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Lesiones de los Meniscos de la Rodilla.

¿Qué es el Menisco de la Rodilla?.

Las lesiones de los meniscos de la rodilla: causas, síntomas, diagnóstico,


tipos y tratamiento nos ocupará este capítulo.
El menisco de la rodilla es una estructura fibrocartilaginosa situada entre
el fémur y la tibia, dentro de la articulación de la rodilla, con forma
semilunar, cuya principal función es aumentar la profundidad de la
superficie relativamente plana de la parte superior de la tibia y la
congruencia entre el fémur y la tibia.
– Carecen de vasos y nervios, excepto en la zona periférica. Esto quiere
decir que su capacidad de cicatrización está limitada a esta zona y que las
lesiones de los 2/3 internos no duelen por sí mismas, sino por la irritación
que causan en la rodilla cuando están rotos, al alterarse la biomecánica
normal de esta.
– El menisco interno tiene forma de “C” y se inserta en la porción anterior
de la espina tibial, por delante de la inserción del ligamento cruzado
anterior, en la base de la espina de la tibia.
En la zona central se une al fascículo profundo del ligamento colateral
medial, lo cual puede complicar el diagnóstico diferencial y el tratamiento
en ciertos casos. En su porción central, se encuentra unida a la porción
profunda del ligamento colateral medial.
El menisco interno de la rodilla se lesiona con más frecuencia que el
externo en una proporción de 3/5 a 1. Está anclado a la cápsula articular
en toda su periferia, por lo que es menos móvil, lo cual podría hacerlo más
propenso a la rotura.
– El menisco lateral de la rodilla, tiene forma de ” 0” incompleta o
discoidea. En la parte posterior los ligamentos menisco femorales de
Humphrey (anterior al ligamento cruzado posterior) y de Wrisberg
(posterior al ligamento cruzado posterior) contribuyen a su estabilidad,
pero no está unido al ligamento colateral lateral de la rodilla, por lo que es
más móvil que el interno.
– El tercio externo o periférico de los meniscos está vascularizado e
inervado, por tanto presenta cierto potencial de cicatrización. Esta parte
es la que tiene mayor importancia desde el punto de vista mecánico.
– El resto del menisco (2/3 internos), es aneural y avascular, con débil o
nula capacidad de cicatrización y, aunque puede dar síntomas, si se rompe
y se altera la congruencia entre las superficies articulares, esta parte no
tiene receptores de dolor.

¿Cuál es su función?.

Las funciones del menisco de la rodilla son:


1. Congruencia entre el fémur y la tibia (función principal)
2. Mejorar la estabilidad de la rodilla y absorber impactos.
3. Distribuir las fuerzas transmitidas a través de la rodilla: soporta
alrededor del 40% de la carga que recibe la articulación, contribuye
a reducir el impacto entre fémur y tibia y a reducir la fricción entre
ambos.

Tipos de lesiones de los meniscos.

Hay dos grandes grupos de tipos de lesiones del menisco:


 Las lesiones por roturas traumáticas del menisco, que
ocurren en los pacientes más jóvenes entre los 15 20 30 35
años; y que se suelen producir por accidentes deportivos
intensos o traumatismos.
Normalmente son lesiones que produce una limitación importante en
estos pacientes jóvenes para su desempeño normal su vida o su actividad
deportiva y son lesiones que normalmente requieren la realización de una
artroscopia para reparar la articulación y que el paciente pueda seguir
manteniendo su actividad física.
 El otro gran grupo son las lesiones por roturas degenerativas
del menisco, qué son las que ocurren en pacientes mayores
entre 45 y 65 años y que a veces aparecen ya sobre un fondo de
desgaste o pre artrosis de la articulación.
En estos pacientes el menisco tiene menos elasticidad y se rompe durante
las actividades de la vida normal; no por un traumatismo deportivo.
La mayoría de estas roturas degenerativas del menisco podrán ser
tratadas de forma conservadora sin operación.

Rotura traumática del menisco.

