Está en la página 1de 12

CONVULSIÓN

FEBRIL
DRA. LILIAN JIMENEZ
INTRODUCCIÓN.

La convulsión febril, fuera de ser un fenómeno alarmante para la


familia, es un trastorno paroxístico benigno que generalmente no
requiere más tratamiento que el del proceso infeccioso que lo causa.
El Médico General y el Pediatra deben manejar las CF simples,
informar adecuadamente a los padres y derivar al especialista
cuando sea necesario.
Las convulsiones febriles afectan a un 2-5% de la población infantil
menor de 5 años, y suceden más a menudo entre los 18 meses y
los 2 años de edad, aunque pueden presentarse entre los 6 meses
y los 5 años (85%). Con frecuencia existen antecedentes familiares
positivos de convulsiones febriles o epilepsia (15-30%). En la misma
línea, la presencia de convulsiones febriles en hermanos supera el
10%. Se ha propuesto la presencia de un patrón hereditario
poligénico o autosómico dominante con una penetrancia
incompleta. Igualmente se presupone una relación genética entre
las convulsiones febriles y algunos de los síndromes epilépticos
generalizados y parciales más frecuentes de la infancia.
CRITERIOS:

1- Convulsión + fiebre mayor o igual a 38 grados.

2- Edad: 6 meses - 5 años

3- Ausencia de infección/inflamación del SNC.

4- Ausencia de alteraciones metabólicas agudas.

5- Ausencia de convulsiones afebriles previas.


CLÍNICA:
Puede haber grito inicial + perdida de conciencia + hipertonia

apnea, incontinencia esfinteriana y crisis de mirada fija

¿Cuándo debes consultar con un médico?

Consulta con el médico de tu hijo lo más pronto posible después de la primera convulsión febril de tu
hijo, incluso si solamente dura unos pocos segundos. Llama a una ambulancia para llevar a tu hijo a una
sala de emergencias si la convulsión dura más de cinco minutos o está acompañada de lo siguiente:

● Vómitos
● Rigidez en el cuello
● Problemas respiratorios
● Somnolencia extrema
FACTORES DE RIESGO

1. Predisposición genética
2. Vulnerabilidad del sistema nervioso
3. Fiebre alta (de aumento brusco)
4. Vacunación reciente (anti tos ferina y anti sarampión)
5. Antecedentes familiares de convulsión febril
CONVULSIONES DESPUÉS DE LA VACUNACIÓN

El riesgo de convulsiones febriles puede aumentar después de algunas vacunas de la niñez. Entre estas
están las vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, o la vacuna triple viral, contra el sarampión,
las paperas y la rubéola. Un niño puede tener febrícula después de una vacuna. Es la fiebre, no la vacuna,
lo que causa las convulsiones.
Paralisis de Todd: es la debilidad focal en
una parte del cuerpo después de una
convulsión. Esta debilidad afecta
típicamente a los miembros y se
localiza tanto en el lado izquierdo como
en el derecho del cuerpo.
TRATAMIENTO:

Dipirona: 10 – 30 mg/kp/dosis
Diazepam: 0,06ml x kp (corta duración)
Midazolan: 0,06ml x kp (larga duración)
Difenilhidantoina (DFH):
● NEONATOS:
Dosis de carga: 15-20 mg/kp/Dosis
Dosis de mantenimiento: comenzar 12 hs después 5mg/kp/día V.O o I.V
● Niños:
Dosis de carga: 15-20mg/kp I.V diluido en SF
Dosis de mantenimiento: 24 hs después 5-10mg/kp/día

En los niños menores de 10 meses, convulsiones frecuentes en poco tiempo, convulsiones


complejas repetidas o antecedentes familiares de epilepsia se puede emplear:

El ácido valproico (más utilizado generalmente) Efectos adversos: hepatotoxicidad


trombocitopenia pérdida de peso alteraciones gastrointestinales pancreatitis
Se deberá valorar el ingreso hospitalario en aquellos niños con crisis prolongadas,
focalidad neurológica, crisis múltiples o si existe gran angustia familiar.

- Monitorización de constantes.

- Control de vía aérea, colocar en decúbito lateral izquierdo o lateralización de cabeza


salvo antecedentes de traumatismo.

- Oxigenoterapia para mantener saturaciones adecuadas.

- Canalización de vía venosa y fluidoterapia con suero salino fisiológico.

- Analítica básica: hemograma, bioquímica completa, gasometría.

- Descartar hipoglucemia; la hiperglucemia que habitualmente se objetiva no requiere


tratamiento, salvo en diabéticos.

- Intubación si no se puede asegurar una oxigenación y ventilación adecuadas, o signos


clínicos de hipertensión intracraneal.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
- Infección del SNC (meningitis-encefalitis). Es importante sospechar una encefalitis
herpética ante un niño con una crisis febril focal, sobre todo si el estado post-ictal es más
prolongado que lo habitual. Si existen dudas diagnósticas será necesario realizar pruebas
complementarias como punción lumbar (PL), electroencefalograma (EEG), reacción en
cadena de polimerasa (PCR) para virus herpes en líquido cefalorraquídeo (LCR) y
resonancia magnética nuclear (RMN), y no dudar en iniciar terapia con Aciclovir por vía
endovenosa hasta obtener resultados que afirmen o descarten la sospecha diagnóstica.
- Convulsiones “asociadas” a fiebre en un niño con epilepsia previa.
- Otros trastornos que provocan convulsiones: tóxicos, alteraciones metabólicas como
hipoglucemia, hiponatremia o hipocalcemia, traumatismos de cráneo u otras
enfermedades sistémicas (déficit de biotinidasa, síndrome urémico hemolítico)
Gracias por
su atención.

También podría gustarte