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Carrera: Psicología

Asignatura: Fundamentos filosóficos


de la psicología
Alumno: Tomás Meller
Seccion:2
Profesor: José Segura
Fecha: 26/08/2020
Introducción:
Los humanos desean conocer la verdad o tal vez desean creer que lo que conocen es la verdad. En
otras palabras, sea lo que sea la verdad esta es secundaria a dicho deseo. Por lo que mientras lees,
se cuidadoso al asumir que es verdad y que es mentira, siempre duda, mantén un demonio
interno en todo momento. Con esto claro, aventurémonos en este viaje en el que la verdad no
existe, sobre hechos que quien sabe pasaron o no, sobre el dudoso amor entre el hombre y el
saber. Garantizo su cualidad, pero no su veracidad, espero desde el fondo de mi corazón que
quien este leyendo termine con más preguntas que respuestas, si es que yo tengo corazón claro, y
si es que yo existo claro.
La Filosofía:
Empecemos por el comienzo, literalmente, “los humanos desean conocer la verdad”.
Centrémonos en dos términos de esta frase, “deseo y “conocimiento”, podemos cambiar deseo
por “amor” si es que no es ya lo suficientemente obvio a donde quiero llegar.

Filosofía, el arte de la duda, la disciplina que comenzó cuando los hombres dudaron de sus dioses
(refiriéndome por supuesto a la filosofía griega). Para algunos forma de vida y para otra fuente de
conocimiento, ahora bien ¿Qué separa al hombre corriente del filósofo? Mi respuesta es que
nada, ya que el filósofo no es más que un hombre astuto (en mi humilde opinión). Entendamos
astuto como un rasgo, una forma de vivir tal vez, dicho hombre simplemente vive enamorado y
con un diablillo en su interior, siempre buscando el saber y siempre dudándolo. Este arquetipo se
ve encarnado en dos grandes filósofos: Sócrates y René Descartes.

Sócrates:

La forma de hacer filosofía de Sócrates era muy especial, él se presentaba ante los demás como
alguien que no sabe y debe ser instruido, sabiendo esto, no es sorpresa que el famoso método
socrático se base en una conversación o debate entre dos interlocutores.

Sócrates comparte con sus discípulos algo distinto al conocimiento, el deseo por saber y una
mente abierta y reflexiva, pero no crédula. La historia referida al oráculo de Delfos nos da un
vistazo a parte de la vida y el pensamiento filosófico de Sócrates; este filosofo duda de la
aseveración del Oráculo, ya que cree no poseer más sabiduría que los otros hombres, tal reacción
da eco a su famosa frase “solo sé que no se nada” mostrando que Sócrates estaba consciente de
su propia ignorancia. Convencido de que las palabras del Oráculo tienen algún significado oculto,
este se propone a conversar con los más sabios acorde a los ciudadanos, esperando encontrar
respuestas, sin embargo, las apariencias muchas veces engañan.

Después de conversar con políticos, artesanos y poetas, Sócrates llega a la conclusión de que estos
hombres no saben, si no que creen saber, han caído en una trampa tejida por su propia soberbia,
con esto Sócrates toma conciencia tanto de los límites como de los fallos del saber humano y a mi
parecer este hecho también reafirma su humildad, siendo este automáticamente más sabio que
todos los hombres con los que hablo por el simple hecho de reconocer su propia ignorancia.

Rene Descartes:

El famoso filósofo y matemático era un hombre que (en una época en la que muchos filósofos aun
respaldaban sus argumentos en Dios) no confiaba en nada más que la lógica, la introspección y un
argumento solido que viniera de un individuo racional. En consecuencia, para resolver preguntas
de gran calibre como “¿qué es el amor?” o “¿cuál es el sentido de la vida?”, Descartes propuso que
siempre que nos encontremos frente a problemas complejos, debemos dividir estos en secciones
más simples mediante preguntas. Esto es lo que él llama la “duda metódica”
Descartes describía este método mediante una analogía. Todos tenemos una cesta de manzanas,
donde hay algunas buenas y otras malas, esta cesta es nuestro conjunto de ideas y concepciones
del mundo, verdaderas y falsas. No queremos fruta mala en nuestra cesta, por lo que Descartes
saco todas las creencias de su cesta y empezó desde cero inspeccionando cada una de ellas, para
asegurarse de que solo aquellas que consideraba verdad quedaran.

