Debido a que cualquier juicio invo- juicios problemáticos son simplemente aquellos
lucra una unidad de pensamiento que puede ser fija- que expresan posibilidad lógica, mientras que los
da en la expresión «pienso», Kant habla de todas las apodícticos son los que expresan necesidad lógica.
representaciones, en la medida en que pueden ser Esa tabla sirve a Kant como una pista para la
juzgadas por nosotros, como sujetas a una unidad «deducción metafísica» de las categorías, la cual in-
necesaria de la apercepción. Este término significó tenta mostrar que el origen de esos conceptos es ge-
originalmente la autoconciencia, en oposición a la nuinamente a priori y sobre la premisa de la propie-
conciencia directa o percepción, pero Kant lo usa dad de la tabla, que los conceptos derivados pueden
principalmente como algo que contrasta con el ser considerados fundamentales, y su lista, comple-
«sentido interno», la variedad precognitiva de las ta. Pero la lista, por sí sola, no muestra exactamente
representaciones temporales tal y como son simple- qué categorías se derivan de los distintos tipos de
mente dadas en la mente. juicios y cuál pueda ser su significado específico
La necesidad fundamental de los conceptos y para nuestros modos de experiencia. Pero ante todo,
los juicios sugiere que nuestra «constitución» po- e incluso cuando se sostiene que cada experiencia y
dría precisar no sólo formas de la intuición, sino cada juicio precisa al menos de una de las cuatro
también formas conceptuales, esto es, «conceptos formas generales, y que el uso de cualquier forma de
puros del entendimiento» o «categorías». La prue- juicio incluye la presencia de un concepto puro (lis-
ba de que nuestra experiencia requiere esas formas tado en la tabla de las categorías: realidad, negación,
se encuentra en la «deducción de la validez objeti- limitación; unidad, pluralidad, totalidad; inherencia
va de los conceptos puros del entendimiento», de- y subsistencia, causalidad y dependencia, comuni-
nominada también deducción transcendental de las dad; posibilidad-imposibilidad, existencia-no exis-
categorías o simplemente la deducción. Este argu- tencia y necesidad-contingencia) que pueda ser apli-
mento, el más notable de Kant, parece ser, en un cado a los objetos del juicio, esto no permite mostrar
sentido, más fuerte y también más fácil que el ar- que las formas relacionales complejas y sus corres-
gumento transcendental empleado para las intuicio- pondientes categorías de causalidad y comunidad
nes puras. Aquellas intuiciones fueron considera- sean necesarias, a no ser que se haya mostrado ya
das necesarias para nuestra experiencia, porque que esas formas específicas del juicio son cada una
como estructuras de nuestra sensibilidad no había de ellas necesarias para nuestra experiencia. Precisa-
nada que pudiera imaginarse dado ante nosotros mente porque esto no es evidente de entrada, puede
fuera de ellas. No obstante, indica Kant, podría pa- parecer, como el propio Kant advierte, que la vali-
recer que una vez que las representaciones se en- dez de las categorías más controvertidas, como la de
cuentran dadas de este modo, todavía podemos la causalidad, no puede ser establecida tan fácilmen-
imaginar que no necesitan combinarse en términos te como la de las formas de la intuición. Kant, ade-
de conceptos puros como el de causalidad. Por otra más, no intenta probar la objetividad de las categorías
parte, Kant indica que sería posible derivar una lis- modales tradicionales, sino que trata los principios
Kant, Immanuel / 573

que se sirven de ellas como simples definiciones re- se comparan con lo que son simples principios
lativas a nuestra experiencia. De este modo, un jui- heurísticos o metodológicos (por ejemplo, el bus-
cio problemático, esto es, en el que «su afirmación o car explicaciones simples o de tipo teleológico),
negación se toman como algo meramente posible», estas analogías son consideradas por Kant como
se usa cuando algo se considera posible en el sentido objetivamente necesarias para la experiencia y, por
de que «se halla conforme con las condiciones for- esta razón, pueden ser consideradas constituivas en
males de la experiencia, esto es, con las condiciones un sentido amplio.
