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26 · 05 · 2021
ecommerce Growth Marketing

Toma de
decisiones: lo
importante del
qué, del cuándo,
del cómo y del
por qué
Cuando hablamos de toma de
decisiones hablamos de preguntas
claves que nos hacemos en el día a día:
qué datos tenemos, cómo procedemos,
cómo podemos pensar para acertar en
nuestras acciones, cómo elegimos
correctamente…

Cuando hablamos de tomas de


decisiones en una empresa,
normalmente nos referimos a los datos.
¿Qué datos mirar? ¿Cómo organizarnos
para sacarles el máximo partido? ¿De
dónde sacamos esos datos?

¿Qué es la toma de
decisiones?

La toma de decisiones es el
proceso en el cual un individuo o
grupo de individuos deben elegir
entre varias opciones. Este
proceso se activa cuando hay
que resolver un conflicto o
situación que requiere de una
acción concreta.

Hacer esa elección puede suponer un paso


más o menos trascendental, hay decisiones
rutinarias o consideradas de poca
importancia, pero también algunas que
implican mucha responsabilidad para
quien las toma y que pueden ser muy
determinantes.

En una empresa, es la gerencia o dirección


quien toma las decisiones más
importantes, pero todos sus miembros, de
una forma u otra, tienen que tomar
decisiones en su día a día para llevar a
cabo acciones que, en definitiva, afectan a
la empresa por pequeñas que sean.

En función del tamaño de la empresa, será


más común un tipo de decisiones u otro.
Mientras en las grandes es posible que
algunas de las decisiones de peso se
deleguen, en pymes estas suelen estar
asumidas por grupos más reducidos de
personas. Sea cual sea la modalidad, el
proceso debe ser flexible para
adaptarse a posibles cambios, además
de tener en cuenta distintos enfoques
que puedan enriquecerlo.

¿Cuál es la
importancia de la
toma de decisiones?
A lo largo de nuestra vida, tanto personal
como profesional, nos encontraremos con
la necesidad de tomar decisiones. La
necesidad vital de dar un paso en una
dirección u otra que nos lleve a encontrar
una solución o alternativa a un
problema o situación que la requiere.

Sean de menor o mayor calado, no siempre


es fácil el proceso de toma de decisiones y
en él influirá tanto nuestro carácter
como la forma que tenemos de
enfrentarnos a las cosas y, por supuesto,
el contexto en el que nos encontremos.
Todo ello en un entorno global y cambiante
y con clientes (en el caso de tenerlos o
buscarlos), cada vez más activos y
exigentes.

Factores externos a la persona como la


presión, la falta de tiempo, la
responsabilidad que implica una elección
concreta… puede conducirnos a lo que se
conoce como ‘parálisis por análisis’. Porque
el análisis a la hora de adoptar cualquier
tipo de decisión es fundamental, pero, en
ocasiones, enfrentarnos a la toma de
decisiones desde el miedo, puede
bloquearnos y llevarnos a evitar asumir
cualquier tipo de elección, responsabilidad
o compromiso.

Por lo tanto, tomar decisiones es asumir


responsabilidades, lo que implica cierto
grado de riesgo cuando la incertidumbre
entra en juego. Un entorno o situación
cambiante puede hacer tambalear nuestra
decisión y poner en jaque los resultados
esperados, pero tenemos que tener en
cuenta que existen técnicas y
herramientas que nos ayudan a definir
y ejecutar decisiones en las que el
análisis de datos y la visión estratégica
serán fundamentales.

Clasificación de las
decisiones: ¿Cuáles
son los tipos?
Hay tanto tipo de decisión como
diferentes situaciones o diferentes
contextos
contextos. Dependiendo de la situación o
contexto en el que nos encontremos,
convendrá tomar un tipo de decisiones u
otro. ¿Cuáles existen?, ¿qué decisión
tomar?, ¿en qué momento debemos
tomarla?, ¿quién debe tomarla?… son
preguntas recurrentes, sobre todo en un
contexto de negocio o empresa.

Para ayudarnos a responderlas, echemos


un ojo a algunos tipos de toma de
decisiones
decisiones:

1. Decisiones corporativas:
Decisiones estratégicas o de
planificación: en el ámbito empresarial,
son aquellas decisiones que toman los
altos ejecutivos o personas con cierta
responsabilidad con el objetivo de
mejorar prestaciones y obtener
beneficios.
Decisiones tácticas o de pilotaje:
suelen ser tomadas por los directivos de
nivel intermedio y supone la puesta en
marcha de decisiones estratégicas.
Decisiones operativas o de
regulación: son aquellas decisiones que
suelen ser tomadas por ejecutivos de
nivel más inferior, ya sean supervisores o
gerentes, y que están referidas a
actividades funcionales y rutinarias.

