AÑO lxxvIii N° 165 DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI Tomo La Ley 2014-E

BUENOS AIRES, argentina - miércoles 3 DE septiembre DE 2014 ISSN 0024-1636

Asunción de riesgos y consentimiento

del damnificado
Parecidos, pero diferentes
Carlos A. Calvo Costa

SUMARIO: I. Introducción. — II. El consentimiento del damnificado. — III. Acerca de la teoría de la asunción de riesgos. — IV. Colofón. Consideraciones conclusivas.

Cuando media consentimiento, convención sobreentendida con otra persona,
la aceptación del daño por parte del por la cual aquélla renuncia por anticipado
a reclamar eventualmente una indemniza-
damnificado borra toda nota de ilicitud ción (1).
en el comportamiento del dañador,
También es frecuente que, al momento de
provocando —consecuentemente— la tratar la eximente para eludir la responsabi-
exoneración del ofensor; en cambio, en lidad civil de los demandados en dichos casos,
algunos autores y jueces planteen la asunción
la aceptación de riesgos, solamente se de riesgos como causa de justificación del
consiente la exposición a una situación daño —situándola en el plano de la antijuridi-
cidad—, y otros en el terreno del hecho o culpa
de peligro, pero sin que ello implique de la víctima, trasladando así su análisis al ám-
consentir las eventuales consecuencias bito de la causalidad y no al de la ilicitud.
dañosas del evento, ni una renuncia a Por nuestra parte, entendemos que tal
la potencial indemnización que le co- disparidad de criterios suele darse por en-
contrarse ambos institutos —consentimiento
rresponda para enjugar los hipotéticos del damnificado y asunción de riesgos— con
daños que se deriven de esa situación muchos elementos en común pero también di-
ferentes entre ellos, que provoca que su límite
de riesgo aceptada. sea difuso y fácil de confundir. Trataremos,
pues, en estas líneas que escribiremos a conti-
nuación, de aportar algunas ideas que contri-
I. Introducción buyan a aclarar un poco más esta cuestión, de
por sí, confusa.
Cada vez con mayor frecuencia nos en-
contramos con fallos judiciales y artículos de II. El consentimiento del damnificado
doctrina referidos a cuestiones de reparación
de daños, en los cuales, cuando la víctima le- No son pocos los autores nacionales y ex-
sionada ha participado voluntariamente en tranjeros que han afirmado que cuando la
un evento que generaba peligro para su vida o víctima consiente el daño sufrido, ello cons-
para su integridad física o psíquica, suele afir- tituye una causal de justificación, eliminando
marse que a pesar de haber asumido el riesgo toda nota de antijuridicidad (2), y provocando
al participar en esa actividad, ello no implica el irremediable rechazo de cualquier preten-
que el damnificado haya consentido el daño que sión indemnizatoria por parte del damnifica-
sufriera a posteriori. do. Ello tiene sustento en el principio “nulla
iniuria est, quae in volentem fiat” que formulara
No obstante, se ha afirmado en la doctrina Ulpiano en el Digesto (Libro XLVII, tit. X, 1.
que la asunción de riesgos no es más que un Ulpianus 5), que podría traducirse como “no
consentimiento tácito que la víctima parece existe injuria para el que ha consentido”, de-
prestar en todos aquellos casos en que, con biéndose entender por “iniuria” toda lesión de
pleno conocimiento, asume el riesgo de sufrir los derechos o intereses de una persona (3),
un daño, por lo cual ello tendría el valor de una siempre y cuando, claro está, ellos sean de
libre disposición por quien expresa el consen-
timiento.
Hablar de consentimiento (cum sentire) nos
brinda la idea de una voluntad convergente
entre dos partes sobre un mismo tema, des-
tinada a provocar un efecto jurídico; ahora
bien, ¿bajo qué recaudos debe brindarse ese
consentimiento del damnificado para ser vá-
lido? ¿sobre qué clases de bienes se pueden
consentir los daños?
En cuanto a su forma, y salvo disposición
legal especial que imponga una formalidad
determinada para su prestación (4), el consen-
timiento puede ser brindado en forma expresa
o tácita, aunque siempre es conveniente ins-
trumentarlo a los fines probatorios. Resulta sí
esencial, para que el consentimiento del dam-
nificado sea válido y excluya la antijuridicidad
de la conducta de quien ocasiona el daño, que
haya sido prestado con anterioridad o en for-
ma contemporánea a la ocurrencia del hecho;
si se brindara con posterioridad a la produc-
ción del perjuicio, ya no se estaría ante una ex-
clusión de la ilicitud, sino ante una verdadera
renuncia por parte de la víctima a ser indem-
nizada de los perjuicios que haya sufrido (cfr.
arts. 868 a 875 Cód. Civil, actuales arts. 839 a
846 de la ley E-0026 según Digesto Jurídico
Argentino).
Finalmente, es importante destacar que,
como regla general, el consentimiento sólo
puede ser prestado dentro de los límites que
impone el Derecho sobre derechos e intere-
ses protegidos que sean disponibles, siempre
y cuando éstos sean de contenido eminen-
temente patrimonial. Por ende, toda auto-
rización para causar daño que verse sobre
derechos o intereses que no sean disponibles
para su titular será inválida (5) y no provocará
efecto alguno. Es decir, no hay mayor incon-
veniente en que una persona pueda prestar ex
ante su consentimiento en que sea dañado un
bien material de su propiedad, por lo cual, de
concretarse el perjuicio, el dañador no deberá
resarcir el daño, dado que esa conformidad ha
excluido totalmente la antijuridicidad, presu-
puesto esencial para que nazca la obligación
de reparar el daño.
Ahora bien, ¿es válido el consentimiento
cuando éste involucra la vida, integridad fí-
sica o psíquica de quien lo presta? ¿constitu-
yen aquéllas bienes sobre los cuales el sujeto
puede disponer? Entendemos que estamos
en presencia de bienes indisponibles para su
titular, por lo cual —por regla general— no
será válido ningún consentimiento que auto-
rice a que el sujeto pueda sufrir daños en su
salud, sean éstos corporales o psíquicos, y no
excluirá la antijuridicidad de la conducta da-
ñosa, aun cuando ello haya sido previamente
pactado.
La excepción a este principio general lo
constituye el consentimiento informado pres-
tado para las prácticas médicas (siempre y
cuando éste se lleve a cabo en las condicio-
nes previstas por las leyes especiales que lo
rijan (6)), ya que, en tal caso, la agresión que
sufrirá el paciente en su integridad física
tiene como correlato la búsqueda de un me-
joramiento de su salud (7), siendo inevitable,
pues, que aquélla deba llevarse a cabo (8) (ej.
lesión por corte con un bisturí, amputación de
un miembro, colocación de prótesis, etcétera).
Cabe destacar, sin embargo, que la omisión
de la obtención del consentimiento por parte
del profesional de la medicina es generador
de responsabilidad civil médica; el consen-
timiento informado del paciente se constituye
en un factor de legitimación de la intervención
médica, por lo cual la ausencia de acredita-
continúa en página 2

doctrina. Asunción de riesgos y consentimiento del damnificado. Parecidos, pero ción del inmueble al régimen. Procedencia. Reconocimiento de la familia de hecho (CNCiv.).......5
diferentes
Carlos A. Calvo Costa................................................................................................................... 1
Recurso de apelación. Acción de amparo. Inaplicabilidad de la Resolución “PRES-11-01”
NOTA A FALLO. Constituyentes y beneficiarios concubinos en el bien de familia de la ANSeS. Deserción del remedio procesal (CNFed. Contenciosoadministrativo)..........8
Juana Beatriz Mazzei.................................................................................................................. 5
Acto administrativo. Resolución PRES-11-01/13 de la ANSeS. Sistema de entrega de
CORREO
ARGENTINO

turnos vía web. Inaplicabilidad. Falta de publicación oficial (JNFed. Contenciosoadministra-

CENTRAL B

El acto administrativo general y su publicación. Dos fallos sobre el mismo tema con un
final distinto tivo).....................................................................................................................................8
FRANQUEO A PAGAR

Orlando D. Pulvirenti................................................................................................................... 8
CUENTA N° 10269F1

Acto administrativo. Innecesariedad de publicación de norma emitida por la ANSeS

jurisprudencia que implementa un nuevo sistema de turnos. Rechazo de la acción de amparo interpuesta
Bien de familia. Condominio constituido por concubinos que no tienen descendencia. Afecta- por un letrado que pretende su inoponibilidad (CNFed. Contenciosoadministrativo)....... 10
2 | miércoles 3 DE septiembre DE 2014
Asunción
de riesgos y
consentimiento
del damnificado
viene de tapa
ción de su obtención por parte del facultativo
constituye una actuación u omisión culpo-
sa que lleva a concluir que ha sido el médico
quien asumió por sí solo los riesgos inheren-
tes a la práctica médica realizada en lugar del
paciente o de la persona llamada a prestar su
consentimiento luego de haber recibido una
información adecuada para ello (9), por lo cual
será responsable el profesional por los daños
irrogados el paciente que se deriven de la omi-
sión de brindar la información al paciente y de
la falta de obtención de su conformidad con la
práctica médica a realizar.
Asimismo, queda claro a nuestro entender
que el único legitimado a prestar el consen-
timiento es el propio titular del derecho o in-
terés protegido en juego, ya que, de no ser así,
el consentimiento brindado será ineficaz (10), a
no ser que nos hallemos frente a determinadas
situaciones —como en los supuestos de inter-
venciones quirúrgicas o tratamientos médicos
necesarios para un menor o un incapaz— en
las cuales las leyes especiales determinen que
dicho consentimiento puede ser prestado por
sus representantes legales o por las personas
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Teoría General
de la Responsabilidad Civil”, 9ª Edición, 1ra. Reimpre-
sión, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2003, nro. 305; LE-
SERVOISIER, Yves, “La responsabilité civile résultant
du transport gratuit de personnes en droit français et en
droit anglais”, Librairie générale de droit et de jurispru-
dence (Évreux, impr. Hérissey), Paris, 1966, p. 102.
(2) CARBONNIER, Jean, “Droit civil. Les Obliga-
tions”, 14ª édition, Ed. Presses Universitaires de France,
Paris, 1995, T. IV, ps. 366 y ss.; RIZ, Roland, “Il consen-
so dell’avente diritto”, Cedam, Padova, 1979, ps. 54 y ss;
SANTOS BRIZ, Jaime, “La responsabilidad civil. Dere-
cho sustantivo y procesal”, Montecorvo, 7ma edición, Ma-
drid, 1993, ps. 36 y ss.; ORGAZ, Alfredo, “La ilicitud”, Ed.
Lerner, Córdoba, 1973, ps. 157 y 178, especialmente; DE
ANGEL YAGÜEZ, Ricardo, “Tratado de responsabilidad
civil”, Ed. Civitas, Madrid, 1993, p. 284; BUSTO LAGO,
José M., “La antijuridicidad del daño resarcible en la res-
ponsabilidad civil extracontractual”, Ed. Tecnos S.A.,
Madrid, 1998, p. 293; BARBERO, Domenico, “Sistema del
Derecho Privado”, traducción de Santiago Sentís Melen-
do, Ediciones Jurídicas Europa-América (E.J.E.A.), Bue-
nos Aires, 1967, T. IV., p.744. En contra: TERRÉ, François
- SIMLER, Philippe - LEQUETTE, Yves, “Droit Civil: Les
obligations”, Précis Dalloz, Paris, 1993, para quienes el
consentimiento de la víctima no provoca la desaparición
de la antijuridicidad en la conducta del autor del daño (ver
ps. 537 y ss.).
(3) Véase el extenso desarrollo que se realiza sobre esta
cuestión en ROXIN, Claus, “Derecho Penal: Parte Gene-
ral. Fundamentos. La estructura de la teoría del delito”,
traducción y notas de la 2ª edición alemana por Luzón
Peña, Diego Manuel - Díaz García y Conlledo, Miguel - De
Vicente Remesa, Javier, Civitas, Madrid 1ra. edición, 1ra
reimpresión 2003, t. I, p. 511.
(4) A modo de ejemplo, en materia de consentimiento
informado brindado en el ámbito de la medicina, el art. 7
de la ley 26.529 de Derechos del Paciente (t.o. según ley
26742) —Ley ASA-3133 según denominación del Digesto
Jurídico Argentino— dispone: “Instrumentación. El con-
sentimiento será verbal con las siguientes excepciones,
en los que será por escrito y debidamente suscrito: a) In-
ternación; b) Intervención quirúrgica; c) Procedimientos
diagnósticos y terapéuticos invasivos; d) Procedimientos
que implican riesgos según lo determine la reglamenta-
ción de la presente ley; e) Revocación; f) En el supuesto
previsto en el inciso g) del artículo 5º deberá dejarse cons-
tancia de la información por escrito en un acta que deberá
que expresamente indiquen las leyes especia-
les (11).
Por último, cabe preguntarse respecto a
si puede disponerse sobre los derechos de la
personalidad, es decir, a derechos e intere-
ses extrapatrimoniales o de índole espiritual.
Mientras que algunos autores se han mani-
festado renuentes en torno a la posibilidad de
su disposición (12), otros la admiten aunque
con ciertas limitaciones (13), ya que estiman
posible, por ejemplo, que una persona pueda
disponer sobre su derecho a la imagen o a la
intimidad, y consentir la publicación de una
fotografía o que tome estado público alguna
situación que pertenezca a su ámbito privado,
aun cuando ello pueda resultarle perjudicial.
Pero esta última postura, claro está, sólo es
admisible siempre dentro de ciertos límites y
sin que el consentimiento prestado implique
una pérdida absoluta del derecho de la perso-
nalidad involucrado (14). Es decir, como bien lo
ejemplifican algunos juristas que han estudia-
do profundamente esta cuestión en el ámbito
del derecho penal, un sujeto puede renunciar
a través del consentimiento a ciertas expecta-
tivas concretas de reconocimiento que ema-
nan del derecho al honor o a ser indemnizado
por lesiones concretas al honor, pero dicho
consentimiento no puede implicar bajo nin-
gún punto de vista la renuncia al derecho al
honor (15).
Cuando el damnificado presta su consen-
timiento, sabe con anterioridad que los actos
de terceros pueden resultarles perjudiciales y,
sin embargo, acepta ex ante las consecuencias
del posible daño, constituyéndose su confor-
midad, de tal modo, en una causa de justifica-
ción que borra cualquier presunta antijuridici-
ser firmada por todos los intervinientes en el acto”.
(5) DE ANGEL YAGÜEZ, Ricardo, “Tratado de res-
ponsabilidad civil”, ob. cit., p. 284; YZQUIERDO TOLSA-
DA, Mariano, “La responsabilidad civil del profesional li-
beral”, Reus, Madrid, 1987, ps. 398 y ss.; RIZ, Roland, “II
consenso dell’avente diritto”, ob. cit., ps. 75 y ss.
(6) En Argentina, el art. 5 de la ley 26.529 de Derechos
del Paciente (t.o. según ley 26742) —Ley ASA-3133 según
denominación del Digesto Jurídico Argentino— dispone
que por consentimiento informado debe entenderse la de-
claración de voluntad suficiente efectuada por el paciente,
o por sus representantes legales, en su caso, emitida luego
de recibir, por parte del profesional interviniente, infor-
mación clara, precisa y adecuada de todos los extremos
que se detallan pormenorizadamente en este artículo.
(7) FERRARI, Franco, “Atipicità dell’illecito civile”,
Giuffrè Editore, Milano, 1992, ps. 84 y 85.
(8) Es inobjetable que un médico para llevar a cabo un
acto quirúrgico, deba afectar la integridad física del pa-
ciente (vgr. hacer un corte con un bisturí), pero ello se
encuentra totalmente justificado en tanto y en cuanto re-
sulte ser una condición necesaria para el mejoramiento
de la salud del enfermo o para su curación. Entendemos
que ello también es aplicable cuando la práctica médica
se lleve a cabo con fines estéticos, ya que también debe in-
terpretarse en pos de una mejoría del paciente. Véase en
este mismo sentido: ATAZ LÓPEZ, Joaquín, “Los médi-
cos y la responsabilidad civil”, Ed. Montecorvo, Madrid,
1985, p. 59.
(9) Para un análisis más profundo de estas cuestiones,
véase: CALVO COSTA, Carlos A., “Daños ocasionados
por la prestación médico asistencial”, Ed. Hammurabi,
Buenos Aires, 2007, ps. 313 y ss. Ver también BUSTO
LAGO, José M., “La antijuridicidad del daño resarcible
en la responsabilidad civil extracontractual”, ob. cit.,
quien expresa que “el médico que realiza una operación
sin informar a su paciente y sin obtener el consentimiento
de éste, comete un acto antijurídico, un acto contrario a
Derecho y, en definitiva, apto para constituir la base de la
responsabilidad civil” (p. 311).
(10) PUIG BRUTAU, José, “Fundamentos de Derecho
Civil”, Ed. Bosch, Barcelona, 1983, T. II, vol. III, p. 85.
(11) A modo de ejemplo, el art. 6 de la Ley 26529 de De-
rechos del Paciente (t.o. según ley 26742) —Ley ASA-3133
según denominación del Digesto Jurídico Argentino—,
en su segundo párrafo, dispone respecto a esta cuestión
que: “...En el supuesto de incapacidad del paciente, o im-
posibilidad de brindar el consentimiento informado a
causa de su estado físico o psíquico, el mismo podrá ser
dad o ilicitud en la conducta del dañador. Esta
es su nota distintiva, lo que no ocurrirá en la
asunción de riesgos, como veremos seguida-
mente, en donde la conformidad de exponerse
a un daño eventual no implica para el damni-
ficado aceptar las potenciales consecuencias
dañosas que se puedan derivar del riesgo
aceptado.
III. Acerca de la teoría de la asunción de riesgos
a) Breves nociones conceptuales
La teoría de la asunción de riesgos alude a
la situación en la cual una persona, teniendo
conocimiento de los peligros que envuelven a
una determinada actividad, decide llevarla a
cabo exponiéndose a la eventualidad de sufrir
daños (16). Es un instituto que no tiene tra-
tamiento expreso en nuestro ordenamiento
jurídico y que, para algunos autores, comenzó
a ser utilizado en nuestro país como reacción
frente a la consagración de la responsabilidad
objetiva (17).
Esa falta de tratamiento legislativo provocó
que existiera discrepancia doctrinaria en tor-
no a su validez como eximente, discutiéndose
si se trataba de un nuevo instituto que debía
ser considerado autónomamente o si, por el
contrario, quedaba subsumido en otros ya
contemplados por el ordenamiento jurídico.
Para un sector de nuestra doctrina, la asun-
ción de riesgos debía ser considerada como
una eximente nueva, con independencia de
cualquier otra (18), postura que no comparti-
mos y que también rechaza la mayoría de los
juristas argentinos (19), quienes acertadamen-
te la encuadran como eximente dentro del ám-
dado por las personas mencionadas en el artículo 21 de la
Ley 24.193, con los requisitos y con el orden de prelación
allí establecido”. Dichas personas son, pues, en orden de
prelación: a) El cónyuge no divorciado que convivía con el
fallecido, o la persona que sin ser su cónyuge convivía con
el fallecido en relación de tipo conyugal no menos antigua
de tres (3) años, en forma continua e ininterrumpida; b)
Cualquiera de los hijos mayores de dieciocho (18) años;
c) Cualquiera de los padres; d) Cualquiera de los herma-
nos mayores de dieciocho (18) años; e) Cualquiera de los
nietos mayores de dieciocho (18) años; f) Cualquiera de
los abuelos; g) Cualquier pariente consanguíneo hasta el
cuarto grado inclusive; h) Cualquier pariente por afinidad
hasta el segundo grado inclusive; i) El representante legal,
tutor o curador. El vínculo familiar o de hecho, respecto
del paciente incapacitado, debe ser acreditado por algún
medio de prueba idóneo, aunque el decreto reglamentario
1089/2012 dispone que, a falta de otra prueba, dicha acre-
ditación puede llevarse a cabo mediante declaración jura-
da, la que a ese único efecto constituirá prueba suficiente
por el plazo de 48 horas, debiendo acompañarse la docu-
mentación que lo acredite.
(12) VINEY, Geneviève, “Traité de Droit Civil. Les obli-
gations. La Responsabilité: Conditions” (sous la direction
de Jacques Ghestin), LGDJ, París, 2da. edición, París,
1995, p. 693 y ss; GARUTTI, Massimo, “Il diritto all’onore
e la sua tutela civilistica”, Cedam, Padova, 1985, ps. 142 y
ss. Las cualidades propias de estos derechos de la perso-
nalidad (intangibilidad, irrenunciabilidad, imprescripti-
bilidad, inalienabilidad e instransmisibilidad) son las que
brindan fundamento a estos autores que se manifiestan
en torno a la imposibilidad de realizar cualquier acto de
disposición que implique una lesión de un derecho de la
personalidad.
(13) DE CUPIS, Adriano, “I diritti della personalità”,
Giuffrè Ed., Milano, 2a ed. riv. e aggiornata, 1982, ps. 86
y ss.
(14) Este es el mismo criterio adoptado por el Proyecto
del Código Civil y Comercial del 2012 referido al consen-
timiento del damnificado, que determina en su art. 1720
que “Sin perjuicio de disposiciones especiales, el consen-
timiento libre e informado del damnificado, en la medida
en que no constituya una cláusula abusiva, libera de la res-
ponsabilidad por los daños derivados de la lesión de bie-
nes disponibles”.
(15) BERDUGO GÓMEZ de la TORRE, Ignacio, “Ho-
nor y libertad de expresión. Las causas de justificación de
los delitos contra el honor”, Tecnos, Madrid, 1987, ps. 49
y ss.
bito de la causalidad, como una manifestación
del hecho o culpa de la víctima. Esta postura
es la que ha adoptado también el art. 1719 del
Proyecto de Código Civil y Comercial al dispo-
ner que la asunción de riesgos adquirirá rele-
vancia cuando la conducta de la víctima posea
incidencia causal en la producción del evento
dañoso (20).
Se nos ocurre, como lo veremos posterior-
mente, que asumir un riesgo no debe ser si-
nónimo de consentir el daño que pueda deri-
varse de dicho evento; la vida en sociedad nos
enfrenta a numeras situaciones cotidianas
plagadas de riesgos que afrontamos a diario
(desde cruzar una calle hasta viajar en un fe-
rrocarril), pero no por ello debemos concluir
que de resultar dañados en alguna de esas
actividades, hemos consentido los perjuicios y
no podamos reclamar su reparación.
Por el contrario, para que ello ocurra, se
debe estar ante un reproche de la conducta
de la víctima, quien debió para ello exponerse
a la situación de riesgo de manera temeraria
o imprudente, lo cual será revelador —al me-
nos— de su culpabilidad (21). Si quien viaja en
un tren, continuando con el mismo ejemplo,
lo hace en un estribo o subido al techo de un
vagón (como suele verse con frecuencia a la
salida de los espectáculos deportivos masi-
vos) y sufre daños, será relevante su impru-
dencia para excluir toda responsabilidad del
transportista por los perjuicios que aquél su-
fra. Es indudable que cuando ocurre el daño
en tales circunstancias, es la culpabilidad del
damnificado la que resulta ser determinante
—total o parcialmente— en la producción del
perjuicio, por encima del riesgo del evento en
sí (22), neutralizándolo. Por ende, la eximente
(16) Algunos autores sostienen que con la expresión
asunción de riesgos se hace referencia al consentimien-
to tácito que la víctima parece prestar en todos aquellos
casos en que, con pleno conocimiento, asume el riesgo
de sufrir un daño; lo cual tendría el valor de una conven-
ción sobreentendida con otra persona, por la cual aqué-
lla renuncia por anticipado a reclamar eventualmente
una indemnización por los perjuicios que así pueda sufrir
(TRIGO REPRESAS, Félix A. - LÓPEZ MESA, Marcelo,
“Tratado de la responsabilidad civil”, Ed. La Ley, Buenos
Aires, 2004, T. I, p. 966).
(17) MÜLLER, Enrique C., “Daños ocasionados en una
competencia automovilística”, Revista de Responsabili-
dad Civil y Seguros, Editorial La Ley, Buenos Aires, Nro.
12, Diciembre 2013, p. 55.
(18) MAZZINGHI (h.), Jorge, “Responsabilidad objeti-
va: uso de la cosa contra la voluntad del dueño y la asun-
ción del riesgo”, LA LEY, 1995-E, 205; Responsabilidad
Civil - Doctrinas Esenciales, Tomo II, 1125, en donde consi-
dera a la asunción de riesgos como un “factor que excluye
la aplicación de los rígidos mecanismos de la responsabi-
lidad objetiva”.
(19) PIZARRO, Ramón D., “Causalidad adecuada y
factores extraños”, en Trigo Represas, Félix A. (dir),
Derecho de Daños, Buenos Aires, La Rocca, 1989, Vol. 1,
p. 269.; MAYO Jorge - PREVOT Juan Manuel, “La idea de
aceptación de riesgos en el derecho de la Responsabilidad
Civil”, LA LEY, 2009-E, 992; ZAVALA de GONZÁLEZ,
Matilde, “Resarcimiento de daños”, T.4 (Presupuestos y
funciones del Derecho de Daños), Ed. Hammurabi, Buenos
Aires, 1999, ps. 287; ACCIARRI, Hugo A. - GONZÁLEZ
RODRÍGUEZ, Lorena - TOLOSA, Pamela, “Daños en el
Deporte. Su tratamiento en el marco de la teoría general
de la responsabilidad civil y la eficacia de los instrumentos
protectorios”, en Revista de Responsabilidad Civil y Segu-
ros, Editorial La Ley, Buenos Aires, Nro. 2, Febrero 2013,
p. 81, entre otros.
(20) Art. 1719: “La exposición voluntaria por parte de
la víctima a una situación de peligro no justifica el hecho
dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las
circunstancias del caso, ella pueda calificarse como un he-
cho del damnificado que interrumpe total o parcialmente
el nexo causal”.
(21) En este sentido: ZAVALA de GONZÁLEZ, Matil-
de, “Resarcimiento de daños”, T.4 (Presupuestos y funcio-
nes del Derecho de Daños), ob. cit., ps. 287 y ss.
(22) GIORGI, Jorge, “Teoría de las obligaciones en el
Derecho Moderno”, Reus, Madrid, 1928, Vol. V, ps. 245
y ss.