“Las falsedades nos dicen tanto, sino es qué más que la verdad”

Al examinar, Descartes se dio cuenta de que muchas de las cosas que tomaba como verdades
absolutas ahora no parecían incuestionables, los sentidos nos engañan todo el tiempo y a veces los
sueños hacen que confundamos lo real de lo ficticio, claro que al momento en que nuestros
sentidos vuelven a la normalidad, en que el soñador despierta del sueño, podemos comprobar si
es que estabas siendo engañado o no. ¿Pero y si todo es un engaño? ¿Qué pasa si todos estamos
experimentando una misma falsa realidad, desde el nacimiento hasta la muerte? Esta duda
generalizada dejo a Descartes en una situación de incertidumbre, atascado en el escepticismo
radical, en donde no podía estar seguro de ninguna de sus creencias. Pero entonces, se percató de
que en realidad había una excepción, algo que no era incierto.

Descartes sabía que estaba dudando, él podía estar seguro de eso. Y si dudaba, entonces debía
existir, al menos como una cosa pensante, ya que una duda es un pensamiento, y si hay un
pensamiento, debe haber un pensador. En consecuencia, Descartes declaró:

“Pienso, luego existo” (Rene Descartes, Meditaciones sobre la primera Filosofía)

Esta es una de las realizaciones más famosas en filosofía y también la creencia fundamental de
Descartes, la primera creencia que volvió a poner en su canasta de manzanas. Y a partir de ahí,
pensó que podría embarcarse de nuevo a creencias más ciertas.

Con estos grandes pensadores deseo que tengan en cuenta, queridos lectores, que la duda es lo
que nos acerca a la verdad, o desde un punto de vista más pesimista nos mantiene alerta de las
falsas verdades, podría decirse que nos deja “mirando al cielo con los pies en la tierra”. Esto último
justamente aplica por igual a el corazón de la disciplina, el amor al conocimiento, este corazón
mantiene a los hombres sabios como Sócrates alejados de la soberbia, lo que les confiere la
humildad para seguir aprendiendo. Pero alejándonos un poco de esta bonita reflexión, pasemos
del “amor a la sabiduría” al “conocimiento”.
“Si le preguntaras a Hume o a Kant si es son científicos o filósofos, no podrían responder, porque
no había tal distinción. De hecho, hasta mediados del siglo XIX no existía una distinción clara entre
ciencia y filosofía. SI estudiaras ciencias en Oxford o Cambridge, sería en el departamento de
filosofía natural, porque la ciencia era parte de la filosofía. En la última parte del siglo XIX, se
separaron y después de eso es realmente una cuestión de elección, las disciplinas no existen, las
construimos.” (Noam Chomsky)

La Ciencia:
La ciencia (del modo más simple de explicar) se trata de adquirir conocimientos mediante el
método científico. Esta nace como una rama de la filosofía que sigue el camino de Sócrates,
Descartes y eventualmente David Hume. Comencemos hablando de esta con una pregunta muy
epistemológica:

"¿Qué podemos saber?"

Esta pregunta es respondida por el "Pienso, luego existo" de Descartes, que afirma que los
pensamientos dan razones para saber que existimos de alguna manera, por lo que están
arraigados en la realidad. A partir de ahí, Hume nos ilumina que, aunque no podamos conocer la
verdad, podemos brindar mayor certeza a nuestras conjeturas debido a la cantidad de veces que
observamos la misma relación de causa y efecto.

Este aspecto de la "certeza" es donde nace la ciencia. La ciencia, a pesar de lo dicho


anteriormente, es más que el simple método científico de "Problema, Hipótesis, Experimento,
Resultado, Conclusión". Es una serie de procesos lógicamente coherentes que se utilizan para
proporcionar una certeza cada vez mayor, lo que requiere mucho escepticismo, crítica, replicación,
predicción, la capacidad de reconocer aquello de lo que no estamos seguros, la evidencia, etc. Con
mayor certeza, nos acercamos a la verdad, o al menos a la verdad en una forma en la que
podemos observarla. Ahora bien, cuando introducimos la observación y comprensión de la
conducta humana entramos en otro tópico.
La Psicología:
La psicología a lo largo de su historia ha sido una disciplina de muchos enfoques y con un
crecimiento impresionante, desde sus humildes inicios luchando por encontrar aceptación en la
comunidad científica y utilidad en la sociedad, hasta hoy en día en donde es imposible desligar al
ser humano de su dimensión psíquica, pero empecemos por responder ¿Qué es la psicología?

