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RESUMEN UP2 HISTOLOGIA – CAP 16 Y 17


Sistema digestivo: cavidad bucal y estructuras asociadas
GENERALIDADES DEL SISTEMA DIGESTIVO
El sistema digestivo está formado por el tubo digestivo y sus órganos asociados
principales, entre ellos, la lengua, los dientes, las glándulas salivales, el páncreas, el
hígado y la vesícula biliar. Las principales funciones del sistema digestivo comprenden
el transporte de agua y alimentos ingeridos a través del tubo digestivo; la secreción de
líquidos, electrolitos y enzimas digestivas; la digestión y la absorción de los productos
digeridos y la excreción de los detritos no digeribles.
Al pasar por el tubo digestivo, los alimentos se degradan física y químicamente para que los
productos de esa degradación puedan ser absorbidos por el cuerpo. Los diferentes segmentos
del tubo digestivo están especializados morfológicamente para cumplir aspectos específicos de
la digestión y la absorción.
Cada día se ingieren alrededor de 2 litros de agua y alimentos. Después de la maceración, la
humidificación y la formación preliminar de un bolo alimenticio por acción de las estructuras de
la cavidad oral y por la secreción de las glándulas salivales, la comida pasa con rapidez a
través de la faringe hasta el esófago. El paso rápido de los alimentos a través de la faringe la
mantiene libre para que pueda pasar el aire. El movimiento de los alimentos a través del tubo
digestivo es más lento y recibe la colaboración de los jugos digestivos secretados que alcanzan
los 7 litros por día o menos. Durante el tránsito de alimentos a través del estómago y el
intestino delgado, se producen las principales modificaciones asociadas con la digestión, la
solubilización y la absorción. La mayoría de estos líquidos y sustancias nutritivas se absorbe
sobre todo a través de la pared del intestino delgado, pero una pequeña parte se absorbe en el
intestino grueso. El alimento no digerido y otras sustancias dentro del tubo digestivo, como
mucosidad, bacterias, células descamadas y pigmentos biliares se excretan en forma de
sólidos (heces).
CAVIDAD BUCAL
La cavidad bucal comprende una serie de estructuras que incluyen la lengua, los dientes
y sus medios de sostén (periodonto), las glándulas salivales mayores y menores y las
amígdalas.
La cavidad bucal se divide en un vestíbulo y la cavidad bucal propiamente dicha. El vestíbulo
es el espacio que hay entre los labios, las mejillas y los dientes. La cavidad bucal propiamente
dicha se ubica detrás de los dientes y sus otros límites son: hacia arriba, el paladar duro y el
paladar blando; hacia abajo, la lengua y el piso de la boca y hacia atrás, la entrada a la
orofaringe (el istmo de las fauces).
La cavidad bucal está tapizada por una mucosa masticatoria, una mucosa de
revestimiento y una mucosa especializada.
La mucosa masticatoria se encuentra en las encías y el paladar duro. Posee un epitelio
estratificado plano cornificado y en algunas regiones paracornificado. El epitelio
paracornificado es similar al epitelio cornificado, salvo que las células superficiales no pierden

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sus núcleos. El epitelio cornificado de la mucosa masticatoria se asemeja al de la piel, pero


carece de estrato lúcido. La lámina propia subyacente consiste en una capa papilar gruesa de
tejido conjuntivo laxo, que contiene vasos sanguíneos y nervios; algunos de los nervios envían
terminaciones axónicas desnudas hacia el interior del epitelio para que actúen como receptores
sensoriales, mientras que otros terminan en los corpúsculos de Meissner. En la parte profunda
de la lámina propia hay una capa reticular de tejido conjuntivo más denso. Al igual que en la
piel, la profundidad y la cantidad de papilas de tejido conjuntivo contribuyen a la inmovilidad
relativa de la mucosa masticatoria, lo cual la protege de las fuerzas de fricción y cizallamiento.
En la línea media del paladar duro (rafe palatino) la mucosa se adhiere firmemente al hueso
subyacente. La capa reticular de la lámina propia se funde con el periostio y, por lo tanto, no
hay submucosa. Lo mismo ocurre en la encía. En los sitios donde hay una submucosa bajo la
lámina propia del paladar duro, ésta contiene tejido adiposo en la parte anterior (zona adiposa)
y glándulas mucosas en la parte posterior (zona glandular) que se continúan con las del
paladar blando. En las regiones de la submucosa, hay bandas gruesas de fibras de colágeno
que se extienden desde la mucosa hasta el hueso.
La mucosa de revestimiento se encuentra en los labios, las mejillas, la superficie mucosa
alveolar, el piso de la boca, la superficie ventral de la lengua y el paladar blando. En estos
sitios, tapiza músculo estriado (labios, mejillas y lengua), hueso (mucosa alveolar) y glándulas
(paladar blando, mejillas, superficie ventral de la lengua). La mucosa de revestimiento tiene
papilas menos abundantes y más cortas, de modo que puede adaptarse al movimiento de los
músculos subyacentes. En general, el epitelio de la mucosa de revestimiento no está
cornificado, si bien en algunos lugares, puede estar paracornificado. El epitelio del borde
bermellón del labio (la porción rojiza entre la mucosa húmeda interna y la piel facial) está
cornificado. El epitelio de revestimiento sin estrato córneo es más grueso que el epitelio
cornificado. Se compone sólo de tres capas:
• Estrato basal, que es una sola capa de células que se apoyan sobre la lámina basal.
• Estrato espinoso, que tiene varias células de espesor.
• Estrato superficial, que es la capa de células más superficial y que también se conoce como
capa superficial de la mucosa.
Las células del epitelio de la mucosa son similares a los de la epidermis de la piel y
comprenden queratinocitos, células de Langerhans, melanocitos y células de Merkel. La lámina
propia contiene vasos sanguíneos y nervios que envían terminaciones axónicas desnudas
hacia los estratos más profundos del epitelio y hacia receptores sensoriales encapsulados en
algunas papilas. El fuerte contraste entre las papilas abundantes muy profundas de la mucosa
alveolar y las papilas de poca profundidad en el resto de la mucosa de revestimiento, permite
una fácil identificación de las dos regiones diferentes en un corte histológico. Bajo la mucosa de
revestimiento hay una submucosa bien definida, salvo en la superficie ventral de la lengua.
Esta capa contiene bandas amplias de fibras de colágeno y elásticas que unen la mucosa al
músculo subyacente; también contiene las múltiples glándulas salivales menores de los labios,
la lengua y las mejillas. A veces, se encuentran glándulas sebáceas no asociadas con un
folículo piloso en la submucosa justo al lado de los ángulos labiales y en las mejillas, frente a
los molares. Se ven a simple vista y se llaman gránulos de Fordyce. La submucosa contiene los

