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1 La empresa como realidad

económica

Al ser la empresa el objeto material de investigación de la Economía de


la Empresa, el contenido de este primer capítulo es tema obligado para un
estudio lógico de nuestra materia. El enfoque conceptual que ofrecemos no
podía quedar huérfano de un análisis evolutivo de la realidad que configura
la empresa, como explicación histórica de las coordenadas que en el tiempo
y en el espacio han diseñado nuestro objeto (es decir, la empresa) tal y como
hoy se muestra.
Podemos, de otra parte, considerar que la empresa se asemeja en su evolución
a los seres vivos: nace. crece y muere o se transforma. Teniendo que cumplir
con los mismos requisitos y exigencias de aquéllos dentro de su ecosistema o
medio ambiente en el que se desenvuelve. Esta actuación de la empresa se realiza
en el seno de un conjunto económico en el que se interrelaciona y comunica
con las acciones de otras unidades económicas; el nexo que define esta interdepen-
dencia viene configurado por el citado medio ambiente o mundo exterior, es
decir, el sistema social o marco institucional donde la entidad adquiere sus medios
para realizar actividades que cumplan con sus objetivos. Este ambiente es yuxta-
posición de diferentes ((estructuras de encuadre)): marco socio-cultural, marco
económico y marco político-legal. Sin su conocimiento. el concepto de la empresa
como realidad económica quedaría vacío de contenido.
La empresa, en opinión unánime de los tratadistas, nace con el mercado
y, precisamente por ello, se desarrolla de la mano del capitalismo. No ha de
resultar extraño, por tanto, que durante bastante tiempo, los estudios económi-
cos sobre la empresa no hayan sido otra cosa que un paso más en el estudio
de los mercados, ya que era en ellos donde encontraba su origen y su ,

fuerza motivadora. La preocupación por la empresa en sí, esto es, considerada


como principal objeto o motivo de investigación, queda postpuesta hasta épocas
más cercanas a nuestros días.
Los estudios clásicos, conocidos bajo el nombre de ((Teoría de la Empresa))
(Theory of the Firm), plantean un modelo perfecto y utópico de comportamiento
económico, en el que la empresa es un mecanismo más del mismo, sin entrar
en una explicación profunda y lógica de la estructura y de la conducta de la
misma, de por si mucho más compleja de lo que previó la citada teoría, y máxime en
el momento actual.
22 / Economía de la Empresa

De otra parte, si la empresa se desarrolla con el capitalismo, tal y como


hemos señalado, parece lógico que dediquemos nuestra atención, dentro de las
limitaciones del presente trabajo y de nuestros conocimientos históricos, a señalar
los aspectos más interesantes y las ideas básicas en torno a los orígenes y desarrollo
del capitalismo. En este sentido, parece obligado referirnos a la aportación de
Marx, así como a las de Weber, Sombart, Hamilton, Keynes y Vilar, entre otras.
Nuestro intento es únicamente recoger como apéndice aquellas ideas que permitan
al lector vislumbrar el cuadro conceptual en que ubicar posteriores conocimientos.

1.1. La empresa como realidad: orientaciones conceptuales


La empresa, al ser una realidad socio-económica, es estudiada por varias ramas
del.conocimiento (Economía, Derecho, Sociología ,...) pudiendo diferenciar su con-
ceptuación según el marco de referencia. El avance producido en el conoci-
miento de la empresa no ha sido ajeno a los ocasionados en las distintas
materias que analizan dicha realidad ni a la influencia mutua entre ellas. De
ahí la necesidad, para lograr un progreso eficaz del conocimiento científico en
torno a la empresa, de un enfoque interdisciplinario para su estudio. Este enfoque
puede ser efectuado a la luz de la denominada Teoría General de Sistemas.
Si aceptamos que un sistema es «un conjunto de elementos ordenados según
las normas de cierta estructura y relacionados para el cumplimiento de ciertos
objetivos, en base a determinadas funciones características y cuyo logro se puede
conocer a través del análisis de la sucesión de estados en que se puede estudiar
',
el sistema)) resulta relativamente fácil concebir la empresa como un sistema.
Efectivamente, la empresa está compuesta por «un conjunto de elementos o
factores humanos, técnicos y financieros, localizados en una o varias unidades
físico-espaciales o centros de gestión y combinados y ordenados segun determinados
tipos de estructura organizativa. Dicha combinación se efectúa en base a
ciertos planes a corto, medio y largo plazo, con el ánimo de alcanzar determinados
objetivos que vendrán a definir la conducta empresarial. Para' llevar a cabo
dicho plan será necesario desarrollar funciones especificas y concretas de carácter
financiero. comercial, productivo, etc., que generan determinadas situaciones o
estados según el comportamiento del sistema)).
En Economía se estudia el problema de la asignación de recursos. En el párrafo
anterior subyace claramente el problema de la asignación a que se enfrenta la empre-
sa. Es decir, la empresa bajo una perspectiva económica combina distintos factores,
en unas cantidades determinadas, para la producción de bienes y servicios con el ánimo
de alcatzzar unos obje~ivosdefinidos. En este orden de ideas, a la empresa se la viene
calificando como la unidad económica de producción básica.
Así, los sistemas de economía occidental o capitalista y los modelos menos
centralizados de las economías socialistas apoyan fundamentalmente su actividad
económica en la figura de la empresa, siendo ésta la fuerza directiva, el motor
' E. B U E N O CAMPOS, El grupo de .rociedudes como unidad económica, « Revista de Derecho Financiero
y de Hacienda Pública)), julio-agosto 1975. piig. 721.
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que los anima, quien elabora gran parte de las líneas maestras de los fenómenos
de producción y distribución.
Ahora bien, ante esta realidad circundante es lógico preguntarse: ¿Cuál es
la verdadera causa de su aparición? Intentaremos mostrar someramente las bases
para su respuesta, siendo éstas las que ofrecen los dos criterios que a continuación
comentamos. Criterios que han inspirado la filosofía capitalista tradicional.
El primero ' se sustenta en el razonamiento siguiente: ((el mecanismo del
mercado, su conocimiento en cuanto a funcionamiento, relaciones cantidad-precio,
etcétera, presenta un conjunto de dificultades al individuo que intenta comprender-
lo y aprehender sus características; en suma, le ocasiona una serie de costes sociales
y económicos)).Para aminorar tales efectos es necesario la creación de una entidad
organizada, al frente de la que figurara una «cabeza» que dirigirá su actividad
a través de la mejor disposición de sus recursos hacia determinados fines, esto
es, ahorrando.esos costes de mercado. Entidad que es la empresa y ((cabeza))
que es el empresario.
De esta forma, la cmpresa ofrecerá un servicio de acercamiento al individuo,
por el que pedirá una remuneración. Es típico el ejemplo del individuo-ahorrador
y potencial inversionista que acude a las empresas especializadas a este respecto,
ya que la orientación y seguridad de una renta, aunque pequeña, le puede compensar
del riesgo que implicaría el actuar por su cuenta.
Según esta tesis, la empresa es el ((sistema de relaciones u organización que
surge cuando la dirección de los recursos depende de un empresario 3 ; entidad
que tiene presencia ante la existencia de unos costes de mercado)).
El otro criterio considera que es la incertidumbre la característica fundamental
para defender la idea del origen de la empresa '. El empresario se arriesga contratan-
do los factores a unas rentas (precios) fijas, para verse retribuido al final del
proceso económico con la renta residual o beneficio que persigue. La incertidumbre
motiva una selección y una especialización de funciones; el resultado de este
fenómeno de especialización es la aparición de la empresa. Bajo esta estructura
económica, una clase social especial, los hombres de negocios, dirigen la actividad
económica con las características de responsabilidad y control del proceso, y
bajo el signo de la existencia de riesgo y la obtención de beneficio a ambos
lados de la incertidumbre.

R . H . COASE.La naturaleza de la Empresa, en G . J . STIGLER y K. E. BOULDING, Ensayos


sobre Teoría de los Precios, Aguilar, Madrid, 1963, págs. 303-321.
.' Como luego veremos, el concepto de empresario no ha de identificarse con una única persona
fisica.
'' F. H. K NIGHT , Riesgo, incertidumbre y beneficio, Aguilar, Madrid, 1974. págs. 236259. Esta
posición respecto al hombre de negocios ((cabeza))de la ((empresade negocios)) nace con el advenimiento
del capitalismo industrial, a partir de la importante e histórica Teoría de la Empresa de negocio.^
de Th. VEBLEN (Eudeba, Buenos Aires, 1965). que fue publicada por primera vez en 1904, en
la que el autor declara que «el objetivo de los negocios es el beneficio pecuniario; su método
consiste esencialmente en la compra y la venta. Su objetivo y su resultado son la acumulación
de riqueza) (pág. 22).
24 / Economía de la Empresa

1.2. La empresa capitalista: evolución como órgano


del sistema económico
El estudio moderno de la evolución económica de Occidente distingue cuatro
modelos de organización económica: feudalismo, capitalismo mercantilista o
comercial, capitalismo industrial y capitalismo financiero o contemporáneo. Los
dos primeros son sujeto de breve análisis en el apéndice al capítulo y en el que se
perfilan la naturaleza y estructura de las empresas de entonces.
En este epígrafe veremos la evolución de la empresa capitalista a partir de la
época de su gran desarrollo, momento que coincide con el surgimiento del capitalismo
industrial y que representa el inicio de la estructura típica y del definitivo
comportamiento de la empresa moderna.

