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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERU

FACULTAD DE ECONOMIA

Crecimiento económico del Perú en el


siglo XVIII (1700-1800)
CÁTEDRA: Historia Económica del Perú
CATEDRÁTICO: Dr. López Balbín, Yofre
ESTUDIANTE: Carhuamaca Contreras, Carla Fiorella
SEMESTRE: V
EXPOSICIÓN: 8.2
LOS OBJETIVOS MERCANTILISTAS Y LIBERALES DE UNA REFORMA

El presente estudio muestra en forma sumaria las evidencias del crecimiento económico experi-
mentado por el virreinato peruano durante el siglo XIII y busca establecer las relaciones causales y
mutuas influencias entre auge comercial, reforma monetaria, relanzamiento de la producción minera y
crecimiento fiscal.
El nuevo diseño de la economía colonial, a partir de las reformas borbónicas, ocasionó un crecimiento
significativo que, a causa del intenso comercio importador promovido por la metrópoli, resultaría orientado
hacia fuera e incluso promovería, por la consunción del circulante interno, una rearcaización de las vías de
acceso a la mano de obra.
En el diseño mercantilista del programa de reforma conducido por los monarcas borbones, la renovación del
orden monetario constituía una piedra angular de la transformación económica. Una moneda fuerte de curso
saneado y acunado creciente aseguraría la permanencia de los cambios esperados y crearía las condiciones
precisas para hacer de ellos un proceso perfectible. No en vano la reforma comenzó con la modificación del
régimen monetario a raíz de las reales cédulas de 1728 y 1730.
Para los conductores de la reforma, todos los objetivos de la misma podían reducirse a sólo tres, concebidos
como los principales:
a. Establecer una producción dineraria de crecimiento constante.
b. Crear las condiciones al interior del mercado colonial para una expansión de la producción y el
comercio, con cambios monetarios y control fiscal.
c. Elevar la renta de la real hacienda.
Los políticos metropolitanos sabían bien que los ingresos de las reales cajas de Sevilla y del virreinato
crecerían en relación directa con el incremento de los sectores productivos de la Colonia, y, por consiguiente,
con la intensificación del comercio externo e interno que sobrevendría, al amparo de un consumismo que
España habría exacerbado y que el propio ascenso de la economía colonial se encargaría de solventar.
Los objetivos señalados resaltaban la presencia de la doctrina mercantilista, según la cual, la acumulación de
dinero precioso configuraba la riqueza de las naciones, siempre que una política de fomento y promoción a
la producción brindara la cobertura para el desarrollo de un mercado nacional de productores y
compradores.
Dejando traslucir la influencia del liberalismo, el gobierno concebía el mercado nacional corno un solo
cuerpo económico, conformado por las plazas de España y América, y a sus miembros como integrantes de
una misma nación. Una unidad, por cierto, con diversidad productiva o pluralidad de ventajas
comparativas.
España ofrecería a sus colonias y, en general, al mercado mundial, sus manufacturas locales y aquellas
extranjeras que por el camino del acabado final pudieran ser ofrecidas como "nacionales". Por lo demás, su
intermediación y control aduanero también le permitiría brindar a sus espacios ultramarinos los artículos
europeos convenientemente encarecidos, en resguardo de los productos locales.
América colonial, y específicamente el Perú, a través de las aduanas peninsulares proporcionaría, en primer
lugar, sus dineros por las compras que se efectuase y en segundo lugar, sus productos agropecuarios e
industrializados pasibles de auspicio en el comercio exterior.