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vasos sanguíneos y linfáticos, y los nervios de calibre mayor que forman las redes
neurovasculares subepiteliales de la lámina propia en toda la cavidad bucal.
La mucosa especializada está asociada con la sensación del gusto y se halla restringida en la
superficie dorsal de la lengua. Contiene papilas y los corpúsculos gustativos responsables de
generar la sensación gustativa por estímulos químicos.
GLANDULAS SALIVALES
Cada una de las tres glándulas salivales mayores es una estructura par; estas glándulas son
las siguientes:
• Glándula parótida, que es la más grande de las tres y está ubicada en la región infratemporal
(parotidomaseterina) de la cabeza. Su conducto excretor, el conducto parotídeo, desemboca en
la papila parótida, una pequeña eminencia de la mucosa yugal ubicada frente al segundo molar
superior.
• Glándula submandibular, que está ubicada en el triángulo submandibular del cuello. Su
conducto excretor, el conducto submandibular, desemboca en una pequeña prominencia
carnosa (la carúncula sublingual) a cada lado del frenillo lingual en el piso de la cavidad bucal.
• Glándula sublingual, que está ubicada bajo la lengua en los pliegues sublinguales del piso
de la cavidad bucal. Tiene varios conductos excretores pequeños; algunos se unen al conducto
submandibular y otros desembocan de forma independiente en la cavidad bucal.
Las glándulas parótida y submandibular tienen conductos relativamente largos que se
extienden desde la porción secretora de la glándula hasta la cavidad bucal. Los conductos de la
sublingual son relativamente cortos.
Las glándulas salivales menores se encuentran en la submucosa de la cavidad bucal.
Desembocan directamente en la cavidad a través de conductos cortos y se denominan así por
su ubicación (es decir, glándula bucal, labial, lingual y palatina).
Las amígdalas son acumulaciones de nódulos linfáticos que se congregan alrededor del istmo
de las fauces, en la orofaringe y en la nasofaringe. El tejido linfático está organizado en un
anillo amigdalino de protección inmunitaria, ubicado en la región anatómica inicial compartida
por los sistemas digestivo y respiratorio. Este tejido linfático rodea los orificios posteriores de
las cavidades bucal y nasal y contiene acumulaciones de nódulos linfáticos que comprenden
las estructuras siguientes:
• Amígdalas palatinas, o simplemente amígdalas, que se encuentran a cada lado de la
entrada de la orofaringe, entre los arcos palatogloso y palatofaríngeo.
• Amígdalas tubáricas, que se ubican en las paredes laterales de la nasofaringe, posteriores a
la desembocadura de la trompa de auditiva.
• Amígdalas faríngeas o adenoides, que se localizan en el techo de la nasofaringe.
• Amígdalas linguales, que están en la superficie dorsal de la base de la lengua.

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LENGUA
La lengua es un órgano muscular que se
proyecta dentro de la cavidad oral desde su
superficie inferior. Los músculos linguales son
tanto extrínsecos (con un punto de inserción
fuera de la lengua) como intrínsecos
(confinados por completo dentro del órgano,
sin inserción externa). El músculo estriado de
la lengua está organizado en fascículos que,
por lo general, se disponen en tres planos más
o menos perpendiculares entre sí. Esta
distribución de las fibras musculares permite
una enorme flexibilidad y precisión en los
movimientos de la lengua, que son esenciales
para el habla humana, así como para su
función en la digestión y la deglución. Esta
forma de organización muscular es exclusiva
de la lengua, lo cual permite la fácil
identificación de este tejido como músculo
lingual. Entre los grupos de fibras musculares
hay cantidades variables de tejido adiposo.

La superficie dorsal de la lengua está


cubierta de papilas.
Numerosas irregularidades mucosas y prominencias llamadas papilas linguales cubren la
superficie dorsal de la lengua por delante del surco terminal. Las papilas linguales y sus
corpúsculo gustativos asociados, constituyen la mucosa especializada de la cavidad oral. Se
describen cuatro tipos de papilas: filiformes, fungiformes, caliciformes y foliadas.
• Papilas filiformes son las más pequeñas y más abundantes en los seres humanos. Son
proyecciones cónicas, alargadas de tejido conjuntivo que están tapizadas por un epitelio
estratificado plano muy cornificado. Este epitelio no contiene papilas gustativas. La función de
las papilas es sólo mecánica (para agarrar el alimento). Las papilas filiformes se distribuyen
sobre toda la superficie dorsal anterior de la lengua, con sus extremos apuntando hacia atrás.
Parecen formar filas que divergen hacia la izquierda y derecha de la línea media y que son
paralelas a los brazos del surco terminal.
• Papilas fungiformes, como su nombre lo indica, son proyecciones en forma de hongo
situadas en la superficie dorsal de la lengua. Se proyectan más arriba que las papilas filiformes,
entre las que se encuentran dispersas, y se ven a simple vista como pequeños puntos rojos.
Tienen la tendencia a ser más abundantes cerca de la punta de la lengua. En el epitelio
estratificado plano de la superficie dorsal de estas papilas, se hallan los corpúsculos gustativos.

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• Las papilas caliciformes son estructuras grandes, en forma de cúpula que se encuentran en
la mucosa justo por delante del surco terminal. La lengua humana tiene de 8 a 12 de estas
papilas. Cada papila está rodeada por un surco profundo tapizado por epitelio estratificado
plano que contiene numerosos corpúsculos gustativos. Los conductos de las glándulas
salivales linguales vacían su secreción serosa en la base del surco. Se supone que esta
secreción expulsa el material acumulado en el surco para que los corpúsculos gustativos
puedan responder con rapidez a los estímulos nuevos.
• Las papilas foliadas consisten en crestas bajas paralelas separadas por hendiduras
profundas de la mucosa, que están alineadas en ángulos rectos con respecto al eje longitudinal
de la lengua. Se producen en los bordes laterales de la lengua.

