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Historia del Pensamiento y de las Ideas Estéticas I

1º Grado en Historia del Arte

Facultad de Geografía e Historia


Universidad Complutense de Madrid

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
TEMA 1.
Panorama del pensamiento desde la Filosofía Antigua hasta la Modernidad.

1. FILOSOFÍA ANTIGUA

El concepto de filosofía significa: amor a la sabiduría. El origen es el asombro. Hoy es bastante fácil perder la
capacidad de asombro.Los primeros griegos se preguntan por qué hay naturaleza, por qué existen las cosas. Estos
filósofos se datan del siglo VI a C provienen de Jonia (actual Turquía) Antes de ellos los hombres se hacían
preguntas cuyas respuestas eran siempre mitológicas. La filosofía utiliza como herramienta la razón.

Los primeros filósofos son Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes (conocidos también como filósofos
Presocráticos). Considerados como los iniciadores. Son filósofos cosmólogos: investigan el origen del mundo material
a partir de una pregunta racional que tratan de responder racionalmente (agua, aire, fuego…).

Más adelante, ámbito filosófico se mueve de la Turquía griega (Jonia) a la Magna Grecia donde destaca:
- Pitágoras (569-475). Él dice que la clave para entender este mundo no es un elemento material sino el orden
que hay en el mundo. Se sigue un orden matemático, es algo medido, ordenado. El mundo no es caos sino
COSMOS por tanto hay una clave matemática para entender el mundo, el mundo se basa en medidas y las
tenemos que descubrir, algo que también dirá después Galileo Galilei. Por eso una forma de acceder a la
realidad de las cosas es la música. Pitágoras será un gran interesado de la música, la cual tendrá bastante
importancia en la educación antigua. Se valoraba el papel de la música en la educación porque la música es
armonía, un ritmo y tiene un orden en sí misma. Así con Pitágoras estamos avanzando en el ámbito material.

También en la Magna Grecia, otros dos filósofos se meten ya en el ámbito metafísico, Heráclito y Parménides. (No
se conocieron entre sí).

HERÁCLITO (540-480) “Nadie se baña 2 veces en el mismo río”.

Heráclito defiende que todo cambia, todo fluye de tal manera que la gran pregunta no es el origen material del
universo sino la universalidad del cambio. No sabemos a qué conclusión llega Heráclito porque solo tenemos
referencias o algún texto fragmentado. No sabemos la respuesta última pero subraya el cambio universal, por tanto
no hay un ser que dé permanencia al cambio. A este pensamiento se le conoce como el devenir heraclitano. Muchas
de estas ideas se irán repitiendo de alguna manera a lo largo de la historia.
Por ejemplo, Hegel toma muchas ideas del devenir heraclitano, el ser para Hegel es el devenir, el cambio.
Nietzsche considera que hay que eliminar la metafísica occidental y, en vez del ser que pueda dar fundamento a la
realidad, de lo que hay que hablar es del devenir, un devenir que es el eterno retorno de todas las cosas.

PARMÉNIDES (515-460) “El ser es, y el no ser no es”

Primer filósofo realmente metafísico. Su frase es un principio clave que supone desconocer el cambio porque hay
cosas que hoy son y mañana son otra cosa, no son idénticas a sí mismas. Tiene que haber un momento intermedio
entre el ser y el no ser. Parménides dirá que el ser es, el ser es perfecto, es completo en sí mismo y el no ser, es la
nada. Las cosas que cambian no son. Niega entonces la sustancialidad de las cosas mudables. Ambos llevan a un
callejón sin salida.

2. SIGLO V (a.C)

Surge un cambio con un nuevo interés: el hombre,


En el siglo V surgen los SOFISTAS que significa “sabio” y cobraban por sus lecciones de filosofía. El sofismo
transmitía elementos como el relativismo y el escepticismo. Primeros sofistas conocidos:
- PROTÁGORAS (480-410) “El hombre es la medida de todas las cosas”.
- GORGIAS (460-380) “Primero nada existe. Segundo: Si algo existe, no puede ser conocido por los hombres.
Tercero: si se puede conocer, no se puede comunicar”. Estamos en un escepticismo radical.

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SÓCRATES (470-399 a C)

El gran enemigo de los sofistas es Sócrates. Se cree que nació en el año 470 a.C y murió en el 399 a.C. No escribió
nada, se sabe de él por otros autores, Diálogos de Platón especialmente. También por Aristófanes y por Jenofonte.
Hijo de una matrona por eso su método se llama “mayéutico” que ayuda a sacar a la luz las verdades que tenemos
dentro. ¿Cómo? A través de preguntas y respuestas. Podemos ver este diálogo socrático como se ve en los diálogos
de Platón.

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Sócrates es el primero que en el ámbito filosófico habla con toda claridad del alma: la persona es alma, un alma
espiritual, un alma inmortal. Es un gran paso. Se dejan atrás principios materiales y se habla de un principio
espiritual. Sócrates siempre se referirá a un “demonio” que le habla, este demonio como él interpreta la voz de su
conciencia. Esta voz divina que le dice lo que está bien, lo que está mal, de la verdad, del error… Se acerca a lo que
será nuestro mundo occidental. Lo importante será la salud del alma, que está fundamentalmente identificada con la
razón. El alma es la razón. Y en concreto dirá Sócrates que hay una identificación entre razón y virtud. Es lo que se
llama el intelectualismo socrático: cuando yo conozco la verdad, entonces soy bueno. En esto hay algo de razón, hay
que saber dónde está el bien, pero hay una ausencia casi total de la voluntad y la libertad, elementos también
esenciales del alma. Muchas veces hacemos el mal sabiendo que lo hacemos. Según Sócrates el pecado es
ignorancia, pecamos por ignorancia porque la virtud está relacionada con el conocimiento.

Tiene límites pero Sócrates da un paso de gigante hacia el mundo del espíritu. Frase de Sócrates, “solo sé que no sé
nada” pero se pone en búsqueda de la verdad. “Conócete a ti mismo”, antes de buscar el origen del universo,
conócete a ti mismo, y nosotros mismos somos fundamentalmente nuestra alma. Con todas estas doctrinas, muy
espirituales, fue acusado Sócrates de ir contra la religión griega. Sometido a juicio, acepta el veredicto. Y finalmente
muere envenenado con cicuta en año 399 a.C.

PLATÓN (427-347 a C)

Gran y principal discípulo de Sócrates. El gran filósofo de la trascendencia. Conoce la filosofía anterior y quiere dar
una salida a esos callejones especialmente de Parménides y de Heráclito, del movimiento y del ser. Sigue el método
de su profesor y a través de los diálogos, del intercambio de posturas, se va llegando a la verdad que plantea Platón,
se llega a una visión del mundo platónica. Quizás el diálogo La República da una visión más clara. Se trata de un
diálogo político del cual vamos a destacar el famoso “mito de la caverna”: una serie de personas que están
encadenadas y que están mirando a la pared del fondo de una caverna. Detrás como en un parte superior, hay fuego
que da un poco de luz y unos esclavos que van llevando cosas delante del fuego de tal manera que en la pared de
atrás de la caverna, se proyectan las sombras de esas cosas y detrás del fuego hay una salida de la caverna que da
a la luz del sol.

Entonces, en este mundo, las cosas que vemos son simplemente figuras de la auténtica realidad que está fuera de la
caverna y que es la luz del sol que es la auténtica luz. Lo que vemos son simplemente unas sombras de la realidad,
el mundo que nosotros llamamos real son sombras de una realidad ulterior mucho más profunda y radical que es lo
que llama Platón el mundo de las ideas, donde están los arquetipos de todo, que están en el mundo de las ideas y las
cosas participan de esas ideas. El mundo de las ideas (el cosmos noetos) es la auténtica realidad de la que
participan todas las cosas del mundo que vemos y experimentamos, que es el mundo de sombras pero no el mundo
real. Por esto, Platón hace una separación de los dos mundos/realidades:
- El mundo inteligible (realidad): mundo eterno, inmutable. Se llega a este a través de la razón. Toma como
referencia la filosofía de Parménides.
- El mundo sensible (apariencias): es el mundo palpable, el que percibimos a través de los sentidos. Está
sujeto al cambio y nosotros vivimos en él. Surge como influencia de la filosofía de Heráclito.

Algunos consiguen desencadenarse del mundo de la caverna y suben y salen de la caverna y participan del
verdadero sol, contemplan el mundo de las ideas. Esos son los filósofos que son los que conocen la auténtica
realidad que es una realidad que está más allá de este mundo, es la realidad de la trascendencia.
Los filósofos tienen una gran responsabilidad: volver a la caverna y explicarle a la gente que lo que ven no es la
auténtica realidad. Hay que superar este mundo material y llegar a la trascendencia.

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Historia del Pensamiento y d...
Banco de apuntes de la
Seguimos en este mundo de intelectualismo socrático. La virtud sigue significando conocimiento.
Platón tendrá una antropología muy particular que influirá mucho en la filosofía medieval y que dice que el hombre es
su alma, -en esto es fiel a su maestro- y el alma que está encarcelada en un cuerpo. Estamos frente a un
espiritualismo o intelectualismo. El alma está encerrada en un cuerpo, esclava de un cuerpo. Esto dará pie al
desprecio posterior que se dará hacia todo lo que sea material, además de que después llegará el maniqueísmo que
dice que el origen del mal es la materia.

Entonces, si el cuerpo es la cárcel del alma, ¿Cómo puedo conocer las cosas materiales, las cosas sensibles?

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Porque el conocimiento sensible viene a través del cuerpo. No puede, por tanto, ser un conocimiento serio, un
conocimiento bien fundado, y por tanto la solución de Platón es la teoría de la reminiscencia, es decir, el alma antes
estuvo en el mundo de las ideas con lo cual tiene que recordar, de ahí viene reminiscencia, recordar esas ideas que
contempló alguna vez. Por lo cual el conocimiento es todo un proceso interior.

La de Platón es una teoría muy espiritual pero que no tiene nada que ver con la realidad de las cosas. Si decía
Protágoras que el hombre es la medida de todas las cosas, con Platón podría decirse que Dios es la medida de todas
las cosas. ¿Quién es Dios desde Platón? Es la idea de UNO, la idea de BIEN, el CONJUNTO de las IDEAS, Pero,
evidentemente, Platón está convencido de que el mundo terrenal es simplemente una copia del mundo espiritual de
las ideas y por lo tanto, lo que tenemos que hacer, es imitar lo más posible ese mundo de las ideas. Por lo tanto, la
medida de todas las cosas es Dios.
Dicho todo esto, Platón es el gran filósofo de la trascendencia. Su gran déficit es su antropología pero dio en el clavo
al afirmar que la clave para entender la realidad está en una clave trascendente, una clave que está más allá de la
realidad material en la que estamos insertos.

ARISTÓTELES (384-322)

Gran discípulo de Platón. Sus obras son muchas, Física, Metafísica, el Tratado sobre el alma, distintas éticas, Ética a
Nicómaco, Ética a Eudemo, Política… Toma muchos elementos de Platón y hace avanzar notablemente la filosofía
en la búsqueda hacia la verdad.

Lo que constituye la esencia de las cosas solo puede ser interior a ellas. Es decir, la realidad tiene que tener un
principio interior, no puede estar por encima sin ninguna relación intrínseca. En resumen, dirá que el mundo, la
realidad, está hecha de sustancias individuales. Lo único que existe es lo individual. Lo abstracto no existe en la
realidad, existe en el pensamiento y es fundamental lo abstracto.
Ejemplo: existen cosas blancas. Está la idea de blancura de la que participan las cosas blancas.
Aristóteles dirá: Las cosas son blancas y existe la blancura porque nosotros logramos abstraer desde el
conocimiento sensible el concepto de blancura pero no es una idea que está en el mundo superior de las
ideas. Es un concepto universal del que participan las cosas particulares. Aristóteles hace bajar el mundo de
las ideas a las cosas reales.
Entonces, la realidad está hecha de sustancias individuales.

La sustancia es lo que subsiste en sí mismo. Es lo que es en sí mismo y no es en otro. Lo que es en otro son los
accidentes. La gran distinción que hace Aristóteles es la de sustancia y accidentes. Lo que se llama las categorías
aristotélicas. Son 10: la primera es la categoría de sustancia. Las 9 restantes son accidentes que pueden ser
cantidad, cualidad, movimiento, acción, pasión, lugar… son accidentes que están en la sustancia. No están los
accidentes por sí mismos. Las sustancias materiales tienen color, figura, posición…
- Hay realidades sustanciales y realidades accidentales. Las realidades accidentales nunca son en sí mismas
sino que son en otro.
- Las sustancias pueden ser materiales y espirituales:
- Las sustancias materiales están compuestas (siempre que hablamos de materia hablamos de
composición). La materia tiene partes. Tiene distintas composiciones.
- La composición fundamental es la de materia y forma: todo ente material tiene una materia
y una forma.
- Otra composición muy ligada a la de materia y forma es acto y potencia. Podríamos decir
que la materia es la potencia y el acto es la forma.

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Aristóteles diferencia la “materia prima” antes de la materia segunda. Antes de la materia segunda (plástico, vidrio…)
hay una materia que es pura potencia, es pura capacidad de recibir cualquier forma. La materia prima es una materia
informe. Para que sea una sustancia material necesita una forma. La forma es lo que pone en acto a una materia que
es potencia.

Heráclito decía “todo fluye, todo cambia…” Aristóteles nos explica el movimiento. El movimiento para Aristóteles es
el paso de la potencia al acto. Pero los movimientos pueden ser accidentales (cambio de color) o que haya tal
cantidad de cambios accidentales que se produzca un cambio sustancial (madera en el fuego: ceniza). No hay que

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diferir entre el ser o por el movimiento. El movimiento se inhiere en algo que permanece siempre como es la
sustancia. A partir del movimiento Aristóteles va a demostrar la existencia del primer motor inmóvil que los cristianos
identificaron con Dios. Pero, el Dios de Aristóteles es un dios muy distinto al Dios cristiano, no tiene una personalidad
(Pensamiento que se piensa a sí mismo).

La teoría del conocimiento aristotélico parte del conocimiento sensible. Lo primero que tenemos son sensaciones
(olor, color…). La razón, la inteligencia tiene la capacidad de abstracción: capacidad, a partir del conocimiento
sensible de llegar a conocimientos universales, a los conceptos, un concepto universal. (1,2,3…caballos … me llevan
al concepto de caballo, de equinidad. A través del conocimiento sensible, llegamos al conocimiento universal, a los
conceptos. Es clave: hay toda una capacidad de llegar desde el conocimiento sensible a conocimientos intelectuales.
Por otro lado, hay una sustancia muy particular que es el hombre, compuesto de alma y cuerpo. El cuerpo es la
materia y el alma es la forma. Ambos se necesitan mutuamente. No es un alma enjaulada en una cárcel que es su
cuerpo. Esa armonía entre alma y cuerpo permite esa continuidad entre conocimiento sensible y conocimiento
intelectual.

Aristóteles también será clave para toda la doctrina ética. La Ética a Nicómaco será un libro que es importante en
este sentido. Aborda la ética desde la virtud donde entra ya en juego la voluntad, no sólo la razón socrático-platónica.
VIRTUD, hábito bueno (el hábito es un accidente).
La Ética es una ciencia práctica. Está orientada hacia la vida. Parte de la ética será la Política. Aristóteles dice que el
hombre es “animal político”. Por naturaleza somos sociales y necesitamos vivir en sociedad para poder llegar a la
plenitud humana. Una persona que no viva en sociedad, o es una bestia o es un dios, pero no una persona humana.
La tradicional distinción entre monarquía, aristocracia y democracia la leemos en la Política de Aristóteles. La gran
base de la cultura occidental está en Aristóteles y también Platón pues no se entiende a Aristóteles sin su predecesor
Platón.

3. PERÍODO HELENÍSITICO

Después de esta etapa entra en crisis la polis griega. Con Alejandro Magno llega el periodo helenístico, el gran
imperio universal, entra en decadencia el sistema de las ciudades-estado y también hay una flexión hacia abajo en el
pensamiento filosófico. Se cierran muchas academias que son en general filosofías morales, por lo que volvemos a
los sofistas y a Sócrates, cuya filosofía se centra fundamentalmente en el hombre.
Roma tuvo filósofos pero se dedicó más al derecho o la arquitectura… Los grandes filósofos romanos son Cicerón y
Séneca pero no hay la grandeza del pensamiento griego.
Se cierra el mundo antiguo con el NEOPLATONISMO de filósofos que retoman muchas ideas platónicas.
Los principales son Porfirio, Proclo y sobre todo, PLOTINO. Están ya en los primeros siglos de la era cristiana pero
no son cristianos aunque habrá elementos bastantes compatibles y que serán aprovechados por los padres de la
Iglesia.

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TEMA 2.
La estética arcaica. Siglo VI a.C. y principios del siglo V a.C.

Bases de la estética arcaica:


- Sociedad donde el poder es de los ricos.
- El poder del gobierno pertenece a los ciudadanos con cierta renta.
- Dominaba el pensamiento realista en el que la naturaleza significaba más que lo sobrenatural. Pero se
mantienen también reliquias del pasado (mitología).

1. LA RELIGIÓN:

Hubo dos corrientes filosóficas:


- Religión órfica y de culto a Dionisio: esta simbolizaba el orden, la claridad y la naturalidad. Combinaba la
poesía y arte plásticas y, por lo tanto, esta era a expresión de la ilustración filosófica.
- Religión olímpica: se manifestaba en misterios y bacanales, rehúye del mundo y busca la liberación.
Simboliza el misterio. Se exteriorizó menos en el arte griego aunque la música estaba a su servicio.

Los primeros filósofos se ocuparon de la naturaleza y no de la teoría de lo bello y del arte. Sobre estos temas se
pronunciaron antes los poetas con comentarios generales que no llegaban a ser enunciados científicos.

2. RELIGIÓN OLÍMPICA

La religión de los griegos de la época clásica era una religión politeísta y antropomórfica. Es decir, los griegos
tenían innumerables dioses y los representaban con forma humana.

Sus dioses provienen de dos tradiciones distintas:


- La de los primitivos pobladores de Grecia. Los primitivos pobladores de Grecia eran agricultores y
ganaderos, y tenían dioses de la fecundidad y de los campos, así como una Diosa Madre que identificaban
con la "madre tierra"
- La de los pueblos indoeuropeos, que llegaron a Grecia a partir del 2000 a.C. Eran nómadas y guerreros, y
tenían un dios supremo, del cielo y de la luz, padre y creador del mundo y de la sociedad.

De la síntesis entre las creencias de los invasores y de los nativos surgió la religión olímpica, llamada así porque
situaba a los dioses viviendo en el monte Olimpo, el más alto de Grecia. Posteriormente, los poetas embellecieron la
historia de los dioses, inspirándose en leyendas populares, y crearon la mitología griega. La historia de estos dioses y
su relación con los hombres se narra en las obras de Homero (La Ilíada y La Odisea) y de Hesíodo (La Teogonía),
escritas en los siglos VIII y VII adC.

Para Homero y Hesíodo, los dioses nacían y crecían, tenían infancia, juventud y madurez, se casaban, engendraban
hijos, se peleaban, hacían las paces y se reunían en banquetes. Los dioses olímpicos sentían envidias y celos,
podían ser más o menos amables, crueles o vengativos. Se comportaban como los seres humanos, aunque eran
mucho más poderosos. A diferencia de los hombres, los dioses eran inmortales.

2.1. Las acciones de culto


En general, los griegos eran respetuosos con sus dioses. Pensaban que había que rendirles culto. En las casas solía
haber un espacio dedicado a ellos, con un pequeño altar donde realizar ofrendas. En las ciudades había templos
dedicados a las divinidades, donde se guardaban sus estatuas. En algunos lugares especiales en la geografía griega
se construyeron santuarios donde, en fechas señaladas, acudía gente de toda la Hélade para festejar a los dioses
con sacrificios, procesiones, representaciones de teatro y competiciones deportivas. Los santuarios más famosos de
la época clásica fueron los de Delfos, Eleusis y Olimpia, donde se realizaban los Juegos Olímpicos.
Los templos y santuarios eran atendidos por ciudadanos que se encargaban de realizar los sacrificios y ofrendas. No
había un cuerpo de sacerdotes dedicado en exclusiva al culto. Ni tampoco había un libro sagrado con las verdades
religiosas que todo el mundo tuviera que creer. Esto facilitó que los griegos hablaran libremente de los dioses y se
preguntaran si existían en realidad, cuál era su papel en el mundo y si valía la pena rendirles culto. Ese clima de
libertad permitió la aparición y desarrollo de la filosofía y de la ciencia, actividades que explicaban el porqué de las
cosas a partir de la propia naturaleza.
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Los sacrificios eran el acto central del ritual religioso de los griegos. En los sacrificios se mataba un animal (un cerdo,
una oveja, un toro), se cocinaba y se ofrecía a los dioses. También se hacían ofrendas de productos del campo,
estatuillas, vino y licores, con la esperanza de conseguir algún favor divino.

2.2. Los oráculos


En algunos templos griegos había personas que, supuestamente, hablaban por boca de los dioses, adivinaban el
futuro y recomendaban cómo actuar. Eran oráculos. El más famoso de ellos fue el oráculo de Delfos, situado en el
templo de Apolo de esta ciudad, aunque hubo otros muchos (en Dodona, Olimpia, Dídimo, etc.). Los oráculos

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realizaban funciones adivinatorias y proféticas. La pitonisa o profetisa de Delfos, cuando atendía una consulta, se
vestía de manera especial, bebía agua de un arroyo sagrado, y se colocaba sentada en un trípode sobre una grieta
por donde salían vapores de una gruta subterránea. Entonces, inspirada por Apolo, pronunciaba algunas palabras
que eran interpretadas como un oráculo de Dios. Durante más de mil años, griegos y romanos acudieron a Delfos en
busca de información sobre todos los temas imaginables. Ciudades como Atenas y Esparta tenían delegados
permanentes en Delfos y consultaban a la pitonisa cada vez que tenían que tomar alguna decisión importante.

2.3. La religión olímpica


Homero y Hesíodo han pasado a la historia no sólo por el valor histórico-literario de sus obras, sino además por
haber sido los artífices de la religión olímpica. Así lo registra Herodoto: Homero y Hesíodo dieron nombres a sus
dioses, mostraron sus figuras y semblantes, les atribuyeron y repartieron honores, artes y habilidades.

Hasta la llegada de la religión olímpica, las diferentes divinidades que hasta entonces participaban de una relativa
autonomía eran reunidas en un mismo panteón. A diferencia de otras religiones, la religión olímpica, ciertamente
artificial, no da lugar a un culto unificado ni a una jerarquía centralizada. De ahí que los templos se conciban como
residencia de la divinidad, y que hubiera varios templos dedicados a la misma, que no compartían idénticos mitos.
Al surgir el templo, la religión se convierte en un fenómeno exterior. El griego, cuyas tradiciones políticas
protodemocráticas fomentan la afirmación de la individualidad, comprometidas las tradiciones que salvaguardan su
cohesión social, queda a las puertas del individualismo. Ese paso, sin embargo, no se dio de inmediato y es menester
esperar hasta el período helenístico.

2.4. El arte
Las artes estaban más vinculadas entre sí. Puede decirse que los griegos empezaron haciendo 2 tipos de artes:
- ARTE CONSTRUCTIVO: Arquitectura, escultura, pintura
- ARTE EXPRESIVO: Poesía, música, danza

La religión órfica destaca por el arte constructivo: Para los griegos, la arquitectura, escultura y pintura eran artes
afines entre sí y estaban muy distanciadas de la poesía de la música y de la danza. Sus funciones eran distintas:
- Las primeras producían objetos para contemplar, contemplativas.
- Las segundas expresaban sentimientos, expresivas.
Aunque pertenecían al mismo pueblo y a la misma época, el historiador advierte que, a pesar de todas las
diferencias, tenían también rasgos comunes a los que los mismos griegos no prestaban atención alguna.

Características:
- La consciente limitación. El temprano arte griego trataba siempre los mismos temas y empleaba siempre
las mismas formas. No aspiraba a ser un arte variado, extraordinario ni novedoso. Tenía un número limitado
de temas, motivos iconográficos, esquemas de composición, formas decorativas y principales conceptos y
soluciones.
- Los templos, a pesar de pertenecer a un esquema único, podían variar en las proporciones de sus
elementos, en la cantidad y altura de las columnas, en su espaciamiento, en las dimensiones de los
intercolumnios, peso mayor o menor del entablamento.
- La escultura admitía variantes análogas. Sin embargo, la inflexible rigidez del arte arcaico y sus
estrechos límites tuvieron consecuencias positivas: el hecho de plantearse varios artistas el mismo
objetivo y servirse del mismo esquema causó la elaboración de la técnica necesaria y la dominación
de la forma.

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- Las normas del arte. Los artistas griegos no trataban su arte como objeto de inspiración e imaginación, sino
de habilidad y obediencia a unas normas generales. Por eso dieron al arte un carácter universal, impersonal
y racional.

