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RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR


Desde el punto de vista general, la responsabilidad puede ser definida como la
sujeción de un individuo a una determinada sanción como como consecuencia del
incumplimiento de una norma jurídica.
Por responsabilidad del deudor puede entenderse la especial circunstancia, que de
acuerdo con la ley, por la cual todos los bienes del deudor funcionan como garantía
de los créditos de sus acreedores, es decir todos los bienes del deudor garantizan los
créditos de sus acreedores; y conlleva la idea de la seguridad que ofrece a los
acreedores los bienes (patrimonio) del deudor.
Los artículos 1.863 y 1.864 del Código Civil Venezolano determinan el alcance de la
responsabilidad patrimonial del deudor.
Artículo 1.863 del CCV: el obligado personalmente está sujeto a cumplir su
obligación con todos sus bienes habidos y por haber.
Artículo 1.864 del CCV: los bienes del deudor son la prenda común de sus deudores,
quienes tienen en ellos un derecho igual; si no hay causas legitimas de preferencias.
Las causas legítimas de preferencias son los privilegios y las hipotecas.
Tales dispositivos son la fundamentación de la responsabilidad patrimonial, es decir,
de la sujeción a los efectos reactivos del ordenamiento jurídico contra la conducta
adversa a la prescrita por un deber jurídico.

Dicho en otros términos, los artículos citados cumplen la misión de estatuir que los
bienes o más concretamente, el conjunto de relaciones jurídico-patrimoniales insertas
en el activo patrimonial del obligado se hallan expuestos al poder de agresión del
sujeto pretensor, dada la hipótesis de una conducta del obligado, contraria al deber
que gravita sobre sí.

Una persona (el deudor), en consecuencia, responde con todos sus bienes cuando su
actuación o su omisión constituyen el presupuesto de una sanción. En la esfera de la
responsabilidad contractual, por ejemplo, tal conducta se materializa en el
incumplimiento de la prestación involucrada en la relación jurídica nacida del
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contrato. Ante esa eventualidad surge un "poder de agresión" del acreedor contra los
bienes del obligado insertos en su patrimonio, el cual lo autoriza para obtener un
pronunciamiento de los organismos jurisdiccionales competentes, encaminado a
lograr la suma de dinero suficiente para resarcir el daño experimentado. En el área del
hecho ilícito extracontractual, la conducta del autor material del daño permite dirigir
contra él una sanción que se resuelve por lo regular, y en último término, en la
ejecución de bienes suficientes del patrimonio para colmar las pretensiones del
damnificado (resarcimiento del daño).

La responsabilidad, por ello; está condicionada al incumplimiento de un deber a cargo


del deudor. Para la doctrina tradicional, la responsabilidad es una verdadera
obligación que permite al acreedor agredir los bienes (patrimoniales) del deudor si el
cumplimiento voluntario no se ha producido. El resarcimiento de los daños, mediante
el pago de una suma dineraria, operará por vía de un pronunciamiento judicial (de
condena) realizable sobre los bienes del deudor. Pero no únicamente sobre los bienes
que existían para el momento en que nació el deber de prestar, sino, también, sobre
aquellos que se hallen en el patrimonio al llevar a cabo la ejecución. De esta manera,
la garantía jurídica representada por elementos económicamente valorables se
actualiza en virtud de las acciones conferidas al acreedor.

LOS PRIVILEGIOS.

Lo expuesto anteriormente en relación a la responsabilidad del deudor no significa


que todos los bienes incorporados al patrimonio queden sometidos a las reglas típicas
de la responsabilidad.

El ordenamiento jurídico permite sustraer uno o varios bienes a las consecuencias


apuntadas (así los inembargables y los declarados, en general, fuera de la "prenda
común" de los acreedores); como por ejemplo existen ciertos bienes de deudor que
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jamás pueden ser tocados por sus acreedores como lo son el lecho, la ropa del deudor
y su familia, instrumentos de trabajo, entre otros.

Por otra parte, es posible que ciertos bienes del deudor sólo puedan ser tomados para
el cumplimiento de determinadas obligaciones, como las libretas de ahorro bancarias,
hasta cierto monto inembargables, salvo para cubrir deudas por concepto de pensión
alimentaria. O la excepción contenida en el artículo 91de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela que textualmente establece: “…El salario es
inembargable….salvo la excepción de la obligación alimentaria, de conformidad con
la ley.”

