Está en la página 1de 6

Funciones de los elementos en el cuerpo humano

Calcio: interviene en la integridad de los nervios y músculos, en la contracción cardiaca, es


mediador entre enzimas y hormonas.

Hierro: Es fundamental en el recambio de hemoglobina

Fosforo: Interviene en la metabolización del calcio. Su función principal está relacionada con el
buen funcionamiento de la glándula paratiroidea.

Magnesio: Actúa como cofactor enzimático, en la transmisión neuroquímica

Yodo: mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroidea

Zinc: Es un poderoso antioxidante.

Sodio y Potasio: se encuentran interrelacionadas en el equilibrio de los líquidos del cuerpo.

Manganeso: Participa de la activación de sistemas enzimáticos

Los elementos enumerados a continuación como "Esenciales en los seres humanos" son aquellos
enumerados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (EE. UU.) Como nutrientes
esenciales, 8 así como seis elementos adicionales: oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno (los
componentes fundamentales de vida en la Tierra), azufre (esencial para todas las células) y cobalto
(un componente necesario de la vitamina B12). Los elementos enumerados como "Posiblemente"
o "Probablemente" esenciales son aquellos citados por el Consejo Nacional de Investigación
(Estados Unidos) como beneficiosos para la salud humana y posiblemente o posiblemente
esenciales.

Los elementos en los humanos (O, C, H, N, Ca, P)

El cuerpo humano no es más (ni menos) que un conjunto de elementos químicos en diferentes
proporciones. Casi el 99% de la masa del cuerpo humano está formada por seis elementos:
oxígeno (65%), carbono (18%), hidrógeno (10%), nitrógeno (3%), calcio (2%) y fósforo (1%). El
pequeño porcentaje restante (~1%) está formado por una larga lista de otros elementos, de los
cuales podemos destacar el potasio, el azufre, el sodio, el cloro, el magnesio, el yodo, el hierro y el
zinc. Todos estos elementos son necesarios para la vida.

OXÍGENO

Su símbolo químico es O y su número atómico es el 8. El oxígeno es el elemento más abundante en


el cuerpo humano, y como nos explicó nuestro compañero el Dr. Alberto Morán en el capítulo
anterior, Los elementos que respiramos, el oxígeno lo respiramos y nos permite obtener energía
para que así cada célula del cuerpo pueda realizar sus funciones. Sin oxígeno, las células de
nuestro cuerpo se mueren. Alberto también nos habló de la historia, propiedades, métodos de
obtención y aplicaciones del oxígeno.
El oxígeno y la vida humana:

El oxígeno es estrictamente necesario para nuestra vida. Forma parte del agua (H 2O) y de todo tipo
de moléculas orgánicas. Además, como hemos comentado, lo necesitamos para producir energía
en nuestras células. ¿Y cómo se produce esta energía en nuestras células? La energía se produce
en lo que conocemos como “respiración celular” (no confundir con “respiración pulmonar”), un
proceso por el cual nuestras células degradan las moléculas de los alimentos (principalmente la
glucosa) para obtener energía en forma de ATP (adenosina trifosfato), la denominada “moneda
energética” del organismo. Es un proceso complejo, con diferentes etapas encadenadas. La última
etapa, llamada fosforilación oxidativa, se produce en las mitocondrias de las células, y es cuando
el oxígeno tiene un papel esencial. El oxígeno recibe los electrones procedentes de la cadena de
transporte de electrones y recolecta protones del medio para formar agua. En este proceso se
libera gran cantidad de ATP.

CARBONO

Su símbolo químico es C y su número atómico es 6. Pertenece al Grupo 14 de la tabla periódica


(familia del carbono o los carbonoideos), y se distribuye ampliamente en la naturaleza. Es el pilar
básico de la química orgánica y forma parte de todos los seres vivos.

Las variedades más conocidas del carbono son el grafito y el diamante, pero también están el
grafeno, los nanotubos de carbono y el fullereno.

El carbono y la vida humana:

El carbono es el segundo elemento más abundante en nuestro cuerpo. Concretamente supone el


18% de la composición de nuestro organismo (es decir, unos 13 kilos en un adulto de unos 70
kilogramos de peso).

De hecho, el carbono es parte esencial de todas las macromoléculas, proteínas, grasas y glúcidos,
también llamados estos últimos hidratos de carbono. Es, por tanto, un elemento que forma parte
de todas las estructuras de nuestro cuerpo. Además, de las moléculas que contienen carbón, como
la glucosa, nuestras células obtienen energía en el proceso que hemos descrito anteriormente, con
el oxígeno.

También mencionar que hay algunos compuestos de carbono, como el monóxido de carbono y el
cianuro, que son extremadamente tóxicos para los mamíferos. A todos os sonará el caso de los
mineros, que, debido a la inhalación de grandes cantidades de carbono durante periodos
prolongados, puede desarrollar la enfermedad del pulmón negro.

NITRÓGENO

Su símbolo químico es N y su número atómico es el 7.