1.2.1. La empresa en el capitalismo industrial

El gran desarrollo de la empresa se produce con el surgimiento del denominado


capitalismo industrial. La aparición de la máquina con la primera Revolución
Industrial en la Inglaterra del XVIII desencadenó una serie de adaptaciones y
reestructuraciones en las empresas, las cuales tuvieron que buscar una nueva
dimensión, un tamaño superior más acorde con las exigencias de las nuevas
tecnologías, propias del inicio de grandes producciones o en gran escala.
Este capitalismo industrial se puede estudiar en tres períodos. El primero se
inicia con la citada Revolución Industrial o etapa de la industria de fábrica.
En la misma, las mayores empresas y que asumen con mayor rapidez el progreso
técnico, son las de la industria textil. Ellas emplearon máquinas en gran escala,
por lo que necesitaron grandes capitales. Siguieron a éstas las empresas de la
industria pesada, muy impulsadas por el ferrocarril; también, en consecuencia,
se fundaron los grandes bancos que permitieron financiar aquellas industrias.
Ya en esa época la reglamentación jurídica de la sociedad anónima se perfecciona
y su difusión es total, sustituyendo las antiguas fórmulas societarias de tipo
personalista puro y mixto (colectivas y comanditarias).
Todo lo anterior va configurando el concepto moderno de empresa, ya que
abandona el modelo de unidad comercial para ser concebida como unidad de
producción. Se termina la etapa del protagonismo de la gran empresa comercial
para entrar en la de la gran empresa industrial.
El segundo período se caracteriza por la aparición de nuevos factores influyentes
en la concepción de la empresa. Nos referimos a la intensificación del proceso
productivo, a la aparición de técnicas de administración y organización industrial
propias de la nueva producción .en cadena y en serie y al surgimiento de los
grandes monopolios europeos y norteamericanos. Con todo ello, comienzan a
aparecer las grandes empresas industriales con concentración de elevadas sumas
de capital y grandes necesidades de maquinaria, instalaciones, materias primas
y mano de obra. Las industrias importantes del momento son las del acero y
el hierro, las del algodón y las del carbón, así como se inician las del automóvil
y el petróleo. Este período es destacable, entre otras razones de interés económico.
La empresa como realidad económica / 25

por el gran incremento'del comercio mundial y por el proceso de industrialización


de las colonias de las grandes potencias. Etapa, por tanto, que pudiéramos llamar
del « neocapitalismo comercial)).
Tras este período la empresa industrial llega a su madurez y se prepara
para el último período en el que cobra una nueva dimensión, por lo que hay
que estudiarla con otras ópticas, surge un nuevo modelo. Son los instantes de
la crisis de las estructuras clásicas de organización de tipo funcional y Iíneo-funcio-
nal de tanto éxito en las empresas hasta principios del xx. Surgen, en cambio,
las estructuras de organización multidivisional y descentralizada, propias de la
gran empresa diversificada y con estrategias monopolísticas, creando sus propios
segmentos de mercado y con coaliciones más o menos explícitas con las otras
grandes firmas competidoras *. Nuevas estructuras que maduran tras la Primera
Guerra Mundial y que comienzan a implantar las empresas líderes de la economía
de la época, como, por ejemplo, Du Pont de Nemours, General Motors en
1920; Standard Oil de New Jersey en 1925 y Sears Roebuck en 1929 .' Estos
son momentos que algunos autores han calificado de Segunda Revolución Indus-
trial, dada la aparición del motor de combustión, el desarrollo de la electricidad
y el nacimiento de la electrónica.

1.2.2. La empresa en el capitalismo financiero


El tercer período, muy cercano a nuestros días, se caracteriza por el triunfo
del monopolio y la. aparición del llamado «capitalismo financiero)), según la
feliz expresión de R. Hilferding '. Ya con anterioridad a 1900 aparecieron los
primeros monopolios, por ejemplo, en Estados Unidos surge el monopolio de
las ~AceríasUnidas)) (Union Steele) de los Carnegie y el del petróleo de los
Rockefeller; en Alemania -país con más monopolios de la época- el de la
industria carbonífera de los Kirdorf, el del acero de los Krupp y los de la
industria eléctrica de AEG y Siemens.
Todo proceso monopolizador exige grandes dimensiones en las empresas, por
lo que éstas requieren gran cantidad de recursos financieros. Por estas y otras
causas, las entidades financieras, especialmente los bancos, desean vigilar muy
de cerca el desarrollo de estas industrias y de otros negocios florecientes y dinámi-
cos, de ahí que las empresas que integran éstos comienzan a ser dominadas
por dichos bancos, a través de la adquisición de acciones y concesión de préstamos.
A la vez que a los propios capitalistas industriales les interesa cada vez más
estar representados en tales entidades financieras, para así poder controlar los
recursos que necesitan sus empresas y los que requieran otras entidades que
puedan disminuir su grado de monopolio en el mercado. Acaba de nacer el
grupo financiero que culmina el fenómeno de la gran concentración de capital,

Ofrece gran interés el importante trabajo de P. A. B ARAN y P. M. S WEEZY , El capital monopolisra,


Editorial Siglo XXI, México, 1968.
E. Vid. A. D. C HANDLER Jr., Srrareyy and Srrucrure. Chaprers in rhe Hisrory of the lndusrrial
Enterprise. The MIT Press. 1962.
R . H ILFERDING . Elcapita(/inanciero. Tecnos. Madrid. 1973.
26 / Economía de la Empresa

siendo su última consecuencia la ampliación de los mercados en los que se


opera, yéndose hacia otros países, invirtiendo en otros lugares y esociándose
J
con diversas empresas. Movimiento que se conoce como de internacionalización
de la empresa o del florecimiento y consolidación de la empresa multinacional.
Es también la etapa del llamado ((reto de los administradores)) o directivos,
de la aparición de la tecno-estructura -segun la definición de Galbraithn-
que dirige los negocios como poder ejecutivo del sistema. Cuestión que abordaremos
en el capítulo R.
Estas diferencias entre la empresa como realidad en el capitalismo industrial
y en el capitalismo financiero, han sido claramente expuestas por 0. E. Williamson
y por R. Marris". Ellos distinguen entre dos tipos o modelos de empresas según
su estructura interna o forma de organización: U-F o empresa de forma unitaria,
y M-F o empresa de forma multidivisional. La primera se apoya en una organiza-
ción más o menos compacta y compleja, pero, en base a una estructura funcional,
típica para una empresa mediana o relativamente grande. Por tanto, podremos
encontrar dos variedades: U-F simple (U-Fs) o dotada de una organización
«poco conexa))y U-F compleja o con una organización bastante conexa » (U-Fc) l O.
La segunda forma, M-F, es la típica de la gran empresa de nuestros días. Así,
Marris la considera como una federación de ((cuasi-firmas)) o «cuasi-empresas))
(representativas de las divisiones operativas). Esta estructura se organiza por
divisiones más o menos descentralizadas y apoyadas externamente por asesorías
especializadas, dedicadas a la investigación y al desarrollo de nuevos productos,
nueva tecnología y nuevos mercados para la unidad financiera (gran empresa).
Finalmente, para resumir estas ideas previas y como introducción al capítulo
dedicado al concepto de empresa, ofrecemos el esquema de la pcigina siguiente (fi-
gura 1.1).
Estos modelos teóricos de empresa serán estudiados más adelante, analizándose
las estructuras que hemos reseñado anteriormente. Conviene precisar que estas
etapas no deben considerarse compartimientos estancos, sino más bien divisiones
conceptuales a efectos de facilitar el estudio de una realidad en evolución continua.
Ahora solo cabe recordar las definiciones dadas a la empresa, segun la etapa
del modelo de organización económica: unidad técnica, unidad iécnico-económica,
unidad económica de producción y unidad ,financiera y de decisión.