"Los países que no tienen fábricas ni otros felices comercios activos con qué tomar de los demás, ya sean
nacionales o extranjeros, las monedas que necesitan por cambio, es fuerza que ocurran al dinero, que es la
señal apetecida que lo vale todo. En estos países el único camino es hacer prosperar las minas, toda vez que por
las carencias indicadas, en ellos no parece que pueda haber otros medios más útiles que los de aumentarse la masa
monetaria; con ésta crece la población, la agricultura, el comercio reflejo o pasivo, las artes permitidas y demás
partes subalternas; y sin ella y sin comercio todo sería pobreza absoluta o extremada. Un reino rico en dinero
fácilmente se hace cómodo al habitante, que lo adquiere con facilidad y más donde el lujo camina como aquí sin
regla alguna")
INCREMENTO DE LA RENTA FISCAL

La contabilidad de la tesorería matriz de Lima (cuadro N' 1) testimonia claramente el crecimiento del fisco real,
cuyos ingresos aumentaron en 3.8 veces del quinquenio 1725-29,2 al ponerse en práctica el primer tramo de la
reforma monetaria, al quinquenio 1790-94, cuando ya la reforma había recorrido todo su camino.
El ascenso señalado se produjo a pesar de la creación del virreinato de Buenos Aires (1776), que motivó que
las cajas de Potosí, Oruro, Carangas, Chucuito y La Paz dejaran de ser sufragáneas de la Caja de Lima, y no
obstante que el retiro de las mismas contrajo el ingreso del fisco limeño. Desaceleró la tendencia alcista que
venía imponiéndose hasta el quinquenio 1775-79 y se constituyó en una circunstancia decisiva para que la
tasa de crecimiento se redujera de 2,2 (quinquenios 1725-29 al 70-71) a 1,2 (períodos 1780-84 al 1790-94).
olvidar que la caja limeña constituía la mayor distribuidora de los haberes de la real hacienda, inyectando
de ordinario capitales a la economía privada de la Colonia por las vías preferentes de los gastos de gobierno
y salarios de la función pública. Así lo demuestra el cuadro N° 2, que en líneas generales destaca que sólo los
gastos militares y los salarios de la burocracia colonial consumieron el 50% del presupuesto fiscal virreinal
(promedio 1700-1784), mientras que lo remitido a Madrid en calidad de tesoro del Rey apenas si alcanzó a
ser el 5,3% del ingreso.
Estos datos confirman que el verdadero venero fiscal de la corona se encontraba en la tesorería de Sevilla y en
las que más adelante el libre comercio acreditó para el tráfico indiano. Ponen también de relieve el papel de
agente cofinanciador del crecimiento que le cupo al Estado colonial durante el siglo XVIII.
LA TENDENCIA DEL COMERCIO

Respecto al crecimiento del comercio, las evidencias históricas constatan el éxito de las medidas reformistas. El tráfico
comercial regulado por el Estado alcanzó volúmenes sorprendentes gracias a las disposiciones que hicieron que el
mercado colonial se desarrollara en una doble dirección: de una parte, expandiendo el número de habitantes
comprometidos con la circulación comercial monetizada4 y, de otra parte, intensificando el consumo ordinario de los
sectores pudientes de la sociedad. Ya lo decía Joseph Rodríguez de Carassa (1703-1773), un alto funcionario del
reino, cuando señalaba que el consumismo reinante era una característica muy propia de su tiempo:
"En el siglo pasado, con un vestido de paño pardo de estameña o perpetuáis se hacía la decencia del año. Las familias
no excedían de la moderación del padre de familia. La madre llevaba la frugalidad hasta la escasez, y eso se llamaba
virtud. Una mula hacía el porte de la persona, porque una calesa era profusión, y de las carrozas no se sabía más que
el nombre. Hoy todo es esplendor en el vestido, en la mesa y en todo género de porte. Las fiestas se hacen con
grandeza. El ornato de las iglesias- hoy se hace con alhajas de plata, como antes se hacía con maderos y pieles
dorados, aparatos que sólo tenían de plata y oro el corlo, como hoy tiene la sustancia...”
Dur ante el siglo XVIII del comerci o fue la vari able econ ómica de mayor cre cimiento. Este suceso se
hizo patente en las cajas reales, pues provocó una modificación de las cuotas que venían aportando los ramos más
importantes de la hacienda real a los fondos del fisco. En este sentido, los ingresos fiscales provenientes de las exacciones
al comercio se erigieron en los más relevantes, dejando bastante atrás a los derivados de quintos, azogue y tributos
(incluidos los tercios de encomienda), que hasta fines del siglo XVII habían constituido los ramos de más altos
ingresos.