La palabra psicología viene de la expresión en latín para "estudio del alma". Y mientras que su
definición formal ha evolucionado a lo largo de las últimas décadas, hoy día podemos decir sin
tanto temor a equivocarnos que es la ciencia de la conducta y los procesos mentales.

Entrando en detalles el término "psicología" no fue verdaderamente acuñado hasta principios del
siglo XVI, y la práctica que hoy llamaríamos ciencia no se estableció como tal hasta mediados del
siglo XIX. Pero, por supuesto, los seres humanos siempre han sentido curiosidad acerca de sí
mismos y de lo que ocurre en sus cabezas. Ya hace mucho tiempo el gran Aristóteles reflexionó
sobre la semilla de la conciencia humana, decidiendo que esta se encontraba en el corazón, no en
la cabeza como sabemos hoy en día, pero como muchas otras veces a lo largo de la historia hasta
las más grandes mentes cometen errores.

Desde esos primeros pensadores hasta hoy, el campo de la psicología ha tratado de responder a
algunas de las preguntas más importantes para la humanidad: ¿Cómo puede el hombre hacer
cosas horribles como cometer genocidio y torturar a otros seres humanos, y cómo sabemos que
esas cosas son horribles? ¿Tenemos libre albedrío, o estamos simplemente impulsados por
nuestros ambientes, biología, e influencias no conscientes? ¿Qué es la enfermedad mental, y qué
podemos hacer al respecto? ¿Y qué es la conciencia?, ¿Si pierdo mi conciencia de mí mismo, soy
todavía humano?

A pesar de que muchas de estas preguntas (si es que no todas) no tienen respuesta aun en la
actualidad, hoy en día podemos mirar a la psicología como una disciplina que posee tanto su
dimensión filosófica como científica, cuando en sus comienzos parecía contraintuitivo la presencia
de ambas y aun hoy se precisa no caer ni en el relativismo ni en el reductivismo a la hora de
estudiar los procesos mentales. También una disciplina que ha logrado encontrar su nicho en la
sociedad, respondiendo (aunque no siempre) al contexto y necesidades de esta, renovándose al
crear nuevas teorías y métodos de tratamiento y aun aprendiendo y trabajando junto a disciplinas
con más años en la espalda como la filosofía y la medicina.
La Duda:
Me aventurare a llamar todo lo expuesto hasta ahora como un gran preámbulo, por absurdo que
parezca. Esto debido a que probablemente el contenido no haya sido muy acorde a mis
aseveraciones iniciales, yendo más allá, desde mi punto de vista actual (tal vez extremadamente
pesimista) lo escrito hasta ahora se siente en ocasiones como un montón de información histórica,
semántica y biográfica, añadiéndole alguna opinión. Si esto ha sido mi intención desde el principio
o simplemente mi falta de talento como escritor lo dejare a su criterio (asumiendo por supuesto
que no vuelva a hacer lo mismo). Pero bueno, la temática de este capítulo como pudiste ya leer es
la duda, y es que está a mi parecer es un rasgo bastante acentuado en mi persona, por lo que
procederé a explotarlo con el fin de tal vez causar algo de duda en mis afirmaciones previas entre
otros temas, todo en nombre del pensamiento crítico por supuesto.

¿Existió Sócrates?

Para empezar, supongo que será conocido que a Sócrates le gustaba hacer filosofía oralmente y no
escribiendo, por lo que para conocer su forma de pensar nos basamos en los textos de otros y
honestamente, estos muchas veces no son coincidentes.

Por ejemplo, Aristófanes hizo una comedia llamada “A las nubes” donde lo ridiculiza y lo presenta
como un simple charlatán, como un sofista más, aunque en general se suele hablar de Sócrates
como antítesis de los sofistas, otro ejemplo de su pensamiento por su puesto es la previamente
comentada historia del Oráculo de Delfos. Pero quizás el ejemplo más importante es que Platón, el
discípulo de Sócrates, escribía sus diálogos, convirtiendo también por otro lado a Sócrates en
vocero de sus pensamientos, así que no queda claro cómo diferenciar la posición genuina de este
de la de Platón.

