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HISTORIA DE ESPAÑA- 2º BACHILLERATO

Raíces históricas de la España contemporánea

BLOQUE 1. La P. Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda (711) .
1.1. Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre.
1.2. Los pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartessos.
1.3. Conquista y romanización de la Península Ibérica.
1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios.
BLOQUE 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474)
2.1. Al Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba.
2.2. Al Ándalus: reinos de taifas. Reino nazarí.
2.3. Al Ándalus: economía, sociedad y cultura.
2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de
repoblación.
2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental.
2.6. Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al final de
la Edad Media.
BLOQUE 3. La formación de la Monarquía Hispánica y su expansión mundial (1474- 1700)
3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno.
3.2. El significado de1492. La guerra de Granada y el descubrimiento de América.
3.3. El Imperio de los Austrias: Carlos I. Política interior y conflictos europeos.
3.4. La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y
sublevación en Europa.
3.5. Exploración y colonización de América. Consecuencias de los descubrimientos en España, Europa y
América.
3.6. Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640.
3.7. La guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa.
3.8. Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias.
3.9. Crisis y decadencia de la Monarquía Hispánica: el reinado de Carlos II y el problema sucesorio.
BLOQUE 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros Borbones (1700-1788)
4.1. La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.
4.2. La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las
reformas.
4.3. La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio
con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III.
BLOQUE 1. La P. Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la
monarquía visigoda (711)

1.1. Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre.


La Prehistoria es el periodo de la historia más antiguo, abarca desde el origen del hombre hasta
la aparición de la escritura, que en España aparece en torno al primer milenio. Existen tres
periodos dentro de la Prehistoria.
❖ Paleolítico. En esta etapa vivían en pequeños grupos (no más de 50 personas) dedicando
la mayor parte del tiempo a la búsqueda de comida (cazadores y recolectores) y la fabricación
de utensilios de piedra.
• Paleolítico inferior (800.000 al 100.000 a.C.):
Aparecen los primeros homínidos (Homo Erectus). El yacimiento más importante está
en Atapuerca en Burgos (Sima de los Huesos, Gran Dolina), donde aparece el Homo Antecessor
(pionero- considerada la especie homínida más antigua de Europa).
Estos homínidos eran cazadores-depredadores, se constituían en grupos pequeños que
acampaban cerca de los ríos y tenían capacidad para fabricar hachas de mano (bifaces) y
conservar el fuego.
• Paleolítico medio (100.000 al 35.000 a.C.)
Aparece el Homo Sapiens (Hombre de Neanderthal) el cual era también cazador-recolector,
sabía fabricar múltiples utensilios de piedra (Musteriense), hacer fuego y tenía conciencia de
muerte (enterraba a sus muertos). Los yacimientos más importantes son los de Cueva Negra y
los de Gibraltar.
• Paleolítico superior (35.000 al c. 10.000 a.C.)
Aparece el Homo Sapiens-Sapiens (Hombre de Cro-Magnon) que era seminómada, vivía en
cuevas o campamentos con cabañas al aire libre, conocían el arco y las flechas y sabía fabricar
utensilios de hueso, cuerno y marfil.

Aparecen
objetos
artísticos,
adornos,
ajuares
funerarios, etc.
En la zona
cantábrica se
encuentran los
yacimientos
más antiguos y
algunos de los
mejores
ejemplos del
arte rupestre
franco-
cantábrico de
los que
hablaremos
más adelante.

HISTORIA DE ESPAÑA 2º BTO. Raíces históricas de la España contemporánea (Epígrafes cortos)


Neolítico (8.000 a.C.). Hubo una Revolución Neolítica, en el Próximo Oriente, donde surge la
ganadería (buey, cerdo, oveja, o la cabra) y la agricultura (trigo, centeno, cebada, lino). Los
hombres empiezan a hacerse sedentarios y empiezan también a tener conciencia de propiedad,
además se produce una división de trabajo. Se inició el comercio y la navegación además de la
aparición de la rueda, la cerámica, el molino de mano, las hoces y el tejido.
El Neolítico irrumpe en la costa mediterránea peninsular entre los años 5.000-3.000 a.C (con
retraso respecto a otros lugares de Europa) extendiéndose posteriormente a prácticamente
toda la península. En esta zona se localiza el arte rupestre levantino, caracterizado por la
representación de escenas de caza, recolección y de culto a la fecundidad, mediante figuras
esquemáticas y monocromáticas.
o En la primera fase del Neolítico se desarrolla la cultura de la cerámica cardial (c. VI milenio
a.C.) caracterizada por su decoración impresa mediante conchas de berberecho (cardium edule)
que se extendió por Cataluña, Levante y Andalucía y tenía base ganadera.
o La cultura de los sepulcros en fosa (c. IV milenio a.C.) en Cataluña, caracterizada por las
tumbas individuales con ajuar, cubiertas con grandes losas. Predomina la agricultura y era una
sociedad dividida en clases sociales.
o La cultura de Almería (c. 2.500 a.C) suele considerarse una de las más representativas del
Neolítico hispano (El Garcel).

