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2 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

Escribo este texto en agosto de 2020, cuando falta apenas un mes para que
se cumplan 11 años desde que comencé a escribir el Blog Numismático. Desde
sus inicios, en este blog he escrito todo lo que he aprendido de la numismática,
atendiendo las tres vertientes que considero que tiene: el coleccionismo, la historia
y la inversión.
Durante sus primeros años, el Blog versaba más sobre los aspectos básicos del
coleccionismo, explicando sobre todo qué expectativas puede tener un coleccionista
y qué comportamientos le evitarán verse estafado. Estos temas se tratan ahora con
menos frecuencia, dejando más espacio para los asuntos históricos y de mercado. Esto
se debe a que en el Blog Numismático ya hemos llegado a una conclusiones razon-
ablemente sólidas para cómo coleccionar disfrutando de las piezas que adquiramos.
Hablo en plural porque estas ideas surgen del debate con otros participantes de la
comunidad numismática online, de la que formo parte y a la que estoy enormemente
agradecido por haberme enseñado tanto.
Uno de los problemas de que los principios para iniciarse en la numismática se
traten menos en el Blog Numismático es que quienes empiezan ahora deben bucear
en las entradas escritas hace casi una década para encontrar la información que
buscan. Información que, como en todo blog, se encuentra bastante dispersa. Por eso
he escrito el presente texto, que pretende responder de manera breve y sintética las
preguntas que más me han hecho los coleccionistas nóveles durante estos años. El
lector verá que en el texto dejo bastantes enlaces a entradas del Blog Numismático
donde se hemos tratado ciertos temas con más extensión. Os invito a leer dichas
entradas, a buscar más información en el Blog Numismático y a seguir las nuevas
publicaciones. No os quepa duda que estos y otros temas numismáticos seguirán
apareciendo.

Fig. 1 Fernando VII. 8 reales de México 1809. Vendida por 120 euros en Numismática Llamas.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 3

1 ¿Es muy caro coleccionar monedas antiguas?

No.
Una de las grandes ventajas de nuestra afición es que se adapta a todos los
bolsillos. De casi todas las épocas hay monedas que cuestan cientos de miles de
euros a la vez que hay monedas que cuestan menos de 10 euros. No hay ninguna
errata: hay monedas romanas, medievales o de los Austrias que cuestan menos de
10 euros. Obviamente no serán monedas acuñadas en metales nobles ni estarán muy
bien conservadas, pero podrás tener en tus manos un pedazo de historia que puedes
disfrutar, conservar y estudiar.
Como muestra de lo que digo, he ilustrado este documento con imágenes de
monedas que recomendaría a un coleccionista medio. Cada moneda incluye el precio
al que fue vendida (en el caso de ventas directas) o rematada (en el caso de ventas
a través de subastas). Con estos precios puedes hacerte una idea de lo que supone
adquirir monedas bonitas de estas épocas.

Fig. 2 Julia Domna. Denario. Rematada por 66 euros en Ibercoin.

Debes tener en cuenta que a los precios de remates de subasta se debe sumar un
18% más los gastos de envío para saber lo que pagó el coleccionista final por ello.
Por ejemplo, el denario de Julia Domna que se muestra en la Figura 2 se remató en
una subasta pública por 66 euros; por tanto, el comprador pagó casi 78 euros más
portes por él.
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2 ¿Cómo puedo saber el valor de mis monedas?

Sobre esta cuestión tengo dos noticias que darte. La primera es buena: tasar monedas
es más fácil que tasar otro tipo de objetos históricos porque casi siempre se pueden
encontrar monedas semejantes que nos sirvan como referencia. La segunda es mala:
tasar monedas es complicado para alguien que comienza. La razón es que el precio
de una moneda depende en gran medida de su grado de conservación (hablaremos
de ello posteriormente). Por eso, se puede ver una moneda que vale 100 euros y otra
que vale 1.000 sin que la diferencia sea obvia para un ojo no experto.
Aquí presenté un tutorial sobre cómo tasar gratuitamente una moneda. Otra buena
opción para tasar monedas españolas es utilizar el buscador del historial de remates
de Áureo Calicó, de uso público y gratuito.

Fig. 3 Hixam II. Dirham de Al-Ándalus. Rematada por 85 euros en Tauler & Fau.

En el caso de que hayas heredado una colección y quieras saber su valor aprox-
imado, muchas veces es más sencillo utilizar el sentido común y entender que su
precio actual será proporcional al precio que se pagó en su día. Si tu abuelo en vez
de tomar un café guardaba esa moneda y la metía en un álbum, lo normal es que esa
moneda ahora no valga nada (es el caso más común); si tu abuelo apartaba todos los
meses un dinerillo y compraba una moneda que costase lo que en su día costaban
unos pantalones, lo normal es que cada una de esas monedas pueda valer hoy lo que
valen unos pantalones; y si tu abuelo ahorraba duramente e invertía en una moneda
los ahorros de todo un año, entonces lo normal es que esa moneda hoy valga varios
miles de euros. Lo que no es razonable pensar es que tu abuelo se quedaba sin tomar
un café, guardaba esa moneda y ahora vaya a valer varios miles de euros.
Si después de hacer el esfuerzo de tasar tus monedas crees que tienes algunas que
puedan tener un valor importante y quieres saber mi opinión o que te asesore sobre
cómo proceder, puedes escribirme un correo electrónico.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 5

3 ¿Qué monedas me recomiendas coleccionar?

Me resulta curioso que esta sea una de las preguntas que más me hacen quienes
se inician en la numismática. Es tanto como si se pregunta a un aficionado al cine
si es preferible ver películas de terror o de humor: todo dependerá de tus gustos
personales.
A la hora de seleccionar una serie para coleccionar, yo tendría en cuenta cuatro
factores por este orden:
1. Tus intereses históricos y estéticos.
2. El tiempo que puedas dedicar.
3. El dinero que puedas gastar.
4. El factor social.
Para mí lo más importante son tus intereses históricos y estéticos. Si te gusta
mucho la historia de Roma, es razonable que comiences una colección de moneda
romana. Si te llama mucho la atención la historia de Polonia, es razonable que te
hagas con monedas o billetes polacos. Si te priva el arte gótico, quizá puedas pensar
en una colección de moneda bajomedieval europea.
Por si te encuentras en esta tesitura, he buscado la variedad de monedas a la hora
de ilustrar el presente documento. Viendo estas imágenes y leyendo sus descripciones
tendrás una primera impresión de qué monedas te llaman más la atención y cuáles
no te atraen tanto. Si tienes la suerte de posar algún ejemplar semejante en tu mano
(¡la tendrás!) estoy seguro de que rápidamente detectarás si es el tipo de monedas
que quieres coleccionar. ¡Se suele sentir un vuelco en el corazón!

Fig. 4 Señorío de Montpellier. Diner melgorès acuñado en Narbona. Rematada por 45 euros en
Áureo & Calicó.

