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Procesos Buenrostro
Procesos Buenrostro
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Conteo
Contar un grupo de objetos implica establecer una correspondencia uno a uno entre las
palabras de la serie numérica y los objetos a través del un acto de indicación (por lo
regular, el señalamiento con un dedo). Sin embargo, para que el conteo tenga un
significado, es decir, para que se convierta en una herramienta útil para determinar la
numerosidad de un conjunto, es necesario que el niño reconozca a la última palabra
numérica dicha en el conteo como la palabra que representa al número total de dicho
conjunto.
1, 2, 3, 4, 5,
6, 7, 8...
1 2 3 4
K K K K
7
• Abstracción. El niño comprende que cualquier colección puede ser contada
independientemente de las características físicas de sus elementos. Así, una
colección de objetos de idéntica forma es susceptible de ser contada al igual que una
con elementos de diferente forma.
'
&
•
$
&
1, 2, 3, 5
¿Cuántas 4, 5.
canicas hay? ¿Cuántas ?
8
probable que no le haya dado un significado cardinal a la última palabra dicha en el
conteo.
La distribución espacial de los objetos a contar influye en el éxito del conteo. Las
colecciones con una configuración circular o en hilera son más fáciles de contar que
aquéllas en que los objetos están en desorden. Para cada una
de estas situaciones el niño debe adoptar una estrategia
K
particular.
Cuando los objetos están en hilera es conveniente
comenzar desde uno de los extremos.
En una distribución circular, hay que recordar o “marcar” el
F K
objeto desde el que comenzó el conteo (algunos niños señalan
con el dedo índice de la mano izquierda el primer objeto, mientras
realizan el conteo con el dedo índice de la mano derecha).
Para contar objetos en desorden el niño debe diferenciar los objetos que ya han
sido contados de los no contados. Existen dos procedimientos para lograrlo:
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Errores en el conteo
Como parte del proceso de aprender a conta r, muchas veces, los niños cometen
errores que se relacionan con los diferentes aspectos que se han revisado hasta ahora.
Un deficiente dominio de la serie numérica oral, una violación al principio de
correspondencia uno a uno y/o la disposición espacial de los objetos, frecuentemente,
están detrás de los errores en el conteo. Para comprender mejor la naturaleza de las
equivocaciones de los niños en el conteo hay que tener presente la relación que se da
entre tres elementos: las palabras que componen a la serie numérica, el acto de
indicación (regularmente el señalamiento con el dedo) y los objetos. “Para que un
conteo sea correcto, una palabra debe corresponder a un acto de indicación y dicho
acto debe corresponder a un objeto” (Fuson, 1990, pp. 176-177). A continuación se
describen algunos de los errores que los niños cometen con más frecuencia al contar.
K
9
K K K K K K K
K K K 4 K KK K
2 7 2 4 7 K
1
3 5 1 5
6 3 6
8
Omitir un objeto Contar dos veces un mismo objeto
K K K K K K K K
K K K 5 K KK K
2 9 2 4 6 K
1
3 6 8 1 9
7 3 5
7
Omitir una palabra de la secuencia Insertar una palabra en la secuencia
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Diferentes tipos de conteo
El conteo comienza desde contar uno a uno los elementos de una colección y
posteriormente se perfecciona dando lugar a otros tipos de conteo más sofisticados. El
conteo hacia delante y el conteo de grupos constituyen avances que favorecen la
comprensión de otros aspectos de la aritmética.
Muchas veces se presentan a los niños diversas situaciones en las que tienen que
decidir cuántos objetos hay en dos colecciones o en cuál de éstas hay más objetos.
Inicialmente responden contando todos los objetos presentes. Posteriormente usan una
estrategia más efectiva que consiste en contar a partir de la segunda colección.
Se presentan dos conjuntos de canicas diciendole al niño que en el de la izquierda hay cuatro
canicas y en el de la derecha hay cinco. Se le pregunta ¿Cuántas canicas hay en total?
1, 2, 3,4, 5, 6, 4, 5, 6, 7, 8, 9.
7, 8, 9. Hay 9. Hay 9.
9
9
K K
El niño cuenta todas las canicas comenzando El niño ya no cuenta las canicas del primer conjunto.
por el conjunto de la izquierda Sólo dice 4 y empieza a contar a partir del segundo.
Estas dos estrategias de conteo (contar todo y contar hacia delante) tienen
implicaciones importantes conforme las exigencias escolares aumentan. Un ejemplo de
los efectos de su uso en la resolución de situaciones de adición se presenta cuando la
suma de los sumandos es mayor a diez. El niño que cuenta todo se ve en dificultades
para obtener el resultado correcto, mientras que el niño que cuenta a partir de un
sumando (ya sea el primero o el mayor) resuelve la situación más fácilmente. En el
siguiente ejemplo se trata de sumar 8 + 4.
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Contar todo Contar hacia delante
3 4 7 8 1
NI I
2 5 6 8 10 11 12
1 2...
9
/ / / / / / / / / / / / ! de los dedos.
No me alcanzan No sé
los dedos
Conteo de grupos
Cuando las colecciones son grandes, por ejemplo, de 33 elementos, contarlas de uno
en uno implica un mayor esfuerzo, mayor tiempo y hay más posibilidades de tener un
error. Por esto, es conveniente formar grupos, contar éstos como nuevas unidades, y
los objetos restantes como unidades sueltas. Sin embargo, cuando se le presentan a
los niños varios grupos de diez objetos cada uno junto con algunos objetos sueltos y se
les pide que digan la cantidad total de objetos, se pueden encontrar, generalmente, tres
tipos de respuestas:
K K
KKKKK K KKK K K KK
KKK 10
K 1
K
20 31 32 33 2 31 32 33
1,2,3,4,5...