En base a esto podemos derivar varias interrogantes: ¿Cuál es el Sócrates verdadero? ¿Qué tanto
de las reflexiones de Sócrates pertenecen a él y que tanto a su discípulo Platón? ¿Realmente
existió el hombre más sabio?

Respecto a la primera pregunta, yo diría que es cuestión de verlo desde una mirada más madura,
cuando llegas a una suficiente “edad mental” (si es que eso ocurre) dejas de ver a las personas
como estas caricaturas de si mismos, el mundo ya no es en blanco y negro, no hay héroes ni
villanos, por lo que desechamos ese punto de vista unidimensional y pasamos a entender que las
personas cambian y no me refiero a solo con la edad. El contexto en el que estas, tu estado de
ánimo, tu estado físico, si estas acompañado o con quien, incluso el clima podría afectar a más de
uno. Nadie tiene la misma personalidad si esta es vista desde distintos ángulos y nadie tiene la
misma personalidad en todo momento.

“La serpiente que no pueda mudar de piel tendrá que morir. El mismo caso aplica para las mentes
que no cambien su comportamiento y opiniones; dejan de ser mentes”

En cuanto a las otras dos preguntas, diría que no tiene importancia, ya que son sus ideas las que
viven y son estas las que importan, puede que haya mucha data y pruebas sosteniendo la
existencia de Sócrates, pero desde mi parecer, aunque podría decirse que “el hombre más sabio”
existió, tal vez este no era hombre sino hombres, y tal vez sus nombres no eran ni Sócrates ni
Platón, pero como dije anteriormente, esto me parece irrelevante.

¿Cómo Sócrates lidia con la maldad humana?

Otro tema que me parece apropiado tratar en profundidad es el intelectualismo ético. Sócrates
consideraba que quien hace el mal lo hace por no conocer el bien, pues si se lo mostráramos este
corregiría su comportamiento. Pongamos un ejemplo: un señor descubre una forma de ganar
dinero estafando y engañando a otras personas, él cree que el bien es ganar dinero.

¿Qué consecuencias podría tener esta acción? Quienes descubran la estafa probablemente se
sentirán mal y dirigirán su molestia y resentimiento hacia el estafador, y el propio estafador podría
tener su conciencia intranquila.

Sócrates diría que este señor hizo el mal para conseguir un bien, en este caso dinero, pero cometió
un error de cálculo, fue una víctima de la ignorancia, si hubiera sabido lo que es el bien lo habría
preferido, si se hubiera dado cuenta de que hacer el bien a los demás es también su bien habría
actuado virtuosamente y se habría sentido bien consigo mismo. Esto es algo que el dinero no
puede comprar.

Ahora bien, puede que el concepto del bien funcione contra los hipócritas, pero flaquea frente a
alguien que es realmente malvado o directamente amoral. La proposición de Sócrates está basada
en conceptos subjetivos, principios, y el único principio de este supuesto hombre amoral es su
falta de principios, no respondiendo a ningún sentido de rectitud o justicia. Si seguimos el ejemplo
su única motivación es ganar dinero y al parecer la estafa y el engaño son grandes oportunidades
de negocio, por lo que confrontarlo por sus malas acciones no llevara a ningún lado.

“De la misma manera en la que tu llenas tu conciencia con buenas acciones yo lleno mi cuenta
bancaria con malas acciones”

Entretengamos la idea de que pasaría si a este personaje en específico se le presenta la


oportunidad de hacer el bien tal como dice Sócrates, digamos que tal vez siendo contratado por
alguien a quien anteriormente estafo (ignorando por supuesto la ridiculez de este escenario).

Ahora bien, la razón de por qué este hombre no puede simplemente hacer la acción de manera
gratuita (o por una mala paga) es que este se mueve por dinero, y como dirían muchos, el tiempo
es dinero. Por lo que esto no pasaría incluso si el cielo y el infierno se voltearan, a no ser que haya
otra motivación de por medio.

Como dije antes este no es un hipócrita por lo que no se engaña a sí mismo, el sí cree que el bien
es ganar dinero, pero este es su bien, comprende los términos de bien y mal acorde a la sociedad,
pero no los integra a su conducta, quien mejor que un estafador podría evitar las reglas impuestas,
por lo que su motivación para llevar a cabo esta buena obra no podría ser la redención.