Una vez determinado el periodo y el área geográfica, quizá lo mejor sea centrarse
en una serie sencilla que se acomode a tu bolsillo y al tiempo que puedas dedicarla.
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Salvo en periodos muy concretos (v.gr. los visigodos, pues acuñaron casi exclusiva-
mente tremises de oro como el de la Figura 31) va a haber series que se adapten a
los bolsillos de un trabajador español de clase media. Para inciarte te recomiendo
adquirir series populares que resultan sencillas y, por lo general, no muy caras (v.gr.
dos ejemplos típicos son los duros de plata, como los de las Figura 23 y 40 o denarios
imperiales, como el de la Figura 2). ¡Estoy seguro de que disfrutarás mucho esas
monedas!
Tras cierto tiempo coleccionando estas series es probable que la colección derive
a algo más personalizado. En vez de una "serie tipo" la colección puede mostrar algo
que le interese al "autor de la colección". Por ejemplo, una colección de moneda
española del siglo XIX puede ser el germen de una colección que describa las
revoluciones liberales, incluyendo monedas francesas, italianas, latinoamericanas...
Puede incluso que algunos coleccionistas se animen a profundizar en series muy
poco estudiadas para las que apenas existen bibliografía (v.gr. fichas de pago privado
en las haciendas puertorriqueñas). De esa forma su coleccionismo deriva en una
investigación numismática que seguramente no le requiera mucho dinero pero sí
mucho tiempo. Ese tipo de colecciones personalizadas me resultan muy interesantes
pero al principio resulta más sencillo seguir una "serie preconfigurada".

Fig. 5 Felipe IV. 4 reales de Potosí, 1652. Rematada por $425 en Daniel Frank Sedwick Inc.

El factor social también es algo a tener en cuenta porque el coleccionista con


gustos muy raros puede acabar viéndose solo. Gracias a la Web hoy en día se pueden
adquirir monedas de comerciantes y casas de subastas de cualquier parte del mundo,
por lo que prácticamente se puede forjar cualquier colección desde cualquier lugar.
Pero, como en el resto de las aficiones, parte del disfrute proviene de compartir
buenos ratos, contar anécdotas e intercambiar experiencias con otros aficionados. Si
un español colecciona moneda livonia es de esperar que su colección no despierte
mucho interés en su entorno.
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4 ¿Es mejor coleccionar monedas a coleccionar billetes?

Coleccionar monedas o billetes es una cuestión de gustos. En 2016 escribí una


entrada donde comentaba las diferencias entre coleccionar monedas y billetes. Aquí
os dejo un resumen, puesto que si estáis dudando si decantaros por los metales o por
el papel moneda, seguramente os haga reflexionar.
Las primeras diferencias entre coleccionar monedas y billetes se deben a que lo
que se colecciona es diferente. Las monedas son pequeños pedazos de metal mientras
que los billetes son papelotes algo más grandes. Las monedas son objetos pensados
para perdurar, pues están fabricadas en metales estables con el propósito de que
el valor se guarde en el muy largo plazo. En cambio los billetes son papeles que
se deshacen por menos de nada. Por eso los billetes son mucho más complicados
de conservar que las monedas, ya que hay mil peligros que pueden empeorar su
conservación e incluso destrozar el ejemplar: incendios, humedad ambiental, inun-
daciones, ratones, insectos, moho, cualquier mínimo doblez. A favor de los billetes
se puede decir que al ser más grandes y a todo color permiten representaciones de
dibujos mucho más complejas. Hay diseños de monedas realmente bonitos, pero en
los billetes cabe un diseño más complejo que combine tintas de diferentes colores.

Fig. 6 25 pesetas de 1946, Florez Estrada. Rematado por 46 euros en Soler & Llach.

Por otro lado, las monedas son más sencillas de ser falsificadas porque no in-
cluyen los sistemas de seguridad que incluyen los billetes. Ahora bien, los billetes
suelen ser más propensos a ser restaurados que las monedas y esas restauraciones
(lavados, reconstrucciones, planchados) son bastante complicados de detectar. Otra
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diferencia clara a la hora de coleccionar es que los billetes tienen una numeración.
Esta numeración permite coleccionar números bonitos o bajos y facilita la tarea de
seguir los ejemplares que van saliendo al mercado.
Los aspectos históricos también marcan una clara diferencia. Mientras que las
monedas llevan con nosotros 2600 años, los billetes se produjeron a gran escala
desde hace solo 200. Es más, al haberse fabricado monedas a gran escala desde la
antigüedad y al ser objetos que perduran, cualquier persona de clase media puede
coleccionar monedas desde los griegos hasta la actualidad; sin embargo, quien
quiera hacerse con billetes anteriores al siglo XX tendrá que desembolsar cantidades
importantes. Esta carencia histórica se suple en parte gracias a que los billetes muchas
veces representan motivos históricos. En cambio son rarísimas las representaciones
de motivos pretéritos entre las monedas anteriores al siglo XX.
El mercado notafílico es mucho más reducido que el mercado numismático, si
bien los notafílicos tienen sus propias convenciones donde está prohibido vender
monedas. El que sea un mercado tan pequeño hace que muchos de los coleccionistas
se acaben conociendo y también que sea un mercado mucho más sencillo de manip-
ular que otros mercados más grandes. Otro tema es que muchos de los coleccionistas
de billetes se internacionalizan por motivos estéticos. Conozco coleccionistas es-
pañoles de billetes que se centran en las colonias francesas simplemente porque les
gusta su estética. Esto no suele darse entre los coleccionistas de monedas.

Fig. 7 Consell Municipal de Llinars. 50 céntimos. Vendido por 45 euros en Numag.


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5 ¿Una colección de monedas es una buena inversión?

La respuesta a esta pregunta dependerá de qué se entiende por "buena inversión". Yo


creo que la numismática es una buena forma de refugiar un capital. Es decir, creo
que las monedas en el largo plazo conservan su valor.
Si alguien comienza a coleccionar con la intención de ganar dinero, mi consejo es
que lo deje porque seguramente lo acabe perdiendo y no disfrute de esta maravillosa
afición. No es razonable pensar que vayamos a comprar una moneda a un comerciante
y que al día siguiente la vayamos a vender más cara. Y mucho menos que, pasados
unos meses, vayamos a vendérsela a ese mismo comerciante al mismo precio al que
él nos la vendió.
La actitud del coleccionista debe ser otra. Debe entender la numismática como su
afición, al igual que a quien le guste el golf o la pintura. La diferencia es que el día
de mañana el dinero empleado en la cuota del club de golf o en las clases de pintura
no se podrá recuperar. En cambio, el dinero empleado en adquirir monedas se podrá
recuperar en parte. Cuánto se recuperará dependerá de la serie coleccionada y de la
pericia del coleccionista.

Fig. 8 Fernando VI. 8 escudos de Lima, 1751. Rematada por 1500 euros en Silicua Subastas.