de la responsabilidad del generador del ries-
go no se localizará en el plano de la exclusión
de la antijuridicidad (como la que se lograría
con el consentimiento del damnificado que
constituiría una causal de justificación), sino
en el terreno de la causalidad, puesto que la
asunción consciente del riesgo es imputable al
hecho de la víctima (23), lo cual es susceptible
de erigirse en un supuesto de causa ajena idó-
neo para fracturar —en todo o en parte— el
ligamen causal.
Pero, queremos ser claros con esto, conocer
un riesgo no implica aceptar los perjuicios que
puedan resultar de él. Por ello, aun en el su-
puesto de haber aceptado un riesgo, se debe
indagar sobre los alcances de dicha aceptación
por parte del damnificado y si ella es consti-
tutiva del denominado hecho de la víctima, ya
que sólo en caso de una respuesta afirmativa
podrá verse afectado su derecho a la repara-
ción (24). Es aquí, pues, a nuestro entender, en
donde comienzan a vislumbrarse las primeras
líneas divisorias entre el consentimiento del
daño y la asunción de riesgos.
Estimamos también que la noción de asun-
ción o aceptación de riesgos no constituye una
causal de justificación o de exclusión del fac-
tor de atribución objetivo que resulte aplica-
ble en el caso (25). En tal sentido, en un no muy
lejano evento científico que ha tratado esta
cuestión, se ha concluido por unanimidad que
“la asunción de riesgos genéricos de la vida
moderna no implica relevar de responsabili-
dad al eventual dañador; en materia de ries-
gos, como principio general, asumir el riesgo
no significa asumir el daño”, y que la asunción
de riesgos no se erige en una causal autóno-
ma de eximición de responsabilidad, sino que
debe analizarse si la conducta de la víctima
configura desde el punto de vista causal el he-
cho de la víctima (26).
Finalmente, consideramos importante des-
tacar que para que exista una verdadera asun-
ción de riesgos con idoneidad al interrumpir
el nexo de causalidad, el riesgo debe ser evi-
dente, de modo tal que el damnificado pueda
representarse la probabilidad de producción
del daño y su gravedad y que, pese a ello, lo
haya asumido (27).
b) La asunción de daños en el ámbito del depor-
te
Para poder determinar cuál es el rol causal
de la conducta de un deportista que acepta
practicar un deporte que entraña riesgos y
termina sufriendo un daño, estimamos que
corresponde distinguir los riesgos normales
—inherentes a la práctica del deporte— de
aquellos que resultan ser anormales a dicha
actividad. Ello así, puesto que el daño que su-
{ NOTAS }
(23) Véase en este sentido: LÓPEZ HERRERA, Edgar-
do, “Daños sufridos por un jugador de fútbol por agresión
del público asistente”, Revista de Responsabilidad Civil y
Seguros, Editorial La Ley, Buenos Aires, Nro. 2, febrero
2014, en donde expresa que “la asunción de riesgos siem-
pre esconde alguna forma, deliberada o no, de impruden-
cia o negligencia. El que asume un riesgo extraordinario,
en el ámbito contractual ¿qué otra cosa hace sino ser im-
prudente o negligente?”.
(24) PIZARRO, Ramón D., “Responsabilidad Civil por
Riesgo Creado y de Empresa”, Ed. La Ley, Bs. As, 2006,
T. I., p. 262).
(25) MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La aceptación de
los riesgos. Retroceso en la responsabilidad civil por actos
ilícitos”, LA LEY, 1978-D, 1076.
(26) Nos referimos a las XXII Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, Córdoba, 23 al 25 de septiembre de 2009,
en las cuales las conclusiones finales adoptadas por la Co-
misión nº 3 que ha tratado el tema, fueron aprobadas por
unanimidad.
(27) CAVANILLAS MUGICA, Santiago, “Responsabi-
lidad civil y protección del consumidor”, Palma de Mallor-
ca, Series Ensayos-8, 1985, ps. 199 y 200.
(28) MEDINA ALCOZ, María, “La asunción del riesgo
por parte de la víctima. Riesgos taurinos y deportivos”,
fre un deportista en el curso de una actividad
deportiva puede ser o no la concreción del
riesgo asumido por él; el deportista asume los
riesgos normales, típicos del juego o de la com-
petición, pero no los riesgos anormales, atípi-
cos o calificados; por ende, de sufrir el daño en
ocasión de una actividad deportiva, para tener
derecho a la reparación la víctima deberá pro-
bar la anormalidad del riesgo. La decisión li-
bre y voluntaria del damnificado de participar
de una actividad deportiva implica un hecho
propio con relevancia causal que excluye toda
posibilidad de reparación cuando el perjuicio
se deriva de un riesgo normal asumido del de-
porte en cuestión (28).
Ello, pues, tiene una razón de ser. Cuando
la actividad deportiva está autorizada por el
Estado, queda claro entonces que toda conse-
cuencia que pueda derivarse de ella, cuando
se da en el marco del desarrollo regular del
juego, tiene una presunción de licitud. Tal li-
citud emana claramente en nuestro país de lo
dispuesto por el art. 2055 del Cód. Civil (actual
art. 2029 de la ley E-0026 según Digesto Jurí-
dico Argentino), que tácitamente reconoce la
licitud de los juegos deportivos, de la ley 4345
(P-0882 según Digesto Jurídico Argentino) de
Fomento de los Juegos Atléticos y del Fútbol,
y de la Ley Nacional del Deporte 20.655 (ASO-
1008 según Digesto Jurídico Argentino), y en
numerosas leyes nacionales y provinciales de
fomento y promoción de los deportes en vir-
tud de que el deporte no es una materia expre-
samente delegada al Estado Federal (29).
Por ende, en principio, los daños que se
ocasionen en el desarrollo normal del juego no
serán reparados en razón de la aceptación del
riesgo por parte de los deportistas que acep-
tan participar de la actividad y de la autori-
zación estatal precitada (30). Pero debemos
evidenciar que la óptica cambiará si los daños
causados en el ejercicio de la actividad, si se
ha infringido el marco de las reglas de juego,
ingresando en el terreno de la ilicitud y arri-
bándose a la conclusión de que esos perjuicios
son imputables a la culpabilidad o al dolo de
quien los ocasiona. Es decir, se considerarán
daños normales aquellos que se produzcan
dentro del marco del reglamento del deporte
de que se trate, por lo cual, en tal caso, enmar-
cándose la acción causativa del daño dentro
del ámbito de la licitud estatal para la práctica
del deporte, no habrá antijuridicidad alguna y,
por ende, el daño no deberá ser reparado (31).
Obviamente, aquí también nos encontrare-
mos frente al mismo problema que analiza-
mos en la primera parte, al tratar el consen-
timiento: generalmente en la actividad depor-
tiva se produce una aceptación tácita del ries-
go propio del deporte (32); sin embargo suele
afirmarse que cuando los daños son sufridos,
Madrid, Ed. Dykinson, 2004, p. 254; VERDERA SERVER,
Rafael, “Una aproximación a los riesgos del deporte”,
Indret, Working Paper nº 116, Barcelona, enero de 2003,
www.indret.com; PIÑERO SALGUERO, José, “Acciden-
tes deportivos: lesiones consentidas”, Indret, nº 297, Bar-
celona, julio de 2005, www.indret.com.
(29) ABREU, Gustavo A., “Responsabilidad civil del
futbolista que causa lesiones durante el juego”, LA LEY,
2013-F, 1080.
(30) MAZZINGHI (h.), Jorge, “Una sentencia severa
pero justa”, LA LEY, 1996-C, 698.
(31) MARQUEZ, José F. - CALDERON, Maximiliano,
“Daños sufridos por el futbolista profesional”, en Revis-
ta de Derecho de Daños 2010-2, Daño Deportivo, Rubinzal
Culzoni Editores, Buenos Aires-Santa Fe, p. 112.
(32) TALE, Camilo, “Accidentes deportivos: respon-
sabilidad por daños causados por un deportista a otro”,
en Revista de Derecho de Daños 2010-2, Daño Deportivo,
Rubinzal Culzoni Editores, Buenos Aires-Santa Fe, p. 231.
(33) Véase en este mismo sentido: VERDERA SER-
VER, Rafael, “Una aproximación a los riesgos del depor-
te”, ob. cit., quien manifiesta que en los deportes de aven-
tura el riesgo asumido es superior al de otros deportes,
por lo cual cabe pensar que será también mayor el núme-
ro de daños que no serán indemnizables.
verbigracia, en la integridad física, dicha acep-
tación de riesgos no tiene aptitud para hacer
desaparecer la ilicitud de la acción del daña-
dor, por cuanto las personas carecen de poder
de disposición sobre bienes que están fuera
del comercio y son de interés público.
Ahora bien, nos preguntamos, entonces,
la asunción de riesgos, por ejemplo, de quien
acepta lanzarse en un paracaídas, o volar en
un parapente, o de participar en un combate
de boxeo, o participar en una carrera de rally
¿sería ineficaz porque el damnificado estaría
disponiendo sobre su integridad física? Por
nuestra parte estimamos que si bien es cierto
que debemos estar a la naturaleza de los bie-
nes en juego y a su posible indisponibilidad,
no podemos dejar de mencionar que la teoría
de la asunción de riesgos en el deporte será
relevante y eficaz cuando el participante asu-
ma someterse a un riesgo extraordinario (33),
lo cual será revelador de la imprudencia del
damnificado e idóneo para fracturar el nexo
de causalidad (cfr. art. 1111 Cód. Civil, actual
art. 1083 de la ley E-0026 según Digesto Ju-
rídico Argentino). Ello ocurría, a nuestro en-
tender, en el caso de que el damnificado haya
aceptado participar en actividades extrema-
damente riesgosas con una alta probabilidad
de daños para su integridad física, como ser
un combate de boxeo, una carrera de motos,
o de un alto riesgo para su vida, como ser lan-
zarse en ala delta o, como ocurre en España,
participar de una corrida de toros, donde di-
cha actividad es lícita.
c) Casuística de la jurisprudencia argentina en
materia de fútbol y de rugby
Hay algunos casos interesantes en la juris-
prudencia argentina de los últimos años, que
se han referido a esta cuestión. Mencionare-
mos muy brevemente sólo los más relevantes:
- El caso Cotroneo, (34) de 1982, fue el pri-
mero en referirse a la obligación o no de re-
parar los daños ocasionados en un partido de
fútbol; en el fallo, a través del excelente voto
del Dr. Alberto Bueres, se resolvió que “cuan-
do las infracciones (del juego) no pasan de lo
normal, ellas quedan cubiertas por la licitud
dimanante de la aquiescencia estatal; el des-
conocimiento de esta realidad conduciría fa-
talmente a la supresión de la actividad futbo-
lística. En virtud de ello, el deber de responder
por las lesiones deportivas tiene origen en los
siguientes casos: a) cuando existe una acción
excesiva que viola groseramente y en forma
abierta el reglamento del juego; y b) cuando
existe intención de provocar el resultado da-
ñoso, sea durante el desarrollo del juego o
bien cuando éste se encuentre detenido”. En
ambas instancias se condenó a quien ocasionó
el daño y al club demandado.
(34) CNCiv., Sala D, 17/12/1982, “Cotroneo, Ricardo D.
v. Club Atlético Banfield y otros”, JA 1984-II-21. En el caso,
el actor fue a buscar una pelota en el área adversaria y, al
no poder cabecear, la tocó con la mano. En consecuencia,
el árbitro del partido cobró “hands” cortando el juego y,
a renglón seguido, el arquero Violi del Club Atlético Ban-
field aplicó intencionalmente y con el juego detenido un
rodillazo a Cotroneo en la zona renal, ocasionándole un
grave daño en su integridad física.
(35) CNCiv., Sala A, 06/04/1995, “Berman, Gerardo
R. c. Goldín”, Jorge N., DJ 1996-2, 400. En el marco de un
partido de fútbol amateur, el que el arquero de uno de los
equipos, Gerardo Berman, al retener con sus manos den-
tro del área la pelota, fue golpeado mediante la utilización
de una “plancha” por el delantero del equipo rival —Jor-
ge Goldin— quien venía lanzado a la carrera. El golpe le
irrogó a Berman graves consecuencias físicas, resultando
ser la más importante la fractura expuesta de la tibia de la
pierna derecha.
(36) CCiv. y Com. Azul, Sala I, 31/03/2005, “Telechea,
Fernando G. c. Beldrio, Carlos”, LLBA 2005 (julio), 695.
En este caso, se trataba de un partido de Fútbol organiza-
do por AFA, entre un club de Olavarría y otro de Pehuajó.
Fernando Telechea, jugador del primer club, segundos
antes de recibir la pelota proveniente del pase de un com-
miércoles 3 DE septiembre DE 2014 | 3
- Este mismo criterio fue seguido en el fa-
llo Berman (35), en donde se resolvió que “Los
accidentes producidos durante un partido de
fútbol entre jugadores no profesionales o afi-
cionados deben ser juzgados con un criterio
distinto al aplicable a aquellos deportes que
son esencialmente violentos o peligrosos (...)
La autorización estatal del fútbol como depor-
te crea una presunción de licitud en cuanto a
las consecuencias que resulten de su ejercicio
según el curso natural y ordinario de las co-
sas (conf. art. 901, Cód. Civil), de modo que las
lesiones derivadas de tales acciones estarán,
excepto supuestos excepcionales, justificadas
de antemano como la actividad misma de la
cual proceden. Sin embargo, el daño causado
con violación de las reglas del fútbol, por una
acción excesiva y de notoria imprudencia, ge-
nera responsabilidad civil”. La sentencia fue
condenatoria en ambas instancias.
- Asimismo, en el fallo Telechea (36), la Cá-
mara de Apelaciones de Azul sostuvo que el
deber de responder por las lesiones deportivas
tiene origen en los siguientes casos: a) cuando
existe una acción excesiva que viola grosera
y abiertamente el reglamento del juego; y b)
cuando existe intención de provocar el resulta-
do dañoso, sea durante el desarrollo del juego o
bien cuando éste se encuentra detenido. En tal
caso, habiendo sido ocasionada la lesión en in-
fracción al reglamento del juego, fue condena-
do en ambas instancias el demandado Beldrio.
- Idéntico criterio sostuvo la Suprema Corte
de Buenos Aires al resolver el caso Pizzo (37),
en donde resolvió que “Las conductas habidas
en oportunidad de encuentros deportivos, de
las cuales resulten dañados los deportistas
participantes, pueden dar lugar al deber de
resarcir cuando media un accionar, como en
el caso, que viola el reglamento del juego y
denota un obrar culposo por imprudencia o
torpeza o cuando existe un obrar intencional
dirigido a provocar el daño (...) La apreciación
de la conducta del deportista, a los fines de juz-
gar su responsabilidad por las lesiones de otro
participante del encuentro deportivo, deberá
efectuarse partiendo de la premisa de que,
mientras se ciña en principio a los reglamentos
del certamen y no realice actos que se aparten
de lo normal en la competición, quedará exen-
to de responsabilidad, por no configurar su
proceder una omisión de las diligencias reque-
ridas por las circunstancias del caso”. Las sen-
tencias, en todas las instancias, condenaron al
demandado Camoranesi por su accionar dolo-
so en la jugada que provocó el daño al actor.
Merece mencionarse también un relevante
fallo dictado en razón de daños derivados en
la práctica de rugby:
continúa en página 4
pañero fue golpeado mediante una “plancha” a la altura
de su rodilla izquierda por Beldrio. El impacto le provocó
una grave lesión que motivó dos intervenciones quirúrgi-
cas en una de sus rodillas y dio lugar a una incapacidad
parcial y permanente que truncó su carrera deportiva. El
juez de primera instancia hizo lugar en forma parcial a la
demanda de daños y perjuicios, condenando al futbolista
por resultar responsable extracontractualmente y al club
para el cual éste jugaba en los términos del art. 1113 del
Cód. Civil. Asimismo rechazó la demanda incoada contra
la AFA por considerar que mediaba falta de causalidad.
Apelada la sentencia, la Cámara confirmó en lo principal
la misma.
(37) SCBA, 11/07/2012, “Pizzo, Roberto c. Camora-
nesi, Mauro s/ daños y perjuicios”, La Ley online AR/
JUR/44249/2012. Se trataba de un partido de fútbol
profesional de la Liga Marplatense; en el caso el ju-
gador Pizzo recibió la pelota sobre la franja izquierda
del sector medio de su propio campo, bajándola y pun-
teándola, cuando por su lateral derecho apareció el
jugador Camoranesi, quien con su pierna izquierda en
forma de “plancha”, impactó groseramente la rodilla
izquierda de Pizzo, provocándole serias lesiones liga-
mentarias. Luego de dicha acción, el árbitro expulsó
a Camoranesi.
4 | miércoles 3 DE septiembre DE 2014
viene de PÁGINA 3
- Nos referimos al caso B. S., J. G. c. Unión