1.3. Funciones de la empresa en la econ0mía.de mercado


En la introducción al capítulo apuntamos la idea, generalmente aceptada, de
que el estudio de la empresa es una consecuencia del estudio del mercado,
siendo éste institución principal del sistema capitalista. Ello motiva que a esta
J. ti. GALBRAITH.El nuevo estado industrial. riel. Barcelona. 1969.
R . MARRIS,The Modern Corporarion and Economic Theory, en R. M A R R ~yS A. WOOD(Eds.).
The Corporaie Economy: Gro~r.ih,Contpeiiiion and Inttovaiive Power, págs. 270-317, The Mac Millan
Press. págs. 270-3 17.
- O. E. WILLIAMSON, Managerial Discreiion, Organizarion Form and ihe Mulii-division Hyporhe.~is,
en ibídem. págs. 343-385.
' O Por el término organización conf.\-a, se entiende el grado de conexión y el numero de relaciones
relativamente elevado entre los distintos elementos que configuran la estructura de la empresa.
La empresa como realidad económica / 27

Naturaleza del modelo de Modelo de organización


Estructura de la empresa
empresa económica

-Empresa primitiva Unidad simple, familiar. je- Feudalismo


(Unidad técnica) rárquica.

-Empresa comercial Unidad simple, organizada,


(Unidad técnico-economi- familiar o no, jerárquica Capitalismo mercantilista
ca). (U-Fs?

Unidad compleja, organiza-


-Empresa industrial
da, societaria, funcional y
(Unidad económica de multiplanta. Capitalismo industrial
producción).
(U-Fc)

Unidad compleja, organiza-


-Empresa financiera da, societaria, multidivisio-
(Unidad financiera, uni- nal y descentralizada, multi- Capitalismo financiero
dad de decisión). planta y multinacional.
(M-F)
Figura 1.1

forma de organización económica o modo de producción se le denomine, en


ocasiones, economía de mercado.
Existe una dicotomía popular entre mercado o plan, propiedad privada o
propiedad colectiva, que ve a ambos como alternativos y excluyentes, lo cual
es erróneo, pues toda economia es dualista, es decir, coexisten dos sectores: el
privado y el público. Ni el mercado, ni el sector privado pueden abastecer por
si sólos el consumo de toda la sociedad. Ello hace que en la realidad no
aparezcan formas puras de capitalismo y de comunismo, como sistemas basados,
respectivamente, en el mercado y en el plan. La economía de mercado se define
por la notable importancia que el sector capitalista tiene en toda economía dualista
de tipo occidental.
Igual reflexión cabe hacer con el concepto de propiedad privada como Único
fundamento para definir el sistema de empresa libre o privada. Las opiniones
de Marx y Landes, recogidas en el apéndice, dan buena muestra de ello.
De lo anterior se deduce Que en una economia capitalista pueden coexistir
mercado y plan, en el sentido de determinado intervencionismo del Estado a través
del sector público; como empresa privada y empresa pública, versiones de distintas
formas de propiedad y de organización de la producción en una economía de
mercado.
De todas maneras, siguiendo en estas ideas a Heimann l 1 se pueden definir
como instituciones del sistema capitalista o de la economia de mercado, las
siguientes :

" E. H E I M A N N , Teoría social de los Sistemas Económicos, Tecnos, Madrid, 1968, págs. 97-153.
28 / Economía de la Empresa

l. Propiedad privada y organización económica de la misma a través de la


sociedad anónima, como forma jurídica fundamental de la empresa ca-
pitalista.
2. El mercado como mecanismo de canalización de las decisiones y de actuación
de las unidades de producción (empresas) -representantes de la propiedad
privada- junto a las unidades de consumo.
3. Competencia y monopolio. Conceptos que representan el origen filosófico
o el punto de partida del sistema de economía de mercado, así como la
consecuencia real o el punto de término de la evolución capitalista, dado
el proceso de acumulación y de concentración económica.
4. Beneficio priuudo o medida contable de la plusvalía o del excedente logrado
por el sistema capitalista, el cual origina el proceso de acumulación.
El problema de la producción en una economía de mercado, de qué mercancías
y cuánto de cada una. y cómo producirlas. se decide en base al cálculo de los
ingresos esperados y de los costes necesarios que realiza la empresa, así como el
problema de la distribución, de puru qui611 y qu6 producimos, se decide por el
mecanismo del mercado, en donde acceden las unidades de consumo o deman-
dantes y las unidades de producción o empresas (oferentes).
Para aclarar lo anteriormente dicho vamos a considerar las funciones que
realiza dentro del sistema capitalista, partiendo de la hipótesis tradicional de
que el fin de la empresa es la búsqueda del máximo beneficio posible bajo
ciertas condiciones1 2. Funciones que permitirán llegar a dicho fin mediante la
actividad que las mismas desarrollan.
La actuación de la empresa se realiza dentro de un conjunto económico
en el que se interrelaciona con las acciones de otras unidades de igual carácter;
el nexo que define esta interdependencia viene determinado por el mundo exterior,
es decir, la presencia del marco institucional o medio ambiente donde la empresa
adquiere sus diversos medios de acción para conseguir sus fines.
De ese mundo exterior requiere un conjunto de recursos o inputs, aptos
para sus planes económicos y que darán lugar a unos productos u outputs,
que para ciertas unidades económicas serán, respectivamente, los inputs, mientras
que para otras serán bienes o servicios de consumo inmediato.
Para mayor comprensión de estas corrientes input-output nos ayudaremos
de la figura 1.2, expresiva de las funciones básicas que se arroga la empresa
capitalista.
En dicha figura, la línea continua expresa corrientes de valores en términos reales,
mientras que la discontinua indica corrientes en términos monetarios o de medios
financieros.

l 2 Hipótesis que da lugar a una importante y larga controversia en torno a sus grados de falsación
por las pruebas empíricas obtenidas a partir de los años 30 de nuestro siglo, lo que ha llevado
a adoptar una hipótesis general, que es la de la supervivencia y la del crecimiento de la célula
dentro del organismo socio-económico total. Cuestiones que trataremos en el tema dedicado a los
objetivos de la empresa.
La empresa como realidad económica / 29

Mercado de
factores
A

(proceso productivo) consumo exterior

I
Mercado
- de productos

Figura 1.2

La corriente 1 representa el suministro de valores de toda clase, necesarios


para el proceso de producción de la empresa, incluidas las inversiones financiadas
por el ((mercado de capitales)), mercado que ha sido también incluido en el
de ((factores)).Como contraprestación -corriente 2- , la empresa remunerará
a los factores de la producción individualmente por agentes o elementos que
hayan intervenido, creando la renta monetaria o suma de rentas individuales
(salarios, sueldos, intereses, alquileres, dividendos, etc.) y, por tanto, anticipando
a aquéllos su participación en el ((producto nacional)) a obtener en el periodo
económico.
La corriente 3 representa la producción creada por la empresa, que dará
salida en sus mercados de venta, a cambio de la cual obtendrá unos medios
financieros -corriente 4- que le compensará de los capitales comprometidos
en 2, más un excedente que constituirá la compensación por la organización
y dirección del proceso productivo y por el riesgo técnico-económico asumido
por ella; en otras palabras, representa su beneficio.
La corriente 5 expresa la satisfacción que la adquisición de los bienes y
servicios de la empresa produce al consumidor. Mientras que la 6 muestra la
capacidad económica-financiera de aquél, a través de la prestación de sus servicios,
sus propiedades o la parte que haya ahorrado de las rentas obtenidas, después
de satisfacer sus necesidades, y que quiera dedicar a la inversión.
Por todo lo apuntado, se viene considerando que la empresa en el sistema de
economía de mercado cumple con tres funciones generales, a saber:

a) Anticipa o descuenta el ((producto nacional» obtenido en cierto periodo,


creando las rentas monetarias individuales.
b) Organiza y dirige básicamente el proceso de producción, si bien, y cada
vez en mayor medida, se ke marcan o regulan ciertos aspectos y líneas
de actuación de su actividad por los organismos estatales de planificación
y dirección económica.
c) Asume ciertos riesgos técnico-económicos inherentes a las dos anteriores
funciones, riesgos que se matizan por los principios de responsabilidad
y control de la empresa.
30 / Economía de la Empresa

Si bien pueden aceptarse las dos primeras funciones, propias de una economía
de mercado, lo que no quita que puedan también producirse con una planificación
central a nivel estatal y regional, la tercera es la más discutible, ya que el citado
riesgo se ve atenuado, entre otras, por las causas siguientes:
1. El progreso de las técnicas de gestión, permitiendo mejorar la planificación,
programación, presupuestación y control.
2. La posición de privilegio en el mercado nacional o internacional de la
empresa.
3. La dispersión del riesgo a través de aplicar los fondos financieros a explota-
ciones diversificadas.
4. La constitución de empresas plurinacionales o multinacionales, así como
acuerdos y conciertos de actuación con las mismas.
5. La colaboración con el Estado a través del apoyo y proteccionismo económi-
co-financiero.