La pintura rupestre o parietal:


en el Paleolítico son representaciones en las paredes del interior de
las cavernas aprovechando sus oquedades para dar impresión
volumétrica adquiriendo un realismo extraordinario. Aparecen
fundamentalmente animales y más excepcionalmente alguna silueta
humana. Usaban carbón, óxidos, manganeso… La más importante
es Altamira (hacia el 25.000 a.C), así como otras al sur de Francia
por lo que se han venido a denominar franco-cantábrica. Otras
cuevas a destacar son, Tito-Bustillo, El Castillo y La Pasiega.

Durante el Mesolítico (10.000-5.000 a.C) aparece el arte


rupestre levantino, con figuras humanas esquemáticas y
monocromas que forman escenas con marcada sensación de
movimiento. Existen muestras en la vertiente mediterránea
emplazadas en abrigos rocosos, como Cogull (Lérida).

No hay acuerdo actualmente sobre su significado: carácter mágico, atracción de la caza, expresión
artística…. y se empieza a vivir una etapa de transición.
Tras la larga Edad de Piedra se pasa a la Edad de los Metales (a partir del 3.000 a. C.):
1 .Calcolítico. Dominado por el trabajo del cobre. yacimiento de los Millares (Almería). Sigue
vigente la cerámica campaniforme en el centro peninsular (Ciempozuelos, Madrid) .
2. Edad de Bronce. Destaca la Cultura de El Argar (compuesta por diferentes poblados,
también en el Sureste).
3. Edad de Hierro. procede de la entrada de pueblos indoeuropeos o celtas desde Europa.
En el Noroeste se desarrolló la cultura de los campos de urnas, o urnas funerarias individuales.

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1.2. Los pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos.
Tartessos.

Durante el primer milenio a.C. hasta la definitiva conquista de la Península Ibérica por Roma (19
a. C.), coexisten diversos pueblos en el solar peninsular, son los denominados pueblos
prerromanos. Por otro lado, entendemos por colonizaciones históricas al establecimiento pacífico
de contactos e intercambios entre culturas avanzadas y desarrolladas con otras de menor
desarrollo social y económico. En este proceso de colonización hay un beneficio mutuo.
A comienzos del siglo V a.C en la Península Ibérica pueden distinguirse dos grandes espacios.
La zona costera mediterránea y casi toda Andalucía que estuvo ocupada por los pueblos ibéricos
y los asentamientos tartésicos. Y el resto peninsular (meseta y costa atlántica) influidos por
oleadas de indoeuropeos procedentes del centro de Europa que los griegos llamaron Celtas.
Entre los pueblos prerromanos encontramos:
- Los Tartessos, pueblo con base agropecuaria, con un gran desarrollo en la minería y el
comercio, sobre todo con los griegos. Durante el s. VII a. C. se encontraba en Andalucía,
principalmente en el Valle del Guadalquivir, extendió su influencia hasta el cabo de la Nao y
estableció relaciones comerciales tanto con fenicios como con griegos. Existen muchos
misterios sobre las características de esta civilización, por un lado; nos encontramos con
gran refinamiento y riqueza en sus tesoros localizados en sus necrópolis. Se tratan de ricos
ajuares con abundantes joyas de oro (tesoro de Carambolo- Sevilla- o Aliseda- Cáceres-),
restos de gran valor artístico que contrasta por otro lado; con la ausencia de los restos
materiales de sus asentamientos que corrobore la verdadera dimensión de esta civilización.
Hacia el s. VI a.C. desaparecieron (se cree que fue destruido por los cartagineses dentro de
su política expansiva por dominar la ruta de los metales).
- Los Iberos, en la zona mediterránea y meridional, nombre que alude a diferentes pueblos
(turdetanos, bastetanos, edetanos, etc.), sin unidad política y con rasgos culturales comunes,
que mantuvieron contacto con fenicios y griegos por ello eran los más avanzados económica
y culturalmente. Desarrollaron la agricultura, la explotación de minas, el uso de la metalurgia,
la artesanía y la orfebrería. Gracias al comercio acuñaron sus propias monedas. Algunos
pueblos íberos desarrollaron la escritura (no traducida hasta la fecha). Habitaban en poblados
amurallados y su organización social se basa en la tribu donde destacaba una aristocracia
guerrera. Finalmente, produjeron un arte muy refinado (las damas de Baza y Elche).