- La racionalidad y el hecho de basarse en normas constituyen un elemento importante de la estética implícita


en el arcaico arte griego. Eran normas firmes pero no apriorísticas. Especialmentela arquitectura emanaba de
las exigencias de la construcción: las columnas y el entablamento de los templos, los triglifos y metopas,
tenían formas dictadas por las exigencias de la estética y por la naturaleza del material de construcción.

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- Las artes plásticas de los griegos ofrecían algunas variantes. Había dos estilos: el dórico y el jónico.
- El jónico revelaba más libertad e imaginación. Tenía proporciones más esbeltas.
- El dórico era más riguroso, sometido a normas más rígidas. Tenía proporciones no tan esbeltas. Fue
el primero en alcanzar la perfección y el más característico del periodo arcaico.

LA ARQUITECTURA. Los siglos VIII, VII y VI, se creó una gran arquitectura que pronto alcanzó la
perfección. Era una perfección que Grecia poseía en el periodo arcaico y a la que los arquitectos modernos,
renunciando a todas las formas creadas posteriormente, bien querrían volver. De este modo, los primeros griegos
que empezaron a estudiar el arte y la belleza, tenían ante sus ojos una arquitectura perfecta.

La arquitectura griega asumió ciertos elementos que provenían de fuera, sobre todo de Egipto (por ejemplo, las
columnas y columnatas) y también del Norte (por ejemplo, el tejado a dos aguas de los templos). A pesar de ello, en
su totalidad, constituía una creación original y homogénea. Al apartarse en un momento dado de las influencias
extranjeras, la arquitectura se desarrolló exclusivamente conforme a su propia lógica; los griegos supieron mirarla
como su propia obra. Asimismo, podían estar convencidos de que su arquitectura era una libre creación suya, que la
habían creado sin estar limitados ni siquiera por exigencias técnicas ni por las propias del material empleado; que
eran más bien ellos quienes determinaban la técnica, y no al revés. Elaboraron la técnica que les era necesaria para
alcanzar sus objetivos, y sobre todo dominaron técnicamente el arte de labrar la piedra. Ya en el siglo VI pasaron de
la madera y de la blanda caliza, utilizadas primitivamente, a las piedras preciosas y al mármol. Muy temprano fueron
capaces de emprender obras de mayores dimensiones: el templo de Hera en la isla de Samos, de finales del siglo
VI, era una enorme construcción de 133 columnas.

Su arquitectura estaba vinculada con la religión y el culto. Los esfuerzos de los arquitectos griegos de aquellos
tiempos estaban dirigidos exclusivamente hacia la edificación de los templos, pues las casas de vivienda de entonces
tenían un carácter utilitario y carecían de aspiraciones artísticas.

LA ESCULTURA: La escultura también estaba vinculada con el culto. Se limitaba a las estatuas de los dioses
y a la decoración de los templos, de sus frontones y metopas. Tan sólo más tarde los griegos empezaron a esculpir al
hombre: primero sólo a los muertos y con el tiempo también a los personajes ilustres vivos, en especial a los
vencedores de la lucha libre y de los juegos olímpicos. Esta vinculación entre la escultura y la religión prueba que su
carácter era más complejo de cuanto se hubiera podido esperar de un arte primitivo. El artista no representaba el
mundo de los hombres, sino el de los dioses.

El culto griego era antropomórfico y así era también la escultura griega: representaba a los dioses en forma humana.
Servía a los dioses, pero reproducía al hombre. No había en ella naturaleza extrahumana, no había otras formas que
las humanas, era una escultura antropocéntrica. Sin embargo, al representar al ser humano, no representaba a
hombres individuales, la época de los retratos no había llegado aún. Los primeros escultores trataban los rostros de
manera esquemática, ni siquiera intentaban conferirles una expresión. La expresión se la daban antes al cuerpo que
al rostro: las formas humanas se transformaban, deformaban y geometrizaban. Los cabellos y los pliegues de las
ropas los componían aún arcaicamente, en diseños orientales, sin preocuparse por su realismo, ambas cosas las
asumieron del Oriente.
A finales de la era arcaica, los griegos poseían ya un gran arte, pero no reflexionaban sobre él teóricamente, o por lo
menos, tales reflexiones no se han conservado. En aquel tiempo tenían ya una ciencia, pero una ciencia que se
ocupaba exclusivamente de la naturaleza y no de las creaciones del hombre, y que no abarcaba aún la estética. No
obstante, tenían ya su concepción de lo bello y del arte, que no habían recogido por escrito, pero que puede ser
reconstruida basándose en las artes que cultivaban.

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3. RELIGIÓN ÓRFICA.

La religión órfica aparece en Grecia entre los siglos VI y II a.C., es de influencia oriental, y fue predicada por Orfeo
(un músico Tracio). Este movimiento reivindicó la revelación frente a la razón y fomentó la idea de pecado y culpa.
El orfismo es un movimiento de reforma religiosa que se inicia en el seno de la religión de Dionisio. La teología órfica
tiene una parte que explica la genealogía de los dioses y los hombres que no se diferencia en lo esencial de la
Teogonía de Hesíodo; la parte con más influencia histórica se refiere sin embargo a su doctrina del alma pues
presenta con claridad la idea del alma como algo distinto del cuerpo e inmortal, la oposición hostil entre alma y

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cuerpo y la conciencia de pecado. Su visión pesimista es claramente contraria a la vitalidad griega. Brevemente, el
mito básico propuesto por el orfismo dice lo siguiente: Dionisio, de niño, es destrozado y devorado por los Titanes.
Atenea sólo salvó su corazón, Zeus se lo traga y después engendra de nuevo a Dionisio. Zeus destruye a los Titanes
con el rayo y de sus cenizas surge el género humano.

El dualismo antropológico y la propuesta moral que defiende se articula precisamente a partir del mito: el hombre
consta de dos elementos, el elemento divino o alma, relacionado con Dionisios, y el elemento titánico o cuerpo
relacionado con los Titanes. El primero es el principio del bien, divino e inmortal y que hay que cuidar; el segundo el
principio del mal, mortal y que es preciso despreciar. Tras un ciclo de nacimientos y reencarnaciones, el alma vuelve
a la divinidad. Su propuesta moral es la liberación en esta vida de la cárcel del cuerpo, de la carne y las pasiones.

La palabra “carne” hace referencia al cuerpo humano en oposición al alma; esta palabra la encontraremos después
con este mismo uso en San Pablo y la Iglesia Cristiana. Como en el cristianismo, la religión órfica propone sacrificios
y plegarias para expiar las culpas de los vivos y de los muertos y así evitar los castigos en el Hades. La vida ascética
y de purificación busca liberar lo divino en el hombre y consiste en técnicas que van desde algo inaudito en la vida del
pueblo griego como es el vegetarianismo hasta diversas formas de disciplina espiritual. También como el cristianismo,
defienden una cierta escatología (profetizan la llegada de un nuevo Dionisios destinado a restaurar la plenitud de los
orígenes).

El orfismo influyó en los neopitagóricos, en Platón y en el cristianismo. Una de las tesis más características de la
religión órfica fue su defensa de la transmigración de las almas, que están condenadas a encarnarse hasta que
alcancen la purificación y perfección.

4. LOS CONCEPTOS ESTÉTICOS DE LOS GRIEGOS

4.1. División de las artes.


Las artes no constituían siquiera para los griegos un grupo separado. No dividían las artes en bellas y artesanas.
Creían que todas podían ser bellas; afirmaban que el artesano podía alcanzar la perfección y llegar a ser maestro
(architecton) en cada arte. Su actitud hacia los que practicaban las artes era compleja: los estimaban por los
conocimientos que poseían, pero a la vez los despreciaban por ser su trabajo artesano, físico y remunerativo. Tal
actitud hacia el arte se formó ya en los tiempos pre-filosóficos; los filósofos la aceptaron y mantuvieron.

La división de las artes más natural para los griegos era la de artes liberales y serviles:
- Artes liberales: aquellas que no requerían el trabajo físico. Estas las consideraban infinitamente superiores. A
este grupo pertenecían las bellas artes, por ejemplo, la música.
- Artes serviles sí requerían trabajo físico, como la escultura o arquitectónica.
La pintura la incluían al principio entre las artes serviles, pero con el tiempo los pintores lograron que su arte fuese
elevado a la categoría más alta, las artes liberales.

Aunque los griegos tenían un concepto muy amplio del «arte en general”, tenían un concepto bastante restringido de
cada arte en particular. Como ya mencionamos, consideraban como un arte separado el de tocar la flauta, es decir la
“aulética», así como la «citarística» el arte de tocar la cítara, uniéndolas sólo en ocasiones excepcionales bajo la
común denominación de la música. Tampoco trataban como pertenecientes a un mismo arte los trabajos escultóricos
ejecutados y los moldeados en bronce. Dado que eran realizados en materiales distintos, con diferentes instrumentos
y de distintas maneras, por varias personas, constituían para los griegos artes diferentes.
Del mismo modo, consideraban como distintos campos de actividad creativa la tragedia y la comedia, la poesía épica
y la ditirámbica, uniéndolas bajo un mismo concepto sólo en muy contadas ocasiones.
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Los conceptos de los griegos acerca del arte se formaron según las artes concretas que cultivaban y éstas, sobre
todo en el periodo primitivo, eran distintas a las nuestras. No tenían poesía escrita, era hablada o cantada. Carecían
de música propiamente instrumental, su música era vocal. Algunas artes hoy completamente separadas, se
cultivaban conjuntamente y por eso consideradas un solo arte o un conjunto de artes afines (ej. Teatro, música,
danza). De ahí afirmaciones paradójicas para nosotros, como la de que la música es superior a la poesía porque
afecta a dos sentidos (oído, vista), mientras que la poesía a solo uno.

4.2. Conceptos.
Para poder pensar y hablar sobre el arte que crearon, los griegos desarrollaron algunos conceptos relacionados con
él. Parte de esos conceptos se formaron antes de que los filósofos aparecieran en escena. Los filósofos los
recogieron y, más adelante, los desarrollaron y transformaron. Los conceptos estéticos de los griegos fueron una de
las fuentes de la estética erudita, antes de que llegaran a ser su reflejo. Eran unos conceptos muy distintos a los que,
al cabo de siglos de reflexión, emplea corrientemente el hombre de hoy. Incluso cuando las palabras eran parecidas,
su significado era distinto.

1. El concepto de la BELLEZA. Viene la palabra «kalón» (ió xakóv), empleada por los griegos, que traducimos como
«lo bello». Significaba todo lo que gusta, atrae o despierta admiración, o sea, tenía un significado más amplio.
Designaba además lo que complace a los ojos y a los oídos. De este amplio y general concepto de la belleza,
empleado corrientemente por los griegos, se formó con el tiempo, despacio y con dificultades, un concepto de belleza
estética más limitado y definido. Anteriormente, los griegos se iban acercando a este concepto más limitado con otros
términos. Los poetas escribían sobre la «gracia» que «alegra a los mortales», los himnos de la «armonía» del
cosmos, los artistas plásticos de la symmetria, o sea, de la conmensurabilidad o de la medida adecuada, los oradores
de la euritmia, es decir del ritmo adecuado y de las buenas proporciones.

2. El concepto del ARTE. Con la palabra «techne» (téxvrI), que traducimos como arte, pasó lo mismo que con la
belleza: los griegos la entendían más ampliamente que nosotros. Es decir, entendían por «tékhne» todo producto de
la habilidad técnica. Era para ellos arte no sólo el trabajo del arquitecto sino también el del carpintero o del tejedor.
Aplicaban el término a toda actividad humana (en cuanto opuesta a la naturaleza) en la medida en que era
productiva, dependiente de la habilidad (y no de la inspiración), y conscientemente guiada por normas generales. Los
griegos estaban convencidos de que la habilidad en el arte era primordial, razón por la cual consideraban el arte (el
de la carpintería y el de tejer incluidos) como actividad intelectual; hacían hincapié en el conocimiento que el arte
presupone, y era ese conocimiento lo que más estimaban.
Tal concepto del arte incluía lo que la arquitectura tiene en común con la pintura y la escultura, así como con la
carpintería y la tejeduría.

Por otra parte, los griegos no disponían de un concepto que comprendiese tan sólo las bellas artes, la arquitectura, la
pintura y la escultura, sin incluir la artesanía. Su amplio concepto del arte perduró hasta el final de la antigüedad, e
incluso permaneció mucho tiempo en las lenguas europeas. Tan sólo a lo largo del siglo XIX se empezó a suprimir el
adjetivo «bello», y el término «arte» fue considerado como sinónimo de «bellas artes».
Solamente en los tiempos modernos las bellas artes llegaron a ocupar el primer puesto y dominaron el nombre de
«arte». Con el concepto del arte ocurrió lo mismo que con el concepto de la belleza: primitivamente era más amplio, y
se fue transformando en uno más reducido y propiamente estético.

3. El concepto de CREACIÓN: Los griegos del periodo arcaico no tenían un concepto de creación. El arte lo
entendían como una habilidad y veían en él tres factores:
- El primero concedido por la naturaleza, es decir, el material
- El segundo, transmitido por la tradición, o sea, el conocimiento.
- El tercero, proveniente del artista, que era su trabajo. El trabajo del artista, según lo entendían los griegos, no
era de otro carácter que el del artesano.
No se habían percatado del cuarto factor, la creatividad individual. Tampoco prestaban atención a la originalidad; la
novedad en una obra de arte la apreciaban menos que su compatibilidad con la tradición, en la cual veían una
garantía de duración, universalidad y perfección. En el período arcaico no se referían a los artistas por su nombre.
Nada les parecía a los griegos más importante que el «kanon», o sea, las normas universales a las que debía
atenerse el artista. Sostenían que era buen artista el que conocía y aplicaba esas normas y no el que tendía a
manifestar en su obra su propia individualidad.

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4. El concepto de CONTEMPLACIÓN. Los griegos entendían las experiencias estéticas de manera semejante a la
de la creación artística: no pensaban que esta creación se diferenciara de modo importante de otro tipo de
producción humana.
Tampoco nada parece indicar que considerasen la experiencia estética como una experiencia aislada o particular; no
tenían para ella un término especial. No distinguían la actitud estética de la actitud investigadora. Para la
contemplación estética usaban el mismo término que para la investigación científica: «theoria», es decir, observación.
En la contemplación de objetos bellos no veían nada que la distinguiera de la percepción corriente de las cosas. La
primera iba acompañada del placer, pero creían que el placer acompaña cada acto de percibir, examinar, investigar o

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conocer.

Cuando en el siglo V en Grecia maduró la ciencia y los psicólogos tomaron la palabra, mantuvieron las antiguas
opiniones sin tomar en consideración que la percepción de lo bello y de las obras de arte pudiera tener algún rasgo
particular. La entendían más bien como un tipo de investigación. Por otro lado, la investigación la concebían, según lo
indica el término «theoria», como observación. Pregonaban la superioridad del pensamiento sobre la percepción,
pero entendían el pensamiento de manera semejante a aquella.

Sin embargo, la percepción era de un solo tipo, la visual. El sentido de la vista era para ellos fundamentalmente
diferente al del oído sin mencionar las percepciones de los otros sentidos y el arte percibido con la vista era
considerado totalmente distinto del percibido con el oído.
En la música veían un arte grande, de carácter sagrado, el único capaz de expresar el alma como tal, pero aún así
sólo al arte visual lo hubieran llamado bello.

Su concepto de la belleza era universal, abarcaba también la belleza moral y si intentaron reducirlo al concepto
sensorial se referían sólo a las artes visuales. Fue con ellas como modelaron su concepto de lo bello, definiéndolo,
mucho más tarde, mediante la forma y el color.
Tales eran las ideas estéticas de los griegos. En ellas se basó el pensamiento estético de sus filósofos, críticos y
artistas. Muy distintos de los de los tiempos modernos. El concepto de arte era más amplio y no contenía los rasgos
que hoy lo definen. Igualmente con el concepto de belleza. Los griegos dividían y agrupaban las artes de otra
manera; buscaban contrastes desconocidos para el mundo moderno. Carecían de conceptos tales como creación
artística y experiencia estética. Con el tiempo renunciaron a algunas de estas ideas…

Por otro lado están las artes expresivas: danza, música, poesía

1. La DANZA se fundía con la música y la poesía formando la “triúnica choreia”. Permitía expresar los sentimientos e
instintos del hombre mediante sonidos y movimientos, mediante palabras, melodía y ritmo. El papel principal era el de
la danza. Este arte primitivo griego era principalmente, una “expresión de sentimientos” –catarsis- para unos de
placer y alegría, para otros de pena o melancolía. Desfogue de sentimientos en busca de alivio. Era un arte vinculado
con el culto y los ritos, sobre todo dionisíacos. Servía para la catarsis o purificación de los sentimientos y, por tanto,
del alma. Esto se hacía a través de la mimesis o imitación. Inicialmente significó, aplicado a la danza, la
manifestación de los sentimientos, expresión de experiencias vividas mediante gestos, sonidos, palabras. Más tarde
la palabra se aplicó a la música y posteriormente a la poesía y las Artes Plásticas. Su significado sufre entonces una
transformación y pasa a significar la representación de la realidad por el arte, especialmente por el teatro, la pintura y
la escultura.

2. La MÚSICA se separa de la “triúnica coreia”. Adopta el papel de principal arte expresivo de los sentimientos y
mantiene su vinculación con el culto religioso. Del culto a los distintos dioses nacen distintas formas de música. La
música formaba parte de los misterios.

3. La POESÍA. Gran perfección. La poesía influyó en la formación de la religión olímpica. Estaba llena de mitos. Sus
héroes eran tanto dioses como seres humanos. Todo sucedía de manera racional y natural. El comportamiento de los
dioses estaba regido más por la naturaleza más que por las fuerzas sobrenaturales. Esta poesía arcaica de los
griegos, de gran perfección, basada en la creación popular pero de gran maestría, es ya un documento para el
historiador de la estética. Demuestra que esa época estaba aún lejos de los conceptos de una poesía pura y del arte
por el arte. Concebía el arte como vinculado a la religión y los mitos, como producto público capaz de servir a los
fines sociales, pero, a la vez, era algo alejado de la vida que hablaba a los hombres desde cierta distancia. Por ello,
para los primitivos estetas griegos, esta poesía constituía un modelo que tenían en cuenta al formular las primeras
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definiciones de lo bello. Pero llegó el tiempo en el que su posición y su función cambiaron. Tal vez existió un tiempo
en el que la poesía, la música y la danza eran «la forma normal de expresión», y tal vez fue en esa época cuando
dichas artes habían surgido. Pero con el nacimiento de la teoría de la poesía, de la música y de la danza, y con el
inicio de la estética antigua, aquel período llegó a su fin.

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TEMA 3.
La estética clásica, desde el siglo V a.C. hasta el III a.C.

1. LA ESTÉTICA Y LA FILOSOFÍA

Aparecieron los primeros filósofos estetas. En el período clásico, la filosofía abarcó también los problemas de la
estética. Hasta entonces, la estética no había sido atribuida a ninguna de las ciencias, estaba dentro de las

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competencias de cada ciudadano, quien podía admirar directamente todas las obras de arte. Lo que la gente opinaba
sobre el arte y la belleza sólo podía ser deducido de las obras de arte o de accidentales reflexiones de los poetas. En
este periodo, las obras de arte y las observaciones de los poetas continuaron siendo una fuente de las ideas
estéticas, pero no la única ni la más importante, ya que desde entonces los filósofos se convirtieron en portavoces de
las ideas estéticas.

Los filósofos no se pronunciaron sobre temas estéticos de inmediato, pues al principio se ocupaban exclusivamente
de los problemas de la naturaleza. Los primeros que trataron de la estética fueron los filósofos dóricos de la
escuela pitagórica, quienes lo hicieron tan sólo en el siglo V. En su interpretación de los problemas estéticos
adoptaron por una parte una actitud científica, recurriendo a las matemáticas y a la física, y por otra, asumieron las
tradiciones de las sectas religiosas. Los filósofos jónicos estaban por aquel entonces aún absortos por la filosofía
de la naturaleza, siendo Heráclito el único que tocó los problemas estéticos. Luego Demócrito, el último y el más
destacado de los filósofos jónicos, trató la estética con amplitud y de una manera científica y empírica, típica de los
filósofos de esta escuela.

Demócrito pertenecía a la nueva generación de filósofos, a la de Sócrates y de los célebres sofistas. Por esto, los
problemas humanísticos ocupaban un primer plano, tanto o incluso más que los de la naturaleza. Fue entonces
cuando Atenas llegó a ser el centro de la filosofía, cuando los antagonismos entre la cultura y el pensamiento dorio y
jonio desaparecieron, cediendo lugar a la cultura y filosofía áticas, un producto y una síntesis de ambas. Esta
síntesis filosófica halló su expresión en las dos generaciones siguientes, la de Platón y la de Aristóteles. Los escritos
de ambos filósofos constituyen la cima de la estética clásica, e incluso de la estética antigua en general.

1.1. ​Consecuencias de la inclusión de la estética en la filosofía.


A partir de la época clásica griega, una grandísima parte de las reflexiones estéticas se realizó dentro del campo de
la filosofía, lo cual tuvo sus consecuencias positivas y negativas. Por una parte, la estética no se desarrolló como
disciplina aislada sino en relación con otros problemas humanos. Por otra parte, la estética, al no disponer de una
disciplina propia, formaba parte de otra más general, razón por la cual algunas no se indagaba en todos sus
aspectos. Al principio, en la misma situación se encontraban también otras ciencias, sobre todo las humanidades,
que pronto se independizaron y separaron de la filosofía.

Los filósofos trataban la estética de dos maneras.


- Analizaban los fenómenos y los conceptos. En los textos de Demócrito, de los sofistas y de Sócrates,
encontramos varios análisis referentes al concepto de la belleza, de diversos tipos de arte, etc.
- Los mismos filósofos incluían los fenómenos y conceptos estéticos en sus sistemas: los sofistas en el
sistema relativista y Platón en el suyo, el idealista. A través de los primeros penetró en la estética una
filosofía minimalista, y mediante Platón otra maximalista, con su doctrina compuesta por ideas eternas y
valores absolutos, unido esto a la teoría apriorística del conocimiento y la primacía de los valores morales. La
filosofía, subdividida en varios sistemas, aplicaba diversos puntos de vista, sosteniendo numerosas disputas
internas; y todos esos sistemas, puntos de vista y disputas, se los transmitió a la estética.

Asimismo, era diversa la actitud de los filósofos-estetas cuando encaraban el arte. Unos, aprovechando las
experiencias de los artistas, formularon sus teorías del arte con base en la práctica artística, es decir, la práctica
dirigía la teoría. Esto sucedió, por ejemplo, con la teoría según la cual el arte representa la naturaleza a la vez que la
idealiza.
Por otro lado, había filósofos que creaban sus propias teorías del arte, a las que luego se sometían los artistas. En
este caso, era la teoría de los filósofos la que guiaba la práctica. Por ejemplo, la aplicación por parte de los
arquitectos y escultores de los cánones y cálculos matemáticos tenía, entre otros, su origen en la filosofía pitagórica.

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4 generaciones de la estética clásica:
1. La estética dórica de los pitagóricos;
2. La jónica de Demócrito y la ática de los sofistas y de Sócrates;
3. La estética de Platón
4. La de Aristóteles

2. EL GUSTO CLÁSICO.

La estética arcaica y clásica de los griegos no se parece en realidad a la de nuestros tiempos. Fue la primera teoría
del arte, al menos en Europa, aunque no por ello fue sencilla, ni se corresponde con lo que las generaciones
posteriores considerarían como natural y primitivo. Esta estética apenas menciona la belleza. Si los griegos de
entonces hablaron de ella, lo hicieron casi exclusivamente en el sentido ético y no en el estético. Aquella estética
relacionaba el arte con la bondad, con la verdad y la utilidad, más estrechamente que con la belleza. No existía, por
tanto, nuestro concepto de las «bellas» artes.

La teoría del arte de aquel entonces tenía poco interés en la representación de la naturaleza por el arte. Y este hecho
también merece una atención especial, ya que fue la teoría de un país y de una época en la que se abandonaron los
símbolos abstractos en el arte a favor de las formas de la naturaleza. Además, fue una teoría propia de los griegos,
que concebían la razón humana de una manera receptiva y creían que todo lo que hace el hombre lo hace conforme
a un modelo exterior, y que en cada actividad humana, en el arte, en la poesía y en la ciencia, lo esencial es la
verdad. Para hablar de la representación de naturaleza por el pintor, se usaba el concepto de «mimesis», que
primitivamente no significaba la representación del mundo exterior, sino la «acción teatral», y era empleado respecto
a la danza, a la música y al arte del actor, pero no con relación a la escultura, pintura o poesía épica. Empleado con
relación a la naturaleza, «mimesis» significaba la imitación de sus procedimientos más que la de su apariencia.