En el septenio 1690-96, por citar un caso bastante conocido, el quinto real aportó el 21.95% del haber total de la Caja
de Lima regional y "venido de fuera" (13,676,783 pesos), la venta de azogue el 13.3% y los tributos el 8.3%, mientras
que los ingresos derivados del trato comercial, en el caso de la alcabala representaron sólo el 5.9% del total (809,146
pesos) y en el del almojarifazgo a duras penas alcanzaron el 2.7% (377,586 pesos) (Moreyra y Céspedes 1954).
Las cifras y porcentajes citados, asimismo, ponen al descubierto que la reforma económica logró su objetivo de alzar el
monto del erario a partir de un relanzamiento del comercio, inducido y sostenido por el Estado, que movilizaba en
no menos de tres veces a lo largo del lapso 1690-96 al 1773-1776.
CRECIMIENTO DEL FONDO CIRCULANTE INTERNO

El haber fiscal y el capital comercial no hubieran podido ascender si la masa dinerada a disposición de la economía
colonial, por su lado, no hubiera aumentado.' Esta dependencia basta para explicar las medidas que se adoptaron para
impulsar el rendimiento tanto de las minas como de las casas de amonedación del virreinato.
A la minería tocaba el proporcionar la plata piña, que luego de fundida y quintada en las tesorerías reales
quedaba convertida en barra o, en términos de la época, "moneda mayor", circulante con registro contable en
pesos ensayados. Las cecas eran las llamadas a acuñar las barras con registro de quinto y a ofrecer las "monedas
amonedadas" , circulante de cospel sellado.
Las previsiones gubernamentales a favor del sector minero y la presión sobre la minería derivada de la expansión
comercial desencadenaron un ascenso de la producción de plata, como lo verifican las cifras del cuadro N° 4, tabla que
por trienios e índices porcentuales reseña el crecimiento secular de la minería de todo el virreinato peruano de 1702 a
1800, con la particularidad de presentar las rendiciones regionales del Bajo Perú, Alto Perú (Oruro, Carangas,
Chucuito y La Paz) y Potosí, espacio este último que por su especial importancia ha sido desagregado del Alto Perú.
En cifras globales, a lo largo del siglo XVIII, la producción minera del virreinato creció en 3.5, coincidiendo los
tiempos de disloque alcista con los efectos directos de las medidas reformistas y con las exigencias impuestas al
ramo, por la necesidad de expandir el mercado dinerario (cuadro N° 4, índices del total de producción minera).
Así, el alza del trienio 1738-40 se debió a la rebaja del impuesto a la producción del sector (del quinto al diezmo) y
al proceso de capitalización minera que ocasionó esta reducción. El ascenso que se inicia durante el trienio 1747-49
resultó de la mejora del precio de comercialización de la plata, que fue obra de la reforma del régimen fabril de la
casa de amonedación.
Los incrementos del trienio 1756-58 y siguientes, en cambio, provinieron de la demanda comercial, que
aumentó debido a la provisión exuberante de los navíos de registro. A partir de estos años, un factor de
crecimiento fue también la acción estimulante de la Casa de la Moneda de Lima, que llegó a un nivel de
f u n c i o n a m i e n t o p l e n o, a l h ab e r c o n c l u i d o e n e l l a t o d o s l o s p a s o s d e l a r e fo r m a quedar
definida la administración privada de su fielatura. Este poder económico, basado en la propiedad rural urbana,
mostró su pujanza en la compra de oficios y títulos nobiliarios y en su capacidad financiera, que alcanzaba a
cubrir con "préstamos a daño" no menos de las dos - terceras partes del capital comercial que Lima
movilizaba en tiempos de feria.
Significativamente, durante el período 1751-75, los distritos mineros de Lima y Pasco aportaron el 70% de
la producción del Bajo Perú (Samarné 1992).
