Está en la página 1de 3

EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98.

Contexto histórico y social a comienzos del siglo


Europa vive años de esplendor en los últimos decenios del siglo XIX. El progreso técnico se acelera, los avances en la
ciencia, en la industria, en los transportes y comunicaciones permiten disfrutar de un nivel de vida hacia 1900
incomparablemente más alto que en 1800. Asimismo, la paz internacional y la estabilidad social favorecen la
confianza en la razón y en el progreso.
Es la época del Imperialismo, con el reparto del planeta entre los países avanzados: Inglaterra, Francia y Alemania.
Los antiguos imperios, español y portugués, entraron en irreversible declive desde el principio del siglo XIX.
España a comienzos del siglo
A finales del XIX, España no es sino una pequeña potencia que se ve sacudida por las tensiones del Imperialismo en
auge. Es entonces cuando se produce el Desastre del 1898, fecha en la que España, derrotada militarmente
por Estados Unidos, pierde los restos dispersos de su antiguo imperio (Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de
Guam). No obstante, el verdadero desastre es el sufrimiento por el pueblo, ya que eran sólo los pobres los
que tenían la obligación de prestar el servicio militar y, por tanto fueron las víctimas directas del conflicto
Al despuntar el siglo XX, España es un país rural en el que abunda la fuerza del trabajo y son muy bajos los salarios.
Hay un insuficiente desarrollo de la industria que depende del extranjero en materias primas, en tecnología y en
capital.
La oligarquía (alianza entre los terratenientes y los grandes financieros) constituye el poder económico y político del
paísante la debilidad de la burguesía. Es un grupo social con ideas y actitudes más propias del Antiguo Régimen que
de una sociedad capitalista.
El sistema político de la Restauración permanece prácticamente inalterado en las dos primeras décadas del siglo XX.

EL MODERNISMO
Para algunos críticos el Modernismo es un movimiento internacional en oposición al positivismo filosófico, el
realismo artístico y el modo de vida burgués. Pero no cabe duda de que el Modernismo fue también una corriente
literaria específicamente hispánica que se inicia en Hispanoamérica y refleja la mentalidad hispana ante la crisis de
fin de siglo. Esta corriente tuvo como precursor al cubano José Martí y como pontífice al poeta nicaragüense Rubén
Darío que fue quien exportó a España el movimiento.
El modernismo se manifiesta como una actitud vital de rebeldía que se relaciona con el mundo de la bohemia e
implica un rechazo de las normas sociales y morales y, sobre todo, el desprecio por la vulgaridad y la mediocridad.
Los géneros literarios más cultivados serán el lírico y la prosa poética y se caracteriza por la diversidad de
influencias: la subjetividad, el rechazo de la realidad y la preferencia por ambientes decadentes y por temas
existencialista del romanticismo; la reivindicación del arte por el arte del, el gusto por los temas mitológicos o por el
exotismo del parnasianismo; la idealización de los temas legendarios del prerrafealismo; la musicalidad y el empleo
de símbolos que sólo el poeta conoce lo que encierran del simbolismo; y el gusto por lo exquisito y refinado del
decadentismo.
Los temas más recurrentes serán el erotismo, el gozo de los sentidos, la religión, la muerte, la noche, la soledad, la
insatisfacción del poeta ante la realidad, el escape en busca de paraísos, la búsqueda de la belleza, el mundo del
ensueño, el recuerdo, el tedio vital...
Sus símbolos: el cisne, el jardín, la luna, la torre de marfil, los dioses y los seres mitológicos...
Usarán un lenguaje sensorial, plástico, abundante adjetivación, léxico culto y sorprendente y llevarán a cabo una
renovación de la métrica, por ejemple componiendo sonetos con versos alejandrinos o dodecasílabos.
Rubén Darío
Muchos de los motivos y las innovaciones métricas del Modernismo se deben al nicaragüense Rubén Darío. En su
trayectoria podemos distinguir dos etapas.
Primera etapa. Corresponde a su modernismo americano con libros como Azul en el que combina prosa y verso y
Prosas Profanas donde el autor brinda el más vasto surtido de motivos, temas y fórmulas métricas al movimiento.
Segunda etapa. La relación con los escritores españoles puso a Darío al tanto de las preocupaciones existenciales.
Cantos de vida y esperanza.
Antonio Machado
Antonio Machado es un poeta inclasificable por el enorme valor de su obra poética y en prosa. Su obra se ha
convertido en referente para todos los artistas posteriores y él, en un referente de la literatura universal.
Estudió en la Institución Libre de Enseñanza, cuyo espíritu laico, progresista y tolerante marcó para siempre su
carácter. Comprometido con los más desfavorecidos no dudó en mostrar una activa adhesión a la República tras el
estallido de la guerra civil(1936-1939).
Aunque como hemos dicho es un autor inclasificable por su influencia posterior y por la profundidad y alcance de su
obra vamos a intentar ordenar su producción poética en etapas.
Primera etapa. Etapa modernista. El autor conoce a Rubén Darío en un viaje a París y con él mantendrá una
perdurable relación. Su libro Soledades. Galerías . Otros poemas aparece en pleno apogeo del movimiento
modernista y nos ofrece una poesía intimista que reflexiona sobre el paso del tiempo, la muerte, las ensoñaciones...
Segunda etapa. Son los años de su toma de conciencia crítica. En esta época compone Campos de Castilla, libro con
el que Marchado se incorpora al grupo de escritores que, denunciando la pobreza, la incultura y el atraso de España
luchan por su regeneración: la generación del 98. Sin embargo, Machado no deja de dar voz a su fondo melancólico.
La visión del paisaje y de las gentes castellanas alterna con la contemplación de la propia intimidad (el amor, la
muerte, el recuerdo). Alma y paisaje se funden en una única realidad.
Tercera etapa. Se caracteriza por la búsqueda de una comunicación literaria de mayor carga filosófica, donde
ocupan un lugar central el cultivo del cantar popular de contenido sentencioso(Nuevas canciones) y la prosa
ensayística.