1.4. Los elementos de la empresa


De lo anteriormente expuesto, puede fácilmente deducirse que la problemática
de la empresa es compleja y supera lo estrictamente económico. La parcela de
estudio que corresponde a la ciencia económica de la empresa se centrará en
el análisis de la realidad económico-social que representa la misma, partiendo
de la investigación que la define como unidad autónoma de producción y como
conjunto ordenado de factores.
En este epígrafe vamos a detenernos brevemente a exponer los elementos
que caracterizan a la empresa a la hora de desarrollar sus actividades, con el
ánimo de que ello quedará suficientemente complementado con lo que se expondrá
en los capítulos que restan a esta primera parte del libro, y así poder abordar
adecuadamente el estudio de la estructura y funcionamiento de la empresa.
Nuestro planteamiento se inspira en la clásica formulación del concepto de
empresa como célula o unidad de producción dentro del sistema económico.
En definitiva, la empresa, para cumplir sus objetivos y desarrollar el conjunto
de sus actividades, ha de disponer de unos medios o factores, elementos que,
en principio, podemos considerar bajo dos grandes grupos: las personas o factores
activos y los bienes económicos o factores pasivos.
Los segundos, al decir, de Blondé, son denominados restrictivos, por ser
factores en sí mismo limitados; por tanto, son condición para otros factores.
Mientras que los primeros escapan a este razonamiento, forman la dinámica
de la empresa, que actuará sobre aquéllos para intentar alargar sus límites y
mejorar sus resultados. Acción que habrá de desarrollarse en un marco específico,
unas estructuras peculiares que les den sentido y operatividad técnico-económica ''.

' 9. La gestión programada, Sagitario, Barcelona, 1965, págs. 15- 16.


BLONDE.
La empresa como realidad económica / 31

Para ello, se precisa de una organización, de unos elementos psicofísicos pre-estable-


cidos e impuestos por quien posee la facultad de dirigir: el empresario.
Bajo una óptica general, la clasificación de los elementos constituyentes de
la estructura de la empresa sería la siguiente:
- El grupo humano o las personas.
- Los bienes económicos.
- La organización.
Dentro del grupo humano podemos señalar la existencia de grupos diferenciados
por sus intereses y relaciones con los grupos restantes, estos son:
- Los propietarios del capital o socios.
- Los administradores o directivos.
- Los trabajadores o empleados.

Evidentemente, entre los dos primeros grupos, y básicamente en el segundo,


surge la figura del empresario tal y como hoy se le concibe, cuestión que será
abordada en un capitulo posterior.
Los bienes económicos se suelen clasificar en inversiones o duraderos y en
corrientes o no duraderos, según su vinculación al ciclo productivo de la explota-
ción, ya que si los mismos no se consumen o transforman en el mismo estaremos
ante el primer caso.
La organización aparece como el conjunto de relaciones de autoridad, de
coordinación y de comunicación que forman la actividad del grupo humano
entre si y con el exterior. Esta estructura organizativa es definida por el empresario,
por lo que a veces se asume por dicho grupo humano a la hora de clasificar los
elementos de la empresa.
. 1
APÉNDICE
Los orígenes de la empresa
1. El nacimiento de un espíritu empresarial

En nuestra exposición no haremos mención detallada de la situación de la


empresa en la Antigüedad, primero por la escasa información disponible y segundo
por su reducida importancia económica, partiendo básicamente del Sistema Feudal
del Medievo, época en la que surgen las primeras bases del espíritu capitalista,
forjador de la ((empresa moderna)). En la Antigüedad se detecta una empresa
de tipo individual y artesanal, con fines no muy definidos y concepciones de
organización algo primarias. Existen unidades económicas que producen para
satisfacer las necesidades mínimas de los individuos o de los grupos humanos;
unidades basadas en la propia organización social del señor de la tribu, de
la familia o de cualquier otra institución social. En consecuencia, podríamos
resumir las características de la empresa y de su actividad económica para la
época citada siguiendo estas líneas:

a) Unidades con organización simple o muy escasa, basada en estructuras


paternalistas y jerarquizadas, propias de las instituciones sociales domi-
nan tes.
b) Localización de las explotaciones de estas unidades según los lugares de
obtención de la materia prima (factorías agrícolas, mineras, metalúrgicas,
etcétera).
c) Utilización de mano de obra en régimen de esclavitud o de dependencia
casi total respecto al señor (terrateniente, noble o clérigo).
6) Desarrollo comercial de la empresa a través de las colonias, cuyas factorías
o unidades técnico-comerciales son controladas por la metrópoli.
e) Convivencia de dos tipos de empresa, una de carácter privado o de propiedad
del señor o del comerciante y otra de carácter público o de propiedad de
la Corona o del Estado de la época, cuyo objetivo es realizar actividades
de construcción, obras públicas, transporte, etc.

Estas características son propias del llamado modo de producción ((antiguo)),


estudiado por Marx l , y encuentran su forma «más pura y acabada)) en el

Sobre los trabajos de K . MARXrespecto a la evolución de las sociedades precapitalistas puede


verse una clara sintesis en M. GODELIER. Esquemas de evolución de las sociedades, M. Castellote.
Madrid. 1974.
La empresa como realidad económica / 33

imperio romano. El modo de producción antiguo da lugar al ((modo esclavista)),


el cual culmina en el ((modo germánico)), una de las bases más firmes del ((modo
feudal)) o de la ((economía feudal)). El modo ((antiguo)) parte del principio de
que la ((primera condición de la apropiación del suelo por el individuo sigue
siendo el hecho de ser miembro de la comunidad)). El suelo se divide en parcelas
privadas y públicas o del Estado, siendo el ciudadano coposeedor de éstas. El
desarrollo del comercio y de la manufactura y las nuevas conquistas hacen surgir
desigualdades sociales, pérdidas de propiedad y la aparición de la esclavitud
como consecuencia de las deudas. Con ello, se crean las condiciones para que
se reemplace este modo de producción por el ((esclavista».
El modo de producción ((germánico)) combina la propiedad común con la
privada. La primera aparece como complemento funcional de la individual. Al
ser la agricultura la base de la economía, las comunidades son asociaciones
de propietarios 'individuales agrarios. Pero, estos campesinos poco a poco se
van convirtiendo en siervos de la nueva nobleza que configuran los jefes germanos
y los galos romanizados. En este sentido, la explotación económica se va aseme-
jando al modo feudal.
Con estos aspectos y notas históricas, queda justificada nuestra postura por
abandonar incursiones investigadoras sobre el objeto o entidad para nuestra ciencia
-la empresa- conceptualmente sin configurar hasta períodos posteriores2.
Es precisamente en la Alta Edad Media cuando se inicia una clase de orga-
nización económica cual es la ((feudal-señorial)) o ((feudalismo)), desarrollada
de la mano de una filosofía que estructura ideológica y funcionalmente la socie-
dad: la doctrina ((tornista)).Condiciones fundamentales que sirvieron de apoyo a
la formación del capitalismo y al nacimiento del espíritu de empresa y, en conse-
cuencia, a la aparición de ésta como unidad económica conceptualmente com-
pleta.
Con la protección del señor feudal se desarrollan centros económicos con
actividad artesanal y de comercio. En todo este contexto tiene singular importancia
la Iglesia de Occidente, la cual aporta una organización a través de sus circunscripcio-
nes eclesiásticas -correspondientes a las civitas (ciudades episcopales, centros dio-
cesanos)- copiadas de las administrativas del Imperio Romano. Es el momen-
to del surgimiento de las cités, los burgos o municipios del medievo, cunas del
nacimiento del nuevo orden económico y del posterior renacimiento comercial
apoyado en las ciudades de la Baja Edad Media, sedes de la burguesía pre-renacen-
tista 3.

