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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO PROCESAL LABORAL

VENEZOLANO

Los principios procesales laborales son aquellas reglas de valoración que se


deducen del ordenamiento jurídico adjetivo laboral y que sirven de fundamento para
la interpretación y aplicación de las normas procesales en atención a un criterio
axiológico primario como lo es la realización de la justicia.

Principio de Autonomía, imparcialidad y especialidad de la jurisdicción


laboral

Se sigue la orientación establecida en la Disposición Transitoria Cuarta, numeral 4º


de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que establece que
dentro del primer año la Asamblea Nacional aprobará:

Una Ley Orgánica Procesal del Trabajo que garantice el funcionamiento de una
jurisdicción laboral autónoma y especializada. Se les otorga a los órganos
jurisdiccionales del trabajo la facultad para conocer exclusivamente de todos
aquellos asuntos de carácter contencioso que se produzcan con relación al hecho
social trabajo. Se desarrolla la idea de autonomía y especialidad de la jurisdicción
laboral al establecer que conocerán en primera instancia los Tribunales de
Sustanciación, Mediación y Ejecución y los de Juicio y las Cortes Superiores del
Trabajo de las respectivas circunscripciones o circuitos judiciales en segunda
instancia.

Igualmente, la autonomía e independencia de la jurisdicción del trabajo la garantiza


la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia, con competencia material en la
problemática laboral. Por otra parte, la jurisdicción laboral será ejercida por los
tribunales del trabajo previstos en la ley con competencia especializada en materia
laboral y con autonomía e independencia de los otros órganos del Poder Judicial.

Principio de Gratuidad

El Principio de gratuidad también de rango constitucional se encuentra establecido


inicialmente en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus
artículos 26 y 254, en su última parte el Artículo 26 señala en la parte final lo
siguiente: …El Estado garantizara una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismo o reposiciones inútiles; y el artículo 254 así
mismo señala la gratuidad al establecer su independencia financiera y que el poder
judicial no está facultado para establecer tasas, aranceles, ni exigir pago alguno por
sus servicios.

En este mismo orden de ideas la nueva Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras
y los Trabajadores en su artículo 11 estipula que la justicia laboral es gratuita tanto
en sede judicial como en sede administrativa del trabajo. En consecuencia, no se
podrán establecer tasas, aranceles ni exigir ni recibir pago alguno por su servicio.
Los registros públicos y notarías públicas no podrán cobrar tasas, aranceles ni exigir
pago alguno en los casos de otorgamiento de poderes y registros de demandas
laborales.

De igual forma este principio de gratuidad se encuentra contemplado en la Ley


Adjetiva Procesal Laboral, de modo tal que se está en presencia de un principio que
al ser de rango constitucional pasa a estar inmerso en la ley especial del trabajo
siendo de forma obligatoria su cumplimiento.

Principio de Oralidad

La Ley Orgánica Procesal del Trabajo desarrolla el principio constitucional de la


oralidad en su artículo 3 al establecer: “El proceso será oral, breve y contradictorio,
solo se apreciarán las pruebas incorporadas al mismo conforme a las disposiciones
de esta Ley, se admitirán las formas escritas previstas en ella”

En este sentido la oralidad se entiende como un instituto procesal fundamental, en


virtud del cual el proceso judicial del trabajo sea un instrumento que permita la
efectiva realización de la justicia y el cumplimiento del fin social de la misma. La Ley
sigue la tendencia casi universal de sustituir el proceso escrito por un procedimiento
oral, breve, inmediato, concentrado y público que permita efectivamente la
aplicación de la justicia laboral en el área de los derechos sociales.

La estructura fundamental del proceso laboral reglamentado en la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, descansa sobre la base del principio de la oralidad,
establecida tanto en el artículo 257 como en la Disposición Transitoria Cuarta,
numeral 4º de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Principio de Inmediación

El juicio oral se materializa a través de las audiencias sea ésta la audiencia


preliminar o sea la audiencia de juicio. Por su parte, la inmediación a su vez es
esencial al juicio oral pues el debate entre las partes como la evacuación de las
pruebas en el proceso deben ser incorporadas en la misma audiencia, es decir, de
manera inmediata.