Corpúsculos gustativos
Los corpúsculos gustativos están en las papilas fungiformes, caliciformes y foliadas. En los
cortes histológicos, los corpúsculos gustativos se ven como estructuras ovaladas pálidas, que
se extienden a través de todo el espesor del epitelio. El orificio pequeño en la superficie epitelial
a la altura del vértice del corpúsculo, recibe el nombre de poro gustativo. En los corpúsculos
gustativos se encuentran tres tipos celulares principales:
• Células neuroepiteliales (sensoriales), que son las células más numerosas del receptor del
gusto. Estas células alargadas se extienden desde la lámina basal del epitelio hasta el poro

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gustativo, a través del cual la superficie apical adelgazada de cada célula emite
microvellosidades. Cerca de su superficie apical, están unidas a las células vecinas, ya sean
neuroepiteliales o de sostén, a través de uniones herméticas (zonula ocluyente). A la altura de
su base, forman una sinapsis con la prolongación aferente de neuronas sensitivas ubicadas en
los núcleos encefálicos de los nervios: facial (nervio craneal VII), glosofaríngeo (nervio craneal
IX) y vago (nervio craneal X).
• Células de sostén, que son menos abundantes. También son células alargadas que se
extienden desde la lámina basal hasta el poro gustativo. Al igual que las células
neuroepiteliales, éstas contienen microvellosidades en su superficie apical y poseen uniones
herméticas, pero no establecen sinapsis con las células nerviosas.
• Células basales, que son células pequeñas situadas en la porción basal del corpúsculo
gustativo, cerca de la lámina basal. Son las células madres que originan los otros dos tipos
celulares.
Además de estar asociados con las papilas, los corpúsculos gustativos también están
presentes en el arco palatogloso, en el paladar blando, en la superficie posterior de la epiglotis
y en la pared posterior de la faringe hasta la altura del cartílago cricoides.

El gusto es un tipo de sensibilidad en la cual diversas sustancias químicas estimulan las


células neuroepiteliales de los corpúsculos gustativos.
El gusto se clasifica como una sensibilidad por estímulos químicos en la que diversas
sustancias sápidas (sabor estimulante de sustancias) contenidas en los alimentos o bebidas

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interaccionan con los receptores gustativos situados en la superficie apical de las células
neuroepiteliales. Estas células reaccionan a cinco estímulos básicos: dulce, salado, amargo,
agrio y umami (que significa sabroso en japonés). La acción molecular de las sustancias
sápidas puede implicar la apertura y el pasaje a través de los conductos iónicos (es decir,
gustos salados y ácidos), el cierre de los conductos iónicos (gusto agrio) o la estimulación de
un receptor del gusto acoplado a proteínas G específico (es decir, gustos amargo, dulce y
umami).
Algunas de las regiones de la lengua responden más a ciertos sabores que otras.
En general, los corpúsculos gustativos en la punta de la lengua detectan estímulos dulces, los
que están ubicados justo a los lados y hacia atrás de la punta detectan los estímulos salados y
los que están un poco más atrás y hacia los lados, detectan los estímulos ácidos. Los
corpúsculos gustativos en las papilas caliciformes detectan los estímulos amargos y umami.
Las amígdalas linguales son acumulaciones de tejido linfático que están ubicadas en la
base de la lengua.
Las amígdalas linguales están situadas en la lámina propia de la raíz o base de la lengua. Se
ubican detrás del surco terminal. Las amígdalas linguales contienen tejido linfático difuso con
nódulos linfáticos, que contienen centros germinativos.
La inervación compleja de la lengua está dada por nervios craneales y por el sistema
nervioso autónomo.
• La sensibilidad general de las dos terceras partes anteriores de la lengua (por delante del
surco terminal) es transmitida por la rama mandibular del nervio trigémino (nervio craneal V).
La sensibilidad general la tercera parte posterior es transmitida por el nervio glosofaríngeo
(nervio craneal IX) y el nervio vago (nervio craneal X).
• La sensibilidad gustativa es transmitida por la cuerda del tímpano, una rama del nervio
facial (nervio craneal VII), por delante del surco terminal y por los nervios glosofaríngeo
(nervio craneal IX) y vago (nervio craneal X), por detrás de este surco.
• La inervación motora para los músculos de la lengua está dada por el nervio hipogloso
(nervio craneal XII).
• La inervación vascular y glandular está a cargo de los nervios simpático y
parasimpático. Estos nervios inervan los vasos sanguíneos y las glándulas salivales linguales
pequeñas. En la lengua suelen verse células ganglionares. Éstas son neuronas
posganglionares parasimpáticas que inervan las glándulas salivales menores linguales. Los
cuerpos celulares de las neuronas posganglionares simpáticas se encuentran en el ganglio
cervical superior.

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GLÁNDULAS SALIVALES
Las glándulas salivales mayores son órganos pares con conductos extremos largos que
desembocan en la cavidad bucal. Las glándulas salivales mayores, como ya se mencionó, son
la parótida, la submandibular y la sublingual. Las glándulas parótidas y submandibulares en
realidad están ubicadas fuera de la cavidad bucal; sus secreciones alcanzan la cavidad a
través de conductos. La glándula parótida es subcutánea, está situada por debajo y por delante
del oído externo en el espacio entre la rama de la mandíbula y la apófisis estiloides del hueso
temporal. La glándula submandibular se encuentra bajo el piso de la boca, en el triángulo
submandibular del cuello. La glándula sublingual se encuentra en el piso de la boca por
delante de la glándula submandibular. Las glándulas salivales menores se encuentran en la
submucosa de las diferentes partes de la cavidad bucal. Comprenden las glándulas
linguales, labiales, bucales, molares y palatinas.
Acinos secretores glandulares
Las glándulas salivales mayores están rodeadas por una cápsula de tejido conjuntivo de
densidad moderada, de la cual parten tabiques que dividen las porciones secretoras de la
glándula en lóbulos y lobulillos. El tabique contiene los vasos sanguíneos de mayor calibre y
conductos excretores. El tejido conjuntivo asociado con los grupos de acinos secretores se
mezcla imperceptiblemente con el tejido conjuntivo laxo circundante. Las glándulas salivales
menores no tienen cápsula. En el tejido conjuntivo que rodea los acinos de las glándulas
salivales mayores y menores hay una abundancia de linfocitos y plasmocitos.
Los acinos son de tres tipos: serosos, mucosos y mixtos.
La unidad básica de secreción de las glándulas salivales, la sialona, consiste en el acino, el
conducto intercalar y el conducto excretor. El acino es un saco ciego compuesto por células
secretoras. El término acino (lat, baya o uva) se refiere a la unidad de secreción de las
glándulas salivales. Los acinos de las glándulas salivales contienen células serosas
(secretoras de proteínas), células mucosas (secretoras de mucina) o ambas. La frecuencia
relativa de los tres tipos de acinos es una característica importante por la cual se distinguen las
glándulas salivales mayores. Por lo tanto, se describen tres tipos de acinos:
• Acinos serosos, que contienen sólo células serosas y, en general, son esferoidales.
• Acinos mucosos, que contienen sólo células mucosas y suelen ser más tubulares.
• Acinos mixtos, que contienen tanto células serosas como células mucosas.