Cordobesa de Rugby (38), en donde la Corte
Suprema de Justicia de la Nación determinó
que “La sentencia que sostuvo que el jugador
había asumido voluntariamente la decisión de
jugar en un puesto en el que no se desempe-
ñaba, y por tanto excluyó la responsabilidad
de las uniones deportivas demandadas, es ar-
bitraria, pues el a quo no evaluó la situación
especial del actor, que no era un adulto que
decidió voluntariamente asumir el riesgo de
jugar en una posición para la que no se encon-
traba debidamente entrenado a sabiendas del
riesgo que esto implicaba, sino un niño de 17
años, que debía recibir adecuada protección
de los adultos encargados de su cuidado”, y
que “cuando se trata de un menor de edad,
quien acepta los riesgos inherentes a la prác-
tica deportiva no es él, sino sus padres, y ello
se limita a lo que conocían o debían conocer,
de acuerdo a lo previsto por el reglamento de
la actividad desarrollada, ya que sólo siendo
conscientes de las probabilidades del daño y
su entidad, podía existir de su parte una ver-
dadera asunción del riesgo, a los fines de ex-
cluir la responsabilidad de las uniones depor-
tivas demandadas”.
d) Casuística de los tribunales argentinos en
otros supuestos
Resulta interesante analizar también qué ha
resuelto la jurisprudencia argentina respecto
de la asunción de riesgos en otras actividades
ajenas al fútbol y al rugby, aunque por razones
de extensión lo limitaremos a sólo dos de ellas
que nos servirán de ejemplos para apreciar los
criterios de los tribunales: la doma y las com-
peticiones automovilísticas.
Uno resulta ser el supuesto de quien, resul-
tando ser domador de caballos, decide partici-
par de un festival de jineteada y, como conse-
cuencia de ello, sufre daños en su integridad
física. ¿Debe el organizador responder por los
daños sufridos por el jinete? ¿Podría alegarse
que la asunción de riesgos del jinete es idónea
para convertirse en eximente de responsabi-
lidad? Analizaremos lo resuelto en dos casos
relevantes:
- En el fallo Gorordo (39) se resolvió que “aun
cuando en los deportes de riesgo, en el caso
una jineteada, la autorización estatal que legi-
tima su práctica pudiera llegar a operar como
causa de justificación, excluyendo la antijuri-
dicidad o desplazándola de la desatención del
deber genérico de no dañar a la inobservancia
de las reglas del juego, o a la omisión de sus
organizadores de los recaudos para minimi-
zar el riesgo, ello nunca podría extenderse a
{ NOTAS }
(38) CSJN, 20/11/2012, “B. S., J. G. c. Unión Cordobe-
sa de Rugby otros s/daños y perjuicios”, LA LEY, 2012-F,
645. El fallo trataba el caso de un rugbier, que siendo me-
nor de edad sufrió una lesión en un encuentro deportivo
que lo dejó cuadripléjico, promovió demanda de daños,
entre otros, contra la unión provincial de Rugby y el club
para el cual jugaba el joven. Luego de varias apelaciones,
la Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a la
demanda en última instancia contra todos los accionados.
(39) C1a Civ. y Com. Bahía Blanca, sala I, 16/03/1998, “Go-
rordo, Eliseo A. c. Fogón Criollo Arroyocortense y otros”,
LLBA, 1999, 691. Se trataba de una jineteada organizada
por la asociación civil denominada “Fogón Criollo Arroyo-
cortense”, en la cual, durante su desarrollo, uno de los jine-
tes participantes en el torneo, Miguel A. Gorordo, fue derri-
bado y aplastado por el caballo que montaba, produciéndo-
se su casi inmediato deceso. Su padre, Eliseo A. Gorordo,
demandó a la citada asociación y a sus directivos por in-
demnización de los daños derivados de la muerte de su hijo.
(40) C2a Civ. y Com. Paraná, sala II, 22/05/2014, “G., R.
A. c. Soc. Coop. de la Escuela Nº 25 “la Calandria” y Otros
s/ sumario - ordinario civil”, RCyS 2014-VIII, 143. Los he-
chos del caso eran los siguientes: un domador que parti-
cipó en un festival organizado en una escuela sufrió una
paraplejia al caer del caballo que montaba, el cual había
los daños causados por el hecho de las cosas
(art. 1113, Cód. Civil) ni cubrir las acciones u
omisiones culpables de organizadores o par-
ticipantes en el evento deportivo (...) No pue-
de considerarse que ha operado la “asunción
voluntaria de riesgos” o “consentimiento del
ofendido”, como causa de exoneración de la
responsabilidad por los daños sufridos por el
jinete de un caballo que participaba en una
“jineteada” —quien fallece a causa del acci-
dente—, no solamente porque en principio
la asunción voluntaria de riesgos no puede
invocarse para legitimar la lesión de bienes
indisponibles como la vida o la integridad fí-
sica, y menos aún echando mano de un tácita
aquiescencia que no cabe presumir, sino tam-
bién porque por ese camino se estaría desvir-
tuando la responsabilidad por el hecho de las
cosas que establece el art. 1113 del Cód. Civil”.
- Más recientemente, en el fallo Guarino (40),
también con motivo de daños sufridos en oca-
sión de una jineteada, se resolvió que “Los
organizadores de un festival de doma organi-
zado en una escuela son responsables, junto
al Estado provincial y al Consejo General de
Educación, por las lesiones sufridas por un ji-
nete al caer del caballo que montaba, pues, al
tratarse de una cosa riesgosa introducida por
ellos en el evento, es de aplicación el art. 1113,
2do párrafo, del Código Civil, máxime cuando
no acreditaron que la conducta de aquél tu-
viera incidencia causal adecuada en la pro-
ducción del resultado dañoso (...) Aun cuando
pudiera admitirse que la asunción voluntaria
del riesgo es un hecho de la víctima eximente
o al menos parcialmente limitativo de la res-
ponsabilidad objetiva, resulta imprescindible
la demostración de que la propia conducta del
damnificado tuvo incidencia causal adecuada
en la producción del resultado dañoso, sea
como causa exclusiva o como concausa del
mismo (41)”.
Por último nos referiremos al supuesto de
daños ocasionados con motivo de una compe-
tición automovilística.
- En el caso R. de F., G. E. (42) se resolvió
que “La suscripción de un formulario de ins-
cripción para participar en una competencia
automovilística no libera de responsabilidad a
la asociación organizadora ante la muerte de
un conductor, pues si bien los deportistas de-
ben asumir los riesgos inherentes al ejercicio
normal de la actividad y de las consecuencias
que de ella resulten, según el curso normal
y ordinario de las cosas, el desarrollo de una
actividad deportiva no puede ser esgrimido
como eximente por quien omitió implemen-
tar las medidas necesarias para resguardar la
debida seguridad, exponiendo la vida a mayor
riesgo del generado por la propia actividad (...)
Correr una carrera de motocicleta es una acti-
sido proporcionado por una tropilla contratada por los or-
ganizadores. A raíz del suceso demandó al establecimiento
educativo, a la Cooperadora, al Consejo General de Educa-
ción, a la Provincia de Entre Ríos y al propietario del ani-
mal, siendo todos ellos condenados en ambas instancias.
(41) Llama nuestra atención lo resuelto en el presente
caso, que no compartimos, puesto que el jinete poseía de
una afección en la columna que él conocía, a punto tal que
antes de iniciarse la doma se anunció por los altoparlantes
que esa sería su última jineteada, pues debía ser interveni-
do quirúrgicamente de su columna.
(42) SC Mendoza, sala I, 06/08/2013, “R. de F., G. E. por
sí y sus hijos menores c. L., J. A. y otros s/ daños y perjui-
cios”, RCyS 2013-XII, 44. Los hechos del caso eran los si-
guientes: un participante de una carrera automovilística
falleció al ser atropellado por un competidor mientras se
encontraba en la banquina tratando de sacar su vehícu-
lo y el del competidor con el cual había protagonizado un
choque. Su esposa e hijos demandaron a la asociación de
automovilismo local, a la federación provincial y al compe-
tidor que lo atropelló. La demanda fue admitida en prime-
ra y segunda instancia únicamente contra la asociación,
a quien atribuyó un 50% de responsabilidad en el hecho
(imputando el otro 50% a la víctima), siendo confirmada la
decisión por la Suprema Corte de Mendoza.
vidad riesgosa, pero cuando la causa del daño
no es el riesgo propio de la actividad, sino un
riesgo adicional, suplementario, anormal,
como lo es el hecho que los banderilleros sean
inexpertos y la existencia de obstáculos inde-
bidos en el circuito, estamos en presencia no
ya de un daño causado por el riesgo genérico
de la actividad, sino por un riesgo específico
derivado de la falta de un control eficiente o de
la mala organización”.
e) La asunción de riesgos en el derecho extran-
jero
En el derecho comparado, la asunción de
riesgos en los deportes ha sido con frecuencia
invocada en los tribunales, sobre todo espa-
ñoles y franceses (43), ámbito en el cual suele
sostenerse que en la materia de juegos o de-
portes la idea de riesgo que cada uno de ellos
pueda implicar va ínsita y, consecuentemente,
quienes se dedican a practicarlos lo asumen
siempre que sus conductas no transgredan los
límites normales de las reglas que rigen cada
actividad deportiva. Ello, claro está, lleva a
concluir que existirá una causal de exonera-
ción de responsabilidad del dañador, por las
lesiones que éste pueda ocasionar en el curso
normal de una actividad deportiva (estima-
mos, verbigracia, que no podría reclamársele
la reparación de daños a un boxeador por gol-
pear a otro, ni a un futbolista si lastima a otro
por hacerle una zancadilla al rival en el fragor
de la disputa del balón y sin mala intención).
Puede concluirse del análisis de la doctrina
emanada de los tribunales españoles que los
requisitos para que no prospere la reparación
de los daños provocados en el ámbito de una
actividad deportiva son: que la práctica ha-
bitual del deporte comporte riesgos para la
integridad física de los deportistas; que estos
riesgos sean conocidos por sus practicantes;
y que se concrete el riesgo en una acción que
no exceda de los límites normales de la activi-
dad (44). Como podemos apreciar, se trata de
una línea de pensamiento muy similar al crite-
rio imperante en nuestro país.
Se reconoce como leading case de los tribu-
nales españoles la sentencia del Tribunal Su-
premo español STS, 1º (Ar. 8399) del 22/10/92,
que dispuso que en un deporte los partici-
pantes asumen su riesgo implícito, salvo que
la conducta de los otros participantes pueda
calificarse de dolosa o culposa (45), por lo cual
no cabe indemnizar el daño que sufran cuando
ello emane de un riesgo considerado normal de
la práctica deportiva en cuestión. Sin embar-
go los tribunales españoles consideran inapli-
cable la teoría de asunción del riesgo, cuando
quienes resultan dañados en el ámbito de una
actividad deportiva no hayan participado en
la práctica del deporte, quedando excluidos,
(43) En Francia, los tribunales han interpretado que
en supuestos de daños producidos en ocasión de realiza-
ción de actividades deportivas, con participación activa
del damnificado dañado en dicha actividad, la asunción de
riesgos implica una renuncia de la víctima al beneficio de
presunción de responsabilidad emanado del art. 1384 de
Code. Para un mayor análisis de esta cuestión, remitimos
a VEAUX, Daniel, “Le droit du sport. Les responsabili-
tés”, Litec, Paris, 1992, Fasc. 450-I, ps. 28 y ss.
(44) Para un análisis más profundo de esta cuestión,
véase: BUSTO LAGO, José M., “La antijuridicidad del
daño resarcible en la responsabilidad civil extracontrac-
tual”, ob. cit., ps. 343 y ss; PIÑEIRO SALGUERO, José,
“Responsabilidad civil y deporte” (tesis doctoral en la
Universitat Pompeu Fabra), disponible en http://www.
tdx.cat/; íd, Accidentes deportivos: lesiones consentidas,
www.indret.com, Paper Nro. 297, ps. 6 y ss.
(45) Se trataba de un caso en el cual durante un partido
de pelota a pala el demandado golpeó con su pala la pelota,
que de rebote impactó en el ojo izquierdo del actor lo que
le ocasionó su pérdida. Este promovió demanda contra el
dañador, la que fue admitida por el juzgado de primera
instancia y por el tribunal de Alzada de Bilbao, el Tribunal
Supremo español.
(46) SAP León, Sección 1ª, 16/4/01 (AC 2002\152) - MP:
pues, los auxiliares de los organizadores (46) o
los espectadores (47).
Similar criterio han empleado los distintos
tribunales franceses, emanando de las senten-
cias dictadas que en los deportes de contacto y
en razón de la aceptación de riesgos asumida
por cada deportista participante la responsa-
bilidad de uno de ellos sólo surgirá en caso de
actitud desleal o intencionalidad contraria al
espíritu deportivo (48).
IV. Colofón. Consideraciones conclusivas
Luego de haber efectuado un recorrido por
las diferentes posturas doctrinarias en torno
a esta cuestión, es nuestra intención dejar en
claro que, según nuestro parecer, las nociones
de asunción de riesgos y de consentimiento de la
víctima poseen indudables similitudes, aunque
resultan ser institutos distintos con efectos ju-
rídicos también diferentes.
Cuando la víctima presta consentimiento
respecto de actos intencionales de otros suje-
tos que pueden irrogarle daños, no hace más
que convertirlo en una causa de justificación,
que borra toda nota de antijuridicidad o ilici-
tud (49). Es el supuesto de quien sabe con an-
terioridad que los actos de terceros pueden
resultarles perjudiciales: en tal caso el daño
no es reparable, porque ha sido consentido
anticipadamente. Pero, claro está, para que
ello pueda resultar válido, sólo puede estar re-
ferido a derechos que puedan ser disponibles,
como los derechos patrimoniales, mas no a
los que afectan la vida, la integridad física o
psíquica de las personas; sin embargo, debe-
mos aclarar que —como lo hemos formulado
precedentemente en este trabajo— existen
excepciones a este principio, tal como lo in-
dicado a lo largo de este aporte y como tam-
bién, acertadamente, lo refleja el Proyecto de
Reforma del Código Civil y Comercial 2012
argentino, ya que el consentimiento para la
disposición de los derechos personalísimos
debe ser admitido solamente si no es benefi-
cioso para la persona y si no es contrario a la
ley, a la moral o las buenas costumbres. Es el
caso del consentimiento informado en mate-
ria de responsabilidad civil médica, en donde,
a modo de ejemplo, las lesiones que le irroga
un médico al paciente cuando efectúa un corte
con un bisturí en una intervención quirúrgica,
en la ablación de un órgano, etc., que si bien
afectan bienes personalísimos del damnifica-
do —integridad física—, son realizadas nece-
sariamente para el mejoramiento de la salud
(o incluso, si la finalidad es puramente estéti-
ca) de la persona. En tal caso, el daño previsto
está autorizado.
Sin embargo, asumir un riesgo no implica
en absoluto consentir un daño; y no puede to-
Manuel García Prada. En el caso, se trataba de los daños
sufridos por una cronometradora que había sido atrope-
llada por un ciclista.
(47) STS, 1ª, 31.5.1997 (Ar. 4146) —MP: Alfonso Villagó-
mez Redil—. Se trataba del reclamo de daños iniciado por
los padres de un niño de 5 años, que, mientras presencia-
ba una exhibición de taekwondo, recibió el impacto en el
ojo izquierdo de una astilla de un palo empleado por uno
de los deportistas, lo que le comportó la pérdida de visión
de ese ojo. Se hizo lugar a la demanda.
(48) Ver entre otras, las sentencias del Tribunal de
Rennes del 26/6/90 (Juris-Data nro. 047606); del Tri-
bunal de Metz del 19/5/92 (Juris-Data nro. 043269) y del
Tribunal de Pau del 18/11/93 (Juris-Data nro. 047236);
sentencias obrantes en Code civil: enrichi d’annotations
tirées des bases de données juridiques, 1. éd. rédigée avec le
concours de Gilles Goubeaux, Philippe Bihr, Xavier Hen-
ry, Dalloz, París, 1995.
(49) Han sido varios los autores que se han manifestado
en este mismo sentido: WEILL, Alex - TERRÉ, François,
“Droit civil: les obligations”, Vol. 3, Dalloz, 2da. Ed., 1980,
ps. 690 y ss.; DE CUPIS, Adriano, “Il danno. Teoria gene-
rale della responsabilità civile”, 3a. edizione, Giuffrè Edi-
tore, Milano, 1979, Vol. I, p. 252; ORGAZ, Alfredo, “La ilici-
tud”, Ed. Lerner, Córdoba, 1973, p. 184.