,- Para conocer algunos antecedentes económicos del modo de producción feudal, pueden verse
por su claridad estos trabajos:
- G . A. J. HODGETT. Historia social y económica de la Europa Medieval, Alianza. Madrid.
1974.
- J. KUCZINSKI, Breve hisroria de la Economía, M. Castellote, Madrid, 1972.
' En torno al feudalismo y a su época histórica pueden manejarse estos trabajos:
- J. A. SCHUMPETER. Historia del aruilisis económico. Ariel. Barcelona. 1971.
- P. M. S WEEZY. M. DOBB. y otros. La transición del feudalismo al capitalismo, Ciencia Nueva.
Madrid. 1968.
- P. VILAR. y otros. El,/eirdolismo. Ayuso. Madrid. 1973.
34 / Economía de la Empresa

La característica principal de la ((economía feudal)) es la organización de


la producción y del consumo en comunidades de pueblos o estados para procurar
su autosuficiencia. En este sentido Landes opina que la hacienda y la comunidad
aldeana eran dos aspectos de la organización rural. La hacienda era esencialmente
una unidad de producción-propiedad, en la que se combinaba un señorío (que
podía ser una persona o una colectividad), un área demarcada de terreno (no
necesariamente contigua) y un cuerpo de trabajadores (campesinos) con un conjunto
variado de obligaciones (trabajo, servicios. bienes o dinero))) 4. Esta hacienda
tenía como objetivo primordial sostener al señor y a su casa, es decir, procurar
la supervivencia del señorío)).
En los primeros siglos de la Edad Media la empresa que surge del citado
feudalismo, en su primitiva versión, es de tipo artesanal, aparte de la hacienda
o rudimentaria explotación agrícola. Esta unidad económica de producción ofrece
estas características :

o) Empleo de escaso capital financiero, por tanto, existencia de reducidos


activos productivos.

b) Inexistencia de separación entre el trabajo directivo y el manual.

c) El artesano, agricultor y comerciante tratan de satisfacer sus pedidos y


necesidades a un precio normal - e n un principio inexistente como magnitud
monetaria, sólo como mecanismo de permuta-; sin buscar, por ello, una
conducta sistemática y diseñada de máximo beneficio.

6) Mercado local o de tipo urbano.


e) Aparición de cierta disociación entre,el trabajo organizado y la propiedad
de la tierra.

La nueva concepción del sistema socio-económico encuentra su apoyo ideológi-


co en la filosofia de Platón y de Aristóteles, en la versión y con las matizaciones
que ofrecen Alberto Magno y Tomás de Aquino, para ser desarrollada económica-
mente en el siglo x v por Antonio de Florencia y en el X V I por la obra del
jesuita Luis de Molina, además de otros dos jesuitas como Leonardo de Leys
(Lesio) y Juan de Lugo. La doctrina tomista parte del principio del sustento
según la posición social personal; defiende la existencia señorial pero sometida
a una norma, a un principio de economicidad, según el cual se satisfacen las
necesidades tradicionalmente admitidas para su posición. Normalmente, en la
práctica, los señores o los caballeros tenían un presupuesto desequilibrado, ya
que los gastos eran superiores a los ingresos. ((El dinero está para gastarlo, afirma
Santo Tomás, aunque con limitaciones)); por ello, el señor desprecia dicho dinero.

En la obra de D. S. L ANDES, P. VILAR,C. H ILL , y otros, Estudios sobre el nacimiento y


ilo.rtrrr.ollorlcl copilrrli.vn~o,Ayuso. Madrid. 1972. piigs. Y- 10.
La empresa como realidad económica / 35

La masa del pueblo: los campesinos, los artesanos y los comerciantes, parten
del citado principio de subsistencia y de equilibrio en su presupuesto.
Esta racionalización de la vida -según la moral tomista- crea bases importan-
tes para el sistema capitalista. Surgen conceptos tan trascendentes como los
de economicidad, no ociosidad, no lujuria, por tanto, procurar la moderación
relativa. Cuestiones que van delineando el espíritu burgués. Para los escolásticos
el afán de lucro, afirma Sombart 5 , se mueve dentro de ciertos límites. No
debe lesionar los preceptos de la moral en la elección de medios.
Tomás de Aquino distingue entre el préstamo sencillo y la inversión de capital.
Para el primero condena el beneficio y para el segundo lo considera lícito; en
consecuencia, el capitalista ha de participar directamente en los resultados del
negocio.
En esta época, entre el xrr y el xrrr, aparecen las primeras manifestaciones
del capital financiero, surgen los primeros banqueros or~anizados.sustitutivos
de los clásicos cambistas y usureros, en Flandes y en las Repúblicas Italianas
(Florencia, Génova, Venecia, etc.) y Yugoslavas (Ragusa), los cuales crean los
primeros instrumentos de pago: letras, pagarés, etc. Hildebrand define esta era
como la del inicio de la economía monetaria.
A pesar de ello, hasta muy entrado el xrrr las valoraciones y expresiones
cifradas en alguna moneda de uso corriente se habían venido haciendo en forma '
aproximada, los errores en las cuentas de los comerciantes y de los banqueros
importantes son frecuentes. El que dichas cuentas cuadrasen era algo casual
y se logró muy posteriormente. Ejemplos de teneduría de libros desordenada,
con compras, ventas, deudas y reclamaciones mal anotadas, los tenemos en figuras
conocidas como los Tolner, Viko, Von Geldersen, Wittenborg, Ruhland, Pegolotti,
etc. Como otro dato curioso a añadir diremos que en las listas de empadronamiento
de París de 1292 las sumas estaban equivocadas. Todo ello, denota falta de
aptitud para el cálculo, poco celo por la actividad lucrativa y gran porcentaje
de holganza.

2. Las bases del espíritu capitalista

En los comentarios precedentes hemos ido destacando ciertas bases para el


nacimiento del espíritu capitalista, de todas formas en este apartado nuestro
interés se centra en ofrecer un esbozo de ideas sobre los orígenes y primeras
manifestaciones del sistema capitalista. El nacimiento del capitalismo conlleva
el estudio del desarrollo de un fenómeno: el ((espíritu de empresa) y, por tanto,
de la figura del empresario capitalista. Nuestra exposición partirá de los plantea-
mientos de Marx, pasando por Weber y terminando en la sugerente aportación
de Sombart, sin olvidar algunas consideraciones realizadas por Vilar respecto
a la investigación de Hamilton y Keynes. Este planteamiento procura ser objetivo

V. S O MBART . El burgués, Alianza Universidad. págs. 21 y SS.. Madrid, 1972.


36 / Economía de la Empresa

y, más que nada, divulgador de las aportaciones principales dejando para momen-
tos posteriores, por tanto más maduros, las posiciones críticas.
Se puede aceptar, en principio, que el capitalismo es ((un orden económico
dejinido en un contexto histórico especllfico. Por un lado, es un sistema económico
basado. principalmente, en la propiedad y uso privado del capital para la producción
y cambio de bienes y servicios, con el fin de obtener un beneficio... Por otro
lado, el capitalismo es un fenómeno, un orden institucional que se ha desarrollado
en el Occidente, es decir, Europa y sus ramiJicaciones transoceánicas, y que se
ha extendido, en el siglo pasado, al menos a una sociedad no occidental: el Japón»6.
Para entender esta definición se puede seguir el análisis d e Marx cuando
estudia la evolución económica occidental, a partir del siglo XI. Distingue tres
etapas que han llevado al capitalismo contemporáneo 7 :

1. La separación de la ciudad y del campo (siglo XI a mediados del siglo xv~i).


2. El gran comercio internacional y colonial (mediados del siglo XVII hasta
el final del siglo XVIII).
3. La aparición de la gran industria y del maquinismo.

La primera etapa concuerda con parte de lo comentado en el epígrafe anterior,


en el que vimos cómo la expansión del comercio y de los centros urbanos transformó
el orden económico. Ello llevó consigo la aparición del ((espíritu burgués» y
una mayor especialización del trabajo. División del trabajo que rindió grandes
beneficios e incrementos de productividad. Marx señala que el nuevo orden econó-
mico-social produjo, en definitiva, estas consecuencias:

a ) La aparición de la esfera política.


b ) La división del trabajo y la aparición de la esfera económica exterior
y coactiva para el individuo.
c) El nacimiento del capital comercial y del industrial junto a la propiedad
agrícola.

