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“Bioelemento” es un término utilizado para referirse a los

principales elementos químicos que componen a los seres vivos.


En algunas clasificaciones, estos son divididos en elementos
primarios y en elementos secundarios.

De los 87 elementos químicos que se conocen, solo 34 componen


a la materia orgánica, y se sabe que 17 de estos 34 son
verdaderamente indispensables para la vida. Además, de estos 17
elementos indispensables, cinco constituyen más del 90% de la
materia que compone a los organismos vivos.

La tabla periódica de los elementos, se señalan los bioelementos primarios y los


secundarios también (Fuente: Alejandro Porto [CC BY-SA 3.0
(https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)] vía Wikimedia Commons)
Los seis elementos principales en la materia orgánica son el
hidrógeno (H, 59%), el oxígeno (O, 24 %), el carbono (C, 11%), el
nitrógeno (N, 4%), el fósforo (P, 1%) y el azufre (S, del 0,1 al
1%).

Estos porcentajes reflejan la cantidad de átomos de cada elemento


respecto a la cantidad total de átomos que constituye a las células
vivas y estos son los que se conocen como “bioelementos
primarios”.
Los bioelementos secundarios se encuentran en mucha menor
proporción y son el potasio (K), el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el
calcio (Ca), el molibdeno (Mo), el flúor (F), el Cloro (Cl), el sodio
(Na), el yodo (I), el cobre (Cu) y el Zinc (Zn).

Los elementos secundarios usualmente son cofactores en


reacciones catalíticas y participan en numerosos de los procesos
bioquímicos y fisiológicos inherentes a las células de los
organismos.

Índice del artículo [Mostrar]

Bioelementos primarios
Los átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno son la base
estructural de las moléculas que componen la materia orgánica,
entretanto el nitrógeno, el fósforo y el azufre interactúan con las
diferentes biomoléculas para provocar reacciones químicas.

Hidrógeno
El hidrógeno es un elemento químico que existe en forma gaseosa
a temperatura ambiente (25 º C), solo puede existir en estado
sólido o líquido a temperatura ambiente cuando se encuentra
enlazado a otras moléculas.
Se piensa que los átomos de hidrógeno estuvieron entre los
primeros átomos que formaron el universo primitivo. Las teorías
que se manejan proponen que los protones contenidos en el
núcleo de los átomos de hidrógeno comenzaron a asociarse con los
electrones de otros elementos para formar moléculas más
complejas.

El hidrógeno puede combinarse químicamente con casi cualquier


otro elemento para formar moléculas, entre las cuales destacan el
agua, los carbohidratos, los hidrocarburos, etc.

Este elemento es responsable de la formación de los enlaces


conocidos como “puentes de hidrógeno”, una de las interacciones
débiles más importantes para las biomoléculas y la principal fuerza
responsable del mantenimiento de las estructuras tridimensionales
de las proteínas y los ácidos nucleicos.

Carbono
El carbono forma el núcleo de muchas biomoléculas. Sus átomos
pueden combinarse covalentemente con otros cuatro átomos de
elementos químicos diferentes y también consigo mismos para
formar la estructura de moléculas de gran complejidad.

El carbono, junto al hidrógeno, es uno de los elementos químicos


que puede formar mayor cantidad de compuestos químicos
distintos. Tanto es así que todas las sustancias y compuestos
catalogados como “orgánicos” contienen átomos de carbono en su
estructura principal.

Estructura general de un aminoácido (Fuente: User:Ppfk [CC BY-SA 3.0


(http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/)] vía Wikimedia Commons)
Entre las principales moléculas carbonadas de los seres vivos se
encuentran los carbohidratos (azúcares o sacáridos), las proteínas
y sus aminoácidos, los ácidos nucléicos (ADN y ARN), los lípidos y
los ácidos grasos, entre otras.
Oxígeno
El oxígeno es un elemento gaseoso y es el más abundante en toda
la corteza terrestre. Está presente en muchos componentes
orgánicos e inorgánicos y forma compuestos con casi todos los
elementos químicos.

Es responsable de la oxidación de los compuestos químicos y de la


combustión, que son también diferentes formas de oxidación. El
oxígeno es un elemento muy electronegativo, forma parte de la
molécula de agua y participa en el proceso de respiración de gran
parte de los seres vivos.

Las especies reactivas de oxígeno son responsables del estrés


oxidativo en el interior de las células. Es muy común observar el
daño causado por los compuestos oxidantes a las macromoléculas
en el interior celular, ya que estos desequilibran el interior
reductor de las células.

Nitrógeno
El nitrógeno también se encuentra predominantemente en forma
gaseosa, conformando cerca del 78% de la atmósfera terrestre. Es
un elemento importante en la nutrición de las plantas y los
animales.

En los animales, el nitrógeno es parte fundamental de los


aminoácidos que, a su vez, son los bloques de construcción para
las proteínas. Las proteínas estructuran los tejidos y muchas de
ellas tienen la actividad enzimática necesaria para acelerar muchas
de las reacciones vitales para las células.
El
nitrgóeno es parte fundamental de las bases nitrogenadas que conforman los ácidos
nucléicos como el ADN y el ARN (Fuente: File:Difference DNA RNA-DE.svg: Sponk /
*translation: Sponk [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)] vía
Wikimedia Commons)
El nitrógeno está presente en las bases nitrogenadas del ADN y el
ARN, moléculas esenciales para la transferencia de información
genética desde los progenitores hacia la descendencia y para el
funcionamiento adecuado de los organismos vivos como sistemas
celulares.