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Las células serosas son secretoras de proteínas. Tienen una forma piramidal, con una
superficie basal relativamente amplia en contacto con la lámina basal, y una superficie apical
reducida orientada hacia la luz de los acinos. Como en la mayoría de las células secretoras de
proteínas que almacenan sus secreciones en gránulos de cimógeno, los gránulos se hallan
en el citoplasma apical.
Las células mucosas son células secretoras de mucinas. Al igual que en otros epitelios
mucosecretores, las células mucosas de los acinos salivales mucosos tienen actividad cíclica.
Durante parte del ciclo, la mucosa se sintetiza y se almacena dentro de la célula en forma de
gránulos de mucinógeno. Cuando se elimina el producto, después de la estimulación
hormonal y nerviosa, la célula comienza a resintetizar la mucosa.
Las células mioepiteliales son células contráctiles que abrazan la región basal de las
células secretoras del acino. Las células mioepiteliales son células contráctiles con muchas
evaginaciones. Están ubicadas entre la membrana plasmática basal de las células epiteliales y
la lámina basal del epitelio. Las células mioepiteliales también están bajo las células de la
porción proximal del sistema de conductos. En ambos sitios, las células mioepiteliales son
fundamentales para impulsar productos de secreción hacia el conducto excretor.
Conductos excretores o salivales
La luz del acino salival es continua con la del sistema de conductos, que puede tener hasta tres
segmentos secuenciales, a saber:
• Conducto intercalar, que parte del acino. Están revestidos por epitelio cubico simple.
• Conducto estriado, denominado así porque tienen “estriaciones” que corresponden a
repliegues de la membrana plasmática basal de las células cilíndricas del epitelio que forma el

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conducto. Está revestido por epitelio cubico simple, que se convierte en cilíndrico conforme se
aproxima al conducto excretor.
• Conductos excretores, que son los conductos mayores que desembocan en la cavidad
bucal. El epitelio de los pequeños conductos excretores es simple cúbico. Cambia en forma
gradual a seudoestratificado cilíndrico o estratificado cúbico. A medida que el diámetro del
conducto aumenta, con frecuencia se ve un epitelio cilíndrico estratificado, y conforme se
acerca a la cavidad bucal, puede haber un epitelio estratificado plano
El grado de desarrollo de los conductos intercalares y de los conductos estriados varía según la
índole de la secreción acinosa. Las glándulas serosas tienen conductos intercalares y
conductos estriados bien desarrollados, que modifican la secreción serosa por absorción de
componentes específicos y secreción de componentes adicionales para formar el producto
final. Las glándulas mucosas, en las cuales la secreción no se modifica, poseen conductos
intercalares muy poco desarrollados que pueden no ser reconocibles en los cortes teñidos con
H&E. Además, estas glándulas no exhiben conductos estriados.
Saliva
La saliva comprende las secreciones combinadas de todas las glándulas salivales mayores y
menores.
La saliva cumple funciones protectoras y digestivas.
Las glándulas salivales producen alrededor de 1200ml de saliva por día. La saliva tiene muchas
funciones relacionadas con actividades metabólicas y no metabólicas; entre ellas:
• Humedecer la mucosa bucal.
• Humedecer los alimentos secos para contribuir a la deglución.
• Proveer un medio para los alimentos disueltos y en suspensión que estimulan
químicamente los corpúsculos gustativos.
• Amortiguar el contenido de la cavidad bucal a causa de su gran concentración de iones
bicarbonato.
• Digerir hidratos de carbono por la acción de la enzima digestiva a-amilasa que rompe
los enlaces glucosídicos 1 a 4 y continúa su acción hasta llegar al estómago.
• Controlar la flora bacteriana de la cavidad bucal a través de la acción de la lisozima
(muramidasa), una enzima que degrada el ácido murámico en ciertas bacterias (p. ej.
estaflococos).
La saliva es una fuente de iones calcio y fosfato indispensables para el desarrollo y el
mantenimiento normales de los dientes.
El calcio y el fosfato en la saliva son esenciales para la mineralización de los dientes que recién
hacen erupción y para la reparación de las lesiones precursoras de caries en los dientes
erupcionados. Además, la saliva cumple muchas otras funciones en la protección de los
dientes. Las proteínas en la saliva revisten los dientes con una cubierta protectora llamada la
película adquirida.

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La saliva tiene funciones inmunitarias. Como ya se mencionó, la saliva contiene anticuerpos,


la inmunoglobulina A (IgA).
La saliva contiene agua, proteínas diversas y electrolitos.
La saliva contiene sobre todo agua, proteínas y glucoproteínas (enzimas y anticuerpos) y
electrolitos. Tiene una alta concentración de potasio, que es alrededor de siete veces mayor
que la de la sangre; una concentración de sodio de aproximadamente la décima parte de la
sangre; una concentración de bicarbonato casi tres veces mayor que la de la sangre y
cantidades importantes de calcio, fósforo, cloro, tiocianato y urea. Sus principales enzimas son
la lisozima y la a-amilasa.

Glándulas salivales mayores


Glándula parótida
Las glándulas parótidas son completamente serosas.
Las glándulas parótidas serosas pares son las más grandes de las glándulas salivales
mayores. El conducto parotídeo de la glándula, que se encuentra por debajo y por delante del
oído, desemboca en la cavidad bucal frente al segundo molar superior. Las unidades
secretoras en las parótidas son serosas y rodean muchos conductos intercalares largos y
estrechos. Los conductos estriados son grandes y bien visibles. En la glándula parótida suele
haber una gran cantidad de tejido adiposo; ésta es una de sus características distintivas.
Glándula submandibular
Las submandibulares son glándulas mixtas que en los seres humanos están
compuestas principalmente por acinos serosos.
Las glándulas submandibulares, que son órganos pares más o menos grandes, están ubicadas
debajo de cada lado del piso de la boca, cerca de la mandíbula. De cada glándula, parte un
conducto que describe un trayecto oblicuo hacia adelante hasta una papila situada en el piso
de la boca, justo lateral con respecto al frenillo de la lengua. Entre los acinos serosos
predominantes, suelen aparecer algunos acinos mucosos coronados por semilunas serosas.
Glándula sublingual
Las glándulas sublinguales son pequeñas glándulas mixtas, que en los seres humanos,
están formadas principalmente por acinos mucosos.
Las glándulas sublinguales, que son las más pequeñas de las glándulas salivales mayores
pares, se encuentran en el piso de la boca, anteriores con respecto a las glándulas
submandibulares. Sus múltiples conductos sublinguales pequeños desembocan en el conducto
submandibular y también en forma independiente sobre el piso de la boca. Algunos de los
acinos de predominio mucoso poseen semilunas serosas, pero es muy raro hallar acinos
serosos puros. Los conductos intercalares y estriados son cortos, difíciles de localizar y a veces
inexistentes. Las unidades secretoras mucosas serían más tubulares que acinosa.
DIENTES Y SUS TEJIDOS DE SOSTÉN

