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Chapelle, D. Nietzsche and Psychoanalysis, Albany, State University of New York Press, 1993,
parte II. (N. de la T. : “Nietzsche y el Psicoanálisis”)
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Vernant, J.-P. & Vidal-Naquet, P. “Esboços da vontade na tragédia grega” in Mito e Tragédia na
Grécia Antiga, São Paulo, Duas Cidades, 1977. (N.de la T.: “Esbozos de la voluntad en la tragedia
griega”)
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1o mandamiento:
Escuchar con el cuerpo entero. Si primordialmente el
psicoanálisis se define como el arte de la escucha; la filosofía trágica,
a su vez, nos enseña a escuchar dionisíacamente, a través de la
intensificación de todos los sentidos corporales. Es necesario
entonces, escuchar el discurso del analizando no sólo con los oídos,
sino con el cuerpo entero, tal como se escucha música. “Cuando
escucho una música, (...), si me abandono a sus encantos, soy
literalmente invadido y poseído por sus sonidos y todo el torbellino de
afectos y de imágenes que pululan en el mismo movimiento. (...) En
aquel momento -que puede durar una eternidad- soy aquella música
corporificada: ella habita mi cuerpo, fluye en mi sangre, pulsa en mis
venas....” 6. Sin embargo, eso no quiere decir que la escucha analítica
no implique distanciamiento; justamente consiste en la paradoja de
una implicación distanciada, comportando incluso clivajes funcionales
en la personalidad del analista: una parte disponible para acoger y dar
forma a las identificaciones proyectivas y desplazamientos
transferenciales del analizando, otra distanciada y libre para que el
vínculo necesario no impida el pensamiento y que se pueda procesar
un análisis.
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Naffah Neto, A. “Outr’em-mim”, in Outr’em-mim – Ensaios, Crônicas, Entrevistas, São Paulo,
Plexus, 1998, p. 66. (N.de la t.: “Otro-en-mí –Ensayos, Crónicas, Entrevistas)
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2o mandamiento
Lanzarse hacia lo invisible//indecible de la experiencia humana.
Es necesario tomar como ejemplo a Edipo y sus transmutaciones, a
través de las dos tragedias sofoclianas: Edipo-Rey y Edipo en Colono.
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Naffah Neto, A. “O terceiro-analítico e o sem-fundo corporal – um ensaio sobre Thomas Ogden”,
Psicanálise e Universidade, n. 9 e 10, jul./dez. 1998–jan./jun. 1999, São Paulo, PUC-SP, pp.188-9.
(N. de la T.: “El tercero analítico y el sin fondo corporal”)
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Nietzsche, F. Além do Bem e do Mal, São Paulo, Companhia das Letras, 1992, aforismo 246,
p.155. (N. de la T. “Más alla del bien y del mal”, edición en habla hispana, Alianza Editorial)
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Ciego a las fuerzas invisibles del destino durante toda la primera etapa
de su vida (la de príncipe de Corintio y la de rey tebano), fue preciso
que se arrancase los ojos para que, de la oscuridad aprendiese a
considerarlas, saliendo de las meras evidencias, para transformarse
en un vidente. Edipo ofuscado por lo visible, Edipo omnipotentemente
clarividente, Edipo ciego por la luz y -en un segundo tiempo- Edipo
sumergido en la sombra, Edipo humildemente guiado por Antígona,
Edipo aprendiendo a leer lo invisiblel/indecible de la vida y
convirtiéndose en un sabio. Trayectoria que tiene que ver con el
proceso psicoanalítico, para empezar por el uso del diván (que
suspende la visión ordinaria y sus marcos referenciales, creando un
vacío potencializador) y por la forma de escucha (que procura captar
los inter-dichos del discurso, lo indecible que el verbo comporta y
articula). Posibilitar la apertura a lo invisible/indecible de la experiencia
humana da acesso al gran extranjero, a la alteridad mayor que nos
atraviesa y constituye. No importa si, como Nietzsche, la llamamos
Dionisio o si, a partir de Freud, la denominamos inconsciente (pues,
aunque estos conceptos no sean equivalentes, ellos ocupan lugares
homólogos en las respectivas teorías). Lo importante, es que se trata
del acesso al universo de los campos de fuerza en constante devenir,
aquellos que -a través de sus luchas interminables- dan origen a
nuestra subjetividad. Ese acceso despliega la experiencia humana del
ámbito del mundo visible y directamente accesible del sentido común y
de la conciencia hacia el de las dinámicas invisibles del inconsciente.