Como este texto se centra en el coleccionismo numismático y no en la inversión


numismática, no voy a profundizar más en estos temas. En el Blog Numismático
hemos hablado mucho sobre inversiones numismáticas debido a que apenas se ha
tratado este tema en ningún otro medio en castellano. Yo sugeriría al lector interesado
que comience por este vídeo y después siga por este artículo, la entrevista a Caballero,
la opinión de Gregorio Toulemonde y la serie de 10 artículos "una colección como
plan de pensiones".
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6 ¿Qué libros o catálogos me recomiendas comprar?

Hay un dicho: "compra el libro antes que la moneda". Yo creo que hoy habría que
reforumarlo a "estudia las monedas antes de comprarlas". La diferencia está en que
antes la mejor forma de adquirir información numismática (y en muchos casos, la
única) era a través de libros; hoy gracias a la Web tenemos mucha información
disponible en otros formatos.
Yo recomendaría adquirir un libro que dé una visión general de las acuñaciones
de una época, para luego buscar información más específica sobre temas concretos.
Esta información específica puede encontrarse en otros libros, pero también artículos
académicos, revistas, literatura gris (v.gr. blogs o comentarios en foros y redes
sociales), ponencias, bases de datos... En el Blog Numismático hago un gran esfuerzo
por citar todas mis fuentes, por lo que cualquier lector encontrará miles de referencias
interesantes en las entradas que ya están publicadas.

Fig. 9 "Numismática Española. Catálogo de todas las monedas emitidas desde los Reyes Católicos
hasta Felipe VI. 1497 a 2020". A la venta por 65 euros.

Algunas sugerencias de catálogos genéricos son las siguientes. En lo que se refiere


a numismática de la Monarquía Española, sin duda el Calicó de 2019 es la mejor
opción. Para quien quiera introducirse en la numismática clásica yo le recomendaría
los libros de Sear. Sobre la numismática medieval la bibliografía es más dispersa
pero si solo tengo que recomendar un libro sería Medieval European Coinage –
The Iberian Península. En cuanto a catálogos de monedas o billetes mundiales,
las principales referencias son los catálogos de Krause. En el Blog Numismático
publico con frecuencia reseñas a novedades bibliográficas, por lo que ahí tenéis más
información.
Un último apunte es que el lector debe ser muy crítico cuando lea publicaciones
numismáticas. Hay autores a quienes su ilusión por realizar grandes hallazgos les
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 11

Fig. 10 "Roman Coins and their Values". 4ª Edición (1988). A la venta por 42 euros.

hace imaginar más de la cuenta a la hora de sacar conclusiones. Otros muchos no


son lo suficientemente rigurosos en la metodología seguida (fijaos los pocos libros
o artículos numismáticos que tienen una sección metodológica), lo que les hace
reportar datos erróneos. Este es un problema conocido y que hace que algunos
errores se hayan propagado durante más de un siglo.

Fig. 11 "Standard Catalog of World Coins, 1901-2000". 47ª Edición (2019). A la venta por 45
euros.
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7 ¿Dónde me recomiendas que compre monedas?

Es evidente que yo voy a recomendar comprar monedas en las tiendas o en las


subastas de los patrocinadores del Blog Numismático. Las imágenes que ilustran
este documento proceden de dichos comerciantes. Os animo a visitar sus webs,
donde encontraréis ventas a precio fijo o subastas.
Esta recomendación es sincera. Yo he tenido tratos con todos ellos y con todos he
salido contento. Tampoco he oído quejas más allá de problemas puntuales que han
sido resueltos con buena fe. Todos ellos son profesionales serios que cuidan a sus
clientes, que garantizan las monedas que venden y que proporcionan una factura de
compra en cada venta.
Quien me lea hará bien en explorar a otros comerciantes o casas de subastas si
lo considera oportuno. En ese caso yo le sugeriría que exija lo mismo: garantía de
autenticidad y factura si la compra es importante. También le recomendaría comenzar
comprando a profesionales autónomos porque así les pueden pedir asesoramiento
con sus compras.

Fig. 12 Reino Unido. 1 onza de plata "Britannia" 2020. Vendida por 27 euros en Andorrano Joyería.
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8 ¿Qué es el grado de conservación de una moneda o de un


billete?

El grado de conservación de una moneda o de un billete se refiere a la belleza propia


de un ejemplar en concreto. En el caso de las monedas de los siglos XIX, XX y
XXI este grado de conservación se relaciona casi exclusivamente con el desgaste
que tenga la moneda; en monedas anteriores, que eran fabricadas con técnicas más
rudimentarias, su labra juega un papel importante, pues pueden presentar defectos de
acuñación (hojas, descentrados...); en los billetes se atiende a dobleces, oxidaciones,
pérdidas de color...
Una moneda tiene un grado de conservación más alto "cuanto más perfecta esté".
Determinar este grado es muy importante porque el precio de una moneda depende
en gran medida de su grado de conservación. Así, hay monedas que valen 20 euros
en un grado de conservación bajo pero cuyo precio puede ascender a 2.000 euros o
más en un grado de conservación extraordinario.
El grado de conservación de una moneda es algo puramente cualitativo, pero
para facilitar su comunicación se han definido escalas de valores. Así, en España
se considera una escala de 16 valores, si bien los grados inferiores a BC apenas se
usan: MC, MC+, RC-, RC, RC+, BC-, BC, BC+, MBC-, MBC, MBC+, EBC-, EBC,
EBC+, SC-, SC1.

Fig. 13 10 céntimos, 1941. Vendida por 13 euros en Numismática Llamas.

1 MC significa "Mala Conservación"


RC significa "Regular Conservación"
BC significa "Buena Conservación"
MBC significa "Muy Buena Conservación"
EBC significa "Extremandamente Buena Conservación"
SC significa "Sin Circular"
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La escala estadounidense define, además de una escala cuantitativa, un grado


numérico del 1 al 70. Esta escala se ha convertido en una especie de estándar inter-
nacional, debido al peso de Estados Unidos en el mercado numismático mundial. Los
grados que define son: poor, about good, good, very good, fine, very fine, extremely
fine, about uncirculated, uncirculated. Aquí podéis ver una tabla de equivalencias
entre ambas escalas y también con las escalas de otros países.
El principal problema es que se tratan de unos grados cualitativos y el criterio de
los comerciantes para asignar un grado u otro no siempre coinciden. Especialmente
cuando se habla de monedas anteriores al siglo XVIII, pues hay multitud de factores
a tener en cuenta (v.gr. un comerciante puede dar más importancia a la calidad de la
acuñación y otro al desgaste sufrido por la moneda). Esta asignación de grados es
un tema bastante polémico.
Yo recomendaría a los coleccionistas que empiecen a que se familiaricen con los
grados de conservación y que aprendan a valorar una moneda desarrollando un gusto
propio lo antes posible. Así aprenderán rápidamente a distinguir los vendedores que
ofrecen una moneda MBC diciendo que es EBC. Aquí explico un ejercicio que se
puede llevar a cabo. También os recomiendo echar un vistazo a la serie de entradas
"Distinguir lo bueno de lo mejor".

