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Fu Marolla
Fu Marolla
Introducción
En nuestro trabajo nos proponemos analizar la responsabilidad civil
por el transporte que surge del Proyecto de Código Civil y Comercial
de la Nación 2012 (PCCCN)2, cuyo tratamiento legislativo se dará en
breve tiempo, teniendo en consideración la función resarcitoria, exa-
minando, a tal fin, los presupuestos para la configuración y las causales
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1. Responsabilidad civil
1.1. Funciones y denominación
En el PCCCN, donde se destaca la constitucionalización del De-
recho Privado3, se encuentran consideradas y reguladas las tres fun-
ciones de la responsabilidad civil, con la misma jerarquía normativa,
las cuales son: prevenir (art. 1708), aquí se contempla un deber de
prevención de los daños exigibles4; sancionar (arts. 1714 y 1715), don-
de la sanción pecuniaria tendría una finalidad disuasoria5, y resarcir
3
RIVERA, La constitucionalización del Derecho Privado en el Proyecto de Código
Civil y Comercial, en RIVERA, Julio César (dir.) y MEDINA, Graciela (coord.),
Comentarios al Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, Abeledo-Perrot,
Buenos Aires, 2012, ps. 20 y ss.
4 SEGUÍ, Responsabilidad civil: función preventiva, en RIVERA (dir.) y MEDINA
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1.2. Unificación
En el PCCCN, la unificación de la responsabilidad civil comprende
“la violación del deber de no dañar a otro” (art. 1716), con lo cual se
alude al comportamiento de origen extracontractual y, también, “el
incumplimiento de una obligación” (art. 1726), es decir, la conducta
de génesis contractual. No obstante, la descripta unificación normativa
no significa homogeneidad total, porque, tal como se ha expuesto en
los Fundamentos de aquél, la uniformidad contiene aspectos generales,
aunque se mantienen las distinciones propias de cada ámbito, en lo
relativo a la ejecución y al incumplimiento, que se regulan en el área
de las obligaciones y de los contratos. De esta forma, subsisten dife-
rencias específicas en diversas instituciones jurídicas, tales como: el
plazo de prescripción general, que es de cinco años (art. 2560), mientras
que es de tres años el plazo de prescripción del resarcimiento de daños
derivados de la responsabilidad civil (art. 2561), o bien, de dos años
cuando se trata de perjuicios causados por el transporte de personas
o cosas (arts. 2562, inc. e).
Cuando el incumplimiento de las obligaciones se debe a la imposibi-
lidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la prestación por caso
fortuito o fuerza mayor, se extingue la obligación sin responsabilidad
(art. 955, PCCCN). Por el contrario, si dicho resultado es atribuible a su
deudor, la obligación modifica su objeto y se convierte en la de pagar
un resarcimiento por los daños sufridos (art. 955, PCCCN).
En el PCCCN, la unidad del sistema de la responsabilidad civil no
significa su uniformidad absoluta, por cuanto se conservan diferencias
específicas entre las órbitas contractual y extracontractual. Al respecto,
consideramos un acierto esta forma de legislar en lo concerniente a
esta esencial materia del Derecho.
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2. Contrato de transporte
2.1. Concepto
El PCCCN, en su artículo 1280, contiene una clara definición acerca
del contrato de transporte, en donde se encuentran indicadas las partes
esenciales constitutivas del mismo, al sostener lo siguiente: “Hay con-
trato de transporte cuando una parte llamada transportista o porteador
se obliga a trasladar personas o cosas de un lugar a otro, y la otra,
llamada pasajero o cargador, se obliga a pagar un precio o flete”;
además, el efecto vinculante de todo contrato, válidamente celebrado,
se encuentra previsto en el artículo 959 del citado Proyecto legislativo,
indicando que el mismo “es obligatorio para las partes”. A su vez,
esta definición se encuentra relacionada con la expuesta, en el artículo
724 del PCCCN, sobre la obligación, al afirmar que ésta “es una re-
lación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene el derecho a exigir
del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito y,
ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho
interés”.