Las roturas traumáticas de menisco se tratarán en función del área donde


esté localizada la rotura. Si es en la zona, donde no hay apenas posibilidad
de riego y de vascularización, se suele recortar o extirpar la parte que se
ha dañado y que se está interponiendo y pellizcando y haciendo que
nuestro paciente tenga fallos, dolor o pellizcamientos.
Sin embargo, cuando las roturas de menisco se localizan en la parte que
tiene más riesgo, en la parte que es vascularizada, se intenta salvar el
menisco con el objetivo de preservar la mayor parte de su función y
prevenir el desarrollo de una artrosis con el transcurso de los años.
Entonces; dependiendo donde esté la lesión, se intenta reparar o bien se
extirpa la parte que no tiene apenas posibilidad de cicatrización; en la
parte más interior.
Pero, en general, las roturas traumáticas de menisco por el deporte de los
pacientes jóvenes; cuándo dan una clínica o impotencia funcional; van a
requerir la cirugía mediante artroscopia y suelen tener una recuperación
muy rápida.
Cuando el menisco es joven es elástico y es una estructura que, cuando se
rompe, provoca cuadros como dolor, pellizcamiento, fallo, bloqueo o
pseudobloqueo de la rodilla, derrames, impotencia (sobre todo para hacer
deporte) en los pacientes más jóvenes 20, 25, 30, 35 años.
La recupereración es un poco más lenta en aquellos casos en los que hay
que hacer una resutura o reinserción del menisco e intentar preservarlo.
Aquí la cicatrización irá más despacio, pero merecerá la pena pon el
beneficio, a largo plazo, de preservar esa articulación y retardar
el desarrollo de artrosis en nuestros pacientes.

Rotura degenerativa de los meniscos.

Las lesiones degenerativas del menisco son aquellas que se producen en


pacientes en edades medias de la vida: partir de los 45 50 a 60 años. En
estos casos el menisco ya no tiene la misma elasticidad que a los 20 o 30
años.
Estas lesiones se producen por microtraumatismos repetidos; por un
apoyo forzado; por un giro mal hecho; por una actividad o un apoyo que
no asociamos a un impacto fuerte o a un traumatismo. Se producen
porque el menisco ha perdido esa elasticidad que teníamos en los años
más jóvenes de nuestra vida.
Estas lesiones, con frecuencia, cursan con un periodo de inflamación y de
dolor agudo que dura un par de meses y, después, tienden a estabilizarse.
Muchas de ellas no necesitan cirugía. A diferencia de las lesiones de
menisco en las edades jóvenes; las lesiones de menisco traumáticas;
las lesiones de menisco degenerativas, con frecuencia, asocian daño
incipiente del cartílago; es decir; inicio del desgaste de la articulación de la
rodilla o un inicio de artrosis.
Estas lesiones se pueden manejar con infiltraciones de ácido hialurónico,
plasma rico en plaquetas, suero autólogo condicionado, un protocolo de
rehabilitación y, en la mayoría de los casos, en un porcentaje muy
elevado, no van a necesitar la cirugía. Incluso muchas veces, la cirugía no
está indicada porque, como el menisco ha perdido la elasticidad y es más
frágil, más quebradizo, al cabo de unos meses se va a volver a romper en
otro sitio.
Por lo tanto, hay que ser ya muy selectivo en la rotura degenerativa de
menisco y no siempre ir directamente a hacer una artroscopia; sino
intentar ofrecer primero a nuestros pacientes un tratamiento conservador
que, en la mayoría de los casos será exitoso.

Causas de las lesiones de los meniscos de la rodilla.


Las lesiones meniscales pueden ocurrir a cualquier edad, pero las causas
son algo diferentes entre los distintos grupos de edad.
En los pacientes más jóvenes, el menisco es una estructura bastante
resistente y elástica y su lesión suele estar relacionada con alguna práctica
deportiva. Las roturas del menisco en pacientes menores de 30 años
generalmente son el resultado de un traumatismo importante,
generalmente con un mecanismo de torsión de la rodilla.
En las personas mayores, el menisco se va degenerando, se va
deshidratando, se vuelve más rígido, menos elástico, más frágil y,
finalmente, menos resistente. Las roturas del menisco a estas edades
pueden deberse a un traumatismo menor (por ejemplo, al levantarse de la
posición de cuclillas). Son las llamadas roturas degenerativas.
El mecanismo de producción, la actividad del paciente y el estado del
resto de la rodilla pueden condicionar que el abordaje de estas lesiones
sea completamente diferente con respecto a los atletas más jóvenes. Al
aumentar la edad de la población la prevalencia de roturas degenerativas
(muchas veces con signos asociados de artrosis en la rodilla) aumenta, sin
que esto signifique que haya que operar a todos estos pacientes.
En muchos casos, no se recuerda un traumatismo específico que haya roto
el menisco.

