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Unidad 1

LA BASE DE PRADERA NATURAL Y CULTIVADA

Producción de forraje

Los recursos forrajeros destinados a la producción


ganadera existente en el país son variados y
diferenciados según sus orígenes, características y
funciones. Existen praderas, pasturas cultivadas de
pastoreo, pasto de corte, forrajes conservados en forma
de heno o ensilaje.

A fin de aumentar y mejorar la capacidad receptiva de


nuestros campos de pastoreo fueron introducidas
diversas especies forrajeras.

La producción de estos recursos se expresa en forma de pasto, y en el proceso de producción


de los mismos participan elementos simples, muy abundantes en la naturaleza como el
oxígeno y carbono del aire, el hidrógeno del agua, los minerales del suelo y la energía del sol.

Los pastizales son ecosistema con predominio de especies y comunidades vegetales


destinadas al consumo animal. El pastizal involucra los ecosistemas de praderas y pasturas,
que corresponde a una clasificación destinada a distinguir en forma certera a los ecosistemas
naturales y naturalizados de los intervenidos por el hombre con especies exóticas.

Las praderas, son ecosistemas constituidos por especies naturales (nativas) y naturalizadas:
Las especies endémicas o nativas, son aquellas que se encuentran dentro de su área de
distribución natural u original (histórica o actual), acorde con su potencial de dispersión
natural; sin la ayuda o intervención del ser humano y forma parte de las comunidades bióticas
naturales del área. Las especies naturalizadas, a diferencias de las nativas, son exótica
introducida en un área o lugar que por sus características (similitud ambiental al área de
distribución original o condiciones adecuadas), permite el establecimiento de poblaciones
autosuficientes en vida libre.

Praderas naturales

Las praderas naturales están constituidas por diferentes especies diseminadas por todo el país,
dependiendo del medio, clima, suelo y vegetación para el desarrollo de una u otra especie.

Así tenemos el pasto kavaju (Paspalum notatum), que se encuentra en los departamentos
Central, Paraguarí, Cordillera, Guairá, Caazapá y en ciertos sectores en la zona de Caaguazú,
San Pedro, Concepción y Ñeembucú.

Es un pasto estival, rústico, resistente al pisoteo de baja producción por unidad de superficie.
Su producción promedio es de 30 a 50 kg/vivo/ha/año.

La segunda especie en importancia es el pasto Jesuita (Axonopus compresus) que predomina


en los campos de los departamentos de Misiones, parte de Itapúa, Ñeembucú, Guairá,
Caazapá y, en especial, en los cañadones de Caaguazú, Alto Paraná, Cordillera y San Pedro.
Entre las especies naturales es el mejor pasto que se tiene en la Región Oriental. Es palatable,
resistente al pisoteo y a las heladas. Buena producción de forraje por unidad de superficie de
50 a 120 kg/vivo/ha/año, dependiendo del manejo. Los ganaderos que tienen en su campo lo
llaman pasto de invernada.
La tercera especie en orden de importancia es el capi’i pytâ (Andropogon lateralis), diseminado
en gran parte de la Región Oriental. Es un pasto que forma matas palatables en estado tierno,
luego rápidamente se madura formando pajas que el ganado ya no lo come. Su rendimiento
por unidad de superficie es bajo: 30 kg/vivo/ha/año, y es totalmente de ciclo estival.

Luego existen varias especies forrajeras que conforman los campos naturales de la Región
Oriental. En cambio, en la Región Occidental, la principal especie es el llamado pasto Clavel
(Hemarthria altísima) que se desarrolla en la zona llamada Bajo Chaco en especial en los
cañadones. Es un pasto rendidor, palatable, nutritivo y de buena producción por unidad de
superficie de 100 a 150 kg/vivo/ha/año. Su semilla fue llevada por técnicos americanos y es
utilizada como pasto cultivado en el estado de Florida (USA). En el Chaco existen otras especies
naturales que constituyen los campos naturales de la región.

