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-Hola. ¿Qué escuchas en el silencio?

-Escucho miradas. Como el trayecto de las miradas; entiendo que se escuchan. Y


también lo relaciono con el agua. Con el respeto y con la furia.

-Hola. ¿Qué necesitamos para alojar la memoria?

-Yo creo que la grupalidad, poder hacer presente la memoria con otros para que eso
no se pierda, y que siempre en la grupalidad se puede llegar a recordar incluso cosas
que no recordamos.

-¿Quién te acordas que ya no está?

-Me acuerdo de mi abuela, que tuvo alzheimer desde que era niño. Y siempre me
pregunté en qué lugar estaba yo en ella. Qué es lo que percibía de mí, y qué era yo
para ella. Y esa mirada que que no agota pero tampoco expresa. Pienso mucho en en
qué lugar estaba, y pienso también, pienso en una foto que ella tenía lavando los
platos, y es como una foto que puedo ver en movimiento y me da mucha alegría esa
imagen.

-¿Cómo crees que se siente ser cómplice de una crueldad o un acto aberrante?

-A veces llegó a pensar en el tema del bien y el mal. Es muy fácil tildar el mal del mal.
Parece ser muy fácil e intencional la maldad. Pero yo creo que en el fondo se esconde
el miedo, la verguenza. Pero eso no, no termina de justificar, nunca. Voy a decir algo
que decía mi mamá. Los boludos son graciosos de chicos, pero cuando son grandes,
son unos hijos de puta.

-Hola, amiga. Si tus ojos pudieran volar ahora, ¿a dónde crees que irían?

-Yo creo que si mis ojos pudieran volar ahora, irían a las hendijas de las puertas del
compa, de las puertas y ventanas o por aquellos lugares que no revisamos tanto, que
no sabíamos que están ahí, y que siempre pueden ser potencias posibles para poder
hallar nuevas conexiones; a esos lugares casi imperceptibles irían mis ojos.

-¿Qué crees que sentirías si mañana nos prohibieran estar en grupos, juntarnos,
encontrarnos en la calle, en las casas, en la facultad?
-Pa que fuerte. Cuando me preguntaste pensé en la pandemia, porque en cierto punto
sentí que eso se había cortado. Pero me sentiría muy triste y buscaría la forma de
conocer otros modos posibles encontramos, en otros lugares, espacios en secreto. Me
hace ruido esa palabra, pero no sé qué haría sin los encuentros, sobretodo con
amigas. Gracias.

-Gracias.

-Hoy preguntaron cómo seguiría el dolor si fuera uno de 73. Y yo pensaba, cómo
aliviamos hoy el dolor de todo lo que pasó. ¿Cómo pensás que se puede aliviar?

-Pienso que es un trabajo muy artesanal, muy como [inescuchable], muy entre todes.
Es imposible, no me imagino cómo sanar una herida tan grande, tan de todes y tan
que nos atraviesa aunque no hayamos estado. No me imagino otra forma que no fuera
con otres, sosteniéndonos, pudiendo encontrarnos aunque no quieran que nos
encontremos; y tratando de potenciar todas esas líneas que nos hacen de alguna
manera, poder seguir sosteniendo la vida cuando hay tanto dolor a nuestro alrededor.
Tratando de construir encuentros alegres nos ayudan a resistir. Gracias.

-Hola. Si tuviera que ponerle un nombre a nuestra democracia, ¿qué nombre le


pondrías?

-¿A la de hoy?

-Sí

-Frágilocracia.

[Risas]

-¿Por qué sentimientos anduviste hoy?

-Con malhumor, como con una pesadez. Capaz que deseando que llegara este
momento. Ahora bien. Mejor.

-¿Cómo son las miradas de la resistencia?


-Son calmas, pero con fuerza. Son compartidas, tienen algo de alegría, de lo común.
Pero también saben del dolor. Y saben resistir.

-Bonnie, ¿sabes a dónde te vas después de estar acá?

-Me voy a procesar, todo lo que vengo sintiendo en estos días, todo lo que se viene
moviendo en todas estas jornadas de los 50 años. Me voy, me voy como un lugar
interno de reflexión, de pensamiento.

-Hola. ¿Quién olor tiene este día?

-Creo que no tiene un solo olor, pero enseguida pensé en la calle, en las huellas. En
las huellas, en la gente en la calle. En estar presentes, en los huellas, en la calle.

-¿Cómo te imaginas el Uruguay dentro de 50 años?

-Espero que con mejor agua, [se ríe] potable. No sé.

-¿Qué cosas no te gustaría ver?

-No me gustaría ver que se siga consolidando la impunidad, que se vuelvan a repetir
situaciones como las que se vivieron durante la dictadura y antes y después. No me
gustaría ver eso, pero tengo miedo de que pueda llegar a verlo.

-¿Qué te gustaría ver?

