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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA: “Clasificación de los Contratos en el Derecho Civil Peruano”

PRESENTADO POR:

DENNY AMILCAR JORDAN LOPE

Bachiller

DOCENTE:

ELZABETH HUAMAN GARCIA

Puerto Maldonado, Perú

2023
ÍNDICE

Índice……………….………………………………………………………….02

Introducción...……………………………………………………..……..…...03

CAPÍTULO I ……………………………………………………….…….…..04

1. Nociones preliminares…………………………………………………..…04

1.1. El contrato ...…………………………..…………………….….…04

1.2. La Libertad contractual ……………………………………………04

1.3. La libertad contractual en el Código Civil ………………………. 04

1.5. La Libertad Contractual en la Constitución ………………… ….. 05

2. La Clasificación del Contrato en el Derecho Civil Peruano ….…………06

2.1. Por la Prestación .………………………………………………….06

2.2. Por la Valoración ………… ………………………………………06

2.3. Por el Riesgo………………………………………………………06

2.4. Por la Estructura…………………………………………………..06

2.5. Por el área…………………………………………………………07

2.6. Por la autonomía………………………………………………….08

2.7. Por su forma………………………………………………………08

2.8. Por la regulación………………………………………………….08

2.9. Por la función…………………………………………………….08

2.10. Por el Tiempo…………………………………………………..09

2.11. Por los sujetos Obligados………………………………………09

2.12. Por la Formación……………………………………………….10

2.13. Por el Rol Económico…………………………………………..10

3. Conclusiones……………………………………………………………....10

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………..………...12

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INTRODUCCIÓN

El contrato es definido por el artículo 1351 del Código Civil peruano como “el acuerdo
de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica
patrimonial”.

El contrato entra en la categoría más amplia del acto de autonomía privada o negocio
jurídico, o sea del acto mediante el cual el sujeto dispone de la propia esfera jurídica. En
el ámbito de la categoría del negocio jurídico el contrato se caracteriza por su estructura
bilateral o plurilateral. El contrato es, precisamente, un negocio
jurídico bilateral o plurilateral, en cuanto se perfecciona con el consentimiento de dos o
más partes. Esto lo diferencia, entonces, del negocio unilateral, que se perfecciona con la
sola manifestación de voluntad del autor del acto, sin que sea menester la aceptación de
otro (p. ej., el testamento). (Bianca, 2007, p. 24)

Además de por su estructura bilateral o plurilateral, el contrato se caracteriza también por


su patrimonialidad. El contrato es un negocio patrimonial en cuanto tiene por objeto
relaciones susceptibles de valoración económica. Un acuerdo dirigido a constituir, regular
o extinguir una relación jurídica no patrimonial (piénsese, p. ej., en el matrimonio) está
por fuera de la noción de contrato, aunque sí entra en la categoría del negocio jurídico.
(Ídem)

La utilidad de la clasificación de los contratos sirve para comprender y ordenar los


diversos esquemas en los que las personas los utilizan, es así que el pensamiento jurídico
ha recurrido a diversas herramientas, y de este modo se ha construido la Teoría General
del Contrato, es así que durante el desarrollo del presente ensayo abordaremos la
clasificación desarrollada por la dogmática jurídica, con una clara finalidad práctica a los
efectos de determinar sus características comunes y distintivas, lo cual nos permitirá
conocer sus efectos y funciones.

Es por ello, que hemos considerado desarrollar la clasificación de los contratos que se
celebran dentro de nuestra legislación, desarrollando conceptos básicos, tanto de la
definición conceptual de los contratos, la libertad contractual abordada desde el punto de
vista constitucional, así como dentro del Código Civil, la clasificación de estos, como su
vigencia en nuestra realidad actual.

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CAPITULO I

1. Nociones preliminares

1.1.El contrato.

Un contrato es un acuerdo entre dos o más partes, con el fin de instaurar, regular,
transformar o finalizar una relación legal de tipo patrimonial. Encontramos la
base conforme a los criterios definidos en el artículo 1351 del Código Civil
peruano.

Por lo tanto, se manifiesta como un acuerdo voluntario entre las partes que
crea obligaciones legales vinculantes entre ellas. Donde estas obligaciones se
vinculan con el intercambio de bienes, servicios, dinero, entre otros.

Además, hay que destacar que el contrato presenta una estructura


plurilateral. Es decir, que involucra dos o más partes que obtienen derechos y
obligaciones entre sí conforme el acuerdo.