marse como una causa de justificación de la
conducta dañosa. Estimamos que, como lo ha
puesto también de manifiesto una calificada
doctrina, la noción de asunción de riesgos se
diferencia del consentimiento del perjudicado
en que en aquélla no hay aceptación alguna
del daño, sino tan sólo la conformidad de ex-
ponerse a un daño eventual (50), lo cual no
implica aceptar las potenciales consecuen-
cias dañosas que se puedan derivar del riesgo
aceptado.
Es decir, para que pueda hablarse de asun-
ción de riesgos, no basta sólo tener conocimien-
to de ellos (scienti non fit injuria), sino también
aceptarlos (volenti non fit injuria). Sólo ante la
amalgama del conocimiento y de la aceptación
se puede hablar de asunción de riesgo: el mero
conocimiento del riesgo por sí solo por parte
de la víctima no es indicativo de que lo ha con-
sentido; y, por lo tanto, ante la ocurrencia de
un daño, no la inhabilita a peticionar la repa-
ración de los perjuicios. La víctima sólo presta
su conformidad en someterse a la situación de
peligro, pero no desea que el riesgo ocurra ni
renuncia a la reparación de los daños en caso
de sufrirlos.
{ NOTAS }
(50) BUSTO LAGO, José M., “La antijuridicidad del
daño resarcible en la responsabilidad civil extracontrac-
tual”, ob. cit., p. 330.
(51) CSJN, 7/7/92, “Tomasetti de Bonicelli, María y otra
c. Ferrocarriles Argentinos”, Fallos: 315:1570; Sostuvo el
Máximo Tribunal que expresó que el aprovechamiento
del transportado benévolamente no podía en modo alguno
asimilarse a una “culpa” a los efectos de constituir causa
jurisprudencia
Bien de familia
Condominio constituido por concubinos
que no tienen descendencia. Afectación
del inmueble al régimen. Procedencia. Re-
conocimiento de la familia de hecho.
Véase en esta página, Nota a Fallo
Hechos: Una pareja de concubinos solicitó
la afectación al régimen del bien de familia
de un inmueble del cual eran condóminos. La
sentencia no le hizo lugar, al considerar que
nota a fallo
Constituyentes y beneficiarios concubinos en el bien de familia
SUMARIO: I. Introducción. — II. Constitución por condóminos concubinos. — III. Nuestra opinión. — IV. Conclusión.
Juana Beatriz Mazzei
I. Introducción
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Civil, sala M, en los autos “Ceber Juana c/ Re-
gistro de la Propiedad Inmueble de la Capital
Federal s/ recurso directo a Cámara”, objeto
de este comentario, resolvió que los condó-
minos concubinos sin hijos en común pueden
constituir bien de familia sobre el inmueble de
ellos designándose mutuamente beneficiarios.
La ley 14.394 (E 411 Digesto Jurídico Argen-
tino) —que regula este instituto— establece
en su art. 34 que “toda persona puede constituir
en bien de familia un inmueble urbano o rural que
no exceda las necesidades de sustento y vivienda
de su familia, según las normas que se establece-
rán reglamentariamente” (sic).
Cuando media consentimiento, la aceptación
del daño por parte del damnificado borra toda
nota de ilicitud en el comportamiento del da-
ñador, provocando —consecuentemente—
la exoneración del ofensor; en cambio en la
aceptación de riesgos solamente se consiente
la exposición a una situación de peligro, pero
sin que ello implique consentir las eventua-
les consecuencias dañosas del evento ni una
renuncia a la potencial indemnización que
le corresponda, para enjugar los hipotéti-
cos daños que se deriven de esa situación de
riesgo aceptada. Basta pensar en el caso del
transporte benévolo —muy frecuentemente
invocado como ejemplo por los autores para
graficar este instituto— en donde creemos
que el hecho de la aceptación del pasajero a
ser transportado no puede implicar jamás
una aceptación o consentimiento de cualquier
daño que pueda padecer en ese viaje. Así, la
aquiescencia de la víctima no puede ir más
allá de la aceptación de los riesgos normales
del transporte, pero no es causal de supresión
ni de disminución de la responsabilidad que
no está contemplada por las normas vigentes,
como oportunamente lo ha sostenido la Corte
Suprema de Justicia de la Nación (51). Por el
o concausa adecuada en la producción del daño, y que el
riesgo que asume el transportado, de esa forma, no alcan-
za al de perder la integridad física o la vida a menos que esa
consecuencia hubiera podido habitual y razonablemen-
te sobrevenir debido a las particulares circunstancias de
hecho del caso concreto, lo que permitiría una asimilación
a la culpa. Este mismo criterio fue sostenido con posterio-
ridad en CSJN, 30/4/96, “Tettamanti, Raúl O. Y otros c.
el requisito de parentesco solo podía ceder si
el beneficiario era un hijo. La Cámara la re-
vocó e hizo lugar a lo requerido.
1. - Excluir a la familia de hecho del beneficio
del régimen de familia importa una discri-
minación infundada e inaceptable, pues
con esa restricción se vulnera el principio
de autonomía de la voluntad que es uno
de los pilares sobre los que se asientan los
derechos humanos y sus implicancias.
2. - Los condóminos que mantienen una re-
lación concubinaria y no tienen descen-
La afectación de un inmueble como bien de
familia debe ser inscripta en el Registro de la
Propiedad Inmueble, de la jurisdicción que
corresponda, a fin de producir los efectos que
la misma ley indica (arts. 35, 38 y concs., ley
14.394). En consecuencia, la presentación de
dicha solicitud es examinada y calificada por
el registrador en cumplimiento de lo dispuesto
en el art. 8º de la Ley Nacional Registral Inmo-
biliaria 17.801 (E-0721).
Adviértase que los planteos respecto de la
constitución del bien de familia surgen a par-
tir de las resoluciones registrales que recha-
zan las solicitudes de situaciones que no se
encuentran expresamente contempladas en
la ley que resguarda a la vivienda y, en conse-
cuencia, llegan en apelación a la Cámara Civil
contrario la aceptación del riesgo se eviden-
cia, si la víctima acepta ser transportada por
una persona que no posee licencia de conducir
o por un conductor en estado de ebriedad, o
en un vehículo que no posee las condiciones
mínimas de seguridad, siendo todas estas cir-
cunstancias de conocimiento de la víctima, las
cuales son reveladoras de la aceptación de los
riesgos. Lo mismo ocurre, como hemos visto,
en los supuestos de lesiones deportivas, en los
cuales los que practican el deporte asumen los
riesgos normales de la actividad, pero no los
anormales provenientes de la violación de las
reglas del juego.
Estimamos, por ende, que la asunción de
riesgos no debe estudiarse en el terreno de la
antijuridicidad, sino en el de la causalidad (52),
pudiendo revestir, en tal caso, un supuesto
de ausencia de responsabilidad en razón de
un hecho imputable a la culpabilidad de la
propia víctima (cfr. art. 1111 Cód. Civil, actual
art. 1083 de la ley E-0026 según Digesto Jurí-
dico Argentino). Ello así, puesto que la asun-
ción de riesgos, lejos de constituir una causa
de justificación del daño que elimina toda nota
de ilicitud de la conducta de quien lo ocasio-
Baccino, Orlando A. y otros”, LA LEY, 1996-D, 274.
(52) Se han manifestado también en este mismo sen-
tido, entre otros: PICASSO, Sebastián, “La antijuridici-
dad en el Proyecto de Código”, LA LEY, 2013-E, 666; PI-
ZARRO, Ramón D., “Causalidad Adecuada y Factores
Extraños”, en “Derecho de Daño”, obra colectiva dirigida
por Trigo Represas, Félix y Stiglitz, Rubén, “Homenaje a
Jorge Mosset Iturraspe”, Buenos Aires, La Rocca, 1989,
dencia pueden afectar el inmueble de su
propiedad al régimen del bien de fami-
lia, pues la existencia del núcleo fami-
liar sin correlación con las instituciones
legales del matrimonio y del parentes-
co es indiscutible como realidad fácti-
ca, por cuanto no existe razón alguna
que justifique la discriminación cuando
la familia tiene carácter convencional y
no matrimonial. [1]
118.009 — CNCiv., sala M, 16/05/2014. - Ceber,
Juana c. Registro de la propiedad inmueble de
la Capital Federal s/ recurso directo a Cámara.
que entiende en la materia o a la que cada pro-
vincia disponga en su reglamentación.
Esta ley de defensa de la vivienda, que tan-
tos beneficios aportó y aporta a la protección
de la vivienda familiar, ha quedado desactua-
lizada respecto de muchas situaciones que
merecen ser incluidas, entre las que podemos
señalar, a modo de ejemplo: la subrogación de
la afectación a otro inmueble que se adquie-
re por venta del que se encontraba afectado;
sustitución de un inmueble por otro existente
en el patrimonio del constituyente; aplicación
de la retroactividad prevista en la ley 17.801 a
las afectaciones realizadas mediante escritura
pública; afectación por condóminos que no tie-
nen entre sí el vínculo de parentesco previsto
en el art. 36 de la ley citada.
Algunas de las situaciones enumeradas ya
fueron admitidas en los registros, siempre
miércoles 3 DE septiembre DE 2014 | 5
na (53), requiere que la víctima no sólo tenga
conocimiento del peligro, sino que se exponga
voluntariamente al riesgo (vgr. si advirtió que
el conductor estaba ebrio, podría haber optado
por no viajar). Esta exposición injustificada e
innecesaria a un riesgo que pudo haber evitado
es lo que coloca a la víctima en una situación
de culpabilidad, idónea para fracturar —total
o parcialmente— el nexo causal y, por ende, re-
chazar en todo o en parte cualquier pretensión
resarcitoria de los daños sufridos por ella. l
Cita on line: AR/DOC/2913/2014
MAS INFORMACIÓN
Silvestre, Norma O., “Asunción de riesgos y con-
sentimiento del damnificado en el Proyecto de Código.
A propósito del “turismo aventura””. LA LEY, 2013-F,
854.
Prevot, Juan Manuel. Mayo, Jorge A., “La idea de
aceptación de riesgos en materia de responsabilidad
civil”. LA LEY, 2009-E, 992.
Silvestre, Norma O., “El turismo aventura “. RCyS
2008, 147.
p. 269; PREVOT, Juan M. y MAYO, Jorge, “La idea de
aceptación de riesgos en materia de responsabilidad ci-
vil”, LA LEY, 2009-E, 992.
(53) Este es el criterio que refleja, acertadamente, a
nuestro entender, el Proyecto de Código Civil y Comercial
en su art. 1719, que hemos transcrito en la nota nro. 20 a la
cual remitimos.
Cita on line: AR/JUR/18102/2014
CONTEXTO DEL FALLO
Contexto doctrinario del fallo: Luverá, Miguel
Angel, “¿Los concubinos pueden constituir bien de
familia?”, DFyP 2011 (agosto), 51, Revista del Nota-
riado 903, 53, AR/DOC/1710/2011.
[El fallo in extenso puede consultarse en Aten-
ción al Cliente, o en laleyonline.com.ar]
sobre la base de decisiones judiciales previas.
Hemos podido observar que los registros in-
mobiliarios, en general, han sido prudentes
en su tarea administrativa y no se apartan de
la letra expresa de la ley, salvo decisión judi-
cial en contrario que así lo ordene. Y esta ac-
titud no es porque no compartan los nuevos
planteos que surgen (tal como ha quedado
plasmado en las reuniones registrales en que
permanentemente se propició la reforma de la
ley), sino en el entendimiento que excede sus
facultades ampliar las posibilidades más allá
de lo que la ley expresa, en particular cuando
la materia ha sido objeto de doctrina y fallos
contradictorios. En caso de admitir la afecta-
ción en temas controversiales, una posterior
interpretación judicial adversa perjudicaría al
constituyente que vería vulnerado sus dere-
chos que entendía protegidos por la interpre-
tación realizada por un organismo adminis-
trativo sin contar con una norma que lo avale.
continúa en página 6
6 | miércoles 3 DE septiembre DE 2014
viene de PÁGINA 5
A modo de ejemplo podemos decir que el
régimen de bien de familia no contempla la
sustitución de un inmueble por otro que se
adquiere con la venta del primero, tampoco
lo impide expresamente. Ante la presencia del
caso concreto, en que el Registro Inmobiliario
negó tal posibilidad, ha sido tarea de nuestros
tribunales, en su labor integrativa del dere-
cho hallar una solución razonable, aplicando
los principios generales del derecho y dentro
de ellos la “subrogación real” por analogía e,
incluso, se admitió el reemplazo de un inmue-
ble por otro ya existente en el patrimonio del
constituyente (1).
Si bien ha existido alguna opinión judicial en
contrario (2), hemos observado una clara ten-
dencia a aceptarlo y, en consecuencia, los Re-
gistros comenzaron a admitir la subrogación
trasladando la afectación del bien de familia
con efecto retroactivo a la fecha de la consti-
tución original (3) y, además, alguno de ellos
admitieron también la sustitución (4).
II. Constitución por condóminos concubinos
A) Concubinos con hijos en común
Este tema dio lugar a un arduo debate ya
que la ley 14.394 formula una visión del “con-
cepto” de familia que no se ajusta a las formas
de convivencia que hoy presenta nuestra so-
ciedad. Toda la doctrina coincidía en la nece-
sidad de una reforma que contemplara la pro-
tección de la vivienda en todos los casos, aun
para la persona sin vínculos familiares. Eso se
tradujo en proyectos de ley de modificación
al régimen actual y en los proyectos de refor-
ma al Código Civil. Asimismo el acceso a una
vivienda digna, a la protección de la familia y
del bien de familia, encuentran jerarquía cons-
titucional a través del art. 14 bis de la Carta
Magna.
Respecto del tema Guastavino (5) dice que:
cuando existen descendientes extramatrimo-
niales, el progenitor puede constituir bien de
familia en su beneficio, sin que la presencia de
una relación concubinaria sea óbice. Así como
el concubinato por sí mismo es insuficiente
para permitir la constitución del bien de fami-
lia, es también por sí mismo indiferente para
impedir su creación cuando existen otro vín-
culos que la justifican.
El problema se presentaba cuando ambos
progenitores concubinos entre sí eran con-
dóminos del inmueble a afectar, y designaban
beneficiario al hijo de ambos (6).
De acuerdo al art. 43 de la ley 14.394: “Si
hubiere condominio, la gestión debe ser realiza-
da por todos los copropietarios, justificando que
existe entre ellos el parentesco requerido por el
art. 36”. Este artículo, a su vez, expresa que:
“A los fines de esta ley, se entiende por familia la
constituida por el propietario y su cónyuge, sus
descendientes o ascendientes o hijos adoptivos;
o, en defecto de ellos, sus parientes colaterales
hasta el tercer grado inclusive de consanguinidad
que convivieren con el constituyente”. Se daba
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) A favor de la subrogación y sustitución puede ver-
se “Kipperband s/Quiebra CCiv. y Com. San Isidro, Sala
1º, 3/2/97, JA, 1997-III-78. CCiv. y Com. sala 1º de Rosa-
rio en: “Mercado, Carlos A. y ot. s/Recurso registral”
Res. 183/2000, Expte. Nº 481/99; Nº269/2002, “Botto,
Dardo S. y otra s/Recurso de Recalificación bien de fa-
milia” Res. Nº 269/2002 (Expte. Nº 260/02); y “Gil, Al-
berto s/ Recurso de Recalificación. Bien de Familia”,
Res. Nº 277/2002 (Expte. Nº 129-00).
(2) “Horigian, Alberto G. s/quiebra s/inc. de desafec-
tación y eventual realización de bien inmueble”. CNCom.
Sala D, 12/03/2001. La Ley 2001-E, pág. 247 - DJ 2001-3,
pág. 588, con nota de Darío J. Graziabile - ED 22/08/2001.
(3) La subrogación y sustitución fueron incluidas en el
la paradoja, entonces, que si una persona era
propietaria exclusiva del bien podía constituir
bien de familia designando beneficiario a su
hijo extramatrimonial pero, si los copropieta-
rios eran los concubinos con hijos en común,
no podían hacerlo.
La XVIII Reunión Nacional de Directores
de Registros de la Propiedad Inmueble (Bue-
nos Aires, 1981), analizó esta problemática y
declaró (Despacho Nº 2 Tema 4) que:
1º — Es viable la afectación de un inmueble
como bien de familia, instituyéndose como be-
neficiarios a ascendientes y/o descendientes
extramatrimoniales siendo uno de los concu-
binos único titular del dominio (conforme al
art. 36, ley 14.394).
2º — No es factible la afectación de un in-
mueble como bien de familia, por el propieta-
rio exclusivo del bien, invocando como benefi-
ciario a otro concubino.
3º — No es viable la afectación de un inmue-
ble como bien de familia, en el supuesto de ser
concubinos, copropietarios, instituyéndose
como beneficiarios.
4º — No es viable la afectación de un inmue-
ble como bien de familia cuando los concubi-
nos son copropietarios e instituyen como be-
neficiarios a ascendientes o descendientes ex-
tramatrimoniales, por no reunirse en el caso
los requisitos del art. 43 in fine de la ley 14.394.
Asimismo, en este último supuesto de “lege
ferenda”, se recomienda solicitar de las auto-
ridades legislativas correspondientes, la revi-
sión de la normativa sobre la materia en punto
a su admisibilidad, procurando la armoniza-
ción —por un lado— del fin tuitivo persegui-
do por la ley, el bien jurídico registrado y el
disfavor de la norma, respecto a la consolida-
ción de situaciones extramatrimoniales, con la
realidad social —por el otro— la existencia de
uniones no regulares que por su continuidad,
permanencia y descendencia no debieran re-
sultar desplegadas o marginadas de la tutela
legal.
Ante nuevas presentaciones, que fueron
denegadas por el Registro, se presentaron
los recursos pertinentes y encontramos un
fallo de la Cámara Nacional Civil, Sala L, en
autos “P.E. c/ Registro de la Propiedad In-
mueble” (7), que resultó determinante en su
momento ya que resolvió:
1. Resulta improcedente la constitución de
bien de familia sobre un inmueble por quienes
se encuentran unidos en concubinato, pues no
es posible extender al caso el significado del
término cónyuge contenido en el art. 36 de la
ley 14.394 (Adla, XIV-A, 237).
2. No es inconstitucional la ley 14.394, de
bien de familia (Adla, XIV-A, 237), en cuanto
limita la posibilidad de acceso a la institución
a aquellos que no hayan contraído matrimo-
nio de acuerdo con la ley civil, pues no puede
juzgarse arbitraria o desigual la decisión del
legislador de no otorgar igual beneficio a las
uniones de hecho.
temario de la XL Reunión Nacional de Directores de Re-
gistros de la Propiedad Inmueble (Paraná, Entre Ríos,