Praderas cultivadas

Las especies forrajeras fueron introducidas al país durante las últimas décadas, con el principal
objetivo de aumentar y mejorar la capacidad receptiva de los campos de pastoreo. El
mejoramiento de la ganadería nacional se inició en la década del 40, con la introducción de
ciertas razas de ganado de carne y leche que paulatinamente se fueron adaptando a las
condiciones de nuestro medio. Tan pronto se inició el mejoramiento genético, los técnicos de
aquella época se percataron de la necesidad de aumentar y mejorar la capacidad receptiva de
los campos. Ante este desafío, el Ing. Agr. José Rosa Ramírez y otros, empezaron a introducir
otras especies forrajeras, en la década del 50, tales como el pasto Pangola (Digitaria
decumbens), Rodees, Yaraguá (Hypharenia ruffa) y el pasto Salinas (Cenchrus ciliaris), incluso
las primeras variedades de pasto Elefante (Pennisetum purpureum).

En la década del 60 se introdujeron a través del Fondo Ganadero las Brachiarias (Brachiaria
decumbens, humidicolas y ruscicienzi), como así también las Setarias (nandi, narock y
kasangula).

Ya al final de la década del 60 se introdujeron los Panicum (Colonial y Siempre Verde) y el


pasto Estrella. Con posterioridad a la década del 70 se introdujeron la Brachiaria Brizantha, el
pasto Elefante, el Costal Bermuda y el Gatton Panic. En el
ámbito de la producción láctea todas las especies cultivadas
contribuyeron para que el ganado lechero actual demuestre su
potencial, haciendo mención especial al pasto Elefante. La
misma fue introducida en la década del 80 con sus diversas
variedades tales como la vruckwona, el morado y el camerún.
Las tres variedades pueden producir altos rendimientos de
forraje verde por unidad de superficie con un buen manejo,
fertilización y riego, con lo cual podría llegar a producir 100 a
200 toneladas por hectárea al año.

Sustitución
Con el desmonte masivo en la zona de Alto Paraná, parte de Itapúa, Canindeyú, Amambay, San
Pedro y parte de Caaguazú se sustituyeron grandes extensiones de monte alto por pastura
cultivada, principalmente pasto Colonial, que se inició a fines del 60 y dando sus frutos con
buenos rendimientos en la década del 70 y 80, y parte del 90, para luego caer en su
producción, debido a diversos factores, fundamentalmente, manejo y fertilidad.

Prácticamente, todas las praderas de Colonial fueron sustituidas por la Brachiaria brizantha y
sus variedades, porque esta es menos exigente en fertilidad de suelo, aunque actualmente es
sustituida a su vez por los cultivos de soja y maíz.

Con posterioridad, también aparecieron variedades de la especie Panicum (Tanzania,


Mombaca, etc.) que son utilizadas preferentemente para engorde y terminación de novillos y
también para hacienda de cría.

La totalidad de los pastos cultivados contribuyeron en el rendimiento de ganado en todos sus


aspectos, lo que le permite a muchos ganaderos entregar en ferias o disponer de animales
terminados con 25 a 30 meses de edad, con un peso promedio de 400 kg/vivo y un
rendimiento promedio al gancho de un 55 a 58%.

Finalmente, es difícil determinar que un pasto es mejor que otro, ya que todo depende de las
condiciones del medio en que se quiera implantar y el uso al que va a ser sometido, es decir,
para cría, recría, engorde o terminación.

Recursos Forrajeros de la Región Occidental

Esta región posee una superficie de 24.692.500 Ha., de las cuales unas 11.400.000 Ha. están
ocupadas por formaciones vegetales de praderas y sabanas. De acuerdo a las manifestaciones
de los factores ambientales predominantes -clima, fisiografía, suelo y vegetación-, el Chaco se
encuentra divido en tres grandes subregiones: 1) Bajo Chaco. 2) Planicie de derrame del río
Pilcomayo. 3) Chaco Seco.

Las praderas y sabanas están localizadas en las dos subregiones citadas en primer orden. Se
diferencian los bañados, los esteros, la sabana palmar, la sabana de prosopis (espinillar,
viñalar, algarrobal) y los espartillares.

LOS BAÑADOS: Los bañados ocupan los lugares deprimidos, donde la profundidad del agua es
superficial, y donde alternan periodos de sequía y creciente. Suelos hidromórficos, arcillo-
limosos, impermeables con desagüe lento; alto contenido en materia orgánica, calcio, fósforo,
potasio y pobremente aireados. La vegetación está compuesta por gramíneas de alta calidad
forrajera. En esta predomina el pasto clavel, Hemarthria altísima, Paspalum lividum, Eriochloa
punctata, el camalotillo, Leerzia exardra, Panicum elephantipes, el capi`i pe, Cynodon dactilon.
Los bañados están bordeados por sabanas donde la vegetación leñosa está constituida por la
palma y la aromita, principalmente. La producción forrajera varía alrededor de 4.400 Kg/Ha. de
materia seca, con una receptividad de 0,3 UA/Ha.