3o mandamiento
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4o mandamiento
Interpretar los movimientos de construcción y de destrucción
como partes del mismo devenir creador. Eso significa considerar la
muerte como parte integrante de la vida o, en otros términos, que la
vida está hecha de movimientos de muerte y renacimiento continuos y
concomitantes (partes nuestras que mueren y otras que nacen, al
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Nietzsche, F. Além do Bem e do Mal, op. cit., aforismo 225, p. 131.
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5o mandamiento
Considerar la relación psicoanalítica como una “soledad de a
dos”, donde cada uno ahonda y expande la capacidad de habitarse a
sí mismo. Es fundamental que el diálogo analítico sea la oportunidad
para que el analizando y el analista se escuchen a sí mismos; o sea,
que esa presencia humana, ese testimonio, pueda servirle a cada uno
para bucear en su propia soledad y rescatar de ella una potencia
singularizante. Según Winnicott, son el respeto y la acogida a las
singularidades propias los que pueden transformar potente la relación
–en la calidad de gesto humano- para abrir las puertas a regiones aún
no habitadas de nuestro ser, trabajando en la (re)construcción del self
(sí mismo). Independientemente de la posición que cada integrante
ocupa en esa relación (que, evidentemente, no es simétrica), su
función es expandir siempre esa capacidad de habitarse a sí mismo,
volverse aquello que se es (en la expresión de Nietzsche) .
6o mandamiento
Pensar las geografías singulares que componen el afuera y el
adentro, el exterior y el interior, el mundo y la subjetividad como
construcciones operadas por fuerzas-afectivas y sus potencias
interpretantes. Nietzsche decía: “No, justamente no hay hechos,
solamente interpretaciones. Nosotros no podemos constatar ningún
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factum “en sí”: tal vez sea un contrasentido querer ese tipo de cosa.
(...) Son nuestras necesidades que interpretan el mundo: nuestros
instintos, su pró y su contra...” 12. O, en otro fragmento: “No es
necesario preguntar: ‘¿quién interpreta entonces?’; por el contrario, el
interpretar, en sí mismo, como forma de voluntad de potencia existe
(sin embargo, no en cuanto ‘ser’, sino como proceso, devenir) como
afecto (afección)”13. A su vez, Freud y Klein nos enseñaron algo del
mismo género: que cuando estamos atravesados por un afecto -el
odio, por ejemplo- es de ese afecto que adviene el sentido del afuera:
es un mundo odioso y odiable (persecutorio) que se abre frente
nuestro (delineado por nuestras proyecciones/identificaciones
proyectivas). Cuando este afecto se transmuta, es el sentido del
mundo el que también se transforma. “Afuera y adentro participan,
pues, de la misma sustancia, el adentro constituyéndose como una
envergadura del afuera, o afuera como una multiplicidad de perfiles
proyectados del adentro. (...) Esa mutua constitución es lo que certifica
(...) mi existencia como devenir mundano, la existencia del mundo
como devenir subjetivo: yo-en-otro/otro-en-mí, bolsas de la misma
harina, panes del mismo trigo”14.
7o mandamiento
“La terapéutica psicoanalítica consiste fundamentalmente en un
proceso de favorecer al sujeto la creación/ampliación de una
envergadura interior, capaz de acoger, digerir y transmutar los
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Nietzsche, F. Fragmento póstumo 7 [60], Fragments Posthumes, Automne de 1885 - automne
de 1887, Oeuvres Philosophiques Complètes, Paris, Gallimard, 1978.
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Idem, fragmento póstumo 2 [151].
1314
Naffah Neto, A. “Outr’em-mim”, op. cit., pp. 70-1.
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Naffah Neto, A. “Para além da morte o amor”, Outr’em-mim – Ensaios..., op. cit., p. 61. (N. de la
T.: “Más allá de la muerte el amor”, en op. cit.)
1616
A expressão é de Nietzsche e aparece no Prefácio de 1886, ao primeiro volume de Humano,
Demasiado Humano (na edição das Obras Incompletas, pela Editora Abril, 1978, aparece na p.