7 CSJN, 5-8-86, “Santa Coloma, Luis F. y otros c/Empresa Ferrocarriles Argen-
tinos”, E. D. 120-651, con nota de BORDA, Guillermo A., El caso “Santa Coloma”:
Un fallo ejemplar; Fallos: 308:1160; L. L. 1987-A-442.
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2.2. Características
El contrato de transporte se caracteriza por ser un contrato bilateral,
oneroso, consensual, nominado, conmutativo, típico y no formal9, que
puede construirse mediante la negociación individual, como ocurre cuando
es de índole interempresario, o también, por ser de adhesión o estandari-
zado, como sucede en los casos de consumidores o de pequeñas empresas
con grandes empresas dedicadas a este rubro comercial10. En esta última
clase de contrato de adhesión, por tratase de un contrato de consumo,
según el Derecho vigente, corresponde la aplicación del artículo 1º de las
leyes 24.240 y 24.999, en razón de la situación de asimetría de poder.
Las dos obligaciones principales que conforman el contrato de trans-
porte son: 1º) la de transportar, desde el lugar de recepción de la
mercadería hasta el lugar del destino, y 2º) que los bienes o servicios
arriben de la misma forma como han sido recibidos, lo cual alude al
principio de eficacia material y funcional.
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quiera que sea el medio empleado para el mismo, mientras que lo excluye
al transporte multimodal, el que se regirá por la ley especial respectiva.
Es así que las disposiciones previstas en el mentado Proyecto normativo
sobre el transporte regirán para los diferentes tipos de esta actividad, cuya
uniformidad normativa es relevante16, ya sea terrestre, marítimo, fluvial
o aéreo, sin perjuicio de las correspondientes legislaciones especiales,
salvo cuando se trate del transporte multimodal.
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3.3. Imperatividad
En virtud del interés social que para la comunidad significa el
servicio público del transporte y los riesgos propios de esta actividad,
las normas que rigen la responsabilidad del transportista están infor-
madas por el orden público; razón por la cual son inderogables para
las partes interesadas. Esta consideración se basa en la circunstancia
de que el contrato de transporte es un contrato de formación masiva,
lo que obliga a evitar posibles abusos derivados de la desigualdad
patrimonial y la necesidad pública de este servicio, tanto para la vida
cotidiana como para los negocios, lo que justifica su imperatividad19.
Por consiguiente, las cláusulas que restrinjan o excluyan la respon-
sabilidad del transportista por daños al pasajero son inválidas, tenién-
dose por no convenidas, de conformidad con el lineamiento normativo
que surge del artículo 184, Código de Comercio20, y del artículo 37,
inciso a, de la Ley de Defensa del Consumidor (ley 24.240).
3.4. Prescripción de las acciones
El tema de la prescripción de las acciones por daños que surgen
del transporte terrestre de personas constituye una cuestión compleja21,
en función de la pluralidad de normas que convergen sobre la materia
y la disparidad de criterios que al respecto se han manifestado, tal
como a continuación se exponen:
1) El artículo 855 del Código de Comercio, luego de su modifi-
cación por la ley 22.090, estatuye que las acciones que derivan
del contrato de transporte de personas o cosas prescriben, salvo
término menor fijado por otra disposición: al año, para los trans-
portes realizados dentro del país, y a los dos años, para los
dirigidos al exterior. En lo concerniente al transporte de perso-
nas, el plazo de prescripción corre desde el momento en que
concluye o debió concluir el viaje. Además, se sanciona de nu-
lidad toda convención que reduzca tales plazos.
19 GHERSI, FRANCESCUT y ZENTNER, ob. cit., p. 31.
20 TANZI y PAPILLÚ, La obligación tácita de seguridad en el transporte cit.,
p. 265.
21 VÁZQUEZ FERREYRA y FISCALLA, Contrato de transporte, Juris, Rosario,
2000, p. 79.
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vez recibidos los efectos por parte del porteador y emitida la corres-
pondiente carga de porte, nace el derecho del destinatario o consig-
natario, quien puede endosar el conocimiento de desembarque a favor
de un tercero, aun cuando las mercaderías se encuentren en viaje.