LA GENERACIÓN DEL 98
La denominación “Generación del 98” se divulga a través de unos artículos del escritor Azorín. Con ese nombre se
referían a un grupo de escritores que, en su juventud, expresaron su profundo desagrado ante la sociedad de la
Restauración y proclamaron la necesidad de cambios sociales, culturales y estéticos; estos autores son Miguel de
Unamuno, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Ramón María de Valle- Inclán, Jacinto Benavente y el propio Azorín. Sin
embargo los componentes del grupo siguieron evoluciones bastante dispares y, en general, se alejaron de sus
orígenes reformadores y progresistas. Por ello, la existencia de una Generación del 98 ha sido discutida e incluso
negada por algunos críticos y escritores desde el primer momento; de ahí que algunos estudiosos prefieran hablar
de Grupo del 98.
Características de la Generación del 98
Los rasgos que les caracterizan son los siguientes:
– Las influencias del grupo se encuentran en pensadores más que en corrientes literarias: los ilustrados, Larra,
Joaquín Costa y los krausistas.
– En cuanto a la trayectoria, uno de los rasgos de la generación es la evolución desde posturas juveniles de
izquierdas hacia posiciones conservadoras en su madurez, espiritualistas o nostálgicas.
– La actitud de denuncia social inicial, es un rasgo característico de la generación que diferencia a estos autores de
los modernistas. La preocupación por los problemassociales y culturales los conduce a la reflexión sobre la
sociedad española.
– El tema de España surge cuando pretenden entender qué define el país, su identidad, es decir, qué es España.
Unamuno es quien plantea el tema en términos idealistas: habla del alma de España y la busca en Castilla, a través
de su paisaje, sus mitos y sus orígenes históricos y literarios.
– La crisis de fin de siglo se refleja en las preocupaciones existenciales que plantea el grupo: el sentimiento de
angustia, su desconfianza en la razón y la inclinación hacia el subjetivismo. El tema de la voluntad y la abulia se
repite en los autores del grupo y en los modernistas.
– La estética del 98 se inclina hacia la sencillez, a veces muy cuidada. Rechazan la retórica ampulosa y el tono
casticista, y persiguen una expresión personal, lo que das lugar a estilos muy diversos.
– El género más empleado es el ensayo, que trata sobre temas muy variados: historia, literatura, religión, etc.
La novela del 98: introspección y reflexión.
La novela de los escritores del 98 reacciona contra el Realismo al considerar que ya no bastaba un retrato de la vida
nacional sino que era imprescindible su análisis e interpretación. Así, en sus relatos abundaron las reflexiones,
acercándolos a lo ensayístico. Las novelas de Azorín y Unamuno representan muy bien esta línea.

En manos de Azorín la novela se convierte en un género híbrido de narración, ensayo y poema en prosa. En sus
obras la peripecia argumental carece de importancia, dado que a los personajes nunca les suceden hechos
extraordinarios. Una débil trama sirve para ensartar pormenorizadas descripciones de la naturaleza. Destaca la
trilogía que forman La voluntad, Antonio Azorín y El pequeño filósofo.

Unamuno defendió que el novelista debía dar a luz una obra viva, sin preparación y escribió novelas de ideas, sin
apenas descripción de las circunstancias exteriores de los personajes (aspecto físico, entorno), en las que se
realizaba una exploración del mundo interior de éstos. Su estilo es despojado, austero, exento de halagos retóricos.
El desgarro de Unamuno entre contrarios (la fe y la duda, la realidad íntima y la historia, la razón y el corazón.
España y Europa...) también se transmite a su escritura llenándola de paradojas y antítesis. Alcanza sus mejores
logros con Niebla, interesante obra de marcado carácter existencial en la que se rompen los límites entre la realidad
y la ficción. Otras novelas destacables serán: La tía Tulay San Manuel Bueno, mártir.

En las novelas de Pío Baroja aflora su pesimismo filosófico y una visión negativa y mordaz de la vida española en
todas los órdenes.Para él la novela era un género multiforme que lo abarcaba todo, la aventura, lo psicológico, lo
filosófico... Destacamos títulos como Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Santi Andía.

Mención aparte merece la narrativa de Valle- Inclán. Destacan las Sonatas, cumbre de la narrativa modernista
española. Las Sonatas narran las aventuras sentimentales del marqués de Bradomín, un don Juan “feo, católico y
sentimental”. También cultivó narrativa de estética esperpéntica en Tirano Banderas, que trata sobre un despótico
caudillo hispanoamericano.
El teatro de Valle- Inclán evoluciona desde el estilo modernista, embellecedor de la realidad, hacia el esperpento,
una estética deformadora y desgarrada que se relaciona con el expresionismo y la vanguardiay que supuso una
renovacióndramática excepcional. Además refleja una actitud tremendamente crítica ante la realidad española.
Destacamos Luces de Bohemia.

También podría gustarte