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Este estudio evaluó la eficacia de una intervención escolar de prevención de la obesidad llamada LA Health para reducir el sodio y los azúcares añadidos en los almuerzos escolares de los niños. Los investigadores analizaron la selección de alimentos, el consumo y el desperdicio de los almuerzos de los estudiantes antes y después de una intervención de 28 meses en 33 escuelas públicas rurales de Luisiana. Después de 28 meses, la intervención LA Health había logrado reducir con éxito la disponibilidad y el consumo
Este estudio evaluó la eficacia de una intervención escolar de prevención de la obesidad llamada LA Health para reducir el sodio y los azúcares añadidos en los almuerzos escolares de los niños. Los investigadores analizaron la selección de alimentos, el consumo y el desperdicio de los almuerzos de los estudiantes antes y después de una intervención de 28 meses en 33 escuelas públicas rurales de Luisiana. Después de 28 meses, la intervención LA Health había logrado reducir con éxito la disponibilidad y el consumo
Este estudio evaluó la eficacia de una intervención escolar de prevención de la obesidad llamada LA Health para reducir el sodio y los azúcares añadidos en los almuerzos escolares de los niños. Los investigadores analizaron la selección de alimentos, el consumo y el desperdicio de los almuerzos de los estudiantes antes y después de una intervención de 28 meses en 33 escuelas públicas rurales de Luisiana. Después de 28 meses, la intervención LA Health había logrado reducir con éxito la disponibilidad y el consumo
Efficacy of a school-based obesity prevention intervention at reducing added sugar
and sodium in children’s school lunches: the LA Health randomized controlled
trial A través de los alimentos que se sirven y que exigen los programas federales en Estados Unidos (EE.UU.), las recomendaciones dietéticas influyen en los hábitos alimentarios de millones de personas. En respuesta a las crecientes tendencias de obesidad infantil y adolescente en EE.UU., la Ley de Niños Sanos y sin Hambre de 2010 actualiza las directrices nutricionales para el Programa Nacional de Almuerzos Escolares (NSLP, por sus siglas en inglés) y hace hincapié en el papel fundamental que desempeña la nutrición escolar en la salud de los niños. Junto con una mayor variedad de frutas, verduras, cereales integrales y leche descremada o baja en grasa, también se han reducido la sal, las grasas totales y las grasas saturadas. El objetivo es satisfacer las necesidades alimentarias de los niños manteniéndose dentro de los niveles calóricos necesarios. Se han establecido límites a la ingesta de energía, grasas saturadas, grasas totales y sodio, pero no hay restricciones al consumo de azúcares añadidos. El objetivo de este estudio es comprobar si Louisiana (LA) Health, una intervención escolar de prevención de la obesidad, puede reducir con éxito la elección e ingesta de sodio y azúcares añadidos durante los almuerzos escolares en comparación con el grupo de control. Al inicio y después de una intervención de prevención de la obesidad de 28 meses de duración (LA Health) que comenzó en 4º-6º curso (el 87% de los niños recibían almuerzos gratuitos o a precio reducido), se recogieron y analizaron la selección de alimentos, el consumo y el desperdicio de platos de los almuerzos de los alumnos (3 días consecutivos) en 33 escuelas públicas de la zona rural de Luisiana mediante el método de fotografía digital de alimentos, mediante el mismo se cuantificaron objetivamente la elección y la ingesta de energía, azúcares añadidos y sodio. Para determinar si los cambios en la ingesta y la selección variaban según el grupo, se utilizaron modelos mixtos que tenían en cuenta la raza y el IMC. En el mes 28, la intervención de LA Health había conseguido reducir la disponibilidad y el consumo de sodio y azúcar añadido en los almuerzos escolares. Como no se observaron cambios apreciables en esta muestra en el mes 18, los resultados subrayan la necesidad de tratamientos a largo plazo para beneficiar a los jóvenes. En conjunto, estos resultados implican que las políticas que limitan el acceso de los niños al sodio y al azúcar añadido son probablemente una forma eficaz de reducir su riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, y que deben hacerse esfuerzos serios para modificar las actitudes y las condiciones del entorno para que las dietas de los niños sean de mayor calidad.