Por último, puede suceder que determinados bienes del deudor (y no todos)
garanticen determinadas obligaciones (y no todas) hacia determinados acreedores (no
todos), como es el caso del heredero a beneficio de inventario.

Concepto.
Es la prerrogativa o gracia, es decir, la “prelación” de un crédito sobre otro, que debe
constar en documento dónde se señale la concesión de esa superioridad jurídica.

Definición Legal de Los Privilegios


Contenida en el Artículo 1.866 CCV, el cual dispone lo siguiente: Privilegio es el
derecho que concede la Ley a un Acreedor para que se le pague con preferencia en
consideración de la causa de un crédito.
En atención a la norma transcrita, el acreedor privilegiado es aquel acreedor que por
disposición expresa de la ley es puesto por encima de otros acreedores para la
satisfacción de su crédito, tomando en consideración la razón por la cual se contrajo
la obligación. Los privilegios cumplen una función de garantía y son accesorios del
derecho de crédito.

Privilegios sobre bienes muebles (Artículo 1.869 CCV)


Se clasifican en Privilegios Generales y en Privilegios Especiales.
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1. Privilegios generales: Comprenden todos los Bienes Muebles del deudor, en


consecuencia, determinados acreedores; por Ley tienen prelación sobre ciertos
géneros de bienes, particularmente sobre bienes muebles. Se ejecutan sobre todos
los bienes muebles del deudor y no atribuyen al acreedor un derecho de
persecución sobre los mismos. (Artículo 1.870 CCV). El Acreedor Privilegiado
no puede ejercitar su privilegio sobre los bienes muebles del deudor que salgan
del patrimonio de éste. Tienen este privilegio general los créditos derivados
por:
 Los gastos de justicia sobre muebles.
 Los gastos funerales del deudor, esposa e hijos,
 Por los gastos de última enfermedad.
 Por los salarios debidos al servicio doméstico.
 Por los gastos de alimentos al deudor en los últimos seis meses.
 Por los impuestos al año corriente y al precedente.
2. Privilegios especiales: Son aquellos que afectan a determinados muebles y que se
refieren en las ejecuciones crediticias concurrentes, a la prelación sobre bienes en
concreto, como los de los “acreedores pignoraticios” sobre las prendas
respectivas (Artículo 1.871 CCV). Tienen este privilegio los créditos derivados
por:
 Los créditos prendarios sobre los muebles dados en prenda.
 Los créditos por construcción, conservación y mejora de un objeto mueble,
sobre ese objeto en “poder” del acreedor.
 Las cantidades debidas por semillas y cultivos.
 Los alquileres de inmuebles a favor del arrendador por los daños causados en
la cosa, por reparaciones locativas, y por lo demás relativo al cumplimiento
del contrato.
 El haber de los posaderos por el hospedaje, sobre los “efectos” del huésped
existentes en la posada.
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 Por los gastos de transporte, sobre los bienes transportados, que estén en
“poder” del conductor.
 Los créditos por rentas, sobre los frutos del fundo enfitéutico.
 Las cantidades que deben responder los empleados públicos por su oficio,
sobre sus sueldos que se les deban.
 Los sueldos de los empleados de una casa de comercio, en caso de quiebra,
sobre los muebles de dicha empresa.

Privilegios sobre bienes inmuebles.


Están contenidos en los Artículos 1.874, 1.875 y 1.876 CCV.

El artículo 1.874 del CCV señala que goza de privilegio sobre un inmueble del
deudor, el crédito derivado por los gastos hechos en beneficio común de los
acreedores, p.ej., en el embargo, depósito o remate.

El artículo 1.875 del CCV establece que los créditos fiscales por contribución
territorial del año corriente y del anterior sobre los inmuebles objeto de ella; y por los
“derechos de sucesión”. Son privilegios regulados sobre inmuebles, por créditos
causados por gastos que beneficien a varios acreedores en un embargo, depósito o
remate judicial. El privilegio lo tiene el acreedor embargante que adelantó los gastos
de ejecución, sobre el resto de los acreedores.

