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Que es la empresa y su historia:

Etapas y evolución de las empresas

Época artesanal

Época Industrial

Época Pos industrial

Factores de la empresa

QUE ES UNA EMPRESA

Una empresa es una organización de personas y recursos que buscan la consecución de un


beneficio económico con el desarrollo de una actividad en particular. Esta unidad
productiva puede contar con una sola persona y debe buscar el lucro y alcanzar una serie de
objetivos marcados en su formación.

HISTORIA DE LA EMPRESA

La historia de la empresa o empresarial es el estudio de dos categorías de análisis que se


distinguen en cuanto a su metodología y objeto de estudio: la empresa y el empresario. Sin
embargo, ambas categorías guardan una estrecha complementariedad entre sus variables y
factores. Esta disciplina histórica puede fijar su atención en la evolución de la organización
económica o centrar su interés en la investigación de los empresarios, es decir, aquellos
actores sociales responsables de la administración de la unidad económica llamada
empresa.1
La historia de la empresa es una disciplina intermedia entre la historiografía y la ciencia
económica, que recientemente ha pasado a convertirse en disciplina académica. Tiene como
objeto el estudio del desarrollo histórico de la empresa, unidad de producción en el sistema
capitalista o en la economía de mercado.

La empresa privada o la empresa pública, la que coincide con la persona del empresario
individual, la empresa familiar o las distintas formas de asociación de capitales, desde la
societas y compañía medievales a las compañías privilegiadas del mercantilismo, la
sociedad anónima y la gran corporación que surge en el siglo XX son, en su surgimiento y
devenir histórico, estudiadas por la historia de la empresa.

Empresa y empresario: algunas nociones teórico-operativas

Difícilmente se puede hacer una historia de las empresas sin la presencia del empresario, ya
que la estructura, la estrategia y los resultados no se generan espontáneamente sin el
elemento humano; además, una historia empresarial no se puede entender sin la
complejidad del espacio en dónde opera la propiedad y la gerencia de los recursos humanos
o materiales, es decir, sin la empresa.

La empresa juega un papel fundamental en el entramado económico de los productos,


precios, mercados, procedimientos comerciales, industrialización, venta y publicidad. Sin
embargo, su estudio debe de matizarse según su temporalidad y espacialidad, pues, aunque
haya dinamizado de manera deslumbrante desde finales del siglo XIX, sus nociones y
elementos constitutivos como organización económica tienen lugar a lo largo de la historia.

La naturaleza de la empresa, su crecimiento y su conformación tienen como eje rector y


articulador al empresario, el cual interviene frente al mercado a través de transacciones, y
frente a instituciones sociales con facultades normativas. De acuerdo con Coase, las
transacciones efectuadas por la empresa en un determinado mercado son tratadas de distinta
manera por los gobiernos y sus autoridades reguladoras. En este sentido, la empresa tiende
a crecer conforme el empresario es capaz de organizar un elevado número de transacciones
que se diversifican en cuanto a clase y lugar. 2 Asimismo, otra institución social que ha sido
históricamente clave en el desempeño de la empresa y en la configuración del empresariado
es la familia, la cual es “decisiva para la regulación del sistema de poder y de la autoridad
desarrollada en las empresas”.3

Además de buscar la optimización del capital y la consolidación de la capacidad productiva


y publicitaria, la empresa puede ser capaz de reunir, cotejar y vender información,
proporcionar bienes y rendimientos, e invertir. “Una empresa cosiste en un sistema de
relaciones que se desarrolla cuando la administración de los recursos depende de un
empresario”.4 Este individuo es “el instrumento de supervisión utilizado cuando la
producción conjunta en equipo está presente”5

La empresa es un sistema económico que genera producción, distribución y consumo (a


pequeña o gran escala) por medio de la explotación de posibilidades de venta y de la
satisfacción –indispensable o no− de algún bien, servicio o pedido cuya recepción garantiza
cierta cobertura de un mercado. Su funcionamiento aspira a completar exitosamente el
proceso eficiente y regular que exige la oferta y la demanda (la primera en cuanto a calidad
y precio, y la segunda respecto al cliente), de ahí persiste “la voluntad de agrupar bajo una
única dirección el control del capital y de la gestión; [y] la preocupación constante por la
perfección del artículo mediante una continua mejora de las técnicas”. 6

En una economía de intercambio especializada la empresa puede obtener ahorro mediante


el equilibrio de recursos y costos. Consecuentemente, su capacidad de inversión puede
crecer e incidir en otros sectores y ámbitos, algunos relacionados total o parcialmente con
el principal sector de la empresa, mientras que otros no. Esta transición implica para la
empresa mayor grado de competencia con otras similares o de mayor envergadura, incluso
sometiéndola a un ambiente de confrontación por medio del espionaje corporativo, la
originalidad industrial y comercial (registro de patentes y marcas), estrategias publicitarias,
innovación constante, optimización de los recursos, etc. Según Coase, la empresa tiende a
crecer cuando análogamente disminuyen las probabilidades de error, incrementan las
transacciones organizadas y se desacelera el precio de oferta de los factores productivos de
las unidades más grandes7

Breve recuento histórico de la empresa

El antecedente más tangible de la empresa se relaciona con: la organización comercial y


fabril de la Edad Media (Societas y Compagnias), los cambios de pensamiento e
innovaciones instrumentales (científicas y tecnológicas) y la complejidad productiva que
despuntó con la Revolución Industrial.8

Entre los siglos XVI y XVIII fueron representativas las compañías privilegiadas también
denominadas sociedades mercantiles con cédula real, las cuales recibían el patrocinio
público del Estado y privado de los mercaderes o accionistas para explotar
monopólicamente los territorios del nuevo mundo o un mercado específico. Este tipo de
empresas asumían una responsabilidad limitada y un riesgo de inversión, especialmente
ante la pérdida del cargamento. La Compañía Holandesa de Indias Orientales y la
Compañía Británica del Mar del Sur son un claro ejemplo de estas organizaciones
económicas.9

Hacia la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX tuvo lugar la Revolución
Industrial, una de las primeras fases de transformación del ritmo de producción, primero en
Inglaterra y Escocia, y posteriormente en Europa central y Estados Unidos. Durante este
periodo adquirieron mayor relevancia las compañías comerciales, industriales y de
transportes, y poco a poco las sociedades anónimas constituidas legalmente bajo registro

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