La teoría clásica no relacionaba el arte con la creación. En aquella época se prestaba poca atención y se apreciaba
poco el factor creativo en el arte. Para los griegos clásicos, el arte era un proceso de descubrimiento y no de creación
de formas propias a las cosas, razón por la cual no estimaban la novedad en el arte. Creían que todo lo bueno y
apropiado en el arte, y en la vida en general, es eterno, de modo que si el arte aplica unas formas nuevas, distintas u
originales, es más bien una señal de que ha tomado un camino falso. Desde los primeros momentos, desde que
aparecieron las concepciones pitagóricas, la teoría griega del arte fue una teoría matemática. Y fue una teoría que
penetró también en el terreno de las artes plásticas; los escultores, con Polícleto en cabeza, se proponían encontrar
un canon para el cuerpo humano, es decir, una fórmula matemática para sus proporciones. Es un fenómeno un tanto
peculiar, dado que la estética surgió precisamente cuando el arte griego pasaba de unas formas esquemáticas hacia
otras orgánicas. Tan sólo cuando la cultura helénica se transformó en la helenística las teorías de la estética clásica
empezaron a ceder su lugar a las nuevas, más próximas a las modernas. En aquel período se puso un nuevo énfasis
en el concepto de creación en el arte, y empezó a destacar la relación entre el arte y la belleza. Por otro lado, en la
teoría del arte se pasó del pensamiento a la imaginación, de las experiencias a las ideas, y, en fin, de las reglas a la
habilidad personal del artista.

3. LAS IDEAS ESTÉTICAS DE LOS PITAGÓRICOS.

Fueron los primeros en reflexionar sobre cuestiones estéticas. Sus aportaciones en este campo corresponden
principalmente al siglo V a.C. Los pitagóricos eran miembros de una comunidad fundada por Pitágoras de Samos en
Crotona durante la segunda mitad del siglo VI a.C. Formaban una comunidad principalmente de carácter moral y
religioso, aunque también realizaban investigaciones científicas. El fin de esta comunidad era liberar al alma de la
contaminación del mal, despegándola de la realidad que presentan los sentidos y elevándola a otra más alta y
valiosa. Entre los métodos para lograr este objetivo se encontraban el cultivo de las ciencias, sobre todo de las
matemáticas, y de otras disciplinas, como la gimnasia y la música.
El doble carácter de la comunidad pitagórica (religioso-científico, ya que estaban dando el paso del mito al logos)
influyó en su interpretación de los problemas estéticos. Por una parte, adoptaron una actitud científica, recurriendo a
las matemáticas y a la física, y por otra, asumieron las tradiciones de las sectas religiosas, principalmente del orfismo.
Actualmente, sólo se conocen ideas fragmentarias de los pitagóricos que han llegado hasta nosotros por escritores
posteriores. Las aportaciones fundamentales que los pitagóricos hicieron a la estética son dos:
- La idea de la proporción y la medida, que refleja su actitud científica, y
- Su concepto de la música, (que refleja su vertiente religiosa).
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3.2. La idea pitagórica de la proporción y la medida
La idea fundamental de la filosofía pitagórica que tuvo más importancia para la estética es su creencia en que el
mundo estaba construido matemáticamente.
Los pitagóricos pensaban que los números forman la esencia de todas las cosas, que todo lo que existe tiene una
estructura matemática básica. Consideraban el número espacialmente, en relación con la geometría. Para los
pitagóricos, los puntos, las líneas y las superficies son las unidades reales que componen los cuerpos de la
naturaleza y, en este sentido, todos los cuerpos pueden considerarse números.

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3.3. Su concepto de la música
El punto de partida para formular esta idea fueron sus descubrimientos acústicos. Descubrieron que existía una
regularidad matemática en la acústica y llegaron a la conclusión de que la armonía musical depende del número. La
interpretación matemática de la música fue una conquista de la escuela pitagórica.

4. DEMÓCRITO Y LAS IDEAS ESTÉTICAS JÓNICAS

Demócrito está considerado como el último gran filósofo de la naturaleza. De hecho, cierra el ciclo de la filosofía
presocrática de la naturaleza. El materialismo y el mecanicismo son dos aspectos básicos de su pensamiento que
influyen directamente en sus ideas estéticas. Demócrito procedía de Abdera, una ciudad situada al norte del mar
Egeo. Aunque se desconocen las fechas exactas de su nacimiento y de su muerte, éstas se han situado
aproximadamente entre los años 460 y 370 a.C. Pertenecía, por tanto, a la misma generación de los sofistas y
Sócrates y también fue contemporáneo de Platón. Pero Demócrito no fue sólo un filósofo, sino también un científico y
un erudito que escribió sobre numerosos temas, iniciando o desarrollando investigaciones en muchos campos.

4.1. Las ideas estéticas de Demócrito.


Los historiadores griegos posteriores consideraron que Demócrito sentó los fundamentos de la estética, pues trató las
cuestiones estéticas de forma científica y empírica. Lamentablemente, sus escritos se han perdido. Sin embargo, es
posible conocer sus ideas fundamentales gracias a los resúmenes y a las citas de autores posteriores, que
recogieron algunos fragmentos de su pensamiento.
Las principales ideas estéticas de Demócrito se refieren a seis temas: la dependencia del arte de la naturaleza, el
placer proporcionado por el arte, el concepto de inspiración, las deformaciones en el arte, los colores fundamentales
y las observaciones sobre la música.

● La dependencia del arte de la naturaleza


Es una de las ideas más generales de Demócrito, que está directamente relacionada con el concepto de mímesis.
Demócrito fue el primer filósofo en hablar de la "imitación" de la naturaleza por el arte, empleando la palabra
"mimesis". Pero esta palabra ya existía con otro significado, fue Demócrito el que lo cambió.
Para los primitivos griegos, mímesis no significaba la reproducción de la realidad externa, sino la manifestación de los
sentimientos, la expresión de experiencias internas mediante gestos, sonidos y palabras. Este concepto surgió
probablemente en relación con el culto dionisíaco, donde dominaba la mímica, el canto y las danzas rituales de los
sacerdotes. Estas prácticas rituales permitían el desahogo de los sentimientos y la consiguiente purificación. Es
importante tener en cuenta que originalmente la música estaba unida a la poesía y la danza formando un solo arte, la
"triúnica choeria". En principio, por tanto, el concepto mímesis se aplicará exclusivamente a la danza, la poesía y la
música, en las que la expresión, los sentimientos y la emoción eran fundamentales. En ningún caso se referían a las
artes plásticas.

Demócrito utilizó el término mímesis para hacer referencia a la dependencia de la naturaleza por el arte. Su ideal es
que el arte debe remedar a la naturaleza, es decir, imitar a la naturaleza en sus modos de obrar, imitar el
funcionamiento o el proceder de la naturaleza.
Este concepto ya no era aplicable a la música, la danza y la poesía sino que se refería a todas las artes,
principalmente a las artes utilitarias. Como vimos, la tesis de la dependencia del arte de la naturaleza se convirtió en
una idea fundamental del pensamiento griego. Sin embargo, nos encontramos todavía ante la primera formulación del
concepto de mímesis: el concepto de imitación de la apariencia externa era todavía desconocido.

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● El placer proporcionado por el arte
Influencia o los efectos ejercidos por el arte. Como expone Tatarkiewicz, se trata de la declaración más antigua en la
que figuran juntos los conceptos de placer (o alegría), contemplación y belleza. Al considerar el arte y la belleza
desde el punto de vista del placer que proporciona se pone de manifiesto el hedonismo Demócrito.

No obstante, para entenderlo, es necesario hacer referencia al pensamiento filosófico de Demócrito. Este filósofo
consideraba que el fin de la conducta humana era lograr la felicidad. Demócrito pensaba que la felicidad está
determinada por los placeres y el dolor. Para conseguir la felicidad el hombre debe juzgar las cosas y diferenciar

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entre los diferentes placeres. En este proceso debe guiarnos del principio de "armonía" (entendida como proporción,
equilibrio, mesura o moderación). Si nos atenemos a este principio, lograremos el equilibrio corporal - la salud - y la
tranquilidad del alma - la felicidad -. Demócrito, como los demás griegos, apreció esta armonía o "medida adecuada"
y vio su importancia en todas las actividades humanas, incluidas el arte y la belleza.

● El concepto de inspiración
Hace referencia a la creación artística, particularmente a la poesía. Esta no fue considerada por los griegos como un
arte, ya que precisaba o dependía de la inspiración. Recordar que los griegos entendían por arte toda actividad
humana productiva (y no cognoscitiva), dependiente de la habilidad (y no de la inspiración), conscientemente guiada
por normas o reglas generales (y no por la rutina). Por esta razón, la idea de inspiración no fue aplicada por
Demócrito a las artes plásticas. Para Demócrito la creación poética, la inspiración procedía de un estado especial de
la mente, distinto del normal. Hay que tener en cuenta que Demócrito era materialista y mecanicista, es decir, sólo
creía en la existencia de los átomos y del vacío y en los hechos naturales mecánicos. Para Demócrito, lo que captan
nuestros sentidos es el resultado de una acción mecánica ejercida por las cosas sobre los hombres. La explicación
es la siguiente: todos los objetos emiten constantemente unos "efluvios" o emanaciones (eidola) que son unas
imágenes pequeñísimas que llaman átomos.

En estas imágenes diminutas entran en los órganos de los sentidos, que no son más que unos caminos, y chocan
con el alma o la conciencia, que está compuesta también por átomos. De esta forma sentimos, porque los átomos se
mueven por el vacío. Según la interpretación de Demócrito, los átomos tienen una serie de características.
- Son indivisibles (átomo, en griego significa indivisible). Es aquello de lo que todo está hecho, que no puede
dividirse en partes más pequeñas, el principio constitutivo último imperceptible por los sentidos.
- Son eternos e indestructibles, porque nada puede surgir de la nada.
- No son idénticos entre sí. Existen distintos tipos de átomos. Por eso componen cuerpos u objetos diferentes.
Cuando un cuerpo muere y se desintegra, los átomos se dispersan y con el tiempo vuelven a unirse para
componer otros distintos.
- Están en perpetuo movimiento. Los átomos se mueven eternamente en el vacío y lo hacen por una fuerza
propia.

Para Demócrito, no existía, en consecuencia, ninguna intención determinada de los movimientos de los átomos. Todo
lo que sucede en el mundo, en la naturaleza, era un proceso mecánico. Al ser materialista y mecanicista, no admitía
la existencia de ninguna fuerza o espíritu que interviniera en los procesos de la naturaleza. Por esta razón, fue el
primero en negar que la inspiración de los poetas fuera de origen divino.
Para Demócrito la inspiración de los poetas está basada en la naturaleza, pues en el sistema atomista no encaja la
noción estricta de Dios. Creía que la inspiración poética se regía por reglas mecánicas, como toda naturaleza,
aunque en condiciones excepcionales. Cuando habla de locura, de inspiración, se refiere a un estado de la mente
excepcional, distinto del normal. Nos encontramos, por tanto, ante una concepción de la naturaleza absolutamente
racional. La sustitución del mito por el logos culmina en esta comprensión de la naturaleza (physis) desdivinizada sin
lugar para respuestas mitológicas ni teológicas.

● Las deformaciones en el arte


Se trata de un concepto aplicado a las artes plásticas. Este concepto estaba vinculado con las corrientes pictóricas
de su época, particularmente con la pintura de los escenarios teatrales, llamada por los griegos Scenographía (de
Sekené: escenario). Como en el teatro griego el espectador veía las decoraciones desde una cierta distancia, las veía
deformadas. Demócrito buscó cómo corregir esas deformaciones y neutralizar su efecto. Estudió el fenómeno de la
propagación de los rayos de luz y sus efectos ópticos basados en las leyes de la naturaleza, buscando transformar
las escenografías pintadas de forma confusa en imágenes claramente perceptibles y hacer que las figuras de dos
dimensiones aparecieran en relieve. Hemos visto cómo los átomos o imágenes pequeñísimas que emiten los objetos
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sin cesar penetran hasta nosotros por los órganos de los sentidos. Pero, al atravesar el aire, las imágenes se
deforman. Por esa razón, pensaba, los objetos muy lejanos no se perciben bien.

● Los colores fundamentales


Relacionado con la pintura. Cuando hablamos de colores fundamentales nos estamos refiriendo a los colores básicos
a los que se podían reducir todos los colores conocidos. Esta cuestión coincidía con la tendencia general de su
filosofía, que reducía a la variedad y diversidad de las cosas a una modesta cantidad de tipos de átomos.
El problema pertenecía más bien a la óptica, pero estaba vinculado con la teoría del arte. Demócrito consideró como

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fundamentales cuatro colores: el blanco, el negro, el rojo y el amarillo. Dependían de la distinta forma de los átomos
componentes del cuerpo coloreado, obteniéndose los demás por su mezcla.

● Las observaciones sobre la música


Demócrito no reconoce su valor psicológico ni purificador, lo cual contrasta con el pensamiento general griego, el cual
adora la musica. Para Demócrito, la música no figuraba entre las actividades primarias del hombre, ya que no
resultaba de la necesidad cómo el arte, sino de la invención humana. Era, por tanto, un objeto de lujo.

5. LAS IDEAS ESTÉTICAS DE LOS SOFISTAS.

La actividad de los sofistas se sitúa en Atenas a mediados del siglo V a.C. Cronológicamente son contemporáneos
de Demócrito, de Sócrates y de Platón. Los sofistas eran un grupo de retóricos y oradores que se dedicaban a la
educación de los ciudadanos griegos. Eran profesores itinerantes que iban de ciudad en ciudad, con lo que reunían
muchas experiencias y noticias. Tenían un programa de enseñanza bastante variado: enseñaban ciencias,
matemáticas, astronomía, gramática, historia, interpretación de los poetas, filosofía de los mitos y la religión y, sobre
todo, retórica, que era absolutamente imprescindible para la vida pública. Por lo tanto, dentro de esta enseñanza era
igualmente importante el deseo de convencer y el arte de discutir, de refutar, de contradecir o rebatir. Aparece de esta
forma el filósofo como hombre de sociedad, que se diferencia de los filósofos anteriores dedicados a la meditación.
Los sofistas, además, hacían algo escandaloso para su época: cobraban por sus enseñanzas.

La palabra sofista fue, durante mucho tiempo, un nombre genérico que significaba "profesional del saber",
"intelectual" o "profesor". Sin embargo, a partir de Platón, aparece con un sentido peyorativo, principalmente porque
se opuso a su pensamiento y al de Sócrates. Este sentido se acentuará con Aristóteles, cuando afirma que la
sofística sólo es una sabiduría aparente. Actualmente, la palabra sofista también se utiliza con un sentido despectivo
o negativo para aludir a los razonamientos o argumentos con los que se quiere defender algo que es falso. La figura
principal de los sofistas fue Protágoras, que vivió en el siglo V a.C. Según la mayoría de los autores, nació en
Abdera en el 481 y murió en el 411 a.C. Fue el primer pensador en llamarse a sí mismo sofista y en enseñar a cambio
de dinero, consiguiendo un gran reconocimiento como maestro y filósofo. Parece que a él se deben las ideas más
importantes que caracterizan el pensamiento de los sofistas.

Pueden señalarse unos rasgos comunes que caracterizan a los sofistas y que los diferencian de la filosofía griega
anterior. Estos rasgos son tres:
1. El primero se refiere al objeto o el tema de la filosofía,
2. El segundo se refiere al método de la filosofía, a la manera empírica e inductiva de tratar los temas y
3. El tercer rasgo es la relativización de los resultados y está relacionado con el propio fin de la filosofía.

- 1. Objeto
Los sofistas fueron los primeros en trasladar los intereses filosóficos de la naturaleza al hombre y su cultura. Este
desplazamiento de intereses produjo una humanización de la filosofía.

- 2. Método
El pensamiento de los sofistas se diferenció de la filosofía griega anterior por el método.
Aunque el método de los filósofos precedentes no excluyó la observación empírica, éste fue principalmente
deductivo, es decir, el filósofo establecía un principio general sobre el mundo y conforme a esta teoría, explicaba los
fenómenos concretos. Los sofistas, en cambio, procuraban reunir primero un gran número de observaciones sobre
hechos particulares y luego, de los datos que habían acumulado, sacaban conclusiones. Su método fue empírico e
inductivo. Así, en las investigaciones de los sofistas no sólo se distinguían de las anteriores por los temas, centrados
ahora en el hombre, sino también por la manera de trabajarlos.
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- 3. Relativización de los resultados
Directamente relacionado con estos dos aspectos se encuentra el tercer rasgo que define las actividades de los
sofistas: la relativización de los resultados. Para entender este aspecto, debe considerarse qué fue lo que pasó en la
filosofía griega anterior.

3.1. Como hemos visto, los primeros filósofos griegos habían centrado su interés en la naturaleza tratando de
determinar el principio último de todas las cosas y explicar sus cambios. Se dieron muchas interpretaciones y
propuestas que, en general, se excluían unas a otras. Este hecho acabó produciendo un clima de escepticismo y
desconfianza, cierta incredulidad respecto a la posibilidad de lograr un conocimiento seguro de la naturaleza última
del mundo. Se creyó así que, para hacer avanzar la filosofía, había que volver los ojos hacia el hombre como tema de
meditación, de reflexión. Esta humanización de la filosofía tuvo lugar por primera vez con los sofistas.

3.2. Además del escepticismo, existe otro factor que contribuyó a dirigir la atención hacia el hombre: la
creciente reflexión sobre el fenómeno de la civilización y la cultura que se produjo por las amplias relaciones que
tenían los griegos con otros pueblos.

3.3. El conocimiento de otras civilizaciones, el contacto con otros pueblos les hizo darse cuenta de que la
cultura humana depende de diversos factores y que son relativos. Este relativismo marca la tercera diferencia entre el
pensamiento de los sofistas y la filosofía griega anterior y se refiere al propio fin de la filosofía. La filosofía anterior
buscaba una verdad objetiva, principalmente la verdad objetiva acerca del mundo. Los sofistas, por el contrario, no
pretendían establecer normas objetivas basadas en una verdad necesaria. No les interesaba la verdad objetiva, pues
sus fines eran prácticos y no especulativos. Por eso, los sofistas se convirtieron en instrumento de la educación de
los ciudadanos griegos, que trataron de enseñar el modo de vivir y de gobernar.

Esta manera de actuar que, evidentemente, era muy distinta a la actitud de búsqueda incansable de la verdad que
caracteriza a los filósofos antiguos, explica, en parte, el trato que recibieron los sofistas por parte de Platón. Sin
embargo, lo que más atrajo las críticas hacia ellos por parte de los sectores tradicionales fueron sus tendencias
estéticas y relativistas, sobre todo porque no ponían nada realmente nuevo ni sólido en lugar de las viejas creencias
que intentaban echar abajo. No obstante, aunque no dieron con soluciones filosóficas constructivas, su actitud
contribuyó a plantear nuevos problemas y, sobre todo, consiguieron que la atención de los filósofos se volviera hacia
el hombre.

5.1. Ideas estéticas de los Sofistas.


Aunque los sofistas se ocuparon principalmente de la ética, el derecho y de la religión, trataron también algunas
cuestiones estéticas. De manera general, puede decirse que su relativismo se manifestó también en sus
aportaciones a la teoría del arte y de la belleza. De los textos de los sofistas, y sobre todo de su figura principal que
fue Protágoras, sólo se han conservado unos pocos fragmentos. Por ello,, la fuente de información principal sobre las
opiniones estéticas de los sofistas son los diálogos de Platón, ya que los juicios estéticos con los que se enfrenta
provienen de los sofistas, aunque no los nombre.

Entre las ideas estéticas de los sofistas, podemos diferenciar aquellas que se refieren a la teoría del arte y las que se
refieren a la teoría de la belleza.
- Teoría del arte: se encuentran la oposición entre el arte y la naturaleza y la distinción entre las artes útiles y
las que proporcionan placer.
- Teoría de la belleza: destaca su definición de la belleza estética y la tesis sobre la relatividad y la
conveniencia de la belleza.
- Por último, veremos una teoría particular: la teoría ilusionista de Gorgias.

5.1. Teoría del Arte.


- La oposición entre el arte y la naturaleza
El punto de partida para llegar a una formulación del concepto de arte fue la oposición que estableció Protágoras
entre el arte y la naturaleza, considerando un elemento esencial: el azar.

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Esta contraposición se refería a todo el arte en el sentido amplio utilizado por los griegos. Este concepto de arte se
contraponía a la naturaleza porque el arte se consideraba un producto del hombre, mientras que la naturaleza
existe independientemente de él. Sin embargo, el sentido completo del arte sólo se concretó cuando los sofistas lo
opusieron al azar. No todo producto del hombre es un arte, sino sólo el intencional, el que no es casual, sólo el
realizado conscientemente y conforme a principios universales. Para la manera griega de entender el arte esta
distinción fue muy importante: el arte era para ellos un producto de actividades intencionales, que excluía la
casualidad. Los sofistas opusieron el arte a la naturaleza porque veían en ella la casualidad, el azar. De esta forma el
concepto de arte fue quedando definido.

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- La distinción entre las artes útiles y las que proporcionan placer
Esta idea se refiere a la visión de las artes. Los sofistas utilizaron otra oposición: la utilidad y el placer y la aplicaron al
arte. Distinguieron así entre las artes útiles y las artes que producen placer.
Esta distinción entre productos que son útiles y productos que proporcionan placer, ya había aparecido en el
pensamiento griego con anterioridad y la encontraremos más tarde en otros filósofos. Sin embargo, fueron los
sofistas los primeros en aplicarlas al arte. No se precisó que arte componía cada grupo

5.2. Teoría de la belleza.


- Definición de belleza estética
Los sofistas también utilizaron el concepto del placer en sus ideas estéticas relacionadas con la teoría de la belleza,
concretamente en su definición de la belleza estética. Para los sofistas, "La belleza era lo que produce placer por
medio del oído y de la vista". Esta definición es una manifestación estética del hedonismo y del sensualismo que
predicaban los sofistas. El objetivo de esta definición era limitar el concepto tradicional de belleza (Kalón), formular un
concepto más reducido. Los sofistas pretendían independizar la belleza estética, ya que en la definición no se hace
referencia a la belleza moral.

Esta concepción hedonista de la belleza influyó directamente en su consideración de la música. Los sofistas, junto
con los materialistas como Demócrito, negaron la creencia tradicional sostenida por los pitagóricos de que la música
forma el carácter, tiene un poder psicológico, y purifica el alma. Frente a esta creencia, los sofistas afirmaban que la
música simplemente proporciona placer a los hombres.

- Las tesis sofistas sobre la relatividad y la conveniencia de la belleza


A pesar de la definición estética, los sofistas también siguieron utilizando el concepto de belleza en sentido amplio, el
concepto de kalón, como se aprecia en la tesis sobre la relatividad y la conveniencia de la belleza. Al igual que la
concepción hedonista de lo bello y del arte, la idea de que la belleza es relativa y convencional deriva del
pensamiento general de los sofistas. Si consideraban relativos y convencionales el sistema político, las leyes o la
religión, el bien o la verdad, es natural que considerasen la belleza de la misma manera.

La relatividad de la belleza viene demostrada con ejemplos: es bello que las mujeres se arreglen y se pinten, pero es
feo que lo hagan los hombres; el tatuar el cuerpo es considerado en Tracia como un adorno, pero en otros países es
un castigo para los reos; en Esparta es bello no dar educación superior a los jóvenes y en Jonia es feo; hacer bien a
los amigos es bello y a los enemigos feo. Por tanto, los sofistas reconocieron la diversidad y variedad de la belleza,
llegando a la conclusión de que la belleza es relativa y conveniente. Cuando los sofistas afirmaban que la belleza es
conveniente querían decir que una cosa es bella cuando se adapta a unas condiciones particulares, desde su punto
de vista, cuando se adapta al gusto de quien la mira. La idea de la relatividad y de la conveniencia de la belleza es
consecuencia directa del pensamiento general de los sofistas. La tesis principal de Protágoras se resume en una
conocida frase: "El hombre es la medida de toda las cosas". Aunque esta frase se ha interpretado de distintas
maneras, la más acertada sería interpretarla considerando que "hombre" significa "hombre individual". Dicho de otro
modo: "lo que a ti te parece bello es bello para ti y lo que a mí me parece bello es bello para mí".

Esta consideración de la belleza iba en contra del punto de partida estético de los griegos. En general, los griegos
pensaban que la belleza era una propiedad objetiva de las cosas basada en el número, en la medida y la proporción.
De ahí la importancia del canon, la idea de que unas medidas adecuadas, equilibradas, armónicas, garantizaban la
belleza. La idea de la relatividad y conveniencia de la belleza de los sofistas se enfrentaba claramente al
pensamiento estético tradicional: la belleza ya no era considerada algo objetivo, absoluto y universal. La formulación
de los sofistas conducía al individualismo estético. Era claramente una actitud subjetiva.

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5.3. La teoría ilusionista de Gorgias
Gorgias (485-380 a.C.) fue un retórico de profesión, que estaba muy próximo al pensamiento de los sofistas. Una de
sus aportaciones particulares fue poner de manifiesto el poder de alucinación e ilusión del arte. Esta teoría ilusionista
también se ha llamado "apatética" (de la palabra griega "apáthe", que significa estado de alucinación e ilusión).
Gorgias desarrolló esta tesis estética en el tratado titulado Elogio de Helena, refiriéndose al engaño de las palabras
con las que se puede expresar todo, convencer del todo, persuadir de todo al oyente.

