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La Psicología Comunitaria surge en América Latina entre los años 60 y 70 a partir de

problemáticas sociales que ocurrían en diversos países de Latinoamérica en donde


predominaban los gobiernos dictatoriales, al no encontrar una teoría psicológíca que pudiese
abordar estas problemáticas, los psicólogos deciden comenzar a trabajar desde el "hacer" que
la urgencia requería, buscan producir un modelo alternativo al modelo médico, que hace
prevalecer la condición enferma, partiendo de los aspectos positivos y de los recursos de las
comunidades, buscando su desarrollo y su fortalecimiento, y centrándose en la acción. Los
miembros de las comunidades dejaban de ser considerados como sujetos pasivos (sujetados)
de la actividad de los psicólogos, para ser vistos como actores sociales, constructores de su
realidad.

La Epidemiologia Critica surge como “movimiento de resistencia” y alternativo frente


a una salud pública hegemónica caracterizada por una visión preventivista de acción
comunitaria limitada a factores de riesgo en los años 60 en Latinoamérica.
Surge porque la Epidemiología Convencional de esa época no responde a los
requerimientos de la Salud Colectiva y por el reconocimiento que tanto la teoría como
práctica de la Epidemiología requieren de otro paradigma alternativo en el cual el objeto del
estudio se materialice no en la enfermedad del individuo sino de las colectividades entendidas
más que como la simple sumatoria de individuos. Asimismo, propone la construcción de
modos de vivir sustentables, soberanos, solidarios, saludables y bioseguros.

La Educación Popular surge a comienzos de los sesenta como una corriente


pedagógica, que proponía una educación liberadora impulsada por el movimiento de cultura
popular liderado por uno de los más grandes y significativo pedagogo educador brasileño
Paulo Freire. El creo un método de alfabetización para enseñar a leer y escribir direccionado
especialmente para los sectores populares con más vulnerabilidad como lo son los indigenas
y las personas de escasos recursos, brindándoles herramientas educativas que les permitiera a
estos sectores participar, organizarse y transformar su realidad concreta de su realidad y
mejorar su calidad de vida. Esta propuesta se basó debido a las altas tasas de desempleo,
hambre y analfabetismo.

El Movimiento de la Nueva Canción Latinoamericana nace en la década del 1960,


marcando un hito en la forma cómo los pueblos comenzaron a pensarse a sí mismos.
Este movimiento fue el instrumento político para difundir en las masas la ideología
que habría de motorizar los nuevos tiempos que se anunciaban en los años sesenta, y conducir
a la formación del “Hombre nuevo”, ése que haría la revolución política socialista y
reivindicaría las clases tradicionalmente oprimidas. Orientada a estimular el espíritu crítico y
revolucionario de los pueblos, unidos principalmente por la época socio-histórica común y
por una lucha antiimperialista compartida contra Estados Unidos.

Como se puede observar todas surgen en el año 60 en América Latina, donde era un momento
histórico de conflictos y de necesidades políticas y sociales. Por lo cual se establecen como canal de
reacción y expresión en contra de la dictadura, a favor de los derechos de los ciudadanos, las luchas
de los pueblos, sobre la base de sus necesidades, tomando en cuenta sus saberes, cultura, historia,
posición geográfica para abordar los problemas que puedan existir no solamente sobre la salud sino
desde una visión integral, que involucre al ser humano y su relación armónica con la naturaleza, de
construyendo la lógica hegemónica que se basa en el paradigma individualista-reduccionista.

Produciendo así, la necesidad de una sociología comprometida, militante, dirigida fundamentalmente


a los oprimidos, a los necesitados, en sociedades donde la desigualdad, en lugar de desaparecer en
virtud del desarrollo, se hacía cada vez más extrema.

Creando nuevos paradigmas para dar respuestas inmediatas, que se trabaje desde una construcción
social equitativa, toda vez que los de aquella época resultaban insuficientes, inadecuados e
incompletos, que no alcanzaban sino a tratar el malestar de unos pocos y a ignorar las dolencias de
muchos. Debido a que tienden a ver el proceso de una manera aislada y fragmentada y bajo una
mirada reduccionista.

Por lo que todas buscan trabajar en la construcción social equitativa, dejando de


lado la codicia impuesta por las grandes corporaciones y por el contrario
aportar y a su vez aprender desde la mirada del doliente (salud colectiva),
revirtiendo el sentido perdido que nos imponen, empoderándonos del saber de los
sabios, viviendo la belleza de los artistas, aprovechando la experiencia agrícola,
buscaba producir un modelo alternativo al modelo médico, que hace prevalecer la condición
enferma, anormal, de las comunidades con las cuales se trabaja. Por el contrario, la propuesta que
se hacía partía de los aspectos positivos y de los recursos de esas comunidades, buscando su
desarrollo y su fortalecimiento, y centrando en ellos el origen de la acción. Los miembros de dichas
comunidades dejaban de ser considerados como sujetos pasivos (sujetados) de la actividad de los
psicólogos, para ser vistos como actores sociales, constructores de su realidad (Montero, 1982,
1984a). El énfasis estará en la comunidad y no en el fortalecimiento de las instituciones. Y esto
ocurre simultáneamente en diversos países de América latina, si bien el primero en generar un
ámbito académico y una instrucción sistemática al respecto es Puerto Rico, que ya a mediados de la
década del setenta contaba con un curso de maestría y con un doctorado en Psicología Comunitaria
(Rivera-Medina, Cintron y Bauermeister, 1978; Rivera-Medina, 1992). En el caso puertorriqueño, su
cercanía con los Estados Unidos puede haberlo determinado como pionero, ya que también fue el
primero en enterarse de que la disciplina de tal nombre había sido creada diez años antes en los
Estados Unidos. Por otra parte, hay que decir que a la creación de esos cursos ayudó la vocación de
transformación social de quienes los fundaron.