de la intuición y de los conceptos». El resto de la Crítica constituye una exposición
Una posible pista para rescatar las categorías re- de las ideas «originales» o «transcendentales» de la
lacionales es la que se ofrece cerca del final de la razón pura que pretenden ser constitutivas o gozar
deducción transcendental (versión B), donde Kant de una garantía teorética, pero que involucran com-
aprecia que la inclusividad y unidad del espacio y ponentes incondicionados que trascienden comple-
el tiempo que se reclama en el análisis de la sensi- tamente el dominio de la experiencia. Éstas inclu-
bilidad debe tener, como toda unidad cognitiva, un yen no sólo las ideas cosmológicas antinómicas
fundamento último en el juicio. Kant se extiende apuntadas más arriba (de las cuales Kant entresaca
en este punto dedicando una sección clave, titulada la idea de una libertad trascedental, esto es, de cau-
Analogías de la experiencia, a sostener que la posi- sación no causada), sino también las ideas psicoló-
bilidad de que juzguemos los objetos como algo gicas racionales del alma como la de una substan-
determinado en una posición objetiva en la unidad cia inmortal y la idea teológica racional de Dios
del tiempo (e indirectamente, del espacio), precisa como un ser necesario y perfecto. Del mismo modo
tres principios a priori (que recibe cada uno el que los conceptos puros del entendimiento tienen
nombre de «analogía») que emplean, precisamente, un origen en las formas necesarias de los juicios,
las categorías relacionales que parecían especial- estas ideas son originadas por las diversas formas
mente cuestionables. Puesto que estas categorías se silogísticas de la razón: la idea de una substancia
establecen como algo que se necesita, precisamen- espiritual es el correlato de un primer término in-
te, para la determinación del espacio y el tiempo, condicionado de un silogismo categórico (esto es,
los cuales ya han quedado establecidos como trans- un sujeto que nunca puede ser tenido por predicado
cendentalmente ideales, Kant puede concluir que de alguna otra cosa) y la idea de Dios es el correla-
para nosotros incluso las afirmaciones a priori que to de la suma completa de todos los posibles predi-
usan conceptos puros del entendimiento suminis- cados que subyacen al primer término incondicio-
tran lo que sólo son afirmaciones transcendental- nado del silogismo disyuntivo empleado para dar
mente ideales. Ésta es la razón por la cual no pode- una completa determinación de las propiedades de una
mos establecer afirmaciones teóricas plenamente cosa. Con independencia del origen a priori de es-
determinadas acerca de categorías tales como la tas nociones, Kant afirma que no podemos estable-
substancia, causa y comunidad en un sentido abso- cer teóricamente su validez, incluso aunque tengan
luto que vaya más allá de nuestra experiencia. Lo un valor regulativo en la organización de nuestra
más que podemos hacer es establecer principios noción de una substancia espiritual humana o divi-
para sus especificaciones espaciotemporales, deno- na. De este modo, incluso si, como Kant sostiene,
minados schemata, que consisten en las tres analo- las pruebas tradicionales de la inmortalidad y los
gías: «en todo cambio de aspecto la substancia per- argumentos teleológicos, cosmológicos y ontológi-
manece», «todas las alteraciones tienen lugar de cos de la existencia de Dios son inválidos, las no-
acuerdo con la ley de la conexión de causa y efec- ciones que involucran pueden ser sostenidas en la
to» y «todas las substancias, en tanto que pueden medida en que existe, según él, una razón suficien-
ser percibidas como coexistiendo en el espacio, se te no teorética, es decir, moral. Cuando se interpre-
hallan en una completa reciprocidad». Kant empie- tan a la luz de tales argumentos, se transforman en
za por llamarles principios regulativos de la expe- ideas prácticas de la razón, ideas que, como la de
riencia, ya que se precisan para organizar todos los una perfecta virtud, no pueden ser verificadas u ob-
objetos de nuestro conocimiento empírico en una servadas en la experiencia sensible, sino que obtie-
unidad, y, a diferencia de los principios constituti- nen una garantía racional en puras consideraciones
vos para las categorías de cantidad y cualidad (a prácticas.