El nitrógeno es el principal componente de la atmósfera (78%), y el elemento más abundante que


respiramos. Ya os hablamos de él en  Los elementos que respiramos.

El nitrógeno y la vida humana:


El nitrógeno forma parte de muchas biomoléculas, pero destaca su presencia en los ácidos
nucleicos y los aminoácidos. El nitrógeno forma parte estructural de las 5 bases nitrogenadas
(adenina, guanina, citosina, timina y uracilo) que forman parte de los ácidos nucleicos, el ADN y el
ARN. En la estructura de doble hélice del ADN, la adenina forma pareja con la timina (A=T),
mientras que la citosina es la pareja de la guanina (CºG). La complementariedad entre las bases
nitrogenadas es la esencia de la estructura del ADN, y la disposición secuencial de estas 4 letras a
es lo que determina la información genética. Fragmentos concretos del ADN (denominados genes)
son copiados a ARN, proceso que se conoce como transcripción. A continuación, este ARN se
utiliza para generar las proteínas en los ribosomas. Las proteínas son cadenas de aminoácidos. En
el código genético está la información de 20 aminoácidos distintos, cuyas infinitas combinaciones
dan lugar a las proteínas que son los verdaderos actores de nuestras células. Las que se encargan
de trabajar, cada una en una tarea distinta, para que todo funcione correctamente.

Además, el nitrógeno también forma parte de otras moléculas como son los lípidos (las grasas) o el
óxido de nitrógeno (NO). El NO es muy importante en nuestro organismo ya que participa en la
relajación de los músculos, en el sistema cardiovascular, el sistema inmunitario, el sistema
nervioso central y el sistema nervioso periférico.

CALCIO

Su símbolo químico es Ca y su número atómico es el 20. El calcio es el quinto elemento más


abundante en la corteza terrestre. Los compuestos de calcio constituyen un 3.64% de la corteza
terrestre.

El calcio y la vida humana:

De los minerales que componen el organismo, el calcio es el más abundante y es esencial para la
vida. Tiene una función estructural ya que se encuentra en los huesos y en los dientes. También
participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, en la regulación de los latidos cardiacos y en
la coagulación de la sangre. Está implicado en la regulación de algunas enzimas, como por ejemplo
la proteína quinasa C (PKC).

FÓSFORO

El símbolo químico del fósforo es P y su número atómico es el 15. El fósforo no se encuentra como
elemento nativo, pero es el elemento principal de los fosfatos, que son unos compuestos
importantes tanto en la naturaleza como en nuestro propio cuerpo. De hecho, es el undécimo
elemento más abundante en la Tierra.

El fósforo y la vida humana:

El fósforo es un elemento esencial para la vida. El ser humano contiene, aproximadamente, 770
gramos de fósforo en su organismo. El fósforo tiene dos funciones principales en el cuerpo
humano. Por un lado, es muy importante para las estructuras óseas del cuerpo, donde se
encuentra el 90% de todo el que tenemos en nuestro cuerpo. Pero por otro cumple un
fundamental papel energético, puesto que forma parte de la molécula de ATP. Recordemos que se
trata de la “moneda energética” de la célula. Es decir, es la molécula que acumula la energía que
es usada para llevar a cabo todas las funciones celulares. En su fórmula podéis ver que lleva tres
átomos de fósforo (en forma de grupos fosfato).

Agentes que intervienen en estos:

Agentes esterilizantes son aquellos que producen la inactivación total de todas las formas de vida
microbiana (o sea, su “muerte” o pérdida irreversible de su viabilidad). (También existen agentes
físicos esterilizantes, como ya vimos en los dos capítulos anteriores).

Agentes desinfectantes (o germicidas) son agentes (sobre todo químicos) antimicrobianos


capaces de matar los microorganismos patógenos (infecciosos) de un material. Pueden (y en
muchos casos suelen) presentar efectos tóxicos sobre tejidos vivos, por lo que se suelen emplear
sólo sobre materiales inertes.

Agentes antisépticos son sustancias químicas antimicrobianas que se oponen a la sepsis o


putrefacción de materiales vivos. Se trata de desinfectantes con baja actividad tóxica hacia los
tejidos vivos donde se aplican.

Quimioterápicos son compuestos químicos con actividad microbicida o microbiostática, con una
toxicidad suficientemente baja como para permitir su administración a un organismo superior, en
cuyos fluidos corporales y tejidos permanece estable un cierto tiempo a concentraciones tales que
los hace eficaces como antimicrobianos dentro del organismo.

Todos los días usamos agentes químicos para controlar el crecimiento microbiano: detergentes y
jabones para el cuerpo y la ropa, cloración de las aguas potables, antisépticos para la piel y el
tratamiento de heridas, desinfectantes para tratar superficies en la industria y en los laboratorios,
quimioterápicos y antibióticos para tratar enfermedades bacterianas, etc.

Elementos nutritivos: Excesos, deficiencias.