Fig. 14 Bolivia. 2 soles de Potosí, 1830. Rematada por 65 euros en Ibercoin.


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9 ¿Qué son los servicios de certificación de monedas y billetes?

Ya se ha visto que determinar la autenticidad y el grado de conservación de una


moneda es un problema para los coleccionistas. Además, como los criterios para
determinar el grado no coinciden entre comerciantes, el coleccionista se puede
sentirse engañado a pesar de que el comerciante no actuase con mala fe al venderle
una moneda. Para paliar estos problema surgieron en Estados Unidos unas empresas
de certificación. La idea es que una empresa, ajena a los intereses de compradores
y vendedores, determine la autenticidad y el grado de conservación de las monedas
encapsulando la pieza junto con una etiqueta que la certifique.
La idea es buena. Especialmente para las empresas certificadoras. Ese mercado de
la certificación eclosionó pero ahora se ha asentado como un duopolio que ha hecho
ganar a estas empresas enormes cantidades de dinero. Este duopolio lo conforman
NGC y PGCS para las monedas, y PMG y PGCS Banknotes para los billetes. Ni
qué decir tiene que gradúan según los estándares estadounidenses. Para rizar el rizo,
también existe CAC, que es una empresa que verifica que las anteriores asignaron
un grado adecuado a la moneda (es decir, certifican la certificación).

Fig. 15 Prusia, Guillermo I. 1 thaler de Berlín, 1861. Encapsulada por PGCS. Rematada por 110
euros en Tauler & Fau.

En Estados Unidos el uso de estas empresas es generalizado hasta el punto de


que muchas de las casas de subastas no venden ninguna moneda que no haya estado
certificada por alguna de las anteriores empresas. En cambio, en Europa el uso de
monedas certificadas no es tan común. Esas empresas reciben críticas muy duras por
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parte de algunos coleccionistas y comerciantes a la vez que otros las defienden. Entre
los coleccionistas notafílicos, el uso de los certificados está mucho más extendido.
Mi opinión personal es que estos servicios tienen sentido para los billetes y las
monedas de acuñados industrialmente (del siglo XVIII en adelante, si se quiere
poner una fecha concreta). No creo que tenga sentido determinar en un número el
grado de conservación de una moneda acuñada a martillo, puesto que hay muchos
criterios distintos para determinarlo. Más aún cuando estas empresas no garantizan
la autenticidad de las monedas graduadas de la Edad Antigua.

Fig. 16 500 pesetas de 1931, Juan Sebastián de Elcano. Encapsulado por PMG. Rematada por 120
euros en Soler & Llach.
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10 La numismática tiene un vocabulario propio muy amplio.


¿Hay algún glosario?

Se han publicado en papel varios glosarios de numismática en castellano. Pero hay


tres muy buenos y disponibles gratuitamente en la Web.
El primero lo escribió Enrique Rubio Santos y lo ofreció de manera abierta.
Esto hace que hoy sean muchas las webs que lo reproducen. Por ejemplo, podéis
encontrarlo aquí.
El segundo es el Diccionario de Numismática escrito por Carmen Alfaro, Carmen
Marcos, Paloma Otero y Paula Greñada. Es un excelente diccionario de descarga
gratuita.
El tercero es el Glosario de Numismática Antigua que Manuel Pina ofrece en su
web. Una web excelente para introducirse en la numismática antigua, por otro lado.

Fig. 17 Medalla de plata acuñada en Cádiz para conmemorar el matrimonio de Fernando VII y
María Isabel de Braganza, 1816. Rematada en $130 euros por Daniel Frank Sedwick Inc.
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11 ¿Qué son las monedas bullion?

Las monedas bullion son las que valen exclusivamente su precio como metal, ya sea
oro o plata. Se podría decir que se compran y se venden como si fuesen lingotes.
Por lo general estas monedas van más dirigidas a inversores en metales preciosos
que a coleccionistas numismáticos. Muchas de las monedas de oro emitidas en los
siglos XIX (v.gr. 20 francos franceses, soberanos británicos...) y XX (v.gr. 100 soles
de Perú, 100 coronas austriacas, krugerrands sudafricanos...) se compran y venden
como bullion. A día de hoy hay muchos países emisores de monedas bullion en
oro y plata, como Australia, China, Canadá, Sudáfrica, México... Son monedas que
al coleccionista o inversor le cuestan levemente más que su valor intrínseco como
metal.

Fig. 18 Australia. 1 onza de plata "Canguro" 2020. Vendida por 27 euros en Andorrano Joyería.

Las monedas bullion son perfectamente coleccionables. De hecho, hay muchos


que siguen una serie bullion (v.gr. los canguros australianos de la Figura 18 o las
onzas de Britannia de la Figura 39) y se hacen con un ejemplar de oro o plata cada
año. Lo importante es siempre ser conscientes de que en el futuro lo normal es
que no valgan más que su contenido en oro o plata. Otro consejo para quien quiera
coleccionarlas es que las compre a profesionales.
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12 ¿Qué es una moneda Flor De Cuño (FDC)? ¿Y una moneda


PROOF?

Técnicamente, una moneda Flor De Cuño (FDC) es la primera moneda que se forja
con una pareja de cuños. Al estrenar los cuños se supone que la acuñación de esa
moneda es perfecta. En cuanto a las monedas PROOF, son acuñaciones especiales
en las que se labra la imagen en mate y el fondo en espejo, quedando una moneda
realmente bonita.
Actualmente hay muchas cecas que emiten monedas en FDC y en PROOF. Para las
monedas en FDC lo que hacen es usar cuños nuevos que limpian cada cierto número
de monedas acuñadas, de forma que se garantiza una alta calidad en la acuñación.
Las monedas con acabado PROOF requieren otro tipo de tratamientos que las hace
ser más caras. También hay casas de moneda que emiten una misma moneda serie de
monedas en versión sin circular y en versión PROOF, siendo siempre sensiblemente
más caras las versiones PROOF. Por ejemplo, la FNMT hace una emisión PROOF
con la serie de euros de cada año (Figura 19) con un coste superior a la emisión de
las monedas sin circular (Figura 30).

Fig. 19 Euroset "PROOF" de España, 2020. A la venta por 70 euros.

En monedas históricas hay muy pocos ejemplares que se denominen PROOF (solo
me vienen a la cabeza algunos duros del siglo XIX) y éstos se venden realmente
caros. Los comerciantes suelen denominar FDC a monedas históricas que, además de
no presentar ningún desgaste visible, tengan una calidad de acuñación extraordinaria.
De nuevo, ejemplares así son muy escasos y no son precisamente baratos.
En esta entrada también comenté estos términos.
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13 ¿Con qué frecuencia comprar monedas?

