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Efficacy of a school-based obesity prevention intervention at reducing added sugar

and sodium in children’s school lunches: the LA Health randomized controlled


trial
A través de los alimentos que se sirven y que exigen los programas federales en Estados
Unidos (EE.UU.), las recomendaciones dietéticas influyen en los hábitos alimentarios
de millones de personas. En respuesta a las crecientes tendencias de obesidad infantil y
adolescente en EE.UU., la Ley de Niños Sanos y sin Hambre de 2010 actualiza las
directrices nutricionales para el Programa Nacional de Almuerzos Escolares (NSLP, por
sus siglas en inglés) y hace hincapié en el papel fundamental que desempeña la
nutrición escolar en la salud de los niños. Junto con una mayor variedad de frutas,
verduras, cereales integrales y leche descremada o baja en grasa, también se han
reducido la sal, las grasas totales y las grasas saturadas. El objetivo es satisfacer las
necesidades alimentarias de los niños manteniéndose dentro de los niveles calóricos
necesarios. Se han establecido límites a la ingesta de energía, grasas saturadas, grasas
totales y sodio, pero no hay restricciones al consumo de azúcares añadidos.
El objetivo de este estudio es comprobar si Louisiana (LA) Health, una intervención
escolar de prevención de la obesidad, puede reducir con éxito la elección e ingesta de
sodio y azúcares añadidos durante los almuerzos escolares en comparación con el grupo
de control.
Al inicio y después de una intervención de prevención de la obesidad de 28 meses de
duración (LA Health) que comenzó en 4º-6º curso (el 87% de los niños recibían
almuerzos gratuitos o a precio reducido), se recogieron y analizaron la selección de
alimentos, el consumo y el desperdicio de platos de los almuerzos de los alumnos (3
días consecutivos) en 33 escuelas públicas de la zona rural de Luisiana mediante el
método de fotografía digital de alimentos, mediante el mismo se cuantificaron
objetivamente la elección y la ingesta de energía, azúcares añadidos y sodio. Para
determinar si los cambios en la ingesta y la selección variaban según el grupo, se
utilizaron modelos mixtos que tenían en cuenta la raza y el IMC.
En el mes 28, la intervención de LA Health había conseguido reducir la disponibilidad y
el consumo de sodio y azúcar añadido en los almuerzos escolares. