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CRISIS FEBRILES

Las crisis febriles son aquellas que se producen entre los 6 y los 60 meses de edad (pico a los 12-18
meses), con una temperatura de 38 °C o más, que no se deben a infección del SNC o a ningún
desequilibrio metabólico y que se producen sin antecedentes de crisis afebriles previas.

La mayoría de los pacientes con crisis febriles simples tienen un estado poscrítico muy corto y
suelen volver a su conducta y nivel de conciencia basales normales en un plazo de minutos tras la
crisis.

Entre el 2 y el 5% de los lactantes y niños sin enfermedades neurológicas sufren, por lo menos, una
crisis febril, por lo general simple. Las crisis febriles recidivan en alrededor del 30% de los que
tienen un primer episodio, en el 50% después de dos o más episodios y en los lactantes menores
de 1 año al inicio de la crisis febril. Varios factores afectan al riesgo de recidiva (tabla 611.5).

ETIOPATOGENIA

Aunque la base biológica de las CF no está bien establecida, parece que se relaciona con la
interacción de varios factores:

 Madurativos. Esta hipótesis relaciona la predisposición del cerebro inmaduro y una


inmadurez en los mecanismos termorreguladores pueden contribuir a aumentar la
susceptibilidad a sufrir una CF.
 Inmunológicos. Un desequilibrio entre citoquinas pro- y antiinflamatorias podría
representar un papel importante en la patogenia de las CF.
 Infecciosos. La mayor parte de las infecciones responsables de las CF son los virus,
principalmente influenza A, coronavirus humano y herpes tipo 6.
 Genéticos. El riesgo de padecer una CF cuando se tiene un familiar de primer grado con CF
ronda el 10-15%. Se piensa que pudiera seguir un patrón de herencia complejo con
múltiples genes implicados, (SCN1A, SCN1B, GABRG2, GABRD y SCN9A).

CLÍNICA

Según las características clínicas clasificamos las CF en:


CF simples o típicas (60-70%). Son aquellas crisis que aparecen en niños con edades entre 6 meses
y 5-6 años), sin patología neurológica de base ni crisis afebriles anteriores, en las primeras 24
horas del proceso febril, generalmente con una temperatura superior a 38 °C. Son generalizadas
(tónicoclónicas, 80%; tónicas, 13%; atónicas, 3%), breves (<15 min), con poscrítico corto y sin
focalidad neurológica.

CF atípicas (30-40%). Generalmente son focales con o sin generalización secundaria, prolongadas,
con paresia posictal de Todd (debilidad focal en una parte del cuerpo después de una convulsión)
recurrentes en las primeras 24 horas. Las crisis focales en ocasiones son difíciles de detectar al ser
sutiles los signos de focalidad (desviación ocular, asimetrías motoras en el contexto de una crisis
bilateral).

DIAGNÓSTICO

Historia clínica y exploración: Si la historia clínica sugiere un CF, pero el niño mantiene un nivel de
conciencia normal, identificamos el foco de la infección mediante la exploración física y no
encontramos ningún hallazgo en la exploración neurológica, es innecesaria la realización de
pruebas complementarias.

Punción lumbar: En el diagnóstico diferencial debería tenerse en cuenta la meningitis y se debería


realizar una punción lumbar en todos los lactantes menores de 6 meses que presenten fiebre y
crisis comiciales, o si el niño tiene aspecto de enfermo, o bien a cualquier edad si existen signos
clínicos o síntomas sospechosos. La punción lumbar es optativa en los niños de 6-12 meses que no
estén correctamente vacunados contra Haemophilus influenzae de tipo b y Streptococcus
pneumoniae o cuyo estado vacunal se desconozca. La punción lumbar también es opcional en los
niños que hayan recibido un tratamiento previo con antibióticos.

Electroencefalograma: Si el niño presenta la primera crisis febril simple y sin otras anomalías
neurológicas, no se necesita un EEG como parte de la evaluación. El EEG realizado en las primeras
2 semanas tras una crisis febril suele mostrar un enlentecimiento inespecífico, por lo general con
posterioridad. Por tanto, en muchos casos, si se indica un EEG, este se difiere o se repite pasadas
más de 2 semanas. A veces, si el paciente no se recupera de inmediato de una crisis, el EEG puede
ayudar a distinguir entre la actividad comicial activa y un periodo poscrítico prolongado.

Análisis de sangre: Los análisis de sangre (electrólitos séricos, calcio, fósforo, magnesio y un
hemograma completo) no suelen recomendarse de forma rutinaria en la evaluación de un niño
con una primera crisis febril simple. Los valores séricos de electrólitos pueden ser anómalos en los
niños después de una crisis febril, pero esto debería sospecharse por los factores precipitantes o
predisponentes observados en la anamnesis y que se reflejan en la exploración física. Si existen
indicaciones clínicas (p. ej., una deshidratación), se deberían realizar estas pruebas. Una
hiponatremia se asocia con un riesgo mayor de recidiva de la crisis febril en las siguientes 24
horas.

Pruebas de neuroimagen: La TC o la RM no se recomiendan en la evaluación del niño después de


una primera crisis febril simple. La evaluación de los niños con crisis febriles complejas debe ser
individualizada. Puede incluir un EEG y pruebas de neuroimagen, sobre todo si el niño presenta
anomalías neurológicas.
TRATAMIENTO

La mayoría de las CF duran poco tiempo, por lo que han cedido cuando llegan a los servicios de
Urgencias y no precisan ningún tratamiento. Por tanto, si recibimos una CF en fase activa debemos
suponer que lleva más de 20 minutos de duración y tratarla como estatus febril. Las crisis deberían
ser tratadas lo más precozmente posible. Por ello, los padres y el personal sanitario
extrahospitalario deberían recibir formación para el manejo de crisis sin acceso venoso.