Aplicó sobre todo su teoría a la tragedia y la comedia, aunque también a la oratoria. Esta teoría del poder de las

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palabras, de su engaño y fascinación, se encuentra en otros textos de la época y en autores posteriores. Sin
embargo, su iniciador fue Gorgias, y se considera una doctrina típica de él. Además, advirtió un fenómeno similar en
las artes plásticas, particularmente en la pintura. Es posible que esta observación estuviera relacionada con la pintura
escenográfica, la skenographia, y con las deformaciones conscientes que también hicieron reflexionar a Demócrito.

La teoría patética o ilusionista de Gorgias concordaba perfectamente con las opiniones de los sofistas acerca de la
belleza y del arte, con su hedonismo, sensualismo, relativismo y subjetivismo. En cambio, estaba totalmente en
contra de las posturas objetivas y racionales de los pitagóricos, de Sócrates o Platón. Esta fue la mayor antítesis de
la estética en la primera fase de la historia. El arte desarrollado por los griegos de la época clásica y, especialmente,
su búsqueda de formas perfectas, nos hace creer que los artistas de entonces estaban más próximos a las posturas
filosóficas objetivas y racionales. Los sofistas constituían una corriente minoritaria que propagaba nuevas opiniones
que no tuvieron repercusión inmediata en la sociedad antigua.

6. IDEAS ESTÉTICAS DE SÓCRATES

6.1. Situación y Características del Pensamiento de Sócrates


Aunque Sócrates se interesó por varias cuestiones estéticas, es importante tener en cuenta que su posición en la
historia de la filosofía se debe a sus aportaciones en el campo de la Lógica y, sobre todo, de la Ética.

Sócrates fue contemporáneo de Demócrito y de los sofistas.


La diferencia fundamental con Demócrito es que éste fue el último gran filósofo preocupado por los problemas de la
naturaleza, mientras que Sócrates está más interesado por las cuestiones relacionadas con el hombre, al igual que
los sofistas. Sin embargo, aunque Sócrates se planteó los mismos problemas humanistas que los sofistas, tomó una
postura completamente distinta. Frente a las doctrinas relativistas de los sofistas y su actitud escéptica y subjetiva,
para Sócrates el objetivo era, buscar la verdad segura, la "verdadera sabiduría" para que el hombre pudiera obrar
bien. Para ello utilizó la mayéutica o método de la ironía, que consistía en entablar un diálogo o conversación
dialéctica en el que el interlocutor ponía de manifiesto sus propias contradicciones y finalmente descubría la verdad
que se encuentra en su interior.

Las Ideas Estéticas de Sócrates: pueden agruparse en cinco tesis fundamentales:


1. La teoría de la representación de la naturaleza por el arte;
2. La teoría de la idealización en el arte;
3. El concepto de "belleza espiritual";
4. La teoría de la belleza y su adaptación al fin y
5. Sus observaciones sobre el concepto de euritmia.

- 1. La teoría de la representación de la naturaleza por el arte


Según la información recogida por Jenofonte, Sócrates fue uno de los primeros filósofos que intentaron delimitar los
rasgos peculiares del trabajo del artista, concretamente del pintor y del escultor. Es decir, intentó establecer los
rasgos que distinguen a la pintura y a la escultura del resto de las artes. Sócrates explicó que, mientras las otras
artes, como las del herrero o el zapatero, por ejemplo, crean objetos que la naturaleza no produce, la pintura y la
escultura repiten lo mismo que ya existe en la naturaleza. Es decir, tienen carácter imitativo y representativo que las
diferencia del resto. "La pintura es una representación de lo que se ve". Esta idea era evidente para los griegos, pues,
como vimos, carecían del concepto de creación artística, no valoraban la originalidad. Por esta razón, la idea fue
aceptada

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- 2. La teoría de la idealización en el arte
Se trata de una idea estética sobre el arte directamente relacionada con la anterior. "Al reproducir las figuras
hermosas, como no es fácil encontrar un solo hombre que tenga todo irreprochable, reuniendo de muchos lo más
hermoso de cada uno, hacéis que parezcan hermosos los cuerpos enteros". Con estas palabras, Sócrates formuló la
teoría de la idealización de la naturaleza, que completa y modifica la teoría de la representación de la naturaleza por
el arte. Es decir, el arte no imita exactamente a la naturaleza, sino que la idealiza, la mejora. Los escritores
posteriores de la Antigüedad desarrollarán esta tesis de la idealización del arte en varias ocasiones, pero sin
mencionar ya a Sócrates. Para ilustrar esta teoría solían contar una anécdota sobre el pintor Zeuxis. Según contaban,

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este artista, al pintar un retrato de Helena para el templo de Hera en Crotona, escogió a cinco modelos entre las
muchachas más hermosas de la ciudad y combinó los mejores rasgos de cada una en una figura de belleza ideal.

- 3. El concepto de "belleza espiritual"


Sócrates afirma que la pintura y la escultura no sólo representan el cuerpo, sino también "el carácter del alma", es
decir, lo no visible, como las actitudes o disposiciones mentales y los sentimientos. Esta idea es una segunda
modificación realizada frente a una concepción puramente representativa del arte. El arte no sólo reproduce el
aspecto exterior de la naturaleza idealizándola, sino que también es capaz de reflejar lo no visible, las actitudes o
disposiciones mentales. Esta era una afirmación nueva y no fue aceptada inmediatamente por los griegos. Esta
tercera tesis estética de Sócrates es particularmente reconocible en la escultura. Es fácil ver la relación de esta idea
con las obras de escultores, Praxíteles o Escopas, que empezaron a realizar obras más expresivas individuales,
frente al esquematismo del periodo arcaico o la idealización distante de artistas anteriores. Este concepto se alejaba
de la concepción pitagórica de una belleza exclusivamente formal que dependía de la proporción, de la medida y el
número. Para Sócrates, la belleza dependía también de la expresión de sentimientos y emociones. Esta teoría
establecía una conexión más estrecha entre la belleza y el hombre, mientras que la concepción pitagórica buscaba la
belleza en el cosmos.

- 4. La teoría de la belleza y su adaptación al fin


El tercer aspecto fundamental es que Sócrates identifica la belleza con el bien. Sócrates afirma que todo lo que es
bueno es también hermoso. Esta identificación entre la belleza y el bien era natural para los griegos, estaba presente
en su tradición. Sócrates pensaba que todo lo que es bello y bueno es a la vez útil, se adapta a su fin.
La tesis de Sócrates sobre la belleza como adaptación al fin parece tan relativista como las tesis de los sofistas. Sin
embargo, la diferencia entre ambas es fundamental. La postura de Sócrates es funcional, mientras que la de los
sofistas es subjetiva.

- 5. El concepto de euritmia
La quinta tesis fundamental de la estética socrática se refiere a la euritmia, término con el que se hace referencia a
las buenas proporciones. Existen dos tipos de euritmia:
- De buenas proporciones o de belleza: la belleza de una cosa por sí misma, por su forma exterior.
- La belleza como adaptación al fin, la belleza para el que la utiliza. Para Sócrates sólo este último tipo de
belleza coincide con la conformidad al fin, siendo, por tanto, más valiosa.
Esta diferenciación fue de gran importancia para la historia de la estética. Numerosos escritores griegos y, más
adelante, romanos, la aceptaron y la aplicaron.

7. LAS IDEAS ESTÉTICAS DE PLATÓN

7.1. Situación y Características del Pensamiento de Platón


Con Platón (428-347 a.C.) nos encontramos no sólo ante uno de los filósofos más importantes de la época clásica,
sino también con uno de los pensadores más grandes de todos los tiempos. Platón, además de dirigir los estudios de
la Academia, impartía clases o lecciones. Estas lecciones académicas nunca llegaron a publicarse. Su pensamiento
lo conocemos gracias a los Diálogos que estaban dirigidos al gran público, a las gentes cultas y con conocimientos
de filosofía. Son, por tanto, obras literarias complejas que tratan temas muy variados. Entre ellos se encuentran las
cuestiones relacionadas con la historia de la estética. Algunos historiadores de la filosofía griega han llegado a
afirmar que Platón nunca se ocupó de la estética porque no ordenó sus ideas estéticas ni las elaboró de forma
sistemática. Sin embargo, esta misma cuestión podría aplicarse también a la obra de los filósofos anteriores y
contemporáneos. En realidad, los escritos de Platón contienen todos los elementos de la estética, pero sin un orden
sistemático.

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Las cuestiones relativas a la belleza y al arte aparecen especialmente en sus dos grandes obras: La República, que
es su gran obra de madurez y Las Leyes, que es uno de los diálogos principales que escribió en la vejez.

7.2. Relación con su pensamiento filosófico


Las ideas estéticas de Platón están estrechamente relacionadas con su pensamiento filosófico.
Por una parte, la teoría idealista de la existencia y la teoría apriorística del conocimiento influyeron sobre su concepto
de la belleza. Por otra parte, la teoría espiritualista del hombre y la moralista de la vida se reflejan en su concepción
del arte.
No es posible comprender las ideas estéticas de Platón. La diferencia fundamental con el pensamiento estético de los
filósofos anteriores es que, con Platón, por primera vez, los conceptos de belleza y de arte quedan incluidos en un
gran sistema filosófico, un sistema idealista, espiritualista y moralista.
No obstante, es muy importante tener en cuenta que Platón nunca publicó un sistema filosófico completo, bien
estructurado y acabado. Escribió sus textos a lo largo de más de 50 años y en ellos su pensamiento fue
evolucionando. Al buscar soluciones cada vez mejores y al plantearse nuevos problemas, cambió con frecuencia de
opinión. Por eso, sus Diálogos ofrecen distintos puntos de vista, que pueden llegar a cuestionar ciertos supuestos
básicos previamente establecidos. Las variaciones de su pensamiento también afectaron a sus conceptos estéticos.

Las Ideas Estéticas de Platón: pueden agruparse en dos grandes temas fundamentales:
A. Las que tratan de la teoría de la belleza
1. El alcance y la valoración del concepto de belleza
2. La postura de Platón ante las definiciones de belleza anteriores, concretamente frente a la
definición funcionalista de Sócrates y a la definición de belleza estética de los sofistas.
3. Las dos definiciones del concepto de belleza propuestas por Platón
4. Las observaciones que se refieren a: La diferenciación entre la belleza estética y la belleza
moral y la belleza absoluta y la belleza relativa
B. Las que tratan de la teoría del arte.
1. Concepto de arte y sus consecuencias
2. La división de las artes y el concepto de mímesis
3. Los objetivos del arte
4. La condena del arte

A) APORTACIONES A LA TEORÍA DE LA BELLEZA

- 1. Alcance y valoración del concepto de Belleza


Platón entendió la belleza muy ampliamente. Con este concepto abarca no sólo los valores estrictamente "estéticos",
sino también los morales y los relativos al conocimiento. Este no es un concepto particular de Platón, sino que fue
común a la mayoría de los griegos durante la Antigüedad. Se trata del concepto de Kalón. Como ya vimos, el
concepto griego de la belleza era muy general y hacía referencia no sólo a los objetos materiales, sino también a los
elementos sociales, caracteres y nociones como la virtud y la verdad. Hablando de "lo bello" se referían a todo
aquello que gusta, atrae o despierta admiración, además de todo lo que es justo y es bueno. En realidad, este
concepto de belleza era muy semejante al concepto del bien, entendido en sentido amplio. Por esta razón, no es
extraño que Platón llegara incluso a utilizar los dos términos, belleza y bien, como sinónimos. Para interpretar
correctamente esta afirmación deben tenerse en cuenta dos cosas: el amplio sentido que le da al concepto de belleza
y el alto valor que Platón atribuía a la belleza.

- 2. El concepto de belleza. Postura ante los planteamientos anteriores.


El concepto estableció de belleza se trataba de una noción demasiado general. Era necesario determinar su
contenido, aclarar en qué consistía la belleza, proponer una definición. Para ello, Platón consideró las definiciones de
la belleza realizadas por sus antecesores, concretamente la definición socrática, el concepto de armótton (la belleza
de una cosa consiste en que se adapte a su fin) y la definición de belleza estética de los sofistas (lo bello es lo que
produce placer por medio de la vista y del oído). Platón rechazó las definiciones conocidas sin encontrar una mejor.
Platón rechazó la definición funcionalista de Sócrates presentando dos objeciones o argumentos.
- La adaptación al fin puede ser el medio para llegar a lo bueno, pero no puede constituir lo bueno por sí
mismo. Sócrates pensaba que lo que es bueno es también hermoso porque creía que lo bueno era lo que
cumplía su función, lo que se adaptaba a su fin. Por tanto, Sócrates, pensaba que todo lo que es bueno, es a
la vez bello, porque se adapta a su fin, pero que no todo lo bello es bueno. Por el contrario, Platón pensaba
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
que lo bello siempre es bueno y no podía aceptar ninguna definición que no estuviera de acuerdo con este
enunciado. La cuestión está en que Platón no puede aceptar la visión de su maestro porque no cree que lo
eficaz para un mal fin sea bello.
- Segunda objeción: existen cuerpos, formas, colores y sonidos hermosos que apreciamos por ellos mismos y
no en función de su utilidad. Por tanto, no entran en la definición socrática, que resulta insuficiente.

Platón tampoco aceptó la definición hedonista de los sofistas según la cual "lo hermoso es lo que produce placer por
medio del oído y de la vista". En este caso, presentó cuatro argumentos.

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- Definición demasiado restringida o limitada. Para Platón la belleza no se limita a los objetos sensibles.
Pensaba que los sofistas restringían el concepto griego de lo bello, limitándolo a la belleza de las apariencias
y de las formas, olvidando así nociones fundamentales como la sabiduría, la virtud, los actos heroicos o las
buenas leyes.
- Por interpretar la belleza subjetivamente. Para Platón, la belleza es una propiedad objetiva de las cosas y no
una reacción subjetiva de las personas hacia ellas. El entendimiento objetivo de la belleza es una de las
características más destacadas de la estética platónica.
- El placer es claramente fugaz. En consecuencia, no sirve como prueba de la belleza, que es una propiedad
permanente.
- No todo lo que produce placer o nos gusta es bello de verdad, a veces sólo lo aparenta. Estableció así una
importante diferenciación: una cosa es la belleza aparente, la que podemos conocer a través de nuestros
sentidos, y otra, la belleza real que únicamente podemos conocer a través de la razón.

- 3. El concepto de belleza en Platón: definiciones


La divide como belleza como orden y medida y su propio ideal de belleza.:

3.1 La belleza como orden y medida


El filósofo veía la esencia de la belleza en el orden, la medida, el equilibrio y la proporción, en la armonía en sentido
amplio. Platón concibió así la belleza, como una propiedad objetiva y cuantitativa que podía expresarse
matemáticamente. Pero esta idea de belleza suponía asumir la creencia en la construcción geométrica del mundo, en
la omnipresencia de los números, en la estructura geométrica y armoniosa del universo. El motivo pitagórico de la
medida y de la proporción apareció relativamente tarde en su filosofía, pero se convirtió en una característica
dominante de la estética platónica.

3.2 La idea de belleza del propio Platón


La segunda concepción de la belleza que Platón sostiene en su madurez fue producto del sistema filosófico que él
mismo había creado. Se trata de un sistema espiritualista e idealista que sostenía que en el mundo no sólo existen
cuerpos, objetos sensibles y perecederos, sino también almas e ideas eternas. Las almas son más perfectas que los
cuerpos, y las Ideas más perfectas que los cuerpos y las almas. Para entender este aspecto, es necesario recordar
brevemente la teoría del conocimiento de Platón. Para este filósofo, el verdadero conocimiento es el que se ocupa de
lo universal, de lo inmutable y lo eterno (lo necesario). Pero los sentidos sólo conocen seres individuales, que
cambian constantemente y que perecen (lo contingente). Por tanto, el auténtico conocimiento sólo puede venir del
entendimiento, de la razón. A través de la razón conocemos las Ideas, es decir, las esencias universales, inmutables
y eternas de las cosas. En consecuencia, Platón distingue entre el mundo de los sentidos, del que sólo tenemos
conocimientos imperfectos y el mundo de las Ideas del que tenemos conocimientos ciertos mediante la razón.

Al mismo tiempo, para Platón el hombre también está dividido en dos partes.
- Tiene un cuerpo, sujeto a los cambios, que está ligado al mundo de los sentidos.
- Tiene un alma inmortal donde reside la razón. Como el alma no es material puede ver el mundo de las Ideas.
En este punto es necesario hacer referencia a la teoría reminiscencia del alma.

Para el filósofo, la belleza no puede limitarse a los cuerpos, no puede limitarse al mundo sensible, pues también es
una prioridad de las almas y de las Ideas. Esta última, la belleza de las Ideas, es superior a la de los cuerpos y a la
de las almas. Encontramos así tres tipos de belleza jerarquizados:
- La belleza de los cuerpos y del mundo material, que es la belleza inferior y pertenece a la esfera de lo
sensible.
- La belleza de las almas o la belleza espiritual entendida como belleza intelectual y moral. Es una belleza
superior, pero no la más perfecta. Es la belleza de los pensamientos y de las acciones.
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- La Idea de belleza en sí. Es la belleza máxima y a diferencia de las anteriores, es eterna. Si el hombre ha de
realizar algo bello, sólo puede hacerlo a semejanza de la Idea de belleza, puesto que es la fuente de toda
belleza. Si los cuerpos y las almas son bellos, es por su semejanza con la Idea de belleza.

En consecuencia, si la verdadera belleza es suprasensible, las obras bellas de la pintura, la escultura o la literatura
ocuparán necesariamente un grado comparativamente más bajo en la escala de lo bello, puesto que son materiales.
Las cosas bellas son objeto de los sentidos, mientras que la Belleza absoluta es objeto de la inteligencia, de la razón.
Estas afirmaciones filosóficas tuvieron como consecuencia la espiritualización y la idealización de la belleza. Sin

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embargo, se aleja de ella cuando llega al concepto de la Idea de belleza perfecta. Este concepto de belleza de Platón
fue revolucionario, porque situaba la belleza en un plano trascendente. Ésta revolución se apoya en tres razones:
- Extiende el amplio alcance del concepto griego de la belleza haciéndole abarcar también los objetos
abstractos, inaccesibles por la experiencia.
- La belleza del mundo sensible quedaba devaluada frente a la belleza ideal.
- Introduce una nueva medida de la belleza: el grado de la belleza de las cosas pasa a depender de su mayor
o menor distancia respecto a la Idea de lo bello.

Hasta este momento, los filósofos habían sugerido tres medidas de la belleza:
- La medida de los pitagóricos había sido la forma objetiva, el grado de su regularidad y armonía.
- La medida sofista había sido la experiencia estética subjetiva, el grado de placer comprendido en ella.
- Para Sócrates, la medida de la belleza de las cosas residía en el fin que debían cumplir y en el grado de
adaptación a dicho fin.
- Platón propuso una cuarta medida: la idea de belleza perfecta que llevamos en la mente y con la cual
medimos la belleza real.

Del pensamiento filosófico de Platón, nació el concepto general de la belleza y, como veremos, el concepto del arte.
Sin embargo, a partir de él y de sus conocimientos artísticos también surgieron muchas ideas, observaciones y
diferenciaciones. Entre ellas se encuentran la distinción entre la belleza estética y la belleza moral y entre la belleza
absoluta y la relativa.

- 4. La distinción entre la belleza estética y la belleza moral


Su creencia en que los mayores bienes o valores son los morales ejerció también una importante influencia sobre su
manera de entender la belleza. Para Platón, en cambio, la belleza moral fue la más importante.

- 5. La distinción entre la belleza absoluta y la belleza relativa


Platón estableció una distinción entre la belleza de las cosas sensibles y la belleza de las formas geométricas. La
belleza de las cosas sensibles la considera una belleza relativa, superficial, mientras que de la segunda afirma que
"es hermosa siempre y por sí misma", es decir, la consideró una belleza absoluta. Esta diferenciación la estableció
porque Platón consideraba que los cuerpos geométricos eran entidades intermedias entre los objetos sensibles y las
ideas.

B) APORTACIONES A LA TEORÍA DEL ARTE

- 1. El concepto de arte y sus consecuencias


Platón se sirvió del amplio concepto griego del arte (techné). En él se incluía no sólo las Bellas Artes, sino todas las
artes útiles y parte de las ciencias. Recordar que para los griegos en la parte se entendía como toda actividad
humana productiva, dependiente de la habilidad y conscientemente guiada por reglas generales.
Este concepto de arte tuvo dos consecuencias fundamentales.
- La teoría del arte de Platón no está estrechamente relacionada con su teoría de lo bello. Esto se debe a que
la belleza máxima la reconoce fuera del mundo sensible y no en el arte. Además, en muchas de las artes no
percibe ningún vínculo que las una con la belleza.
- La poesía no se incluía entre las artes, puesto que se consideraba que estaba ligada a la inspiración y no a la
habilidad. Esta última idea también se encontraba en el pensamiento griego tradicional, pero Platón la
desarrolló y creó una concepción de la poesía profética e irracional. Platón pensaba que la poesía era
producto de la inspiración, entendida como un estado especial de la mente distinto del normal. Sin embargo,
Platón se dio cuenta de que no toda la poesía nace de la inspiración y que existen escritores que se guían
por la habilidad adquirida por la práctica.
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Estableció una diferencia entre los tipos de poesía:
- Poesía maníaca: nace de la inspiración. Se encontraba entre las actividades más sublimes del
hombre. La posesía de los filósofos
- Poesía técnica: nace de la habilidad. Un arte como otro cualquiera. La poesía de los artesanos y
campesinos, productores o trabajadores.
De esta forma, se considerará a todos los pintores y escultores como artesanos.

- 2. La división de las artes y el concepto de mímesis

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Platón planteó la necesidad de realizar una división de las artes en varias ocasiones. De todas las divisiones que
propuso, la más importante:
- Belleza estética
- Artes productivas. Producen objetos (recipientes, utensilios).
- Artes imitativas o miméticas. Producen imágenes.
Sócrates ya había afirmado que estas últimas tienen un carácter imitativo y representativo que las diferencia de las
demás artes.
Platón hizo esta división de forma muy general, sin enunciar las artes comprendidas en cada grupo.
Con su división dio sólo el primer paso hacia la teoría de las artes imitativas. No obstante, ejerció una influencia
decisiva en la evolución de esta teoría.
Platón fue el encargado de dar un nuevo sentido al viejo término "mímesis". Utilizó esta palabra con el sentido de
reproducir, de repetir el aspecto de las cosas, de imitar, de representar. Aplicó este concepto a las artes plásticas y a
la poesía técnica y a la música. Para Platón, estas artes representan la realidad. De esta forma, Platón establecía de
modo definitivo la noción de "imitación", en el arte.

Recordemos que Platón cree en la dualidad de mundos. Para él, la existencia, la auténtica realidad eran las Ideas,
mientras que el mundo sensible no es más que una imagen, una copia, un reflejo imperfecto de las Ideas. Por lo
tanto, cuando un escultor o un pintor "imitan" al hombre o a cualquier otra cosa material están realizando una imagen
que es una imitación de otra imitación, una copia de otra copia.
Vemos, por tanto, que el concepto de mímesis de Platón no es una noción naturalista sencilla, como se ha
interpretado en ocasiones, ni como muchas de las teorías que le siguieron después.

Dentro de las artes imitativas, y especialmente en la pintura, Platón distinguió a su vez dos clases:
- Arte reproductivo o eikastiké. "Construcción del parecido", busca reproducir un objeto con fidelidad. La
construcción del parecido se consigue cuando el artista imita el modelo según las proporciones objetivas,
respetando su longitud, anchura y profundidad, así como sus colores reales.
- Arte fantástico o phantastiké. No tiene en cuenta la objetividad del elemento que representa. Será una
imitación "fantástica" se caracteriza por representar las "apariencias engañosas" de los objetos que no se
corresponden con su realidad externa, es decir, se caracteriza por la creación intencionada de ilusiones
ópticas convincentes.

Destaca la pintura de los escenarios teatrales, la Skenographía. Esta produce efectos ilusionistas, especialmente
cuando se contempla a distancia. Platón no acepta este tipo de deformaciones. Para él, estas representaciones
pictóricas no son ya "imitaciones" sino "ilusiones".
Sobre la pintura ilusionista, Platón opina que va en busca de hacer "milagros" y "hechizar" y que es un arte "de
engaño". Ve, por tanto, en la pintura las mismas cualidades que Gorgias había destacado en su teoría ilusionista,
pero mientras éste consideraba la ilusión del triunfo del arte, Platón la considera una desviación y un defecto. Platón
desaprobó especialmente la pintura ilusionista, porque creía que el dominio de la experiencia óptica en la que se
basa está desprovisto de verdad.
Recordar que para Platón lo que percibimos por los sentidos es "lo contingente", lo que está sujeto a los cambios y
muere. La única fuente de conocimiento válida para él era la razón. Por tanto, cree que las limitaciones fantásticas
son una falsedad. En consecuencia, lo que hizo que Platón tuviera una opinión negativa del arte de su tiempo no fue
su carácter representativo, sino ilusionismo.