Dediqué esta entrada al tema, así que la resumo:


Mi consejo general es que el coleccionista incluya en su colección el menor
número de ejemplares posibles, pero siempre y cuando a él le resulte divertido.
Lo normal es que ese sentimiento de diversión vaya cambiando según el colec-
cionista va evolucionando. Es normal que un coleccionista primerizo quiera gastarse
50 euros y llegar a casa con 15 monedas para colocar en su colección. Luego lo
normal es que esa ansia se pase, que el coleccionista se vuelva más paciente y que
vaya comprando menos monedas a la vez que se atreve con piezas más caras. Hay
casos en los que eso no se da y el coleccionista sigue adquiriendo durante años una
buena cantidad de piezas baratas, bien sea para su estudio o porque quiere centrarse
en series baratas ya que le resulta entretenido el hecho de colocar las piezas en el
álbum. Éstos no son los casos más comunes.
Como regla general a un coleccionista que lleve años en la afición no le recomen-
daría comprar más de 10 monedas al año. Si consideramos que un coleccionista
medio se puede gastar unos 1.000 euros anuales, puede hacer razonablemente 10
compras de monedas que oscilen entre 50 y 300 euros. Os aseguro que solo estu-
diando el mercado de esas piezas y contextualizando históricamente cada una de
ellas va a poder disfrutar el año entero de su afición. Además, en ese rango de pre-
cios cualquiera se puede hacer con una colección interesante de cualquier periodo
histórico.

Fig. 20 Alejandro Magno. Tetradracma de Mangalia. Rematada por 270 euros en Nomisma.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 21

14 ¿Es mejor pocas monedas más caras o muchas monedas más


baratas?

Esta pregunta está íntimamente relacionada con la pregunta anterior. Como norma
general siempre se recomienda comprar monedas de alta calidad aunque se compren
pocas. A un inversor que busque rentabilizar lo que gasta en su colección le diría
que siga esta máxima, pero no a un coleccionista que busque divertirse y aprender.
Yo creo que una colección debe ser, ante todo, divertida. No debería ser un
sufrimiento en el que el coleccionista se reprime durante meses y meses hasta poder
ahorrar lo suficiente como para gastarse 5.000 euros en una moneda extraordinaria.
Quien lo intente lo normal es que deje la afición muy pronto. Justamente porque es
una afición: algo lúdico que debe proporcionar un disfrute y no un sufrimiento.

Fig. 21 Denario de Bolskan (actual Huesca). Vendida por 85 euros en Numag.

Así que mi propuesta es otra. Yo propongo al coleccionista que piense en cuánto


dinero puede gastarse en monedas a lo largo de un año. Que piense cuántas compras
tendría que hacer para que sea divertido para él coleccionar. Ya con eso tendrá una
estimación de los precios en los que se mueve. Ahora sí: teniendo en cuenta ese
precio, es preferible que en cada compra adquiera una sola moneda y que prime la
calidad sobre la rareza.
22 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

15 ¿En qué grado de conservación me recomiendas comprar


monedas?

Esta pregunta siempre genera mucho debate y también está relacionada con la
frecuencia con la que comprar monedas, puesto que la conservación de la mon-
eda influye enormemente en su precio. A un inversor le recomendaría primar, por
encima de cualquier cosa, que las monedas que adquiera tengan un alto grado de
conservación. Pero un coleccionista que busque divertirse debería adquirir piezas
que pueda disfrutar independientemente de que la inversión futura puede que no sea
tan buena.
Un consejo que doy a muchos coleccionistas medios es que intenten adquirir
monedas en MBC+, subiendo a EBC para las monedas más corrientes y bajando a
MBC para las monedas más raras. Para muchos periodos históricos este es un rango
de conservaciones medias que permite forjar colecciones bonitas, que se pueden
estudiar y disfrutar a la vez que su precio es razonable para un español de clase
media. Todas las monedas que ilustran este documento pretenden reflejar esa idea
de ser bonitas, asequibles para un coleccionista medio y muy interesantes para
estudiarlas y disfrutarlas.

Fig. 22 Reyes Católicos. 1 real de Burgos. Rematada por 120 euros en Tauler & Fau.

Pero, como digo, esto dependerá mucho de la serie que se coleccione. Quien
coleccione monedas del siglo XX o XXI las debería comprar sin circular (salvo
alguna excepción, como las monedas de la Guerra Civil). Quien adquiera cobres de
los Austrias en muchos casos no podrá pasar de MBC porque apenas hay ejemplares
en calidades superiores.
Lo que no recomiendo a nadie es que compre monedas que hayan sufrido daños
agresivos: limpiezas agresivas, cizallas, engarces, agujeros... En mi opinión, hay que
evitar estas monedas a toda costa.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 23

Relacionado con esto os aviso de que son muchos los coleccionistas nóveles que
se acercan a un comerciante de moneda histórica diciendo que ellos "solo buscan
ejemplares sin circular". Esta es la forma más rápida de indicar al comerciante que
este coleccionista no sabe lo que está diciendo. No se pueden pedir peras a un olmo:
en muchas series no han llegado a nuestros días ejemplares sin circular. No se puede
exigir el mismo nivel de detalle a un real de los Reyes Católicos (Figura 22) que a
unas 5 pesetas de 1870 (Figura 23). Simplemente es imposible, como pacientemente
explican esos comerciantes a tantos nóveles coleccionistas que leyeron eso de que
siempre hay que buscar monedas sin circular y lo aplican a todos los casos.

Fig. 23 5 pesetas, 1870. Rematada por 80 euros en Áureo & Calicó.


24 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

16 ¿Es preferible comprar monedas raras o monedas en alta


conservación?

Esta pregunta podría generar discrepancias hace unos años, pero yo creo que ahora
todos los coleccionistas están de acuerdo en que, ante la duda, es preferible la
conservación. El mercado así lo demuestra.
Puedo considerar dos casos en los que se buscará las monedas raras aunque sean
en baja calidad. El primero de ellos es si el coleccionista es un "completista", esto
es, quiere acabar una serie concreta. Si dentro de esa serie hay alguna moneda de
muy rara, muchas veces el coleccionista adquirirá un ejemplar de baja calidad para
poder "rellenar el hueco". Cada vez hay menos completistas, así que esta práctica no
es tan común como hace unos años. Pero todavía se da mucho, especialmente en las
monedas de peseta o en las de Isabel II. Personalmente yo no lo recomiendo.

Fig. 24 México. 1 peso, 1898. Rematada por 20 euros en Silicua Subastas.

El segundo caso es cuando un coleccionista se adentra en un ámbito lleno de


rarezas y, generalmente, poco esplorado. Suelen ser coleccionistas muy valientes.
Quien se interese por las fichas de pagos privados, los feluses andalusíes o los cobres
bizantinos seguro que forjará una colección muy interesante y llena de rarezas
en estados de conservación bastante bajos. Simplemente para muchas monedas no
existirán ejemplares en calidades altas. Como dije antes, no se pueden pedir peras a
un olmo.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 25

17 ¿Cómo puedo distinguir una moneda falsa de una auténtica?