En caso de crisis recurrentes, administre tratamiento de rescate, teniendo en cuenta que el uso de
benzodiacepinas puede causar depresión respiratoria. Los benzodiacepinas por vía intravenosa,
intramuscular, oral, intranasal o rectal se utilizarán para abortar las crisis, pero no se recomiendan
para el tratamiento profiláctico.

Criterios de hospitalización

La Academia Americana de Pediatría recomienda que no es necesaria la hospitalización en


mayores de 18 meses clínicamente estables sin signos o síntomas que requieran estudios
diagnósticos. Se instruye a los padres para manejo en casa. Hospitalización en menores de 18
meses para observación y la posible realización de punción lumbar.
Nelson. Tratado de Pediatría (18.ª ed.) Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF. Barcelona:
Elsevier, 2008. 3.376 páginas. 2 volúmenes.

Pereda AGRG. Convulsiones febriles [Internet]. Aeped.es. [citado el 19 de junio de 2023].


Disponible en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/38_0.pdf

Aguirre-Velázquez CG, Huerta Hurtado AM, Ceja-Moreno H, Salgado-Hernández K, San Román-


Tovar R, Ortiz-Villalpando MA, et al. Guía clínica. Diagnóstico y tratamiento de crisis febriles.
Revista Mexicana de Neurociencia [Internet]. 2023;20(2). Disponible en:
https://www.revmexneurociencia.com/files/es/rmn_19_20_2_042-048.pdf

STATUS CONVULSIVO
La definición es la de una crisis comicial que persiste por un tiempo prolongado (30 minutos), o
distintas crisis que se repiten, de modo que no existe recuperación completa de la consciencia
entre las mismas.

Se establecen varias etapas : los primeros 5 min de una convulsión han sido llamados
“prodrómicos” o “incipientes”. Continuado la actividad convulsiva se puede subdividir en: EE
precoz (5-10 min), EE establecido (10-30 min), EE refractario (30-60 min) o bien cuando persiste a
pesar de un adecuado tratamiento con dos o tres tipos de medicaciones distintas de primera y
segunda línea y EE superrefractario, en que continúa más de 24 horas a pesar del tratamiento con
fármacos anestésicos.
EPIDEMIOLOGÍA

Es una de las urgencias neurológicas más frecuentes. La incidencia estimada de EE infantil es de


entre 17 y 23 episodios por 100 000 por año. La mayor incidencia es en el primer año de vida,
entre 51 a 156 por 100 000/año.

CLASIFICACIÓN Y ETIOLOGÍA

Factores de riesgo: • Epilepsia preexistente: aproximadamente un 15% de los niños con epilepsia
tendrá al menos un episodio de EE. El • Riesgo mayor en niños con etiologías sintomáticas remotas
y con enfermedades neurológicas progresivas.

CAMBIOS FISIOPATOLÓGICOS ASOCIADOS AL ESTATUS EPILÉPTICO


Fsc flujo sanguíneo cerebral, cid coagulación intravascular diseminada, fmo disfunción
multiorganica, pvc presión venosa central

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

El diagnóstico y el tratamiento están estrechamente relacionados y se deben de llevar a cabo


simultáneamente y de forma inmediata.

Medidas generales En los cinco primeros minutos:

Vía aérea (A: airway): es esencial mantener una vía aérea permeable. Aspiración de las
secreciones, cánula de Guedel, lateralización de la cabeza para evitar una broncoaspiración e
intubación endotraqueal en el paciente con depresión respiratoria mantenida.

Respiración (B: breathing): • Todos los niños con EE deben tener la respiración y
SpO2monitorizada continuamente. • deben recibir oxígeno suplementario con O2 a alta
concentración para mejorar la hipoxia cerebral. • Puede ser preciso presión positiva continua de la
vía aérea (CPAP) y ventilación invasiva precedida de intubación endotraqueal (para proteger la vía
aérea, asegurar una ventilación y oxigenación adecuadas).

Circulación (C: circulation): se debe realizar monitorización continua de frecuencia cardiaca,


tensión arterial. Asegurar un buen acceso venoso. Obtención de una analítica básica: gases,
glucosa, hemograma y coagulación, urea, creatinina, calcio, magnesio, transaminasas. Mantener la
presión sanguínea en el rango normal con medidas que incluyen: líquidos por vía intravenosa,
bolos de fluido. La elección de líquidos intravenosos depende del metabolismo y estado
glucémico. Corrección de anomalías metabólicas.

En esta fase es necesario realizar también:

Una exploración neurológica completa, con atención especial a pupilas, escala de coma de
Glasgow, alteraciones focales, posturas anormales, signos meníngeos y fontanela. La existencia de
focalidad neurológica o un retraso importante en la recuperación del nivel de consciencia nos hará
valorar la realización de una prueba de imagen.

Exposición: es preciso comprobar la existencia o no de exantemas, hematomas, signos de sepsis o


traumatismos.

Obtener una historia clínica que permita determinar antecedentes, si pueden existir factores
precipitantes, descripción del inicio de la crisis, características, evolución y duración, traumas
recientes y posibles intoxicaciones.

La revaloración debe continuar durante todo el tratamiento del EE, y se debe permanecer atentos
para detectar los cambios. Se debe realizar al menos: – Después de cada dosis de medicación
anticomicial. – Cada 5 minutos mientras continúen las convulsiones. – Cada 15 minutos después
de la convulsión hasta que se recupere el nivel de consciencia.

Hermosa AG. Estatus epiléptico [Internet]. Aeped.es. [citado el 19 de junio de 2023]. Disponible
en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/10_estatus_epileptico.pdf

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