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A lo largo de la construcción de las identidades en el Perú actual, podemos evidenciar

ciertos elementos que han sido cambiados debido a la influencia de otras culturas y
experiencias, sin embargo, aún se pueden ver ciertas conexiones históricas. Los grupos
indígenas jugaron un papel importante en esto, siendo una parte central de lo que se
llama la "herencia colonial de América Latina", según Stanley y Barbara Stein (1991).
En la época colonial, la población indígena tenía que pagar tributos que se dejaron de
cobrar en 1821 gracias a la abolición de San Martín, pero luego volvieron como una
especie de impuesto personal en 1826. Esto significó un ingreso considerable para el
gobierno, representando una buena parte del dinero que tenían.
Además, se seguía implementando de cierta forma lo que era conocido en el período de
colonización como la "mita", solo que ahora sería bajo otras modalidades, aunque al
final de todo, los indígenas seguían siendo utilizados como forma de trabajo gratuito.
Asimismo, la iglesia también tenía mucho poder en la República, aunque esto no era
solamente por su influencia espiritual, sino porque tenía muchas propiedades a causa de
las donaciones, impuestos y censos sobre la producción de comida y ganado. Esto
siguió hasta mediados del 1800. Cuando llegó la independencia, surgieron cambios en la
economía, con la ruptura de rutas de comercio importantes, afectando especialmente a
las regiones andinas.

El poder político de los indígenas tuvo ciertas alteraciones, a pesar de que se decía que
eran iguales ante la ley, las estructuras coloniales de dominación seguían afectando la
realidad. Los antiguos líderes indígenas desaparecieron y en su lugar surgieron los
alcaldes de indios, no obstante, su influencia no era igual y tuvieron que encontrar
nuevas formas de ser reconocidos.
Formar una nación en el Perú tuvo obstáculos tales como las diferencias en términos de
economía y cuestiones étnicas, como culturas, religiones e idiomas distintos. Aun
cuando se podría haber creado un país con diferentes mezclas de grupos, esto no fue
posible puesto que el racismo heredado de la colonización iba más allá que solo
discriminación, ya que se negaba la humanidad de ciertos sectores. Los indígenas y
otras poblaciones no blancas eran considerados biológicamente inferiores según esta
ideología.

Esto llevó a cabo un enfoque peculiar en la construcción de la identidad nacional, el


concepto de un proyecto nacional en el siglo XIX significaba traer inmigrantes blancos
para "mejorar la raza". Esto trajo como resultado situaciones contradictorias, como una
república sin ciudadanos donde una minoría se consideraba la verdadera nación,
excluyendo a muchos, a pesar de los principios democráticos y liberales presentes en las
sucesivas constituciones (1823, 1828, 1834, 1856, 1867), la realidad de las bases
sociales, económicas, políticas, culturales e ideológicas del nuevo Estado contradecía
estos principios en muchos aspectos.
A diferencia de Europa, donde los estados surgieron después de la creación de naciones,
en el Perú se creó un Estado sin una base sólida de unidad nacional. Esto ha llevado a
un conflicto constante entre el gobierno y la sociedad, que sigue siendo un desafío
incluso en tiempos modernos.

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