Antes de nada, estaría bien tener presente la clasificación de monedas falsas que
propuse aquí.
• Falsificaciones de época: Son monedas falsas que se hicieron en el momento en
el que las auténticas estaban en circulación (e.g. duros sevillanos o los famosos
errores de los años 80).
• Obras de falsarios famosos: Son falsificaciones de piezas que para el momento de
su reproducción ya tenían un valor histórico; dichas falsificaciones se han hecho
en distintos momentos de la historia . Por algún motivo los falsarios se hicieron
famosos y hoy en día esos ejemplares se consideran objetos con interés histórico
(e.g. las falsificaciones de Carl Wilhem Becker).
• Fantasías: Son medallas emitidas por un particular con un diseño que incluye un
valor facial pero que en nada se parece a una moneda real (v.gr. la peseta de Moguer
o las pruebas de Reginald Huth). También pueden considerarse como tal las
supuestas emisiones de un gobierno no oficial (v.gr. las emisiones presuntamente
autorizadas por el Gobierno de la Segunda República en el exilio).
• Reproducciones de joyería: Son reproducciones de monedas hechas sin la más
mínima intención de engañar a nadie. Difieren en su arte, su tamaño, su metal o
incluyen elementos que permiten diferenciarlas como una reproducción.
• Falsas actuales: Se trata de reproducciones actuales de monedas históricas, hechas
por falsarios actuales con más o menos pericia y que bien podrían utilizarse para
estafar a alguien.

Fig. 25 Imperio Bizantino, Miguel VII. Histamenon de Constantinopla. Rematada por 240 euros
en Soler & Llach.

Quien se introduzca en la numismática no tardará en detectar fácilmente los


primeros tres tipos de monedas falsas. Las realmente peligrosas son las monedas
26 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

falsas actuales. Distinguirlas es complicado porque no hay una característica concreta


y medible que nos pueda garantizar al 100% que una moneda es auténtica y porque
los falsificadores se esmeran para colarlas como buenas.
Algo que puede hacer fácilmente un coleccionista es comprobar el peso y el
diámetro de la moneda. El color es otro buen indicador de la autenticidad, aunque
requiere un ojo más experto. También puede buscar en bases de datos de falsas. Los
análisis XRF son quizá lo más fiables, pero su coste hace que solo sean viables para
las monedas más caras.
Un coleccionista que empieza debe saber que tardará muchos años (probablemente
10 o más) en ser capaz de determinar con seguridad si una moneda de las que
él colecciona es auténtica o no. Entrenar el ojo lleva mucho tiempo. Por eso, le
recomiendo que adquiera monedas de vendedores serios, que le proporcionen una
factura y la garantía de por vida de que las monedas que adquiere son auténticas.
De esta manera el coleccionista podrá dormir tranquilo considerando que todas sus
monedas son auténticas.

Fig. 26 Carlos VII pretendiente. 10 céntimos, 1870. Oñate. Vendida por 80 euros en Filatelia-
Numismática Alcaraz.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 27

18 ¿Cómo saber si una moneda ha sido limpiada o manipulada?

Esta pregunta es semejante a la anterior: resulta muy complicado para un ojo no


entrenado distinguir las monedas manipuladas de las que no lo han sido. Esas
manipulaciones pueden realizarse modificando las características de las monedas
(un ejemplo, otro y otro), mediante limpiezas, repatinados. También las hay que
ocultan manipulaciones anteriores, como agujeros u oxidaciones.
Al igual que en el caso de las monedas falsas, hay ciertos indicios que nos pueden
indicar que una moneda ha sido manipulada: el color, la presencia de "cicatrices" o
que ciertos detalles estén rebajados. Pero un ojo no entrenado es complicado que lo
vaya a percibir. Por eso mi recomendación vuelve a ser confiar en el criterio de un
comerciante serio que ofrezca la moneda junto con su factura y garantía.

Fig. 27 Gordiano III. Sestercio. Rematada por 95 euros en Áureo & Calicó.

Un último apunte es que yo considero especialmente difícil detectar las manipu-


laciones en monedas de bronce antiguas, ya sean sesterios romanos (v.gr. Figura 27),
ases romanos o ases íberos. Son monedas que suponen un desembolso importante
y es muy frecuente encontrárselas repasadas o pulidas. Mucho cuidado con esto el
que quiera empezar una colección de moneda antigua de bronce.
28 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

19 ¿Cómo guardar mi colección de monedas o billetes?

Este es un tema sobre el que muchos coleccionistas se sienten inseguros, por lo


que esta pregunta sale con mucha frecuencia. Los principios básicos para guardar
y almacenar monedas los comenté aquí y aquí; mientras que los principios básicos
para guardar billetes los comenté aquí. Aunque posteriormente se han comercializado
nuevos productos, creo que las ideas generales están ahí.

Fig. 28 Bandeja para 20 cápsulas, ofrecida por Beumer.

Por si os sirve de ayuda, las opciones que más me gustan son las siguientes:
• Las monedas baratas las guardo en cartones de mylar y metidos dentro de hojas
para cartones, que a su vez coloco en un cartapacio con anillas. Es una solución
muy barata y flexible.
• Las monedas importantes acuñadas a molino, volante o de manera industrial las
guardo en cápsulas. Es una solución elegante que protege las monedas tanto de
daños físicos como de la oxidación ambiental.
• Las monedas importantes acuñadas a martillo las dejo en una bandeja que guardo
en un monetario. Es una solución elegante que permite tocar las monedas.
• Los billetes los guardo en hojas para billetes que coloco en un cartapacio con
anillas. Creo que en el caso de los billetes hay poco margen para la innovación.

El lugar donde se guardan las monedas también juega un papel importante. Hay
que buscar un lugar seco para evitar oxidaciones. Como yo vivo en un clima seco
cualquier habitación me sirve, pero quienes vivan en climas más húmedos quizá
puedan colocar un deshumidificador en el cajón donde guarden las monedas.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 29

Fig. 29 Caja de 50 cartones para grapar, ofrecida por Luz del Faro.

El Blog Numismático tiene como patrocinadores a dos tiendas de material nu-


mismático que son de sobra conocidas en España: Luz de Faro y Beumer. Os invito
a echar un vistazo a sus webs, ver los productos que ofrecen. Si tenéis dudas podéis
poneros en contacto con ellos: sabrán asesoraros mejor que nadie.
30 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

20 ¿Cómo puedo limpiar mis monedas?

No las limpies.
Si me preguntas esto es porque no sabes limpiar monedas (yo tampoco sé).
Entonces, ¿cómo vas a ponerte a limpiar un bien histórico sin saber? Sería como esa
señora que intentó restaurar un cuadro de Elías García Martínez y acabó pintando el
famoso "Cristo de Borja".
Si quieres aprender a limpiar monedas y a restaurarlas adecuadamente, te deseo
suerte con ello. Yo te aconsejaría comenzar por monedas sin apenas valor numis-
mático para que no te importe si las destrozas. Una vez que aprendas a hacerlo y te
sientas seguro con ello, prueba con monedas con más valor.

Fig. 30 Sistema numismático de España, 2020. A la venta por 26 euros.


25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 31

21 ¿Cómo es posible que haya tantas monedas? ¿no serán, en su


mayor parte, reproducciones?