El Artículo 1.876 dispone: Tendrá privilegio sobre un inmueble el crédito


proveniente de los gastos hechos en beneficio común de los acreedores en su
embargo, depósito o remate.
Estos privilegios al igual que los privilegios sobre bienes muebles se clasifican en
generales y especiales y se reducen a tres grandes grupos especificados en los tres
Artículos señalados in – supra.
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La Ley del Concurso u Orden de Prelación de los Acreedores al cobrar

A. El legislador prevé que primero concurren al cobro los acreedores privilegiados


cuyos créditos derivan tal carácter por mandato o voluntad de la ley. Satisfarán
sus créditos, con preferencia a los acreedores quirografarios e incluso, a los
hipotecarios o prendarios.
B. En segundo lugar, se presentan al cobro los acreedores hipotecarios o
prendarios. Los créditos hipotecarios derivan su naturaleza por la voluntad de las
partes, p.ej., el contrato de hipoteca; o bien, el contrato de prenda, según el
supuesto normativo. Si el deudor no tiene alrededor de su patrimonio acreedores
privilegiados, concurren al cobro los acreedores hipotecarios o prendarios. O bien,
una vez pagados los créditos privilegiados, o si éstos no los hubiere, se cobrarán
los acreedores hipotecarios o prendarios, es el orden legal.
C. Los últimos en satisfacer sus créditos son los acreedores quirografarios o
comunes. Son aquellos que no tienen ninguna “causa de preferencia” al cobro
sobre los demás acreedores del deudor. Los acreedores quirografarios concurren a
hacer efectivo sus créditos junto a los demás acreedores comunes, en igualdad de
condiciones o derechos, “a prorrata”. Ningún acreedor quirografario podrá
pretender o exigir, de forma válida en derecho, que su crédito se ejecute sobre una
parte o bien diferenciado del patrimonio del deudor. De haber pluralidad de
acreedores quirografarios, sin existir acreedores privilegiados, hipotecarios o
prendarios, los acreedores comunes concurren “a prorrata” a satisfacer sus
créditos sobre cualquier bien propiedad del deudor. Requiere ejercer el cobro
judicial, ora de manera individual, ora de manera conjunta, pero en una misma
fecha. Los acreedores demandarán el pago, y lo obtenido en el remate de los
bienes del deudor, será repartido en proporción a sus créditos. Y si quedan deudas
pendientes por pagar o saldos insolutos, los acreedores sufrirán por igual la
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insolvencia patrimonial del deudor, tendrán que esperar a que su deudor adquiera
bienes de fortuna para lograr hacer efectivo sus créditos. Es la “Ley del
Dividendo”: Los acreedores quirografarios cobran sus acreencias “a prorrata” o
en proporción a sus créditos; ello exige la verificación formal de una obligación
civil, generada por un contrato válido y perfecto, contenido por sus elementos de
existencia y validez

Orden de prelación de los privilegios (ley de concurso de acreedores).


No todos los acreedores privilegiados están en un mismo plano de igualdad. Entre
acreedores privilegiados existe también una prelación determinada por la ley; a
fin de determinar el orden es necesario armonizar las normas de los artículos
1.867, 1.868, 1.872 y 1.873 de CCV, sin olvidar que leyes especiales (Ley
Orgánica de los trabajadores y trabajadoras, Ley Orgánica de Protección al Niño,
Niña y Adolescentes, y otras por ejemplo) continuamente crean privilegios
ordenando lugares determinados para casos específicos en la prelación.
Se trata del orden legal que deben respetar los acreedores privilegiados a la hora
de satisfacer sus créditos sobre los bienes propiedad del deudor.
La ley estipula varias reglas de prelación, a saber:
 De concurrir varios acreedores privilegiados, la prelación al pago, la establece
la Ley, según la calidad del privilegio. (Art.1.867 del CCV) ; de allí que:
 Las cantidades que deban cancelarse por obligación de manutención a
un niño, niña o adolescente; ya que este crédito goza de preferencia
sobre los demás créditos privilegiados (art. 379 LOPNNA).
 El salario, las prestaciones e indemnizaciones o cualquier otro crédito
adeudado al trabajador o la trabajadora con ocasión de la relación de
trabajo, debido a que estos créditos tienen privilegio y preferencia
absoluta sobre cualquier otra deuda del patrono o patrona, incluyendo
los créditos hipotecarios y prendarios (art. 150 LOTT)
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 Los créditos privilegiados de un mismo grado concurren entre sí en


