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NOMBRE DE LA ESCUELA:

Centro Regional de Educación Normal.

NOMBRE DEL ALUMNO:

Jorge Toscano González.

NOMBRE DE LA MATERIA:

Planeación y evaluación de la enseñanza y aprendizaje.

NOMBRE DE LA LICENCIATURA:

Educación Primaria.

NOMBRE DEL MAESTRO:

Jaime Arturo Velasco González.

NOMBRE DE LA ACTIVIDAD:

Reporte de lectura: El sistema de las doce formas básicas y las tres


dimensiones de la competencia didáctica

GRADO Y GRUPO:

2° C

NÚMERO DE LISTA:

#23

LUGAR Y FECHA:

Ciudad Guzmán, Jalisco a 09 de abril del 2019.


EL SISTEMA DE LAS DOCE FORMAS BÁSICAS Y
LAS TRES DIMENSIONES DE LA COMPETENCIA
DIDÁCTICA.

Las finalidades de este capítulo introductorio, es mostrarnos como deberían


aprender didáctica los futuros profesores, así como también las formas en que
podemos utilizar este libro para relacionarlo con ejercicios y prácticas de enseñanza.

Desarrollar el pensamiento didáctico y la praxis didáctica a partir de la


experiencia cotidiana.

La idea fundamental para el desarrollo del pensamiento y la praxis didáctica es


introducir a jóvenes, desde su mundo de experiencias extraescolares, a través de
etapas, en el mundo de la enseñanza. Es decir, que toda persona aporta, a partir de
su experiencia de la vida cotidiana, habilidades y capacidades que puede ampliar y
profundizar hasta lograr las destrezas propias de la enseñanza, hasta “la aptitud para
la enseñanza”.

La competencia didáctica se constituye a partir de comportamientos elementales


que se han ido desarrollando en la vida diaria y se van diferenciando a partir de
actividades que cualquier persona despliega en el contacto con los demás. Cuanto
menos claramente se exponga la doctrina científico – educacional en la formación
del profesorado, tanto mayor será el shock ante la práctica de la enseñanza y la
tendencia a caer en modos de comportamiento pre- científicos al realizarla.

Cómo se puede utilizar este libro.


Gracias a que este libro se conecta con la experiencia previa natural del candidato a
la profesión docente, se hace posible transferir a la práctica, los puntos de vista
teóricos. El primero se refiere a narrar y referir. Esto posibilita que ya en los primeros
días de un curso de didáctica general se pueda pasar a la escuela con el estudiante y
se le haga contar una historia o informar acerca de un conocimiento interesante. En
lo sucesivo ya se puede aplicar directamente al ejercicio de dar clase, con la siguiente
distribución de tiempo:
Tres unidades de tiempo para la teoría psicológico- didáctica; una unidad de tiempo
para tratar previamente en que consiste el ejercicio de dar clase de acuerdo con la
teoría expuesta; una unidad de tiempo para que los estudiantes de magisterio
realicen el ejercicio para dar clase; una unidad de tiempo para la discusión sobre este
ejercicio.

En otras palabras, este libro nos ayuda a como relacionar nuestras experiencias
(praxis) a los ejercicios o actividades que hagamos en el salón de clase con los
alumnos, dándonos los tiempos convenientes para aplicarlas adecuadamente. La
finalidad que persigue el libro es hacer que la praxis se haga presente cuando dichas
ideas son experimentadas en el mundo físico.

Las tres dimensiones de enseñar y aprender.


En la primera se describen cinco formas básicas de enseñar, que se diferencian según
el medio en el que va adquiriendo el alumno su experiencia y el profesor se le va
haciendo adquirir. El profesor va conociendo las diversas posibilidades y problemas
dependientes de los medios de comunicación y la formación de la experiencia.

1. Narrar y referir: utilizando el lenguaje hablado, el hecho de una narración y su


marco situacional.
2. Presentación de una actividad, como modelo de comportamiento: imita esa
actividad y seguidamente la ejercita.
3. Observación de objetos e imágenes: el medio de formación de experiencia es
aquí intuitivo (Bruner lo denomina “icónico).
4. Cuarta y quinta forma son la lectura y redacción: el medio es aquí el lenguaje
escrito.

