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Introducción

En el ámbito de la educación infantil, la primera infancia representa una etapa

crítica en el desarrollo de los niños, donde se forjan las bases para su crecimiento

integral. En este contexto, el presente trabajo surge de un proceso de observación e

investigación llevado a cabo en el jardín infantil "Semillero", con el objetivo de explorar

y comprender en profundidad las prácticas pedagógicas que se implementan en este

entorno educativo.

A lo largo de este trabajo, se examinarán detalladamente las bases curriculares

que sustentan la labor pedagógica en el jardín "Semillero". Se explorarán las prácticas

educativas relacionadas con el aprendizaje autodirigido, la independencia del niño, la

creación de un ambiente preparado con materiales sensoriales y las actividades que

fomentan la exploración y el descubrimiento, tal como se plantea en la Pedagogía

Montessori. Además, se analizará cómo se fomenta la idea de que los niños son

constructores activos de su propio conocimiento a través de proyectos de investigación,

el arte y la colaboración, como propugna la Pedagogía Reggio Emilia.

Este trabajo de observación e investigación tiene como objetivo principal

contribuir al entendimiento y valoración de las prácticas educativas implementadas en el

jardín infantil "Semillero". A través de la recopilación de datos empíricos y el análisis

crítico de las actividades pedagógicas, se espera arrojar luz sobre cómo estas prácticas

impactan en el desarrollo integral de los niños y cómo pueden servir como modelo para

otros entornos educativos dedicados a la primera infancia.


Contexto

En el barrio Jordán de la ciudad de Ibagué se encuentra ubicado el Jardín Infantil

“Semillero”, el cual es de carácter privado, brindando atención en preescolar y primaria,

desde los 2 a los 10 años, con una población estudiantil de 110 niños y niñas en los

niveles de párvulos, prejardín, jardín, transición y de primero a quinto de primaria.

Las familias usuarias son habitantes del barrio el cual cuenta con todos los

servicios públicos, acceso a internet y la mayoría tienen parabólica en sus hogares,

pertenecen al estrato socio económico 3.

Los hogares en su mayoría son nucleares en donde al menos uno de los padres

cuenta con trabajo formal garantizando el sustento económico del hogar y la afiliación a

la seguridad social. Algunas madres son cabeza de hogar y conviven con otros

familiares quienes les apoyan tanto en los gastos como con la atención, cuidado y

acompañamiento de los niños.

El jardín infantil realiza un trabajo articulado con las familias el cual es esencial

para el desarrollo integral de los niños, ya que promueve la coherencia, el apoyo

emocional y la colaboración en la educación y el cuidado de los niños. Esto beneficia no

solo a los niños, sino también a los padres, al personal del jardín infantil y a la

comunidad en general. Cuando las familias y el personal del jardín infantil trabajan

juntos, los niños experimentan una mayor coherencia en su entorno, proporcionando una

sensación de seguridad y apoyo emocional que es esencial para su desarrollo social y

emocional.
Se mantiene una comunicación constante entre las familias y el jardín infantil

garantizando que los niños reciban un cuidado y una educación coherentes. Esto es

especialmente importante en la primera infancia, cuando los niños están construyendo

las bases de su aprendizaje futuro, además permite la Identificación y apoyo a

necesidades especiales que un niño pueda tener, ya sea académica, emocional o de

desarrollo.

Cuando los padres están involucrados en la educación de sus hijos desde una

edad temprana, están más dispuestos a participar en la vida escolar de sus hijos en los

años posteriores. Esto crea una comunidad escolar más fuerte.

La retroalimentación de las familias es valiosa para el jardín infantil, ya que

ayuda a evaluar y mejorar sus programas y servicios. La participación activa de los

padres en reuniones y encuestas puede contribuir a la calidad del cuidado y la educación

que se ofrece.

En este orden de ideas se evidencia la participación activa de las familias en el

proceso educativos de los niños.

El talento humano del jardín infantil está conformado por La Coordinadora, 9

Docentes profesionales en alguna de las áreas de la educación, quienes son las titulares

de cada nivel, 3 auxiliares pedagógicas que apoyan el trabajo de acuerdo con la

necesidad, psicosocial y educadora especial.

También se cuenta con el apoyo de entidades publicas como el centro de salud,

quien apoya en campañas que favorezcan el adecuado crecimiento y desarrollo, higiene

oral, vacunación, salud y bienestar general de los estudiantes. La biblioteca pública, la


piscina, estación de policía, siendo entidades que promueven de manera frecuente

actividades lúdico-pedagógicas para los niños que complementan el desarrollo integral

de los estudiantes.