2. Decisiones según el
método utilizado:
Decisiones rutinarias o
programadas: son aquellas repetitivas
y rutinarias, por lo general de poca
trascendencia, previsibles y para las que
ya hay un método o procedimiento
establecido para saber qué tipo de
acciones ejecutar. Se incluyen dentro de
las decisiones operativas.
Decisiones de emergencia o de
riesgos: son aquellas decisiones que se
deben de tomar en momentos más o
menos críticos o de profunda crisis. Por
lo general, se dan de manera
excepcional y sus consecuencias pueden
ser muy determinantes, por lo que es
fundamental evaluar sus posibles
consecuencias.

3. Decisiones según quién


interviene en ellas:
Decisiones individuales: son aquellas
decisiones que toma cualquier miembro
de la empresa en su día a día. En
general, se toman de manera rápida y
ágil, la responsabilidad es exclusiva de
quien las toma y exigen cierto control, ya
que al no contar con más enfoques de
terceros, puede haber riesgo de incurrir
en errores ya cometidos.
Decisiones por consulta: en este caso,
un directivo o grupo de directivos
consultan a otros miembros del equipo
su perspectiva u opinión sobre la
situación para poder hacer frente a la
decisión.
Decisiones de grupo: a diferencia de
las decisiones por consulta, en este tipo,
además de pedir esa opinión, se invita a
esos miembros del equipo a participar
en la discusión y en la definición de
alternativas que conduzcan a tomar la
mejor decisión.

Estas son solo algunas tipologías de


decisiones, ya que el abanico es muy
amplio. Además, hay que tener en cuenta
que, dependiendo de la situación, se
requerirán diferentes opciones: soluciones
puramente racionales u otras más
creativas e intuitivas
intuitivas. Los actores
implicados en la toma de decisiones, uno o
varios, tendrán que apostar por un enfoque
analítico/objetivo o por un enfoque menos
técnico que se base en su experiencia y
creatividad.

¿Cómo es el proceso de
toma de decisiones?
A la hora de enfrentarnos a una toma de
decisiones deberemos seguir una serie de
pasos clave que, aunque no siempre se
cumplen todos o siguen el mismo orden,
hay que tenerlos en cuenta ya que nos
ayudarán a guiar nuestro proceso.

Pasos de la toma de
decisiones
1. Identificar y definir el problema:
analizaremos la situación para detectar
cuál es el problema o circunstancia que
requiere de una solución. Implica
analizar todo el contexto, obstáculos,
condicionantes, objetivos o resultados
que se buscan, etc.
2. Recopilar información relevante:
tenemos que recopilar información que
nos permita plantear soluciones libres de
juicios de valor, de la manera más
objetiva posible. Para tomar la decisión
correcta, tan importante es hacerte con
datos valiosos como con personas que te
ayuden en la tarea.
3. Identificar y analizar las
alternativas: una vez definido el
problema o situación, debemos
identificar, analizar y comparar todas las
alternativas o propuestas de solución
que puedan ser de utilidad.
4. Prever resultados y sopesar el
impacto de la alternativa: en esta
etapa podemos valernos de
herramientas como el análisis DAFO
para observar cuáles son los puntos
fuertes y débiles de las alternativas
propuestas y así valorar cuál es más
viable.
5. Seleccionar una alternativa: es un
paso de cierto peso y responsabilidad,
pero que se verá favorecido si
previamente definimos unos criterios
para la toma de decisiones
(observaremos si es una elección
individual o consensuada, si requiere de
asesoramiento externo, si precisamos
alguna herramienta de análisis de datos
específica…).
6. Llevar a cabo la decisión: cuando
implantamos una solución o alternativa
tendremos que, previamente, notificarlo
a todos las personas y/o factores
implicados. Deberás seguir un plan para
que tu decisión sea tangible y realizable
y que, a su vez, responda a la
planificación de tu empresa u
organización. Además, hay que
considerar si conviene ejecutar la
decisión inmediatamente o si es mejor
esperar.
7. Revisar y monitorear: una vez estamos
poniendo en marcha nuestra solución,
nos conviene hacer un seguimiento que
nos permita tener todo bajo control. Esta
retroalimentación es clave para ir
adaptándonos o haciendo ajustes si la
situación lo requiere, tanto en el proceso
como en los recursos o personas
implicadas.
8. Evaluar los resultados: una vez
implementada nuestra solución,
tendremos que evaluar los resultados
obtenidos y si estos son satisfactorios.
Será fundamental documentar todo el
proceso teniendo en cuenta si se han
cumplido nuestras expectativas y los
objetivos se han resuelto. Además, un
informe final completo debería indicar
qué factores han intervenido en el
proceso de toma de decisiones y cómo
han influido. En él, te vendrá muy bien
incluir los métodos empleados y los
datos utilizados, ya que podrán ser de
utilidad para proyectos futuros y para
automatizar tareas.

La fatiga en la toma de
decisiones
Nuestra vida personal y profesional nos
plantea casi continuamente disyuntivas:
¿qué hago para comer?, ¿qué ropa me
pongo hoy?, ¿por dónde empiezo la tarea?,
¿delego o me encargo yo de esto? Estas son
solo algunas de las cuestiones que te
puedes plantear en un día cualquiera de tu
vida.