proporción de su monto, es decir a prorrata (art. 1.868 CCV).
 El privilegio general contenido en el ordinal primero del artículo 1.870 del
CCV, relativo a los gastos de justicia hechos en actos conservatorios o
ejecutivos sobre muebles, en interés común de los acreedores; se preferirá
a todos los privilegios especiales expresados en el artículo 1.871 del CCV
(art. 1872 CCV).
 Cuando uno o más privilegios especiales concurren sobre un mismo objeto
la preferencia se ejercerá en el mismo orden en que están el artículo 1.871
(art. 1.873 CCV).
De lo señalado supra tenemos el siguiente orden:
En primer lugar cobraran los acreedores que gocen de privilegios generales.
En segundo lugar cobrarán los acreedores que gocen de privilegios especiales, esto
es, los que recaen sobre determinados bienes muebles propiedad del deudor.
En tercer lugar, Satisfechos los créditos anteriores, y de existir aún disponibilidad o
remanente en la bolsa patrimonial del deudor, acuden a “cobrar” los acreedores cuyos
créditos estén representados en los demás casos u ordinales del Art.1.870 del Código
Civil.
LAS GARANTÍAS
Las garantías son todos los medios que respaldan o aseguran el pago o reembolso de
los créditos otorgados. El requerimiento de garantías para respaldar los créditos que
se otorgan, no está basado en previsión de tener que recurrir a un procedimiento
judicial para obtener el reembolso.

Las garantías son contratos que nos conllevan o presuponen un deber de


cumplimiento, dándole al acreedor un derecho, es decir, una pretensión a la
prestación, debida por el deudor. El cumplimiento o satisfacción de la prestación
depende del sujeto pasivo de la relación jurídica (deudor). Ahora bien por estar
supeditada, la satisfacción del derecho del acreedor a la conducta del deudor, es
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factible que la obligación sea incumplida. En atención a tal situación y previendo la


misma, el legislador ha establecido los instrumentos o normas legales para lograr el
cumplimiento forzoso o coactivo de la obligación.

La garantía es pues la seguridad que un deudor le da a su acreedor para que éste se


sienta protegido en el pago de una obligación principal respaldando la misma con una
garantía que se constituye a favor del acreedor.

Clasificación de las garantías

Se clasifican en dos grupos:

1. SEGÚN LA FUENTE QUE LAS ORIGINA.

a. Legales: Su fuente está en la ley. Ejemplo de esta es la Hipoteca Legal (Art.


1.885 C.C.V.). El menor y el entredicho, sobre los bienes del tutor que se
determina con arreglo de los Arts. 360 y 397 del C.C.V.
 La hipoteca legal general: cuando en ella están comprendidos todos los bienes
del deudor.
 La hipoteca legal especial: que sólo se limita a cosas específicas o
determinadas, la cual ha adoptado el legislador en nuestro Código Civil.
b. Convencionales: Son aquellas que se establecen por la autonomía de la
voluntad de los particulares, su fuente es una manifestación de voluntad de las
partes.
c. Judiciales: Tienen como fundamento una decisión judicial o sentencia
ejecutoriada, definitivamente firme sobre la cual no cabe ningún otro recurso
(Art. 1.886 C.C.V.)

2. SEGÚN SU OBJETO:

a. Garantías personales: aquella que versa sobre las personas. Ej.: La fianza
(Art. 1.804 C.C.V.)
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b. Garantías reales: aquellas que versan sobre bienes. Ej.: La prenda y la


hipoteca (Arts. 1.837 y 1.877 C.C.V.).

GARANTÍAS PERSONALES
Las garantías son en esencia un acto accesorio, cuyo objeto es asegurar el
cumplimiento de una obligación principal. Su subsistencia, por tanto, está ligada a la
existencia de lo principal. En esta forma, además de la obligación personal del deudor
de efectuar el pago, el acreedor obtiene la de un tercero, o la afectación de una cosa
para responder por el cumplimiento, o ambas a la vez. Para el caso específico de una
obligación de carácter crediticio, el fin último de la garantía, es el amparo del crédito
otorgado, disminuyendo así el riesgo de un eventual incumplimiento frente al no
pago. Por tanto, la función de la garantía es asegurar al acreedor el riesgo implícito
en el crédito, es decir, la contingencia de que se produzcan pérdidas como
consecuencia del deterioro de la calidad del préstamo que haya otorgado.
Antes de entrar a definir el significado de garantía personal, se debe entender la
noción de derecho personal, que es simplemente la facultad de que una persona es
titular, en virtud de la cual se le reconoce el poder de exigir a una persona dada una
prestación concreta.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede definir la garantía personal como la
obligación que adquiere un tercero o garante de cancelar la obligación del deudor, en
el evento de que éste incumpla al acreedor.
Clasificación de las garantías personales:
La fianza
La solidaridad pasiva
La cláusula penal
LA FIANZA
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La fianza es una garantía personal accesoria, a través de la cual uno o más sujetos
(fiadores) garantizan el cumplimiento de una obligación ajena (del deudor principal),
comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o en parte, si el deudor
principal no la cumple.