- 3. Los objetivos del arte: la utilidad y la justedad


Para Platón el arte tiene dos objetivos principales:
- La utilidad. Consideraba que el arte era un medio para formar el carácter del hombre. Socialmente, el arte
debe participar en la creación del estado perfecto.
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- La justedad o veracidad. El artista debe intentar imitar el objeto de la forma más objetiva posible, para que se
pueda acercar más a la realidad que reside en el mundo de las ideas.

- 4. La condena del arte


Se refiere a las artes imitativas, principalmente a la pintura y escultura. A diferencia de lo que piensa del arte griego
arcaico y del arte egipcio, Platón, condena el arte de su tiempo, por sus aspiraciones a la novedad y a la variedad y
por su subjetividad, individualismo e ilusionismo. Para evitarlo, Platón exigía que el arte se atuviera a la tradición.
Las diferencias entre sus postulados filosófico-morales y el arte ateniense de su época provocaron que el arte se
separara de la filosofía del arte. Antes de Platón, los teóricos adaptaban sus conceptos teóricos al arte de su tiempo.
Platón, en cambio, quiso que el arte se adaptase a sus conceptos y formuló preceptos de cómo debía ser. En este
sentido, se le considera el prototipo de filósofo que quiso normalizar el arte el lugar de analizarlo.

Los argumentos de Platón para condenar el arte y su época:


- El arte era negativo porque no cumplía sus objetivos: ni tenía utilidad moral ni daba una imagen verdadera de
la realidad.
- El arte de su tiempo no sólo no contribuía a formar el carácter del hombre, sino que corrompía al pueblo. El
arte afecta a los sentidos y estimula los sentimientos, mientras que el hombre debía guiarse exclusivamente
por la razón. El arte debilita el carácter y adormece el interés moral y social del ciudadano.

La crítica de Platón no fue, por tanto, una evaluación estética del arte, sino una demostración de que el arte es inútil
desde el punto de vista moral y cognoscitivo. Sus argumentos sólo podían interesar a los que aceptaban que el arte
debería ajustarse rígidamente a la verdad objetiva, estar de acuerdo con la razón y aproximarse al mundo de las
Ideas.

7.4. BREVE VALORACIÓN DE LA ESTÉTICA DE PLATÓN

Platón basó su interpretación de la belleza y del arte en la visión del cosmos de los pitagóricos, en su creencia en la
preexistencia de un orden matemático y de la armonía del mundo. A esta cosmología, asoció el pensamiento ético de
Sócrates, según el cual el valor máximo es la moral.
Fue él quien creó el concepto idealista de belleza junto con la concepción representativa y moralista del arte,
condicionado por su actitud ética y metafísica. Nunca antes se había propuesto una interpretación del arte y de la
belleza más radical.
Sus postulados básicos podrían resumirse en tres puntos:
- La belleza es una propiedad de la existencia (de las Ideas) y no de la experiencia humana. Solamente puede
ser captada por la mente, pues a los sentidos únicamente llegan sus reflejos lejanos.
- El arte puede basarse únicamente en el conocimiento de la existencia, en las Ideas, y no hay en él lugar para
la libertad, para la personalidad del artista, para su originalidad y creación. El artista solo puede representar
la realidad
- Los artistas proporcionan una imagen más o menos lejana de la Idea. Además, los artistas se dejan llevar
fácilmente por los sentimientos y los sentidos, por lo que se aparta de los objetivos principales del arte: la
utilidad moral y la justedad o veracidad.

Su idea trascendental de la belleza parece ajena a la época clásica, que supo apreciar la belleza del mundo temporal.
Su pensamiento metafísico-espiritualista lo apartó de sus contemporáneos.

8. LAS IDEAS ESTÉTICAS DE ARISTÓTELES

8.1. Hilemorfismo aristotélico.


Hilemorfismo es una palabra compuesta de hyle (materia) y morphe (forma).
Crítica la teoría dualista de Platón y la remplaza por la relación entre Materia y Forma.
- Aristóteles pensaba que la realidad es el mundo sensible. Naturalmente, consideraba la razón importante,
pero, como veremos, también valoraba el conocimiento proporcionado por los sentidos.
- Otro de los aspectos fundamentales de su crítica a la teoría de las Ideas fue su incapacidad para explicar los
cambios de la naturaleza. Platón afirmaba que las Ideas son inmóviles e inmutables. Entonces, ¿Cómo se
explica que las cosas del mundo sensible estén en continuo cambio si son su reflejo o imitación? ¿De dónde
procede el cambio?. A diferencia de su maestro, Aristóteles se interesó especialmente por estudiar estos
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cambios o "procesos de la naturaleza". Por esta razón, el concepto de transformación o producción juega un
papel tan importante en su pensamiento. No obstante, Aristóteles creía, al igual que Platón, que existe un
elemento común que caracteriza a un objeto o ser sensible en su conjunto que constituye su esencia y que
es eterno, universal e inmutable. Lo que no admite es que exista con independencia de las cosas, fuera del
mundo sensible.
- Además, para Aristóteles, la sabiduría, el verdadero conocimiento consiste en llegar a determinar los
principios del ser. Utiliza, por tanto, un método completamente distinto al de su maestro para conocer la
realidad. Para Aristóteles, estos principios o causas son cuatro: la causa material, la formal, la motriz o

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eficiente y la final o teológica.

En relación con la estética, es importante considerar la diferencia que establece entre los objetos naturales y los
artificiales. Mientras los primeros tienen en sí mismos la causa o principio del cambio, los segundos, entre los que se
encuentran los productos del arte, no tienen ninguna tendencia natural al cambio. Por tanto, su causa motriz o
eficiente es el artista. Basa su idea de la estética en la acción del hombre respecto a la fabricación de objetos
artificiales, en donde la causa eficiente y la final actúan de manera deliberada y determinada. El caso de la escultura
de mármol de un atleta es uno de los ejemplos clásicos. La causa material es el bloque de mármol; la formal, la
esencia de la estatua, lo que la caracteriza y es común a todas; la causa motriz es el artista y la causa final, puede
ser conmemorar o ensalzar la fortaleza de un atleta.

8.2. Las ideas estéticas de Aristóteles.


- Los precursores de la estética Aristotélica.
- Las ideas estéticas relativas a la teoría del arte:
- Definición del concepto de Arte
- División de las artes y concepto de mímesis
- La catarsis -purificación- mediante el alma
- Fines del arte
- Ideas estéticas relativas a la teoría de la belleza
- Concepto de belleza
- Condiciones de la belleza y estética

- 8.2.1. Precursores de la estética aristotélica.


Entre los filósofos, el precursor más importante y cercano a Aristóteles fue su maestro Platón. Es natural que entre
sus opiniones hubiera mucha afinidad. Sin embargo, Aristóteles rompió con la concepción metafísica que había sido
la base de la estética platónica. En este sentido, puede decirse que transformó y desarrolló algunos aspectos que
sólo estaban esbozados en la visión estética de su maestro.
Además, sus preocupaciones eran distintas. Platón se ocupó más de la teoría de la belleza, mientras que Aristóteles
le dio mucha más importancia a la teoría del arte. Desde el punto de vista de la estética, lo más importante y el rasgo
que lo diferencia de los pensadores anteriores es que transformó las alusiones y las ideas intuitivas anteriores
respecto al arte en un auténtico concepto.

Es lógico que Aristóteles fundara sus conceptos estéticos en el arte de su país y de su época. No obstante, manifestó
sus gustos personales.
Eran las mismas manifestaciones artísticas que había conocido Platón, pero la actitud estética de Aristóteles hacia
ellas fue muy diferente. Mientras Platón condenó el arte por no corresponder a su pensamiento, Aristóteles partió de
él para formular sus opiniones estéticas. Abandona así el extremismo moral intelectual de su maestro.

- 8.2.2. Las ideas estéticas relativas a la teoría del arte.


Concepto de arte: Este concepto de arte se mantuvo durante muchos siglos. Sin embargo, no era un concepto nuevo
ni original. Aristóteles conservó la idea del arte que utilizaban los griegos y definió todos sus componentes,
convirtiéndola de esta manera en un verdadero concepto. Los griegos entendían por techné toda actividad humana
productiva dependiente de la habilidad y conscientemente guiada por normas o reglas generales.
Tres aspectos fundamentales:
- Amplitud: incluye todo conocimiento técnico. Abarca desde el arquitecto y el pintor, hasta el médico y
escultor.
- Actividad humana productiva: hay tres tipos, investigación, actuación y producción.

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El arte es una producción y se diferencia de las dos primeras porque nos deja un producto. Para Aristóteles
la producción es un proceso, un cambio por el cual un objeto se hace real porque adquiere una forma
definida. El proceso de producción ya no se entiende como la realización de un objeto alejado de su modelo
ideal, como una copia de otra copia.
Para entender este aspecto, hay que entender que la actividad productiva debe depender de la habilidad (y
no de la inspiración) y estar conscientemente guiada por normas o leyes generales (y no por la rutina).
Esto quiere decir que cada arte es una producción, pero no que cada producción es un arte. Para Aristóteles,
el arte es una acción consciente basada en la destreza, que se sirve de leyes o normas. El

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conocimiento es, por tanto, el rasgo distintivo del arte.

Todas las sustancias que existen en la naturaleza cambian.


Para explicar estos cambios fue estableciendo una distinción entre dos formas de ser: ser en potencia y ser en acto.
El concepto aristotélico de arte presenta, por tanto, dos rasgos característicos:
- Entendía el arte de una manera dinámica. Debido a que entendía los procesos, su concepto del arte no era
estático sino dinámico y atribuía mayor importancia a la producción que al producto terminado.
- Se insistió en el factor intelectual del arte, en los conocimientos indispensables para crear una obra, en el
razonamiento. Para el filósofo no hay arte sin reglas generales.
Aristóteles utilizó la palabra arte fundamentalmente para referirse a la capacidad o habilidad basada en el
conocimiento de las reglas, más que a la producción misma.

División de las artes y concepto de mímesis: Para su división de las artes, tomó pautas de la de Sócrates y Platón.
Ambos tomaron como punto de partida la relación entre el arte y la naturaleza.
- Artes artesanales: se producen objetos que no existen en la realidad, por ejemplo, utensilios.
- Artes imitativas o miméticas. Tratan de imitar la naturaleza. Por ejemplo, la poesía, música, pintura y
escultura. Posteriormente se conocerían como Bellas Artes.
Lo que hace esta división tan importante es que Aristóteles fue el primer filósofo en incluir la poesía en las
artes imitativas, ya que para Aristóteles, la buena poesía nacía de la misma manera que cualquier arte:
mediante el talento, la habilidad y el ejercicio. Creía que la poesía estaba sujeta a reglas generales, al igual
que las demás artes.

Aristóteles nunca definió el término imitación o mímesis. Este hecho provocó muchas interpretaciones erróneas en
los pensadores posteriores. Lo que está claro es que Aristóteles no la entendió como Platón, es decir, no la entendió
como la copia fiel del modelo ni la reproducción del aspecto exterior. Al no creer en las Ideas, Aristóteles no tenía por
qué considerar el arte como una copia de otra copia, alejada doblemente de la realidad. También es muy importante
tener en cuenta que Aristóteles habló de imitación o de mímesis sobre todo en relación con la teoría de la tragedia. A
partir de sus escritos, pueden destacar ideas fundamentales sobre el concepto aristotélico de la imitación que
demuestran sus diferencias con respecto a Platón.

- Aristóteles sostenía que el artista, al imitar la realidad, la puede presentar, no sólo tal y como es, sino que
también la puede embellecer o afear.
Un cuadro o una escultura puede ser más hermosa que la naturaleza con tal de que reúna los elementos
hermosos que se encuentran repartidos en ella. Con respecto a la pintura, Aristóteles desaprueba el aspirar a
que sus pinturas fuesen más perfectas que los modelos. Añade además que el arte también puede empeorar
los objetos reales, lo que no significa copiar.

- También se aparta de la copia estricta de la naturaleza cuando sostiene que el arte debe representar
únicamente las cosas y los acontecimientos que tienen un significado general. Piensa que esto podría ser el
sinónimo de la historia;, el historiador se ocupa de hechos concretos que le ocurren a un personaje
determinado en un momento específico. Mientras que el cometido del poeta consiste en contar "lo que podría
suceder", siguiendo una proposición universal derivada del carácter de los personajes.
Sostiene que el artista tiene derecho a introducir en su obra cosas imposibles, si lo requiere el objetivo que se
ha propuesto. Aristóteles defendía así la autonomía del arte respecto a la verdad. Este aspecto lo diferencia
de la opinión de la mayor parte de los griegos y, en especial, de Platón. Para Aristóteles representar algo
imposible era un error, pero estaba justificado si lo exigía el objetivo de la obra.

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- Aristóteles sostiene que lo importante en una obra de arte no son los objetos particulares que el artista imita,
sino el nuevo conjunto que con ellos crea. Este conjunto no se evalúa comparándolo con la realidad, sino
teniendo en cuenta su estructura interna y su resultado, es decir, lo importante en su composición y su
armonía.

Catarsis (purificación) mediante el arte: este concepto tiene un valor estético general porque está relacionado con el
objetivo y la influencia del arte. Sin embargo, Aristóteles mencionó en contadas ocasiones el concepto de
purificación. Por esta razón, la interpretación de lo que el filósofo entendía por purificación ha sido un tema de

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
continua discusión entre los historiadores que, durante mucho tiempo, han tratado de aclarar dos cuestiones:
- No se tiene claro cuál es la interpretación de Aristóteles ante el término “purificación”. No se sabe si quiso
hacer referencia a perfeccionar los sentimientos o a librarse de ellos. Su idea era que la tragedia tiene un fin
liberador. Ell espectador se desprende de las emociones excesivas [de piedad y espanto] que le perturban y
alcanza la paz interior. Es un escape placentero y no perjudicial en el que se descargan las emociones
indeseables.
- Tampoco sabemos si Aristóteles había tomado esta idea de "purificación" del culto religioso o de la medicina.
Como ya vimos, el concepto de "catarsis" (poder de liberar las emociones y de purificar el alma) provenía de
los ritos religiosos y de la interpretación pitagórica del arte. En este caso, Aristóteles asumió el motivo
tradicional dándole otra interpretación: entendió la purificación de los sentimientos mediante la liberación
como un proceso natural, psicológico y biológico. Por lo tanto, la catarsis de la que habla Aristóteles no debe
interpretarse en sentido moral, sino como una metáfora tomada de la medicina, como un efecto purgativo,
emocional, no como un efecto ético. Conforme a los conceptos órficos y pitagóricos, la "catarsis" se realizaba
mediante la música. Aristóteles observó los efectos catárticos o purificadores en la música, la danza y la
poesía, es decir, en una parte de las artes "imitativas", pero no los encontró en las artes plásticas: ni en la
pintura ni en la escultura.

Fines del arte: Aristóteles seleccionó aspectos de tesis de filósofos anteriores, lo que hizo que tuviera más de una
finalidad.
- El arte no sólo produce la purificación de las pasiones, sino que también proporciona placer y diversión
contribuyendo al perfeccionamiento moral. Aristóteles añade además otro aspecto: para él, el arte contribuye
a la realización del fin supremo del hombre, que es la felicidad.
Para el filósofo, la verdadera felicidad sólo se logra mediante lo que llama scholé, que puede traducirse como
"socio" o "tiempo libre". Aristóteles se refería a una vida en la que se tienen cubiertas las necesidades
básicas, en la que el hombre está libre de las preocupaciones cotidianas y puede dedicarse a las
ocupaciones verdaderamente dignas de él.
Vemos por tanto, que para Aristóteles la función del arte no se limitaba al placer, pero, el placer constituía
para él un elemento de mucha importancia. Para Aristóteles, el arte proporciona placeres de diversos tipos,
no sólo sensoriales, sino también intelectuales, que son los más intensos. Por ejemplo, la pintura y la
escultura nos proporcionan imágenes más allá de lo que vemos al ver las cosas
Aristóteles mostró debilidad sobre la música. Creía que la música purificaba las pasiones, proporcionaba
diversión y placer, conducía al perfeccionamiento moral, instruía la mente, y, sobre todo, podía ocupar
adecuadamente el tiempo de ocio, mediante el que se conseguía la felicidad. Aristóteles cree que el arte
ocupa un lugar importante en la vida del hombre.

8.2.3. Ideas estéticas relativas a la teoría de la belleza


Definición de belleza: Aristóteles habló poco de ellos. Reutilizó el concepto de belleza griego, que hacía referencia
no sólo a cualidades estéticas, sino también morales e intelectuales. Tenía un alcance muy amplio. En general,
significaba todo aquello que gusta, que atrae o despierta admiración, pero también todo lo que es justo y que es
bueno. No relacionó la belleza con el bien, como había hecho Platón.
— Lo bello es lo valioso por sí mismo y lo bueno y agradable a la vez —

Las condiciones de la belleza: Aristóteles entendía la belleza como una propiedad objetiva de las cosas. De este
modo, estaba de acuerdo con la concepción generalmente aceptada en Grecia y en contra del subjetivismo estético
de los sofistas. Sin embargo, añadió algunas condiciones que introdujeron ciertos factores subjetivos en el concepto
de belleza.. Para Aristóteles, la belleza debe tener: el orden o proporción; la dimensión y la limitación o receptividad.
Son tres condiciones directamente relacionadas.

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- El orden o la proporción consiste en la disposición espacial adecuada de las partes, que tiene una base
matemática. Sin embargo, la opinión de Aristóteles no es idéntica a la doctrina pitagórica, añadió dos
aspectos:
- Añadió a la doctrina de la proporción la conveniencia socrática. Aristóteles consideraba que la
proporción hace las cosas bellas no porque ella misma sea perfecta en sí, sino porque se ajusta a la
naturaleza y al objetivo de las cosas. Él añade que la proporción es bella cuando se ajusta a la
naturaleza y al objetivo de las cosas. Por lo tanto, aunque Aristóteles trata sobre el orden y la
proporción recordándonos a los pitagóricos, sus afirmaciones están más cerca de la filosofía de
Sócrates.
- Introdujo la identificación del orden y la proporción con la moderación. Lo valioso para Aristóteles es
el equilibrio, el justo medio, la moderación. Sólo así se alcanza la armonía.

- La dimensión. En este caso, se trata de un concepto original de Aristóteles. La concibió como la medida
adecuada para cada objeto. En su opinión, la belleza no sólo depende de la dimensión relativa de los objetos,
sino también de su dimensión absoluta. Así, sostenía que los objetos bellos no pueden ser excesivamente
grandes ni excesivamente pequeños. Es importante considerar que la dimensión no está condicionada por
las cualidades de los objetos mismos, sino por nuestra visión y percepción.

- La limitación o perceptibilidad. Sólo puede ser bello lo limitado, lo que es perceptible a los sentidos y la razón.
Esta consideración de la belleza (que no se limita a la belleza estética) tenía tres características o
consecuencias importantes:
- Para Aristóteles, el alcance de la belleza es muy amplio: veía lo bello tanto en la naturaleza como en
el arte. Pero no creía que desde el punto de vista de la belleza, el arte fuera un campo privilegiado.
Creía que lo bello se encuentra más fácilmente en la naturaleza, porque en ella todo tiene su
proporción y tamaño adecuados, mientras que el hombre, como creador del arte, puede equivocarse
con facilidad.
- Percibía la belleza más en los objetos particulares que en los conjuntos. Esta idea se relaciona con la
concepción de la belleza basada en la proporción y en la armonía, que se encuentra más fácilmente
en los objetos aislados y perceptibles, como un ser vivo, una estatua o una construcción.
- consideró que aunque la belleza era una propiedad objetiva, era diversa y mudable. Esta idea se
debe a que la belleza reside en las proporciones y la dimensión adecuadas. Sin embargo, no
debemos entender que esta actitud era relativista, y menos aún subjetivista. Aristóteles concebía la
belleza como una propiedad objetiva de las cosas, conforme a los conceptos generalmente
aceptados en Grecia y en contra del subjetivismo estético de los sofistas.

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TEMA 4:
Arte en el periodo helenistico. Entre el siglo III a.C. AHhasta el siglo III d.C.

1. TEORÍA DE LA PINTURA Y LA ESCULTURA

1.1. Fuentes
- Los artistas antiguos, como Jenócrates o Pasicles, escribieron tratados de pintura y escultura.

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- Los libros de autores profanos acerca de las artes plásticas tienen otro carácter que los libros de los artistas.
Se escribieron desde el punto de vista histórico. Se interesan principalmente por la vida del artista.
- Libros de topografía y de viajes.
- Los trabajos de rétores, poetas y tratadistas.
- Textos de filósofos helenísticos, ninguno dedicó un específico estudio a la estética de las artes plásticas, no
obstante, encontramos en sus escritos algunas observaciones al respecto.

1.2. La predilección por las Artes Plásticas.


En la época helenístico-romana, el interés por las artes plásticas fue enorme. Las pinturas adornaban no sólo los
templos sino también los mercados, palacios y galerías. Grandes cantidades de obras de arte eran traídas a Roma,
pagando por ellas sumas exorbitantes. Y no sólo se las apreciaba económicamente, sino que también eran
comúnmente admiradas.
Las obras pictóricas y escultóricas eran buscadas y adquiridas por enormes cantidades.

1.3.​Las corrientes helenísticas.


​Las divergencias en los conceptos artísticos del helenismo se debían, entre otras cosas, a las escuelas filosóficas
que, al luchar entre sí, crearon unas corrientes distintas y divergentes que lo eran también respecto a la teoría del
arte.
A. ​La corriente moralista, que subordinaba el arte a la moral, contaba con una tradición desde Platón, y en la
época helenística fue mantenida por los estoicos..
B. La corriente utilitaria negaba al arte todo valor autónomo. Afirmaban que el valor del arte era directamente
proporcional a su utilidad. No obstante, existían otras dos corrientes que fueron más importantes que la
moralista y la utilitaria.
C. ​La tendencia formalista fue definida eficazmente en la teoría de la música y de la poesía. Contaba con un
número mucho más limitado de partidarios en la teoría de las artes plásticas. Fue una corriente que no
contribuyó mucho a desarrollar una concepción del arte.
D. La corriente espiritualista e idealista tuvo mucha importancia en la teoría de las artes plásticas y una de sus
acciones interpretó el arte en términos de religión y misticismo, viendo en él la inspiración de los dioses.
Hacia finales de la Antigüedad, dicha corriente se hizo cada vez más fuerte y halló sus portavoces en las
personas de Plutarco, de Filón y de Proclo.
Sin embargo, la variante ecléctica del espiritualismo trató de alcanzar un compromiso. Esta corriente se
manifestó en la poética, y más tarde fue transmitida también a la teoría de las artes plásticas. Contenía en su
seno varios elementos platónicos, pero los problemas particulares los asumió en gran parte de los
peripatéticos, y algunas concepciones, como la de la imaginación, de los estoicos. En la pintura y en la
escultura, éstos hacían hincapié en los elementos ideales y espirituales, que anteriormente se habían
buscado en las raíces de la poesía y de la música, pero no en las artes plásticas.
E. Había autores sobre el arte que no se comprometían con ninguna teoría, ni formalista ni idealista, y evitando
también las síntesis y las tesis filosóficas, representaban una tendencia de carácter analítico. No obstante,
dichos autores desempeñaron un papel menos importante que los escritores radicales, formalistas por un
lado y espiritualistas por otro.

Por tanto, en las doctrinas helenísticas del arte no nos encontramos simplemente con ideas diversas, sino también
con ideas radicalmente opuestas. Hubo en los análisis helenísticos del arte indiscutibles logros que les libraron de los
conceptos antiguos, unilaterales y restringidos; sin embargo, también aparecieron nuevas concepciones aberrantes.
Una de estas concepciones era estéril y negativa, y otra era la mística.

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1.4. La religión en la estética helenística
Uno de los problemas típicos para la última fase de la antigüedad, con sus concepciones religiosas, fue el siguiente
dilema: ¿habría que unir el arte con la religión o no habría que hacerlo? o, para ser más exactos: ¿habría que
representar a los dioses en el arte o habría más bien que crear sus estatuas? Las respuestas al respecto eran
diferentes y encontradas. Algunos de los escritores antiguos deploraban las estatuas de los dioses, dotadas de
formas humanas, y censuraban su veneración. Otros, veían en ellas algo que, si no era elogiable, había de ser
tolerado, ya que cualquier otra actitud hacia la divinidad superaba en realidad las posibilidades del hombre. Plotino
veía en ellas una base metafísica para venerarlas y Yámblico creía que estaban «impregnadas de la divinidad». Así

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que ya en la antigüedad estaban sentadas las premisas para la futura disputa medieval concerniente a la veneración
de las imágenes, y las dos partes adversas, con sus respectivos argumentos, estaban ya debidamente
representadas; ambas entrarían en conflicto abierto en el Bizancio del siglo VIII, en la época iconoclasta, como
sabemos.