Las monedas son una especie de suerte histórica. Es el único objeto que se ha
fabricado en grandes cantidades durante casi 2.600 años. Se han acuñado millones
y millones de monedas y, aunque un porcentaje pequeño ha llegado a nuestros
días, sigue siendo suficientemente grande como para que haya una enorme cantidad
de ellas. Por eso las monedas son tan baratas en comparación con otros objetos
históricos: hay muchísimas.
Por otro lado, el mercado numismático es más ágil que nunca y hay una clara
tendencia de que las ventas sean a través de subastas públicas en vez de tratos
privados. Esto hace que muchas monedas cambien de manos cada poco tiempo y
que esos cambios se hagan a la vista de todos. Por eso da la sensación de haber más
monedas que hace unos años. No es así: hay prácticamente las mismas pero salen
más a la luz.
Si quieres leer un poco más sobre el tema aquí lo comentamos centrándonos en
las monedas raras.

Fig. 31 Sisebuto. Tremis de Eliberri (actual Granada). Rematada por 600 euros en Soler & Llach.
32 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

22 ¿Es legal tener monedas históricas? ¿No deberían estar en un


museo?

La conservación del Patrimonio histórico y artístico es competencia tanto de en-


tidades públicas como privadas. Bien es cierto que en la mayoría de los países
occidentales las mayores colecciones artísticas, arqueológicas y numismáticas son
públicas. Pero eso no significa que el Estado monopolice la posesión de bienes
históricos o artísticos.
Los coleccionistas podemos adquirir legalmente monedas y conservarlas con su
factura. El coleccionista también puede vender estas monedas de manera legal, bien
sea a otro coleccionista o a un comerciante. En principio la única restricción se
encuentra se si pretenden exportar, en cuyo caso se debe solicitar un permiso de
exportación al Ministerio de Cultura.

Fig. 32 Siclo de Cartago Nova (actual Cartagena, Murcia). Rematada por 320 euros en Tauler &
Fau.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 33

23 ¿Cómo es posible que se vendan monedas históricas


legalmente si el expolio es ilegal? ¿de dónde proceden esas
monedas?

Este es uno de los temas más polémicos y en el que siempre se escudan falazmente
los expoliadores para decir que todos somos culpables de sus fechorías. Es más que
sabido que los delincuentes siempre encuentran algún principio moral, totalmente
aprovechado, para justificar sus actos. Lo malo es que hay quienes les defienden. Mi
opinión al respecto la escribí en 2016. Os la reproduzco a continuación.
El que una moneda salga de un tesoro enterrado no significa que su proceden-
cia sea ilegal. Hay muchos países, como Inglaterra, Estonia o Bulgaria donde las
monedas halladas pueden ser introducidas legalmente en el mercado. De hecho, en
los Balcanes se están encontrando muchísimas monedas y se están haciendo con
ellas los comerciantes de manera totalmente legal. Además, hay muchas monedas
que están saliendo de pecios en América que se extraen legalmente y se introducen
en el mercado. Un ejemplo es el caso del Nuestra Señora de la Luz, donde miles
y miles de onzas se introdujeron legalmente, al contrario que La Mercedes, donde
el Estado Español monopolizó su carga. Caballero nos comentó que adquirió varias
piezas muy potentes provenientes de un pecio. También hay veces que se encuentran
monedas o billetes entre paredes, en muebles antiguos y en otros lugares, de forma
que el dueño del objeto es el dueño de las monedas y puede hacer con ellas lo que
quiera. Ya veis que el hecho de que una moneda sea hallada no significa que su
procedencia sea ilegal.

Fig. 33 Emperador Carlos V. Medio ducado de Nápoles. Rematada por 400 euros en Nomisma.

Pero es más: la legislación no siempre fue la que es. Antes de 1985 en España era
totalmente legal salir al campo con un detector de metales, rastrear un yacimiento
y quedarse las monedas que se encontrasen. De hecho, en algunas ocasiones esas
34 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

monedas acababan vendiéndose a los museos. Es decir, que hay una buena cantidad
de monedas halladas en España que fueron vendidas legalmente en su día y que
sigue siendo legal comerciar con ellas. En total ya vemos que hay una gran cantidad
de casos en los que la procedencia de las monedas es legal. Así que comprar moneda
antigua o medieval no está relacionado con comprar moneda de procedencia ilegal.
Por lo tanto, toda esa argumentación de que somos unos hipócritas se cae.

Fig. 34 Enrique III. Blanca de Toledo. Vendida por 25 euros en Numismática la Dobla.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 35

24 ¿Dónde puedo encontrar otros aficionados a la numismática?

Para conocer presencialmente a otros aficionados lo mejor es asistir a convenciones


numismáticas. Lamentablemente, no hay ningún lugar donde se recopilen todas las
convenciones y eventos que ocurren en España (yo lo hice durante unos meses pero
mi esfuerzo apenas tuvo repercusión). En España las convenciones las organizan
Numishunters, la la Asociación Española de Numismáticos Profesionales (AENP) y
algunas asociaciones de coleccionistas, como la Asociación Numismática Española
(ANE) o la Asociación Numismática Val de Ariz (ANVAR). Afiliarse a estas aso-
ciaciones numismáticas también es una forma de contactar con otros aficionados.
Lamentablemente en España no tienen tanto interés como en Hispanoamérica.
En la Web también hay espacios donde se puede conocer a otros coleccionistas.
Aunque la relación sea virtual se aprende mucho de compartir con ellos. Ni qué decir
tiene que el Blog Numismático es uno de esos espacios. También hay foros, entre
los que destaca Imperio Numismático por ser el que tiene más actividad de cuantos
hay en castellano. En las redes sociales también se pueden encontrar bastantes
aficionados. Donde hay comentarios numismáticos de más calidad es en Facebook.
Prefiero no recomendar grupos de Facebook concretos porque son bastante volátiles;
cito con frecuencia en el Blog conversaciones que se dan en dichos grupos, así que
quien siga las novedades del Blog verá los grupos de Facebook que encuentro más
interesantes. Por lo demás, en Twitter no ha cuajado la comunidad numismática
española, mientras que en Instagram parece que se abre camino una comunidad
incipiente. En cambio, en Youtube estamos asistiendo a una eclosión de canales
numismáticos en castellano, muchos de ellos provenientes de América. Por cierto,
el Blog Numismático también tiene su canal en Youtube.

Fig. 35 Alfonso VI. Dinero de Toledo. Rematada por 25 euros en Silicua Subastas.
36 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

25 ¿Me das algún otro consejo?

Os dejo esta guía para comprar monedas que escribí en 2013. También os invito a
echar un vistazo a esta entrada.

Fig. 36 Felipe III. Carlino de Nápoles. Vendida por 75 euros en Numismática La Dobla.

