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FUNDAMENTO NORMATIVO. En la Constitución argentina, el principio de legalidad deriva del art. 17,
que garantiza la propiedad como inviolable y regula que el Congreso puede imponer las contribuciones que
se expresan en el art. 4°. Además, el art. 19 establece de modo general que ningún habitante de la Nación
está obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
ALCANCE Y LIMITES. En Argentina la ley debe contener por lo menos los elementos básicos y
estructurantes del tributo, que son:
a) configuración del hecho imponible;
b) la atribución del crédito tributario a un sujeto activo determinado;
c) la indicación del sujeto pasivo;
d) los elementos necesarios para la fijación del quantum, es decir, base imponible y alícuota, y
e) las exenciones neutralizadoras de los efectos del hecho imponible.
También corresponde que surja de la ley la configuración de infracciones tributarias y la imposición de
sanciones, así como el procedimiento de determinación.
IMPLICANCIAS.
La capacidad contributiva tiene cuatro implicancias trascendentales:
a) Requiere que todos los titulares de medios aptos para hacer frente al tributo contribuyan, salvo aquellos
que por no contar con un nivel económico mínimo quedan al margen de la imposición.
b) El sistema tributario debe estructurarse de tal manera que quienes ostentan mayor capacidad económica
tengan una participación más alta en las rentas tributarias del Estado.
c) No pueden seleccionarse como hechos imponibles o bases imponibles, circunstancias o situaciones que no
sean abstractamente idóneas para reflejar capacidad contributiva.
d) En ningún caso, el tributo o conjunto de tributos que recaiga sobre un contribuyente puede exceder su
razonable capacidad contributiva, ya que de lo contrario se atenta contra la propiedad, confiscándola
ilegalmente.
LA CAPACIDAD CONTRIBUTIVA COMO BASE DE LAS GARANTIAS MATERIALES DE LA
CONSTITUCION.
Ello es así por cuanto la generalidad exige la no exención (salvo motivos razonables) de quienes tengan
capacidad contributiva; la igualdad supone que no se hagan arbitrarios distingos sino los que sean fundados
en la capacidad contributiva (salvo fines extrafiscales); la proporcionalidad garantiza contra progresividades
cuantitativas que no se adecuen a la capacidad contributiva graduada, según la magnitud del sacrificio que
significa la privación de una parte de la riqueza; la confiscatoriedad se produce ante aportes tributarios que
exceden la razonable posibilidad de colaborar al gasto público; la equidad y la razonabilidad desean la
justicia en la imposición y tal concepto esta expresado por la idea de que cada cual responda según su
aptitud de pago.
Irretroactividad (Apuntes):
la retroactividad únicamente vale cuando la ley es a favor del contribuyente. Esto es así para que no se afecte
la seguridad jurídica, por ende, la regla es la irretroactividad. Ademas, la CN solo habla que la ley penal no
puede ser retroactiva.
La retroactividad no se aplica cuando el gravamen haya sido pagado, porque el pago total libera la
obligación (Por ejemplo: IVA, Ganancias u otro impuesto de liquidación mensual). En el caso del gravamen
de liquidación anual no se puede aplicar la retroactividad.
Límites a las provincias (Apuntes)
Son todas las aplicadas a nación, más las otorgadas por el 75 inc. 12 (Códigos de fondos). Estas limitaciones
son las que se establece para las obligaciones en el CCyC (Por ejemplo: las características del pago, las
formas normales y anormales de pago, la prescripción de las obligaciones). Pero, las leyes provinciales
podrían modificar eso con una legislación provincial especifica (Ejemplo. En el caso de prescripción, el
código establece “Las legislaciones locales podrán regular esta en cuanto al plazo de tributos”)
(Puntos 1, 2 y 3 del programa)
NOCIONES DE SOBERANÍA, PODER TRIBUTARIO Y POTESTAD TRIBUTARIA.
En nuestro país la soberanía emana del pueblo; en su representación, los ciudadanos convocados a tal efecto
se reúnen en Congreso General Constituyente y establecen la Constitución para la Nación Argentina
(Preámbulo).
De la soberanía emana, entre otros múltiples poderes y facultades, el poder tributario, que significa la
facultad o la posibilidad jurídica del Estado de exigir contribuciones a las personas sometidas a su soberanía.
Del poder tributario surge en primer lugar la potestad tributaria, que es la facultad de dictar normas jurídicas
de las cuales nace para ciertos individuos la obligación de pagar tributos. Por ende, la potestad tributaria es
la facultad estatal de crear, modificar o suprimir tributos, lo cual implica la posibilidad de dictar normas
generadoras de contribuciones que las personas deben entregar coactivamente. Si la potestad tributaria viene
atribuida por la ley, será posterior, lógica y cronológicamente, al poder tributario que se fundamenta en la
soberanía.
En la Argentina, la Nación tiene poder tributario sobre los tributos que le son propios y exclusivos, como los
aduaneros, pero también tiene idéntico poder sobre todos aquellos tributos respecto de los que tiene facultad
concurrente o le son delegados por las provincias (art. 75, inc. 2, CN). La Nación tiene a su cargo estos
tributos en todos sus aspectos, ya sea legislándolos o recaudándolos sin consulta alguna con las provincias,
lo cual parece excesivo con relación a los "impuestos directos originariamente provinciales".
RÉGIMEN FEDERAL DE GOBIERNO Y PODERES TRIBUTARIOS.