ESTEROS: Los esteros ocupan lugares más deprimidos, y se encuentran cubiertos por agua de
mayor profundidad por mayor periodo de tiempo. Suelos iguales a los bañados. La vegetación
de estrato superior está compuesta por el pirí guasú, Cyperus giganteus, Totora, Thypa
Latiforlia y peguajó, Thalia geniculata y Thalia multiflorum.

La vegetación del estrato bajo también está constituida por plantas de alta calidad. Pasto
Clavel, camalotillo, capi`i pe. La producción forrajera es de 7.000 kg./Ha con una receptividad
de 0,25 UA/Ha.
SABANAS PALMAR: Las sabanas palmar-prosopis ocupan lugares de transición entre la
depresión, bañados y esteros; y las lomadas, espartillares y bosques. Son afectadas por
inundaciones de corta duración, alternadas por periodos secos y de crecientes. Suelos
hidromórficos planosols, de color gris franco-limoso, con subsuelo arcilloso impermeable; con
drenaje, permeabilidad y aireación bajos. También bajos en materia orgánica, medio en
fósforo y alto en calcio y potasio.

La vegetación herbácea está constituida por especies erectas matosas, paja amarilla,
Sorghastrum agostoides, capi`i jovy, Paspalum pauciciliatum, cortadera (Panicum prionitis; y
pastos rastreros como el Paspalum alcalinum, P. almun, Cynodón dactilum, Eniochloa
punctacta. La vegetación leñosa está compuesta, según la zona, por el vinal, el agarrobillo, el
agarrobo, labón, aromita y la palma. La producción forrajera es de 4.000 Kg/Ha. con una
receptividad de 0,33 UA/Ha.

SABANA ESPARTILLAR: La sabana espartillar ocupa, juntamente con las islas de bosques, los
lugares fisiográficos más altos. Poseen suelos franco-arenosos de variable profundidad, que
descansan sobre subsuelo arcilloso salino. No son afectadas por inundaciones. Predominan
ambientes secos, poseen aptitud agronómica que permite sostener cultivos de plantas más
exigentes como sorgo, algodón, caña de azúcar, pasto elefante, batata, maní y otros. La
producción forrajera está constituida casi en su totalidad por el espartillo, Elyonorus latiflorus,
y varía alrededor de 2.800 kg./Ha con una receptividad de 0,20 a 0,25 UA/Ha. El espartillo
suele estar asociado con el espinillo, el algarrobo o la palma.

PRINCIPALES LIMITACIONES DE LAS PRADERAS DEL CHACO

- Sequías e inundaciones. Dificultad de ajuste de carga.

- Falta de pasto en periodos de sequías, y dificultad del uso del pasto en periodos de
inundaciones.

- Enmalezamiento de potreros. Disminución de receptividad.

- Dificultad de manejo del ganado por presencia de vegetación leñosa, (bosques-malezas


leñosas).

- Incidencia de parásitos extremos, moscas, mosquitos y tábanos.

- Manejos extensivos.

VENTAJAS DE LAS PRADERAS DEL CHACO

- Alto contenido de minerales. P-Ca-Mg, elementos fundamentales para la producción del


ganado.

- Pastos que no encañan.

- Pastos de alta digestibilidad, camalotillo y clavel.

- Ecosistemas estables o en sucesión.

- Productividad del ganado medial alta. Existencia de leguminosas forrajeras nativas.


Recursos Forrajeros de la Región Oriental

La Región Oriental posee una superficie de 15.932.000 hectáreas, el 39% del país. En ella
existen alrededor de 9.941.854 Ha. de tierras dedicadas a la ganadería, diferenciadas en varias
clases: sabana palmar, llanuras de pastos altos, los bañados y las praderas onduladas.

