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CREACIÓN DE VALOR, MERCADOS Y

CAPITALISMO
Creación de valor
Siempre que una manifestación del trabajo humano, soportado por capital y tecnologías, es
aceptado y demandado por alguien que lo ve útil y necesario, existe creación de valor.
La creación de valor es un flujo o un proceso.
Hay creación de valor cuando un proceso combina elementos y recursos, y los mismos logran un
resultado tangible (una bicicleta eléctrica, por ejemplo) o intangible (una nueva metodología para
formar personas para los nuevos trabajos basados en aplicación de tecnologías, por ejemplo) que
resuelve necesidades reales y no en ámbito de las especulaciones y análisis abstractos.
Mariana Mazzucato (2019) en “El Valor de las Cosas”, podemos profundizar y decir que la
creación de valor económico incluye:
 Cómo se producen los bienes o servicios (producción).
 Cómo se comparten en la economía (distribución).
 Qué se hace con las ganancias que genera la producción y la venta (reinversión).
Al ser un flujo o un proceso, la creación de valor se diferencia de la riqueza, que es un stock. Se
puede tener un fuerte proceso de creación de valor y no plasmarse en una riqueza sostenida. Así
como se puede tener un bajo nivel de creación de valor y tener mucha riqueza acumulada. Una
de las principales cuestiones a las que se enfrenta la cuestión del valor es cómo se cuantifica. El
problema es que también se crea mucho valor en cuestiones que muchos lo necesitan y
requieren pero que por alguna razón no se pagan (por ejemplo: ausencia de mercados,
limitaciones de los ingresos, falta de crédito, etc.).
La creación de valor funciona dentro de la economía y ésta siempre funciona en interacción y
fricción con la sociedad y la política. Por ende, en todo proceso de incentivos a la creación de
valor y de medición del mismo, habrá consideraciones sociales y políticas que pueden o no ser
reconocidas en el sistema de precios; y, si no son reconocidas en el mismo, quedan marginadas
del mercado o encuentran otras metodologías de valuación. Suele haber en distintos momentos
de la historia y en distintas sociedades consideraciones disímiles acerca de qué actividades
pueden considerarse como productivas, que crean valor por sí mismas y cuales están dentro de
la categoría de improductivas, cuyo valor creado es más discutible (actividades públicas del
Estado, por ejemplo).
Dentro de la dinámica en la que se considera y desenvuelve la creación de valor en las
comunidades humanas, una buena parte del análisis se lo lleva la extracción de valor, que
siempre existe cuando el valor económico es capturado por personas u organizaciones en forma
de rentas y beneficios. En general, y salvo excepciones de sistemas o culturas, es válido que
cualquier actor vinculado a procesos de creación de valor pueda capitalizar los retornos que los
mismos pueden generar en forma de rentas particulares o grupales, más aún considerando que
de esas apropiaciones de rentas vienen los procesos de reinversión, los que son vitales para la
continuidad de la secuencia de creación de valor.
El problema emerge cuando en una economía son más fuertes los procesos de extracción de
valor que los de creación. el problema se enfoca en el sector financiero y la diversidad de
instrumentos que han creado para que las personas arriesguen y obtengan rentas.
En la dinámica de creación de valor hay aquí un espacio más afín a la extracción que no
debemos soslayar.
Uno de los tantos ejemplos relevantes que podemos identificar en materia de creación de valor es
la reciente cadena de hoteles llamada Selina, conocida como el Hotel de los Millennials; colectivo
muy afín a los valores de la cooperación y los vínculos.