El otro aspecto resaltante de este principio es que el Juez o Jueza debe participar
personal y activamente en la evacuación de la prueba, a los fines de poderse formar
personalmente un juicio valorativo de los argumentos y alegatos de las partes como
de las pruebas evacuadas en la audiencia, y poder juzgar personalmente en base
a la sana crítica resultante del debate procesal.

Principio de Concentración

Este principio se fundamenta en que en una misma audiencia debe concentrarse


tanto la persona del Juez o Jueza que va a dirigir el debate y producir la sentencia,
como la comparecencia de las partes y la evacuación de todas las pruebas, esto
con el propósito de evitar retardos innecesarios y garantizar por parte del juzgador
un conocimiento personal, directo, actual del debate procesal y poder obtenerse así
una sentencia inmediata y en base a la percepción que el Juez o Jueza haya tenido
del juicio.

La concentración dentro del proceso oral, supone la acumulación de alegatos,


pruebas y decisión en el debate oral, este principio procura la supresión de largas
etapas procesales y de sus distintas fases para que el proceso alcance su resultado
o desenlace en el menor tiempo posible.

Principio de Publicidad

Establece el artículo 4 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que los actos del
proceso serán públicos, salvo que expresamente esta Ley disponga lo contrario o
el tribunal así lo decida, por razones de seguridad, de moral o de protección de la
personalidad de alguna de las partes. En este sentido la LOPT indica que los actos
del proceso serán públicos, pero se procederá a puerta cerrada en la audiencia
preliminar para facilitar la posibilidad de mediación y conciliación o por razones de
decencia pública cuando así lo considere el Juez.

Los estudiosos del Derecho Procesal coinciden al señalar que este principio permite
la transparencia del proceso jurisdiccional y la participación ciudadana en la
administración de justicia. De modo que, cuando se habla de publicidad se está en
presencia de la transparencia del proceso y la participación de todas aquellas
personas que tengan interés en presenciar las audiencias y demás actos, lo que se
traduce en una forma de control por parte de la sociedad civil en la administración
de justicia.
Es de resaltar que el principio de publicidad, es un principio procesal de carácter
eminentemente político, que se funda en la conveniencia del control popular en la
administración de justicia. La publicidad es un modo de controlar la falibilidad de los
jueces.

Principio de Brevedad

Este principio de brevedad se encuentra establecido en el artículo 3 de la LOPT al


señalar que el proceso será oral, breve y contradictorio, a diferencia del sistema
actual escrito, lento, burocrático y tardío en donde la causa se sustancia con relativa
brevedad pero la sentencia se produce con excesivo retardo, esta Ley procesal
laboral permite resolver la controversia en un lapso no mayor de seis meses
concluida la sustanciación, tanto en primera como en segunda instancia, incluyendo
casación. Es así por lo que esta ley establece un procedimiento breve y uniforme
que permite la decisión inmediata de la causa en forma oral.

Principio de Rectoría del Juez o Jueza en el proceso

El Juez de trabajo, en el cumplimiento de su delicada misión, asume el carácter de


quien tiene el deber de buscar e inquirir la verdad por todos los medios posibles esto
significa que es el Juez o Jueza quien gobierna o rige el proceso. En este caso el
Juez o Jueza va a participar directa y personalmente, y no a través de
intermediarios; en la sustanciación del proceso y en el debate procesal
correspondiente todo bajo su absoluta y personal dirección, resolviendo las
incidencias que pudieran presentarse de acuerdo con la normativa establecida en
la Ley o en su defecto de acuerdo a los criterios que éste establezca a fin de
garantizar la consecución de los fines fundamentales del proceso.

Esta amplia facultad de dirección y de participación en el proceso no puede constituir


motivo de escándalo para las modernas corrientes del derecho Procesal, pues los
poderes inquisitorios del Juez en la averiguación de la verdad tienden a expandirse
con el avance gradual de la naturaleza pública del proceso civil hasta el extremo de
que en muchos casos se acerca a los del Juez penal, como se constata en los
llamados procesos inquisitorios como la interdicción o la in habilitación, que pueden
ser promovidos de oficio, y en todos aquellos conflictos relativos al estado y
capacidad de las personas en los cuales el interés público permite ampliar los
poderes del Juez.