Con relación a la cuantificación del daño o cálculo del perjuicio
en los supuestos de falta de entrega y/o avería, la fórmula de Código
de Comercio indica que el detrimento se refleja según sea el valor de
las cosas o el de su menoscabo en el tiempo y el lugar en que se
entregaron o debieron ser entregadas al destinatario. En cambio, el
artículo 1315 del PCCCN, como innovación, dispone que, en los casos
de pérdida parcial o avería no reconocibles en el momento, las mismas
deben ser deducidas dentro de los cinco días posteriores a la recepción,
lo que constituiría un plazo de caducidad.
Una interesante novedad es la que surge de lo contemplado en el
artículo 1316 del PCCCN, que introduce el derecho del porteador a
ser retribuido con el precio del flete o a una parte proporcional a éste
y, además, a ser reembolsado de los gastos que hubiere efectuado en
virtud del transporte, cuando, por causas imputables al cargador, a un
tercero, al portador legitimado de la carta de porte o al destinatario,
en los casos en que el transporte no pueda ser iniciado, completado
o la entrega no pueda ser efectuada; con ello, en consecuencia, se le
reconoce el derecho del porteador a ser indemnizado a raíz de las
“estadías por la inmovilización y/o puesta a disposición de los medios
de transporte”, lo que constituye un avance en la materia normativa
cuyo estudio aquí abordamos.
El principio de indemnidad que rige con respecto a la obligación
de entregar los bienes transportados indica que esto debe hacerse en
el mismo estado en que se encontraban al momento de ser recibidos,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 169 del Código de
Comercio; a lo cual se suma que se presume sin vicios aparentes o
externos la mercadería cuya recepción sea efectuada sin observaciones,
en virtud de lo previsto en el artículo 175 del citado cuerpo normativo.
6. Resarcimiento
En nuestro país, hay un derecho constitucional a la reparación de
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los daños, que surge de los artículos 17, 41, 75, inciso 22, de Ley
Suprema nacional, y en función de este último dispositivo, también
está referido a los tratados de derechos humanos de jerarquía consti-
tucional, tal como se infiere de los artículos 63 y 68 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, que prevé el resarcimiento de los
perjuicios que pudieran producirse a cualesquiera de los derechos con-
tenidos en el Pacto de San José de Costa Rica, a través de una in-
demnización ejecutable en sede interna, entre otros. Esto, con claridad,
se encuentra reflejado en el artículo 1738 del PCCCN, donde consta
la noción amplia comprensiva de la indemnización en sus diversas
modalidades.
En el sistema de la responsabilidad civil que surge del transporte,
la normativa emanada del Código de Comercio alude al pleno resar-
cimiento de los daños; por lo tanto, se trata de una reparación integral,
comprensiva de la indemnización del daño material (daño emergente
y el lucro cesante) y del daño moral sufrido por la víctima o sus
causahabientes. Esto se concibe así, en base a lo normado en el artículo
172 del Código de Comercio y, además, a lo indicado en el artículo
1198 del Código Civil, referido al principio de buena fe.
Del sistema estructurado en el PCCCN se infiere que el resarci-
miento del daño comprende todos los supuestos clásicos aceptados por
la doctrina y la jurisprudencia, en general, aunque sin diferenciar entre
los menoscabos patrimoniales y los no patrimoniales: pérdida o dis-
minución del patrimonio, lucro cesante y pérdida de chances y los
daños a la persona humana, es decir, violación de los derechos per-
sonalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud psico-
física, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la
interferencia en su proyecto de vida (art. 1738).
La expresión daño no patrimonial no excluye utilizar, de manera
indistinta, las de daño moral o daño extrapatrimonial (art. 1741,
PCCCN); además, su indemnización comprende, entre otros rubros,
“las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar
las sumas reconocidas”; como así también se amplía la legitimación
activa, confiriéndosela al damnificado directo y, de modo particular,
en el caso de muerte o gran discapacidad de la víctima, pueden reclamar
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2003, p. 228.