Fósforo
La forma más abundante de este elemento en la naturaleza es
como fosfatos sólidos en los suelos fértiles, ríos y lagos. Es un
elemento importante para el funcionamiento de los animales y de
los vegetales, pero también de las bacterias, los hongos,
protozoarios y de todos los seres vivos.

En los animales, el fósforo se encuentra en abundancia en todos


los huesos en forma de fosfato de calcio.
El fósforo es esencial para la vida, ya que también es un elemento
que forma parte del ADN, el ARN, el ATP y los fosfolípidos
(componentes fundamentales de las membranas celulares).

Este bioelemento siempre está comprometido en reacciones de


transferencia de energía, ya que forma compuestos con enlaces
muy energéticos, cuya hidrólisis se emplea para mover diferentes
sistemas celulares.

Azufre
El azufre se encuentra comúnmente en forma de sulfuros y
sulfatos. Es especialmente abundante en zonas volcánicas y está
presente en los residuos de los aminoácidos cisteína y metionina.

En las proteínas, los átomos de azufre de la cisteína forman una


interacción intra o intermolecular muy fuerte conocida como
“puente disulfuro”, que es esencial para la conformación de la
estructura secundaria, terciaria y cuaternaria de las proteínas
celulares.

La coenzima A, un intermediario metabólico con gran variedad de


funciones, tiene en su estructura un átomo de azufre.

Dicho elemento también es fundamental en la estructura de


muchos cofactores enzimáticos que participan en diferentes rutas
metabólicas importantes.

Bioelementos secundarios
Como se mencionó anteriormente, los bioelementos secundarios
son aquellos que se encuentran en menor proporción que los
primarios y los más importantes son el potasio, el magnesio, el
hierro, el calcio, el sodio y el zinc.

Los bioelementos secundarios u oligoelementos están involucrados


en muchos de los procesos fisiológicos de las plantas, en
la fotosíntesis, en la respiración, en el equilibrio iónico celular de la
vacuola y los cloroplastos, en el transporte de carbohidratos al
floema, etc.

Esto también es cierto para los animales y otros organismos,


donde estos elementos, más o menos dispensables y menos
abundantes, forman parte de muchos cofactores necesarios para el
funcionamiento de toda la maquinaria celular.

Hierro
El hierro es uno de los bioelementos secundarios más importantes
en vista de que ejerce funciones en múltiples fenómenos
energéticos. Es muy importante en las reacciones naturales de
óxido reducción.

En los mamíferos, por ejemplo, el hierro es parte esencial de la


hemoglobina, la proteína que se encarga del transporte del
oxígeno en la sangre dentro de los eritrocitos o glóbulos rojos.

En las células vegetales este elemento también forma parte de


algunos pigmentos como la clorofila, fundamental para los
procesos fotosintéticos. Es parte de las moléculas de citocromo,
esenciales también para la respiración.

Zinc
Los científicos piensan que el zinc fue uno de los elementos clave
en la aparición de los organismos eucariotas hace millones de
años, ya que muchas de las proteínas de unión a ADN para la
replicación que componían a los “eucariotas primitivos” utilizaban
el zinc como motivo de unión.

Un ejemplo de este tipo de proteínas son los dedos de zinc, que


participan en la transcripción genética, la traducción de proteínas,
el metabolismo y el ensamblaje de proteínas, etc.

Calcio
El calcio es uno de los minerales más abundantes en el planeta
tierra; en la mayoría de los animales compone dientes y huesos en
la forma hidroxifosfato de calcio. Este elemento es esencial para la
contracción muscular, la transmisión de impulsos nerviosos y la
coagulación de la sangre.

Magnesio
La mayor proporción de magnesio en la naturaleza se encuentra
en forma sólida combinado con otros elementos, no se encuentra
solo en estado libre. El magnesio es cofactor de más 300 sistemas
enzimáticos diferentes en los mamíferos.

Las reacciones en las que participa van desde la síntesis de


proteínas, la movilidad muscular y la función nerviosa, hasta la
regulación de los niveles de glucosa en sangre y la presión arterial.
El magnesio es necesario para la producción de energía en los
organismos vivos, para la fosforilación oxidativa y la glucolisis.

También contribuye al desarrollo de los huesos y es necesario para


la síntesis de ADN, ARN, glutatión, entre otros.

Sodio y potasio
Son dos iones muy abundantes en el interior celular y las
variaciones en sus concentraciones internas y externas, así como
su transporte, son determinantes para muchos procesos
fisiológicos.

El potasio es el catión intracelular más abundante, mantiene


el volumen líquido en el interior celular y los gradientes
electroquímicos transmembranales.

Tanto el sodio como el potasio participan activamente en la


transmisión de impulsos nerviosos, ya que son transportados por
la bomba sodio-potasio. El sodio también participa de la
contracción muscular y en la absorción de nutrientes a través de la
membrana celular.
El resto de los bioelementos secundarios: el molibdeno (Mo), el
flúor (F), el Cloro (Cl) el yodo (I) y el cobre (Cu) cumplen
funciones importantes en muchas reacciones fisiológicas. Sin
embargo, se necesitan es mucha menor proporción que los seis
elementos explicados anteriormente.

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