La Fianza es un contrato, mediante el cual, una persona denominada fiador se


compromete con una persona, denominada acreedor, a cumplir la obligación del
deudor en caso de que éste no le cumpla De allí, que quien se constituye en fiador de
una obligación queda obligado a cumplirla si el deudor no la cumple (art. 1.804 CC);
quedando así obligado personalmente a cumplir con todos sus bienes habidos y por
haber, siendo los bienes del fiador prenda común de los acreedores del fiador, de
acuerdo a los artículos 1.863 y 1.864 del Código Civil.

En este concepto podemos apreciar la existencia de tres sujetos bien determinados:


 Un Acreedor
 Un Deudor
 Un Fiador
Estos tres sujetos no intervienen necesariamente en la relación jurídica, ya que, la
relación contractual se da sólo entre el acreedor y el fiador; el deudor no interviene en
el contrato de fianza.
Por lo tanto hay dos contratos:
1) Uno principal: entre el acreedor y el deudor y,
2) Uno accesorio entre el acreedor y el fiador (contrato de fianza).
El artículo 1.806 del C.C.V. expresa: “La Fianza no puede exceder de lo que debe el
deudor, ni constituirse bajo condiciones más onerosas”.
El artículo 1.805 expresa: La fianza no puede constituirse sino para garantizar una
obligación válida.
Sin embargo, es válida la fianza de la obligación contraída por una persona
legalmente incapaz, si el fiador conocía la incapacidad.
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Elementos de la fianza.
Para la existencia del contrato de fianza se requieren todos los elementos necesarios
para la existencia de todo tipo de contrato. Estos elementos son:
 Capacidad para contratar: es la medida de la actitud que tiene un apersona para
gozar de un derecho o para poder ejercer ese mismo derecho. La persona que va a
constituirse en fiador ha de tener capacidad suficiente para ejercer dicha función.
El artículo 1.143 del C.C.V. establece: “ Pueden contratar todas las personas que
no estuvieren declaradas incapaces por la ley”; son incapaces para contratar de
acuerdo a la ley:
 Los menores
 Los entredichos
 Los inhabilitados
 Cualquier otra persona a quien la ley niegue la facultad para celebrar
determinados contratos. (Ej.: institutos de manos muertas, etc.).
 Consentimiento: Debe existir el consentimiento libremente manifestado. La
fianza se perfecciona con el consentimiento. Es un contrato que nace en el
momento en que el fiador se compromete con el acreedor a subsanar una
obligación principal en caso de incumplimiento por parte del deudor. La voluntad
debe estar libre de error, dolo o violencia.
 Objeto: El objeto deber ser posible, lícito, determinado o determinable. Según el
artículo 1.155 del C.C.V.:
 La cosa debe existir
 La cosa debe ser determinada
 La cosa debe pertenecer a quien la transmita.
 Causa lícita: la causa debe ser lícita; el artículo 1.157 del C.C. expresa: “La
obligación sin causa o fundada en una causa falsa o ilícita no tiene ningún efecto.
La causa es ilícita cuando es contraria a la lay, a las buenas costumbres o al orden
público”.
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Extensión de la fianza
El artículo 1.806 de C.C.V., establece que “La Fianza no puede exceder de lo que
debe el deudor ni constituirse bajo condiciones más onerosas. La fianza que
excede de la deuda o que se haya constituido bajo condiciones más onerosas, no
será válida, sino en la medida de la obligación principal”.
Cuando un fiador se obliga, lo hace en referencia a una obligación principal
previamente determinada, debe estar expresamente señalada en el contrato de
fianza. Nunca el fiador podrá comprometerse por una cantidad que exceda el
monto de la obligación principal.

Obligaciones que pueden ser afianzadas.