Mercados: el encuentro entre las ofertas y las


demandas
Siempre que hablamos de necesidades y comercialización, es decir, de ofertas y demandas de
cualquier índole, hablamos de mercados como espacios físicos o virtuales en los que ambas
corrientes se encuentran, se cruzan e intentan lograr equilibrios para sostener la actividad
económica.
La actividad de interpretar, investigar y analizar mercados es y será una demanda constante de la
humanidad, perfeccionada por hallazgos científicos y nuevas tecnologías, pero esencialmente es
y será humana.
Todo mercado está destinado a resolver tres cuestiones básicas de la actividad económica en
cualquier rubro o industria:
 Qué producir.
 Cómo producir.
 Para quién producir
La sumatoria de mercados específicos para distintos rubros o industrias conforman lo que en
general se conoce como “mercado” a nivel regional, nacional o internacional.
La economía suele denominarse como la ciencia de la escasez, es decir, la ciencia de la
asignación y la administración de los recursos siempre escasos para producir bienes y servicios.
Los mercados suelen ser considerados, más allá de las posiciones ideológicas que cada uno
pueda tener, como el mecanismo más eficiente y transparente para la asignación de recursos de
inversión y producción según las necesidades humanas.
Históricamente los mercados han tenido una gran capacidad de supervivencia, adaptándose a
distintos sistemas económicos y regulaciones imperantes; pero siempre con la magia de ser esos
puntos de encuentro entre quienes producen y quienes demandan. Desde los mercados antiguos
y sus regulaciones a los nuevos mercados online o marketplaces basados en Internet, hay una
constante lucha por bajar fricciones para facilitar el encuentro de oferta y demanda.
Los mercados funcionan, en general, en el marco de dinámicas en las que hay intereses,
estrategias, actores más poderosos que otros, asimetrías de información y regulaciones
cambiantes en el tiempo.
Siempre que hablamos de mercados es necesario profundizar el análisis y considerar la
pertinencia y relevancia del concepto de configuración de mercados, es decir, cómo se define la
arquitectura de actores y el funcionamiento de cada mercado en particular. En general, el número
y el peso relativo (tamaño) de jugadores (oferentes y demandantes) es lo que determina lo que
llamamos ‘configuración de un mercado’, cuyas principales opciones se reflejan en el siguiente
cuadro:
Configuración de un mercado:
OFERTA / UN SOLO POCOS MUCHOS
DEMANDA COMPRADOR COMPRADORES COMPRADORES
Un solo vendedor Monopolio bilateral Monopolio parcial Monopolio
Pocos vendedores Monopsonio parcial Oligopolio bilateral Oligopolio
Muchos vendedores Monopsonio Oligopolio Competencia perfecta

Estas configuraciones de posibles mercados para cada caso influyen de forma decisiva en las
estrategias y modelos de negocios de las empresas particulares que operan en ellos o bien que
quieren ingresar a ellos (nuevas empresas). Es el marco de fuerzas sobre el cual un actor
empresarial despliega sus estrategias de negocios y, obviamente, el grado de éxito tiene que ver
en gran medida con la habilidad que éste tiene para adaptarse a esas características del
mercado.
La realidad de los mercados puede entonces leerse como un continuo de opciones entre las
formas más cercanas a configuraciones monopólicas y las más alineadas con criterios de libre
competencia.
En los tiempos de la cuarta revolución industrial, supone una convergencia acelerada de nuevas
tecnologías transversales que impactan en todos los mercados y sectores de la economía. Cada
día más están los mercados conectados por flujos globales de información e intercambio que
amplían y complejizan sustancialmente las dinámicas de oferta y demanda a escala planetaria.
EJEMPLO: Matriz BCG, desarrollada a fine de los años 60 por el Boston Consulting Group,
Como se muestra en el gráfic a continuación, hace más de 4 décadas, que sigue siendo una
buena aproximación al análisis de negocios basados en el mercado, se puede clasificarlos en:
 VACAS LECHERAS:
Cuando una empresa tiene productos o servicios que se llevan una alta participación en un
mercado determinado a pesar de que el mismo no crece a buen ritmo o está relativamente
estancado.
 ESTRELLAS:
Negocios que reúnen el cruce ideal, una alta cuota de mercado en pleno proceso de
crecimiento del mismo.
 INTERROGANTES:
Más cercanos a la lógica emprendedora, en los que se evidencia un mercado creciente,
pero con una acotada cuota de participación por parte de una empresa en el mismo.
 PERRO:
Cuando se conjuga baja tasa de participación en mercados que no crecen. Son negocios
cuya supervivencia está amenazada o bien responde a criterios estratégicos por parte de
una empresa.
El qué producir, cómo producirlo y para quién producirlo funciona de forma muy fluida en este
mercado.