Según el art. 1º CN, nuestro país ha adoptado la forma federal de gobierno, lo cual implica que existen
diversos entes estatales: un Estado nacional o central y Estados provinciales o locales. Por otra parte, los
arts. 5º y 123 de la Constitución establecen que las provincias deben asegurar su régimen municipal; en
consecuencia, surgen los municipios como un tercer orden de ente estatal con poder tributario.
De este sistema político descentralizado derivan importantes consecuencias para el sistema tributario, dado
que los entes gubernamentales mencionados aparecen como tres sujetos diferenciados dotados de poder
tributario.
Históricamente, la Nación está constituida por una reunión de unidades autónomas (provincias) que son
preexistentes a ella; de ahí que las provincias tengan (en teoría) la generalidad de las facultades tributarias,
pues conservan todo el poder no delegado por la Constitución al Gobierno federal (art. 121, CN). En
cambio, la Nación sólo tiene las facultades que resulten de la delegación efectuada por la Constitución (art.
126).
Las municipalidades son entidades definidas como autónomas, pero acotadas en su alcance y contenido por
las leyes y constituciones provinciales (art. 123, CN) por lo que podríamos hablar de una "autonomía
restringida".
RÉGIMEN MUNICIPAL: AUTONOMIA RESTRINGIDA
El municipio es autónomo cuando tiene la capacidad de dictar sus propias normas dentro del marco general,
y sin sujeción a la normativa provincial; y autárquico cuando constituye una mera delegación administrativa
de los poderes provinciales, con circunscripción a los fines y límites fijados por estos.
En el caso "Municipalidad de la ciudad de Rosario c/provincia de Santa Fe", en primer lugar, se ratificó el
criterio vertido en "Rivademar c/Municipalidad de Rosario", en cuanto a que a los municipios no se les
pueden negar las atribuciones mínimas necesarias para su cometido. Por otro lado, y con referencia concreta
a la autonomía, la Corte declaró que las facultades municipales no pueden ir mas allá de aquellas que surjan
de las constituciones y leyes provinciales, dando origen al concepto, consolidado, de la autonomía
restringida (es decir, supeditada a los lineamientos de la provincia a que el municipio o comuna pertenezca).
LIMITACIONES CONSTITUCIONALES A LOS PODERES TRIBUTARIOS LOCALES
a) CLAUSULA COMERCIAL. Según el art. 75, inc. 13 C.N. es facultad de la Nación reglar el comercio
internacional e interprovincial. Esta potestad no puede ser afectada por disposiciones impositivas
provinciales.
La jurisprudencia pareciera haberse definido por entender legítimos los gravámenes locales que recaen sobre
los ingresos de los sujetos que ejercen este tipo de actividades; siempre que con ello no se entorpezca o
dificulte en forma excesiva la prestación del servicio o ejercicio regular del negocio en particular.
En palabras de la Corte Suprema, el art. 75, inc. 13 "no invalida de modo absoluto los tributos locales sobre
el comercio interprovincial, pero si preserva esa actividad de aquellos que encarezcan su desenvolvimiento,
dificultando su ejercicio"; por ello, "una elemental hermenéutica de los arts. 75, inc. 13, y 126 de la Const.
nacional, permite concluir que estos no fueron concebidos para invalidar absolutamente todos los tributos
locales que se proyectan sobre el comercio interprovincial, reconociendo a este una inmunidad o privilegio
que lo libere de la potestad de imposición general que corresponde a cada una de las provincias de la
Republica'"
1) Corresponden a la Nación:
a) derechos aduaneros: exclusivamente y en forma permanente (arts. 4º, 9º, 75, inc. 1, y 126);
en efecto, el producido de estos gravámenes no integra la masa de fondos a distribuir con las
provincias (art. 2°, inc. a, ley 23.548), formando parte del tesoro de la Nación.
b) impuestos indirectos: en concurrencia con las provincias y en forma permanente (arts. 4º y
75, inc. 2, párr. 1º), (la Corte Suprema ha identificado a los impuestos indirectos con aquellos
cuya traslación, en los hechos, no es posible). El producido de estos tributos es coparticipado
en los términos de la ley 23.548.
c) impuestos directos: con carácter transitorio y configurándose las circunstancias del art. 75,
inc. 2, párr. 2º (“por tiempo determinado a la Nación, siempre que la defensa, seguridad
común y bien general del Estado lo exijan”). No obstante, la mentada excepcionalidad de esta
atribución nacional, el Estado central ha establecido impuestos directos de manera
ininterrumpida desde el año 1932. Se trata, también, de recursos coparticipables.
2) Corresponden a las provincias:
a) impuestos indirectos: en concurrencia con la Nación y en forma permanente (arts. 75, inc. 2,
párr. 1º, y 121), y
b) impuestos directos: en forma exclusiva y permanente, salvo que la Nación haga uso de la
“excepcional” facultad del art. 75, inc. 2, párr. 2º.
Sin perjuicio de esta delimitación constitucional, en la práctica no es cumplida, ya que los gravámenes
indirectos más trascendentes (impuestos internos al consume, al valor agregado) son legislados y recaudados
de forma exclusiva por la Nación, mientras que los directos originariamente provinciales más importantes,
también reciben legislación y recaudación por la Nación, y mediante una transitoriedad que ha dejado de ser
tal ante las sucesivas prórrogas del régimen vigente.
En la actualidad, la coparticipación está incluida dentro de la carta constitucional, pero la renuncia a la
recaudación, y a la legislación, con respecto a los impuestos coparticipados, es incompatible con la
autonomía de las provincias.