30 CSJN, 5-8-86, “Santa Coloma, Luis F. y otros c/Empresa Ferrocarriles Argen-
210-881, L. L. 2004-F-90.
32 LÓPEZ HERRERA, Teoría general de la responsabilidad civil, LexisNexis,
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7. Presupuestos
7.1. Nociones generales
En la responsabilidad civil, sus presupuestos33 o elementos34 tradi-
1996, p. 562; LLAMBÍAS, Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, 20ª ed. act. con
las nuevas leyes por Patricio Raffo Benegas, LexisNexis–Abeledo-Perrot, Buenos Ai-
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cionales han sido una conducta activa u omisiva del agente del daño;
un criterio de imputación, basado, de modo habitual, en la culpa; la
existencia de un daño injusto que afecte a un derecho jurídicamente
tutelable, y la existencia de una relación causal entre aquella conducta
y el daño, y la antijuridicidad de la conducta del agente35.
Se ha producido una notable variación en la estructura de la res-
ponsabilidad civil, que se debe a la confluencia de una serie de factores
en un período de tiempo histórica y socialmente reducido, entre los
cuales se destaca el desarrollo industrial y tecnológico, que, de un
lado, ha dado lugar a un aumento exponencial de los daños, pero, de
otro lado, constituye una enorme fuente de recursos. Además, se ha
formulado un nuevo criterio en cuanto al daño, donde se da respuesta
no a la pregunta de si el sujeto que causó el perjuicio se comportó
de forma culpable, sino a la de si existe alguna razón por la que sea
la víctima la que tuviera que soportar el daño; por consiguiente, quien
causa un daño a otro estará obligado a repararlo cuando no concurra
una razón suficiente que justifique que sea el perjudicado quien haya
de soportarlo36.
Según lo normado en el Código Civil argentino, son cuatro los
presupuestos de la responsabilidad civil: daño, antijuridicidad, factores
de atribución y relación de causalidad37. Estos mismos presupuestos
o elementos esenciales de la responsabilidad civil se encuentran pre-
vistos en el PCCCN, los que serán analizados a continuación.
7.2. Daño
En el contexto de la responsabilidad civil por el transporte, para
la consideración del daño resarcible es fundamental tener en cuenta
el tiempo o plazo en que fue realizada esa actividad; por tal razón, si
ps. 67 y 68.
36 REGLERO CAMPOS, Conceptos generales y elementos de delimitación cit.,
ps. 68 y 69.
37 TAVANO, Los presupuestos de la responsabilidad civil cit., p. 183.
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324:2984.
42 AGOGLIA, El daño jurídico. Enfoque actual, La Ley, Buenos Aires, 1999,
p. 59; IRIBARNE, De los daños a la persona, Ediar, Buenos Aires, 1993, p. 435;
STIGLITZ, La responsabilidad civil, La Ley, Buenos Aires, 1984, p. 23; ZANNONI,
El daño en la responsabilidad civil, 3ª ed. act. y ampl., Astrea, Buenos Aires, 2005,
ps. 6, 26, 31 y ss.
43 GREGORINI CLUSELLAS, Determinación del interés resarcible: jurídico o
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7.3. Antijuridicidad
La antijuridicidad es considerada como presupuesto de la respon-
sabilidad civil, en forma expresa, por el PCCCN, de conformidad con
lo previsto en su artículo 1717. En efecto, la antijuridicidad alude a
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SA”, L. L. 2003-1-754.
49 SAGARNA, El transporte civil oneroso de personas y los daños y perjuicios,
en L. L. del 22-8-96.
50 AA. VV., Código de Comercio de la República Argentina. Comentado y anotado
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52 RODRÍGUEZ ARIAS, El abuso del derecho, Ejea, Buenos Aires, 1971, p. 59.
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8. Causales eximentes
8.1. Nociones generales
Las causales eximentes de la responsabilidad civil, en general, se
pueden clasificar en: a) eximentes de fuente legal, las cuales están
originadas en la ley, y b) eximentes de fuente convencional54, que son
las provenientes del contrato, siempre y cuando no constituyen cláu-
sulas abusivas o contrarias al orden teleológico de la función econó-
mico-social del instituto.