Midiendo y comparando los aportes de cada área a la producción total del virreinato (cuadro N° 5),
descubrimos tres grandes períodos. Hasta el trienio 1762-64, los espacios de Potosí y Alto Perú, en este
orden, proporcionaron las cuotas más altas. Durante el lapso 1765-67 a 1783-85, la región del Bajo Perú
tomó el segundo lugar al producir un valor que aproximadamente correspondió a la mitad de la rendición
potosina. A partir del trienio 1786-88 el espacio bajo-peruano asumió el liderazgo de la producción minera,
al llegar a ser su rendición, en promedio, un 6% más alta que la potosina.
Vista en sus detalles, la línea alcista de la minería bajoperuana presenta seis grandes
inflexiones, a saber: 171749, 1738-40, 1759-61, 1765-67, 1774-76 y 1786-88.
LAS ZOZOBRAS DE UNA CECA Y UNA CRISIS
ECONÓMICA EN MARCHA (1700-1730)
El presente estudio es una continuación de la investigación sobre el papel del dinero en la sociedad peruana
colonial, que iniciáramos en 19.atcon el auspicio del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), cuyo primer
resultado fue el libro Economía colonial y régimen monetario: Perú, siglos XVI-fue (Lima 1992, 3 tomos). Obra
complementada con otros dos trabajos: La Caja General de Censos de Indios (1997) y Dinero, régimen bancario y
líneas de crédito en el feudalismo colonial (1997).
La información cualitativa se ha obtenido de fuentes primarias (manuscritos y éditos del virreinato), y los
testimonios cuantitativos provienen de series macroeconómicas ya estudiadas por nosotros y por los
norteamericanos Te Paske y Klein. También hemos consolidado estadísticamente datos numéricos de libros
contables explorados en la presente investigación. Se ha hecho uso de los archivos históricos de las ciudades de
Lima, Sucre y Potosi.
En cuanto al método de observación y análisis históricos, hemos ido de los acontecimientos fenoménicos a la
profundidad de las realidades estructural y coyuntural, que dieron sentido e hicieron necesarios los hechos.
El trabajo contiene capítulos de texto narrativo, una descripción estadística compuesta de cuadros y gráficos
lineales, así como notas aclaratorias. Por sus características, constituye una obra de historia macroeconómica.
Las dos primeras décadas del siglo XVIII fueron importantes no solamente porque marcaron el comienzo de una
nueva dinastía gobernante (la borbónica), sino también porque se constituyeron en el marco temporal de una serie de
sucesos que arrastraron a la economía peruana a una crisis monetaria, comercial y fiscal, que alcanzó sus puntas
más críticas durante los años.1710- 1715.
La historia de esta crisis, sus causas y manifestaciones en la vida cotidiana, constituye el tema del presente estudio,
que tiene como punto de partida la revelac i ó n d e u n g r a n f r a u d e m o n e t a r i o a l i n t e r i o r d e l a C a s a
de la Moneda de Lima.
ACONTECIMIENTOS EN TORNO A LA DENUNCIA DE UN DELITO
MONETARIO
En julio de 1729, el Virrey José de Arrnendáriz, marqués de Castelfuerte, ordenó una investigación
sobre actividades fraudulentas en la Casa de la Moneda de Lima. Se sospechaba que se estaban
produciendo monedas de oro y plata de baja calidad y peso. Esta sospecha se basaba en documentos y
denuncias sobre irregularidades en la moneda que afectaban al comercio y las finanzas reales.
Se formó una comisión para investigar el asunto, que incluía a funcionarios de alto rango. Se realizaron
inspecciones en la Casa de la Moneda y se recogieron pruebas de monedas defectuosas. Se descubrió
que se estaban fabricando monedas con un peso y calidad inferior a lo requerido por las leyes. Esto
afectaba gravemente el comercio y las finanzas reales, ya que se perdían ingresos por la acuñación de
monedas de menor valor.
El fiscal de la audiencia acusó a los funcionarios de la Casa de la Moneda de cometer graves delitos
monetarios, incluyendo la fabricación de monedas defectuosas y la apropiación indebida de monedas
defectuosas. También se reveló que las monedas no se ajustaban a las ordenanzas reales y que se
guardaban monedas de encerramiento de manera irregular.