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Los dientes son un componente importante de la cavidad bucal y son indispensables en el


comienzo del proceso digestivo. Los dientes están incluidos y fijados en los procesos
alveolares del maxilar y la mandíbula. Los niños tienen 10 dientes deciduos (primarios o de
leche) distribuidos de la siguiente manera en cada hemiarco dental:
• Un incisivo medial (central), el primer diente que sufre erupción (en general en la
mandíbula) más o menos a los 6 meses de edad (en algunos niños, el primer diente
puede no emerger hasta los 12 o 13 meses de edad).
• Un incisivo lateral, que hace erupción alrededor de los 8 meses.
• Un canino, cuya erupción no ocurre hasta los 15 meses.
• Dos molares. El primero hace erupción entre los 10 y 19 meses y el segundo entre los
20 y 31 meses.
Durante un período de varios años, que suele comenzar más o menos a los 6 años y termina
alrededor de los 12 o 13 años, los dientes deciduos son reemplazados en forma gradual por 16
dientes permanentes (secundarios) que se distribuyen de la siguiente manera en cada
hemiarco dental:
• Un incisivo medial (central), que sufre erupción a las 7 u 8 años.
• Un incisivo lateral, que emerge entre los 8 y 9 años.
• Un canino, cuya erupción ocurre entre los 10 y 12 años.
• Dos premolares, que erupcionan entre los 10 y 12 años.
• Tres molares, que siguen un cronograma de erupción disímil; el primer molar suele
aparecer a los 6 años, el segundo molar en los primeros años de la adolescencia y el
tercer molar (muelas del juicio) durante la adolescencia o ya pasados los 20 años.
Los incisivos, los caninos y los premolares tienen una raíz única, salvo por el primer premolar
de los maxilares, que tiene una raíz doble. Los molares tienen dos raíces (mandíbula) o tres
(maxilares) y, en raras ocasiones, cuatro raíces. No obstante, todos los dientes tienen la misma
estructura básica.
Los dientes están formados por tres tejidos especializados:
• Esmalte, una capa delgada, dura y translúcida de tejido mineralizado acelular que
cubre la corona del diente.
• Dentina, el tejido dental más abundante; está situada debajo del esmalte en la corona y
debajo del cemento en la raíz. Su estructura tubular única y su composición bioquímica
sustentan el esmalte, más rígido, y el cemento que recubre la superficie del diente.
• Cemento, una capa delgada, amarilla pálida de tejido calcificado similar al hueso que
cubre la dentina de la raíz de los dientes. El cemento es más suave y más permeable
que la dentina y se elimina con facilidad por abrasión cuando la superficie de la raíz está
expuesta al medio ambiente de la cavidad bucal.

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Esmalte
El esmalte es la sustancia más dura de todo el organismo; del 96% al 98% de su masa es
hidroxiapatita cálcica.
El esmalte es un tejido mineralizado acelular que cubre la corona del diente. Una vez formado,
no se puede reemplazar. El esmalte es un tejido singular porque, a diferencia del hueso, que se
forma a partir de tejido conjuntivo, es un material mineralizado derivado de epitelio. El esmalte
está más mineralizado y es más duro que cualquier otro tejido mineralizado en el cuerpo;
consiste en un 96% a un 98% de hidroxiapatita cálcica.
El esmalte que está expuesto y es visible por encima de
la línea de las encías se llama corona clínica, mientras
que la corona anatómica es toda la parte del diente
cubierta por el esmalte y una pequeña porción de la
misma está por debajo de la línea gingival. La capa de
esmalte termina en el cuello, o región cervical, del
diente a la altura del límite entre cemento y esmalte; así,
la raíz del diente está cubierta por el cemento, un
material similar al hueso.
El esmalte está compuesto por bastones que
atraviesan todo el espesor de la capa del esmalte.
Los cristales de hidroxiapatita cálcica carbonatada no
estequiométrica, que forman el esmalte, se organizan
en forma de bastones o prismas que miden 4mm de
ancho y 8mm de alto. Cada bastón se extiende a través
del espesor del esmalte.

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El esmalte es producido por los ameoblastos del órgano del esmalte y la dentina por los
odontoblastos derivados de las crestas neurales del mesénquima contiguo. El órgano del
esmalte es una formación epitelial que deriva de células epiteliales ectodérmicas de la cavidad
bucal.
Cemento
El cemento cubre la raíz del diente. La raíz es la parte del diente que está insertada en su fosita
o alvéolo en los huesos maxilares y en la mandíbula. El cemento es una capa delgada de
material similar al hueso que cubre las raíces de los dientes y que comienza en la porción
cervical del diente en la conexión cemento-esmalte y continúa hasta el ápice. El cemento es
producido por cementoblastos (células cúbicas grandes que se asemejan a los osteoblastos de
la superficie del hueso en crecimiento). Los cementoblastos secretan una matriz extracelular
llamada cementoide que sufre una mineralización adicional. En la superficie externa del
cemento, contigua al ligamento periodontal hay una capa de cementoblastos.
Las fibras de colágeno que se proyectan fuera de la matriz del cemento y se introducen en la
matriz ósea de la pared alveolar, forman la mayor parte del ligamento periodontal. Las fibras
elásticas son también un componente del ligamento periodontal. Este modo de fijación del
diente a su alvéolo, permite cierto grado de movimiento dental natural. También constituye la
base de los procedimientos de ortodoncia utilizado para enderezar los dientes y para reducir la
mala oclusión de las superficies dentales de corte y trituración maxilares y mandibulares.
Durante el movimiento dental correctivo, el hueso alveolar se resorbe y se resintetiza, lo cual no
ocurre con el cemento.
Dentina
La dentina es un material calcificado que forma la mayor parte de la sustancia del diente. La
dentina es profunda con respecto al esmalte y al cemento. Contiene menos hidroxiapatita que
el esmalte (alrededor del 70%) pero más que la hallada en el hueso y en el cemento. La
dentina es secretada por los odontoblastos que forman una capa epitelial sobre la superficie
dentinal interna, es decir, la superficie que está en contacto con la pulpa.
Pulpa dental y cavidad pulpar central (cámara pulpar)
La cavidad pulpar del diente es un compartimento de tejido conjuntivo limitado por la dentina.
La cavidad pulpar central es el espacio dentro de un diente que está ocupado por la pulpa
dental, un tejido conjuntivo laxo con una vascularización extensa, e inervado por muchos
nervios. La cavidad pulpar adopta la forma general del diente. Los vasos sanguíneos y los
nervios entran en la cavidad pulpar por el extremo o vértice (ápex) de la raíz, en un sitio
llamado foramen apical. Los vasos sanguíneos y los nervios se extienden hasta la corona del
diente, donde forman redes vasculares y nerviosas debajo de la capa de odontoblastos y
dentro de ella. Algunas fibras nerviosas desnudas también se introducen en las porciones
proximales de los túbulos de la dentina y entran en contacto con las evaginaciones
odontoblásticas.