Mecanismos de lesión de los meniscos.


La lesión del menisco aparece como resultado una combinación de
fuerzas: compresión, tracción, flexo-extensión de la rodilla junto con
maniobras de rotación interna o externa forzadas, con la pierna apoyada
en el suelo, a lo que se suma el peso corporal.
Hay dos formas principales de lesión de los meniscos de la rodilla:
 Traumatismo agudo sobre un menisco sano. El traumatismo, casual

o deportivo, ha de tener la intensidad suficiente para dañar el


menisco sano.
 Traumatismos de repetición sobre un menisco patológico afectado

por una degeneración progresiva. Para producir la rotura puede ser


suficiente con un apoyo forzado, un esfuerzo o un traumatismo leve
sobre un menisco degenerado.
Se han postulado como factores predisponentes, que favorecen la
ruptura, la insuficiencia muscular, la laxitud ligamentosa, las actividades
laborales o deportivas que exigen posiciones forzadas en flexión
(mecánicos, fontaneros, futbol, hockey, baloncesto, rugby….).
Un factor muy importante es el eje mecánico de las piernas. Si estas están
desviadas en varo (en aro o en paréntesis “()” ) o en valgo (en “X”)
En estos casos, el peso de las extremidades no se reparte de forma
proporcional entre los compartimentos externo e interno de la rodilla,
favoreciendo momentos de excesiva presión sobre el menisco interno
(piernas en arco o aro) o el externo (piernas en X).
Los traumatismos de rodilla repetidos, los deportes o esfuerzos violentos,
la edad, la obesidad son factores que predisponen, de una forma u otra, a
la rotura del menisco.
Síntomas de la rotura de los meniscos.

El príncipal síntoma de un menisco roto es el dolor.


Se puede localizar en la interlínea articular (en el lado interno o externo
donde se sitúe el menisco lesionado) o puede ser más difuso y referirse a
toda la rodilla o irradiarse hacia la pierna. Puede aparecer con las
actividades deportivas o con determinadas maniobras, como ponerse en
cuclillas, subir y bajar escaleras o al hacer giros, con el pie apoyado.
Los síntomas de meniscos rotos son:
1. dolor
2. chasquidos,
3. pseudobloqueos (el pseudobloqueo suele ser una defensa
antiálgica, tras posiciones fijas, o provocado por la contractura,
4. la inflamación o la defensa de las partes blandas, es reductible
aunque si persiste la situación va empeorando),
5. sensación de fallo (generalmente antiálgicos, el paciente no apoya
para no sentir dolor) o,
6. si hay derrame sinovial, sensación de presión o
7. hinchazón en la rodilla.
En los casos en que el fragmento roto es muy grande e inestable se puede
producir un bloqueo real (el bloqueo real es cuando una estructura, un
trozo de menisco en este caso, se interpone entre el fémur y la tibia,
limitando su normal deslizamiento) y la rodilla no puede extenderse por
completo porque el fragmento roto del menisco se interpone entre la
tibia y el fémur.
Si los cuadros de inflamación son graves y continuados significa que existe
inestabilidad e incongruencia articular, pudiendo asociarse un desgaste
mayor del cartílago articular.
Si persiste la situación de derrame mantenido la rodilla puede perder arco
de movimiento.

Diagnóstico de la rotura de menisco.

La sospecha diagnóstica de un traumatismo o lesión de los meniscos de


rodilla es clínica.
Tendremos que considerar si ha habido o no un antecedente traumático,
lo cual es casi la norma en pacientes jóvenes deportistas, o no, como
puede pasar en las roturas degenerativas del menisco en las edades
medias de la vida en que los pacientes no suelen recordar, en muchos
casos, un antecedente traumático claro.
Las maniobras de exploración (Apley, Mc Murray, Steinman) se basan en
combinaciones de rotación-compresión del menisco desde posiciones de
extensión o flexión.
Las radiografías sirven para descartar otras lesiones traumatológicas,
artrosis, osteocondritis, alteraciones del alineamiento de las
extremidades…etc., pero no sirve para ver el menisco.
Si persiste la situación de derrame mantenido la rodilla puede perder arco
de movimiento.
En estos casos, el peso de las extremidades no se reparte de forma
proporcional entre los compartimentos externo e interno de la rodilla,
favoreciendo momentos de excesiva presión sobre el menisco interno
(piernas en arco o aro) o el externo (piernas en X).
Los traumatismos de rodilla repetidos, los deportes o esfuerzos violentos,
la edad, la obesidad son factores que predisponen, de una forma u otra, a
la rotura del menisco.