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- Los Pueblos del Norte (celtas): galaicos, astures, cántabros, vascones… que vivían en
poblados fortificados llamados castros, apenas recibieron influencias externas. La economía
se basaba en la pesca, la ganadería y la recolección y se organizaban en clanes. No poseían
escritura y apenas sufrieron influencias de los colonos.
- Los Pueblos de influencia céltica y celtíberos se instalaron en la Meseta central en poblados
fortificados. Eran pueblos indoeuropeos que entraron en la P. Ibérica desde Europa y se
mezclaron con la población autóctona. Mantenían una gran cohesión tribal y los verracos son
su mayor manifestación artística. La economía era agrícola y ganadera y conocían la
metalurgia del hierro.
Respecto a los pueblos colonizadores del Mediterráneo, los fenicios y griegos buscaban
aprovecharse de la riqueza en metales de la Península, para ello fundaron establecimientos
comerciales, llamados factorías. Los cartagineses además llegaron con la intención de
conquistar:
- Los primeros, en el siglo XII a C, fueron los fenicios, quienes, procedentes del mediterráneo
oriental (actual Líbano), buscaban materias primas (metales). Su principal enclave era Gadir
(Cádiz), fundada en torno al 1100 a C. Introdujeron la metalurgia del hierro, el torno cerámico,
la vid, el olivo y la escritura alfabética.
- En torno al 600 a C., los griegos foceos fundaron Massalia (Marsella), y desde allí (Emporiom)
Ampurias (580 aC), en la actual Girona, con importantes restos arqueológicos. A cambio de
plata, los griegos ofrecían aceite, vino y cerámicas de lujo.
- A mediados del siglo VII aC., los cartagineses fundaron la primera colonia en Ibiza (654 aC)
También se establecieron en el Sur peninsular, primero controlando las colonias fenicias. Será
la prestigiosa e influyente familia Barca la que funde Carthago Nova (Cartagena) en 227 aC.
Interesados en ingentes riquezas minerales, el dominio cartaginés por la Península la
convertirá en el primer escenario de la II Guerra Púnica, la que vuelve a enfrentar a Cartago y
Roma por el dominio del Mediterráneo.

1.3. Conquista y
romanización de la
Península Ibérica.
Principales aportaciones
romanas en los ámbitos
social, económico y
cultural.
La conquista de la Península
Ibérica por Roma duró más de
dos siglos. Tuvo dos grandes
desafíos: Cartago y las
poblaciones autóctonas.
Roma era, a mediados del siglo
III aC, una potencia en
expansión. Su rival por el
dominio del Mediterráneo
occidental era Cartago. Las dos
potencias firmaron en 226 aC
el Tratado del Ebro para limitar