En cuanto al descubrimiento de América estima Marx que fue un fenómeno


autónomo pero que ayudó en gran manera al desarrollo económico del sistema.
Por el contrario, E. J. Hamilton considera importante el anterior hecho histórico
y una de las causas principales de la gran inflación europea del siglo xvr. De
este modo opina que la formación del capitalismo en dicho siglo se deriva esencial-

Opinión de D. S. LANDES, recogida en su trabajo junto a otros de P. VILAR,C. HILL, etc.,


op. cit., pág. 9.
' Estas ideas aparecen básicamente en estos tres trabajos: La ideología alemana: Conrribució!
a la critica de la Economia Politica (citado normalmente con el titulo de Grundisse), tomo 1 y
El Capiral, tomo 1 . Una síntesis de las mismas aparece en la obra de J. BAECHLER, Los origenes
del capiralismo, Península, Barcelona. 1976. También sobre los fundamentos del origen del sistema
económico puede consultarse la obra d e P. M. S WEEZY , M. DOBB. y otros. op. cit.
La empresa como realidad económica / 37

mente del gap (retraso o desfase) entre el aumento de los salarios y el de los
precios. Ello permitió una tasa más alta de beneficio y mayor acumulación de
capital. Esta tesis fue apoyada, el ser admitida en su interpretación moneta-
ria, por J. M. Keynes. Sin embargo, ambos han sufrido duros ataques, en es-
pecial por historiadores marxistas, como es el caso de Vilar8. Así, indica que
se olvidan de temas como la concentración de población, como el cambio tecnológi-
co, la acumulación primitiva de capital, la transformación social, la nueva genera-
ción de comerciantes y empresarios, etc. Temas todos ellos que influyen en la
aparición y desarrollo del capitalismo.
La segunda etapa es consecuencia del citado ((nuevo orden económico)), motiva-
da por el propio crecimiento europeo por la expansión colonial y comercial.
Época en que la manufactura ocupa un lugar secundario, pero en la que el
capital acentua su naturaleza monetaria, perdiendo su carácter natural.
La tercera etapa es la de aparición del capitalismo industrial, en la que la
división del trabajo junto a la economía de mercado llegan a producir altos
beneficios y fuerte acumulación de capital, todo ello derivado de la nueva tecnología
y de las nuevas condiciones socio-políticas derivadas de la Revolución Industrial
del XVIII.
Para Marx la esencia del capitalismo reside en la relación entre el capital
y la fuerza de trabajo. El intercambio que se produce entre ellos da lugar a
unos precios (salarios). Este intercambio ofrece dos procesos cualitativamente
diferentes y opuestos. Uno en el que el obrero intercambia su fuerza de trabajo
(mercancía), que tiene un precio, por una suma de dinero (valor de intercambio)
que le cede el capital. Otro en el que el capitalista recibe la fuerza productiva
que conserva y multiplica el capital, siendo, por tanto, además, fuerza reproductora.
Observa Marx la disparidad entre los dos procesos, ya que el primero puede
finalizar antes de que empiece el segundo, el pago del salario no puede esperar
a que el producto esté terminado, que es cuando acaba el segundo proceso.
Consecuentemente ello es causa de un intercambio desigual, ya que se crea un
valor superior (plusvalía) a la simple sustitución del trabajo necesario, excedente
que se acumula al capital.
Por otro lado,
g
la aportación de Max Weber sobre los orígenes del capitalismo
es importante . En su ((Ética...)) pretendió demostrar que la moral protestante,
como forma de racionalización de la vida, contribuyó a la expansión del capitalismo,
ya que éste es una racionalización de la actividad económica. Esta influencia
fue muy importante para el capitalismo occidental, si bien también se acepta
que sin protestatismo habría existido el capitalismo, aunque de forma diferente

Sobre la exposición y crítica de P. VILAR,véase su trabajo Problemas de la ,formación del


capitalismo, recogida junto a otros trabajos suyos en Crecimiento y desarrollo, Ariel. Barcelona,
1976. Trabajo también reproducido sintéticamente en D. S. LANDES;P. VILAR;D. HILL, Y otros:
Estudios sobre el nacimiento y desarrollo del capitalismo. op. cit.
Sobre sus ideas al respecto los trabajos más importantes son:
- La ética protestante y el espiritu del capitalismo, Península, Madrid, 1970.
- Economía y sociedad, dos tomos, Fondo de Cultura Económica, México. 1964.
- Historia económica general, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1974.
38 / Econom;a de la Empresa

al conocido. Sobre estas cuestiones, dado su interés insistimos en un epígrafe


próximo.
Finalmente, tal y como dijimos, nos interesa destacar la opinión de Sombart,
aunque en algunos puntos exista controversia con opiniones anteriores, ya que
sirve como complemento al análisis que hemos realizado.
Para Sombart el espíritu capitalista es la suma del espiritu de empresa y
del espiritu burgués. Por tanto, planteando las bases de ambos podremos compren-
der el contenido del espíritu. capitalista.
El espíritu de empresa se apoya, siguiendo la eminente opinión del autor
citado, en estos puntos:

- La pasión por el oro y el dinero, en consecuencia por acumular tesoros.


- El afán de lucro, originado tanto en la raza judía, como en los círculos
clericales.
- El estudio de nuevos medios para conseguir dinero: búsqueda de tesoros,
caza-fortunas, venta de cargos, carrera burocrática, capacidad inventiva,
magia, etc. Es el inicio de la era de los proyectos o de los «arbitristas»
(creadores de ideas y de negocios más o menos imaginarios y más o
mends posibles para la época).
- La organización como medio para lucrarse con recursos pecuniarios, casos
como el juego de la Bolsa, el préstamo, etc.

En consecuencia, este espíritu de empresa ha de entenderse como «la realización


de un plan de gran alcance, cuya ejecución requiere la colaboración de varias
personas bajo el signo de una voluntad unitaria)) 'O. Para el citado plan se requiere
la figura del empresario, que ha de poseer determinadas facetas, como las de
conquistador, organizador y negociador. Conquistador, por la capacidad de asumir
el riesgo, por saber trazar planes, por estar en posesión de una perseverancia,
de una tenacidad y de una voluntad firme para alcanzar las metas propuestas,
en definitiva, por un conjunto de propiedades psíquicas, que ya han'sido resaltadas
por muchos autores dedicados al análisis histórico de esta figura, que será abordada
de nuevo en un capítulo posterior. Organizador, porque ha de conjuntar a personas
y a cosas en el tiempo, y en el espacio, de cara a conseguir lo propuesto,
conjunción que habrá de ser eficaz, pues tendrá que salvar las restricciones y
condiciones adversas que se le presenten a su plan. En esta línea deberá poseer
unas facultades especiales que le permitan juzgar a las personas, conocerlas y
saber obtener de ellas lo que requiere para que, uniendo sus talentos y sus
fuerzas, logre los objetivos. Y por último, negociador, en el sentido de que
tendrá que tratar, dialogar con las personas, con otros empresarios y, en definitiva,
con un medio externo más o menos propicio.
Este espiritu de empresa se apoyó en la experiencia de cuatro formas de
organización preexistentes: las campañas militares; la propiedad feudal; el Btado

'O W.SOMBART. op. cit.. págs. 63-64.


La empresa como realidad económica / 39

y la Iglesia. Qué duda cabe que en el lenguaje actual de la Economía de la


Empresa se siguen utilizando vocablos con claras connotaciones con estos antece-
dentes, precisamente como consecuencia lógica de la adaptación de sus fenóme-
nos con los que se dan en el mundo empresarial. La metamorfosis empresarial,
para Sombart, produce en conclusión el espíritu capitalista: afán de lucro que,
partiendo de la disposición de una suma de dinero, es aplicado para llevar a
cabo un «plan» que procurará a su término la obtención de unos ingresos su-
periores.
Decíamos que en el nacimiento de este espíritu de empresa capitalista tenia
gran importancia la filosofia burguesa, nacida en la Baja Edad Media y desarrollada
en el Renacimiento. El espíritu burgués ofrece unas virtudes que han servido
para impulsar el citado espíritu capitalista. Las mismas se apoyan en 1) La ((santa
economicidad?),expresión de la racionalidad de la administración económica o
de economicidad de la administración. con grandes influencias de la doctrina
tomista. 2) La ((moral de los negocios)) o formalidad comercial, lo que llevó
al aforismo de que la honestidad eleva al crédito)). 3) La mentalidad calculadora,
necesaria para acometer cualquier negocio.
Con todo ello, aparece al inicio de la Edad Moderna un sujeto económico
nuevo, capaz de ser el protagonista del primer desarrollo del capitalismo, conocido
como período mercantilista o metalista. Este sujeto, ávido de grandeza, posee
facultades para actuar con rapidez, para desarrollar lo nuevo y para obtener
el poder.
Sombart hace ver cómo el empresario de la época ofrece ciertas similitudes
con otras figuras sociales como los corsarios (por la semejanza entre la campaña
militar del mar con la actividad de las grandes compañías comerciales del XVI
y XVII);los señores feudales (por la concentración de fuerzas productivas en
torno a una propiedad y el inicio de la organización de las primeras explotaciones
económicas); los funcionarios del Estado (por estar dotados de una mente fria,
ordenada y calculadora); los especuladores o arbitristas (por su capacidad creadora
e innovadora a través de su ((industria de proyectos))); los propios comerciantes
existentes (por ofrecer ya una base real de negocio); los artesanos (manufactureros,
fabricantes o industriales de la época) y los propios pueblos forjadores del espíritu
capitalista por llevarle de forma innata en su estructura social secular: florentinos,
escoceses del Lowlander (del Sur) y judíos ", capaces de organizar y de lograr
los mayores negocios y de acumular grandes masas de dinero.
El primer desarrollo de la empresa, como ya hemos señalado, tiene lugar
a fines de la Edad Media e inicios de la Moderna. Es el momento de la confirmación
de las sociedades personalistas: empresas colectivas (constituidas por socios que
aportan trabajo) o comanditarias (compuestas por socios colectivos y comandita-
rios, que sólo aportan capital) nacidas a la luz de la práctica del préstamo
y de otros condicionantes sociales, ya que el linaje o la sotana no eran compatibles
con las tareas del comerciante o del hombre de negocios, por lo que habían

' ' Esta tesis sobre las condiciones étnicas de algunos pueblos, como el caso del judío. hacia
el capitalismo, ha estado sujeta a gran controversia.
40 / Econom/a de /a Empresa

de convertirse en aportantes de capital, para que otros hicieran de empre-


sarios.