No hay que ser ambicioso con las compras. El objetivo debería ser montar una
colección a un precio razonable y disfrutar de la misma; el objetivo no debería ser
ganar dinero con la colección. De hecho, he conocido muy pocos coleccionistas
que hayan ganado dinero con su colección, y todos ellos han sido coleccionistas
muy expertos que han invertido sumas de dinero importantes. Ganar dinero con la
compra-venta tampoco es sencillo. Si alguien quiere ganar dinero, estoy seguro de
que hay maneras mucho más fáciles y rápidas que hacerlo con la numismática.
No hay que intentar pasarse de listo. Creerse más listo que el resto del mundo
es la forma más directa de perder dinero con las compras numismáticas. Nadie,
absolutamente nadie, va a vender una moneda por la mitad o menos de su precio de
mercado. Y si lo hace es porque se trata de una moneda falsa, troquelada,limpiada,
robada o expoliada. Por otro lado, los cholleros que caen en este tipo de timos
no me dan ninguna pena. No te tomes la numismática como una competición.
Por algún extraño motivo los mercadillos están llenos de listos que no hacen más
que competir por quién compró la mejor moneda a un precio más barato, como si
fuesen pescadores hablando de barbos. Suelen ser compras fantasiosas (inventadas
o les colaron una falsa) y suelen ser gente que no disfruta con su colección más
que creyéndose su propia fantasía. Entre ellos, el tonto es quien paga las monedas
a precios de mercado. A esos ni caso, y mucho menos si luego te quieren vender
monedas “a precio de chollo”.
Lo más importante, y lo más difícil, esaprender a valorar las monedas por
uno mismo, así como aprender a identificar monedas falsas. Esto require tiempo;
mucho tiempo. Es necesario tener mucha experiencia y haber visto muchas mon-
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 37

Fig. 37 Martí I. Florín de Valencia. Rematada por 400 euros en Ibercoin.

edas en la mano. Por lo tanto, dedica tiempo y dinero en conocer a aficionados y


profesionales, estudiar catálogos, leer documentación en la Web, visitar mercadil-
los, convenciones o subastas. . . es la única manera de llegar a ser un coleccionista
experto. Comprarse un catálogo por 30 euros y creerse que con él se pueden tasar
monedas es un gran error.
Compra monedas que conozcas bien o que al menos seas capaz de tasar
aproximadamente. Esto es especialmente importante para las compras que supon-
gan un elevado precio. Como corolario, mientras no te sientas cómodo con la tasación
de monedas no realices compras de monedas de altísima calidad, ya que pequeñas
diferencias de calidad (posiblemente inapreciables a ojos de un novicio) suponen
enormes diferencias de precio. El coleccionista, según vaya aprendiendo y sintién-
dose más cómodo, es normal que vaya adquiriendo monedas de mayor precio.
Ten en cuenta que en España no hay un convenio claro y compartido de
cómo valorar monedas. Esto hace que las monedas que para un comerciante (o
un aficionado) sean EBC- para otros puede ser un EBC+. Aquí se mezcla tanto la
ignorancia de muchos como la mala fe de algunos; la única solución es aprender a
valorar monedas por uno mismo. Este asunto es especialmente notorio en lugares de
compra-venta como eBay.
Es muy buena idea tener al principio una relación estable con un profesional
que te guíe en la colección y que te asesore en tu aprendizaje. Como en todos
los gremios hay comerciantes buenos, malos y regulares. No es difícil distinguirlos.
Un buen comerciante te pedirá fidelidad en las compras (es decir, que el dinero
que te gastes en monedas se lo dejes a él en buena medida) mientras que él te
dará confianza en las compras, te proporcionará consejos, te enseñará monedas de
diferentes calidades y precios, te enseñará a tasar piezas o a ditinguir falsas, te
recomendará bibliografía, te asesorará en qué monedas incluir en tu colección. . .
una relación así es más que buena para ambos y debes tener en cuenta que con tus
38 Adolfo Ruiz Calleja - Agosto de 2020

Fig. 38 Felipe IV. 8 maravedís de Coruña, 1663. Rematada por 20 euros en Áureo & Calicó.

compras no solo estás adquiriendo unas monedas, sino también conocimiento, que
es lo más difícil de adquirir y lo más costoso si no lo tienes.
No te centres en intentar adquirir unas pocas monedas porque las pagarás
muy caras. Hay coleccionistas que buscan esas “tres monedas que les faltan”, por lo
queles arde el deseo de tenerlas y al final pagan el doble de lo que pagarían si fueran
un poquito más pacientes. Lo contrario tampoco es sano: también hay coleccionistas
que quieren comprar monedas “sin prisa” y para ellos eso es sinónimo de comprarlo
a precio de chollazo. Lo normal es que estos últimos no las compren nunca. Lo
que hay que intentar es adquirir piezas que nos gusten a precio de mercado, que
sería el punto intermedio entre ambos extremos. En esta misma línea, no es bueno
obsesionarse con comprar; no pasa nada si estamos una temporada sin aumentar la
colección.
Intenta ser realista a la hora de valorar el dinero que te darán por tu colección
si necesitases venderla. En un 99% de los casos lo que te darán por tu colección será
sensiblemente menos de lo que tú hayas pagado por ella; pero, a diferencia de otras
aficiones, podrás ganar algo tras haber disfrutado de las monedas. Como una primera
aproximación gruesa, si compras monedas de calidades intermedias (digamos entre
50 y 200 euros) a profesionales serios, esos mismos profesionales estarían dispuestos
a pagarte por tus monedas la mitad del dinero por el que te las vendieron. En el caso
de monedas actuales (v.g. euros) o piezas muy baratas (digamos menos de 5 euros por
ejemplar) lo normal es que la colección cueste muchísimo venderla y se acabe dando
por su valor facial o poco más. Ya vimos un ejemplo. En cambio en monedas de alto
precio y de fácil salida (como onzas españolas) es posible encontrar comerciantes
que se conformen con un 20-30% de comisión. Quizá este aspecto sea importante a
la hora de centrarte a coleccionar una serie concreta.
Echa un vistazo a las subastas numismáticas. De las subastas numismáticas
se puede aprender mucho y no hace falta personarse, ni siquiera ser cliente suyo,
para hacerlo. En sus webs hay muchísimo material accesible para todo el mundo.
25 preguntas frecuentes al iniciarse en la numismática 39

Fig. 39 Chad. 500 francos 1984. Rematado por 65 euros en Soler & Llach.

Obviamente también puedes comprar monedas en subastas, aunque quizá no sea lo


mejor para un novicio. Como siempre, hay ventajas y desventajas de las subastas con
respecto a las compras privadas.
El sentido común es tu mejor aliado. En el fondo comprar monedas no es
más difícil que comprar cualquier otra cosa y la mayoría de las cafradas de las que
tengo constancia suponen una carencia casi absoluta de sentido común. Nadie intenta
adquirir tomates a 25 céntimos el kilo y nadie chulea de haber comprado tomates un
5% más baratos que su vecino. Pues con las monedas lo mismo.
Disfruta, que es de lo que se trata.

Fig. 40 Fernando VI. 8 reales de Lima, 1769. Rematada por 220 euros en Tauler & Fau.

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