2003), 2º Plenario, Tema 1: “Bien de Familia: Subroga-
ción. Experiencia o antecedentes en los distintos regis-
tros”. El análisis de la Jurisprudencia existente hasta
esa fecha, llevó a producir la siguiente declaración: 1. En
el caso de subrogación real puede admitirse —sobre el
nuevo inmueble— la subsistencia del bien de familia con
vigencia desde la fecha de su constitución originaria. 2.
Respecto de la sustitución de un inmueble por otro exis-
tente en el patrimonio del constituyente, es conveniente
propiciar una reforma legal para determinar su inclu-
sión y efectos.
(4) Instrucción de Servicio 1/2000 del Registro Gene-
ral Rosario.
Por su parte la Cámara Civil y Comercial de
Rosario, Sala 1ª, dicta un fallo (8) que sienta un
importante precedente en la materia ya que
busca la justificación intra legem en cuanto a la
posibilidad de los concubinos condóminos de
constituir bien de familia sobre un bien inmue-
ble cuando existan descendientes de esa rela-
ción extramatrimonial y se designe beneficia-
rio a éstos. En este caso la beneficiaria deten-
taba respecto de los constituyentes un vínculo
paterno filial que evidenciaba el parentesco
requerido por el art. 36 de la ley 14.394.
Como vemos, este tribunal abandona el en-
foque sobre el grado de parentesco o vínculo
jurídico que deben tener los constituyentes y
orienta el análisis al existente entre los consti-
tuyentes y el beneficiario que es el que prevé el
art. 36 de la ley 14.394 (progenitores y descen-
dientes), y dice: “Consecuentemente, la exi-
gencia del art. 43 de la ley 14.394, según la cual
si hubiese condominio ha de justificarse ‘“que
existe entre ellos el parentesco requerido por
el art. 36’”—obstáculo principal para rechazar
la recalificación, según el Director del Regis-
tro—, debe interpretarse desde esa perspec-
tiva: los condóminos deberían demostrar el
vínculo familiar existente entre ellos, si ellos
mismos fueran beneficiarios de la afectación”.
En consecuencia hizo lugar a la constitución
de bien de familia solicitada (9).
Posteriormente, la Cámara Nacional Civil,
Sala H (10), en el caso “Marchetti” cambia el
criterio sostenido por la Sala L en el fallo del
año 2002, ya mencionado, y recepta el recur-
so interpuesto por concubinos con una hija
en común y, en similar línea interpretativa a
la Cámara de Rosario, resuelve que: “Corres-
ponde hacer lugar al pedido de afectación de
un inmueble como bien de familia formulado
por condóminos que mantienen una relación
concubinaria y pretenden designar como bene-
ficiario a su hijo menor, pues el art. 43 de la ley
14.394 (Adla, XIV-A, 237), en cuanto exige que
exista entre los constituyentes condóminos el
parentesco requerido por el art. 36 de la citada
norma, debe interpretarse desde esta perspec-
tiva: los condóminos deben demostrar el víncu-
lo familiar existente entre ambos, si ellos mis-
mos fueran los beneficiarios de la afectación.
(Del voto del Dr. Mayo)[....] De no permitirse la
afectación del bien de familia que designa como
beneficiario a un hijo extramatrimonial por las
circunstancia de que sus padres, condóminos,
son concubinos, implicaría vulnerar el princi-
pio de igualdad ante la ley y se configuraría un
supuesto de discriminación”. Incluye además
en sus considerandos la protección que brinda
el art. 14 bis la Constitución Nacional (1957) y
la Convención de los Derechos del Niño que,
como tratado internacional, luego de la refor-
ma de 1994, integra nuestra Carta Magna.
En idéntico sentido se expidió la Corte Su-
prema de Justicia de Tucumán (11), ordenando
al Registro Inmobiliario de la Provincia, pro-
ceder a la inscripción definitiva como bien de
familia del inmueble propiedad de los concu-
binos, a favor de los hijos menores de edad de
ambos.
Haciéndose eco de esta tendencia, en línea
con los últimos fallos mencionados, y basán-
(5) Guastavino, Elías P., “Derecho de Familia Pa-
trimonial. Bien de Familia”. 3ª ed. actualizada y amplia-
da, t. II, pág. 175. La Ley, Buenos Aires, 2010.
(6) Ver KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída, “Bien
de familia y Registro de la Propiedad Inmueble”, Revista
de Derecho Privado y Comunitario, 2011-1, Rubinzal Cul-
zoni, Santa Fe 2011, pág. 11.
(7) “P.E. c/ Registro de la Propiedad Inmueble”, CN
Civ., Sala L, 12/6/2002, LA LEY, 2003-A, 42 - ED 199, 297.
(8) “Quaranta y ot. s/ Recurso Registral”, Auto
177/1997, CCiv. y Com., Sala 1ª. Con nota de Mazzei, Bea-
triz: “Bien de Familia. Legitimación. Concubinos con-
dóminos. La protección de la vivienda en el proyecto de
nuevo Código Civil”. Revista del Notariado, Nº 857/1999,
pág. 223. La Ley Litoral 1998-552.
dose en la postura ya adoptada en algunas
jurisdicciones que admitían la hipótesis, en
los fundamentos de naturaleza constitucional
posteriores a la última reforma de la Carta
Magna, en los proyectos de reforma a la ley
14.394 y en los pronunciamientos de la doc-
trina especializada en Congresos y Jornadas,
la XLVII Reunión Nacional de Directores de
Registros de la Propiedad Inmueble (Buenos
Aires, 2010), declaró:
a) Que es conforme a la defensa y tutela de
los derechos de la familia, la admisión de la
afectación al régimen de Bien de Familia de
condóminos que no son cónyuges con hijos en
común.
b) Elevar nuevamente al Poder Legislativo
de la Nación las iniciativas que por interme-
dio de la XLII Reunión Nacional celebrada
en El Calafate, Pcia. de Santa Cruz en el año
2005, fueran compiladas y acompañadas de la
expresión de deseos y solicitud de sanción de
tales reformas, las que por su orden recogen
todos los pronunciamientos jurisprudenciales
que son necesarios transformar en ley.
B) Condóminos concubinos beneficiarios
El fallo “Ceber, Juana” de la Cámara de
Apelaciones Civil, Sala M, en análisis, avanza
decididamente respecto de este tema y admite
una realidad que no encuentra cabida dentro
de la ley 14.394: la afectación como bien de
familia de un inmueble de concubinos condó-
minos quienes se designan mutuamente bene-
ficiarios.
El fallo indica que el fundamento de la cons-
titución de un inmueble como “bien de familia”
radica en la protección de la vivienda familiar,
excepcionándola del principio general según
el cual el patrimonio de una persona responde
por sus deudas, y critica que la ley en su con-
cepto de familia sólo toma en consideración
a la familia matrimonial, excluyendo de este
modo a la familia de hecho. Considera que la
existencia del núcleo familiar sin correlación
con las instituciones legales de matrimonio y
parentesco es indiscutible como realidad fác-
tica; aun entendiendo que la familia sólo se
halla reconocida, en derecho, en la medida de
tales presupuestos. Considera que “excluir a
la familia de hecho del beneficio del régimen
de familia importa una discriminación infun-
dada e inaceptable, pues con aquella restric-
ción se vulnera el principio de autonomía de la
voluntad que resulta ser uno de los pilares so-
bre los que se asientan los derechos humanos
y sus implicancias (Conf. Loyarte Dolores, en
“Revista del Derecho Privado y Comunitario,
Bien de Familia”, Ed. Rubinzal-Culzoni, 2011-1,
págs. 501/510)”.
III. Nuestra opinión
Si bien coincidimos en la necesidad de am-
pliar el alcance respecto de la protección de
la vivienda, también debemos considerar que
ello puede enfrentarnos a situaciones que al
no estar expresamente legisladas, pueden ser
impugnadas.
continúa en página 8
(9) La CCC Trabajo y Familia de Villa Dolores en
“Juez de Quinteros, René s/Quiebra”, 8/10/98, a su vez,
admitió la afectación como Bien de Familia del inmueble
propiedad de los convivientes a favor de hijos menores o
incapaces. LA LEY, 1999-D, 741.
(10) “Máximo Vittorio Marchetti y Adriana Lidia Váz-
quez”, 28/05/2010, CNCiv., sala H. La Ley, 2010-D, 561.
DFyP 2010 (octubre), 113. La Ley, 2010-F, 459 con nota
de Gabriel Aníbal Fuster.
(11) “V.S.E. y otro c. Provincia de Tucumán”. CSJ Tu-
cumán, 12/04/2010. DJ 29/09/2010, 2653 con nota de
Eduardo Molina Quiroga - LLNOA 2010 (octubre), 808
con nota de Ricardo Alberto Grisetti; Alejandra Grisetti
- DFyP 2010 (noviembre), 129 con nota de Ricardo Alber-
to Grisetti y Alejandra Grisetti.
miércoles 3 DE septiembre DE 2014 | 7
8 | miércoles 3 DE septiembre DE 2014
viene de PÁGINA 6
Sin dejar de mencionar a los acreedo-
res, que eventualmente pueden accionar
por sentirse perjudicados al sustraerse
de la garantía común un inmueble sin fun-
damento en una ley que lo disponga, tam-
bién se pueden presentar otros supuestos,
por ejemplo, condóminos concubinos que
no tienen hijos en común, pero sí hijos de
cada uno de ellos a quienes no designan
beneficiarios u otras personas con voca-
ción hereditaria respecto de los concubi-
nos. Ante el fallecimiento de uno de ellos,
los beneficios de la afectación subsistirían
perjudicando el derecho de los herederos.
Esto produciría una colisión de intereses
que derivarían en acciones judiciales para
dilucidar quiénes tienen mejor posición ju-
rídica.
{ NOTAS }
(12) MANILI, Pablo Luis. “El bien de familia desde el
punto de vista del Derecho Constitucional”. Revista de
Derecho Privado y Comunitario, 2011-1, Rubinzal Culzo-
ni, Santa Fe 2011, pág. 27.
Recurso de
apelación
Acción de amparo. Inaplicabilidad de la
Resolución “PRES-11-01” de la ANSeS. De-
serción del remedio procesal.
Véase en esta página, Nota a Fallo
Hechos: La sentencia hizo lugar a la acción
de amparo interpuesta y, en consecuencia,
declaró inaplicable la Resolución “PRES-11-
01” de la Administración Nacional de Segu-
ridad Social por la falta de publicación. La
demandada interpuso recurso de apelación.
La Cámara lo declaró desierto.
La apelación deducida contra la senten-
cia que declaró inaplicable la Resolución
“PRES-11-01” de la ANSeS debe declarar-
se desierta, pues la expresión de agravios
nota a fallo
El acto administrativo general y su publicación
Dos fallos sobre el mismo tema con un final distinto
SUMARIO: I. Necesidad de publicar los actos administrativos de alcance general. — II. Efectos de la sentencia y congruencia en lo resuelto. —
III. ¿Se prioriza al administrado, a su letrado, o ambos? — IV. La ordenanza es ley y no un acto administrativo de alcance general. —
V. Conclusiones.
Orlando D. Pulvirenti
La lectura en consuno del fallo de Prime-
ra y Segunda Instancia de ambos actuados,
deja cuatro elementos claves a considerar. El
primero vinculado a la necesidad de publicar
los actos administrativos de alcance general,
planteando como aspecto relacionado, si la
decisión de la Administración referida en el
caso, tuvo ese carácter. El segundo, atañe a
los efectos de la sentencia y a la congruen-
cia que debe mediar entre lo peticionado y
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) GORDILLO, Agustín, “Tratado de Derecho Admi-
nistrativo”, Buenos Aires, FDA, 2003, edición internet
http://www.gordillo.com/pdf_tomo5/03/03-capitulo3.pdf.
Por otra parte, hay otras temas que deben
modificarse, así por ejemplo resulta incon-
gruente que actualmente el constituyente vea
protegida su vivienda en la medida que exista
algún beneficiario pues, si aquél fallece, la pro-
tección continúa aunque exista un solo benefi-
ciario pero, si todos éstos mueren, el constitu-
yente pierde la protección concedida por la ley
(arg. Art. 49, inc. “d),” ley 14.394).
Son cuestiones que han sido ampliamente
analizadas por la doctrina que se ha pronun-
ciado a favor de que toda persona pueda afec-
tar su vivienda bajo una norma de protección.
Así lo contempla también el Proyecto de Re-
forma del Código Civil y Comercial de 2012.
Pero entendemos que estos casos merecen
una reforma legislativa que los incluya (12).
Compartimos lo referido en el fallo respecto
de que: “esa tutela no puede reducirse al ma-
(13) En igual sentido Capparelli, Julio César,
“Afectación de inmueble como bien de familia por con-
dóminos convivientes sin hijos.Comentario al presente
fallo. “C., J. c/ Registro de la Propiedad Inmueble de la
omite rebatir debidamente el argumen-
to central del pronunciamiento recurri-
do —en el caso, la falta de publicación del
acto—, y reedita sustancialmente lo ex-
puesto en la contestación del informe del
art. 8º de la ley 16.986.
118.010 — CNFed. Contenciosoadministra-
tivo, sala I, 08/04/2014. - Fernández Martín,
Natalia Gabriela c. ANSeS s/ amparo ley
16.986.
Cita on line: AR/JUR/25601/2014
COSTAS
A la vencida.
[El fallo in extenso puede consultarse en Aten-
ción al Cliente, o en laleyonline.com.ar]
lo acordado. El tercero, en qué punto debe
ubicarse, en la organización de la Adminis-
tración, la priorización de los intereses de
los administrados y sus letrados, cuando no
resulta diáfano que estos últimos coincidan o
no; y el cuarto, la persistencia en el error de
considerar que la ordenanza municipal es un
acto administrativo de alcance general y no
una ley, tal como sostiene la sentencia del a
quo.
(2) h t t p : / / w w w . u n a v . e s / a d i / U s e r F i l e s /
File/80962523/LECCION%206%20EL%20REGLA-
MENTO.pdf.
trimonio sino que debe extenderse a otro tipo
de uniones que merecen igual protección, por
parte del Estado, pues en la realidad, la convi-
vencia en relación de pareja es una situación
visible y clara que emerge en la actualidad
como manifestación en la sociedad argenti-
na.” Pero, debemos advertir que la ley 14.394
ha precisado claramente el concepto de fami-
lia que ampara e incluso si analizamos el Pro-
yecto de Reforma del Código Civil de 2012 no
equipara al matrimonio con las uniones con-
vivenciales, sino que establece normas para
cada caso (13).
Del mismo modo somos conscientes que así
como la relación de pareja es una situación
aceptada socialmente, igualmente existen
otros proyectos de vida que también son acep-
tados y deben ser tutelados, como es el de la
persona que opta por vivir solo, y a quien se
le debe conceder la posibilidad de proteger su
Capital Federal s/Recurso directo a Cámara” de la CN-
Civ., sala M, 16/05/2014, El Dial, 17/06/2014.
(14) FAMÁ, María Victoria, “La protección jurídica de
la vivienda unipersonal: “Constitución del Bien de Fami-
Acto administrativo
Resolución PRES-11-01/13 de la ANSeS.
Sistema de entrega de turnos vía web.
Inaplicabilidad. Falta de publicación ofi-
cial.
Véase en esta página, Nota a Fallo
Hechos: Una abogada promovió acción
de amparo contra la ANSeS a fin de soli-
citar la declaración de inaplicabilidad de
la Resolución PRES-11-01/13, por medio de
la cual se implementó un sistema de otor-
gamiento de turnos vía web para iniciar
presentaciones de solicitud de beneficios
previsionales y todo tipo de reclamo ante di-
cho organismo público. El Juez admitió la
pretensión.
La Resolución PRES-11-01/13 de la AN-
SeS, por medio de la cual se implementó
I. Necesidad de publicar los actos administrati-
vos de alcance general
Plantean en ambos supuestos, las partes ac-
toras, a la postrer letrados; que la disposición
del ANSeS que modifica el sistema para el
otorgamiento de los turnos de atención de sus
beneficiarios debió de haber sido publicado. En
ninguna de las resoluciones consideradas, se
dedicó una mínima atención al análisis respecto
de si el acto discutido devenía en una instrucción
interna o un acto administrativo y el tema no re-
sultaba menor, a la luz de que la consecuente ne-
cesidad de publicarlo derivaba de tal supuesto.
Es conocido que la doctrina suele discutir
si las denominadas “circulares” o “instruccio-
nes internas”, resultan ser actos administra-
tivos de alcance general y consecuentemente
vivienda (14). También en este caso existiría
una suerte de discriminación hacia una forma
de vida cada vez más extendida en nuestra so-
ciedad.
IV. Conclusión
En consecuencia, si bien coincidimos con
el fallo en el sentido de que la tutela de la vi-
vienda no puede reducirse sólo al matrimonio,
consideramos que los argumentos vertidos en
la sentencia no alcanzan para enervar lo esta-
blecido en el art. 36 de la ley 14.394 en cuan-
to al vínculo jurídico exigido respecto de los
constituyentes que su vez pretenden ser be-
neficiarios. Para ello se necesita una reforma
legislativa. l
Cita on line: AR/DOC/2951/2014
lia a favor del titular de dominio sin familia”, Revista de
Derecho Privado y Comunitario, 2011-1, Rubinzal Culzo-
ni, Santa Fe 2011, pág. 59.
un sistema de otorgamiento de turnos vía
web para iniciar presentaciones de soli-
citud de beneficios previsionales y todo
tipo de reclamo, es inaplicable, pues in-
cumple lo dispuesto en la Ley Nacional
de Procedimientos Administrativos —y
su reglamento— a los efectos de su efica-
cia y oponibilidad, al tratarse de un acto
de alcance general que no fue publicado
oficialmente.
118.011 — JNFed. Contenciosoadministrati-
vo Nro. 5, 05/02/2014. - Fernández Martín,
Natalia Gabriela c/ ANSeS s/ amparo ley
16.986.
Cita on line: AR/JUR/31633/2014
COSTAS
Al vencido.
si resultan ser impugnables o no; e inclusive,
si son o no fuente de derecho. Tal debate ha
sido descripto con enorme precisión por Gor-
dillo, al mencionar “...que se cuestiona si las
circulares e instrucciones ‘“internas’” pueden ser
objeto de recursos administrativos. Con base en
su carácter ‘“interno’” y a la afirmación de que
no producen efectos jurídicos inmediatos sino
para el funcionario, y que no vician el acto dic-
tado en contra posición a ellas, es que se sostiene
por parte de la doctrina que tales circulares e
instrucciones no son susceptibles de recurso ad-
ministrativo, mientras no se plantee un acto ad-
ministrativo concreto respecto a la cuestión.” (1).
En este sentido gran parte de la doctrina
española define a esas circulares o instruccio-
nes internas como reglas de servicio de con-
tenido general que los titulares de los órga-
nos administrativos dirigen a sus inferiores
jerárquicos para ordenar su actuación, pero
que no están destinados a afectar la situación
de terceros (2). Bajo tal consideración, no ha-
bría obligación de publicación alguna.