Dentro de los componentes que principales que debemos encontrar en un


contrato podemos definir los siguientes:

 El primer componente es el acuerdo de los interesados (técnicamente de


las “partes”). El contrato es pues un acto consensual.

 El segundo componente atiende al objeto del acuerdo: una relación


jurídico-patrimonial. El contrato es pues un acto jurídico-patrimonial.

 El tercer componente atiende al modo cómo opera el acuerdo respecto a


su objeto: no descriptivo o valorativo, sino más bien finalista o, dicho de
otro modo, voluntarista. Lo indica la preposición “para”: las partes no
llegan al acuerdo sobre un juicio (de hecho, o de valor), sino con una
finalidad, que es incidir sobre una relación jurídica patrimonial; ellas
concordemente quieren constituirla, regularla o extinguirla. El contrato
es pues un acto de voluntad.

Solo un acto que sea al mismo tiempo acto de voluntad, acto consensual y acto
jurídico patrimonial es un contrato.

1.2.La Libertad Contractual

La libertad Contractual se manifiesta en que las partes pueden determinar


libremente el contenido del contrato, siempre que no sea contrario a norma legal
de carácter imperativo.

1.3.La libertad Contractual en el Código Civil

De acuerdo con el artículo 1354 del Código Civil:

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Artículo 1354.- Libertad contractual
Las partes pueden determinar libremente el contenido del contrato,
siempre que no sea contrario a norma legal de carácter imperativo.

Este dispositivo señala el límite de la libertad contractual o libertada de


configuración interna de la que gozan las partes de un contrato: norma legal de
carácter imperativo. Podemos añadir al orden público y a las buenas costumbres.
El orden público abarca tanto al derecho privado (derecho civil, mercantil, etc.)
como al público e involucra el normal funcionamiento del que deben gozar las
instituciones públicas y privadas. Asimismo, el orden público incluye a
las normas imperativas.

Las normas imperativas son aquellas disposiciones de obligatorio cumplimiento


que afectan principios fundamentales de la sociedad y que están incluidas dentro
del concepto de orden público.

Las buenas costumbres involucran la penetración de la moral al derecho y la


sujeción de las conductas humanas a esta en un momento histórico determinado.
Es decir, constituyen reglas de conducta cambiantes a lo largo del tiempo.

1.4.La Libertad Contractual en la Constitución de 1993

De acuerdo con el artículo 62 de la Constitución peruana tenemos que:

Artículo 62.- Libertad de contratar


La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar
válidamente según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los
términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras
disposiciones de cualquier clase. Los conflictos derivados de la relación
contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los
mecanismos de protección previstos en el contrato o contemplados en la
ley.

Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar


seguridades. No pueden ser modificados legislativamente, sin perjuicio de
la protección a que se refiere el párrafo precedente.

La libertad regulada en el artículo 62 de la Constitución no es la libertad de


contratar, es decir, decidir si se contrata o no, y en caso afirmativo decir con quien
vincularse, sino la libertad contractual o libertad de configuración interna, o sea,
establecer los derechos y obligaciones a cargo de las partes del contrato
(contenido).

El que las partes puedan pactar válidamente según las normas vigentes al tiempo
del contrato implicar acoger la teoría de los hechos cumplidos, esto es, aquella en
la que la norma jurídica se aplica a los hechos, situaciones o relaciones jurídicas
bajo y desde su vigencia hasta su modificación o derogación por otra norma. Esta
teoría es partidaria de la aplicación inmediata, privilegia la eficacia de las
normas jurídicas y favorece la innovación.

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Supongamos que las partes desean celebrar un contrato de locación de servicios.
El artículo 62 de la Constitución les permite estipular todos los términos y
condiciones que convengan, dándoles la potestad de modelar el contrato a su
gusto, pero no podrán, por ejemplo, convenir que el plazo del contrato sea mayor
de seis años si se trata de servicios profesionales y de tres años en el caso de otra
clase de servicios, por prohibírselo el artículo 1768 del Código Civil. (De la
Puente y Lavalle, 1996, p. 8)

La protección del consumidor, del medio ambiente, de los recursos naturales, de la


salud y la moral públicas, los casos excepcionales de perturbación social y
económica, las relaciones asimétricas entre proveedores y consumidores, las
situaciones de emergencia justifican una intervención razonable del Estado para
imponer reglas o establecer limitaciones al contenido de los contratos. (Torres
Vásquez, 2012, p. 48)

Se debe precisar que desde un punto de vista constitucional, los términos


contractuales no pueden ser modificados por leyes y otras disposiciones de
cualquier clase salvo interés social, publico o ético o por consideración del orden
público, de las buenas costumbres o de las normas imperativas.