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Tejidos de soporte de los dientes


Los tejidos de soporte de los dientes comprenden el hueso alveolar de los procesos
alveolares del maxilar y de la mandíbula, el periodonto y la encía.
Los procesos alveolares del maxilar y de la mandíbula contienen las fositas o alvéolos para
las raíces dentales. El hueso alveolar propiamente dicho, una capa delgada de hueso
compacto, forma la pared del alvéolo y es el hueso al cual se fija el periodonto. El resto del
proceso alveolar consiste en tejido óseo de soporte. El periodonto es el tejido conjuntivo
fibroso que une el diente al hueso contiguo. El periodonto interviene en:
- Adhesión (fijación) dental
- Soporte dental
- Remodelación osea (durante el movimiento de un diente)
- Propiocepción
- Erupción dental
Un corte histológico del periodonto permite comprobar que tiene regiones de tejido conjuntivo
denso y laxo. El tejido conjuntivo denso contiene fibras de colágeno y fibroblastos alargados
paralelos al eje longitudinal de las fibras de colágeno. El tejido conjuntivo laxo en el periodonto
contiene vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas.
La encía es una parte de la mucosa bucal que se adhiere a los dientes y al hueso
alveolar.
La encía es una parte especializada de la mucosa bucal que rodea el cuello de los dientes.
Está adherida con firmeza a los dientes y al tejido óseo alveolar subyacente. La encía se
compone de dos partes:
• Mucosa gingival, que es un sinónimo de la mucosa masticatoria ya comentada.
• Epitelio de fijación, o epitelio de unión, que se adhiere firmemente al diente. Este epitelio
secreta un material de tipo lámina basal que se adhiere con firmeza a la superficie del diente.
Después, las células se fijan a este material a través de hemidesmosomas. La lámina basal y
los hemidesmosomas se denominan en conjunto fijación epitelial.
Por encima de la fijación epitelial al diente, una hendidura superficial llamada surco gingival se
alinea con el epitelio crevicular, que es continuo con el epitelio de fijación.
El término periodonto se refiere a todos los tejidos que intervienen en la fijación de un diente a
la mandíbula y al maxilar. Estos comprenden el epitelio crevicular y de fijación, el cemento, el
ligamento periodontal y el hueso alveolar.

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GENERALIDADES DEL ESÓFAGO Y DEL TUBO DIGESTIVO


La porción del tubo digestivo que se extiende desde el extremo proximal del esófago hasta el
extremo distal del conducto anal, es un tubo hueco de diámetro variable. Este tubo presenta la
misma organización estructural básica en toda su longitud. Su pared está formada por cuatro
capas distintivas. Desde a luz hacia fuera, las capas son las siguientes:
• La mucosa, que está compuesta por un epitelio de revestimiento, un tejido conjuntivo
subyacente denominado lámina propia y la muscular de la mucosa, compuesta por músculo
liso.
• La submucosa, que está compuesta por tejido conjuntivo denso irregular.
• La muscular externa, que está compuesta en la mayor parte de sus porciones por dos capas
de músculo
• La serosa, una membrana que consiste en epitelio plano simple y una pequeña cantidad de
tejido conjuntivo subyacente. Donde la pared del tubo se une o se fija directamente a las
estructuras contiguas (p. ej., pared del cuerpo y ciertos órganos retroperitoneales), se
encuentra una adventicia compuesta sólo por tejido conjuntivo.
Mucosa
La estructura del esófago y del tubo digestivo varía considerablemente de una región a otra; la
mayor variación ocurre dentro de la mucosa. El epitelio difiere a lo largo del tubo digestivo y se
adapta a la función específica de cada parte del tubo. La mucosa tiene tres funciones
principales: protección, absorción y secreción.
El epitelio de la mucosa sirve como una barrera que separa la luz del tubo digestivo del
resto del organismo. La barrera epitelial separa el medio luminal del tubo, que es equivalente
al exterior del organismo, de los tejidos y los órganos del cuerpo. La barrera colabora en la
protección de la persona contra la entrada de antígenos, gérmenes patógenos y otras
sustancias nocivas. En el esófago, un epitelio estratificado plano proporciona protección contra
la abrasión física causada por los alimentos ingeridos. En la porción gastrointestinal del tubo
digestivo, las uniones herméticas (zonula occludens) entre las células epiteliales cilíndricas de
la mucosa, forman una barrera de permeabilidad selectiva.
La función absortiva de la mucosa permite el movimiento de los alimentos digeridos, el
agua y los electrolitos hacia los vasos sanguíneos y linfáticos. La absorción de los
alimentos digeridos, el agua y los electrolitos es posible debido a las evaginaciones de la
mucosa y la submucosa hacia la luz del tubo digestivo. Estas evaginaciones superficiales
incrementan mucho la superficie disponible para la absorción y varían en tamaño y orientación.
Están compuestas por las siguientes especializaciones estructurales:
• Los pliegues circulares, que son pliegues submucosos orientados en forma circunferencial a
lo largo de casi toda la longitud del intestino delgado.
• Las vellosidades, que son evaginaciones mucosas que cubren toda la superficie del intestino
delgado, el sitio principal de absorción de los productos de la digestión.