SABANA PALMAR: En la margen oriental del río Paraguay, existe una prolongación, de ancho
variable, de la Sabana Palmar propia del bajo Chaco. La fisiografía es plana, con suelos
arcillosos, Planosoles y Gleihúmicos, lo que le confiere inundabilidad. Contenidos bajos y
medios de materia orgánica, bajos en fósforo y potasio. La vegetación herbácea está
constituida por especies de porte erectomatoso, como la paja amarilla, cortadera, paja
colorada (Andropogón lateralis), aguara ruguái (Andropogón condensatum), y pastos bajos,
rastreros como el jesuita (Axonopus compresus), Paspalum plicatulum, espartillo y el kapi`i
pe`i. La producción forrajera anual es de 4.000 kg./Ha, con una receptividad de 0,55 U.A/Ha.

LLANURA DE PASTOS ALTOS: Colindando con la Sabana Palmar y en muchos casos distribuidos
en el interior de la región, existen grandes extensiones de tierras que están ocupadas por
llanuras. Los suelos son planosoles, con horizonte superficial de escaso espesor, que descansa
sobre un subsuelo arcilloso e impermeable. La fisiografía plana con pequeñas pendientes
determina que estas praderas sean inundables en periodos de lluvias. Los suelos son ácidos y
deficientes en materia orgánica, y fuertemente deficientes en fósforo, potasio y otros
microelementos. Predominan gramíneas de porte alto como la paja amarilla, paja colorada,
aguara ruguái y el pasto jesuita`i. En condiciones de subpastoreo adquieren dimensiones de
pastos altos, matosos de bajo valor nutritivo. El aprovechamiento de esta vegetación es
mediante la quema. En condiciones de sobrepastoreo, la vegetación erectomatosa da paso a
una excelente vegetación de pastos bajos con predominancia del pasto jesuita. La producción
forrajera es de 4.500 kg./Ha con una receptividad de 0,7 UA/Ha. Llanuras de pastos altos
existen en Paraguarí, San José, Carayaó, Artigas.

PRADERAS HUMEDAS: Las praderas húmedas ocupan áreas deprimidas que normalmente
retienen agua en la superficie, constituyen los cauces naturales de desagüe de extensas
superficies de tierras altas o planicies hacia los arroyos o ríos. Los suelos son hidromórficos,
generalmente poco profundos, de textura liviana, que descansan sobre un subsuelo arcilloso,
impermeable (Planosoles y Gleihú-micos), ácidos. Predomina la cortadera, paja amarilla, paja
colorada, kapi`i hovy, piraguasu, camalotillo. Estas praderas se caracterizan por su alta
producción forrajera de baja calidad, y baja accesibilidad por su carácter pantanoso. La
producción forrajera es de 7.000 kg./Ha. con una receptividad de 0,8 UA/Ha.

PRADERAS ONDULADAS: En la zona norte del Departa-mento de Concepción, y en la zona de


centro-sur-oeste de la región existen grandes extensiones de tierras altas onduladas con suelos
residuales derivados de granitos (Caapucú, Caazapá); y de arenisca (Misiones, Concepción).
Estas extensiones están cubiertas por praderas, clasificadas como praderas onduladas. Los
suelos son superficiales, poco profundos -Caazapá, Concepción-, con afloramientos rocosos.
Son suelos ácidos de muy baja fertilidad, fuertemente deficientes en fósforo y elementos
menores. En Misiones, los suelos son profundos, fuertemente ácidos y también de baja
fertilidad. La vegetación está diferenciada en pastos altos, paja amarilla, paja colorada, pastos
bajos, pasto jesuita, pasto cabayú, kapi`i pe`i y otros. La producción forrajera anual es de 6.000
kg./Ha., y la receptividad es de 0,7 UA/Ha.
LIMITACIONES

Las principales limitaciones de las praderas de la Región Oriental son:

- Suelos y forrajes deficientes en fósforo (-40%).

- Suelos ácidos.

- Ausencia de leguminosas (2 a 3% de leguminosas).

- Deficiente en proteínas (5 a 8%).

- Desbalance forrajero pronunciado entre el verano y el invierno (80% - 20%).

- Encañamiento de la vegetación.

- Alta infestación de parásitos (garrapatas, ura, sarna, piojos, moscas).

- Baja productividad animal.

VENTAJAS

- Praderas estables, poca regresión-sucesión.

- Alta producción forrajera, alta receptividad.

- Alta respuesta a prácticas de manejo, suplementación mineral.

- Fácil manejo de la hacienda.

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