“El fraude crea una especie de cadena de victimización, y es por eso que es una amenaza para la
sociedad, la cual no puede caber en los confines del individuo”
Ahora bien, por más que parezca que el estafador está completamente aislado de cosas tales
como las emociones humanas y la empatía, la realidad es que este es tan humano como
cualquiera. Y ya establecido que este hará lo que le beneficie más, este beneficio podría ser
monetario, o algo más abstracto.

Si me preguntan lo que impulsaría a este hombre en su tarea, es su relación con la persona


estafada, ya que si bien esta desligado de todo principio ético o moral, no lo está de la conexión
humana. Por lo que a pesar de no comprender el mal que sus acciones causan, si comprende el
daño personal que genera, siendo una persona que se presenta como alguien que ayudara a su
cliente, tal vez esta contradicción genere algo en el estafador.

“Ya escuché esas palabras de la misma boca, me pregunto cómo se siente decir las mismas
palabras a la misma persona por segunda vez, me pregunto cómo se siente salvar”

Y es que aquí estamos en la situación ideal de la que habla Sócrates, en la que hacer el bien a los
demás es también su bien, no solo impulsado por el dinero sino también por un deseo de conocer
que se siente hacer el bien, así dando una vuelta de 180 grados a este personaje, o más bien
simplemente revelando lo que hay detrás de una visión incompleta, caricaturizada de este.

Esto me lleva a la reflexión de que nadie es puramente bueno o malo, que no vivimos en un
mundo tan blanco y negro. Como dije antes nadie se muestra igual cuando visto desde distintos
puntos de vista y nadie se muestra igual en todo momento. Incluso el rasgo de personalidad más
consistente de el estafador, su amor por el dinero, no es fijo.

“Amo el dinero, pero también uso ese dinero”

Incluso la persona más egoísta en el mundo puede ser desinteresado si lo desea. Para finalizar esta
sección, la respuesta a la pregunta ¿es este hombre bueno o malo? No es sencilla, la gente es más
que eso, mientras que puedes ser el archienemigo de alguien, puedes ser una mano amiga para
alguien más. Por supuesto las pocas acciones buenas de alguien no borran el mal y el daño que ha
infringido en otros, pero eso es imposible de todos modos, no puedes reescribir el pasado en el
presente. Como algo inevitable, las personas harán las dos, pues en todos esta la capacidad de
hacer el bien y el mal, esto es lo que nos hace humanos.

¿Realmente está el conocimiento en favor del hombre?

A pesar de que esta búsqueda de la humanidad por conocer y comprender su entorno ha traído
innumerables beneficios a nuestra calidad de vida y comodidad, muchos dirán que en ocasiones
esta misión ha sido excusa para atrocidades y en otras tantas el saber se ha convertido en un arma
peligrosa.

“El hombre es un lobo para el hombre”

Cada vez que escucho esta frase por alguna razón pienso en las atrocidades acontecidas en la
segunda guerra mundial, siendo la más mortífera de la historia, hecho que todos aceptan sin
necesidad de ver las estadísticas. Una de las grandes armas utilizadas en esta guerra, si es que no
la principal, fue el conocimiento, más concretamente el conocimiento científico.
Uno de los grandes lobos de la segunda guerra mundial pertenecía a un grupo lleno de ellos,
partido Nazi de Hitler. Con tal vez uno de los apodos más acertados de la historia, por supuesto
estoy hablando del ángel de la muerte Josef Mengele.

A pesar de su título como doctor, cuyo deber es preservar y cuidar la vida, este hombre dirigió y
conducto crueles experimentos que acabaron con la vida de muchos. Con un récord académico de
gran nivel en las facultades de ciencia y filosofía de Múnich, el joven Mengele podría ser
catalogado como un joven apuesto y apasionado, buen bailarín, que era popular tanto con sus
compañeros y profesores. Tal vez su interés en la política de la época fue lo que lo cambio.

El partido nacional socialista o Nazi, que se promovía en las cervecerías y en los campus
universitarios, abogaba por el retorno del orgullo y la pureza alemanes y la eliminación de las
impurezas raciales, estas ideas apelaban a Mengele y parecían encajar con el darwinismo social
que se estaba enseñando en las salas de conferencias.