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• Las microvellosidades, que son evaginaciones microscópicas muy juntas en la superficie


apical de las células absortivas intestinales.
La función secretora de la mucosa provee lubricación y entrega enzimas digestivas,
hormonas y anticuerpos a la luz del tubo digestivo. La secreción es realizada
principalmente por las glándulas distribuidas en toda la longitud del tubo digestivo. Los diversos
productos de secreción proporcionan moco para la lubricación protectora, así como para la
amortiguación del revestimiento del tubo, además de sustancias que contribuyen a la digestión,
como enzimas, ácido clorhídrico, hormonas peptídicas y agua. El epitelio mucoso también
secreta anticuerpos que recibe desde el tejido conjuntivo subyacente.
Las glándulas del tubo digestivo derivan de invaginaciones del epitelio luminal y comprenden:
• Glándulas mucosas, que se extienden dentro de la lámina propia;
• Glándulas submucosas, que entregan sus secreciones directamente a la luz de las
glándulas mucosas o a través de conductos que atraviesan la mucosa hacia la superficie
luminal y
• Glándulas extramurales, que yacen fuera del tubo digestivo y entregan sus secreciones a
través de conductos que atraviesan la pared del intestino para desembocar en la luz. El hígado
y el páncreas son glándulas digestivas extramurales que incrementan en gran medida la
capacidad secretora del sistema digestivo. Envían sus secreciones hacia el duodeno, la
primera parte del intestino delgado.
La muscular de la mucosa forma el límite entre la mucosa y la submucosa.
La muscular de la mucosa, la porción más profunda de la mucosa, está compuesta por células
musculares lisas dispuestas en una capa interna circular y una capa externa longitudinal. La
contracción de este músculo produce el movimiento de la mucosa para formar crestas y valles
que facilitan la absorción y la secreción. Este movimiento localizado de la mucosa es
independiente del movimiento peristáltico de toda la pared del tubo digestivo.
Submucosa
La submucosa está compuesta por una capa de tejido conjuntivo denso irregular que
contiene vasos sanguíneos y linfáticos, un plexo nervioso y glándulas ocasionales.
La submucosa contiene vasos sanguíneos de gran calibre que envían ramas hacia la mucosa,
la muscular externa y la serosa. En la submucosa también hay vasos linfáticos y un plexo
nervioso. La extensa red nerviosa de la submucosa contiene fibras sensoriales viscerales de
origen principalmente simpático, ganglios parasimpáticos (terminales) y fibras nerviosas
parasimpáticas preganglionares y posganglionares. Los somas neuronales de los ganglios
parasimpáticos y sus fibras nerviosas posganglionares forman el sistema nervioso entérico, la
tercera división del sistema nervioso autónomo. Este sistema es responsable sobre todo de la
inervación de las capas musculares lisas del tubo digestivo y puede funcionar en forma
independiente por completo del sistema nervioso central.
En la submucosa, la red de fibras nerviosas amielínicas y las células ganglionares constituyen
el plexo submucoso (también llamado plexo de Meissner). Como ya se mencionó, en algunos

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sitios de la submucosa aparecen glándulas en forma ocasional. Por ejemplo, están presentes
en el esófago y en la porción inicial del duodeno.
Muscular externa
En la mayor parte del tubo digestivo, la muscular externa está compuesta por dos capas
concéntricas de músculo liso relativamente gruesas.
Las células en la capa interna forman una espiral apretada, que se describe como una capa
con orientación circular; mientras que las células de la capa externa forman una espiral laxa
que se denomina capa con orientación longitudinal. Entre las dos capas musculares se
encuentra una delgada lámina de tejido conjuntivo. Dentro de este tejido conjuntivo se apoya el
plexo mientérico (también denominado plexo de Auerbach), que contiene somas de neuronas
parasimpáticas posganglionares y neuronas del sistema nervioso entérico (células
ganglionares), así como vasos sanguíneos y vasos linfáticos.
Las contracciones de la muscular externa mezclan e impulsan el contenido del tubo
digestivo.
La contracción de la capa interna circular de la muscular externa comprime y mezcla el
contenido del tubo digestivo por constricción luminal; la contracción de la capa externa
longitudinal impulsa el contenido por acortamiento del tubo. La contracción rítmica, lenta de
estas capas musculares bajo el control del sistema nervioso entérico, produce la peristalsis (es
decir, ondas contráctiles). La peristalsis se caracteriza por la constricción y el acortamiento de
los distintos órganos, lo cual impulsa su contenido a lo largo del tubo digestivo. Unos pocos
sitios del tubo digestivo exhiben variaciones en la muscular externa. Por ejemplo, en la pared
de la porción proximal del esófago (el esfínter faringoesofágico) y alrededor del conducto anal
(esfínter anal externo), el músculo estriado forma parte de la muscular externa. En el estómago
aparece una tercera capa de músculo liso con orientación oblicua, profunda con respecto a la
capa circular. Por último, en el intestino grueso, parte de la capa muscular lisa longitudinal está
engrosada para formar tres bandas longitudinales bien definidas y equidistantes, denominadas
tenias del colon. Durante la contracción, las tenias del colon facilitan el acortamiento del tubo
para mover su contenido.
La capa de músculo liso circular forma esfínteres en sitios específicos a lo largo del tubo
digestivo.
En varios puntos a lo largo del tubo digestivo, la capa muscular circular está engrosada para
formar esfínteres o válvulas. Desde la orofaringe hasta el extremo distal del tubo, estas
estructuras son las siguientes:
• Esfínter faringoesofágico: este impide la entrada de aire en el esófago.
• Esfínter esofágico inferior: como su nombre lo implica, este esfínter está localizado en el
extremo inferior del esófago y su acción es reforzada por el diafragma que rodea esta parte del
esófago, a medida que pasa a la cavidad abdominal. Crea una diferencia de presión entre el
esófago y el estómago que evita el reflujo de contenidos gástricos hacia el esófago.