-En seguida pensé en mis abuelos. No sé porqué, mis abuelos que están vivos aparte.
Pero siento que me gustaría que ellos estuvieran acá ahora. Y creo que aún falta
mucho, y me gustaría verlos, creo que aún falta mucha grupalidad y que se cuenten y
se digan tantas cosas, que se puedan hablar tantas cosas. Creo que ellos tienen tanto
para hablar y para decir que no, que no escucho en otros lados, que quedo anonadado
con eso. Me gusta ver algo de eso, mucho más. Gracias.

-Hola, ¿cómo estás?

-Bien.
-¿Qué le dirías a Soledad, a esa amiga, esa prima, esa hermana, esa madre? Soledad
era una amiga mía que un día salió a defender sus derechos, y alguien porque sí, en
Buenos Aires, le pegó un tiro y la mató. De la misma manera tanto él como esa
hermana, esa madre, ese amor, que todavía no sabemos quién es pero que pronto en
unos días capaz que sí, y que recientemente es una [no se oye bien, creo que dice
“compañía aprensiva”].

[Silencio extenso]

-No sé qué le diría. No sé me ocurre nada que le diría que fuese suficiente. Sí que va a
quedar en la memoria, pero no se me ocurre nada que le podría decir que fuese
suficiente.

-¿Qué sentís cuando ves la foto de un desaparecido?

-Cuando veo la foto de un desaparecido, una desaparecida, veo a muchas, veo a


todas esas personas que... integras. Creo que hay una película que lo dice, son de
esas personas que ponen ante todo su integridad de lo que se tienen que hacer, los
líderes.

-Hola. ¿Qué sabes vos por qué se instaló el golpe de Estado en el 73?

-Se dicen tantas Carmen. Voy a decir esto, creo que había mucha, mucha revuelta, y
que se quiso cortar con todo. Eso voy a decir.

-¿Vos pensas que estábamos un poco quietos o medio dormidos o algo así?

-Sí. Sí. Bueno, es una pregunta ya previamente contestada. Pero sí, dependiendo de
qué, ¿no? O sea, siento que, como una especie de vago. Pero también, digamos
como que ahí, como en lo, en la capacidad de imaginate, siempre pienso que hay algo
que puede venir de lo intempestivo, y acoplar fuerzas así, y cosas que hagan variar las
condiciones. Yo creo que está muy complicado para sostener la vida, digna digo, de
todas las personas a las que pensamos. Quizá, en algún sentido veo como, no digo
homogéneamente, pero bueno, que algo nos convoca a estar aquí, las personas que
no lo están, a mí siempre me importa muchísimo eso. Que estamos pensando en,
digamos, todas las personas. Y eso me da una cierta intranquilidad. Bueno, hoy la
ausencia. Pero bueno, también digamos que, no sé, ahora me viene estas
publicidades como, creo que son de los Testigos de Jehová, que dice despertad, algo
así. Digamos, este como que siempre siento que las situaciones al despertar de algo,
son condiciones que también pueden pertenecer a distintas naturalezas. Así que
bueno, estamos digamos en semi vigilia.

-¿Qué me dirías de todo esto si fuéramos amigas?

-Te diría que estoy recaliente, que me voy a la bata, que ya no sé cómo hacer con
todo lo que siento dentro. Nada que está difícil meterle el cuerpo, que los últimos
tiempos fueron muy conmovedores. Te diría que me ayudes a calmarme, un poco,
para encontrar alguna manera. Y no sé, te invitaría, capaz, a salir con alguna, de
alguna marcha, no sé algo de eso, pienso. O a pensar cómo hacer para estar más
cerca de la vida, la vida de verdad. Eso me parece que te diría. Gracias.

-¿Qué me dirías de todo esto si fuéramos amigas en 1973?

-¿Qué hacemos? ¿Cómo podemos? ¿Cómo salimos? Y que te amo. Nosé. Me haría
muchas preguntas y te haría más a vos. Pero que bronca. Siento que, que compartiría
contigo. Y que buscaría la manera de salir, juntas. Y que tendría mucha incertidumbre
también.

-Si estuvieras presa, ¿en qué pensarías? ¿Con qué soñarías?

-Creo que habrían muchos momentos, los momentos de soñar serían pocos. Y me
ahogaría un poco en imágenes, en rostros. Haría esfuerzo por recordar olores,
lugares. Creo que encontraría un poco como un refugio, como en hacer memoria de
esos lugares que habité, que fuí, a los que quiero volver, los que quiero volver a
encontrar. Y otro poco bastante me ahogaría ahí, como la incertidumbre de la espera,
de...

-¿Dónde sentiste que la vida te acoge?

-En lo que puedo construir, con las personas que me rodean en lo cotidiano, con las
personas que quiero mucho, pero también con aquellos que es difícil encontrarse
también. Pienso en como se construye desde la diferencia. Y siento que es tarea
nuestra construir sus espacios donde poder ser acogido y acoger a otres.
-Estamos acá chequeando que capaz que podemos ir, no sé si finalizando porque
nada finaliza, por suerte, todo está así, estamos en el tiempo. ¿Querés Sol decirnos
algo que necesites, que te llama? Digamos una pregunta, si hubieras necesitado de
decirnos, que quisieras preguntarnos o responder o decir.

-No. Gracias.

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