Este se fascinó con la eugenesia, en particular la idea de que una población podía perfeccionarse
mediante la reproducción selectiva de aquellos que tenían las características más deseables,
también ayudaría a eliminar los rasgos indeseables mediante la eliminación de los “débiles”.
Mientras que los nazis creían en la eugenesia, para ellos el proceso de reproducción selectiva
generacional era demasiado lento, estaban decididos a eliminar a los “débiles” en este momento,
la raza aria simplemente ya no podía soportar la contaminación de razas inferiores como los
eslavos y los judíos, ambos considerados “Untermensch” o subhumanos, estas creencias fueron
acogidas con entusiasmo por el joven e impresionable Josef Mengele.

En 1935 Mengele recibió un doctorado en antropología, su tesis se tituló “investigación


morfológica racial en la sección de la mandíbula inferior de cuatro grupos raciales” el artículo
estaba libre de cualquier prejuicio racial y se propuso probar empíricamente solo por la ciencia
que el alemán era de una crianza superior y un mejor ser humano, un año después Mengele se
graduó con un título en medicina.

Mas tarde en su carrera Mengele dio rienda suelta a sus experimentos sádicos en nombre de el
darwinismo social y la eugenesia nazi, convencido en encontrar respuestas en el mejoramiento de
los niveles de optimización humana a través de la genética y la optimización de la raza aria.

Por supuesto en una guerra hay más de una figura que represente lo peor de esos años y esto no
es diferente en el frente de la ciencia.

Durante la segunda guerra mundial y la segunda guerra sino-japonesa el medico japones Shiro
ishii fue responsable de crear armas biológicas de destrucción masiva. Este construyó un
laboratorio en Manchuria llamada unidad 731 en nombre del gobierno japonés, su objetivo era
crear un arma tan mortal que podría acabar la población de los enemigos de japón. Para este
propósito el doctor Ishii usó aldeanos chinos de aldeas cercanas como sus conejillos de indias,
experimentando en hombres mujeres e incluso niños.
Cuando la guerra termino, Estados Unidos supo de los experimentos sádicos de Ishii, a pesar de
esto, mientras muchos de los nazis fueron condenados a muerte por sus crímenes contra
humanidad en campos de concentración de Europa, Shiro Ishii quedo impune.

Ahora bien, El gobierno americano efectivamente se acercó a Ishii, pero en lugar de arrestarlo
pidieron hacer un trato. Que querían los datos producto de sus experimentos. a cambio de
inmunidad. Shiro Ishii sabía que esta era la única forma en que podría salvarse, en consecuencia,
prometió que si perdonaban todos sus crímenes el gobierno de los Estados Unidos podría
beneficiarse de tener toda la información científica que habían recogido de sus experimentos.

A lo que los estadounidenses estaban más interesados en acceder era a las vacunas que el doctor
Ishii desarrollo para algunas de las enfermedades más mortales conocidas. Esto era tan valioso
para el gobierno americano que no solo le perdonaron la vida, sino que también le pagaron 250
mil dólares (en dinero moderno eso es alrededor de 2,6 millones de dólares).

Todos los científicos y soldados que estaban involucrado con la unidad 731 estaban felices de
guardar el secreto, porque estaban profundamente avergonzados de su participación en el
proyecto, hubo algunos incluso que no volvieron a Japón después de la guerra, porque tenían
miedo de que la gente aprendiera sobre sus crímenes, por lo que optaron por tratar de vivir en
china bajo nuevas identidades.

El New York Times trató de exponer esto publicando un artículo sobre su experimentos humanos
en 1946, pero más allá de eso el evento ganó muy poca atención de parte de los medios, ya que
todas estas atrocidades ocurrieron en Manchuria técnicamente eran parte de la segunda guerra
sino-japonesa y no la segunda guerra mundial, a pesar de que ambas guerras estaban sucediendo
simultáneamente para los estadounidenses estos acontecimientos fueron eclipsados por los miles
de testimonios procedentes de Europa sobre el Holocausto, pero como era de esperarse los chinos
desarrollaron un fuerte resentimiento con Japón debido a los experimentos de la unidad 731, de
hecho muchos chinos aun odian a los japoneses por lo que paso en la guerra.