1.5. Cuatro tipos de cambios


Las transformaciones que en la época del helenismo sufrió la teoría de las artes plásticas se debían a diferentes
razones y eran de carácter muy variado.
- Unas eran de tipo formal: los antiguos pasaron de unas posturas clásicas hasta otras barrocas. Esta era una
evolución doble; primero fue un paso de las formas estáticas a las dinámicas y, después, de unas formas
sujetas a la armonía a otras formas sujetas a la expresión.
- Hubo también ciertos cambios de carácter sociopolítico.
- La tercera transformación fue de carácter ideológico, evolucionando desde la materialista o semimaterialista
filosofía de los primeros pensadores jónicos y los sofistas hasta la idealista y religiosa filosofía de Plotino y
sus contemporáneos. También este cambio se reflejó en el arte, en la concepción de sus orígenes y fines, y
en la búsqueda de ideas innatas e inspiraciones divinas en la persona del artista.
- Y, finalmente, la cuarta evolución era de carácter científico y se basaba en los progresos de la experiencia y
del análisis, manifestándose además en el perfeccionamiento de los conceptos. En este aspecto se realizó
una corrección de las antiguas teorías unilaterales y dogmáticas. En particular, se cuestionó la tesis según la
cual la belleza dependía exclusivamente de la disposición de las partes y, en contraste con la vieja
concepción puramente objetiva, se acentuaron los elementos subjetivos y convencionales de la belleza.

2. LOS CONCEPTOS ESTÉTICOS HELENÍSTICOS.

1.1. El nuevo concepto del artista.


Este concepto acababa de surgir, muy distinto a lo que predominaba en las épocas anteriores. Ahora se buscaba el
reconocimiento e individualismo, cosa que anteriormente no se había hecho.
A. En el trabajo del artista, es de suma importancia la imaginación, siendo igual de indispensable en un pintor o
escultor que en un poeta, ya que esta presenta lo que ha visto y lo que no ha visto. El concepto de
imaginación, introducido por los estoicos y rápidamente divulgado, empezó a ocupar en la teoría del arte el
lugar de la «mimesis». El conflicto entre la «fantasía» y la «mimesis» se daba solamente en los casos en que
esta última era interpretada tan pasivamente como lo hiciera Platón. En cambio, en el pensamiento de
Aristóteles ya había gérmenes de lo que el período helenístico llamaría «imaginación».
B. Lo esencial para el artista será la idea, el conocimiento, la sabiduría, ya que debe presentar no sólo la
superficie de las cosas sino también sus cualidades más profundas. Se considera un buen escultor el que es
capaz de reflejar en la estatua de una divinidad toda su naturaleza y su poder.
C. Es esencial para el artista la posesión de la idea. El artista crea conforme a aquella idea que abriga en su
mente.
Según algunos escritos dicen, Fidias había creado a Zeus no conforme a la naturaleza sino según la idea que
llevaba dentro de sí. ¿Pero cómo una imagen del dios pudo hallarse en la mente humana de Fidias? El artista
no es más que el intérprete del Dios, la imagen ya existía, pero él le da forma material. Esta concepción fue
una de las mayores innovaciones de la antigüedad en lo que atañe a las ideas vinculadas con las bellas
artes.
El término mismo de «idea» y su significado originario eran en principio platónicos. Los escritores
helenísticos, sin embargo, alteraron el significado aunque conservaron el término.

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PLATÓN. CICERÓN o DIÓN.
La idea existía fuera del hombre y del mundo, siendo La idea se convirtió de sujeto del concepto en el
una realidad eterna e inmutable, inaccesible para los concepto en sí mismo y de idea trascendente de la
sentidos y perceptible tan sólo conceptualmente. mente del artista, transformándose además desde su
concepción abstracta, en la imagen con la que opera el
artista en su mente. La idea tenía su origen en la
experiencia, sosteniendo que los fenómenos
observados por el artista habían impreso sus ideas en la

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mente de éste.

D. Por muy importante que para un artista sea el conocimiento de las reglas del arte, éstas no serán nunca
suficientes. Además de ellas, el artista necesita de ciertas capacidades extraordinarias. El concepto del
helenismo acerca de los grandes artistas se aproximaba ya a lo que en tiempos modernos se llamaría genio.
El gran artista dispondría según esto de diferentes capacidades y de una mente distinta a la de la mayoría de
los hombres, e incluso tendría ojos y manos diferentes.
Pero ni siquiera el genio les fue suficiente a los escritores helenísticos para explicar el gran arte. Así
sostenían que el artista necesita también de la inspiración, que le permite crear en un estado de
«entusiasmo».
Pausanias buscaba en las estatuas de Fidias una «sabiduría» superior, y se negó a hacer mediciones de la
estatua de Zeus, convencido de que los números eran incapaces de explicar sus poderosos efectos. A
algunas esculturas célebres se les atribuía un origen divino. Los representantes de la corriente
místico-religiosa escribían ampliamente sobre la inspiración y el carácter divino de las estatuas.
E. ​En cuestiones de arte, el único legislador es el artista. Los grandes artistas eran considerados no sólo como
creadores de su propia obra sino también como legisladores que ejercían su influencia sobre las futuras
obras y opiniones, así como sobre las generaciones venideras. Conocemos a los dioses en la forma que les
ha sido conferida por pintores y escultores, afirma Cicerón, porque los demás imitaron su manera de
representar a los dioses y a los hombres como si hubiera sido la única válida.
El artista fue considerado además juez en materia de arte. Con ello la disputa entre artistas y profanos acerca
de las respectivas competencias se inclinaba a favor de los artistas.
Al contrario de los hombres de épocas anteriores, que sólo se interesaban por la obra -y nunca por su
creador-, los griegos y romanos de esta época tardía se interesaban también por la personalidad del artista.
F. Se elevó la posición social del artista plástico. Al principio esto ocurrió sólo con la del pintor, ya que aún no
aceptaban el trabajo físico. Fueron luego cayendo estos prejuicios gradualmente y muy despacio, motivando
así una postura encontrada respecto a los artistas que tuvo, sin embargo, un carácter pasajero.

1.2. Los nuevos conceptos de la obra de arte


Sufrió una transformación parecida a la actitud frente al artista, dejando de interpretar dichas obras de manera
mimética, intelectual y técnica.
Para analizar una obra de arte cada corriente filosófica distinguían elementos diferentes: los estoicos distinguían sólo
dos elementos en una obra de arte, los aristotélicos cuatro, y los platónicos cinco.
Los estoicos veían en una obra de arte la materia y la causa eficiente. Precisamente estos esquemas hicieron posible
una nueva aproximación a la obra de arte y favorecieron el abandono de una interpretación mimética, intelectual y
puramente técnica.

A. La obra de arte es un producto espiritual y no puramente manual. Por ello, el arte es algo más que un placer
y un adorno, convirtiéndose en testimonio de la dignidad humana.
B. La obra de arte es un producto individual, no realizado en serie, y por eso es capaz de representar y de
expresar las experiencias individuales. Se sostenía que la pintura es capaz de penetrar en los sentimientos
más íntimos, y en este aspecto incluso a veces supera a la poesía. Al contrario de los antiguos griegos,
quienes entendían el arte de manera puramente objetiva y subordinaban sus formas exclusivamente a los
fines que debía cumplir, los escritores helenísticos ponían de relieve sus factores subjetivos y su
dependencia del hombre y del creador.
C. La obra de arte es un producto libre, no está ligada a la imitación de la realidad y es autónoma respecto a
ella. No es pues una copia de la naturaleza sino su rival. Los pintores tienen derecho a la libertad.

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D. A través de las cosas visibles una obra de arte representa cosas espirituales, invisibles: el arte representa el
cuerpo de tal modo que podemos reconocer en él la presencia del alma. Los escritores místicos, por su parte,
afirmaban que los escritores y pintores, mediante cuerpos humanos, representan a los dioses. Para ellos, las
grandes obras de arte eran «dignas de la naturaleza divina», siendo por tanto su belleza sobrenatural y
sobrehumana.
E. Las grandes obras de arte no sólo alegran la vista sino que también hacen trabajar la mente. Frente a ellas,
es preciso un espectador que «intentará ... alternar la contemplación con el razonamiento». Pero para
admirarlas se requiere la contemplación, el ocio y el silencio.

A diferencia de los autores antiguos, para quienes los efectos del arte eran tranquilizantes y dominaban las pasiones,
en los tiempos helenísticos prevalecía la opinión de que sus efectos eran violentos, excitantes y apasionantes. Se
creía que lo esencial de la obra de arte era su efecto «conmovedor», hablaban de sus efectos «milagrosos». Luciano
sostenía que frente a las más grandes obras de arte los ojos no pueden saciarse y el hombre se comporta como un
loco. En la teoría helenística se abrió paso la idea de que la propiedad esencial de las artes es la expresión. Como
vemos, con el helenismo cambiaron los presupuestos fundamentales de la interpretación clásica del arte. La euritmia
parecía ser así más importante que la symmetria. La nueva época reconocía que puede ser perfecta y bella no sólo
una obra completa, sino también un fragmento separado de la totalidad. El concepto de «mimesis» o imitación, que
durante mucho tiempo había definido el arte de los griegos, perdió importancia y fue cediendo lugar a la imaginación.

3. LAS ARTES PLÁSTICAS Y LA POESÍA

Situaba al mismo nivel las artes plásticas y la poesía. Surgió entonces la pregunta sobre las diferencias entre ambas.
Anteriormente, estas artes parecían demasiado distantes para compararlas.
La respuesta más amplia a esta nueva pregunta fue ofrecida por Dión Crisóstomo, para quien había cuatro
diferencias entre las artes plásticas y la poesía:
- El artista plástico crea una imagen que perdura sin desarrollarse en el tiempo, como la obra del poeta.
- El artista plástico, a diferencia del poeta, no puede evocar todas las imágenes ni expresar todas las ideas
directamente, pero actúa de modo indirecto recurriendo a los símbolos.
- El artista plástico tiene que luchar con la materia, que le ofrece resistencia y limita su libertad, sin dejarle
aquella independencia de que dispone el poeta.
- Los ojos para los cuales crea el artista plástico, son más difíciles de convencer y exigen mayores evidencias
que los oídos, siendo imposible persuadirles de cosas inverosímiles, mientras que el oído puede ser
engañado por el encanto de las palabras.

Dión creía que, en vista de las razones adoptadas por él, las tareas de un artista plástico son más difíciles de
alcanzar que las del poeta: así a Fidias le habría sido más difícil representar la divinidad que al poeta Homero. Dichas
dificultades son aún mayores si tomamos en cuenta que la poesía había nacido muy temprano y, por lo tanto, las
artes plásticas debían tener en consideración las imágenes por ella creadas, para no parecer inconcebibles, es decir,
que las artes plásticas están limitadas por la poesía.

4. ARTES PLÁSTICAS Y BELLEZA

En la época helenística permanece la antigua división griega entre artes liberales y artesanas. Se le confiere, no
obstante, una base diferente, pues sostenía que las artes liberales exigen sabiduría, y en cambio, las artesanas sólo
pericia y diligencia. Pero el cambio más fundamental consistía en el hecho de que las artes plásticas empezaron a
ser incluidas entre las liberales, cosa que sucedió a pesar de los prejuicios mantenidos respecto a la persona del
artista. Así pues, la pintura y la escultura se hallaron en el mismo grupo de las artes que la filosofía, la poesía o la
música: todas están al servicio de la verdad, a diferencia de la artesanía; que sólo sirve a la utilidad. Uno de los
factores más importantes que contribuyeron a elevar la posición de la pintura y la escultura radicaba en la belleza que
contienen. Plutarco dijo que los artistas son superiores a los artesanos en virtud de su arte de la belleza, la
«kallitechnia», y unía de este modo en un solo concepto, e incluso en un solo término, lo que los griegos arcaicos no
habían reunido nunca: el arte y la belleza. Con su nuevo concepto, Plutarco daba un paso adelante hacia el moderno
concepto de bellas artes. Para los escritores helenísticos el valor y el atractivo del arte consistían en dotar a la
materia de espíritu e imaginación, inteligencia y belleza. Así es que pensaban que la naturaleza ha concedido a los
hombres el don de amar a la belleza, mientras que los autores más antiguos creían que la naturaleza les había

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conferido el amor de imitar la realidad. Incluso se llegó a criticar a Demetrio por poner en las artes la semejanza por
encima de la belleza.

Los griegos de la época clásica se valían de un concepto de belleza enormemente amplio, prescindiendo de un
concepto exclusivamente estético. La situación cambió en el helenismo, cuando ese concepto se hizo más preciso.
La era helenística adoptó una actitud estetizante hacia el arte y la naturaleza, buscando en ellos no sólo la verdad,
sino también lo bello. De este modo, su actitud hacia las estatuas de los dioses dejó de ser religiosa para convertirse
en estética. Así concebía la belleza de una manera sublime, y no la veía en la riqueza, sino en la proporción y en el

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ritmo, en la symmetria y en la euritmia. No obstante, esta concepción sutil de la belleza estética no se popularizó de
manera inmediata. En la época helenística se empleaba también un concepto de belleza que no se limitaba a las
formas o a los sonidos, sino que abarcaba también bellos manjares y perfumes, y en general todo lo que proporciona
un placer sensorial. Para ninguno de los dos tenía un concepto exclusivamente estético.

Concepto de belleza de los clásicos — INTELECTUAL

Concepto de belleza de los helenísticos — SENSORIAL

1.1. El gusto helenístico.


El arte que se apreciaba en el mundo helenístico y romano tenía sus claros rasgos característicos:
- ​Era, en su mayoría, un arte naturalista. Tenía como meta proporcionar una ilusión de vida. Una anécdota muy
conocida relataba la rivalidad entre Zeuxis y Parrasio. Zeuxis había resultado vencedor, al pintar a un
muchacho con un racimo de uvas que los pájaros trataban de picotear. El pintor mismo, sin embargo, no
estaba satisfecho de la pintura, porque si el muchacho hubiese sido pintado tan fielmente como las uvas, los
pájaros deberían haberse asustado y salir volando.
Los griegos y los romanos admiraban a más no poder las estatuas que estaban «como vivas», que eran
«como verdaderas», que parecían «bronce vivo». La escultura que representaba a un perro lamiendo sus
heridas, propiedad del templo de Juno en Roma, era por su increíble realismo tan apreciada, que los que
custodiaban el templo, respondían por ella con sus cabezas.
- La escultura helenística y romana no se limitaba exclusivamente a las figuras humanas. Su temática era muy
variada. Asimismo lo era la pintura. Se apreciaba su contenido y su forma cuando éstos eran variados. Los
artistas no rehuían la innovación, tenían predilección por la novedad.
- Se estimaba en las obras de arte el movimiento, la viveza y la libertad.
- En los trabajos se apreciaba la eficacia técnica y, efectivamente, numerosas obras de arte de aquel entonces
demuestran un alto nivel técnico. Se evaluaba lo refinado y rebuscado de una obra; fue entonces cuando se
forjó el término elegancia, que Vitruvio ya empleaba para definir una buena obra.
- Había obras colosales
- La predilección de la época por un arte naturalista, pero a la par ilusionista, original, libre, técnicamente
rebuscado, elegante, colosal y lujoso, caracteriza sus gustos.

Lo más asombroso es que la teoría helenística tomase sus ejemplos y modelos del arte clásico, y no del que le era
contemporáneo. Los escritores ni siquiera mencionaban el arte de los tiempos subsiguientes a Alejandro Magno,
como si tal arte no hubiera existido. Y respecto al anterior afirmaban que «aunque los medios técnicos de aquel
entonces habían sido más modestos, se obtenían mejores resultados, porque ahora nos interesamos por el valor del
material y no por el talento del artista».

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TEMA 5:
La filosofía medieval. Siglo I.

Está relacionado con el cristianismo. Esta corriente religiosa sería irrelevante para la filosofía, no obstante, tiene una
serie de verdades religiosas que tienen muchas consecuencias para la filosofía.

Según ARISTÓTELES: Acorde a la religión cristiana, Dios es eterno. Creó el


El mundo es eterno. cielo y la tierra cuando empezó el tiempo.

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En consecuencia, se puede decir que existe la posibilidad de hacer filosofía (no teología) a partir de la revelación
cristiana con el consiguiente gran debate teórico. Se puede hacer toda una elaboración intelectual y también para
entender mejor aspectos de la fe se pueden utilizar categorías filosóficas. También la razón verá que hay
consideraciones que la exceden. Son los misterios de la fe. Va habiendo un diálogo entre razón y fe (SAN JUSTINO).
San Agustín no es comprensible sin toda la vía platónica y neoplatónica. El otro gran representante de la filosofía
medieval es santo Tomás. La otra gran corriente está representada por TERTULIANO. De estas se asentará más la
postura abierta de San JUSTINO.

1. PANORAMA GENERAL

Término ideologizado: lo que está en el medio de los periodos interesantes. El mundo anglosajón habla incluso de la
DARK AGE, Edad Oscura.
Podemos dividirla en distintas etapas:
- Antigüedad cristiana del siglo I al siglo V, cuando cae el Imperio Romano. Está representada
fundamentalmente por los padres de la Iglesia y tiene una figura destacada en San Agustín.
- Del siglo V al XI se habla de la Alta Edad Media. Con la caída del Imperio Romano entran en crisis muchos
elementos culturales y vemos en esos siglos el papel que tiene la iglesia para transmitir toda la cultura clásica
a través de los monasterios.
- Del siglo XI al XV es la Baja Edad Media, periodo de oro medieval, donde tenemos fundamentalmente en el
siglo XIII las grandes catedrales, fundación de las universidades y las grandes síntesis escolásticas
medievales donde des. Santo Tomás de Aquino (dominico). A la muerte de ellos entra en
decadencia la filosofía medieval.
En la Edad Media, diez siglos, hubo distintas posturas sobre la relación Fe-Razón. San Agustín y Santo Tomás son
las figuras más destacadas en el diálogo fe-razón.

2. SAN AGUSTÍN, tradición platónica. Franciscanos.

Acentúa el papel del fideísmo, papel clave de la fe y la gracia. Difícil distinguir en San Agustín filosofía de teología.
Profundizó en el tema de la gracia de Dios, tema teológico
Destacará el “voluntarismo divino” que tendrá muchas consecuencias en la historia de la Filosofía y de la moral.
Voluntarismo divino: El bien y el mal, la verdad y el error, no dependen de la naturaleza de las cosas sino de un
decreto divino que hay que aceptar.
A lo largo de los siglos va desapareciendo del horizonte cultural el decreto divino y será sustituido por las leyes
positivas y no depende de la naturaleza misma de las cosas.

3. SANTO TOMÁS, tradición aristotélica. Dominicos.

Son más filósofos, dejan menos espacio al fideísmo. Aristóteles baja el mundo de las ideas a este mundo y cierra en
cierta manera esa amplia trascendencia. Defiende el conocimiento a partir de los sentidos. Alma es la forma
sustancial del cuerpo que no es simplemente la cárcel del alma… Parecía más difícil de adaptar a la fe cristiana.
Santo Tomás es un gran teólogo que, además, sabe distinguir muy bien los conocimientos que podemos alcanzar a
través de la Fe y los que podemos alcanzar a través de la Razón. Hay verdades de fe alcanzables por la razón y
verdades de fe absolutamente inalcanzables por la razón.
El gran concepto filosófico de Santo Tomás es el concepto de SER. No es el primero en hablar del SER. Santo Tomás
descubre que en todas las criaturas hay una composición de ESENCIA y ACTO DE SER. Aristóteles ya hablaba de
materia y forma, potencia y acto de ser, pero no habló de esta composición todavía más íntima que es la ESENCIA y
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el ACTO DE SER. Para que la ESENCIA sea real, necesita un ACTO DE SER, necesita que EXISTA. Si no, sería
solo algo imaginado. Ese acto de ser es una participación del mismo ser subsistente, del que dijo “Yo soy el que soy”.
Dios, el ser por esencia. Toda criatura es, pero no es de forma absoluta sino de forma participada de ese mismo ser
subsistente que es Dios. La gran aportación de Santo Tomás a la filosofía es esta composición de ACTO DE SER y
ESENCIA como lo más radical de la realidad.

La teoría del conocimiento será clave en cada filósofo. Santo Tomás afirma que todo conocimiento comienza por los
sentidos pero no se queda en conocimiento sensible, conociendo las distintas realidades de las cosas, puedo llegar a

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conocer la ESENCIA, la naturaleza de una cosa a través de un mecanismo clave:
- LA ABSTRACCIÓN: abstraer significa separar. Puedo llegar al concepto universal de elementos individuales.
Por tanto a partir del conocimiento sensible, con un proceso de abstracción, se puede llegar a conocer la
esencia de las cosas. De tal manera que el hombre es capaz de conocer la VERDAD.
- LA VERDAD es la adecuación de mi inteligencia a la realidad. Es importante rescatar esa confianza de Santo
Tomás de Aquino de esa capacidad de la inteligencia para conocer la realidad de las cosas, la verdad. Hay
también el camino de la fe para conocer esa realidad de las cosas. Son dos caminos complementarios y
Santo Tomás representa la síntesis más armónica entre fe y razón. (Fides et ratio. Juan Pablo II). Para
superar el relativismo, la receta de Benedicto XVI es recuperar, ampliar la razón, volver a tener como Santo
Tomás la confianza en que podemos alcanzar la verdad a través de la razón iluminada o ampliada por la fe.

Después de Santo Tomás, a finales del siglo XIII y XIV, París es el centro cultural de la Edad Media. Especialmente
desde la fundación de la Universidad de París, hay una doctrina AVERROÍSMO LATINO, que dice que hay dos
verdades: puedo conocer una verdad a través de la razón y otra verdad a través de la fe y pueden ser opuestas entre
sí. Así, tras la muerte de Santo Tomás esta armonía entre razón y fe va entrando en crisis y en toda la filosofía
occidental vamos a ver una separación cada vez más radical entre fe y razón.
Decadencia y escuelas con miras más estrechas. Discusiones sobre temas poco importantes. Fin de Edad Media e
inicio de Edad Moderna, tiempo de bisagra cultural. Podíamos denominar Humanismo y Renacimiento a esa especie
de bisagra cultural que hay entre la Baja Edad Media y el mundo Moderno.

4. ESTÉTICA MEDIEVAL.

4.1. Antecedentes de la estética medieval.


La prohibición de imágenes.​Moisés prohibió representar a Dios, así como a todo ser viviente. En los Libros de
Moisés, la prohibición, formulada de manera categórica y terminante, es repetida al menos ocho veces.
Se prohibía así hacer cualquier tipo de imágenes, pero especialmente esculturas, tanto fundidas como cinceladas o
talladas. La finalidad de las prohibiciones no deja lugar a duda: eran de carácter religioso y fueron introducidas para
evitar la idolatría.
Lo exagerado fue su radicalismo, ya que abarcaban a todo ser viviente. También cabe subrayar su eficacia: fueron
observadas estrictamente a lo largo de varios siglos, causando que los israelitas no tuvieran escultores ni pintores y
que dejaran de cultivar las bellas artes.
Otra de sus consecuencias fue la disminución de las necesidades estéticas del pueblo. Si éstas hallaban una
expresión, era mediante la riqueza de la materia y no a través de la belleza de forma.

El legado de la antigüedad. El Antiguo Testamento encierra tres ideas importantes para la estética, que son: la
belleza del universo, el supuesto de que lo bello proviene «de la medida, del número y del peso», y la convicción
sobre la vanidad e incluso el peligro que implica la belleza.
Estas tres ideas ya las habían enunciado los griegos antiguos. La estética cristiana se basó tanto en el Antiguo
Testamento como en autores griegos.
Es ésta una estética que reconoce tanto la belleza simbólica como la directa, que admite la belleza de la luz y de la
armonía, la belleza de la vida y la de la serenidad. Tertuliano era partidario de prohibir las imágenes (por cierto, su
justificación era distinta: quería evitar la falsedad que implica cada reproducción) pero la mayoría de los cristianos
imitaron a los griegos, cultivando las artes y representando no sólo la creación sino también al mismo Creador.
La dualidad de fuentes de la estética cristiana, sin embargo, se reflejó en la práctica, en los gustos y el carácter de
sus obras de arte, porque en cuanto a la teoría y generalizaciones científicas, los cristianos siguieron a los antiguos.