1ª Instancia.— Buenos Aires, febrero 5 de
2014.
Considerando: IV) El art. 43 de la Consti-
tución Nacional dispone que: “toda persona
puede interponer acción expedita y rápida
de amparo, siempre que no exista otro re-
medio judicial más idóneo, contra todo acto
u omisión de autoridades públicas o de par-
ticulares, que en forma actual o inminente
lesione, restrinja, altere o amenace, con arbi-
trariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y
garantías reconocidos por esta Constitución,
un tratado o una ley”.
Sobre esa base, la demanda de amparo
requiere que la presunta violación a los de-
rechos constitucionales aparezca con arbi-
trariedad o ilegalidad manifiesta, en virtud
de la escasa amplitud de debate y prueba que
el carácter sumarísimo de la acción permite
(Fallos: 310:576; 311:1974; 312:2103; 313:433 y
315: 1485).
A su vez, es preciso que se presente una
situación de urgencia que dé merito a la tra-
mitación de esta vía sumarísima, de modo
tal que conforme a la prudente ponderación
de las circunstancias del caso se advierta
que remitir el examen de la cuestión a los
procedimientos administrativos o judiciales
ordinarios pueda ocasionar un daño grave
e irreparable o de ilusoria reparación sobre
la esfera de derechos del titular presunta-
mente lesionado (conf. CS., Fallos: 248:443;
273:52) Como corolario de ello, “el amparo es
un proceso excepcional sólo utilizable en las
delicadas y extremas situaciones en las que
por carencia de otras vías aptas, peligra la
salvaguardia de derechos fundamentales y
exige para su apertura circunstancias muy
particulares, caracterizadas por la presencia
Sin embargo, señala Gordillo que tal cla-
sificación resulta hoy a los fines recursivos
indiferente, toda vez que en aun en el caso de
los denominados “actos internos” de la Admi-
nistración, ellos al ordenar a los funcionarios
de qué manera deben comportarse o actuar,
generan siempre la eventualidad de que los
actos inspirados en tal normativa, puedan
eventualmente afectar al administrado.
Pero esa conclusión doctrinaria, que goza
por cierto de sólidos argumentos, no ha sido
unánimemente considerada, por lo que en
términos generales la Administración no
suele publicar las circulares, sino que las co-
munica inclusive por memorandos, a quienes
son sus destinatarios (3). En tal inteligencia,
si la medida del ANSeS hubiese estado mera-
mente destinada a ordenar las tareas inter-
nas de sus empleados o a modificar un siste-
ma informático, que acarreara un nuevo es-
quema de funcionamiento interno; existirían
pocas dudas que ello no era sino una circular
destinada a sus propios agentes y por ende,
el anoticiamiento a sus obligados para que
surtiera efectos hubiese resultado suficiente.
Además debe decirse, que ésa es la posibili-
dad que abre el art. 104 del decreto 1759/72,
al establecer una excepción a la obligación de
publicar la norma cuando se tratase de ins-
trucciones o circulares internas.
Pero tal como surge de la circular PRES
11-01, es claro que la disposición no sólo hizo
eso, sino que fue más allá al establecer de qué
manera se asignaría por localidad la atención
a los peticionarios. En dicho punto, la orden
{ NOTAS }
(3) En el derecho comparado se han establecido regí-
menes distintos claramente diferenciados, como indica
la resolución 242 de 2005; (Marzo 28) del Ministerio de
Hacienda de Colombia, que incluso diferencia entre Co-
municaciones y Circulares internas y externas, según
establezcan regímenes generales para los administra-
de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta que,
ante la ineficiencia de los procedimientos or-
dinarios, originan un daño concreto y grave,
sólo eventualmente reparable por esta vía ur-
gente y expedita (Fallos: 301:1061).
Además, el art. 43 de la C.N. sólo condi-
ciona la posibilidad de interponer la acción
de amparo a la inexistencia de otro remedio
judicial más idóneo, modificando con este
texto el criterio sustentado en el art. 2º de la
ley 16.986, que impedía admitir la acción de
amparo cuando existieran recursos o reme-
dios judiciales o administrativos que permi-
tieran obtener la protección del derecho o
garantía constitucional de que se trate (cfr.
Sala II, “Nieva”, 10/7/97, Sala IV, “Estancias
La Dorita SA”, del 6/03/01), razón por la cual
si bien a partir de la reforma constitucional
de 1994 no puede ya sostenerse como requi-
sito de procedencia de este tipo procesos la
inexistencia de vía administrativa idónea
para la tutela del derecho que se invoca con-
culcado, no lo es menos que quien solicita
la protección de sus derechos a través de la
acción de amparo debe demostrar en debida
forma, la inexistencia de otras vías idóneas
para la protección del derecho lesionado o
que la remisión a ellas produzca un grava-
men insusceptible de reparación ulterior
(conf. CS Fallos: 318:178; CNCAF, Sala I, in
re “Andreotti, Andrés c/ Estado Nacional s/
amparo ley 16.986”, del 23/8/10, del voto de la
juez Do Pico, considerando V).
V) Corresponde señalar que la ANSeS por
medio de la PRES-11-01 dispuso, en lo que
aquí interesa, que: “Los turnos serán asigna-
dos a las delegaciones más cercanas al domi-
cilio, de acuerdo al código postal acreditado
en la base de datos de ANSeS del titular” y
que “Si el solicitante es un apoderado el siste-
de la Administración quebró el círculo de
sus destinatarios internos, proyectando sus
efectos sobre terceros y consecuentemente
generando el efecto de un acto administrati-
vo general (4). En ese sentido, sí parece haber
entendido la Sala V que: “En tales condicio-
nes y al margen de la cuestión relativa a si la
“PRES 11-01” constituye una circular interna
o un reglamento propiamente dicho, lo cierto
es que sus consecuencias resultan equivalen-
tes a las de un acto de alcance general, y en
tales condiciones, es susceptible de ser im-
pugnado en la mismas condiciones que cual-
quier otro acto administrativo; máxime toda
vez que el reglamento no pierde su calidad de
tal por el hecho de que la administración in-
cumpla con su deber de publicarlo...” (5).
Por ello si bien la sentencia de la Sala I,
omitió hacer un análisis de la situación, ha
quedado despejado que la decisión fue un
acierto respecto de la naturaleza jurídica del
acto considerado; y de allí surge la siguiente
pregunta, que es de fácil respuesta: ¿debía
publicarse? Sí, indudablemente. Es suficien-
te con citar el derecho vigente; así lo dispone
el art. 103 del decreto 1759/72, aplicable al
caso (6).
Ahora bien, ello no deja de generar una
pregunta subsiguiente, por lo menos que
deberá ser repensada. En la medida en
que tanto la letrada actora, como cientos
de administrados y letrados se enteraron
de ella, es indudable que el ANSeS brindó
publicidad a su decisión; así lo destaca el
Considerando V del fallo de la Sala V. Esa
dos o instrucciones para sus agentes.
(4) El mayor dilema que plantea el caso, es precisa-
mente poder evitar la imprecisión terminológica, por
cuanto tal como dice Hutchinson: “Cuando así ocurra,
cualquiera sea la denominación que se le dé, estamos en
presencia de un reglamento a todos los efectos, incluso
ma de turnos asignará un máximo de cuatro
turnos para un mismo día” (ver fs. 5 vta.).
Por su parte, la Resolución ANSeS 75/00
establece que: “Impleméntase a partir del
21 de febrero del año 2000 el nuevo esque-
ma de atención a profesionales abogados y
gestores apoderados, los que podrán iniciar
trámites de Jubilaciones, Pensiones, Pres-
tación Básica Universal (PBU), Prestación
Compensatoria (PC), Prestación Adicional
por Permanencia (PAP), Retiros por Invali-
dez, Prestaciones por Edad Avanzada y Re-
conocimientos de Servicios en las Unidades
de Atención Integral de Capital Federal y
Gran Buenos Aires”. Como lo sostuvo el Sr.
Fiscal Federal a fs. 100 vta., la PRES-11-01 es
un acto administrativo de alcance general en
la medida que produce efectos jurídicos so-
bre terceros.
En consecuencia, para poder resultar efi-
caz y oponible debe ser publicado. En efecto,
el art. 11 de la ley 19.549 dispone que: “Para
que el acto administrativo de alcance par-
ticular adquiera eficacia debe ser objeto de
notificación al interesado y el de alcance ge-
neral, de publicación.
Los administrados podrán antes, no obs-
tante, pedir el cumplimiento de esos actos si
no resultaren perjuicios para el derecho de
terceros”.
Y su decreto reglamentario Nº 1759/72, en
su art. 103 prevé que: “Los actos administra-
tivos de alcance general producirán efectos
a partir de su publicación oficial y desde el
día que en ellos se determine; si no designan
tiempo, producirán efectos después de los
ocho (8) días, computados desde el siguiente
al de su publicación oficial”.
publicidad se dio no sólo por el uso del sitio
web del propio organismo, el que se utiliza
en época de e-government, en forma constan-
te (7); sino además por medios periodísticos
que cubrieron la novedad producida por el
ente gubernamental como un progreso en la
gestión. Es decir, la publicidad de la medida
se produjo. ¿Es entonces necesario su reflejo
en el Boletín Oficial para que produzca efec-
tos jurídicos o se trata de una antigüedad
que no garantiza el efecto de conocimiento
pretendido y puede ser suplida por aquel me-
dio? Nuevamente, no deja de brindar una res-
puesta al tema Gordillo, cuando afirma que la
publicidad en el Boletín Oficial —además de
exigida por el decreto 1759/1972—, es la úni-
ca forma de concentrar la información en un
único lugar que el ciudadano sabe puede con-
sultar; ello no empece que el Estado se esme-
re en comunicar sus actos por todos aquellos
medios que aseguren la más amplia difusión,
pero claramente no sustituye aquella obliga-
ción inicial.
II. Efectos de la sentencia y congruencia en lo re-
suelto
La sentencia de la Sala I de la Cámara dis-
pone en su aspecto sustancial y con relación
a la petición de la letrada actora que se con-
tinúe atendiendo y asignando los turnos a
sus clientes, en la jurisdicción del domicilio
legal de la misma. Ahora bien, la sentencia no
merituó el objeto mismo de la petición, sino
que acordó respuesta al planteo de la letrada
por medio de lo que podríamos denominar un
tecnicismo, válido por cierto, pero de corto
de publicidad”. HUTCHINSON, Tomás, “Régimen de
Procedimientos Administrativos. Ley 19.549”, Revisado,
Ordenado y Comentado, Buenos Aires, Astrea, 4º Edi-
ción Ampliada y Comentada, 1997, p. 376.
(5) Considerando V, Sentencia “Vulijscher, Alejo Da-
mián c. ANSeS s/ Amparo. Ley 16.986”, CFACC, Sala V.
miércoles 3 DE septiembre DE 2014 | 9
Ello así, la falta de publicación de un acto
de alcance general controvierte lo dispuesto
en la Ley Nacional de Procedimientos Admi-
nistrativos y su Reglamento. A mayor abun-
damiento y a la luz de la doctrina de la CSJN,
la solución definitiva del caso sólo requiere
la simple constatación de la publicación ofi-
cial de la norma cuestionada, acto requerido
para la satisfactoria divulgación y certeza
sobre la autenticidad del texto de aquellas
decisiones de contenido normativo general
(Fallos: 293:157. cons. 6º, 327:4474 y “Recur-
so de hecho deducido por la demandada en la
causa “Municipalidad de Mercedes c/ Arcor
S.A.I.C. s/ apremio” del 7 de agosto de 2012,
en donde el Máximo Tribunal se remite al
dictamen de la Sra. Procuradora General de
la Nación).
Las razones expuestas resultan suficien-
tes para dar razón al planteo del actor con la
consecuente inoponibilidad a su parte de la
PRES-11-01 mediante la presente acción.
Por las consideraciones expuestas y de
conformidad con lo dictaminado con el Sr.
Fiscal Federal fallo: Haciendo lugar a la ac-
ción interpuesta por la Dra. Natalia Gabriela
Fernández Martín y en consecuencia decla-
rar inaplicable la PRES-11-01 de la ANSeS
con respecto a la amparista, debiéndosele
permitir tramitar las solicitudes previsiona-
les de sus poderdantes dentro del radio de
jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires, sin perjuicio del domicilio real del
particular, con costas. Regulando los honora-
rios de la Dra. N. L. por el patrocinio letrado
de la actora en la suma de pesos ... (arts. 6º,
inc. b), c) y d), 9 y 36 de la ley 21.839, modifi-
cada por ley 24.432). Regístrese, notifíquese
a las partes y al Sr. Fiscal en su despacho, y,
oportunamente archívese.— María A. Biotti.
plazo. Es que al considerar inaplicable la dis-
posición por su falta de publicación, ha hecho
que transitoriamente la actora obtenga una
respuesta. Pero subsanado que fuese ese de-
fecto que atenta contra su vigencia, mediante
su edición en el Boletín Oficial y en tanto no
se la considere atentatoria contra el resto del
régimen jurídico, deberá aplicarse.
En consecuencia, un planteo que se dirigía
contra el fondo de lo resuelto por la instruc-
ción, no aparece resuelto sino superficial-
mente sin ingresar en la discusión respecto
de la vulneración por parte de ese instrumen-
to, de aquellos derechos constitucionales que
invoca la abogada presentante, afectados por
el nuevo esquema de asignación de turnos.
Por el contrario la Sala V, dio una respuesta
concreta y a ella nos referimos en el punto
siguiente.
III. ¿Se prioriza al administrado, a su letrado, o
ambos?
Yendo al fondo de la cuestión, parece re-
sultar que el principal agravio que vierte la
letrada actuante, no refiere sino al hecho de
que el nuevo sistema de turnos implementa-
do por el ANSeS, causa efectos respecto del
ejercicio profesional, al asignar los mismos
por la cercanía del administrado y no así
por la proximidad con el de su patrocinante.
La inquietud no es nueva en el ámbito pro-
fesional y genera argumentos en pos de una
continúa en página 10
(6) Art. 103. Los actos administrativos de alcance gene-
ral producirán efectos a partir de su publicación oficial y
desde el día que en ellos se determine; si no designan tiem-
po, producirán efectos después de los ocho días, computa-
dos desde el siguiente al de su publicación oficial”.
(7) http://www.rjyp.com.ar/nove/pres1101.htm.
10 | miércoles 3 DE septiembre DE 2014
Acto administrativo
Innecesariedad de publicación de norma
emitida por la ANSeS que implementa un
nuevo sistema de turnos. Rechazo de la ac-
ción de amparo interpuesta por un letrado
que pretende su inoponibilidad.
Véase en página 8, Nota a Fallo
Hechos: Un abogado interpuso acción de
amparo a fin de que se declare inaplicable
una norma identificada como PRES-11-01
mediante la cual la ANSeS dispuso imple-
mentar un nuevo sistema de inicio de trá-
mites previsionales para los letrados. La
sentencia admitió la acción y ordenó a la de-
mandada permitir que el actor inicie ese tipo
de trámites en CABA a favor de sus poder-
dantes domiciliados en el interior del país.
Apelado el decisorio, la Cámara lo revocó.
1. - La sentencia que, en una acción de am-
paro, declaró inaplicable al actor, por fal-
ta de publicación, la norma identificada
como PRES-11-01 mediante la cual la AN-
SeS dispuso implementar un nuevo sis-
tema de inicio de trámites previsionales
para los abogados, debe revocarse, pues,
al no tratarse de un acto de alcance gene-
ral con contenido normativo, no requiere
de la publicación prevista en la ley 19.549
y su decreto reglamentario. [1]
2. - La acción de amparo intentada por un
letrado a fin de que la ANSeS cese en la
aplicación de la norma identificada como
PRES-11-01 por la cual se le impide iniciar
trámites previsionales en la Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires a favor de po-
derdantes domiciliados en el interior del
país, debe rechazarse, pues no se advier-
te la manifiesta arbitrariedad o ilegalidad
de la medida dispuesta por la Adminis-
tración como requisito para admitir la
acción intentada —art. 43, Constitución
Nacional; art. 1º, ley 16.986— (del voto del
Dr. Alemany).
118.012 — CNFed. Contenciosoadministrati-
vo, sala V, 15/07/2014. - V., A. D. c/ANSeS s/
amparo, ley 16.986.
y otra postura, que suelen tener pesos simi-
lares. Nótese por ejemplo, que al disponerse
la descentralización en materia judicial, se
cuestiona si ubicar fiscales en distintos luga-
res de la Ciudad (en el caso de la CABA) o en
distintos partidos (en el caso de la Provincia
de Buenos Aires), resulta una medida favora-
ble o negativa para los afectados. Quienes se
inclinan por el sí, desde el punto de vista de la
organización estadual, señalan la convenien-
cia de la inmediación entre la organización y
los particulares; quienes sostienen la nega-
tiva, no dejan de observar que en la prácti-
ca, la gestión y logro de los intereses que se
procuran, sólo son viables por medio de una
actividad diligente y comprometida de los
abogados (8). En consecuencia, no pocos ven
que la aplicación de estos criterios puede de-
rivar en una menor representación y conse-
cuentemente, inferior cantidad de reclamos
dirigidos contra el Administrador.
Dicho ello, no es menos cierto que tam-
bién puede argumentarse en contrario, que
tal criterio no afecta la representación, sino
que lo hace sobre la concentración de tareas
{ NOTAS }
(8) Basta con mencionar que hasta la propia Conven-
ción Interamericana sobre Derechos Humanos estable-
ce que la falta de letrados frente al temor generalizado
que puede establecer el Estado sobre ellos, permite acu-
dir a su sistema de protección regional, sin necesidad de
agotar instancias internas. Tan importante es el rol del
Cita on line: AR/JUR/31659/2014
CONTEXTO DEL FALLO
Jurisprudencia vinculada: [1] Ver también, en-
tre otros: Juzgado Civil, Comercial y Contencioso
Administrativo Federal Nro 4. La Plata, “Colegio de
Abogados, Departamento Judicial La Plata y otro c/
ANSES s/ amparo 2, 04/10/2013, Sup. Adm. 2013
(noviembre), 72, LA LEY 2013-F, 264.
COSTAS
Se imponen las de ambas instancias a la actora ven-
cida.
2ª Instancia.- Buenos Aires, julio 15 de
2014.
Los doctores Treacy y Gallegos Fedriani di-
jeron:
I. Que mediante la sentencia de fojas
164/167 y aclaratoria de fojas 171, la jueza de
la instancia anterior hizo lugar a la acción
interpuesta por el Dr. A. D. V.. En conse-
cuencia, declaró inaplicable la PRES-11-01 de
la Administración Nacional de la Seguridad
Social (ANSES) al actor y ordenó que la de-
mandada debía permitir al Dr. V. iniciar pro-
cedimientos administrativos en el ámbito de
la Capital Federal a favor de sus poderdantes
que se domiciliaban en el interior del país,
para lo cual debía habilitar una Unidad de
Atención Integral (UDAI) dentro del radio de
esta ciudad. Asimismo, reguló los honorarios
profesionales del letrado actuante. Impuso
las costas a la demandada vencida.
Para así decidir, en relación con la extem-
poraneidad de la acción de amparo, la jueza
a quo consideró que dicho planteo debía ser
rechazado, en atención a que el actor mani-
festó que tomó conocimiento del accionar
cuestionado el 14/05/2013 y la demanda fue
presentada el 31/05/2013, es decir, dentro de
los quince días hábiles establecidos en el art.
2º, inc. e) de la leyNº 16.986, sin que la deman-
dada demostrase que ello fuese erróneo.
profesionales en los grandes centros urbanos
(llámese Capital Federal, o capitales provin-
ciales). De la aplicación de estos criterios de
dispersión geográfica, máxime en jurisdic-
ciones de las dimensiones y alcances de las
existentes en nuestro territorio, se beneficia
la posibilidad de desarrollo de aquellos letra-
dos que se hallan radicados en poblaciones
de menor importancia demográfica, permi-
tiendo que los mismos no se vean tentados
a migrar hacia esas otras localidades más
concentradas. Y respecto de la eventual dis-
minución en el número de reclamos, para la
eventualidad de ser ésa una de las metas per-
seguidas (9), pareciera que al ubicar al benefi-
ciario más cerca de quienes lo deben atender,
tampoco sería una herramienta lógica. Antes
bien, lo que posiblemente lograría es un in-
cremento en esa potencialidad.
Pero la Sala V dio respuesta concreta, al
decidir por un lado que nada en el sistema
de asignación de turnos del ANSeS impide
o dificulta que el beneficiario pueda obtener
asistencia letrada, tanto antes, como durante
o luego de la realización del trámite adminis-
letrado y tanto es conocido, que disuadir a los abogados,
han sido muchas veces políticas implementadas para ha-
cer inexistentes algunos reclamos.
(9) Se menciona al ser alegado en la demanda, aunque
claramente no está establecido que ese sea el objetivo per-
seguido en la resolución cuestionada en autos y dudamos en
Asimismo, la jueza de grado indicó que la
ANSeS por medio de la PRES-11-01 dispuso:
“Los turnos serán asignados a las delegacio-
nes más cercanas al domicilio, de acuerdo al
código postal acreditado en la base de datos
de ANSeS del titular” y que “Si el solicitante
es un apoderado del sistema de turnos asig-
nará un máximo de cuatro turnos para un
mismo día”. Por otro lado, reseñó que la res.
ANSeS 75/2000 establece: “Impleméntese
a partir del 21 de febrero de 2000 el nuevo
esquema de atención a profesionales aboga-
dos y gestores apoderados, los que podrán
iniciar trámites de Jubilaciones, Pensiones,
Prestación Básica Universal (PBU), Presta-
ción Compensatoria (PC), Prestación Adi-
cional por Permanencia (PAP), Retiros por
Invalidez, Prestaciones por Edad Avanzada
y Reconocimiento de Servicios en las Unida-
des de Atención Integral de Capital Federal y
Gran Buenos Aires”.
A continuación, y en sentido concordante
con lo sostenido por el Sr. Fiscal Federal, la
jueza de la instancia anterior entendió que
la PRES-11-01 era un acto administrativo de
alcance general en la medida que producía
efectos jurídicos sobre terceros, de modo
que para resultar eficaz y oponible debía
ser publicada, en los términos de los arts..
11 de la leyNº 19.549 y 103 de su decreto re-
glamentario Nº 1759/1972. Afirmó que en el
presente caso la mentada resolución no fue
publicada, lo cual controvierte lo dispuesto
por la Ley Nacional de Procedimiento Admi-
nistrativo y su Reglamento. Sobre la base de
las razones expuestas, consideró que asistía
razón al planteo del actor con la consecuen-
te inoponibilidad a dicha parte de la PRES-
11-01.
II. Que contra dicha decisión, la demanda-
da apeló y fundó su recurso a fojas 184/194.
En su memorial, luego de brindar cifras
acerca de los turnos ofrecidos y otorgados
por la ANSeS a los titulares del beneficio
y a los apoderados y su relación con los
turnos libres, se refirió a las facultades re-
glamentarias de dicho organismo. Al res-
pecto, afirmó que en el marco de la com-
petencias de la administración para emitir
normas de trámite interno, la ANSeS dictó
trativo; pero luego y más concretamente se
refiere a la potencial reserva de mercado de
los profesionales. Es así que concretamente,
luego de afirmar que bien podría el profesio-
nal trasladarse a la localidad de su cliente,
señala que si el problema surgiese de la fal-
ta de matriculación en la otra jurisdicción,
mal podría “pretender la exclusividad en el
desempeño de las tareas de representación
profesional con respecto a la totalidad de los
titulares de beneficios previsionales domici-
liados en todo el territorio nacional”.
IV. La ordenanza es ley y no un acto administra-
tivo de alcance general
Ingresamos en un cuarto punto polémico,
que surge de una de las sentencias conside-
radas, tal como anticipáramos en el inicio de
esta breve nota. La sentencia de Primera Ins-
tancia del Juzgado Contencioso Administra-
tivo en lo Federal Nº 5, en su afán por fundar
sus considerandos comete un error que por
su gravedad no podemos omitir en su comen-
tario. En efecto, cita en respaldo de la nece-
sidad de publicar los actos administrativos
lo personal, que ello sea alentado por la gestión del ANSeS.
(10) Fallos 335:1459.
(11) Fallos 312:1394.
(12) Nos referimos puntualmente a esta situación, en
Pulvirenti, Orlando, “Ordenanzas Clandestinas”,
LA LEY, 2012-E, 477, al comentar el fallo: Tribunal Su-
la resolución PRES -11-01 que sólo estaba
destinada a los funcionarios del órgano ci-
tado y constituía un acto interno de la ad-
ministración.
A continuación, sostuvo que la vía intenta-
da era improcedente en cuanto entendió que
la acción de amparo era un recurso excepcio-
nal, cuya admisibilidad se encontraba sujeta
a la inexistencia de otros remedios procesa-
les para la protección del derecho que se esti-
maba lesionado. Asimismo, afirmó que había
transcurrido en exceso el término legal dis-
puesto en el art. 2º, inc. e) de la ley Nº 16.986.
También, sostuvo que el presente caso se tra-
taba de una cuestión no justiciable, en tanto
que existían cuestiones de organización y ad-
ministración que eran privativas de cada uno
de los poderes del Estado.
Por último, concluyó que no existía ilegali-
dad o arbitrariedad manifiesta en el accionar
de la ANSeS, solicitó la imposición de costas
en el orden causado y apeló los honorarios
regulados al Dr. V. en la sentencia de grado.
III. Que a fojas 230/233 el amparista con-
testó el traslado de los agravios vertidos por
el Fisco Nacional.
En su escrito, sostuvo que el escrito recur-
sivo era una copia íntegra del escrito de con-
testación del informe previsto por el art. 8º
de la leyNº 16.986 y que no constituía una crí-
tica concreta y razonada de los argumentos
expuestos por la jueza de grado para acoger
la presente acción de amparo.
En el mismo sentido, alegó que en ningún
pasaje de los agravios se refutó lo puntual-
mente resuelto sobre la tempestividad de la
acción interpuesta, la existencia de la res.
ANSeS Nº 75/2000 y la inoponibilidad a ter-
ceros de la PRES 11-01 por no haber sido pu-
blicada. Luego, citó jurisprudencia en respal-
do de sus argumentos y solicitó que se decla-
rase la deserción del recurso, confirmando el
fallo apelado.
IV. Que habiendo dictaminado el Sr. Fiscal
General Subrogante (v. fs. 237), corresponde
adentrarse en el análisis de los agravios ex-
presados por la demandada.
de alcance general, la causa “Municipalidad
de Mercedes c/ Ancor S.A. s/ Apremio” (10),
donde en un enjundioso dictamen que la
Corte Suprema hace suyo, la Procuradora
Laura Monti expresa la inaplicabilidad de la
Ordenanza Fiscal sancionada por la Munici-
palidad de Mercedes, debido a que la misma
no fue publicada, tal como exige a las leyes el
art. 2º del Código Civil Argentino. Ese fallo,
no hace más que ratificar el precedente de
“Promenade” (11), en cuanto al carácter de la
ordenanza y confirmar una jurisprudencia
consecuente, que somete la vigencia de la mis-
ma al cumplimiento efectivo de todos aquellos
recaudos que se peticionan frente a cualquier
ley, entre ellos, el de la publicación (12).
Esta cuestión no es menor, puesto que ya
la CSJN en la causa “Rivedemar” (13) esti-
puló como una característica propia de las
Municipalidades para definir su autonomía
a la luz de la redacción dada al art. 123 de la
CN, la facultad de pronunciar normas. Es así
claro que una ordenanza fiscal o impositiva,
en modo alguno puede ser considerada como
acto administrativo, dado que las cargas tri-
perior de Justicia de la Provincia de Córdoba, sala con-
tenciosoadministrativa – 2012/06/19 - “Silva, Marcos
Clodoaldo c/ Municipalidad de Villa Dolores s/ conten-
cioso administrativo de plena jurisdicción - recurso de
casación”.
(13) CSJN, Fallos 312:326.