El sistema capitalista: lógica, posibilidades y


proyecciones
Los procesos de creación de valor y el funcionamiento de los mercados que hemos tratado
anteriormente, tan vitales para el funcionamiento de la economía, necesitan desenvolverse en el
marco de un sistema de reglas e incentivos aptos para ello. Este sistema se conoce como el
capitalismo, cuyos orígenes hay que buscarlos en Europa del Siglo XIII cuando comienza a caer
el Feudalismo.
Los procesos de creación de valor y el funcionamiento de los mercados que hemos tratado
anteriormente, tan vitales para el funcionamiento de la economía, necesitan desenvolverse en el
marco de un sistema de reglas e incentivos aptos para ello. Este sistema se conoce como el
capitalismo, cuyos orígenes hay que buscarlos en Europa del Siglo XIII cuando comienza a caer
el Feudalismo.
El capitalismo es un sistema de organización económica basado en amplios márgenes de libertad
de personas y organizaciones para crear, invertir, producir y comercializar bienes y servicios. Es
por definición el sistema de la libertad económica en acción en el que la dinámica de oferta y
demanda funciona sin una intervención centralizada por parte del Gobierno (aunque sí con
distintos niveles de regulación, según el caso en el que se aplica) y en el que la propiedad privada
de los factores de la producción (edificios, tierras, máquinas, patentes, etc.) funciona como el
motor de la capacidad para poner en marcha un proceso productivo a partir de la asunción de
riesgos que implica el evento empresarial.
El capitalismo es el sistema más afín a la naturaleza creativa de las personas y la dinámica de la
innovación que explica gran parte de la evolución de la humanidad. Los años de rápida expansión
del bienestar global después de la Segunda Guerra Mundial, la caída del muro de Berlín en 1989
que puso fin al sistema comunista y la progresiva entrada de China a la lógica de los mercados
consolidada por su ingreso en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, constituyen
hitos significativos de esta expansión capitalista a escala mundial.
La rueda de la economía funciona a partir de los incentivos para crear e invertir por parte de
quienes tienen propiedad y acceso a los medios de producción; y que, al poner en marcha
procesos de creación de valor (productos y servicios), siempre se generan externalidades
positivas para el resto de la sociedad. Esta es la “teoría del derrame”
Pero el capitalismo ha tenido y tiene sus lados oscuros y sus cuentas pendientes, por supuesto.
Quizás uno de los pensadores que mejor lo sintetiza actualmente sea Ray Dalio, autor del
reciente libro titulado “Principios” (2018), quien ha expresado que el capitalismo se ha mostrado
muy eficiente para agrandar el pastel, pero no para repartirlo. Esto quiere decir que el capitalismo
es el mejor sistema para fomentar la creación de riqueza, pero tiene limitaciones a la hora de
generar distribución y equidad entre las personas.
El capitalismo ha demostrado la capacidad de tirar hacia arriba a las mayorías y sacar a millones
de la pobreza; como bien lo expresa Steven Pinker. Pero como bien expresa Dalio: “Todas las
cosas buenas llevadas al extremo pueden ser autodestructivas”
Este extremo al que Dalio hace referencia, es al componente rentista del capitalismo que tiene
que ver con la multiplicación del dinero a través de la sofisticación de los instrumentos financieros
y que genera enormes movimientos de capital en beneficio de quienes pueden y saben
aprovecharlo en desmedro de mayorías excluidas de dichos procesos.
Son intrínsecamente malas las finanzas, no creemos que sea así, los mecanismos para producir
más dinero a partir de grandes sumas existentes que, en lugar de estar invertidas en procesos de
creación de valor, están puestas en derivados financieros para luego extraer el valor y acumular
rentas, pueden socavar las bases mismas del capitalismo. Por ello, el mundo debate hoy cómo
introducir mejoras al capitalismo, poner el foco en su versión más progresista y regular de
maneras nuevas su arrolladora fuerza rentista que tiene ya dimensiones globales (paraísos
fiscales, flujos de dinero e inversiones, etc.).
Como dice Muhammad Yunus, el dinero termina fluyendo hacia quien más lo tiene y no a quien
más lo necesita y premiando más a los capturadores de rentas que a los creadores de riquezas.
Generar correctivos en este proceso sin afectar el espíritu de inversión y meritocracia que supone
el capitalismo, es el gran desafío del momento y el centro de un verdadero movimiento global de
transformación y mejora del capitalismo en plena vigencia actualmente.
Revalidar el capitalismo para ponerlo en sintonía con las demandas del Siglo 21 implica encontrar
los mecanismos para justamente ampliar el acceso a la propiedad privada de las mayorías que no
están pudiendo alcanzarlo y reducir las desigualdades como principio moral de mejora del
bienestar generalizado, pero también como mecanismo propio de supervivencia, dado que sólo
ampliando la capacidad de consumo de las mayorías puede sostenerse la rueda de la inversión,
el crecimiento y el empleo.
Noruega ES uno de los países que mejor expresa la capacidad de lograr una síntesis virtuosa
entre altos niveles de libertad económica de personas y organizaciones para crear riqueza con
alta capacidad de regulación y acción por parte del Estado para intervenir de forma estratégica.
Quizás una buena síntesis de porqué lo consideramos un gran ejemplo de este capitalismo que
ha sido exitoso en crear riquezas y que actualmente intenta reformarse para los nuevos desafíos
sociales sea hacer foco en dos de los tantos indicadores relevantes que el país nórdico es capaz
de exhibir.

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