Las causales eximentes derivadas del contrato se basan en que, a
partir de la autonomía de la voluntad, pueden acordar, básicamente,
dos tipos de cláusulas:
1) Las que limitan el riesgo asumido, lo que debe tener una co-
rrelación económica con la tarifa y, al mismo tiempo, no deberá
tratarse de una cláusula abusiva55 en los contratos estandarizados
o de estructura de adhesión.
2) Las que fijan limitaciones a la responsabilidad civil establecida
como principio general. Sin embargo, en virtud de lo establecido
en el artículo 1292 del PCCCN, las cláusulas limitativas de la
responsabilidad del transportista de personas por muerte o daños
corporales se tienen por no escritas.
En cuanto a las eximentes cuya génesis radica en la legislación, el
artículo 172 del Código de Comercio y sus correlativos artículos 513 y
514 del Código Civil se refieren, con claridad, a la fuerza mayor, donde
53 CNCiv., sala M, 18-5-2009, “Domínguez, Mónica Patricia c/Empresa de Trans-
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y ss.
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El
PCCCN regula las siguientes causales de justificación:
a)
El ejercicio regular de un derecho (art. 1718, inc. a).
b)
La legítima defensa propia o de terceros (art. 1718, inc. b).
c)
El estado de necesidad (art. 1718, inc. c).
d)
El acto de abnegación y la asunción de riesgos inusuales o
extraordinarios (art. 1819, 1ª y 2ª partes).
e) El consentimiento libre e informado del damnificado, que no
resulte una cláusula abusiva cuando la lesión recaiga sobre bie-
nes disponibles (art. 1720). En este tema cabe señalar que no
son admisibles y se tienen por no escritas, por ejemplo, las
cláusulas que excluyen o limitan la responsabilidad prevista en
la ley en el transporte de personas por muerte o daños corporales
(art. 1292) o la de quienes habitualmente realizan servicios de
transporte (art. 1313).
En base a que la responsabilidad civil emergente del transporte es
de naturaleza objetiva, según la regulación prevista en el PCCCN, la
eximente idónea es la causa ajena (art. 1736), la cual comprende: el
caso fortuito o fuerza mayor, el hecho de un tercero, el hecho de la
víctima, que implican la imposibilidad objetiva y absoluta, no imputable
al obligado, del cumplimiento de las obligaciones asumidas (arts. 1729
a 1733). En consecuencia, dentro de los supuestos de responsabilidad
objetiva previstos en el citado Proyecto normativo se encuentra la res-
ponsabilidad del transportista por daños causados a las personas trans-
portadas (art. 1286); por lo tanto, aquél sólo se eximirá de la obligación
resarcitoria con la prueba de la causa ajena o causa extraña.
En lo que respecta a la materia probatoria referida a la responsa-
bilidad civil proveniente del transporte, las reglas son:
a) El pasajero debe probar el contrato y, por ende, su calidad de
pasajero, a través de cualquiera de los medios de prueba admi-
sibles, como así también el daño sufrido en dicha condición,
es decir, en ocasión del transporte.
b) El transportista sólo se libera de la obligación de reparar acre-
ditando la inexistencia de la relación de causalidad, mediante
la demostración del caso fortuito o fuerza mayor, hecho de un
tercero por quien no deba responder o hecho de la víctima.
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daños y perjuicios incoada por el pasajero de un ómnibus que fue golpeado por otros
que intentaron robarle la mochila que llevaba, causándole lesiones en el rostro y en
su dentadura, toda vez que la empresa de transportes demandada ha justificado la
culpabilidad de un tercero por quien no debe responder, conforme al art. 1113 del
Código Civil, dado que de la prueba producida surge que los perjuicios cuyo reco-
nocimiento pretende el reclamante se debieron exclusivamente al accionar de los de-
lincuentes” (CNCiv., sala M, 15-3-2010, “Doval, Ana María c/Microómnibus Norte
SA y otro”, RCyS, 2010-XI-191).