El proceso judicial se desarrolló durante meses, y algunos de los acusados fueron liberados con fianzas,
mientras que otros fueron liberados después de presentar argumentos en su defensa. Finalmente, el
caso fue enviado a la Junta Universal de Comercio y Moneda en Madrid para su revisión.
Este caso reveló un problema grave en la Casa de la Moneda de Lima y sus consecuencias en el
comercio y las finanzas coloniales.
1. Contexto histórico: Los eventos ocurrieron en julio de 1729, en Lima, en la época del Virrey José de
Armendáriz, marqués de Castelfuerte.
2. Investigación: El virrey ordenó una investigación sobre las actividades de los oficiales de la Real Ceca de
Lima debido a rumores sobre la confección de monedas adulteradas en cuanto a peso y calidad.
3. Problemas monetarios: Se descubrió que las monedas tenían defectos en su peso y calidad, lo que afectaba al
comercio y al tesoro real, además de fomentar el comercio ilícito.
4. Real Cédula de 1728: El rey emitió una cédula real en 1728 para abordar las irregularidades monetarias en
las colonias y castigar a quienes fueran culpables.
5. Investigación detallada: Se realizaron pruebas para verificar el peso y la calidad de las monedas, revelando un
fraude significativo en la producción de moneda.
6. Inculpados: El fiscal acusó al tesorero, a los ensayadores y a otros funcionarios de la Casa de la Moneda de
estar involucrados en el fraude.
7. Liberación de algunos acusados: A pesar de las acusaciones, algunos de los inculpados fueron liberados,
como el mercader de la plata, debido a la necesidad de mantener la acuñación en curso.
8. Causa económica estructural y coyuntural: Se sugirió que había factores económicos y estructurales que
contribuyeron a los problemas en la Casa de la Moneda.
9. Juicio y sanciones: El fiscal solicitó sanciones severas, incluyendo la confiscación de bienes y, en algunos
casos, la pena de muerte.
10.Suicidio de un acusado: El conde de Casa Real, tesorero de la ceca potosina, se suicidó debido a la presión
judicial.
Los argumentos justificatorios de la defensa (causas acontecimentales)
El caso de la investigación en la Casa de la Moneda de Lima en 1729 involucró una defensa por parte de los ministros de la moneda acusados. Argumentaron diversas razones,
incluyendo razones legales, técnicas y económicas, para justificar sus acciones y descargarse de cualquier sanción. A continuación, se detallan estas razones:
Razones Legales:
1. Decreto del Virrey Conde de la Monclova (1705): Los ministros argumentaron que un decreto emitido en 1705 autorizaba al tesorero de la Casa de la Moneda a
retener parte de los derechos cobrados como "feble" (por peso insuficiente) en las monedas. Sostenían que "feble" se refería a ajustar las monedas a su peso preciso al
ponerlas en la balanza.
2. Resultados Aprobatorios de Visitas Anteriores: Hicieron referencia a visitas anteriores a la Casa de la Moneda, como la de 1712, en la que un oidor superintendente
declaró que el funcionamiento de las oficinas era adecuado y que los ministros eran "buenos ministros".
3. Desestimación de Denuncias Anteriores: Se argumentó que la denuncia presentada en 1708 por el guarda mayor de la fábrica, Diego Rodríguez de Guzmán, no
condujo a correcciones significativas en las prácticas denunciadas. Rodríguez había revelado prácticas irregulares en la acuñación de monedas, como no guardar una
moneda de cada especie en una partida y labrar un número excesivo de pesos por marco de plata. Sin embargo, estas denuncias no llevaron a medidas correctivas.
4. Aparente Aprobación de las Prácticas por Parte de los Virreyes: Afirmaron que las prácticas en cuestión no habían recibido objeciones por parte de los virreyes, lo
que implicaba una especie de aprobación tácita. Se mencionaron casos en los que virreyes anteriores no tomaron medidas para cambiar estas prácticas.