Tratamiento de la rotura del menisco medial y del menisco lateral.


Las roturas pueden asentar en la zona periférica, la que tiene
vascularización. Estas tienen un excelente pronóstico, pueden curarse y
pueden, dependiendo del trazo, suturarse.
Las roturas situadas en la zona avascular no tienen posibilidades de
curación y, generalmente, si son inestables, su tratamiento es la resección
parcial del menisco, preservando tanto como sea posible para no alterar la
estabilidad de la rodilla ni favorecer el desarrollo de fenómenos
degenerativos.
Por el trazo de fractura se pueden describir como:
Roturas radiales del menisco: el plano es vertical y se extienden desde el
borde interno del menisco hacia su periferia.
Roturas Horizontales del menisco: con más frecuencia asociada a lesiones
degenerativas de la rodilla, aparecen en pacientes más mayores, el plano
es horizontal.
Roturas Oblicuas del menisco: De espesor total en dirección oblicua
desde el borde interno hacia la periferia.
Rotura Longitudinal del menisco: Debido a traumatismos, es una rotura
con plano vertical que puede afectar todo el espesor del menisco o sólo a
parte del mismo. Su trazo es paralelo al borde del menisco y, cuando es
casi completa se puede formar un fragmento inestable que se luxa y se
interpone entre el fémur y la tibia e impide la extensión: rotura en asa de
cubo.
Roturas Complejas o degenerativas del menisco: Generalmente en
pacientes mayores, asociado a trastornos degenerativos, son roturas de
trazos múltiples y complejos.
Menisco Discoideo: Entre las malformaciones congénitas destaca el
menisco discoideo, que consiste en un menisco muy grande, que ocupa
toda la superficie tibial en contacto con el fémur. Casi siempre afecta al
menisco lateral.
Raramente, afecta al lado medial. Hay distintas clasificaciones,
dependiendo de la forma. Watanabe clasifica el menisco discoideo en
completo, incompleto y tipo ligamento de Wrisberg.
El menisco discoideo completo e incompleto varían en su grado de
cobertura de la meseta tibial.
El tipo ligamento de Wrisberg es bastante normal en su forma, pero no
hay ligamento coronario posterior. En su lugar, el menisco lateral se fija al
ligamento menisco-femoral de Wrisberg.
El menisco discoideo puede considerarse una variante anatómica que es
asintomático en la mayoría de los casos, hasta que se rompe y con la
artroscopia se descubre su forma. Puede dar cuadros de resalte, con la
flexo-extensión de la rodilla, en niños menores de 10 años. El síndrome de
la rodilla en resorte se asocia generalmente a la variante de ligamento
Wrisberg y suele presentarse en niños menores de 10 años. La falta de
inserciones posteriores normales del menisco deriva en una subluxación
que da lugar a un sensación de resorte, sobre la interlínea articular.
Si la rotura del menisco es en una zona no reparable se resecará el
fragmento.
En general se hará una meniscectomía parcial, con resección de los
fragmentos inestables, tan económica como sea posible, salvando la
mayor cantidad de menisco.

Rotura meniscal y resección. Las zonas internas no tienen vascularización y


no suelen ser reparables
La remodelación se hará dejando un perfil de menisco lo más parecido al
normal, sin zonas angulosas que favorezcan nuevos pinzamientos o
roturas.
Si la rotura se encuentra en una zona suturable, se realiza una sutura en
lugar de resecar el fragmento roto.
Respecto al menisco discoideo si este se descubre por una RMN realizada
por otra causa no se trata, se considera un hallazgo y ya hemos resaltado
que se operan pacientes y no resonancias.
Si el menisco discoideo se ha roto y es sintomático se hace una resección
parcial y se regulariza, siguiendo los patrones descritos de remodelación e
intentando evitar la meniscectomía total.

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