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Nicolás Mansilla
Dedicatorias:
A mis padres, Nora y Marcelo: incansables en la vocación
del amor.
Prólogo………………………………………………………………….… p. 6
El abrazo de mamá………………………………….………………p. 15
Virginia en Abril…………………………………………..…….….. p. 31
Anexo:
Conclusión……………………………………………………………… p. 80
Prólogo:
Hoy tengo una deuda con ellos. Los chicos de cuarto año
me enseñaron a ser profesor. El otro me va haciendo lo
que soy. ¡Que fortuna la mía! Ellos no imaginan ni saben
que el que aprendió fui yo.
Suena el timbre. Salgan al patio. A la vida. Sean felices.
¡Un gracias eterno de corazón! Queridos estudiantes.
El abrazo de mamá.
Que difícil se hace encontrar adjetivos a lo indescriptible.
Siento que lo que pueda narrar no será suficiente. ¿Cómo
hablar de mamá y decirlo todo? ¿Alcanza una anécdota?
¿Un capítulo? ¿Un libro? Sin dudas que no.
Tomé la palabra:
Mamá se adelantó:
Soledad.
Aquí están mis credenciales,
vengo llamando a tu puerta
desde hace un tiempo.
Creo que pasaremos juntos temporales,
propongo que tú y yo nos vayamos conociendo
Aquí estoy:
Te traigo mis cicatrices.
Palabras sobre papel pentagramado.
No te fijes mucho en lo que dicen,
me encontrarás
en cada cosa que he callado
Ya pasó.
Ya he dejado que se empañe,
la ilusión de que vivir es indoloro.
Que raro que seas tú
quien me acompañe, soledad.
A mí, que nunca supe bien
cómo estar solo.
Es que, para ser breve, tal vez bastaría decir que nuestra
existencia está sobrecargada de incertidumbres. Somos
un mundo de incógnitas y un pequeño puñado de
certezas. Profundos abismos de misterios y minúsculas
experiencias que se nos trazan como seguridades. ¡Y
claro, hay que vivir! O sobrevivir, nuevamente no sé. Todo
se vuelve relativo como todo también se transforma en
completo, entero y bello. La parte por el todo. El detalle y
lo pleno. La porción y lo holístico. El límite y el sinfín. La
finitud y la añoranza de la infinitud. El dolor y el bienestar.
El cronos y el Kairós. Lo irreversible y lo propicio. Los
vínculos y la soledad. Las miradas y las cegueras. Lo
tangible y lo imperceptible. El punto final y la
inmortalidad. El “alzheimer” del alma y la memoria del
corazón.
La lágrima tibia que cae por los párpados y el cuerpo frío,
perplejo, sin reacción, sin ánima que lo movilice. El
escalofrío y la nada misma. El latido y el silencio. Lo
inefable y lo ordinario. Lo jovial y lo putrefacto. Lo puro y
lo corrupto. Lo profundo y la mentira. El horizonte, el
destino y el dubitativo peregrino sin rumbo. El principito
y sus baobabs. Borges y su maldición (¿o bendición?) de
quedar ciego. León Felipe y sus poemas. Rubén Darío y sus
ritmos insostenibles. García Márquez y sus exquisitas
metáforas. Platón y su dialéctica (como fiel y ortodoxo
griego). Aristóteles y sus artilugios sagrados que lo
hicieron perdurar en el tiempo. Jesucristo y sus discípulos.
El pobre y su familia. El rico y su amo (el dinero). El rey y
sus súbditos. El negro y el blanco. El sudaca y el gringo. El
aborigen y el americano (¿no son lo mismo?). El
provinciano y el porteño. El niño y el adulto. El tatuaje y la
corbata. La desnudez y Francisco de Asís. La oscuridad y
Lucifer (lucero). La historia y el hombre. El tiempo y el
espacio. El nómade y el primer mundo. Lo terrenal y lo
virtual. La amistad y la tristeza. La alegría y la entrega. La
convicción y la frustración. El entendimiento y lo
irresoluto. La ilusión y la desesperanza. Dios y el final.
Gastar la vida.
Gastar la vida, no guardarse nada. Vaciarse. Darlo todo.
Hasta el fin. Hasta la muerte. Luchando por la justicia, por
la paz, por el bien de todos
Otro 28 de abril (2017-2018).
Reflexión (28 de abril, 2018)
Profesiones…
Diálogo entre Fabri y Germán (2°Grado):
Fabri: Mi papá es psicólogo ¿sabías?
Germán: Ahhh ¿Y qué hace?
Fabri: Ayuda a la gente para que no se porte mal
Germán: Ahhh, como la policía...
Fabri: Ehhhh, si, algo así…
Cada vez estoy más convencido en qué hay que tener
corazón de niño, por ahí pasa lo profundo de la vida.
Tecnología…
Alumna de primer grado (6 AÑOS) literal y textual.
¡6 AÑOS!
Un fibrón y un pizarrón.
No creía en la magia, ni mucho menos en el poder y la
necesidad de la imaginación, hasta hoy.
Hasta el momento en que le di un fibrón a un niño de 6
años y un pizarrón todo para él.
"Sean como niños" dijo Jesús. ¡Por fin entiendo!
Con mirada pura y transparente, dibujaban (algo que
parecían garabatos o líneas sin "formas") y derramaban
felicidad, alegría. Y claro, los niños saben mucho más de
sencillez, de vivir sin estructuras. Con un fibrón y un
pizarrón, hacen magia, de verdad.
El lenguaje es limitado para que yo pueda transmitir la
felicidad que estos niños, con algo tan sencillo, incluso sin
valor para muchos, contagiaban; algo que no sé explicar.
Y una vez más, llamado a la sorpresa, a lo pequeño, a la
felicidad plena. Con la certeza de que ellos son los
"profes".
Hoy, más que nunca, necesitamos de esa magia, de esa
alegría, de ese Jesús, niño, pequeño, sencillo, feliz.
Ni celulares, ni ropa, ni dinero, ni consumo. Un fibrón y un
pizarrón.
No siempre es alegría.
Hoy en sexto grado hablábamos sobre la felicidad. Sheila
me dejó pensando cuando me dijo:
No aceptan animales
- Profe, no me gusta la escuela.
- ¿Por qué?
- Porque no aceptan animales.
Fin.