En otras naciones, la práctica de la psicología comunitaria antecede a la denominación y a la


generación de espacios académicos para su estudio.
La otra, se basó en las referencias nacionales

y locales de carácter cultural, que matizan y particularizan la creación

musical de acuerdo con las influencias regionales recibidas por los

cantautores. En razón del carácter ideológico del movimiento, el

surgimiento de esta nueva forma de expresión musical es indisociable

del contexto histórico y político de los países de América Latina,

Europa y Estados Unidos. Por esta razón, es preciso mencionar

procesos históricos claves para la comprensión del nacimiento de

este fenómeno que aquí denominamos la Nueva Canción

Latinoamericana.
Aunque freire no dio un concepto de educación popular como tal, pero si realizó
grandes aportes para el desarrollo de esta con movimientos sociales como la revolución de
Cuba, el Surgimiento de la investigación-acción, la comunicación popular y la definición de
las ciencias sociales.

En América latina a finales del siglo xx para los gobiernos la alfabetización se


convirtió en uno de los objetivos principales de su gestión buscando transformar los indices
del alfabetismo y demostrar que este tema no aquejaba en sus países. Por eso las campañas
alfabetizadoras fueron elemento principal en los programas de gobierno de varios países de la
región, dentro de las recordadas por Latinoamérica se encuentra las campañas de
alfabetización emprendida por Nicaragua. La educación en América latina ha pasado por
diversas fases que históricamente se han ido construyendo y que le han dado un carácter
politico al trabajo como también sean presentado unos propios ejes de la dinámica vivida. así
la educación popular va recreando su proceso tratando de comprender la realidad de la niñez,
juventud y sociedad. En Latinoamérica con la educación popular se inicia un proceso de
reflexión desde un pensamiento crítico educativo político e históricamente con los cambios
sociales, culturales y económicos.
Desde esta perspectiva planteamos que las universidades deben integrarse en
las luchas de los pueblos, sobre la base de sus necesidades, tomando en cuenta
sus saberes, cultura, historia, posición geográfica para abordar los problemas
que puedan existir no solamente sobre la salud sino desde una visión integral,
transdisciplinaria donde se involucre al ser humano y su relación armónica con
la naturaleza, de construyendo la lógica imperante hegemónica que se basa en
el paradigma individualista-reduccionista. En este sentido, las universidades
deben enfilar su arsenal para desarrollar proyectos que vayan en consonancia
con las necesidades de las realidades de su país y más específicamente de su
colectividad. Debemos trabajar en la construcción social equitativa, dejando de
lado la codicia impuesta por las grandes corporaciones y por el contrario
aportar y a su vez aprender desde la mirada del doliente (salud colectiva),
revirtiendo el sentido perdido que nos imponen, empoderándonos del saber de los
sabios, viviendo la belleza de los artistas, aprovechando la experiencia agrícola,
industrial y artesanal donde el color y la forma del diseño puedan ser apreciadas.

El abordaje de la epidemiologia crítica, en el siglo XXI, implica una nueva mirada que
establezca una ruptura con la vieja lógica de la epidemiologia convencional, sostenida en
la episteme de la modernidad, a partir de los fundamentos que sustentan al pensamiento
positivista y estructural-funcionalista, caracterizados estos por entender los problemas
de salud y enfermedad desde los determinantes sociales que se estructuran desde una
visión a priori, con explicaciones de orden biologicistas y en algunos casos economicistas
e historicistas que intentan presentarse de manera lineal y homogeneizando a todos los
sujetos o actores sociales de la salud y la enfermedad e invisibilizando los rostros de
cada micro mundo constituido por las diversidades de géneros, etnias, territorios y
clases sociales, cuya complejidades, anuncian la necesidad impostergable de una
reconfiguración conceptual de la epidemiologia convencional hacia rumbos
emancipatorios, generadores de un neohumanismo.

Lograr este desafío, se cruza por la construcción de nuevos imaginarios colectivos y


representaciones sociales acerca de la salud, la enfermedad, la epidemiologia y la
sustitución de los determinantes por determinaciones sociales, rescatando "las Tres S de
la salud ".22 Además, ello también sugiere trazar caminos epidemiológicos que evidencien
desde los principios de complementariedad y transdisplinariedad, una opción de saberes
colaborativos y emergentes, así como de métodos y técnicas que propicien la búsqueda
de aquellos procesos epidemiológicos que poco se abordan y de esta manera estructurar
vías que trasciendan lo explicativo hacia lo transformador.

Entre los aportes de las autoras de estas experiencias o producción intelectual


de gran valía, se destacan los siguientes: La utilización de estrategias
participativas en el estudio de las carga de trabajo, siendo el foco lo colectivo
para la resolución de los problemas de salud, procedimientos administrativos
aplicados en el área de la inseguridad ciudadana, indisciplina, y/o conductas de
los estudiantes y número de alumnos por aula, aplicación del concepto
participativo-colaborativocolectivo en las soluciones de los problemas de salud,
incorporando la investigación-educación-aprendizajeacción. Otra contribución
de las autoras a la epidemiologia no convencional en materia de nuevas
determinaciones sociales de salud y enfermedad, se observa en la experiencia
en cuestión, en el manejo en la investigación de involucrar a los docentes para
que desarrollaran los mapas de riesgos o mapas de condiciones peligrosas en
colectivo, logrando que estos identificaran su condiciones de trabajo de una
manera directa y sencilla, es así como pudieron identificar, el ruido, el calor, las
vibraciones, la mala iluminación, la ventilación deficiente, los factores de riesgo
químicos como el polvo en las tizas, humos de los basureros aledaños a la
escuela, caídas y golpes malas, posturas y organización del trabajo.

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