El profesor tiene que experimentar las posibilidades y los problemas que plantea la
comunicación en los tres medios elementales y en los correspondientes a la lectura y
la escritura. Ha de aprender, por tanto, a adecuar su lenguaje, al narrar y referir, de
modo tal que le puedan seguir los alumnos y que lo hagan gustosamente:

En la segunda, se plantea como finalidad el tratar con los alumnos algunos temas
exigentes desde el punto de vista teórico, ya que es preciso establecer complejas
estructuras ideativas, para que el futuro profesor, pueda realizar adecuadamente
estas tareas, han de saber algo sobre esquemas de acción, operaciones y conceptos.
La tercera. Si en la segunda se clasifican las tres formas básicas con arreglo a los
contenidos a establecer, aquí describimos cuatro formas básicas de enseñar, a las que
corresponden cuatro etapas del proceso de aprendizaje: la construcción de una
estructura, mediante la solución de problemas, la elaboración de la misma, el
ejercicio y la repetición para consolidarla y la aplicación a nuevas situaciones-
problemas.

Tres dimensiones de la competencia didáctica.

Medios.
¿Qué es lo que queremos significar cuando decimos, al hablar de un profesor, que
domina su oficio?

a) El lenguaje del profesor debe hacer posible la comunicación y tiene que llegar
al alumno. Lo logrará cuando pueda despertar en el espíritu del niño un eco
que se basa en la sintonización de dos instrumentos, en la coincidencia de dos
repertorios de representaciones de sentimientos y de actitudes con respecto a
unos valores.
b) El profesor, no solamente debe saber hablar acerca de los actos de las
personas, sino ser capaz de actuar, prácticamente, hablando, escribiendo,
dibujando, etc.
c) Tiene que ser capaz él mismo de ver “algo” en un objeto, en un cuadro, de oír
“algo” en una partitura musical, si quiere abrir los ojos y los oídos de los
alumnos para la configuración interior, la construcción y el funcionamiento
de un fenómeno de la naturaleza o la cultura.

Contenidos.
La competencia en el terreno de los medios psicológicos supone competencia en
los medios de expresión y los de realización de contenidos mentales. Por ello, no
existe ninguna competencia de medio sin contenidos. No hay dominio del
lenguaje sin que se tenga algo que decir, ninguna habilidad técnica sin saber
técnico, ninguna capacidad de percepción sin conocimientos acerca de los
objetos contemplados. Igualmente, no es posible leer sin entender algo del
significado de lo que se lee y no se puede escribir sin saber sobre qué se escribe.
El profesor en su dimensión de contenido: no es solo es capaz de hacer algo, sino
que sabe también algo acerca del mundo, es decir tiene cultura general. En el
sector de las materias que imparte dispone de un saber práctico, amplio y
estructurado. Inútil es decir que no lo “posea” al final de su formación, sino que
es labor de toda una vida.

Funciones.
El saber práctico, que se realiza en una dimensión psicológica, ha de ser
adquirido por el alumno mediante un proceso de aprendizaje. Es por ello, que los
docentes han de intentar que se inicien en su pensamiento y su comportamiento,
procesos de solución de problemas y, al resolverlos alcancen los esquemas de
acción, las operaciones y los conceptos que deseamos transmitirle. Si así lo
hacemos, lograremos, también motivarle para el aprendizaje, o al menos
estableceremos las premisas para ello. Pero la finalidad no es solamente la
formación de un saber libre de contradicciones y ajustado a la realidad. No se
trata, como reiteradamente se dice, de “amueblar” la mente. Lo que importa es
proporcionar al alumno un instrumental de herramientas elementales preparadas
para ser aplicadas y, ponerle en situación de hacer uso de ellas. A este fin sirven
las siguientes tres etapas del proceso de aprendizaje: la elaboración, el ejercicio y
la aplicación.

El buen maestro se da cuenta de estas necesidades del aprendizaje. Debe sentir,


en su propia carne lo que ha de hacer con los alumnos, a fin que se produzcan en
ellos los procesos de aprendizaje a los que se aspira.

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