2. La Clasificación del Contrato en el Derecho Civil Peruano

Para fines del presente ensayo nosotros desarrollaremos la clasificación realizada


por Manuel de la Puente y Lavalle, uno de los máximos exponentes del derecho
de contratos en nuestro país, quien, en el medio jurídico peruano, es ampliamente
conocido y reconocido, desde hace bastante tiempo, reconocimiento que obtuvo
tanto por su auténtica producción doctrinaria, como por su labor docente, ambas
desplegadas sobre el Derecho Contractual.

2.1. Por la prestación

Si la obligación (con prestación de dar, de hacer o de no hacer) a realizar


corresponde a una de las partes, habrá un contrato con obligación unilateral. En
cambio, cuando ambas partes tengan que ejecutar una obligación respecto de la
otra (reciprocidad), habrá bilateralidad.

2.2. Por la valoración

Si en un contrato existe un sacrificio y beneficio económico recíproco para ambas


partes será oneroso. En cambio, cuando exista sacrificio a cargo de una las partes
y beneficio a favor de la otra será gratuito.

2.3. Por el riesgo


Si en un contrato las partes, a partir de su celebración, conocen de los sacrificios
que realicen y beneficios que tengan a su favor será conmutativo. En cambio, si
las partes de un contrato, a partir de su celebración, desconocen de los sacrificios
que realizarán y los beneficios que tendrán a su favor, será aleatorio ya que la
determinación del ganador y del perdedor dependerá enteramente del azar.

2.4. Por la estructura


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Es contrato simple aquél que da lugar a una sola relación jurídica patrimonial. Por
ejemplo, la compraventa, que crea la obligación del vendedor de transferir la
propiedad de una cosa y la obligación recíproca del comprador de pagar el precio
en dinero. En cambio, el contrato es complejo cuando agrupa varios contratos
distintos. Esta agrupación puede dar lugar, a su vez, a dos clases de contratos:
los contextuales y los vinculados. Son contratos contextúales los de forma
escrita que, teniendo absoluta autonomía entre sí, figuran en un mismo
documento. (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 142)

Por ejemplo, si en una sola escritura pública se celebran conjuntamente un


contrato de constitución de sociedad anónima, uno de división y partición y uno
de compraventa, cada contrato, pese a esta agrupación física, sigue su suerte con
entera independencia de los demás y queda sujeto a su propia disciplina jurídica,
sin que las vicisitudes que ocurran a uno influyan en los otros. (Ibídem, pp. 142-
143)

Los contratos son vinculados cuando, conservando también su identidad propia,


están unidos por algún vínculo de cualquier naturaleza (jurídico, económico,
funcional, etc.), bien sea impuesto por el ordenamiento legal (vinculación
necesaria) o bien por voluntad de las partes (vinculación voluntaria). Por ejemplo,
un contrato de fianza está vinculado necesariamente a un contrato
de comodato cuando garantiza la devolución del bien entregado al comodatario,
desde que la ley le ha dado la calidad de accesorio, esto es, que no puede existir si
no existe el principal. (Ibídem, p. 143)

2.5. Por el área

Esta clasificación obedece a concepciones tradicionales que dividían el derecho


privado en tres grandes campos, que eran el civil, el comercial y el de
los derechos
especiales. De acuerdo con ella, los contratos se clasifican en civiles, comerciales
y
especiales. (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 143)

Son contratos civiles los que están regidos por el Código civil, tanto por estar
disciplinados en él (contratos típicos civiles), como, no estándolo, por serles
aplicables las disposiciones generales del contrato civil (contratos atípicos
civiles). (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 143)

Entre los contratos civiles típicos tenemos a: compraventa, hospedaje, comodato,


locación de servicios, contrato de obra, mandato, depósito, fianza, renta vitalicia y
juego y apuesta.

Los contratos son comerciales cuando están regulados por el Código de comercio
(contratos típicos comerciales). También lo son aquellos contratos atípicos que,
por tener analogía o vinculación con los contratos típicos comerciales, quedan
comprendidos en las disposiciones generales sobre los contratos de comercio
(contratos atípicos comerciales). (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 143)

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Entre los contratos comerciales típicos tenemos a: comisión mercantil, contrato
mercantil de transporte terrestre y contrato de seguro.