3. Catolicismo «versus» protestantismo ante la


evolución del capitalismo
En el nacimiento de la sociedad comanditaria ocupó un papel de im-
portancia la Iglesia católica; veamos por qué. Ha existido cierta disputa en-
tre sociólogos e historiadores de la economía en torno a la influencia posi-
tiva o negativa de la religión, tanto la católica como la protestante. La
racionalización de la vida, como 'propugnaba la moral tomista crea, a nuestro
entender y de acuerdo con Sombart y sus seguidores, las bases para el hombre
capitalista o para el homo economicus~~ clásico. Una moral basada en el principio
de economicidad, de no ociosidad, de moderación y no lujuria, forma en gran
manera al espíritu burgués. El afán de lucro habrá de moverse dentro de ciertos
límites, declara la doctrina escolástica, sin que se deban lesionar los preceptos
de la moral a la 'hora de elegir los medios para llegar a los fines propuestos.
Los escolásticos distinguieron, como ya hemos expuesto, entre el préstamo
sencillo y la inversión de capital. No se admitía el interés o beneficio en aquél
pero sí se le consideraba lícito en ésta. Por tanto, el capitalista debe participar
directamente en los resultados de la empresa. De esta forma, la Iglesia católica
consideró y sentenció que el préstamo a interés era un acto de usura. Ante
la consulta de los mercaderes españoles de Amberes en 1532 se vuelve a reafirmar
la sentencia de la Facultad de Teología de París, que ya emitiera en 1515 en
ocasión del Concilio de Letrán y en el sentido antes expuesto. En cambio. la
Iglesia católica al autorizar la inversión de capital impulsó el desarrollo de
la sociedad comanditaria, permitiendo la entrega de capitales a cambio de rentas
perpetuas.
Otros estudiosos capitaneados por Max Weber y algunos historiadores seguido-
res de las tesis de Marx opinan que fue la moral calvino-puritana la gran impulsara
del capitalkmo, en contra de la moral tomista. Si analizamos la ética puritana l 2
observaremos que tanto se dan factores a favor como en contra. De un lado,
la ética puritana basada en el ideal de pobreza ha de ser contraria al afán
de lucro, un ejemplo claro que lo demuestra es el de Escocia en donde está
p u y arraigada esta moral. De otro lado, coincide con la moral tomista por
exigir la racionalización y la moderación de la vida. Además surge un espíritu
de ahorro, contrario a la magnificencia tomista, que sólo ofrece la posibilidad
a largo plazo de la acumulación de riquezas y, por tanto, la posibilidad de

'' Sobre la ética puritana pueden consultarse los trabajos clásicos siguientes:
- A. H. S MYTH . Frankfin's Wrirings (obras completas de Benjamin Franklin), 10 tomos. 1907-1910.
(En especial las citas tomadas del mismo por Sombart. op. cit.)
- R. H. T AWNEY , Refigion and rhe Rise ?J'Capirali.c.m,Penguin Books. Harmonds Worth. 1927.
(En donde se hacen continuas citas del famoso pastor puritano ingles Richard Baxter, que
murió en 1691 tras dejar escritos una serie de sermones y pasajes muy representativos de
la ética puritana.)
La empresa como realidad económica / 41

convertirse en empresario capitalista. A pesar de esta discusión entre si el protestan-


tismo influye más en el capitalismo, se presentan razones que hasta invierten
el sentido de la relación de influencia 1 3 . Ahora bien, qué duda cabe que los
calvinistas-puritanos, menos estrictos que los luteranos, basando su religión en
la fe y no en la salvación por las obras, sino en su conciencia, permitieron
que los comerciantes y que los hombres de negocios se acomodaran a esta doctrina
que exigía menos condicionantes externos o frente a la sociedad. Pero ello sigue
sin justificar plenamente que fuera la base del espíritu capitalista, si bien pudo
favorecer el ya existente. A esta crítica, en contra de la influencia protestante,
hay que añadir la tesis de Keynes de que es el beneficio y no el ahorro el
estímulo para la empresa y, por tanto, para la producción. Concepción que ha
servido para que algunos historiadores critiquen las conclusiones de Weber.
~ b u n d a n d oen estas ideas diremos que Lutero, por ejemplo, fue enemigo
del capitalismo, si bien Calvino y Zwinglio, en cierto modo, fueron protectores
del mismo. Calvinistas-puritanos llegaron a ser o ya lo eran activos capitalistas,
como es el caso de los banqueros Fugger, Welser y Hochstetter. Pero el que
existieran estos ejemplos, no quiere decir que fuera la norma general de la moral
protestante y puritana. En resumen, Sombart demuestra su postura y declara
que esta moral no es la responsable del espíritu capitalista porque:

1. Ya existía el espíritu de empresa y el burgués antes de la Reforma Protestan-


te, como deja demostrado, entre otras, la obra de Alberti 1 4 .

2. El afán de lucro es más antiguo que el puritanismo, aparte de que se


ha demostrado que éste es contrario a aquél. Por tanto, no favoreció
la idea del enriquecimiento.

3. Es erróneo pensar que desarrollara el espíritu empresarial el hecho de


que hubiera puritanos que fueron grandes empresarios capitalistas.

4. Un análisis histórico y social demuestra que en aquellos pueblos en los


que arraigó la moral puritana no se alcanzaron niveles elevados de desarro-
llo, caso contrario si observamos en cambio la influencia del judaismo,
el cual impulsa especialmente el espíritu capitalista.

Lo que sí es indudable es que la conjunción de ambas religiones cristianas


favoreció al espíritu capitalista. En un principio el reconocimiento dentro de
la Iglesia católica encontró con posterioridad una salida salvadora al poder

" Éste es el caso de H. M . ROBERT~ON. en Aspect.~of the Rise of Economic Individualism. Citado
en D. S. L ANDES, y otros, op. cit. Además son de gran interés las relaciones entre el protestantismo
y el capitalismo, de reciprocidad, como formula el historiador marxista CH. HILL en su trabajo
El protestantismo y el desarrollo del capitalismo, en la obra antes citada. págs. 59-72.
' O L. B. A LBERTI . Libri della Famiglia. Trabajo citado por SOMBART (El burgués, op. cit.) como un
exponente de sus teorías, ya que aquél vivió en el siglo xv y demostró muchos de los antecedentes para
configurar el espíritu capitalista.
42 / Economía de /a Empresa

utilizar el individualismo puritano para justificar su actuación y, en definitiva,


ambos aspectos encontraron la simbiosis perfecta. Conviene añadir la influencia
de la religión y normas sociales judías, pues se comprueba que en las zonas
en que hubo y hay rasgos de vivencia y de actividad semita encontramos el
terreno más propicio. Ahora, donde no las hubo, ni las hay, a pesar de cuál
sea su religión no existe desarrollo capitalista. Ejemplo claro lo ofrece Irlanda.
Hill, para terminar, señala que los puritanos intentaron espiritualizar los procesos
económicos. Pero que allí donde el capitalismo ya existía adquirió en adelante
mayores posibilidades gracias a la nueva ideología reformada, aunque los hombres
no se hicieron capitalistas porque fueran protestantes ni protestantes porque fuesen
capitalistas. Era la sociedad la que ya se estaba convirtiendo en capitalista, y
el protestantismo facilitó la asimilación de los nuevos valore^'^.