IV.1.- Como primera medida, es menester
reseñar que –sobre la base de lo dispuesto en
el art. 36 de la leyNº 24.241- la Administra-
ción Nacional de la Seguridad Social tiene a
su cargo la aplicación, control y fiscalización
del Régimen de Reparto y el dictado de las
normas reglamentarias en relación con las
funciones propias de la administración del
Sistema Único de Seguridad Social. De ello
se desprende las facultades del organismo
mencionado para dictar las disposiciones ne-
cesarias a fin de regular su funcionamiento
y los procedimientos para la presentación y
trámite de las peticiones de los administra-
dos.
Por otro lado, el objeto de la resolución
PRES-11-01 consiste en “[d]otar a las UDAT/
UDAI/Oficinas de una herramienta útil que
las asista en forma práctica en las distin-
tas etapas del procedimiento para el otor-
gamiento de turnos vía web para aquellas
personas que no cuenten con acceso a inter-
net...” (v. fs. 146 de la copia de la resolución
que obra agregada a fs. 146/155). En relación
con la asignación de turnos, la norma dispo-
ne que “[s]erán asignados a las delegaciones
más cercanas al domicilio, de acuerdo al có-
digo postal acreditado en la base de datos de
ANSeS del titular” y que en el caso de aboga-
dos o contadores “[d]eberán tener sus datos
acreditados en la Base de Abogados y Gesto-
res de la Dirección Unidad Central de Apoyo
(UCA)”, y “[e]l sistema de turnos asignará un
máximo de 4 turnos para un mismo día” (v.
fs. 147).
IV.2.- Sentado ello, corresponde referir-
se -en lo pertinente- a las normas de proce-
dimiento contenidas en la leyNº 19.549 y su
decreto reglamentarioNº 1759/1972 (t.o. por
dec.Nº 1883/1991). Al respecto, el artículo 11
de la ley mencionada establece que a fin de
que el acto administrativo de alcance gene-
ral adquiera eficacia debe ser objeto de pu-
blicación. En similar sentido, el art. 103 del
decreto que reglamentó la ley Nº 19.549 dis-
pone: “Los actos administrativos de alcance
general producirán efectos a partir de su
publicación oficial y desde el día que en ellos
se determine; si no designan tiempo, produ-
cirán efectos después de los ocho (8) días,
computados desde el siguiente al de su publi-
cación oficial”. Por otro lado, es conveniente
destacar que en el art. 104 se exceptúa de lo
dispuesto en el art. 103 a los reglamentos que
se refieren a la estructura orgánica de la Ad-
ministración y las órdenes, instrucciones o
circulares internas, que entrarán en vigencia
sin necesidad de aquella publicación.
IV.3.- Ahora bien, en este estado, se ob-
serva que la resolución PRES-11-01 no cons-
tituye un acto de alcance general con con-
tenido normativo, que requiera ser publi-
cado en los términos de la ley Nº 19.549 y el
decretoNº 1759/1972 (t.o. 1991) con el objeto
de producir efectos en relación con los ter-
ceros, sino que resulta de sus fines como una
herramienta útil que asiste en forma prácti-
ca en las distintas etapas del procedimiento
a las oficinas administrativas para el otor-
gamiento de turnos vía web. Cabe destacar
que en sentido concordante, se ha pronun-
butarias no pueden ser impuestas sino por
“Ley”, criterio además que tiene raigambre
supra nacional, al así haberlo decidido ex-
presamente la Opinión Consultiva Nº 6 de la
CIDH.
V. Conclusiones
Todo fallo trae con sí, no sólo decisiones
jurídicas, sino un complejo andamiaje de
cuestiones fácticas, que en el derecho admi-
nistrativo se vinculan inexorablemente a la
concepción del Estado, tanto por parte del
Gobierno, como por parte de los ciudadanos.
ciado la Sala II de esta Cámara en los autos
caratulados “Argentum Consulting S.A. y
Otros c/ ANSeS (PRES 11-01) s/ Amparo ley
16.986” (Expte Nº 27027/2013), sentencia del
27 de febrero de 2014.
IV.4.- Por los argumentos expuestos, toda
vez que no resultaba necesaria la publicación
de la resolución PRES-11-01, corresponde ha-
cer lugar a la apelación de la demandada, re-
vocar la sentencia dictada por la jueza a quo
y rechazar la acción incoada. En atención al
modo en que se resuelve, resulta insustancial
referirse a los demás agravios vertidos por la
recurrente y el análisis de la apelación inter-
puesta contra los honorarios profesionales
regulados. Las costas de ambas instancias se
imponen a la actora, atento a que no existen
motivos para apartarse del principio objeti-
vo de la derrota (art. 68 del Cód. Proc. Civ. y
Com. de la Nación).
El doctor Alemany dijo:
I. Que el Dr. A. D. V., en su condición de
abogado matriculado para ejercer la pro-
fesión en el ámbito de la Ciudad de Buenos
Aires, inició el presente juicio de amparo
contra la Administración Nacional de la Se-
guridad Social (ANSeS), a fin de que se or-
denara a dicho organismo el “cese en su ar-
bitrario proceder consistente en impedir que
los abogados matriculados como el suscripto
inicien a favor de sus mandantes del interior
procedimientos administrativos (trámites
jubilatorios, reajustes de haberes y reclamos
administrativos previos al juicio) en oficinas
de ANSeS situadas en su jurisdicción de re-
gistro y matriculación (en este caso, Capital
Federal)” (cfr. fs. 2).
Sostuvo que el 14 de mayo de 2013, al mo-
mento de gestionar turnos por internet para
los trámites previsionales a favor de una se-
rie de clientes, había tomado conocimiento
de la “PRES-11-01”, en virtud de la cual los le-
trados apoderados de los beneficiarios de las
jubilaciones, ya no podían iniciar trámites re-
lacionados a una prestación correspondiente
al sistema previsional en la jurisdicción pro-
pia del domicilio del profesional; sino que la
presentación respectiva debía realizarse en
la oficina de ANSeS a designarse de acuerdo
con el domicilio del titular.
En tales condiciones, manifestó que la con-
ducta de la ANSeS era equiparable a una vía
de hecho de la Administración, en la medida
en que no había dictado ningún acto jurídico
de alcance general que modificara el sistema
hasta entonces vigente; y que esa manera de
obrar lesiona su derecho a ejercer libremente
su profesión de abogado, reconocido en la re-
solución ANSeS nro. 75/2000, en la que se fa-
culta a los letrados inscriptos en la matrícula
de la Ciudad de Buenos Aires a iniciar los pro-
cedimientos administrativos a favor de sus po-
derdantes en el ámbito de la Capital Federal y
Gran Buenos Aires; y contradice lo estableci-
do en las leyes 17.040 y 23.187, y en los arts.. 14
y 75, inc. 22, de la Constitución Nacional.
II. Que, en la sentencia de fs. 164/167, la jue-
za de la anterior instancia hizo lugar a la ac-
En el caso, aún quedando un gris sobre el que
es posible la discusión respecto de si se tra-
taba de una circular ordenatoria o se trataba
de un acto administrativo general; ante la mí-
nima duda y como principio republicano de
transparencia y democrático de conocimien-
to de las normas, debe asignársele prioridad
a la difusión por los carriles previstos norma-
tivamente. En ese sentido las decisiones de
primera y segunda instancia, devienen irre-
prochables.
Pero dicho ello, quedan pendientes de la
manera en que se resuelve la cuestión y por
ción interpuesta por el Dr. A. D. V. y declaró
inaplicable al actor lo dispuesto en la “PRES-
11-01” dictada por la ANSeS, con respecto al
deber de iniciar los trámites jubilatorios en
la unidad de atención integral de la ANSeS
correspondiente al domicilio del titular del
beneficio previsional. Impuso las costas a la
vencida; y reguló los honorarios del mencio-
nado profesional en la suma de pesos dos mil
quinientos ($2.500).
Para así decidir, y de conformidad con
lo dictaminado por el Sr. Fiscal Federal a
fs. 160vta., señaló que la “PRES-11-01”, cuya
copia está agregada a fs. 146/155, constituye
un acto administrativo de alcance general, en
la medida en que produce efectos jurídicos
directos sobre los administrados; de manera
que para que dicho acto sea eficaz y oponible,
debió haber sido publicado. En consecuencia,
concluyó que ese acto era inoponible al actor
porque no había sido publicado, de conformi-
dad con lo dispuesto en los arts.. 11 de la ley
19.549 y 103 del decreto reglamentario Nro.
1759/1972.
Asimismo, por medio de la resolución de
fs. 171, aclaró que la ANSeS debía permitirle
al amparista iniciar procedimientos adminis-
trativos en el ámbito de la Capital Federal a
favor de sus poderdantes domiciliados en el
interior del país; a cuyo efecto debería habili-
tar una Unidad de Atención Integral (UDAI)
dentro del radio de esta Ciudad.
III. Que, la parte demandada apeló y fundó
sus agravios a fs. 184/194; los que fueron re-
plicados a fs. 230/233.
Sostiene la “PRES-11-01” constituye una cir-
cular interna dictada en uso de las facultades
de organización y gestión de recursos, en ejer-
cicio de las prerrogativas que le son propias y
ella “responde a una decisión de oportunidad,
mérito y conveniencia insusceptible de ulte-
rior revisión jurisdiccional”; adoptada en los
términos previstos en el art. 36 de la ley 24.241.
Por otra parte, señala que lo dispuesto en
dicho instructivo de ninguna manera cercena
o restringe la actividad de los abogados en lo
que respecta al trámite de los beneficios pre-
visionales; en la medida en que a tal efecto
ha habilitado Unidades de Atención Integral
de la ANSeS en todo el territorio nacional y,
por otra parte, tampoco ha prohibido que los
beneficiarios sean representados en el ám-
bito administrativo por abogados inscriptos
en la matrícula. En tal sentido, aclara que el
objetivo de la “PRES-11-01” es garantizar el
acceso directo de la población a las Unidades
de Atención Integral en todo el territorio na-
cional; organizar el trámite y supervisión de
las actuaciones, y, de esa manera, brindar un
mejor servicio a los beneficiarios de la segu-
ridad social. Finalmente, aduce que al fijar
como máximo 4 turnos de atención por día
para los apoderados, se propuso asegurar la
“igualdad de condiciones y gestionar en for-
ma ecuánime entre aquellos que peticionan
su propia prestación o los letrados que po-
seen menor caudal de representaciones com-
parativamente con aquellos que acaparan la
mayor cantidad de solicitudes” (cfr. fs. 185).
la contradicción parcial entre las Salas I y
V de la Cámara, dos aspectos no menores
que hemos deslizado: ¿Es posible separar
el interés del administrado de su potencial
representación legal frente a trámites en
los que usualmente se requiere la asistencia
letrada? Si esos intereses no son idénticos,
¿Puede un Juez priorizar el interés del re-
presentante legal, por sobre el del represen-
tado, cuya voz además en este juicio no ha
sido consultada? ¿No tiene la Administra-
ción el margen de evaluación y discrecio-
nalidad para poder organizar la atención de
los administrados y considerar de qué ma-
miércoles 3 DE septiembre DE 2014 | 11
IV. Que en la circular o instrucción deno-
minada “PRES-11-01”, titulada “Otorgamien-
to de Turnos vía web para UDAT/UDAI/Ofi-
cinas e Iniciación (caratulación) por excep-
ción”, cuya copia está agregada a fs. 146/155
se establece, en lo que aquí importa, que a
partir del 15 de abril de 2013 “los turnos se-
rán asignados a las delegaciones más cerca-
nas al domicilio, de acuerdo al código postal
acreditado en la base de datos de ANSeS del
titular” y que “si el solicitante es un apodera-
do el sistema de turnos asignará un máximo
de 4 turnos para un mismo día”.
Cabe advertir que, con anterioridad, y por
medio de la res. 75/2000 de la Administra-
ción Nacional de la Seguridad Social, que en-
tró a regir a partir del 21 de febrero de 2000,
se había establecido que los abogados y ges-
tores apoderados se hallaban facultados para
iniciar, en nombre de sus representados, los
tramites de jubilaciones, pensiones, pres-
tación básica universal (PBU), prestación
compensatoria (PC), prestación adicional
por permanencia (PAP), retiros por invali-
dez, prestaciones por edad avanzada y reco-
nocimientos de servicios en las unidades de
atención integral de Capital federal y Gran
Buenos Aires”.
V. Que, aunque la “PRES-11-01” haya sido
dictada con el carácter de una circular inter-
na o una instrucción y, en consecuencia, no
haya sido oficialmente publicada; y, asimis-
mo, sus disposiciones relativas al domicilio
de iniciación de los trámites y a la cantidad
de turnos diarios para los apoderados afec-
tan los derechos invocados por éstos; del re-
lato de las circunstancias de la causa surge
que el demandante tomó conocimiento efec-
tivo del contenido de la instrucción “PRES-
11-01”, en virtud de que ella fue publicada en
la “página web” de la ANSeS y, por tal razón,
procedió a impugnarla por considerar que
afecta de manera directa e inmediata sus
derechos. En tales condiciones, y al margen
de la cuestión relativa a que si la “PRES-11-
01” constituye una circular interna o un re-
glamento propiamente dicho, lo cierto es que
sus consecuencias resultan equivalentes a
las de un acto de alcance general y, en tales
condiciones, es susceptible de ser impugnado
en las mismas condiciones de cualquier otro
acto administrativo; máxime toda vez que el
reglamento no pierde su calidad de tal por el
hecho de que la administración incumpla con
su deber de publicarlo (cfr. Fallos: 316:1551,
consid. 3º; 328:2457; y Baena de Alcázar, M,
“Instrucciones y Circulares como Fuente del
Derecho Administrativo” publicado en la Re-
vista de Administración Pública Nº 48, sep-
tiembre-diciembre de 1965, Madrid, Instituto
de Estudios Políticos, págs. 107 a 126).
VI. Que, sin perjuicio de ello, cabe advertir
que en la causa no se advierte la manifiesta
arbitrariedad o ilegalidad de la medida dis-
puesta por la Administración; exigida en los
arts. 43 de la Constitución Nacional y el 1º de
la ley 16.986 como requisito para admitir la
acción de amparo.
continúa en página 12
nera se organiza más eficientemente el ser-
vicio? ¿Puede el Juez sustituir ese criterio,
de no mediar una clara violación de pautas
elementales de razonabilidad, proporciona-
lidad y legalidad? La Sala V parece haberse
encaminado en ese criterio, el de priorizar
la decisión técnica del organismo adminis-
trativo especializado, en tanto la misma no
resulte ser en forma evidente arbitraria,
irrazonable o ilegítima. l
Cita on line: AR/DOC/2953/2014
12 | miércoles 3 DE septiembre DE 2014
viene de PÁGINA 11
En efecto, el actor pretende impugnar
las disposiciones generales adoptadas en la
“PRES-11-01”, en particular, en cuanto esta-
blece que “los turnos serán asignados a las
delegaciones más cercanas al domicilio, de
acuerdo al código postal acreditado en la
base de datos de ANSeS del titular”, y en
cuanto a que “si el solicitante es un apodera-
do el sistema de turnos asignará un máximo
de 4 turnos para un mismo día”. Afirma que
tales disposiciones son manifiestamente con-
trarias a lo previsto en la res. 75/2000 de la
ANSeS, y a su derecho a ejercer libremente
la profesión de abogado, reconocida en las le-
yes 17.040 y 23.187, y en los arts. 14 y 75, inc.
22, de la Constitución Nacional. Sin embargo,
no se advierte que dicha decisión adminis-
trativa emanada de la ANSeS sea manifies-
tamente irrazonable, en la medida en que la
asignación de turnos a las delegaciones más
cercanas al domicilio del titular es la conse-
cuencia lógica de la creación sucesiva de nue-
vas Unidades de Atención Integral en todo el
territorio nacional, que no existían al tiempo
del dictado de la Res. 75/2000 de la ANSeS;
así como de la expresada necesidad de asistir
de manera más directa e inmediata a los be-
neficiarios de las prestaciones previsionales,
la consiguiente facilitación de las gestiones,
la realización de inspecciones y verificación
de datos, así como de la restante información
necesaria para que cada uno de los interesa-
dos, y la respectiva oficina de la ANSeS, pue-
da iniciar y culminar el respectivo trámite
de la jubilación o pensión, sin necesidad de
asistencia letrada. Por otra parte, nada de
ello impide al titular del beneficio, si lo consi-
dera necesario, solicitar la asistencia letrada;
tanto al comenzar el trámite administrativo
como durante el transcurso de él, o con pos-
terioridad. En este último sentido correspon-
de destacar que el amparista, en su calidad
de abogado matriculado en la Capital Fede-
ral no puede pretender la exclusividad en el
desempeño de las tareas de representación
profesional con respecto a la totalidad de los
titulares de beneficios previsionales domici-
liados en todo el territorio nacional.
Por otra parte, al establecer un límite de
asignación de turnos a los apoderados, para
cada día, la ANSeS se fundó en la necesidad
edictos
40223/2014 HARA, JOSE y OTRO s/SU-
CESION AB-INTESTATO. El Juzgado Na-