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El Evangelio. La ideología de los cristianos se apoyaba, principalmente, en el Nuevo Testamento que contenía aún
menos elementos estéticos que el Antiguo. Se podría afirmar que prácticamente el Nuevo Testamento carece del
todo de ideas estéticas, aunque, por otro lado, la palabra «bello» (kalós) aparece en él en varias ocasiones.
De todas las clases de belleza conocidas por el helenismo, el Evangelio pondera sólo una, que es la belleza moral.
La belleza en el sentido estrictamente estético carecía de importancia, lo que no quiere decir que se prescindiera de
ella o que se despreciara el aspecto hermoso de las cosas.
El mundo corpóreo y su hermosura eran de cierta importancia porque, como dice San Pablo, a través de ellos el
eterno poder y la divinidad se hacen visibles para la mente.
Los primeros cristianos no encontraron en el Evangelio afirmaciones estéticas precisas; en cambio, hallaron en él
indicaciones referentes a la postura que habían de tomar frente a cada aspecto de la vida, la belleza y el arte
incluidos. Esa postura se basaba en la convicción de que los bienes eternos son superiores a los temporales, que los
bienes espirituales son superiores a los corporales y que los morales predominan sobre todos los demás.
El Nuevo Testamento carece de teorías estéticas, pero indica qué ideas estéticas podían admitir los cristianos como
suyas. Y los pensadores cristianos no tardaron mucho en poner en práctica aquellas indicaciones.

4.2. Los artistas medievales


Los artistas medievales, arquitectos y pintores, aprovechaban las ideas matemático-estéticas de Platón. Estos
especulaban sobre su idea de lo bello y meditaban acerca de la armonía musical y arquitectónica del cosmos,
construido por el divino arquitecto conforme a reglas geométricas. De sus especulaciones geométrico-teológicas
extrajeron también ciertas conclusiones concernientes a las artes: el arte -decían éstos- no puede transgredir el orden
cósmico, por lo que debe emplear las mismas proporciones matemáticas que rigen en la naturaleza.
Tanto el arte medieval como su teoría tuvieron, en gran parte, un carácter religioso. Veían también las posturas
estéticas, la búsqueda de la belleza y la admiración de lo bello. La Edad Media se mostró siempre convencida de que
el arte estaba sujeto a leyes universales y de que debía atenerse a la verdad y ponerse al servicio del orden moral,
sometiéndose a las leyes matemáticas que rigen en el mundo. Pero aun así hubo también lugar para la libre creación
del artista.

4.3. Concepto de arte (poesía, música y artes plásticas).


1. El concepto cosmológico del arte.
La teoría de la música trataba este arte como una rama de la cosmología, sosteniendo:
- La armonía no es una creación del hombre sino una propiedad del cosmos; el hombre no la crea, la
descubre;
- La armonía rige tanto el mundo material como el espiritual.
- La mente percibe la armonía mejor que los sentidos. Los sonidos agradables son manifestación de la
armonía, pero nada más que manifestación y no su esencia;
- La armonía que el hombre es capaz de proporcionar a sus obras musicales no es nada en
comparación con la del cosmos
- Lo más importante es que el hombre trate de conocer la armonía del cosmos que la produzca: lo
importante para el músico es el conocimiento y no la creación; por tanto, será músico el que haya
conocido la armonía del ente.

Fue ésta una concepción según la cual el arte emanaba del cosmos y no del hombre y sus ideas, siendo cuestión de
cognición y no de creación, del intelecto y no de los sentidos. Concebida por los filósofos, resulta luego acogida por
los músicos. La concepción en sí misma no fue ideada en los tiempos medios, pues ya los filósofos antiguos la
habían incluido en su teoría de la música, sin dejarla limitada solamente a este arte. Ideas análogas surgieron en la
teoría de la arquitectura, y también los arquitectos se preocuparon de que sus construcciones se atuvieran a las
proporciones de la naturaleza.

4.4.. El concepto matemático del arte.


En la teoría de la música, el concepto cosmológico se vinculaba con el matemático. Habla de que la armonía está
presente en el cosmos y que debe ser conferida al arte humano, consiste justamente en relaciones numéricas. Fue
forjado por los filósofos, naciendo en la antigua Grecia, en la escuela pitagórica. Y fue un concepto estrechamente
ligado con la música, mientras que en las teorías de las otras artes no tenía tanta importancia.
En las artes plásticas, apareció la teoría del módulo y de la modulación, en las que intervenían ambos conceptos, el
matemático y el cosmológico. Así se afirmaba que cada objeto de la naturaleza tenía su propio «módulo», es decir,
una unidad de medida establecida en base a la multiplicación del módulo, por lo que poseía determinadas
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
proporciones fáciles de expresar numéricamente. Y eso mismo se exigía del arte, de la pintura y arquitectura, por lo
que el artista, igual que la naturaleza, había de construir edificios o pintar figuras humanas conforme a dicho módulo.
Así pues, en las artes plásticas, la teoría del módulo fue un equivalente de la teoría matemática en la música.
En la poesía, el equivalente del módulo fue el pie. La métrica poética fue una teoría paralela a la de la modulación en
las artes plásticas, de modo que ambas interpretaban la belleza y el arte matemáticamente.
Al codificar la poesía y establecer normas fijas para cada género literario, la poética medieval presuponía que la
poesía estaba sometida a ciertas leyes universales, lo que la hacía parecerse a la teoría medieval de la música.

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
4.5. El concepto teológico de arte.
Se representó con más claridad en la teoría de las artes plásticas. Mientras a la música se le exigía representar la
naturaleza, las artes plásticas debían representar un ser supremo. Es verdad que surgieron ciertas dudas acerca de
si el arte podía representar a Dios, y si era éste un designio apropiado y realizable. Pero incluso cuando el artista no
representaba a Dios, seguía representando a Dios, seguía ya que representaba sus obras.
La concepción medieval implicaba una estética simbólica que representaba el mundo temporal en tanto que símbolo
del eterno. Fue ésta una concepción propia de la pintura y escultura, pero también aplicable a la arquitectura, de la
que se esperaba igualmente que simbolizara la trascendencia. Así las grandes catedrales góticas eran lugares de
culto a la vez que simbolizaban el reino de los cielos.
Los autores medievales solían recordar en sus preámbulos y al terminar sus obras que el artista debía servir a Dios,
pero el tratado lo dedicaban a resolver cuestiones técnicas.

4.6. Dualidad de las tesis medievales.


Pretendían que el arte traspasara los límites de lo material. El artista, sin embargo, veía y representaba cosas
materiales, cosa que la teoría no pudo tomar en consideración. No podía eludir o desconocer la realidad que le
rodeaba y por tanto, adquirió un carácter dual.

La teoría medieval, que entendía dualísticamente los objetivos que el arte debía perseguir, recomendaba que
estuviera al servicio de Dios, pero también que adornara las paredes y deleitara la vista; que ennobleciera el alma,
pero también que resultase agradable. De entre los géneros literarios, la poética ponderaba algunos que tenía por
superiores. La teoría de la música daba primacía a la música del cosmos, pero analizaba también la música humana,
la instrumental. En las artes plásticas, la teoría apreciaba lo susceptible de simbolizar la eternidad, pero también tenía
en gran estima la riqueza de formas y colores así como la capacidad de representar la realidad fielmente. Poniendo
como ejemplo de perfección no sólo el arte cristiano sino también el pagano, precisamente por su perfección de
formas, recomendaba la expresividad, pero sabía valorar la forma misma. Y establecía una diferenciación entre la
armonía interior y el adorno exterior, aunque el segundo era menos importante.

Los conceptos estéticos de la época oscilaban entre el distante plano metafísico de los teólogos y filósofos y el
realista y empírico de los artífices. En lo concerniente a la belleza, su dilema era: ¿Es la belleza cognoscible (ya que
la vemos) o es imposible conocerla (ya que no podemos ver la belleza suprema)? Y en lo que atañe al arte sus
preguntas eran: ¿Sirve el hombre a Dios a través de su arte? ¿Puede el hombre cultivar un arte que no sirva a la
divinidad? La transformación realizada en la teoría medieval del arte consistía en una consolidación del plano realista,
sensorial y humano. En términos generales, la teoría medieval del arte puede resumirse en tres características:
1. la interpretación cosmológica de lo bello, que se reflejó, sobre todo, en la teoría de la música;
2. ​la interpretación teológica de lo bello, que halló, sobre todo, su expresión en las artes plásticas, y
3. la dualidad, la coexistencia de tesis metafísicas y empíricas.

La teoría medieval tenía, pues, una base cosmológica y teológica, pero el grueso de su contenido fue empírico,
proveniente de experiencias artísticas concretas.

5. FILOSOFÍA MEDIEVAL

En la centuria del pleno florecimiento de la filosofía escolástica, los que llevaron la voz cantante en el terreno de la
estética fueron los filósofos. Pero no hubo un cambio de gran profundidad, porque la teoría del arte había sido erigida
sobre los mismos cimientos cosmológicos y teológicos que la estética escolástica. Ni la una ni la otra separaron la
teoría del arte de la teoría de lo bello, la primera porque estaba absorta en un sinfín de observaciones técnicas y la
segunda porque se ocupó de las ideas filosóficas de carácter general. Pero los resultados obtenidos por ellas fueron
distintos: mientras que los autores de tratados concernientes a las artes enriquecieron la estética con numerosas
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observaciones y experiencias, los escolásticos afinaron y dieron precisión a sus conceptos. La fuerza de la filosofía
medieval residía en su carácter colectivo siendo desarrollada por centenares de estudiosos, quienes, generación tras
generación, se basaban siempre en los mismos principios y se proponían los mismos objetivos. Merced a ello, la
filosofía pudo crear un sistema uniforme y conseguir, en cuanto a los problemas fundamentales, una unanimidad
desconocida en toda la historia de la filosofía. Otra consecuencia de este fenómeno fue el carácter tradicional e
impersonal tanto de la estética filosófica como de otros campos de la filosofía medieval.

La filosofía medieval, en cuanto a la doctrina cristiana, fue espiritualista, jerárquica y saturada de la idea de la

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eternidad y de ideales morales. Pero no fue una filosofía exclusivamente teológica pues no sólo se ocupaba de Dios
sino también de los problemas del mundo. No obstante, la idea de que el mundo es una creación divina constituía el
trasfondo teológico tanto de la filosofía como de la estética medieval. La filosofía medieval fue, en gran parte,
escolástica: tomaba sus verdades fundamentales de la fe y se proponía el objetivo de explicar dichas verdades. Así,
pues, sus presupuestos eran terónomos (aceptaba las verdades religiosas), pero sus aspiraciones eran racionales
(se proponía dar una explicación de esas verdades). Existió también una filosofía naturalista y humanista.

FILOSOFÍA Y ARTE MEDIEVAL FILOSOFÍA ECLESIÁSTICA Y ARTE GÓTICO


De carácter tradicional — basándose en la De carácter tradicional — aspira a conservar las
concordancia de las autoridades. proporciones tradicionales.
Se relacionaba con la filosofía antigua, por lo que se Abandonaron su inicial idealismo para llegar a
hizo por conseguir escritos de de autores antiguos y posiciones realistas.
adaptarlos con el cristianismo. Aceptan muchos Surgen dos grandes corrientes:
aspectos de Platón y Aristóteles. - Agustinismo (San Agustín) — Platón.
- Tomismo (Santo Tomás) — Aristóteles.

No obstante, a pesar de la semejanza de las tesis básicas de todas las corrientes que se dieron en la filosofía
medieval, el suyo fue un pensamiento diversificado. Así surgieron en la escolástica, ya en el siglo XIII, dos grandes
doctrinas, el agustinianismo y el tomismo.

6. LA ESTÉTICA DE LO BELLO Y LA ESTÉTICA DEL ARTE.

En una filosofía religiosa como lo fue la medieval, los problemas de lo bello y del arte no figuraban entre los temas
primordiales. La estética no era tratada como disciplina independiente ni tampoco como una rama importante de la
filosofía. Muy escasos fueron los tratados dedicados a ella exclusivamente. Al hablar de Dios y de la creación, los
filósofos se concentraban en los problemas del bien y la verdad, pero mencionan también el referente a la belleza. No
hablaban del arte en general, más bien se ocupaban de tratados especializados, las poéticas o retóricas y los
tratados de música o pintura a los que hemos aludido anteriormente, que presentaban la estética de dichas artes
como una estética «llana», nacida de las experiencias concretas de los artistas. Dichas experiencias iban siendo
recogidas desde hacía tiempo y ya en el siglo XII quedaron completadas y consolidadas. Fue también dicho siglo el
período de encuentro de dos estéticas medievales: de la estética de los artistas con la propia de los filósofos, de la
técnica con la escolástica, de la de los «de arriba» con la de los «de abajo», de la teoría de lo bello con la teoría del
arte. Luego, en el siglo XIII, la estética de los filósofos predominaría sobre la de los artífices.

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TEMA 6
Criterios y objetivos del arte medieval.

1. LA TEORÍA DE LAS ARTES PLÁSTICAS

Dos corrientes principales:


ARTE ROMÁNICO ARTE GÓTICO

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Destaca en arquitectura: formas sencillas y geométricas. Continuación del románico pero introdujo innovaciones:
Se basaba en proporciones sobre todo. Destaca por su - ARQ.
pesadez. Lo decoran con frisos, arcos ciegos, galerías y Aparece la bóveda de crucería. Construcciones más
abundantes esculturas en pórticos y capiteles. variadas y espontáneas.
El uso de la escultura ayuda a dar un toque elegante Gracias a estas innovaciones: los muros fueron menos
frente a tanta suntuosidad arquitectónica. espesos, se dieron construcciones más esbeltas.
Esta arquitectura mostraba la doctrina y escuela del Mayores ventanales y más grandes, por lo que mayor
saber, simbolizaba al hombre, la Biblia y la creación. iluminación, esta es símbolo de belleza divina. Mayor
Se recurría al realismo para representar elementos de la altura, ganan espacio. Variación en los interiores.
naturaleza. Así, se transmite mejor el mensaje espiritual.
Es un arte simbólico. - ESC y PINT.
Considerado una continuación del arte antiguo (sencillas Mayor realismo, buscan formas y colores bellos. Tienen
y geométricas proporciones), a la vez, muestra la un caracter más empírico y espiritualista (Aristóteles)
genialidad de su época (arquitectura en representación La nueva misión del arte no es solo servir a Dios,
y al servicio de la religión) también representarlo. Se plantean si es una tarea
apropiada y nacen 3 respuestas: es imposible
representar a Dios (iconoclástia), Dios puede ser
representado mediante símbolos (arte simbólico) y
mediante obras (arte realistas).
El realismo del que se habla pretende representar el
reflejo de la sabiduría y el poder del Creador. Se
muestra una idealización de las cosas como reflejo de
la belleza superior, del alma.

2. RELACIÓN ENTRE EL ARTE CLÁSICO Y EL GÓTICO.

El arte medieval, en su variante románica y más aún en la gótica, dista notablemente del arte clásico. Este arte
clásico fue estricto durante poco tiempo, y ya en la era helenística había perdido su carácter estático, su sencillez y
su moderación en favor del movimiento, la suntuosidad y la monumentalidad: así podemos concluir que entonces fue
cuando aquel arte clásico se convirtió en “barroco”. En el Medievo, en cambio, el arte perdió otro rasgo, la
característica más fundamental de lo clásico, la de ser un arte hecho a la medida del hombre y de la naturaleza. El
arte medieval aspiraba a superar el carácter humano en tanto que terreno, y pretendía que su objeto lo fuera tanto el
hombre como Dios, tanto la naturaleza como el espíritu, tanto las cosas temporales como las trascendentales. Y fue
ésta la crucial diferenciación que separó las artes de ambas épocas. En efecto, incluso al representar los mismos
objetos, el arte gótico los interpretaba de manera diferente que el arte clásico; así, las cosas llegaron a ser para el
gótico no otra cosa que símbolos. Además de esto el gótico cambió las proporciones de las cosas, y las proporciones
tomadas de la naturaleza fueron sustituidas por las elaboradas conforme a las ideas.

3. EL ARTE Y LA TEORIA DEL ARTE.

Las ideas estéticas que acabamos de exponer se encuentran implícitas en las obras del arte medieval. A
continuación debemos examinar las contenidas en los textos medievales que abordan el tema del arte como tal.
Sólo en muy contadas ocasiones dichas ideas fueron proclamadas en tratados específicos, y la mayoría de ellas se
expresaron en descripciones de ciudades (especialmente Roma), en itinerarios para peregrinos, en reglas y
prescripciones referentes a cómo construir los monasterios. En tales ocasiones aparecían formuladas como juicios
estéticos, frecuentemente entremezclados con descripciones y consejos prácticos, desprovistos de pretensiones
científicas que, sin embargo, forman en su totalidad una teoría de artes plásticas notablemente completa.

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Aquellas opiniones se basaban en dos distintos fundamentos: en el arte contemporáneo y en las teorías antiguas. El
arte antiguo yacía ahora en ruinas, las estatuas de mármol se encontraban reunidas en unos cuantos centros
antiguos, y aunque admiradas por su perfección, no respondían a las exigencias de la época. Entre tanto había
nacido un magnífico arte propio, el románico primero, y poco después el gótico, que lo sustituía. Con el rápido avance
de las artes, la teoría había quedado rebasada. El siglo XII supo crear una gran arquitectura, pero no una teoría que
pudiera ser su equivalente.

La mejor base de los teóricos era la obra de Vitruvio, conocida en la Edad Media a partir del siglo IX, lo que hizo
posible que se inspiraran tanto en el arte nuevo como en la teoría antigua. Aquellos hombres tenían ya sus propias
catedrales, que constituían, a su modo de ver, una personificación de lo bello, pero no disponían de conceptos
estéticos propios, lo que les obligaba a recurrir a los antiguos. Así pues, las ideas originadas por su propio arte eran
expresadas mediante conceptos y fórmulas antiguos.

Lo que mejor define la teoría medieval de las artes plásticas es su respuesta a cinco preguntas:
1. ¿Qué criterios eran aplicados al evaluar las obras de arte y qué objetivos debería cumplir el mismo?
2. ¿Qué léxico y diferenciaciones conceptuales empleaba la teoría al describir y evaluar una obra de arte?
3. ¿Cuáles fueron los problemas de mayor vigencia y los más discutidos?
4. ¿Cómo se concebía la relación entre el arte y la realidad?
5. ¿Eran reconocidas en el arte ciertas reglas generales?

- 1. Criterios del arte y objetivos

- Criterios:
Igual que en la Antigüedad, en la Edad Media se aplicaban diversos criterios respecto a cada una de las artes.
- Arquitectura, reinaban criterios propios para su práctica que no se daban en las artes figurativas. Lo más
apreciado fue la magnitud, son catedrales de tamaños y alturas asombrosas si tomamos en cuenta las
posibilidades técnicas de aquel entonces. Así mismo, era altamente valorada la claridad de las iglesias
góticas, con sus inusitadas ventanas; la luz era en ellas no sólo fuente de júbilo para los ojos sino también
objeto de una admiración mística y muestra de la máxima hermosura. También eran muy estimados el buen
trabajo y las bellas proporciones. Todas estas cualidades eran citadas, por ejemplo, al ensalzar la catedral de
Santiago de Compostela, tenida por un milagro arquitectónico de la época. Los escritores medievales solían
acumular todos los sinónimos de que disponían para describir la belleza, tanto la de una obra de arte como la
del hombre.
- En las artes industriales, a su vez, se apreciaba antes que nada la suntuosidad del material costoso, el oro,
las piedras preciosas y otros «oropeles». Eran éstos en su extensa mayoría productos de orfebrería y
adornos personales, y en su alta valoración se manifestaba el natural gusto protohistórico que resultó ser
muy duradero.
- La escultura era la capacidad de expresar y representar en piedra la vida misma. Resaltaba el realismo y
movimiento, más que monumentos daban la sensación de ser verdaderos seres vivos.

En el Medievo había también otro criterio, originado por su ideología y aplicable a todas las artes en su conjunto: el
del valor simbólico del arte. Una obra de arte era considerada entera y cabal cuando representaba los objetos
materiales en tanto que símbolos de otras cosas espirituales y trascendentes.

En la arquitectura, las ventanas simbolizaban a los Padres de la Iglesia, porque todo lo iluminaban, y los pilares a los
obispos, porque sostenían el conjunto del edificio. Toda la estructura de un templo tenía un sentido simbólico,
simbolizando la casa o la ciudad de Dios. La mayor carga del simbolismo correspondía a la bóveda de la iglesia,
tenida por imagen de Dios. Así, se decía que ésta «invitaba al Dios-hombre celeste a que descendiera». En las
bóvedas de los presbiterios se pintaba generalmente el Pantocrátor o el advenimiento del Espíritu Santo. Y la
asociación de la bóveda con el cielo se hizo tan fuerte que la voz cielo empezó a designar también la bóveda y el
techo. Prácticamente hasta el menor detalle de un templo se le adjudicaba un valor y sentido místicos. Las doce
columnas pueden ser -«correspondientes a los Apóstoles”. Del mismo modo, los sillares cuadrados simbolizaban las
cuatro virtudes teologales y en las pinturas, las flores y los árboles habían de simbolizar las buenas acciones que se
desprenden de las virtudes.

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- Objetivos:
La pintura había de adornar el edificio, conmemorar los acontecimientos señalados (funciones naturales) y cumplir
además tareas didácticas (es natural de la escritura, decide sustituirla para aquellos que no saben leer o no podían
entender lo escrito). Llegó a denominarse «literatura de los incultos».
De su deber de conmemorar los acontecimientos notables se acordaban especialmente los hombres de estado: los
predicadores y filósofos hablaban de sus tareas educativas y didácticas, mientras que los círculos de los que salió la
mayor parte de las opiniones acerca de las artes plásticas, pensaban sobre todo en sus fines decorativos y,

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planteaban en mayor medida para el arte objetivos estéticos.

Se esperaba que la arquitectura o la pintura desempeñasen múltiples funciones y se reclamaba lo mismo de las artes
industriales. Por ejemplo, las lámparas que colgaban de los techos de las iglesias tenían forma de corona, por cuanto
debían perseguir un triple objetivo: adornar la iglesia con la luz proyectada; exhortar con su forma, a los fieles al
servicio de Dios, que es la coronación de la vida; y recordar el cielo con su estructura. Como vemos, no sólo los
edificios o las pinturas sino también los objetos artísticos, aparte de sus funciones utilitarias, debían cumplir otras
distintas de carácter simbólico religioso, moral y estético.

- 2. La terminología y conceptos de la estética.

- Terminología.
Se habló de la belleza en relación a las artes plásticas y no a la poesía o a la música. Igual que los griegos, los
hombres medievales vinculaban la belleza con el mundo visible, al que se aplicaban muy diversos nombres.
Tenían múltiples maneras de referirse a lo bello y cada manera había alusión a una belleza diferente.

- Conceptos.
Evidencias prueban un nivel bastante alto en la estética de las artes plásticas de aquel entonces. Se distinguía entre
la belleza y la utilidad y se creía que era preciso escoger entre una de ambas cualidades y ponerse al servicio de la
utilidad o de la belleza. Un sentido semejante lo tenía la distinción entre lo hecho por placer y lo hecho por necesidad.
Asimismo se hacía una distinción entre la belleza y la perfección de la ejecución de la obra; y se sabía que en unas
obras de arte lo más digno de admiración era su belleza y en otras la maestría del artífice. En este aspecto, el
aparato conceptual fue mucho más desarrollado que en el antiguo. En las obras apreciadas se distinguía además
entre la armonía interior y la ornamentación exterior, designando la primera con el nombre de compositio o
formositas, y como ornamentum o venustas la segunda, siendo esta una distinción de la mayor importancia. También
se señalaba la diferencia entre la belleza de la forma y la belleza de la expresión.

Se hizo también una distinción entre las reacciones sensoriales y las intelectuales cuando se trataba de apreciar una
obra de arte. Así se afirmaba que la belleza afecta tanto a los ojos como al alma. El haber separado la reacción
sensorial de la intelectual trajo en consecuencia la distinción entre la materia de la obra y su misma forma. Del arte en
sí se distinguieron las habilidades prácticas del artista. Se solía hacer otra distinción entre el valor estético y los
restantes valores de una obra, especialmente los morales y religiosos. Se dice que el valor de estatuas paganas es
nulo desde el punto de vista de la fe, no obstante, debido a su belleza y proporciones, deben ser apreciadas.

De la capacidad de experimentar la belleza se distinguía además la posibilidad de expresar verbalmente lo


experimentado, siendo la primera independiente de la segunda. En la Edad Media se escribió mucho sobre las obras
de arte, los sentimientos que provocan “la hermosura de las construcciones alegra y fortalece los corazones”.
Se distinguían dos tipos de sentimientos: el placer-satisfacción y la admiración-fascinación.

- 3. ​Conflictos de la estética.
El hombre del segundo período del Medievo tomaba unas posturas estéticas que a veces adquirían formas radicales,
resultando incompatibles con la actitud religiosa siempre vigente en la Edad Media, lo que engendraba tensiones,
conflictos, problemas y disputas. Entre dichas posturas había tres de gran importancia, concretamente las adoptadas
respecto al arte antiguo, a la suntuosidad y al realismo.