66 GHERSI, FRANCESCUT y ZENTNER, ob. cit., p. 28.
67 CNCiv., sala K, 27-3-2002, “González, Luis c/Transportes Río Grande Línea
5 y otro”, L. L. 2002-2-847.
68 ALFERILLO, El factor de atribución en la responsabilidad derivada del trans-
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70
CSJN, 16-11-2004, “Salcedo c/Transporte Metropolitanos Gral. Roca”, J. A.
2005-II, fasc. 3.
71 CNCiv., sala M, 9-9-2004, “Arrregui c/TBA”, J. A. 2004-10.
72 GHERSI, FRANCESCUT y ZENTNER, ob. cit., ps. 131 y 132.
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9. Reglas probatorias
La existencia del contrato de trasporte se prueba, en primer término,
mediante el pasaje o boleto, y a su vez, respecto de las cargas, por la
carta de porte, que constituyen los títulos legales del contrato, por
cuyo contenido se deciden todas las controversias que ocurren con
motivo del trasporte, sin admitir más excepción en contrario que la
falsedad o error involuntario de redacción, de conformidad con lo dis-
puesto en el artículo 167, Código de Comercio; en su defecto, sea que
no se haya extendido o que el transportador no la presente, por cualquier
medio de prueba; así, por ejemplo, los más comunes son: los recibos
de pagos de los fletes, movimiento de unidades de transporte, los re-
gistros de cargas recibidas, entre otros.
En general, las partes entre sí pueden probar, por cualquier medio,
que las condiciones que figuran en la carta de porte se han modificado
o que inicialmente fueron convenidas otras además de las enunciadas;
pero, con relación al destinatario o el legítimo tenedor de dichos do-
cumentos, rige el principio de literalidad, por cuanto sólo se le pueden
oponer las cláusulas que constan en ellos, en función de lo establecido
en el artículo 168 del Código de Comercio. Lo propio corresponde
hacer cuando en el transporte intervienen varias empresas.
De las previsiones contenidas en el PCCCN (arts. 1734, 1736, 1744)
surgen ciertas reglas básicas en materia de prueba de los presupuestos
de la responsabilidad civil, las cuales a continuación enunciamos:
a) La prueba de los factores de atribución y la relación de causa-
lidad incumben a quien los alega (arts. 1734 y 1736).
b) La carga probatoria de las causales eximentes, salvo determi-
nadas excepciones, corresponde a quien las alega (arts. 1734 y
1736).
c) La prueba del daño incumbe a quien lo invoca, excepto que la
ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios
hechos.
d) La demostración del daño corresponde a quien lo aduce, a menos
de que goce de presunción o que sea presumido (art. 1744,
PCCCN).
e) Se reconocen las cargas probatorias dinámicas, cuya teoría ha
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10. Conclusiones
En base a lo que hemos expuesto, podemos formular las siguientes
conclusiones:
1. El PCCCN constituye un avance en la estructuración del orde-
namiento jurídico de nuestro país, mediante la constitu-
cionalización y unificación del Derecho Privado, en general, y
en cuanto a la responsabilidad civil derivada del transporte, en
particular.
2. La unificación de la responsabilidad civil, en cuanto a sus órbitas
contractual y extracontractual, aunque manteniendo ciertas ca-
racterísticas diferenciales propias, que contiene el PCCCN, sig-
nifica un progreso para el Derecho nacional, lo cual se ve re-
flejado en lo concerniente a la responsabilidad civil originada
en el transporte.
3. Los principios de reparación integral y alterum non lædere son
reconocidos por el PCCCN, cuya importancia es fundamental
en materia de responsabilidad civil, en general, y de responsa-
bilidad civil por el transporte, en particular.
4. La mayor y más específica regulación efectuada en el PCCCN
sobre el transporte, tanto de personas como de cosas, con sus
implicancias que se proyectan y relacionan con otras áreas del
Derecho Privado, permitirá una más eficaz solución a los di-
versos conflictos que se presenten en materia de responsabilidad
civil por el transporte.
5. El PCCCN determina reglas específicas sobre prueba concer-
nientes a la responsabilidad civil, tanto en cuanto a los presu-
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