A pesar de esto, la mayoría de los civiles japoneses no tenían conocimiento de los experimentos
humanos de Ishii y estos se consideran mayoritariamente las víctimas de la guerra después de que
las bombas nucleares fueran lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

Hablando de la bomba atómica, No es difícil entender por qué el uso de esta causó una
destrucción sin precedentes, debido al hecho de que era un arma de poder (valga la redundancia)
sin precedentes, nacida de una investigación científica, pero al fin de cuentas destinada a ser
usada en conflicto bélico. Con demasiada frecuencia, la destrucción de la bomba atómica se
resume en una serie de vidas perdidas; Sin embargo, este no es la única consecuencia. El uso de la
bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial causó un efecto duradero en la gente y en el
estado de Japón en su conjunto. Los sobrevivientes sufrieron enfermedades y dolencias, siendo
rechazados de la comunidad debido a las cicatrices de la radiación. No solo sufrieron lesiones
físicas, sino que estas personas fueron exiliadas de la sociedad, lo que provocó aún más problemas
psicológicos y sociales. En "Efectos psicológicos de la bomba atómica en Hiroshima: el tema de la
muerte", Robert Jay Lifton entrevista a los supervivientes sobre su experiencia diecisiete años
después de la bomba atómica.

Lifton afirma que "la característica psicológica más sorprendente de esta experiencia inmediata
fue la sensación de un cambio repentino y absoluto de la existencia normal a un encuentro
abrumador con la muerte" (Lifton, 465, http: //www.jstor.org.ezproxy.lib.vt.edu / stable /
20026792).

Por supuesto hay muchos más ejemplos del daño que han causado no solo las ciencias como la
medicina y la psicología, como el famoso experimento de Milgram, sino también el progreso del
ser humano en áreas como la industria, la cual está proporcionando un daño inconmensurable al
planeta. Pero creo que hay que reiterar que el conocimiento en si es una herramienta, que está en
manos del ser humano si se usara para el bien o para el mal, lo mismo aplica a la religión, las
ideologías, las formas de gobierno, etc. Al final la decisión y la responsabilidad recae en nuestros
hombros, de hacer lo que creemos correcto o apartar la mirada a las injusticias.

“Aunque todos los demás te digan que algo que está mal sea correcto. Incluso si todo el mundo te
dice que te muevas, tu deber es plantarte como un árbol, mirarlos a los ojos y decir no, muévete
tú” (Margaret Carter)
Conclusión:
En este escrito he presentado hechos sobre una ínfima parte de la historia del saber humano,
cuestionando la veracidad de estos y también el valor de dicho saber. Después de mucho estudiar
y después de mucho reflexionar, he llegado a algunas respuestas, sin embargo, estas no tienen por
qué satisfacerte a ti, querido lector, sino incitarte a buscar tus propias respuestas, a dudar de mis
afirmaciones, siendo ninguna de estas revolucionaria y ninguna de estas llegando a la verdad,
haciendo que volvamos a algunas de las preguntas que fueron plantadas de forma inconsciente en
la mente de ustedes lectores a lo largo de este ensayo, preguntas que surgen y resurgen a través
de civilizaciones y épocas.

¿Cómo surge la duda? ¿Qué es el bien y que es el mal? ¿Qué es el amor? ¿Realmente la ciencia
otorga verdades? ¿Importa el sufrimiento humano? ¿Qué permite al hombre conocer? ¿Podemos
realmente comprender como funciona nuestra mente? ¿Puede el ser humano alcanzar la verdad?

Quedándome con esta última pregunta, en la persecución de la verdad, la búsqueda de los quizás
quizás sea una tarea sin fin, quizás.

Muchas gracias por leer.


Referencias y Bibliografía:
https://youtu.be/CHS1NraVsAc
https://www.trumanlibrary.gov/library/online-
collections/decision-to-drop-atomic-bomb
https://www.youtube.com/user/schooloflifechannel
https://ww2db.com/person_bio.php?
person_id=541#:~:text=Shiro%20Ishii%20was
%20born%20in,Medical%20School%20in%20Tokyo
%2C%20Japan.
https://www.britannica.com/biography/Josef-
Mengele
https://www.ukessays.com/essays/philosophy/
socrates-beliefs-and-philosophical-statements-
philosophy-essay.php?
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https://plato.stanford.edu/entries/descartes-
epistemology/

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