El jardín “semillero” basa su trabajo pedagógico orientado en la Pedagogía

Montessori la que se centra en el aprendizaje autodirigido donde se anima a los niños a

explorar y dirigir su experiencia educativa y la independencia del niño. Se enfatiza en la

creación de un ambiente preparado con materiales sensoriales y actividades que

fomenten la exploración y el descubrimiento. Currículo: Las escuelas Montessori tienen

un currículo general que incluye matemáticas, lenguaje, habilidades prácticas, geografía,

estudios culturales, ciencias y música. Las actividades de movimiento y sensoriales

guían el aprendizaje de los estudiantes en estos temas. Las aulas Montessori tienen un

diseño estructurado con materiales y espacios específicos preparados por los maestros

para adaptarse a las diferentes elecciones de los niños. No hay pupitres, solo mesas y el

suelo, y todos los muebles están adecuadamente dimensionados para los niños.

Y en la Pedagogía Reggio Emilia corriente se basa en la idea de que los niños

tienen "cien lenguajes" y deben ser vistos como constructores activos de su

conocimiento. Se enfoca en proyectos de investigación, el arte y la colaboración entre

niños y adultos. No hay un currículo establecido, y en su lugar, la función del aula es

permitir lecciones en evolución basadas en el interés y la respuesta de los estudiantes. El

aula es más flexible y abierta que permita fomentar la colaboración y la comunidad.

(Los modelos pedagógicos alternativos de educación infantil 2016).

Dicho esto, el Jardín centra su trabajo basadas en las bases curriculares para la

educación inicial a través de la planificación y desarrollo de actividades educativas que


promueven el aprendizaje integral de los niños. Esto se logra mediante la selección de

contenidos relevantes, la adaptación de estrategias pedagógicas y la evaluación constante

del proceso de enseñanza-aprendizaje. El objetivo es brindar una educación de calidad y

estimular el desarrollo de habilidades y competencias en los niños de manera lúdica y

divertida.

En primer lugar, en el jardín infantil, reconocemos que desde el momento en que

un niño se matricula, está inmerso en un continuo proceso de aprendizaje. A pesar de que

no se cuenta con atención para bebes, se realizan constates capacitaciones y talleres a

padres de familia en donde se les orienta en la formación de los bebés, basada en

acompañamiento, apoyo y colaboración para que fortalezcan su independencia, a través

del movimiento los bebes pueden explorar su entorno de forma más activa, lo que es

esencial para su desarrollo cognitivo, físico y social.

Hablar y explorar son dos componentes esenciales del desarrollo en el jardín

infantil. Aunque los bebés aún no pueden comunicarse verbalmente, comienzan a

expresarse a través del llanto, las sonrisas y los gestos. Conforme avanzan hacia la etapa

de la primera infancia, comienzan a balbucear y a intentar imitar los sonidos que

escuchan. En este entorno, se alterna y apoya activamente el desarrollo del lenguaje a

través de la lectura, el canto y la conversación. Además, proporciona oportunidades para

que los niños exploren su entorno, experimenten con diferentes texturas y objetos, y

participen en actividades sensoriales que estimulen su curiosidad y desarrollo cognitivo

Además, se desarrollan en el aula procesos que fortalecieron los escasos

aprendizajes que tenían los niños en las áreas de lectura, escritura y análisis crítico, para

esto se incluyeron diversas estrategias, lo que permitió conocer un poco más de los
conocimientos previos de los menores, para luego afianzar y reforzar ese aprendizaje y

lograr que fuera completo, generando en algunos niños confusión por tener vacíos en

estos temas que no habían sido abordados con anterioridad y de manera pertinente por su

anterior maestra, esta situación género detonantes de irritabilidad en un niño en

específico, asi como sentimientos de culpa por no comprender lo que se le estaba

explicando, pero desde una didáctica docente apropiada se logró que entendiera que el

conocimiento es construible y que se puede generar una autonomía en el aprendizaje.

Las vivencias que se han desarrollado en el Jardín Infantil “Semillero” con los

menores han sido gratificantes, experienciales y con grandes aprendizajes. En muchas de

las actividades pedagógicas desarrolladas en el aula, además de promover el desarrollo

de habilidades, estuvieron encaminadas al crecimiento personal de cada niño,

fortalecimiento en valores, pautas de crianza, comportamiento apropiado y

afrontamiento de situaciones cotidianas de la vida escolar.

Se generaron múltiples escenarios con actividades dinámicas como realización de

manualidades, juegos interactivos, dramatizados y reflexión del propio aprendizaje en

donde cada alumno tuvo la oportunidad de conocer sus fortalezas y debilidades en el

proceso de aprendizaje de lectoescritura y análisis crítico. Esta situación generó

incertidumbre en otros menores que también tenían muchos vacíos académicos, pero con

la orientación mía como maestra en este proceso, con una asertividad y andamiaje

correcto se logró que los menores se apropiaran de ese nuevo conocimiento, lo

practicaran y finalmente fuera perfeccionado en el aula.


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