En principio todas las obligaciones son susceptibles de ser afianzadas, salvo
aquellas que por una causa u otra resultan más onerosas para el fiador que para el
deudor. Al respecto señala el artículo 1.805 del C.C.V. en su encabezamiento que
“la fianza no puede constituirse sino para garantizar una obligación válida”. En tal
sentido hay que observar las reglas siguientes:
1. Si la obligación principal es atacada de nulidad absoluta, la fianza también
será nula.
2. Si la obligación principal está viciada de anulabilidad o nulidad relativa, la
obligación accesoria (Fianza) será válida mientras no se decrete la nulidad de
la obligación principal, la cual también es válida y surte sus efectos mientras
no se haya decretado su nulidad por el Juez respectivo. Si el deudor confirma
la obligación principal, igualmente la obligación del fiador quedará
confirmada.
3. La Ley nos trae una excepción a la regla antes comentada, al decir que, sin
embargo es válida, la obligación del fiador (fianza) contraída por una persona
legalmente incapaz, si el fiador conocía la incapacidad.
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Requisitos o cualidades del fiador (art. 1.810 del CC)


El fiador debe reunir las siguientes cualidades:
 debe ser capaz de obligarse y no gozar de ningún fuero privilegiado.
 Que esté sometido o que se someta a la jurisdicción del Tribunal que conocería
del cumplimiento de la obligación principal.
 Debe poseer bienes no embargados y no litigiosos suficientes en la Republica
para responder de la obligación

LA PROMESA DE FIANZA.
Cuando decimos que la fianza es un contrato consensual estamos señalando que
basta la simple manifestación de voluntad por parte del fiador y la aceptación por
parte del acreedor para que ese contrato quede perfeccionado, no obstante, que la
ley señala que la fianza debe ser expresa; quiere decir, cuando una persona
promete constituirse en fiador de una futura obligación y el acreedor acepta ese
ofrecimiento, automáticamente queda constituida la fianza.
Existe promesa de fianza en dos situaciones:
1. En el acto mediante el cual una persona promete constituirse en fiador de una
determinada obligación. Esta promesa al ser aceptada por el acreedor, ya se
constituye en una verdadera fianza.
2. En el acto mediante el cual una persona el deudor promete o se obliga para
con el acreedor a conseguir un fiador. En este caso sí nos encontramos con la
verdadera promesa de fianza. Esta promesa del deudor, puede ser en función
de dos tipos de personas:
a. En función de una persona determinada: en este caso el deudor le
promete al acreedor una persona determinada; esta persona debe reunir
los requisitos establecidos por la Ley (Art. 1.810 C.C.V.), sólo que es
el acreedor quien está obligado a comprobar o constatar si el fiador
reúne las condiciones y requisitos exigidos por él como acreedor y por
la Ley.
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Cuando se haya exigido o pactado fianza, de un apersona determinada


la insolvencia de ésta no obligará al deudor a dar una nueva fianza. El
acreedor quien exige el fiador, lo exige y pacta con él, si éste fiador se
insolventa, no es culpa del deudor y no se podrá exigir una nueva
fianza.
b. En atención de una persona indeterminada: En este caso el deudor
promete al acreedor conseguir un fiador (una persona desconocida);
para el momento es una persona indeterminada. Esta persona debe
reunir tres requisitos para sea considerada como fiador, los cuales
están contemplados en el artículo 1.810 C.C.V.

GARANTÍAS REALES
Las garantías reales son aquellas con las cuales se asegura el pago de la obligación
principal con uno o varios bienes, que pueden ser del deudor o de un tercero.
En la garantía real el acreedor tiene un derecho de preferencia sobre el bien o bienes
afectados, para el cumplimiento de la obligación principal. En la garantía real no hay
patrimonio afectado, lo que hay son bienes específicos afectados, sobre los cuales el
acreedor tiene ventajas con respecto a otros acreedores del deudor.
Las garantías son accesorias, su existencia depende de una obligación principal; por
lo tanto, como accesorias que son, siguen la suerte de esa obligación principal. Las
garantías reales aumentan el poder de agresión del acreedor insatisfecho: por una
parte, el acreedor garantizado, gracias a su derecho de preferencia, escapa a la ley de
concurso con todos los acreedores, y por otra parte, en virtud de su derecho de
persecución, puede ejecutar el bien aunque no se encuentre en el patrimonio del
deudor.
En las garantías reales se afecta el cumplimiento de la obligación de un bien
determinado, sea mueble o inmueble, en virtud de lo cual se otorga al acreedor el
derecho de perseguir ese bien, en manos de los terceros que se encuentra.
Efectos de las garantías reales
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El efecto fundamental de las garantías reales es el de transformar a los acreedores