Razones Técnicas:
1. Errores Técnicos en la Fundición y Ensayo: Se argumentó que las diferencias en la fineza de las monedas a veces se debían a errores en la fundición de las barras de
metal y en la mezcla de los metales para fabricar los rieles. Además, se afirmó que un ensayo defectuoso podía llevar a una mala estimación de la fineza de la moneda.
2. Pérdida de Peso Durante el Proceso: Se señaló que las monedas perdían peso durante el proceso de acuñación debido a la pérdida de material y al desgaste durante la
manipulación.
• Razones Económicas:
1. Importancia del Mercader de la Plata: Se argumentó que el mercader de la plata desempeñaba un papel crucial en el sistema económico colonial. Era responsable de
proporcionar monedas acuñadas a la economía y aseguraba la expedición del quintaje de los metales preciosos.
2. Necesidad de un Margen de Ganancia: Se afirmó que sin la posibilidad de obtener un margen de ganancia a través del feble, los mercaderes de la plata habrían
abandonado sus actividades, ya que no podían trabajar a pérdida.
3. Costos de Acuñación: Se presentaron cálculos detallados de los costos de acuñación por parte del mercader de la plata, que demostraban que operar sin el feble resultaría
en pérdidas significativas.
EL TRASFONDO DE LOS ACONTECIMIENTOS: UNA CRISIS ECONÓMICA Y SUS CAUSAS
ESTRUCTURAL Y COYUNTURA

El trasfondo de los acontecimientos en la Casa de la Moneda de Lima en el siglo XVIII revela una crisis económica que tuvo causas tanto
estructurales como coyunturales. A pesar de las razones legales, técnicas y económicas que se argumentaron para justificar las prácticas
fraudulentas de acuñación de monedas de peso insuficiente, esta crisis económica subyacente desempeñó un papel fundamental en los eventos.
A continuación, se detallan los aspectos clave:
Crisis Económica y Urgencia (1708-1716):
Durante los años iniciales del siglo XVIII y especialmente entre 1708 y 1716, la Casa de la Moneda de Lima experimentó una situación de
urgencia. Hubo una disminución significativa en los internamientos de plata y, por lo tanto, en el número de partidas de monedas acuñadas.
Los derechos cobrados no eran suficientes para cubrir los costos de subsistencia diaria de los ministros, oficiales y peones de la Casa de la
Moneda. Incluso se autorizó a los empleados a formar cuadrillas de alguaciles para buscar barras de plata introducidas ilegalmente en la
ciudad.
Precariedad Económica:
La crisis económica afectó no solo a los empleados de la Casa de la Moneda sino también a todos los que recibían fondos del fisco real. Se
produjo una constante rebaja de las remuneraciones de los funcionarios mayores y la imposición de gravámenes sobre sus salarios. Para los
empleados de niveles inferiores, se les debían salarios atrasados, lo que los convertía en acreedores forzosos de la Real Hacienda. Solicitudes
desesperadas para el pago de sueldos atrasados revelaban la difícil situación de los empleados, incluyendo enfermedades y penurias económicas.
Impacto en la Sociedad y Relaciones Laborales:
La crisis económica también afectó a los esclavos domésticos y exacerbó las tensiones en las relaciones laborales. Los castigos a los esclavos
para que aceptaran peores condiciones de vida y más trabajo contribuyeron al aumento del cimarronaje y el palenquismo.
Declive Económico de Lima:
Visitantes extranjeros, como Frezier, notaron que Lima estaba empobrecida en comparación con su pasado. Se observó una disminución de la
moralidad en la ciudad, con funcionarios de gobierno que buscaban en sus cargos una oportunidad para enriquecerse. Se mencionó la práctica
de redimirse de acciones incorrectas dejando "por heredera a sus almas", lo que indica una falta de ética generalizada. Se notaron fiestas
públicas con escenas irreverentes y burlonas como un intento de distraer a la población de la difícil situación económica.