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su expansión peninsular, pero la alianza de Roma con Sagunto fue tomada como una afrenta por
el general Aníbal Barca y su asedio y conquista (219 a. C) supusieron el inicio de la Segunda
Guerra Púnica que vuelve a enfrentar a ambas potencias por el control del Mediterráneo.
En este marco, podemos distinguir varias etapas en la conquista romana de la península:
▪ En la primera fase (218 aC-154 aC) Lucha entre Cartago y Roma por el dominio del
Mediterráneo occidental (II Guerra Púnica). El vencedor será Roma y supondrá la expulsión
cartaginesa de la península y el inicio de la ocupación romana.
Los romanos, con Publio Cornelio Escipión al mando, desembarcaron en Ampurias, para
cortar los suministros de los ejércitos cartagineses de Aníbal en Italia. Avanzando hacia el
Sur por el Levante y tras conquistar Cartago Nova, se expulsa a los cartagineses de la
Península. A partir de ese momento los romanos iniciaron la ocupación real de la península,
sin excusas, con la especial resistencia de los pueblos celtíberos y norteños. En esta fase,
sometieron a los pueblos íberos así consolidaron su poder en la zona mediterránea y en
los valles del Ebro y Guadalquivir.
▪ En una segunda fase (154 aC -133 aC) Se producen las llamadas guerras celtíbero-lusitanas
en las que Roma se centró en la conquista de la Meseta. Tras vencer la ardua resistencia
de los lusitanos, liderados por Viriato, se inició la guerra contra los celtíberos, en la que
destaca el cruel asedio y toma de la ciudad de Numancia (Soria). Estas campañas se
justifican por el interés de Roma de acceder a los recursos mineros del interior
▪ La tercera fase comenzó en el 29 aC. Tras un parón de cerca de un siglo, debido a las
guerras civiles que también tuvieron como escenario Hispania, se desarrollaron las guerras
cántabro-astures, que requirieron un gran esfuerzo militar por parte de Roma. Augusto
dirigió personalmente la guerra, y la conquista de Hispania se completó en 19 aC.
Tras la conquista por parte de los romanos la Península pasó a ser parte del Imperio romano
como una provincia. Las principales autoridades y funcionarios eran nombrados en Roma y
provenían en su mayoría de familias patricias.
La sociedad era jerarquizada y esclavista y fue cambiando a lo largo del tiempo. Desde un punto
de vista jurídico la clasificación social era la siguiente:
1. Ciudadanos romanos: Al principio era un grupo al que se le había reconocido el honor de
tener ciudadanía romana con sus prerrogativas políticas y sociales.
2. Hombres libres: Era básicamente la población autóctona (peregrini) que no tenía derechos de
ciudadanía. Había grandes diferencias socioeconómicas, pero ni siquiera aquellos que tenían una
próspera situación tenían reconocidos derechos políticos.
3. Esclavos: Era la población no libre. Había esclavos domésticos que podían alcanzar la libertad
si su señor así lo disponía y había esclavos que realizaban trabajos como por ejemplo en la
minería.
Los romanos tenían una economía basada en las ciudades como centro de producción, comercio
y administración de los territorios. Algunas ciudades fenicias, griegas y cartaginesas pasaron a
poseer esta función, como es el caso de Cartago Nova (Cartagena), Gades (Cádiz), Tarraco
(Tarragona) e Hispalis (Sevilla). Roma además creó otras ciudades como Emerita Augusta (Mérida)
o Cesar Augusta (Zaragoza), y otras surgieron de campamentos militares como Legio (León).
La riqueza de la Hispana romana estaba basada en la agricultura, la explotación minera, la
pequeña industria urbana y el comercio. La agricultura se centraba en el cultivo de cereales, vid
y olivo (exportación de aceite) y fue mejorada con la introducción de nuevos métodos como el
arado y el barbecho. La extracción de minerales y metales se extendía por gran parte de la

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Península, destaca la extracción de oro en Las Médulas en León, de plata en Sierra Morena, de
cobre en Riotinto, de plomo y plata en Cartagena y de mercurio en Sisapo. Además se aplicó la
ley de Ager Publicus y las minas solían ser arrendadas a compañías de publicani. En cuanto a la
pequeña industria se desarrolló con la introducción de la aceitera, la industria de esparto, la salsa
garum y la salazón del pescado (Baelo).
El comercio se desarrolló
principalmente a nivel
comarcal. Esto se debió a las
múltiples redes de vías como
la Vía Augusta, la ruta de
Roncesvalles-Astúrica, la Vía
de la Plata y las vías
transversales. Además, había
un abundante tráfico
marítimo por los puertos de
Tarraco, Cartago Nova y
Gades. Por último, se facilitó
el comercio con la
implantación del denario de
plata romano como moneda
única.

La administración de la Hispania romana fue cambiando con el tiempo.:


1/ Durante la conquista solo existían dos provincias, la Ulterior y la Citerior (197 a.C.).
2/ Con la llegada de Augusto el número de provincias aumento a tres: Baetica, Lusitania y
Tarraconensis (14 a.C.).
3/ Con la llegada de Diocleciano la provincia de Tarraconensis se dividió en otras tres provincias:
Tarraconensis, Gallaecia y Carthaginensis (297 d.C.).
4/ Más tarde se creó la Balearica (385 d.C.), quedando así dividida en 6 provincias.