saber: «todas la intuiciones [para nosotros] son Aunque la filosofía pura práctica kantiana cul-
magnitudes extensas» y «en todas las apariencias, mina en una especie de esperanza religiosa, es
lo real que resulta un objeto de sensación está so- principalmente una doctrina acerca del deber. El
metido a una escala de magnitud, esto es, tiene un valor moral se determina en última instancia por la
grado»), no caracterizan ningún ítem individual por naturaleza de la intención del agente, la cual está
sí mismo, sino sólo más bien por su relación real determinada a su vez por la naturaleza de lo que
con otros objetos de la experiencia. No obstante, si Kant denomina la máxima general o el principio
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subjetivo que subyace a las acciones de la persona. tisfacción a la libertad de todos los seres raciona-
Un sujeto sigue un imperativo hipotético cuando les. Aunque existe sólo un único principio funda-
su máxima no presupone un fin u objetivo incon- mental de la moral, aún hay diferentes tipos de de-
dicionado (como la satisfacción de un deber) que beres específicos. Una distinción básica es aquella
uno debiera tener con independencia de todos los que se da entre un deber en sentido estricto y un
deseos sensibles, sino más bien un «fin material» deber imperfecto. Los deberes de la justicia, el res-
dependiente de inclinaciones contingentes (por petar en la propia acción los derechos de los otros
ejemplo, la orden «tómate esta comida» con el fin o el deber de no violar la dignidad de las personas
de sentirse feliz). Por contra, un imperativo cate- como agentes racionales son todos ellos estrictos
górico constituye una instrucción que dice lo que debido a que no contemplan excepciones forzadas
debería hacerse desde la perspectiva tan sólo de la por las propias inclinaciones. Un deber perfecto es
pura razón; es categórico porque lo que se exige uno que precisa una acción específica (por ejem-
desde esta posición no corresponde a circunstan- plo, cumplir una promesa), mientras que un deber
cias contingentes o sensibles y siempre supone imperfecto, como, por ejemplo, el de mejorarse a sí
prescindir de la consideración del valor. La fórmu- mismo o el de ayudar a los demás, no puede ser
la general del imperativo categórico es la de actuar completamente satisfecho y tampoco puede ser de-
sólo de acuerdo a aquellas máximas que puedan mandado por alguna otra persona, y, por tanto, hay
ser consistentemente apreciadas como leyes uni- una considerable libertad para decidir cuándo y
versales –algo que resulta imposible para máximas cómo ha de ser respetado. Un deber meritorio su-
promovidas por fines materiales–. Al aceptar este pone ir más allá de lo que se demanda en un senti-
imperativo, nos vemos doblemente determinados, do estricto y genera, por tanto, una obligación en
ya que no sólo estamos determinando nuestra ac- los otros, como cuando alguien es de extraordinaria
ción libremente, como Kant piensa que hacen los ayuda para los demás y «merece» su gratitud.
seres humanos en todo ejercicio de la facultad de Véase también ARGUMENTO TRANSCENDENTAL,
elección; también estamos aceptando un principio EPISTEMOLOGÍA, ÉTICA, IDEALISMO, METAFÍSICA,
cuyo contenido está determinado por lo que nos RACIONALISMO.
resulta absolutamente esencial en tanto que agen- KA
tes, a saber, nuestra razón pura práctica. De este
modo, al aceptar el imperativo categórico nos en- KAO TZU (siglos IV-V a.C.), pensador chino y ad-
contramos siguiendo nuestra propia ley y dispo- versario en el terreno filosófico de Mencio (siglo IV
niendo de autonomía; en otro caso caemos en la a.C.). Aparecen referencias al mismo en el Meng
heteronomía o en la (libre) admisión de principios Tzu (Libro de Mencio). Hay un personaje con el
cuyo contenido está determinado independiente- mismo nombre que aparece en el Mo Tzu como
mente de la naturaleza esencial de nuestro ser últi- contemporáneo (aunque probablemente algo más
mo, que es racional. joven) de Mo Tzu (siglo V a.C.), pero no está claro
Una vez dada la metafísica de su idealismo si son o no el mismo individuo. Tal y como se indi-
transcendental, Kant puede decir que el imperativo ca en el Meng Tzu, Kao Tzu sostiene que la natura-
categórico revela en nosotros un poder suprasensi- leza humana (hsing) es moralmente neutral y que
ble de la libertad, de tal modo que nos lleva a con- vivir de acuerdo a la moral requiere el aprendizaje
templarnos a nosotros mismos como parte de un de la rectitud o (yi) a partir de fuentes (tales como
mundo inteligible, es decir, de un dominio determi- doctrinas filosóficas) distintas del corazón/mente
nado en última instancia no por las leyes naturales, (hsin), así como moldear el propio modo de vida
sino más bien por las leyes de la razón. Como ser de acuerdo con ello. Estas ideas se oponen a la opi-
racional considerado en este sentido, un agente es nión de Mencio según la cual el corazón/mente po-
un fin en sí mismo, es decir, algo cuyo valor no de- see inclinaciones morales incipientes a partir de las
pende de fines materiales externos, que son contin- cuales se puede derivar la rectitud, y que llevar una
gentes y valorados tan sólo como medios para al- vida moral supone el desarrollo pleno de tales in-
canzar el fin de la felicidad –que es en sí mismo clinaciones. Desde el momento en que se establece
sólo un valor condicional (ya que la satisfacción de que el verdadero transmisor de las enseñanzas de
un mal sería algo impropio)–. Kant contempla la Confucio es Mencio, debido en gran medida a los
aceptación del imperativo categórico como algo esfuerzos de Chu Hsi (1130-1200), los confucianos
equivalente al respeto de la naturaleza racional y se distancian de la posición de Kao Tzu y llegan,
como un fin en sí mismo en el que nos hallamos le- incluso, a criticar a los rivales en el terreno de la fi-
gislando en un reino de fines. Esto supone desear losofía por mantener posiciones próximas a las de
que el mundo se convierta en una «unión sistemáti- Kao Tzu.
ca de los diferentes seres racionales a través de le- Véase también CONFUCIANISMO, MENCIO.
yes comunes», esto es, leyes que respetan y dan sa- K-LS

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