Tiempo de crisis económica (índices cuantitativos)
Durante las dos primeras décadas del siglo XVIII, el Perú colonial experimentó una crisis económica que afectó varios sectores de su
economía. Esta crisis fue la segunda gran recesión económica en la región, y tuvo similitudes con la primera recesión. A continuación, se
presentan los aspectos clave de esta crisis económica:
Producción Minera: La producción minera de barras quintadas sufrió una contracción significativa desde 1703 hasta 1723, con
fluctuaciones menores. La minería en el Bajo Perú (zona costera) experimentó una caída en 1705 que se mantuvo hasta 1716, siendo más
drástica entre 1710 y 1712.En general, la contracción fue más profunda en el Bajo Perú, mientras que en lugares como Oruro, La Paz,
Carangas y Chucuito la reducción fue menos significativa.
Producción Monetaria:
La acuñación de monedas en la ceca de Potosí comenzó a declinar a partir de 1706 y se mantuvo constante hasta la década de 1720. Lima
experimentó una contracción aún más grave en la producción monetaria durante el período 1708-1716. Sin embargo, la producción de
escudos tuvo una tendencia alcista debido a su alto valor liberatorio.
Recaudación Fiscal:
Los ingresos fiscales de las tesorerías sufragáneas (provinciales) se contrajeron severamente y de manera constante entre 1709 y 1718, con
una fuerte caída entre 1714 y 1717.Los ingresos regionales de la Caja de Lima también se vieron afectados, especialmente entre 1712 y
1715.
Ingresos y Gastos de la Caja de Lima:
Los ingresos de la Real Caja de Lima se vieron afectados negativamente, con una disminución de los cargos de alcabala y almojarifazgo. El
rubro de comisos experimentó un aumento significativo en algunos años, indicando la intervención del contrabando francés y la
corrupción. El empréstito mostró un incremento, especialmente entre 1706 y 1711, pero luego experimentó una disminución. El
valimiento de sueldo, un impuesto sobre los salarios, se suspendió entre 1714 y 1717 y luego se recaudó con un porcentaje del 5% y 10%.
Impacto en el Comercio:
La crisis monetaria y fiscal tuvo un impacto en el comercio de tráfico lícito, y las ventas disminuyeron significativamente. La alcabala, un
impuesto a la compra-venta, se redujo drásticamente en varios sectores comerciales de Lima. Las estimaciones sugieren que el comercio
había caído de movilizar un capital comercial de aproximadamente 9 millones cuatrocientos mil pesos al año a solo dos millones de pesos
anuales en los años posteriores a 1708.
Las causas estructural y coyuntural de la crisis
• Causas Estructurales:
1. Redefinición de los Ejes Económicos: Durante el siglo XVII, se produjo una redefinición de los ejes
económicos en el espacio del Bajo Perú. Esto implicó un cambio en los circuitos de producción y comercio
regionales, que alteró la economía colonial establecida en el siglo XVI, que se centraba en el eje Lima-Potosí.
• Causas Coyunturales:
1. Contrabando Francés: Entre 1700 y 1720, un gran número de mercantes franceses llegaron a la costa del
Pacífico y se involucraron en el contrabando de mercancías. Estos barcos introdujeron productos europeos a
los puertos intermedios de la costa del mar Pacífico, lo que socavó el sistema comercial establecido y redujo
los ingresos fiscales debido a la evasión de impuestos.
2. Extravíos de Plata: Hubo un problema significativo de extravío de plata en forma de "piñas" que se dirigían
hacia Buenos Aires y se perdían en grandes cantidades. Esto resultó en la pérdida de una cantidad
significativa de plata que no se podía contabilizar adecuadamente ni amonedar, lo que afectó la economía
colonial.
3. Corrupción Administrativa: Se menciona la corrupción generalizada en todos los niveles del Estado, desde
funcionarios de alto rango como el Virrey hasta funcionarios de menor rango como los corregidores. Esta
corrupción facilitó el contrabando y otros actos ilícitos.
BIBLIOGRAFIA
▪ TITULO: Historia de la economía colonial – Tomo I
▪ AUTOR: CARLOS LAZO GARCIA.
▪ EDITORIAL: Fondo editorial del Pedagógico San Marcos .
▪ PAIS: Perú
▪ AÑO: 2006
▪ PÁGINAS: 60

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