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• Esfínter pilórico: localizado a la altura de la unión del píloro del estómago y el duodeno
(esfínter gastroduodenal), controla la liberación del quimo, que es el contenido gástrico con
digestión parcial, hacia el duodeno.
• Válvula ileocecal: ubicada en el límite entre el intestino delgado y el intestino grueso, impide
el reflujo de contenidos del colon con su abundancia de bacterias en el íleon distal, que
normalmente contiene poca cantidad de bacterias.
• Esfínter interno anal: este esfínter, el más distal de todos, rodea el conducto anal e impide el
paso de la materia fecal hacia el conducto anal desde el recto no distendido.
Serosa y adventicia
La capa más externa del tubo digestivo es la serosa o adventicia.
La serosa es una membrana compuesta por una capa de epitelio plano simple que se
denomina mesotelio y una pequeña cantidad de tejido conjuntivo subyacente. Es equivalente al
peritoneo visceral que se describe en la anatomía macroscópica. La serosa es la capa más
superficial de aquellas partes del tubo digestivo que están suspendidos en la cavidad
peritoneal. Como tal, la serosa es continua con el mesenterio y el revestimiento de la cavidad
abdominal. Los vasos sanguíneos y linfáticos de gran calibre y los troncos nerviosos atraviesan
la serosa (desde y hacia el mesenterio) hasta alcanzar la pared del tubo digestivo. En el tejido
conjuntivo de la serosa (y del mesenterio) puede aparecer una gran cantidad de tejido adiposo.
Hay partes del tubo digestivo que no poseen una serosa. Estas partes comprenden la porción
torácica del esófago y porciones de estructuras abdominales y pelvianas que están fijadas a la
pared de la cavidad (duodeno, colon ascendente y descendente, recto y conducto anal. Estas
estructuras están adheridas a la pared del abdomen y de pelvis por un tejido conjuntivo, la
adventicia, que se mezcla con el tejido conjuntivo propio de la pared de la cavidad
correspondiente.
ESÓFAGO
El esófago es un tubo muscular fijo que conduce alimentos y líquido desde la faringe
hacia el estómago.
El esófago atraviesa el cuello y el mediastino, sitios en los que está fijado a las estructuras por
medio de tejido conjuntivo. A medida que ingresa en la cavidad abdominal, queda libre por una
corta distancia, alrededor de 1 cm a 2 cm. La longitud total del esófago es de unos 25 cm. En
un corte transversal, la luz en su estado normal colapsado presenta un aspecto ramificado
debido a los pliegues longitudinales de la mucosa. Cuando un bolo alimenticio atraviesa el
esófago, la luz se expande sin lesionar la mucosa. La mucosa que tapiza el esófago en toda su
longitud, tiene un epitelio plano estratificado sin estrato córneo. En los seres humanos, las
células superficiales pueden exhibir algunos gránulos de queratohialina, pero normalmente la
queratinización no se produce.
La lámina propia subyacente es semejante a la del resto del tubo digestivo; el tejido linfático
difuso está distribuido en toda su extensión y los nódulos linfáticos se presentan, con
frecuencia, en la proximidad de los conductos de las glándulas mucosas esofágicas.

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La capa profunda de la mucosa, la muscular de la mucosa, está compuesta por músculo liso
organizado en forma longitudinal que comienza aproximadamente a la altura del cartílago
cricoides. Es extraordinariamente gruesa en la porción proximal del esófago y se supone que
contribuye al acto de la deglución.
La submucosa consiste en tejido conjuntivo denso irregular que contiene vasos sanguíneos y
linfáticos de gran calibre, fibras nerviosas y células ganglionares. Las fibras nerviosas y las
células ganglionares forman el plexo submucoso (plexo de Meissner). Aquí también hay
glándulas. Además, el tejido linfático difuso y los nódulos linfáticos están presentes sobre todo
en las porciones superior e inferior del esófago, donde las glándulas submucosas son más
predominantes.
La muscular externa se divide en dos estratos musculares, una capa circular interna y una capa
longitudinal externa. Esta capa es diferente de la muscular externa del resto del tubo digestivo
porque la tercera parte superior está compuesto por músculo estriado, una continuación
del músculo de la faringe. En la muscular externa de la tercera parte media del esófago, se
mezclan y se entretejen fascículos de músculo estriado y de músculo liso.
La muscular externa de la tercera parte distal está compuesta sólo por músculo liso, como en el
resto del tubo digestivo. Un plexo nervioso, el plexo mientérico (plexo de Auerbach), se halla
entre las capas musculares interna y externa. Al igual que en el plexo submucoso (plexo de
Meissner), aquí hay fibras nerviosas y células ganglionares. Este plexo inerva la muscular
externa y estimula la actividad peristáltica.
Como ya se mencionó, el esófago está fijado a las estructuras contiguas en casi toda su
longitud y, por lo tanto, su capa externa está compuesta por adventicia. Después de
introducirse en la cavidad abdominal, el resto más corto del tubo está cubierto por serosa, el
peritoneo visceral.
Las glándulas mucosas y submucosas del esófago secretan moco para lubricar y
proteger la pared luminal.
Las glándulas están presentes en la pared del esófago y son de dos tipos. Ambas secretan
moco, pero difieren en sus ubicaciones.
• Las glándulas esofágicas propiamente dichas están en la submucosa. Estas glándulas
están dispersas en toda la longitud del esófago, pero un poco más concentradas en la mitad
superior. Son pequeñas glándulas tubuloacinosas compuestas. Su conducto excretor está
compuesto por epitelio estratificado plano y suele ser visible cuando aparece en un corte
porque tiene un aspecto dilatado.
• Las glándulas esofágicas cardiales se denominan así por su similitud con las glándulas
cardiales del estómago y se encuentran en la lámina propia de la mucosa. Están presentes
en la parte terminal del esófago y con frecuencia, aunque no siempre, en la porción inicial del
esófago.
El moco producido por las glándulas esofágicas propiamente dichas es levemente ácido y sirve
como lubricante de la pared luminal. Debido a que la secreción es relativamente viscosa, en los
conductos se producen quistes temporales. Las glándulas esofágicas cardiales producen moco
neutro. Las glándulas ubicadas cerca del estómago protegen el esófago del reflujo del

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contenido gástrico. Sin embargo, en ciertas situaciones, su eficacia no es completa y el reflujo


excesivo produce pirosis, un trastorno más conocido como acidez.
El músculo de la pared esofágica está inervado por los sistemas nerviosos autónomo y
somático.
La musculatura estriada en la parte superior del esófago está inervada por neuronas motoras
somáticas del nervio vago, el nervio craneal X (ubicadas en el núcleo ambiguo).
El músculo liso de la parte inferior del esófago está inervado por neuronas motoras viscerales
del vago (ubicadas en el núcleo motor dorsal). Estas neuronas motoras establecen sinapsis con
las neuronas posinápticas, cuyos somas están ubicados en la pared del esófago.

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