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La producción ganadera.
Ha sido históricamente la principal actividad
económica en el Uruguay. Su desarrollo se ha visto
impulsado por factores históricos, ambientales y
económicos. Su evolución configuró los paisajes
rurales a lo largo de cuatro siglos.
El factor ecosistémico
Las condiciones ecológicas para el desarrollo de la ganadería han contribuido, históricamente, a las ventajas
que impulsaron esta actividad económica.
La extensa red hidrográfica, constituida por ríos, arroyos y
cañadas, funciona como fuente de agua para el ganado
(aguadas). El caudal de los ríos uruguayos, si bien
presentan un régimen irregular, debido a la variación
estacional e interanual de las precipitaciones, permite una
disponibilidad casi permanente de agua.
El bosque parque actúa como monte de abrigo en caso de
inclemencias del tiempo, como granizadas o vientos fuertes.
El clima templado y sin inviernos nevosos, resulta propicio
para la cría y el desarrollo ganadero a la intemperie, el
relieve bajo favorece la libre circulación y el tránsito del
ganado y por último las praderas con sus pastizales
constituyen la base alimenticia para el ganado. La composición florística de la pradera, es decir, las especies
de gramíneas, hierbas y arbustos que se asocian para configurar este bioma, depende de diversos factores
ambientales, los cuales pueden variar a lo largo del tiempo y el lugar.
El factor tecnológico
En Uruguay la pradera ha evolucionado en conjunto con el ganado a lo largo de cuatro siglos, pero también
ha dependido de las diferentes formas de gestionar el rodeo. La ganadería mixta, como práctica de máxima
utilización de la vegetación por parte de los productores ha tenido impactos en la composición y en la
estructura de las praderas, así como ha generado procesos de erosión de suelos por sobrepastoreo.
En nuestro país predominan las praderas con especies perennes de ciclo estival. Esto implica que su
desarrollo varía a lo largo del año, con un mínimo en invierno y un máximo en los primeros meses del verano.
Debido a ello, y para mantener la alimentación y engorde de los animales durante el invierno, la práctica
ganadera adquiere las siguientes características:
a. Los criadores son productores ganaderos que no disponen de praderas de ciclo invernal en sus
predios. Por tanto, venden el rodeo a fines del verano e inicios del otoño a productores que sí los
poseen, denominados invernadores, quienes finalizan el ciclo de engorde. La venta se produce en
remates rurales que se desarrollan en los locales-feria.
b. En las estancias de ciclo completo, se fertiliza el campo natural para obtener mejor desarrollo de las
praderas en el ciclo anual. Esto requiere de inversión de capital que asegure alimento para la cría, el
desarrollo y el engorde del ganado y planificación a los efectos de gestionar adecuadamente los
potreros.
c. Se cultivan pasturas (forraje), de forma de guardar alimento para los períodos deficitarios. La
superficie forrajera se duplicó en los últimos treinta años.
Región vacuna extensiva moderna: se localiza al este del país, fundamentalmente en los departamentos de
Treinta y Tres y Rocha. En esta región los establecimientos superan el 10% del mejoramiento en pasturas ya
sea por fertilización o cultivos de forraje.
Región lechera: se ubica al sur del país en la denominada Cuenca Lechera (Colonia, Canelones, San José,
Florida y Flores). También hay cuencas lecheras de menor extensión en torno a Rivera y Paysandú. Estos
establecimientos ganaderos intensivos han logrado la sostenibilidad de la producción a través de la compra
de forraje y el cultivo de praderas.