cional de Primera Instancia en lo Civil Nº 1,
Secretaría Única de esta Capital Federal,
cita y emplaza por treinta días a herederos y
acreedores de JOSE HARA y FLOR COHEN.
Publíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 19 de agosto de 2014
Cecilia Kandus, sec.
LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14
El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 20, Secre-
taría única, cita y emplaza por treinta días a
herederos y acreedores de NESTOR JORGE
DOBAL a efectos de hacer valer sus dere-
chos. Publíquese por tres días en el Diario
La Ley.
Buenos Aires, 14 de agosto de 2014
Juan Carlos Pasini, sec.
LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 28, Secretaría única, en los
autos caratulados “GONZÁLEZ, LORENZO
ANTONIO y OTRO s/SUCESION AB-IN-
TESTATO” cita y emplaza a los herederos y
acreedores de LORENZO ANTONIO GON-
ZÁLEZ y MARÍA JOSEFA GUTIÉRREZ, por
el plazo de treinta días, a efectos de hacer
valer sus derechos. Publíquese por tres días
en La Ley.
Propiedad de La Ley S.A.E. e I - Administración, Comercialización y Redacción: Tucumán 1471 (C. P. 1050 AAC) Teléfono: 54-11-4378-4765 - Bs. As. Rep. Arg. - Registro Nacional de la Propiedad Intelectual Nº5074180
de brindar un mejor servicio en beneficio
de las personas que pretendan efectuar al-
gún trámite vinculado con las prestaciones
previsionales, y garantizar la igualdad de
condiciones entre todos los ciudadanos. En
consecuencia, por sí misma, no es una medi-
da evidentemente ilegítima, de manera que
es necesario una mayor amplitud de debate y
prueba, exigencia ajena por definición a la vía
de acción de amparo.
En tales condiciones, cabe concluir que las
disposiciones establecidas en la “PRES-11-01”
resultan de la facultad de la organización y
gestión de los recursos de la Administración,
que le ha sido atribuida en el art. 36 de la ley
24.241; y han sido adoptadas en virtud de
consideraciones relacionadas con la oportu-
nidad, el mérito y la conveniencia de los pro-
cedimientos que deben ser cumplidos para
obtener los beneficios previsionales; propias
de la autoridad administrativa de aplicación
(Fallos: 308: 2246; 320:976, sus citas; 321:663;
entre muchos otros).
Por todo lo expuesto, al no advertirse la
ilegalidad y arbitrariedad manifiesta reque-
rida para justificar la vía procesal intentada,
corresponde hacer lugar al recurso de ape-
lación deducido por la parte demandada,
revocar el pronunciamiento recurrido y, en
consecuencia, rechazar la acción de amparo
deducida por el Dr. A. D. V. Las costas de am-
bas instancias se imponen al actor vencido,
por aplicación del principio objetivo de la de-
rrota que rige en la materia (art. 14 de la ley
16.986 y arts. 68 y 279 del Cód. Proc. Civ. y
Com. de la Nación).
Así voto.
En virtud de las consideraciones preceden-
tes, el Tribunal resuelve: 1) Hacer lugar al re-
curso de apelación interpuesto por la parte
demandada, revocar la sentencia apelada
y rechazar la acción de amparo incoada; 2)
Declarar insustancial referirse a los demás
agravios vertidos por la recurrente, como así
también el análisis de la apelación interpues-
ta contra los honorarios profesionales regu-
lados; 3) Imponer las costas de ambas ins-
tancias a la actora vencida (art. 68 del Cód.
Proc. Civ. y Com. de la Nación). — Guillermo
F. Treacy. — Jorge F. Alemany. — Pablo Galle-
gos Fedriani.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2014 El Juzgado Nacional de Primera Instancia
Bárbara Rastellino, sec. en lo Civil Nº 54, cita y emplaza a herederos
LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14 y acreedores de PRINA NELIDA MAGDALE-
NA por el término de treinta días. Publíque-
El Juzgado Nacional de Primera Instancia se por tres días en LA LEY.
en lo Civil Nº 30, Secretaría Única, sito en Buenos Aires, 25 de junio de 2014
Av. de los Inmigrantes Nº 1950, entre piso, Ma. de las Mercedes Domínguez, sec. int.
de esta Ciudad de Buenos Aires, en los LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14
autos caratulados “LIÑARES, DOMINGO
y OTRO s/SUCESION AB-INTESTATO” El Juzgado Nacional de Primera Instancia
(Expte. nº 33859/2014), cita y emplaza en lo Civil Nº 108, a cargo de la Dra. Susa-
por el término de treinta días a herederos na A. Nóvile, Secretaría única a mi cargo,
y acreedores del Sr. DOMINGO LIÑARES y sito en la calle Talcahuano 490 3º piso de
la Sra. MARÍA NOUCHE. El presente debe- Capital Federal, cita por el plazo de trein-
rá publicarse por el plazo de tres días en el ta días a herederos y acreedores de IRIS
Diario La Ley. MARTHA SANGUINETTI a los efectos de
Buenos Aires, 4 de agosto de 2014 esta a derecho. Publíquese por tres días en
Alejandro Luis Pastorino, sec. “LA LEY”
LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14 Buenos Aires, 13 de agosto de 2014
Juan Martín Ponce, sec.
El Juzgado Nacional de Primera Instancia LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14
en lo Civil Nº 34 sito en la calle Uruguay 714,
5º piso, cita a herederos y acreedores de El Juzgado Nacional de Primera Instancia
OSCAR AMENDOLA, por el término de 30 en lo Civil Nº 109, Secretaría Única, cita y
días a efectos de hacer valer sus derechos en emplaza por treinta días a herederos y acree-
autos caratulados “AMENDOLA OSCAR s/ dores de ANGEL JOSE DE CARLO, a fin de
SUCESION AB INTESTATO”. El presente que comparezcan a hacer valer sus derechos.
edicto deberá ser publicado por 3 días. Publíquese por tres días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 20 de agosto de 2014 Buenos Aires, 21 de agosto de 2014
Juan Gabriel Chirichella, sec. int. Pilar Fernández Escarguel, sec.
LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14 LA LEY: I. 03/09/14 V. 05/09/14
Impreso en La Ley, Rivadavia 130, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.
1128/2013 ESPINOSA MARTINEZ LINA
FERNANDA s/SOLICITUD DE CARTA DE
CIUDADANIA. El Juzgado Nacional de Pri-
mera Instancia en lo Civil y Comercial Federal
nº 5, Secretaría nº 10, sito en Libertad 731
piso 10º de Capital Federal, hace saber que
LINA FERNANDA ESPINOSA MARTÍNEZ,
DNI Nº 94.485.224 de nacionalidad co-
lombiana y de ocupación cajera, ha iniciado
los trámites tendientes a la obtención de la
Ciudadanía Argentina. Cualquier persona
que tuviere conocimiento de algún aconte-
cimiento que pudiere obstar a dicha conce-
sión, deberá hacer saber su oposición funda-
da al juzgado. Publíquese por dos veces en el
lapso de quince días.
Buenos Aires, 26 de junio de 2014
M. Andrea Salamendy, sec.
LA LEY: I. 03/09/14 V. 03/09/14
44080/2014 ROLDAN, FRANCISCO RA-
FAEL s/SUCESION AB-INTESTATO. El
Juzgado Nacional de 1º Instancia en lo Civil
Nº 16, cita y emplaza por treinta días a he-
rederos y acreedores de ROLDAN, FRAN-
CISCO RAFAEL, a fin que comparezcan a
hacer valer sus derechos. Publíquese por
tres días.
Buenos Aires, 19 de agosto de 2014
Adrián E. Marturet, sec.
LA LEY: I. 02/09/14 V. 04/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 17, a cargo del Dr. Marcelo
Luis Gallo Tagle, con asiento en Av. de los
Inmigrantes 1950, piso 5º, Secretaría única
a cargo de la Dra. Mariel Roxana Gil, cita y
emplaza por 30 días a herederos y acree-
dores de GRACIELA ALEJANDRA LO GIU-
DICE. Publíquese por tres días en el Diario
La Ley.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 21
de agosto de 2014
Mariel Gil, sec.
LA LEY: I. 02/09/14 V. 04/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 97, Secretaría Única a mi cargo,
cita y emplaza por treinta días a herederos
y acreedores de MARTINEZ ANTONIO a los
efectos de hacer valer sus derechos. Publí-
quese por tres días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 20 de agosto de 2014
María Verónica Ramírez, sec.
LA LEY: I. 02/09/14 V. 04/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil N° 104, sito en la calle Talcahuano
490, 1º piso, de esta ciudad, cita y emplaza
por 30 días a herederos y acreedores de MA-
RIA FRANCISCA LIBRI. Publíquese por tres
días en “La Ley”.
Buenos Aires, 19 de agosto de 2014
Hernán L. Coda, sec.
LA LEY: I. 02/09/14 V. 04/09/14
Juz. Civ. y Com. Federal Nº 1 Sec. Nº 2 de la
Cap. Fed. hace saber MAYRA LIZETH BENI-
TES PONCE DNI Nº 93.954.657, de nacio-
nalidad peruana ha solicitado la concesión
de la Carta de Ciudadanía Argentina. Se deja
constancia que deberá publicarse por dos
días en “La Ley”.
Buenos Aires, 19 de agosto de 2014
Mercedes Maquieira, sec. int.
LA LEY: I. 02/09/14 V. 03/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 5, cita y emplaza por treinta días
a herederos y acreedores de NOVOA TAJES
LUISA. Publíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 13 de agosto de 2014
Gonzalo Martínez Alvarez, sec.
LA LEY: I. 01/09/14 V. 03/09/14
El Juzgado Nacional de 1° Instancia en lo
Civil N° 16, cita y emplaza por treinta días a
herederos y acreedores de ELVIRA ESCUA-
TRIDE y CARLOS ALBERTO COLLAZO, a
fin que comparezcan a hacer valer sus dere-
chos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 13 de agosto de 2014
Adrián e. Marturet, sec.
LA LEY: I. 01/09/14 V. 03/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil N° 98, Secretaría única a cargo del
Dr. Germán Augusto Degano, cita y empla-
za por treinta días a herederos y acreedores
de Don MARIO JUAN ROLDAN a efectos
de hacer valer sus derechos. Publíquese por
tres días en “LA LEY”.
Buenos Aires, 7 de agosto de 2014
Germán Augusto Degano, sec.
LA LEY: I. 01/09/14 V. 03/09/14
Síganos en
El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 17 de Ca-
pital Federal, cita y emplaza por 30 días a
herederos y acreedores de FRANCISCO OS-
VALDO CARIOLA. El presente edicto deberá
publicarse por tres (3) días en el Boletín Ofi-
cial y en el diario LA LEY de la C.A.B.A.
Buenos Aires, 17 de julio de 2014
Mariel R. Gil, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
34740/2014 ZUCCALA, ALICIA BEATRIZ
s/SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado
Nacional en lo Civil Nº 24 cita y emplaza
por treinta días a acreedores y herederos de
ALICIA BEATRIZ ZUCCALA para que hagan
valer sus derechos. Publíquese por tres días
en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 7 de agosto de 2014
Maximiliano J. Romero, sec. int.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 36 cita y emplaza a los herederos
y acreedores del Sr. HORACIO VICTORIO
INNOCENTI a los efectos de hacer valer sus
derechos por el término de treinta días. Pu-
blíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 21 de abril de 2014
María del Carmen Boullón, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 39, Secretaría única de Capital
Federal, cita y emplaza por treinta días a
herederos y acreedores de SLAPAK, EMILIO
JULIO a fin de hacer valer sus derechos. El
presente deberá publicarse por tres días en
el Diario LA LEY.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2014
Gabriel Pablo Pérez Portela, sec. int.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Ins-
tancia en lo Civil Nº 55, secretaría única
de la Capital Federal, cita y emplaza por
treinta días a herederos y acreedores de
SERGIO RUBÉN CARPANETO. El pre-
sente deberá publicarse por tres días en
el diario “La Ley”.
Buenos Aires, 7 de agosto de 2014
Olga María Schelotto, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 57, sito en Av. de los Inmigrantes
1950, 4º piso de esta Ciudad, Secretaría
única a cargo de la Dra. Mercedes M. S.
Villarroel, cita y emplaza por el término de
treinta días a herederos y acreedores de DE
LA PUENTE MARIA TERESA JORGELINA.
Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 13 de febrero de 2014
Mercedes M. S. Villarroel, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 59, Secretaría Única, sito en
avda. de los Inmigrantes 1950, piso 5º, de
esta ciudad, cita y emplaza por treinta días a
herederos y acreedores de PASCUAL AMÉ-
RICO GENARO BUDANI. Publíquese por
tres días.
C.A.B.A., 6 de agosto de 2014
Santiago Villagrán, sec. int.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 68, a cargo del Dr. Andrés
Guillermo Fraga, Secretaría única a car-
go de la Dra. Graciela Elena Canda, cita y
emplaza por el término de 30 días a he-
rederos y acreedores de Doña TERESITA
LILIANA DIAZ, para que hagan valer sus
derechos. Publíquese por tres días en el
periódico LA LEY.
Buenos Aires, 13 de agosto de 2014
Graciela E. Canda, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 02/09/14
El Juz. Fed. Civ. y Com. Nº 1, Sec. Nº 1 de la
Cap. Fed. hace saber que la Srta. JUAN WU
de nacionalidad china, Pasaporte Chino
Nº G29163483 ha solicitado la concesión de
la Ciudadanía Argentina. Se deja constancia
que deberán publicarse por dos días en el
Diario LA LEY.
Buenos Aires, 14 de agosto de 2014
Ana Laura Bruno, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 01/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil y Comercial Federal Nº 10, secre-
taría Nº 19, sito en Libertad 731 9º Piso de
esta ciudad, informa que la Sra. MICHE-
LLE STHEPHANY ZABALETA GUTIE-
/thomsonreuterslaley @TRLaLey
RREZ de nacionalidad Boliviana con D.N.I.
Nº 94.226.258 ha iniciado los trámites
tendientes a obtener la ciudadanía argen-
tina. Por ello cualquier persona que tuviere
conocimiento de algún acontecimiento que
estimara podría obstar a dicha concesión,
deberá hacerlo saber a este Juzgado. Publí-
quese por dos días.
Buenos Aires, 1 de abril de 2014
Roberto S. Muzio, sec.
LA LEY: I. 29/08/14 V. 01/09/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 49, a cargo del Dr. Osvaldo Onofre
Álvarez, Secretaría a cargo de la Dra. Viviana
Silvia Torello, cita y emplaza por 30 días a
herederos y acreedores de RAUL ROBERTO
PEREZ. El presente edicto debe publicarse
por tres (3) días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 12 de agosto de 2014
Viviana Silvia Torello, sec.
LA LEY: I. 28/08/14 V. 01/09/14
43939/2014 BERUTTI, HUGO LUIS s/
SUCESION AB-INTESTATO. Juzgado Na-
cional de Primera Instancia en lo Civil Nº 51,
Secretaría Unica, sito en Uruguay 714, Piso
2º, Capital Federal, cita y emplaza por treinta
días a herederos y acreedores de BERUTTI,
HUGO LUIS, a efectos de estar a derecho. El
presente edicto deberá publicarse por tres
días en “LA LEY”.
Buenos Aires, 17 de julio de 2014
María Lucrecia Serrat, sec.
LA LEY: I. 28/08/14 V. 01/09/14
44901/2014 COCA, ALICIA BEATRIZ s/SU-
CESION AB-INTESTATO. El Juzgado Na-
cional de Primera Instancia en lo Civil Nº 67,
a cargo de la Dra. Marcela Eiff, Secretaría
Única, a cargo de la Dra. Paula Andra Castro,
cita y emplaza a los herederos y acreedores
de ALICIA BEATRIZ COCA, por el término
de treinta días a efectos de hacer valer sus
derechos. Publíquese por tres días en el dia-
rio LA LEY.
Buenos Aires, 14 de agosto de 2014
Paula Andrea Castro, sec.
LA LEY: I. 28/08/14 V. 01/09/14
El Juz. Fed. Civ. y Com. Nº 1, Sec. Nº 1 de
la Cap. Fed. hace saber que la Sra. RIMA
YARKASS de nacionalidad libanesa, DNI
93.134.090 ha solicitado la concesión de la
Ciudadanía Argentina. Se deja constancia
que deberán publicarse por dos días en el
diario LA LEY.
Buenos Aires, 13 de agosto de 2014
Ana Laura Bruno, sec.
LA LEY: I. 28/08/14 V. 29/08/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 20, Secretaría única a mi car-
go, cita y emplaza por 30 días a herederos y
acreedores de RICARDO PEDRO DODERO
y CELIA MARÍA TERESITA FERNÁNDEZ a
efectos de hacer valer sus derechos. Publí-
quese por 3 días.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2014
Juan Carlos Pasini, sec.
LA LEY: I. 27/08/14 V. 29/08/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 29, Secretaría Única, Ca-
pital Federal, cita y emplaza por treinta
días a herederos y acreedores de RAUL
ALBERTO SCALESE a los efectos de que
comparezcan a hacer valer sus derechos.
El presente deberá publicarse por tres días
en La Ley.
Buenos Aires, 17 de julio de 2014
Claudia Alicia Redondo, sec. int.
LA LEY: I. 27/08/14 V. 29/08/14
41996/2014 TAMAMIAN, ANA s/SUCE-
SION AB-INTESTATO. El Juzgado de Pri-
mera Instancia en lo Civil Nº 46, Secretaría
Única de la Capital Federal, cita y emplaza
por el término de 30 días a herederos y
acreedores de ANA TAMAMIAN. Publíque-
se por 3 días en La Ley.
Buenos Aires, 10 de julio de 2014
Damián Esteban Ventura, sec.
LA LEY: I. 27/08/14 V. 29/08/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 79, Secretaría Única, sito en Av.
de los Inmigrantes Nº 1950 P. 5º de CABA,
cita y emplaza por treinta días a eventuales
herederos y acreedores de STELLA MARIS
VISCIGLIA. Publíquese por tres días en el
diario LA LEY.
Buenos Aires, 2 de julio de 2014
Paula E. Fernández, sec.
LA LEY: I. 27/08/14 V. 29/08/14