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1. L
​ a actitud adoptada hacia el arte antiguo era controvertible, en especial respecto a la escultura, que
causaba admiración por su belleza y al mismo tiempo era censurada por su carácter pagano. Fue ésta una
cuestión que no había presentado problema alguno para los cristianos primitivos quienes veían con
indiferencia estas estatuas os templos griegos. Pero ya en aquella época se podía observar cierta
diferenciación en las posturas. La vacilante actitud respecto de la escultura antigua fue causa de que esta
resultara objeto de diversas contradicciones. Al principio los cristianos cultivaron escasamente la escultura
por lo que el concepto de la misma lo relacionaban con la escultura antigua que, a su modo de ver,
eternizaba en piedra los errores. En cambio, la actitud de los hombres medievales hacia la pintura fue

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
claramente positiva, y esto porque la pintura antigua no tuvo un carácter cultural y además porque había
pocas obras pictóricas clásicas que se hubieran conservado hasta la Edad Media.

2. Otro dilema es la diferencia entre arte sencillo y suntuoso, que también desencadenó diversas disputas y
controversias. La pregunta surgió precisamente en torno al arte religioso, que era el predominante, y en favor
de la suntuosidad se esgrimió el argumento de que el arte es una ofrenda a Dios y a él le corresponde lo
mejor que se le pueda ofrecer. Pero por la otra parte se argüía que la suntuosidad es una vanidad para la que
no debería haber lugar en ninguna parte y menos aún, en una iglesia. Así pues, con razones igualmente
religiosas y morales se alcanzaban dos estéticas diferenciadas y opuestas.Portavoces de la estética negativa
fueron numerosas órdenes religiosas. Los cartujos renunciaron a todo ornamento plateado y dorado y a los
ornamentos litúrgicos. Los cistercienses formularon un ascético programa arquitectónico, prohibiendo sus
reglas el empleo de pinturas y esculturas. Los estatutos de la Orden de los Hermanos Menores se oponían a
su vez a las dimensiones exageradas de los templos, prohibían la construcción de torres y limitaban el
empleo de las vidrieras de colores. Según esto, las iglesias deberían ser sencillas y desprovistas de todo lujo.
Bellas pinturas y esculturas, duraduras, lujosos ornamentos litúrgicos, tapices coloridos colgados de las
paredes, vidrieras, cálices de oro incrustados con piedras preciosas y libros iluminados, todo ello no era fruto
de la necesidad sino más bien de la codicia de los ojos. Además, las opiniones de estas órdenes religiosas
eran compartidas por diversos escritores. Censuraban los lujosos palacios episcopales y reclamaban que el
arte fuera utilitario. Con aquel razonamiento de los eclesiásticos coincidían las opiniones de los laicos: ¿Qué
valor tienen en efecto lo bello y el arte que son poco duraderos y que la muerte nos arrebata? Para la casa
de Dios es preciso erigir con el mayor esplendor: a la casa del Señor le corresponde el material más precioso
y una hermosa ejecución; a Dios hay que servirle tanto mediante la materia como mediante el alma; la
belleza de la iglesia preludia la hermosura celeste, y aunque es una belleza material, nos proporciona un
ánimo jubiloso, siendo una belleza que transporta al hombre de la esfera material a la inmaterial. Este
razonamiento no fue un fenómeno aislado, siendo semejantes las opiniones de los que levantaron, en los
siglos XII y XIII, aquellos grandes templos, tratándolos como si fueran «puerta del cielo y palacio del propio
Dios». La iglesia reconforta a las gentes y el que pasa por sus naves se libra de la tristeza, y se colma de
contento y alegría.

3. ¿Debe el arte religioso limitarse en sus obras a la belleza de las estructuras o si puede y debe introducir
adornos? En una obra de arte, o en una construcción o pintura era sospechoso todo lo accesorio y admitían
sólo lo indispensable. Lo demás, cada añadido y cada adorno, eran censurables por ser productos de la
codicia. Las causas de esta disputa fueron de carácter religioso, mas sus consecuencias tuvieron gran
importancia para la estética.

- 4. Relación entre el arte y la realidad.


Esta era la más controversial. ¿Puede el arte reproducir la fugacidad de lo real o más bien debería preocuparse de
las cosas eternas? Y, cuando el arte representa la realidad, ¿representa su aspecto real o su aspecto idealizado?
En la primera etapa, el arte cristiano concentró sus esfuerzos en alcanzar el mundo eterno, en representarlo, aunque
fuera indirectamente, mediante símbolos y signos convencionales. En la Baja Edad Media, por el contrario, las
posturas habían sufrido una evolución, siendo ya distintas de las antiguas y de las mantenidas por el cristianismo
primitivo. Ahora reflejaban una actitud más positiva hacia lo temporal, mostrando una actitud propia de gentes que,
aunque miraran el mundo a través del prisma del cristianismo, advertían en la vida temporal elementos dignos de ser
conmemorados por el arte religioso. Así, al igual que en toda la cultura del Medievo tardío, su arte ya no se
caracterizaba por la huida del mundo, sino más bien por una aspiración a armonizar con la vida, es decir, por una
búsqueda de la consonancia. En los primeros siglos de la Edad Media, el arte reproducía las cosas materiales porque
eran signo y símbolo de la belleza, mientras que en la etapa posterior, también lo hacía porque éstas eran bellas por
sí mismas.
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si lees esto me debes un besito


- 5. El carácter convencional del arte.
Ya en la cultura carolingia, la belleza material y visible había ocupado un puesto relevante, aun cuando esta nueva
valoración se debiese principalmente a la apreciación de la naturaleza y no a la del arte como tal. En la hermosura
del hombre, de los animales y de las plantas, se veía, en efecto, una fuente del bien y de la legítima satisfacción, pero
en lo que atañe al arte, se concebía como algo distinto, teniéndose su belleza por algo de escasa importancia. Al arte
se le atribuían, sin embargo, otras funciones, y si debía proporcionar belleza, era ésta una belleza intelectual. Al
hombre absorto en los problemas trascendentes le convenía un arte cuyo objeto único y exclusivo era lo que el artista

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pudiera representar mediante signos y símbolos apropiados. En cuanto al objeto real, que servía como signo, era por
sí mismo indiferente, y no era preciso que la pintura lo representara detallada o individualmente diferenciado. Lo
único que se esperaba de la pintura era que ésta hiciera trabajar a la memoria, y que suscitara así determinadas
ideas, y para cumplir dicha función pictórica, lo más idóneo era reducir a esquema el objeto representado. Por tanto,
la pintura medieval operaba profusamente con esquemas, llegando a convertirse en una especie de escritura
plástica, cuyos signos podían ser convencionales con tal que el espectador comprendiera dicha convención,
reconociendo la clave.

Esta concepción convencional y esquemática de la pintura permanecía vigente aun cuando el artista representara el
mundo real, ya que también esto se hacía de modo esquematizado. Así se valían de cierta cantidad de tipos de
rostros y figuras, cada uno de los cuales tenía su significado fijo y era símbolo de un carácter o un sentimiento
concreto. Otro tanto ocurría con los gestos, movimientos y colores. Los esquemas y convenciones podían cumplir su
papel sólo cuando tenían un carácter estable, por lo que el arte medieval -tanto la pintura como la arquitectura-
estaban sujetos a esquemas y convenciones fijos, es decir, a unos cánones determinados. Pero aun así, penetraban
observaciones y gustos procedentes del mundo real, combinados en diversas proporciones, desde esquemas
prácticamente puros hasta un casi desnudo naturalismo. Y junto con el interés por el mundo real fue creciendo el
gusto por la belleza sensual: si la pintura medieval se proponía, en principio, objetivos ideológicos, a éstos se fueron
uniendo con el tiempo los motivos estéticos, y si aspiran a la belleza intelectual, también, y esto en un grado cada vez
mayor, perseguía junto a ella la belleza sensible.

El arte geométrico. En los siglos medievales predominó la convicción de que el arte estaba sujeto a unas leyes
matemáticas universales, por lo que era considerado como una de las formas del saber. Esta convicción se refería
particularmente a la arquitectura pero con el tiempo surgieron dudas y discusiones al respecto.

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TEMA 7
4 teorías de la estética medieval.

Siglo IV: ALTA EDAD MEDIA


- Oriente:​ 1. Patrística
- Occidente: 2. San Agustín

Siglo IX: BAJA EDAD MEDIA


- 3. Estética bizantina: el problema de las imágenes

Siglo XIII: BAJA EDAD MEDIA.


- 4. Santo Tomás de Aquino

1. ORIENTE: PATRÍSTICA

No se reparó en los problemas de lo bello y el arte. En la Biblia no se imponía ninguna actitud concreta. Las posturas
estéticas cristalizaron antes en Oriente que en Occidente. Varios padres griegos se ocuparon de los problemas de lo
bello y del arte en el siglo IV: destaca San Basilio de Cesarea el Grande (329-379).

- San Basilio.
No dejó ningún tratado específico pero sus escritos reflejan sus opiniones sobre la estética y el arte.
Distingue dos corrientes, la griega y la cristiana. La griega, a su vez, refleja dos facetas: la estética estoica y la
neoplatónica. Su concepto de belleza: tiene una gran influencia griega. La belleza consiste en la relación
conveniente de las partes, por tanto es propia de los objetos compuestos (no es bella cada parte aislada sino todas
en relación).
- La belleza está también en las cosas simples –la luz, el color, la forma-. La luz, por ejemplo, posee también
su propia proporción y las relaciones adecuadas. En este caso la relación sería con los sentidos. La belleza
depende de dicha relación.

Aportación cristiana: la finalidad.


Los primeros cristianos pensaban además que el mundo es bello porque ha alcanzado los objetivos para los que ha
sido creado.
- Se entiende la belleza, por tanto, de dos maneras:
- Como una belleza directamente sensible y que corresponde a su finalidad. San Basilio la consideraba
necesaria.
- Como la relación armónica de las partes; el efecto que ejerce sobre los sentidos y la razón, se
consideran marginales y secundarios frente a la finalidad.
- Hay, por tanto, 2 clases de belleza:
- Para el hombre, superficial y subjetiva.
- Para Dios, verdadera y objetiva.

San Basilio afirma la belleza del mundo porque tiene una finalidad. No hay en él nada que sobre ni falte, nada que
sea innecesario. Dada su finalidad, el mundo es bello. El mundo es un objeto destinado a la contemplación. Llega a
afirmar que la naturaleza es como una obra de arte que revela el talento artístico de su creador. El mundo es
hermoso, pero no por sí mismo sino por ser obra de Dios, caracterizándose por su finalidad, orden y armonía.
Pronto aparecerá la idea de que Dios es la belleza suprema, incluso la única belleza verdadera, idea que en los
siglos III y IV no se había expresado todavía. Para los primeros Padres de la Iglesia la belleza era cualidad de la
creación, no del creador, cualidad de las cosas visibles, no del Dios invisible. Dios era, en cambio, causa de la
belleza. Las cosas bellas dan una imagen adecuada de Él y el pensamiento del hombre que las contempla debería
dirigirse a su causa.

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Su concepto de arte: él cambió el criterio para valorar el arte; ya no sólo es criterio vigente la conformidad con la
naturaleza. La obra artística debía responder a la idea de la belleza perfecta, suprasensible, espiritual. No solo las
leyes de la naturaleza rigen el mundo sino, sobre todo, la ley de Dios que debe manifestarse también en el arte. Es
más importante que el arte refleje la sabiduría y grandeza del mundo a que corresponda a sus formas accidentales.
Por tanto, el arte adquiere nuevos rasgos desconocidos en la antigüedad; debe proporcionar modelos del bien y
constituir un testimonio de la verdad, transformándose en un arte que demuestra y ejemplariza. (Conocimiento y
educación). Esto tiene como consecuencia que algunas obras de la antigüedad parecieran censurables, símbolos del
paganismo, especialmente la escultura que representaba dioses a semejanza de hombres. Este rechazo fue

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expresado por los Padres de la Iglesia. Fue causa también de que en esta etapa se esculpiera poco.

En la música casi todos se oponían al uso de instrumentos musicales. Los más radicales rechazaron incluso el
canto: se debe glorificar a Dios en silencio y concentración. Posiblemente lo asociaban con el teatro y ritos paganos y
con el teatro. La pintura, para poder ser apreciada por los cristianos, se centró en la representación de Cristo y los
santos Y la arquitectura y el arte decorativo tuvieron que simbolizar cosas divinas. El arte era para ayudar al culto
religioso. No se entiende la idea del arte por el arte.

2. OCCIDENTE: SAN AGUSTÍN (354-430)

Nació en África. Vivió y se formó en la cultura romana aún muy viva, en tiempos de la decadencia del Imperio. Se
consideraba romano y cristiano. Asumió los principios estéticos de los antiguos, los transformó y transmitió a la Edad
Media. Es punto crucial en la historia de la Estética. Su definición de belleza: Una actitud del hombre hacia las cosas
y también una cualidad objetiva de las cosas. El gusto por lo bello presupone la existencia de la belleza como algo
exterior al hombre. Distingue una belleza que corresponde a las cosas en cuanto forman un todo, y otra belleza que
les corresponde en virtud de su adaptación a alguna cosa o en cuanto parte de un todo.

Conceptos clave:
1. Unidad, número, igualdad, proporción y orden. Esta es considerada la noción base del arte pero también de
la realidad. El número es fundamental tanto para el ser como para la belleza. Del orden dado por el número
emerge un 2º nivel de unidad, esta emerge de totalidades heterogéneas, armonizadas. La conveniencia,
orden y unidad son los que deciden sobre la belleza. San Agustín tradujo estos términos clásicos en otros
tres conceptos: moderación, forma y orden. Tres cualidades que deciden sobre el valor de las cosas. Las
cosas son buenas si poseen estos tres atributos. Si no, no poseen ningún bien. San Agustín une el bien a la
belleza. Estos conceptos son de inspiración clásica y también bíblica. Se hacía una interpretación
matemática. El cristiano, no podía prescindir de la belleza interna.
La belleza del mundo para San Agustín era una realidad y no una ficción o un ideal. Lo explica indicando que en el
mundo reina la medida, la proporción y el ritmo. Pero su optimismo estético sobre la idea de que el mundo es
hermoso se basa en la misma idea de los padres griegos: el mundo es creación de Dios y por tanto no puede ser sino
bello.

2. Una cosa es el todo y otra lo que es conveniente, en cuanto se adapta convenientemente a otro. A la belleza
del mundo contribuyen tanto la belleza de los cuerpos como la de las almas, tanto la sensible como la
inteligible. Para San Agustín el ideal de lo bello deja de ser puramente físico. Si para los griegos se
encarnaba en un héroe desnudo, en San Agustín, en cambio, estaba en Cristo y los santos.
Por encima de la belleza del mundo está, en consecuencia, la belleza de Dios que es “la belleza misma”. No
encontramos en ella los encantos fugaces del mundo que tanto complacen a los sentidos; es la suya una belleza
completamente “asensible” que, por tanto, no puede ser representada.
San Agustín no era partidario de las imágenes religiosas. Ya un primer anuncio de la iconoclastia. La belleza divina
no la percibimos a través de los sentidos sino del alma. Para verla no hacen falta los ojos sino sólo la verdad y la
virtud. Sólo las almas puras y los santos son capaces de advertirla de verdad.
Por ello, la belleza sensible pierde en gran medida su valor directo y adquiere un valor indirecto, religioso. Deja de ser
objetivo para convertirse en un medio. La belleza sensible, la única que conocemos directamente y que se convierte
en punto de partida para toda reflexión sobre lo bello, queda reducida a un valor de símbolo. El sol será admirable no
tanto por su luz como por ser símbolo de la luz divina (es también la belleza entendida como referencia a un todo).

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Su concepto de arte:
Es el primero en acercar los términos de arte y belleza. No obstante, no rompió del todo con la concepción mimética
de las artes y afirmaba, como los antiguos, que las artes imitan la naturaleza.
San Agustín concebía el arte muy ampliamente, abarcando toda actividad hábil o industriosa, incluyendo la artesanía.
Pero, la influencia de los largos siglos de helenismo le llevó a distinguir ya claramente las actividades artesanales del
arte de lo bello. La evolución de la estética antigua estaba encaminada a separar de entre las artes la pintura y la
escultura como artes imitativas o ilusorias, no como bellas artes.
Para San Agustín la meta de toda actividad, incluido el arte, era el mismo Dios y por tanto, la imitación y la ilusión no

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podían constituir dicho objetivo. Si su fin u objetivo no puede ser imitar o crear ilusiones, lo será dar a las formas
medida y armonía. Conserva la teoría mimética pero vinculándola con la convicción de que el arte busca la belleza.
Así, la antigua teoría se transforma, de modo que el arte pasa de ser expresión de posturas naturalistas a expresar,
por el contrario, las idealistas. San Agustín parte del supuesto de que cada cosa contiene la belleza, en cada cosa se
encuentran vestigios de lo bello. Si el arte imita las cosas no lo hace plenamente sino que descubre e intensifica
dichos vestigios.

La falsedad del arte. Si, por lo dicho, el arte en tanto que es capacidad (espiritual) apta para crear, resulta superior a
su producto (material). San Agustín plantea el problema de la falsedad en el arte que había inquietado tanto a los
antiguos con distinto planteamiento: ¿Contiene una obra de arte falsedad? Si la contiene, ¿Podemos admitirla?
Afirma que, efectivamente, las obras de arte son en parte falsas, pero esa falsedad es indispensable y sin ella no
serían auténticas obras de arte (caballo representado no puede ser el caballo verdadero).

Su concepto de estética: su pensamiento inaugura una etapa nueva de la estética. La doctrina de San Agustín se
compone de diversas corrientes: por un lado, es una estética medieval, por otro es todavía una estética antigua. Por
una lado es una estética religiosa, trascendente, geocéntrica, “supraterrenal”, por otro, es una teoría que ve con
perspicacia y claridad las cosas naturales, la complejidad del arte, la inseguridad de la postura estética del hombre y
lo entrelazadas que están belleza y fealdad.

3. Siglo IX: RENACIMIENTO CAROLINGIO.

Estética bizantina y el problema de las imágenes.


La estética bizantina es la continuación de la estética de los padres griegos.
- Iniciaron el arte realista.
- Nace la convicción de que la veneración y la representación plástica de Dios es una idolatría y herejía.
- Carácter doctrinal. Tuvo como consecuencia la destrucción de casi todo el acervo artístico de Bizancio.
- Antagonismo entre dos doctrinas teológicas y los conceptos del arte de cada una. También lo fue el contraste
entre la cultura plástica de los griegos y la abstracta de oriente.
- La querella se desarrolló en dos fases
- El materialismo místico

Actitud de los bizantinos hacia el arte: estos se apoyan en la idea de la superación de aquel dualismo, realizada
mediante la Encarnación de Jesús. Tienen claro que no se puede representar lo divino. Se resume en 3 tesis:
- Existen dos mundos: el terreno y el divino. Los dos mundos están separados por una jerarquía de entes.
- El mundo material no puede ser malo del todo, ya que Dios descendió y vivió en él.
- El hombre pertenece al mundo superior.

Surgen los conocidos iconolatras o iconoclastas: estos aspiraban a purificar el culto y evitar la idolatría y la
profanación de la religión. Estaban en contra de las representaciones plásticas de Dios y luchaban contra el culto y la
veneración de imágenes.
En las iglesias bizantinas convergían todas las artes. Todas estas lograban proporcionar el placer estético y así
mismo podía elevar las almas hacia Dios. Dos ejemplos: Juan Damasceno y Teodoro Estudita.
- Para Juan Damasceno, la pintura bizantina presuponía que al contemplar una imagen se contempla al mismo
Dios. Lo que era suficiente para justificar el culto a las imágenes.
- Para Teodoro Estudita, la imagen de Cristo no sólo se parece sino que en el fondo es idéntica a Él.
Defendían que el hombre es imagen de Dios
El concepto de arte era trasladar al hombre del mundo material hasta el divino, entonces permitía representar a Dios
corporalmente
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La doctrina iconólatra:
- Los bizantinos se consideraban griegos; conservaron sus tradiciones, sus formas artísticas y sus conceptos
del arte.
- Su gusto por las formas abstractas provenía de Oriente (Boato, piedras preciosas, ornamentos y colores
intensos).
- Bizancio se convirtió en una gran potencia durante siglos. Al ser todo de dimensiones monumentales, logró
superar el arte antiguo.

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- El deseo de mantener la fuerza, la grandeza y la cultura, contribuyó a su perseverancia.
- La vida intelectual y artística del país quedaba bajo el control del emperador y de sus funcionarios.
- La estética bizantina encontró su expresión más pura en la pintura que servía a Dios y además lo
representaba junto con sus santos.
- Se justificaba teológicamente que la figura del ser humano era en la que Dios se había encarnado.
- El verdadero objeto no era representar los cuerpos, sino las almas.
- Mundo temporal y mundo eterno (ideología dualista).
- Pretendía provocar una larga y concentrada contemplación.

4. Siglo XIII: BAJA EDAD MEDIA. SANTO TOMÁS DE AQUINO

Santo Tomás (†1274), fue el referente de varias escuelas de pensamiento, por haber sido una de las grandes
personalidades de la filosofía y la teología, posee también un sobresaliente interés desde el punto de vista de las
artes. Santo Tomás escribe en pleno momento de florecimiento de las ciudades, cuando se asientan los fundamentos
de la cultura moderna, con la renovación de los conocimientos científicos, literarios y filosóficos que imparten las
universidades, cada vez más pujantes y con criterios más amplios.

- La estética en los escritos tomistas.


La belleza, junto a la captación de quien contempla las obras artísticas, han sido dos puntos importantes en el
proceso creativo. Santo Tomás considera bellas aquellas cosas cuya percepción, en su misma contemplación,
complace. Lo que está en relación con la vista, como sentido más perfecto que sustituye al lenguaje del resto de los
sentidos. Concretando su visión estética nos presenta tres principios:
- El primero la perfección, porque no puede ser bello aquello que tiene deficiencias. Lo que está deteriorado, o
incompleto, es de por sí feo.
- El segundo en base a la proporción adecuada, orden y mesura. Trata de la debida armonía y relación entre
las partes del objeto mismo, pero sobre todo, en torno a la conexión entre la obra y quien la percibe.
- Por último, se refiere a la luz-nitidez, este será sustituido más tarde por lo relacionado con el lujo y la
ostentación.

Todas esas ideas, encajaban perfectamente en las manifestaciones del arte de la Baja Edad Media, cuando se
repiten insistentemente los conceptos de "bien y belleza", y "estética de la luz" como reflejo divino y signo inmaterial.
Su concepto de belleza: Lo bello y el bien son lo mismo porque se fundamentan en lo mismo, la forma.

- Tipos de belleza: Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista, aquello cuya
contemplación agrada. Hay tres tipos de belleza:
1. Belleza inteligible (vinculada con la verdad y bondad moral). En este sentido, la fealdad (que se
definirá como privación de belleza) se identifica con el error, la ignorancia, el vicio o el pecado.
2. Belleza natural, que procede de la naturaleza de las cosas.
3. Belleza artificial, que podemos encontrar en las obras humanas.

- Modos de contemplar las cosas bellas: Al definir la belleza en relación con la contemplación de las cosas,
se puede mencionar tres modos de acercarse a ellas:
1. A través de la sensibilidad (por la vista y el oído).
2. A través de la inteligencia.
3. A través de la conjunción de ambas.
Para que podamos decir de algo que es bello, al conocimiento debe agregarse un factor más: que
este conocimiento produzca un gusto o un agrado.

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- La belleza es subjetiva, con independencia del sujeto:
Aunque la contemplación de lo hermoso conlleve un deleite, la belleza no es el agrado o el deleite, sino aquellas
propiedades que hacen que dicha contemplación resulte agradable. La belleza (como la bondad) no tiene su origen
en el sujeto, sino en el objeto. Las cosas bellas (o buenas) seguirán siéndolo, aunque no hubiera nadie
contemplándolas o apreciándolas.

- Relación entre la belleza y el ser:


La belleza, por tanto, no depende del observador, sino de las cualidades objetivas del ser de cada cosa.
De hecho, por el mero hecho de ser, las cosas gozan ya de alguna perfección y por tanto de algún grado de belleza:
el ser y la belleza son recíprocos, equivalentes. En relación con ello, a mayor perfección del ser de una cosa, mayor
belleza. Los grados del ser (hay cosas que tienen mayor plenitud) son también grados de belleza. Así llegamos al
grado máximo de belleza que para Tomás de Aquino es Dios: Dios, que posee el ser en toda su plenitud, es también
Belleza Suprema.

- Rasgos fundamentales que producen el agrado estético:


1. La armonía o proporción del objeto en sí mismo y en relación con lo que le rodea. Ya desde los tiempos
antiguos, la teoría de la belleza afirmaba que ésta consistía en la proporción de las partes. Ejemplos:
1.1 La arquitectura. La belleza de un pórtico surge del volumen, número y orden de las columnas.
1.2 La música clásica. Las relaciones en este caso son temporales y no espaciales.
2. Integridad o acabamiento del objeto, en relación con las perfecciones formales requeridas por su naturaleza.
3. Claridad (material o espiritual). De tres tipos:
3.1 Entendimiento: Inteligibilidad, verdad, ser.
3.2 Vista: Luz, color, nitidez, limpieza.
3.3 Oído: disposición agradable de los sonidos.

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