Al respecto el artículo 6 de la ley adjetiva procesal dispone: “El Juez es el rector del
proceso y debe impulsarlo de oficio o a petición de parte hasta su conclusión”.
Haciendo un recuento por el código de procedimiento civil se observa que se ordena
al Juez, de oficio o a petición de parte, proveer la continuación de una causa que se
encuentre en suspenso, caso en el cual procede la notificación de las partes, sin
que corra término alguno hasta que no conste haberse cumplido con esa diligencia.
La indiferencia del Juez, unida a la negligencia o a la desidia de las partes, era
fuente de grandes retardos en la marcha de los procesos. Hoy, el Juez no está
obligado a tolerar, como un simple espectador, la paralización del juicio, sino que
debe impulsarlo hasta su conclusión, aún sin el concurso de las partes.

Principio de contrato de trabajo

El contrato de trabajo es consensual, aunque de preferencia debe ser celebrado por


escrito. Se considera en principio celebrado por tiempo indeterminado, pero también
puede ser por tiempo determinado o para una obra determinada.

En Derecho laboral, el Principio de Primacía de la Realidad significa que en caso de


discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de los documentos o
acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que sucede en el
terreno de los hechos. (siempre que sea en beneficio del trabajador) o del jefe.

Este criterio se fundamenta en la inferioridad del trabajador, quien puede ser objeto
de abusos que solo pueden subsanarse con la primacía de los hechos sobre las
formas, las formalidades. La principal manifestación de este criterio se da cuando
se trata de disimular a un trabajador subordinado bajo la apariencia de ser un
trabajador independiente contratado a honorarios. Los desajustes entre los hechos
y la forma pueden tener distintas causas:

a) Intención deliberada de fingir o simular una situación jurídica distinta de la real.

b) Provenir de un error.

c)Por falta de actualización de datos.

d)Falta de cumplimiento de requisitos formales.

Principio de libre convicción de la prueba por el juzgador

El estudio de los sistemas de valoración de la prueba conlleva a la determinación


de la eficacia que tienen éstos al momento de la apreciación de los medios de
prueba, es decir, señalar con exactitud cómo gravitan y qué influencias ejercen los
mismos sobre la decisión que el Juzgador debe pronunciar. Por lo tanto, la actividad
de valoración de la prueba que desarrolla el Juez previa a su sentencia se enmarca
en diversos sistemas, entre los cuales se puede mencionar: el sistema legal o de la
prueba tarifada y el sistema de la libre apreciación de la prueba o de la sana crítica,
donde este último es adoptado por varias legislaciones.

En lo que respecta a Venezuela, el legislador adopta un sistema mixto referente a


la forma de valoración de la prueba debido a que, en el Código de Procedimiento
Civil, en su artículo 507 ha previsto una modificación sustancial al establecer que "a
menos que exista una regla legal expresa para valorar el mérito de la prueba, el
Juez deberá apreciarla según las reglas de la Sana Crítica”, dejando de este modo
la parcial aplicación del rígido sistema tarifado. Así pues, en materia laboral la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, establece su propio método de valoración de la
prueba, en su artículo 10, señalando que "Los Jueces aprecian las pruebas
basándose en la sana crítica; en caso de duda, preferirán la valoración más
favorable al trabajador”, de lo cual se deduce que el sistema de la Sana Crítica se
aplica en jurisdicción laboral a todo tipo de medio probatorio, aun cuando tenga
signada una tarifa legal en otras leyes.

Principio de Uniformidad Procesal

Siguiendo el mandato estipulado en el artículo 257 de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela el cual establece que el proceso constituye un
instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales
establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un
procedimiento breve, oral y público; es por lo que la ley procesal laboral venezolana
establece un procedimiento uniforme, oral, breve, público y contradictorio para todos
los conflictos judiciales que sean competencia de la jurisdicción laboral.

Así se entiende, que a través de este único y uniforme proceso laboral, se


resolverán todos aquellos asuntos contenciosos del trabajo que no tengan atribuida
su resolución a la conciliación y al arbitraje; Como, por ejemplo: demandas por
prestaciones sociales y otros derechos derivados de la relación laboral, demandas
con ocasión de accidentes o enfermedades profesionales, demandas por daño
material o moral, entre otros.

También se contemplan la sustanciación y decisión por un mismo procedimiento de


las demandas relativas a la estabilidad laboral prevista en la Ley Orgánica del
Trabajo y las acciones laborales relativas a calificación de despido o reenganche
por inamovilidad consagrada también en la Ley Orgánica del Trabajo.

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