Finalmente, son contratos especiales aquéllos que encuentran su disciplina en


normas que regulan actividades especiales, como la minería, la pesquería, la
agricultura, la comunicación, las finanzas, etc. Estos contratos también pueden ser
típicos (cuando están regulados legal o socialmente) o atípicos (cuando no lo
están). (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 143)

2.6. Por la autonomía

Desde el punto de vista de la dependencia o no, de la existencia de una obligación,


los contratos se clasifican en principales o accesorios. Los contratos
principales son aquellos que su existencia y validez no dependen de la existencia
o validez de una obligación preexistente o de un contrato previamente celebrado;
es decir, son contratos que tienen existencia por sí mismos. (Zamora y Valencia,
2012, p. 64)

Entre los contratos civiles principales tenemos a: compraventa, hospedaje,


comodato, locación de servicios, contrato de obra, mandato, depósito, renta
vitalicia y juego y apuesta.

Los contratos accesorios son los que no tienen existencia por sí mismos, sino que
su existencia y validez dependen de la existencia o de la posibilidad de que exista
una obligación o de un contrato previamente celebrado y en atención a esa
obligación se celebra el contrato. Estos contratos también reciben el nombre de
contratos de garantía, dado que se celebran para garantizar la obligación de la cual
depende su existencia o validez. (Zamora y Valencia, 2012, p. 64)
Entre los contratos civiles accesorios tenemos a: fianza.

2.7. Por su forma

De acuerdo con el criterio del rubro, los contratos se clasifican en consensuales,


formales y reales, según se formen por el mero consentimiento, se requiera
además una formalidad especial o se necesite también la entrega de un bien. (De
la Puente y Lavalle, 2017, p. 148)

Verbigracia, la compraventa (consensual) y la donación de bienes inmuebles


(formal). En el caso de los contratos con efectos reales, no existen en nuestro
ordenamiento jurídico.

2.8. Por la regulación

Este criterio determina la clasificación de los contratos en típicos y atípicos. (De


la Puente y Lavalle, 2017, p. 148)

Los típicos son aquellos regulados en un cuerpo normativo, en cambio los atípicos
si bien no lo están, se utilizan en la vida cotidiana de las personas, verbigracia
el leasing o arrendamiento financiero, la franquicia o franchising, el know how,
etc.

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2.9. Por la función

El contrato constitutivo es el que como su nombre lo indica, crea una situación


jurídica determinada. Si una persona le vende a otra un inmueble, el comprador
incorpora a su patrimonio un bien que antes no tenía y origina un estado que no
existía. Algo similar, aunque desde luego no igual, acontece con
el arrendamiento, el mutuo, la sociedad y, en general con la mayor parte de los
contratos, si entramos al área de la estadística. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p. 48)

El contrato modificativo es aquel que se celebra sobre la base de otro


preexistente, cambiando una o varias de sus estipulaciones. Un ejemplo lo
tenemos cuando en un contrato de arrendamiento las partes convienen en
modificar la renta existente, aumentándola o reduciéndola. (Ibídem, pp. 48-49)
Existe contrato regulatorio cuando sin alterarse la obligación, las partes
incorporan o eliminan determinados aspectos relacionados con su ejecución. Un
ejemplo de contrato regulatorio se da si las partes aclaran los alcances de una
estipulación determinada, precisando en vía de interpretación cuáles son sus
extremos y cómo se proyectan hacia el pasado o frente al futuro. (Ibídem, p. 49)

2.10. Por el tiempo

Desde el punto de vista de la posibilidad real y jurídica de cumplir en un solo acto


o en un plazo determinado, las obligaciones que de ellos emanan, los contratos se
clasifican en instantáneos o de tracto sucesivo, también llamados de ejecución
sucesiva o escalonada. Los contratos de ejecución instantánea o instantáneos son
aquellos en que las prestaciones de las partes pueden ejecutarse o pueden
cumplirse en un solo acto, como en la compraventa o en la donación. (Zamora y
Valencia, 2012, p. 65)

Los contratos de tracto sucesivo son aquellos en que las prestaciones de las
partes o los de una de ellas, se ejecutan o cumplen dentro de un lapso
determinado, porque no es posible real o jurídicamente cumplirlos en un solo acto,
como en el arrendamiento y en el comodato. (Ídem)

Contrato de tracto sucesivo por antonomasia es el suministro, en virtud del cual el


suministrante se obliga a ejecutar en favor de otra persona prestaciones periódicas
o continuadas de bienes (art. 1604 del CC). Verbigracia, suministro de agua, de
luz, de mercadería, etc.