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La presencia romana fue decisiva para el futuro del mundo mediterráneo y, por tanto, peninsular.
La Romanización o asimilación de la cultura y las formas de vida romanas por parte de los
pueblos conquistados dejó una impronta de la que hoy somos herederos:
Se instauró el latín como lengua oficial, eliminando las lenguas ibéricas y la celta indoeuropea.
Se trató de un latín vulgar introducido por los militares y los comerciantes. El único pueblo que
no adoptó el latín fueron los vascones. Con el edicto de Caracalla en el 212 d.C. se generalizó
definitivamente el uso del Derecho romano (y la ciudadanía romana a todos los habitantes del
Imperio no esclavos).
En cuanto a la religión se impuso el politeísmo, que venía influido por la religión griega, el culto
al emperador y tuvieron gran difusión los cultos a Isis y Mitra, hasta que se instauró el cristianismo
en el 313 d.C. con el edicto de Milán de Constantino. Destacan las primeras comunidades
cristianas en Corduba o Hispalis y las no documentadas visitas de Santiago y San Pablo.
Dentro de todo el periodo romano destacan como hispanos importantes los emperadores
Trajano, Adriano y Teodosio, los escritores Séneca, Lucano y Marcial, el educador Quintiliano, el
geógrafo Pomponio Mela y el tratadista de agricultura Columela.
La cultura romana tuvo un carácter eminentemente práctico y por ello fueron grandes ingenieros
y constructores de obras públicas. En la península podemos destacar los siguientes ejemplos:
acueductos como el de Segovia; murallas como las de Lugo; puentes como el de Alcántara o
Mérida; además de estas obras públicas, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad
pública como: Arcos conmemorativos como el de Bará en Tarragona, Templos como el de Diana
en Mérida, Anfiteatros como el de Itálica (Sevilla), Teatros como el de Mérida.

1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios.


(ORIGEN) A partir del siglo III d. C., el Imperio romano comienza un proceso de crisis, acelerado
por el hostigamiento de pueblos bárbaros que amenazan sus fronteras.
En el año 409, después de saquear la Galia durante tres años, los suevos, los vándalos y los
alanos, pueblos germánicos, cruzaron los Pirineos y tras someter a saqueo las tierras que
atravesaban, terminaron por establecerse: los suevos en Gallaecia (Galicia), los alanos en la
Lusitania y los vándalos en la Bética. Los visigodos, también de origen germánico, tras una larga
migración, vivían en la región del mar Negro. Presionados por los hunos, penetraron en el
Imperio romano y se establecieron primero en Tracia (Balcanes) y luego, tras pasar por Roma, a
la que saquearon en el 410, firmaron un pacto o foedus, por el que, a cambio de ayudar
militarmente a Roma, ésta les permitía asentarse en el sur de la Galia. Con anterioridad, los
visigodos se habían convertido al arrianismo, una de las primeras herejías dentro del cristianismo.
Como tropas federadas para expulsar a los bárbaros, los visigodos penetran en Hispania en el
año 415. (Su entrada en la Península señala el inicio de la Edad Media en España). Consiguen
arrinconar a los suevos en Gallaecia, acabaron con los alanos y obligaron a los vándalos a
trasladarse al norte de África.
Posteriormente, en el 476 se produce el fin del Imperio Romano de Occidente, pero la parte
oriental se salva de las conquistas germánicas.
Todo parecía ir bien para los visigodos cuando la expansión del pueblo franco por la Galia
provocó el enfrentamiento con los visigodos, siendo derrotados por los francos en la batalla de
Vouillè (507). Expulsados de la Galia, los visigodos se desplazarán e instalarán definitivamente
en la Península Ibérica, fundando el reino visigodo, con capital en Toledo (554)