4. La aparición de las grandes sociedades mercantiles

Anteriormente mencionamos la aparición de un tipo de sociedad mercantil


personalista como primer desarrollo de la empresa. Estas sociedades colectivas
y comanditarias fueron la base de las nuevas estructuras jurídicas y económicas
de las grandes sociedades de comercio.
Las circunstancias que favorecieron al desarrollo alcanzado por estas sociedades
personalistas de nuevo cuño pueden sintetizarse como sigue:

a) Se inicia la expansión del comercio con la apertura de nuevas rutas, lo


que requiere la asociación de más de un comerciante, o la organización
de una unidad económica de mayor tamaño aunando capital y trabajo
(unión de banqueros, comerciantes y navieros).
b) Se inicia una producción de mercancías para mercados más amplios.
c) Comienza un incipiente sistema financiero destinado a facilitar los cambios.
Aparecen los primeros bancos con caracteres de permanencia y profesionali-
dad, las letras y pagarés. Se inicia, en definitiva, la economía monetaria.
6) La aparición de la Banca fue, normalmente, una consecuencia de las ((asocia-
ciones de acreedores)) del Estado, con origen en los fuertes empréstitos
que tomaba el Gobierno de la ciudad, el cual ante la imposibilidad de
pagar los intereses concedía a sus acreedores el derecho de cobrar los
impuestos. Las ((asociaciones de acreedores)) dieron lugar a la constitución
de sociedades bancarias (un ejemplo lo tenemos en la Casa de San Giorgio
en Génova). El capital de estas empresas estaba dividido en partes iguales
y transmisibles y se constituyeron ya con responsabilidad limitada por
el importe del crédito de cada socio, evitando los riesgos de las personalistas
en las que la responsabilidad del socio frente a .terceros alcanzaba a su

'' C. HILL,El protestantismo y el desarrollo del capitalismo. op. cit.


La empresa como realidad económica / 43

patrimonio particular. Ello permitió mayor capacidad de acumulación de


capital y la aparición de la Banca. (La Casa de San Giorgio se transforma
en el Banco de San Giorgio en 1401, y en Milán surge el Banco de
San Ambrosio en 1592, que emite ya acciones en 1598.)

Las empresas capitalistas del Renacimiento tenían como característica genérica


que no conocían la especialización, el mismo empresario era a la vez comerciante,
industrial y banquero. En definitiva, convivían estas categorías de empresas (con
forma jurídica de sociedad):

- Sociedad de tipo familiar. Ejemplo: ((Jacobo Fugger y los hijos de sus


hermanos)) (1 473-1525).
- Sociedad comanditaria. Creada por comerciantes y sus prestamistas, siendo
usual que el interés pactado fuera del 5 por 100 sobre el capital aportado.
- Compañías de comercio, con responsabilidad limitada al capital aportado
por una asociación de comerciantes o mercaderes que desean ejercer un
monopolio. Ejemplos : ((Comerciantes de Augsburgo)) ( 1498) constituida
para apoderarse del comercio veneciano del cobre; « Comerciantes Aventure-
ros))(1 579); ((ComerciantesMoscovitas)); ((Compañíade Oriente));« Compa-
ñía de Turquía)) (todas estas inglesas) etc.

Precisamente el éxito de algunas de estas compañías de navegación y comercio,


junto a las nuevas condiciones socio-económicas, propiciaron el surgimiento de
las grandes sociedades del capitalismo comercial y pre-industrial.
Partiendo del citado primer desarrollo de la empresa, que coincide con la
aparición del capitalismo primitivo, comercial o mercantilista, aquélla inicia
una etapa en la que es sujeto de determinados estudios teóricos y de cierta
investigación para racionalizar sus tareas y para planificar su actividad 1 6 .
Las condiciones que influyeron en la aparición de las grandes sociedades co-
merciales del XVI y del XVII,fueron :

a) La constitución del Estado moderno y el ordenamiento jurídico de la


Sociedad.
b) Los descubrimientos geográficos y la entrada en Europa de metales preciosos
y nuevos productos de América, además de los de las Indias Orientales.
c) Los nuevos inventos técnicos y descubrimientos científicos.
6) Los primeros estudios de empresarios y licenciados impulsores del capitalis-
mo mercantilista y separadores de las concepciones de capital privado
frente al nacional o público.

l6 Aportaciones importantes que aparecen escritas tanto por italianos, franceses y alemanes, especial-
mente, y al principio muy vinculadas a la contabilidad. caso de Italia a través de los Fibonacci,
Paciolo, Cotruglio. etc. Pero podemos destacar dos obras importantes como son las de Giovanni
Domenico Peri con II Negoziante (1647) y Jacques Savary con Le Parfait Nigociant (1673). Con
esta última se inició la etapa del estudio económico de la empresa.
44 / Economía de la Empresa

Las nuevas empresas capitalistas surgen fundamentalmente de mano de los


comerciantes holandeses de finales del xvr. Ellos organizan las formas nuevas,
nacidas del espíritu empresarial renacentista, aportando dinero a las tradicionales
sociedades familiares para convertirlas en sociedades capitalistas. Con ello, la
base personalista se ve sustituida por la del capital social. Es el momento de
la creación de las grandes compañías para comerciar con las Indias de uno
o de otro lado del hemisferio. Empresas de navegación que sirvieron tanto para
las estrategias mercantiles como militares y políticas de los países dominantes
respecto a las colonias. Lo normal en todas estas empresas era la existencia
de una buena parte de capital propiedad de la Corona. Los ejemplos más impor-
tantes los tenemos en la fundación de las siguientes sociedades: Compañía de
las Indias Orientales (Holanda, 1602); Compañía Sueca (1615); Compañía Holan-
desa de las Indias Occidentales (1621) y Compañía Francesa (1664).
Los antecedentes españoles se retrasan sensiblemente en el tiempo respecto
a este tipo de empresa. Los países ibéricos no supimos aprovechar o desarrollar
las condiciones y las facultades capitalistas de la época, en especial las entradas
de oro, de plata y de los nuevos productos que se trajeron de América. Las
((riquezas de las Indias)), como dicen D. S. Landes y P. Vilar, entre otros17, pa-
saron por los dedos de España y Portugal para ir a engrosar las arcas europeas
del noroeste. Todo ello, justificado por razones complejas y debatidas, co-
mo son:
CI)Las ideologías socio-religiosas de ((guerras santas)) seculares.
6) Las ambiciones imperialistas, productoras de economías desorientadas y
con un gasto militar excesivo.
C) Los desniveles escasos entre precios y salarios.
á) Una explotación agrícola-que no podía cultivarse y una manufactura que
no podía producir, consecuencias de lo anterior.
e) Una mentalidad medieval)).
f ) Las (<expulsiones religiosas)) (los judíos y moriscos realizaban la mayor
parte de las actividades productivas).
g ) La ociosidad ibérica)).
De otra parte, Cantillon describe el atraso de España en base a :
1. El alza de salarios.
2. Las ganancias momentáneas de riquezas en moneda corriente.
3. La pérdida de sus manufacSuras y, gradualmente, de su consumo. A todo
ello, hay que añadir las' consecuencias de la gran inflación que sufre el
país propiciada por las ideas imperiales, antes citadas.
" Vid. D. S. L ANDES . P. VILAR.y otros. op. cit. En especial el trabajo del segundo, Problemar
.sobre la formación del capitnlisnto. págs. 41-58. en donde se recogen los. trabajos de E. J. Hamilton
sobre España en los siglos xiv al xvii y el de R. Cantillon en su Ensayo sobre la naturaleza del
comercio en general, págs. 91-93. Fondo de Cultura Económica, Mixico. 1950.
La empresa como realidad económica / 45

Dichas empresas se constituyeron siguiendo esta cronografia: Real Compañía


de Honduras (1714); Real Compañía de Cáceres (1 728), con un capital constitucio-
nal de 2.250.000 reales dividido en 300 acciones de 7.500 reales de nominal, de
las que 200 eran poseídas por la Corona; Real Cía. de Filipinas (1733); Real
Cía. de Galicia (1734); Real Cía. de La Habana (1740); Real Cia. Marítima
de Pesca de Barcelona (1780); Compañia de los Cinco Grandes Gremios de
Madrid que los agrupa entre 173 1 - 1741 (sombrereros, sederos, joyeros, zapateros
y medieros) hasta constituirse en 1763 como Cía. General de Comercio; Compañia
de Zarza la Mayor (1 746, textil); Cia. de Granada y Sevilla (1 747, textil); Real
Compañía de Comercio de Barcelona (1 755). Todas estas empresas, exceptuando
el gran éxito de la de Caracas y los menores, pero interesantes, de la de La
Habana y la de Barcelona, fueron un gran fracaso económico y algunas de
efimera existencia 1 8 .

Sobre el caso concreto español, han sido consultados aparte de los trabajos citados de VILAR,
HAMILTON y C ANTILLON , los siguientes:
- R .C ARANDE , Carlos V y sus banqueros (tres tomos), Moneda y CrSdito, Madrid, 19-13-1967.
- R. C ARANDE , Siete estudios de Historia de España, Ariel, Barcelona, 1969.
- A. D O M ~ N G U O
E RTIZ
Z , El Antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y los Austrias, Historia de
España Alfaguara 111, Alianza Universidad, Madrid. 1973.
- J . VICENS-VIVES; J. N ADAL O LLER , Manual de Historia Económica de España, Vicens-Vives,
Barcelona, 1959.
- P. VOLTES Bou, Historia de la empresa española, Hispano-Europea, Barcelona, 1979.

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