88). N. de la T. : “La expresión es de Nietzsche y aparece en el Prefacio de 1886 al primer volumen
de Humano, Demasiado Humano” , en habla hipana dicho libro fue publicado por Alianza Editorial.
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8o mandamiento
El psicoanalista debe procurar crear un sinnúmero de voces
diferentes para dar forma a los diferentes sentidos (interpretaciones)
que emergen vía transferencia-contratransferencia. El analista debe
recrear su método frente a la singularidad de cada analizando y de
cada sesión, teniendo suficiente juego de cintura para inventar
diferentes formas de interpretación. Algunas veces, interpretar puede
implicar un silencio, otras, un juego con buen sentido del humor (capaz
de generar la risa), otras también una síntesis de sentido verbalmente
construida. Aunque no teniendo que encarnar un personaje (como en
el teatro o en la ópera), el sicoanalista trágico tiene mucho que
aprender de cantantes del porte de Maria Callas. “Lo que define el
estilo trágico es una postura singular del artista frente al mundo.
Siempre que él abra su cuerpo (y, consecuentemente, o su espíritu)
para que las fuerzas tempestuosas, constitutivas del mundo tomen
forma; siempre que, por ese mismo movimiento, él logra encarnar el
pólemos de esas fuerzas, en sus múltiples configuraciones, pudiendo
acoger desde los dioses más etéreos hasta las entidades más
sepulcrales; finalmente, siempre que él consiga darle a todo eso una
forma estética, estará recreando el arte trágico. Callas tenía ese don”.
Lo que define su genio es... “ la capacidad de transmutarse en obra de
arte, componiéndola con su sangre, su carne, su corazón, sus
vísceras. Por esa razón, ninguna otra, fue llamada La Divina”17. De
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Naffah Neto, A. “As trezentas vozes de Maria Callas”, in Outr’em-mim – Ensaios..., op. cit., p.
127. (N. de la T.: “Las trescientas voces de María Callas” , traducción inédita en español, Andrea
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9o mandamiento
Al analista le cabe mantener la atención equifluctuante y ser
capaz de deambular por diferentes lugares y metamorfosearse en
diferentes otros (debido a las identificaciones proyectivas del
analizando), sin miedo de perderse a sí mismo. Para poder atender a
las demandas de la escucha analítica, es necesario que el analista
pueda encarnar a Dionisio-viajero, deambulando por los diferentes
lugares donde lo conduce el discurso del analizando y
metamorfoseándose en las innumeras máscaras del dios, sin miedo de
perderse a sí mismo. Volverse devoto de Dionisio es la condición para
ser sicoanalista y poder iniciar al analizando en el mismo “culto”, que
se define por la pérdida del miedo a la alteridad, por el contacto y
enriquecimiento con el extranjero que nos atraviesa. Entonces, la
fórmula de salud es: “Ser sí-mismo siendo, al mismo tiempo,
innúmeros otros...”18
Alvarez Contreras. Supervisión: Dr. Hernán Kesselman, material bibliográfico del C.P.O. Centro de
Psicoterapia Operativa)
1818
Naffah Neto, A. “O Cheiro da Papaia Verde: a exaltação da vida numa união dionisíaca com a
natureza”, Outr’em-mim – Ensaios..., op. cit., p. 96. (“El aroma de la papaya verde: la exaltación de
la vida en una unión dionisíaca con la naturaleza” , traducción inédita en español, Andrea Alvarez
Contreras. Supervisión: Dr. Hernán Kesselman, material bibliográfico del C.P.O. Centro de
Psicoterapia Operativa)
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10o mandamiento
Mantener siempre abierta la experiencia de participación
dionisíaca: cada uno de nosotros es solamente un punto imantado en
un vasto océano de fuerzas -que es el mundo (orgánico e inorgánico)-
y nos desplazamos todo el tiempo sobre un abismo, un espacio sin
fondo. Recordar siempre que es de esa forma de pertinencia (y de la
experimentación que de ella se desprende) que adviene nuestra
fuerza, nuestra potencia. Cuando nos olvidamos de eso, caemos en la
omnipotencia o -lo que es lo mismo- en su contrario: la impotencia.
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