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(ORGANIZACIÓN DEL REINO) Los visigodos eran una minoría unos 100.000 frente a los 6 millones
de hispanorromanos. Se formaron dos comunidades, que se habrían fundido sin dificultad si no
se hubieran mantenido los visigodos como una minoría guerrera, dueña del poder. Cada
comunidad vivía bajo sus propias leyes; la religión era diferente: los visigodos eran arrianos; los
hispanorromanos eran católicos.
A la larga el proceso de unificación se impuso. Los monarcas visigodos se propusieron extender
su soberanía sobre el territorio de la antigua Hispania romana. La asimilación de la cultura
visigoda por la población hispano-romana, se logró progresivamente con varios aspectos:
▪ Unificación territorial: llevada a cabo por Leovigildo (REY 573-586) conquistó el reino
suevo al Norte. No pudo, en cambio, acabar con las guarniciones bizantinas del litoral
sur y sureste, instaladas a mediados del siglo VI por el emperador bizantino Justiniano,
interesado en reconstruir el Imperio romano.
▪ Unificación religiosa: propiciada por Recaredo (REY 586-601) quien renunció al
arrianismo y declaró el catolicismo como religión oficial en el III Concilio de Toledo
(589). A partir de la conversión de Recaredo, los Concilios de Toledo trataron, además
de temas religiosos, asuntos relacionados con el gobierno del reino. Los judíos, al quedar
fuera de la unidad religiosa, fueron perseguidos y ello explica a la larga el apoyo que prestaron a los
musulmanes al iniciarse la conquista en el año 711.
▪ Unificación legislativa: llevada a cabo por Recesvinto (REY 653-672) con el Fuero
Juzgo o Liber Iudiciorum, que consta de unas 500 leyes promulgado en 654. Unificaba
las dos legislaciones existentes, permitía matrimonios entre visigodos e
hispanorromanos y unificaba las leyes civiles, penales y procesales de los
hispanovisigodos.
▪ Adoptaron el latín como lengua propia y, en buena medida, el legado intelectual y
artístico romano. La figura más destacada de la cultura visigoda fue San Isidoro de
Sevilla, que en su obra Etimologías pretendía salvar y consolidar la herencia romana.
▪ En el ámbito social se produjo también una progresiva integración. La nobleza ejercía
un dominio evidente sobre la sociedad y se jerarquizaba en distintos grupos según su
importancia. Esta nobleza acabó integrando a los linajes distinguidos hispano-
romanos y visigóticos. Eran grandes terratenientes, lo que les daba un gran poder
económico. Por debajo estaba el pueblo llano: siervos de la tierra bajo el dominio de
los señores, pequeños propietarios y los escasos grupos urbanos existentes, por ser
la sociedad visigótica una sociedad fuertemente ruralizada.

HISTORIA DE ESPAÑA 2º BTO. Raíces históricas de la España contemporánea (Epígrafes cortos)


El SISTEMA POLÍTICO era el de la MONARQUÍA ELECTIVA al principio, lo que provocó una
inestabilidad casi continua. Posteriormente se fue imponiendo un modelo de monarquía
hereditaria (los reyes trataron de asociar al trono a sus herederos para asegurar la sucesión),
aunque eso no evitó las luchas e intrigas por el poder y el trono. El Rey representa a la nación,
controla la diplomacia exterior, en el interior es juez supremo, siempre está asesorado por
órganos consultivos.
El rey tenía la colaboración cercana del “Oficio Palatino” o Aula Regia, organismo integrado por
miembros de la alta nobleza que daba consejos al monarca, (antecedente del Consejo Real) y la
colaboración de los Concilios de Toledo, que, a pesar de ser reuniones eclesiásticas, colaboraron
con los reyes en tareas legislativas y asuntos de gobierno. Los Concilios de Toledo son los 18
concilios celebrados en Toledo durante la dominación visigoda de la península. Estas asambleas
político-religiosas eran convocadas por el rey y presididas por el arzobispo de Toledo, la
representación se reducía a las altas jerarquías eclesiásticas y a la nobleza. En el III Concilio de Toledo
de 589 se decidió el abandono del arrianismo, momento en el que se produjo la conversión de Recaredo y los
godos al catolicismo.
Además, existían: los Comes, encargados del tesoro, los Duces, delegados provinciales, los
Comites Civitatis, jueces y los Gardingos, jefes militares, eran personas relevantes.

El sistema político de monarquía electiva concitaba intrigas y codicias entre la alta nobleza. Las
rivalidades provocaron que la figura de monarca nunca gozara de fortaleza y estabilidad. Los
asesinatos y destronamientos de monarcas fueron frecuentes. Precisamente las disputas entre el
rey Don Rodrigo y los hijos del antiguo monarca Witiza explicarán, en buena medida, el colapso
del Reino visigótico en el siglo VIII.

HISTORIA DE ESPAÑA 2º BTO. Raíces históricas de la España contemporánea (Epígrafes cortos)

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