2.11. Por los sujetos obligados

En el contrato individual las obligaciones creadas (reguladas, modificadas o


extinguidas) por él afectan únicamente a las partes que celebran el contrato.
Constituye la aplicación plena del principio de la relatividad contractual
consagrado por la primera parte del artículo 1363 del Código Civil, según el cual
los contratos sólo producen efectos entre las partes que los otorgan. El tema del
contrato colectivo es sumamente complejo. La doctrina mira con mucho
escepticismo un contrato como éste, en el que se busca crear obligaciones no sólo

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a cargo de las personas que lo celebran, sino también a cargo de otras que no han
intervenido en él. (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 153)

La discusión más interesante versa alrededor del denominado “convenio colectivo


de trabajo”, cuya singularidad es que el acuerdo convencional celebrado entre uno
o más empresarios y uno o más grupos de trabajadores pertenecientes a un mismo
sector económico puede llegar a imponer obligaciones y a conferir derechos a
patronos y trabajadores pertenecientes al gremio respectivo, a pesar de que no
hayan intervenido en su celebración. (Ibídem, p. 154)

2.12. Por la formación

Este criterio ha dado lugar a una clasificación que está adquiriendo una gran
importancia en la vida moderna, que es la de contratos de negociación
previa y contratos de adhesión. (De la Puente y Lavalle, 2017, p. 154)

En los contratos de negociación previa ambas partes deciden celebrar un contrato


(libertad de contratar) y posteriormente determinar el contenido del mismo, es
decir establecen los derechos y obligaciones a cargo de ambas (libertad
contractual o de configuración interna). En cambio, en los contratos por adhesión
si bien existe libertad de contratar para ambas partes, la libertad contractual recae
solo sobre una de ellas.

2.13. Por el rol económico

Por el rol que desempeñan, los contratos son de cambio, goce, garantía,
disponibilidad, previsión, custodia, restitución, preparatorios, de
cooperación, asociativos y liquidativos. A este grupo se pueden unir algunos
más, de menor significación. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p. 64)

3. CONCLUSIONES. –

Un contrato es un acto de autonomía, en el que dos o mas personas deciden


vincularse, estableciendo derechos y obligaciones entre las mismas, y que sean
susceptibles de una valoración patrimonial, las mismas que están limitadas ya
que para la celebración del mismo debe primar el interés social, publico o
ético.

La libertad contractual esta protegida por nuestra Constitución, y se considera


como derecho fundamental, dentro de la clasificación de la libertad de las
personas gozando de una especial protección, no solo por lo beneficios e los
que redundan los contratos para los particulares y para la sociedad, sino por la
aplicación en el tiempo de las normas jurídicas en lo referente a los contratos.

El desarrollo de la clasificación del contrato resulta importante en cualquier


ordenamiento jurídico, ya que se busca agrupar a los contratos de acuerdo a
sus características tanto comunes y las que la diferencian, lo cual permite
conocer las funciones y aplicación de los mismos, así como sus efectos, nos
permite determinar reglas aplicables a los mismos.
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Los órganos jurisdiccionales en nuestro país han emitido diversos
pronunciamientos que establecen reglas y limitaciones al contenido de los
contratos por consideraciones de interés social, público o ético, es así que
encontramos por ejemplo la Casación 3418-2000 Ica, así como la Casación
1304-2003 Ica.

Así también tenemos el Proyecto de Ley 5004/2020-CR, que es un proyecto


que se dio durante el estado de emergencia dictado en nuestro país
precisamente durante el periodo por la COVID -19, el mismo que buscaba la
suspensión del pago de la renta e intereses legales en los contratos de
arrendamiento durante ese periodo.

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BIBLIOGRAFÍA

1. BIANCA, Massimo (2007). Derecho civil III. El contrato. Bogotá: Universidad


Externado de Colombia.
2. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel (1996). “La libertad de contratar”.
En: Themis: Revista de Derecho, n. 33, Lima: PUCP, pp. 7-14.
3. ROPPO, Vincenzo (2009). El contrato. Lima: Gaceta Jurídica.
4. TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Teoría general del contrato. Tomo I.
Lima: Pacífico Editores.
5. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel (2017). El contrato en general. Comentarios a
la Sección Primera del Libro VII del Código Civil. Lima: Palestra Editores.
6. TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Teoría general del contrato. Tomo I.
Lima: Pacífico Editores.
7. ZAMORA Y VALENCIA, Miguel Ángel (2012). Contratos civiles. México,
DF: Editorial Porrúa.

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