Y es que, el hecho de tener que tomar


decisiones, aunque estas no sean
necesariamente trascendentales o de vital
importancia, puede causarnos auténtica
fatiga. Sí, has leído bien. Porque esto no
solo le pasa a trabajadores con
grandes cargas de trabajo o
responsabilidades
responsabilidades, sino que le puede
pasar a cualquier persona.

La fatiga en la toma de decisiones


provoca que la persona afectada sufra
un desgaste mental
mental: no siente voluntad
para decidir, deja que la circunstancia
‘fluya’ o toma decisiones poco meditadas o
irracionales que le pueden generar aún
más malestar. Por ello, conviene encontrar
cierto equilibrio entre no obsesionarnos
meditando una decisión y no ser
demasiado impulsivos.

Para evitar caer en esta situación, los


expertos recomiendan planificar nuestro
día a día intentando concentrar las tareas
pesadas o que requieren decisiones
importantes para primera hora de la
mañana cuando, en principio, estamos más
descansados. Además, recuerdan la
importancia de mantener una dieta
equilibrada, eliminar compromisos
innecesarios y priorizar las tareas.

La importancia de los
datos en la toma de
decisiones
empresariales
La toma de decisiones empresariales es la
protagonista del día a día, decisiones
grupales o individuales, decisiones de
rutina o de emergencia… sean del tipo que
sean, todas marcarán en mayor o
menor medida el devenir de una
empresa, idea o proyecto
proyecto, y el
consecuente éxito o fracaso de estos. Una
decisión bien tomada significará,
principalmente, ahorro de tiempo, energía y
recursos.

Lo que está claro es que, en todos los


procesos de toma de decisiones, la
importancia de los datos es vital. ¿Por qué?
Porque los datos son el motor que nos
lleva a dar en el clavo a la hora de decir
cuáles serán nuestras soluciones o
alternativas y cómo y cuándo debemos
llegar a ellas.

Dicho en otras palabras, trabajar tanto con


small data como con big data
(dependiendo de nuestras necesidades),
nos llevará a conocer las necesidades
reales del mercado e, incluso, anticiparnos
a ellas. Saber analizar, detectar y
anticiparse es la clave que nos
permite tomar grandes decisiones
estratégicas
estratégicas. ¿Y cómo lo consigo? Estudiar
toma de decisiones es posible y en Edix te
ofrecemos varias vías para hacerlo, todas
igual de apasionantes.

Estudia datos para la toma


de decisiones con Edix
Si te interesa profundizar sobre
el small data y cómo
aprovechar el valor de los datos
para hacer crecer cualquier
empresa, podrás cursar esta
asignatura en nuestro curso de
Especialista en Growth Marketing
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quieres aprender cómo sacarle el
máximo partido a los datos y
encontrar en ellos un valor añadido
que te ayude a mejorar la posición de tu
empresa o diferenciarla de la competencia,
no lo dudes y conviértete en datager
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Un datager es aquel profesional que


además de tener y usar datos, sabe cómo
encontrarlos, recogerlos, estructurarlos e
interpretarlos. Es un ‘manager de datos’,
capaz de plantear soluciones y
proyectos de valor a partir del
escenario que muestran los datos
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Además, también podrás aprender a


trabajar con datos y desarrollar una
gran capacidad analítica con la
especialización como Digital Product
Manager
Manager, que te permitirá convertirte en
un Digital Worker todoterreno dotado de las
skills más demandadas por las empresas
hoy en día. Y si te ves como Growth
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Specialist, trabajando mano a mano con
el departamento de marketing y data de
cualquier gran empresa, también puedes
formarte en Emprendimiento Digital
Digital. Te
convertirás en todo un experto en data
analytics, valiéndote de los datos para
mejorar la experiencia del cliente y la
toma de decisiones estratégicas.

Juegos de toma de
decisiones y otras
dinámicas
Un juego o dinámica de toma de decisiones
es una actividad, generalmente grupal, que
se usa para que las personas implicadas en
ella aprendan cómo enfrentarse a un
proceso de toma de decisiones en
algunas o todas sus fases y circunstancias.

Su fin es, principalmente, pedagógico e


invita a desarrollar habilidades como la
intuición o la asertividad y a mejorar
mecanismos cognitivos que nos ayuden
en la toma de decisiones para lograr que
estas sean acertadas y eficientes.

Además, contribuye a poner en práctica


técnicas de negociación y a amenizar
el entorno de trabajo o para hacer
teambuilding . De todas formas, no
cualquier momento vale para aplicar una
dinámica de este tipo. Puede aplicarse en
distintas fases de la gestión de proyectos,
pero no conviene hacerlo en momentos
determinantes en los que priman otras
tareas o que urgen soluciones de
emergencia.

Los seis sombreros para


pensar

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