Agentes químicos: tóxicos químicos, alérgenos, drogas, medicamentos.

Agentes físicos: Radiaciones ionizantes, accidentes de trabajo, de tráfico.

Agentes infecciosos: Bacterias, virus, parásitos y hongos, nematodos, viroides, micoplasmas,


plantas superiores o parásitas. Son los factores más directamente relacionados con las
enfermedades (enfermedades infecciosas), donde la causa y el efecto es más evidente.

Agente Causal: es cualquier sustancia viva o inanimada, o fuerza muchas veces intangible, cuya
presencia o ausencia es la causa inmediata o próxima a una enfermedad en particular. Son un
conjunto de factores que están presentes en el medio ambiente y que pueden provocar
enfermedades al huésped. Y se dividen en agente biológico, agente químico, agente físico, efecto
mecánico de objetos o instrumentos y radiación (que se podría catalogar en los agentes físicos).
Química del metabolismo del cuerpo humano
El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que tienen lugar en las células del cuerpo
para convertir los alimentos en energía. Nuestro cuerpo necesita esta energía para todo lo que
hacemos, desde movernos hasta pensar o crecer.

Hay unas proteínas específicas en el cuerpo que controlan las reacciones químicas del
metabolismo. Miles de reacciones metabólicas ocurren al mismo tiempo, todas ellas reguladas por
el cuerpo, para que nuestras células se mantengan sanas y funcionen bien.

Después de ingerir alimentos, nuestro sistema digestivo utiliza enzimas para:


 degradar (descomponer) las proteínas en aminoácidos
 convertir las grasas en ácidos grasos
 transformar los hidratos de carbono en azúcares simples (por ejemplo, glucosa)

El cuerpo puede utilizar el azúcar, los aminoácidos y los ácidos grasos como fuentes de
energía cuando lo necesita. Estos compuestos son absorbidos por la sangre, que los
transporta a las células.

El metabolismo es una especie de malabarismo en el que suceden simultáneamente dos


clases de actividades:

El anabolismo, o metabolismo constructivo, consiste fundamentalmente en fabricar y


almacenar. Contribuye al crecimiento de células nuevas, el mantenimiento de los tejidos
corporales y el almacenamiento de energía para utilizarla más adelante. En el anabolismo,
moléculas pequeñas se transforman en moléculas más grandes y complejas de hidratos de
carbono, proteínas y grasas.
El catabolismo, o metabolismo destructivo, es el proceso que produce la energía necesaria
para toda la actividad que tiene lugar en las células. Las células descomponen moléculas
grandes (en su mayor parte, hidratos de carbono y grasas) para liberar energía. Esto
proporciona combustible para el anabolismo, calienta el cuerpo y permite que los músculos se
contraigan y que el cuerpo se mueva.

Cuando los compuestos químicos complejos se descomponen en sustancias más simples, el


cuerpo expulsa los productos de desecho a través de la piel, los riñones, los pulmones y los
intestinos.

La química orgánica es la rama de la química que estudia una clase


numerosa de moléculas que en su gran mayoría contienen carbono formando enlaces
covalentes: carbono-carbono o carbono-hidrógeno y otros heteroátomos, también conocidos
como compuestos orgánicos. Debido a la omnipresencia del carbono en los compuestos que
esta rama de la química estudia, esta disciplina también es llamada química del carbono.1
La química orgánica constituyó o se instituyó como disciplina en los años treinta. El desarrollo
de nuevos métodos de análisis de las sustancias de origen animal y vegetal, basados en el
empleo de disolventes, como el éter o el alcohol, permitió el aislamiento de un gran número de
sustancias orgánicas que recibieron el nombre de "principios inmediatos". La aparición de la
química orgánica se asocia a menudo al descubrimiento, en 1828, por el químico
alemán Friedrich Wöhler, de que la sustancia inorgánica cianato de amonio podía convertirse
en urea, una sustancia orgánica que se encuentra en la orina de muchos animales. Antes de
este descubrimiento, los químicos creían que para sintetizar sustancias orgánicas, era
necesaria la intervención de lo que llamaban ‘la fuerza vital’, es decir, los organismos vivos. El
experimento de Wöhler2 rompió la barrera entre sustancias orgánicas e inorgánicas. Los
químicos modernos consideran compuestos orgánicos a aquellos que
contienen carbono e hidrógeno, y otros elementos (que pueden ser uno o más), siendo los
más comunes: oxígeno, nitrógeno, azufre y los halógenos.
En 1856, sir William Henry Perkin, mientras trataba de estudiar la quinina, accidentalmente
fabricó el primer colorante orgánico ahora conocido como malva de Perkin.3
La diferencia entre la química orgánica y la química biológica es que en la química biológica
las moléculas de ADN tienen una historia y, por ende, en su estructura nos hablan de su
historia, del pasado en el que se han constituido, mientras que una molécula orgánica, creada
hoy, es sólo testigo de su presente, sin pasado y sin evolución histórica. 4

También podría gustarte