30 3…30
31 32 33
Conteo de uno en uno Conteo por dieces y unos Conteo por unidades de diez y unos
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Es muy probable que estos tipos de conteo se reflejen en diferentes
procedimientos de solución a situaciones de adición y substracción. Mientras que los
niños que cuentan por grupos desarrollan procedimientos más eficaces, los métodos
empleados por los niños que cuentan de uno en uno son menos poderosos. Obsérvese
los procedimientos de solución de dos niños ante una misma situación.
Juan tiene 28 canicas y jugando con sus amigos ganó 13 canicas más ¿Cuántas
canicas tiene ahora?
28 28
+ +
13 13
1
28
28
+
+
13
13
41
1
1
28
+
13
41
13
Estimación
La estimación es otro proceso de cuantificación que se usa cuando los conjuntos son
grandes y se solicita sólo una respuesta aproximada a la pregunta sobre la
numerosidad de la colección; es decir, cuando no es necesario dar una respuesta
exacta a la pregunta de ¿cuántos elementos hay en una colección?
Fomentar el uso de la estimación en los niños ayuda a que éstos desarrollen
mayor flexibilidad en su pensamiento numérico y a que exploren las distintas relaciones
entre los números.
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Procesos de comparación, agrupamiento y relación parte parte
todo
Procesos de comparación
Procesos de agrupamiento
Relación parte parte todo
Procesos de comparación
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Por ejemplo, en el libro de texto
gratuito de matemáticas para primer
grado aparece la siguiente situación en
la que el niño tiene que determinar cuál
de las dos colecciones tiene más
elementos.
Posteriormente, las situaciones
que se plantean a los niños son más
complejas. En la siguiente ilustración,
tomada del mismo libro, las cantidades
a comparar aparecen representadas
de dos maneras diferentes: a través de
la representación pictórica de objetos y
de la representación numérica.
Más adelante, en la misma
lección del libro, se solicita la
comparación, únicamente, de los
números escritos.
Para resolver las situaciones anteriores es necesario que los niños comprendan
que los números pueden relacionarse entre sí de acuerdo con su tamaño o magnitud.
En otras palabras, pueden compararse para saber cuál de dos o más números es
mayor o menor que otro. Con el tiempo, esto les ayudará para comparar números de
más de dos dígitos y para comprobar que los resultados de sus operaciones deben
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mantenerse dentro de un rango que tenga sentido.
Procesos de agrupamiento
Para comprender los números de dos o más dígitos (multidigitales) es importante que el
niño piense en éstos como entidades formadas por distintos grupos o tipos de
unidades. En nuestros sistemas de numeración, oral y escrito, diez unidades de un
orden forman una nueva unidad de un orden inmediato superior. Diez unidades simples
forman un grupo de diez al que se le denomina decena; diez de éstas forman un nuevo
grupo o unidad llamada centena y así sucesivamente. En este sentido, un número como
243 puede verse como un número formado por 243 unidades simples, pero también
como dos grupos de cien, cuatro grupos de diez y tres unidades simples.
Al operar con este tipo de números, muchas veces se tiene que agrupar,
reagrupar y realizar intercambios. Para ayudar a los niños a comprender estos procesos
se hace uso de diversos materiales entre los que se distinguen los no agrupados de los
agrupados, y dentro de estos últimos, los proporcionales y no proporcionales.
Los materiales no agrupados son objetos sueltos
con los que se pueden formar grupos. En el libro de
matemáticas de segundo grado se utilizan ilustraciones de
mangos sueltos, bolsas de diez y cajas de cien mangos.
Lo mismo se puede hacer con palitos u otros objetos como
frijoles, piedritas, botones, etc.
En los materiales preagrupados proporcionales, los
grupos ya están formados y cada pieza es diez veces
mayor que la anterior. Los bloques de base diez son un
buen ejemplo de estos materiales. Un cubo es una unidad
simple, una barra está formada por diez cubos y una
tableta por diez barras.
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A diferencia de los bloques de base diez, en los
materiales preagrupados no proporcionales los
1 10 100
agrupamientos no guardan una relación con el tamaño, más
bien el valor del agrupamiento asignado a cada objeto es
arbitrario. Tal es el caso de las fichas de colores y de los $1 $ 10 $ 100
billetes y monedas.
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Problema: El niño contesta:
Juan tiene 24 estampas y Pablo tiene 32 “Veinte y treinta son…cincuenta.
estampas. ¿Cuántas estampas tienen Cincuenta y cuatro, cincuenta y cinco,
entre los dos? cincuenta y seis. Tienen cincuenta y seis
estampas”
A partir de la respuesta del niño puede inferirse que para resolver el problema
éste llevó a cabo una partición de las cantidades; descompuso el 24 en dos partes: 20 y
4, y el 32 en 30 y 2. Este manejo de los números fue hecho con la intención de facilitar
la resolución del problema.
De lo dicho anteriormente resalta la importancia de los procesos aquí revisados.
Junto con los procesos de cuantificación, los de comparación, agrupamiento y la
relación parte parte todo constituyen herramientas conceptuales útiles en la resolución
de distintas situaciones y problemas aritméticos.
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