garantizados en acreedores preferenciales. En tal sentido, satisfacen su crédito antes
que los acreedores desprovistos de garantía. Esto es posible mediante la derogación e
inaplicación del principio según el cual todos los acreedores gozan de derechos
iguales sobre los bienes de su deudor común, es decir, que mediante los derechos
reales de garantías se deroga el principio general de igualdad en el pago, consagrado
por la ley. Pero es bueno aclarar que el bien o bienes afectados a un crédito siguen
siendo la prenda común de todos los acreedores, porque en caso de incumplimiento
del crédito garantizado este bien o bienes serán rematados para el pago de todos los
acreedores, solo que los acreedores que tienen garantía real cobraran primero que el
resto de los acreedores que no tienen garantías, es decir, que estos acreedores
cobraran su crédito de la parte restante que quede después de haberse satisfecho el
pago de los acreedores preferenciales.
Publicidad de las garantías reales
La publicidad de las garantías está íntimamente ligada a la vinculación y reserva de la
cosa dada en garantía, hasta el momento de su ejecución porque es eso lo que
posibilita el funcionamiento practico y eficaz de las garantías reales, y además,
permite el conocimiento que de tal vinculación puedan tener los terceros interesados.
Porque los acreedores quirografarios del deudor deben estar sumamente interesados
en saber cuáles de los bienes del deudor han sido concedidos en garantía, y hasta que
cantidad, pues de esa forma podrán saber a qué atenerse, en cuanto a la constitución
de cargas que graven el patrimonio de su deudor.
Por otra parte de esta forma evitarían ser sorprendidos y engañados, al oponerse en
contra de su derecho a ser pagado con cualquier bien de su deudor, una garantía
simulada, o que un acreedor fraudulento garantizado pretendiera obtener una cantidad
mayor de la cantidad por la que originalmente se constituyó la garantía.
La publicidad también interesa a los acreedores preferenciales o a quienes tengan
aspiración de serlos, para conocer con exactitud el estado en que se encuentra el
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patrimonio del deudor, y además saber si el bien que está destinado a la garantía
puede estar afectado por otras cargas.

PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESIÓN


Es un contrato, mediante el cual, una persona denominada Deudor o un tercero da en
garantía a otra persona denominada Acreedor, bienes muebles o inmuebles, en
seguridad de un crédito, los cuales quedan en poder del Deudor o del tercero
constituyente, con la obligación de conservarlos, mantenerlos, repararlos, con derecho
a servirse de ellos conforme a su destino con la diligencia de un Buen Padre de
Familia.
Su importancia desde el punto de vista económico es que establece y regula éste tipo
de garantía, para facilitar una fuente de crédito, con la importante característica, de
que no desposesiona al dueño de los bienes gravados. Este crédito guarda relación
con el contenido del Artículo 1.842 del CCV.
La ley crea la prenda sin desplazamiento de posesión a fin de permitir el gravamen de
ciertos bienes inmuebles que no pueden ser sustraídos del artículo 794 C.C. pero
respecto de los cuales es imposible o inconveniente exigir que el propietario se
desposea para gravarlos.
En efecto tales bienes, por una parte, no son susceptibles de perfecta
individualización; pero por otra, constituyen elementos de trabajo o producción del
deudor que requieren cuidados especiales y atenciones en orden a su conservación y
mantenimiento, tiene condición futura o se encuentran en otras circunstancias que
hacen muy difícil el desplazamiento posesorio.
Bienes susceptibles de prenda sin desplazamiento.
 Los frutos pendientes y las cosechas esperadas.
 Los frutos o productos ya cosechados o separados del suelo.
 Los animales de cualquier especie, así como sus crías y productos derivados.
 Los productos forestales cortados o por cortar.
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 Las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos de las


explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
 Las máquinas y demás bienes muebles que cuenten con suficiente
identificación por razón de sus propias características, tales como marca,
modelo, número de fábrica u otras semejantes.
 Las mercaderías, productos elaborados y materias primas almacenadas.
 Objetos de valor artístico, científico o histórico, como cuadros, tapices,
esculturas, armas, muebles, porcelanas, libros o similares.

BIBLIOGRAFÍA

RODRÍGUEZ FERRARA, Mauricio. “Obligaciones. 3ª Edición. Editorial Livrosca.


Caracas, 2.007.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1.999

Código Civil Venezolano.

Ley Orgánica de Protección al Niño, Niña y adolescente.

Ley Orgánica de los Trabajadores y Trabajadoras.

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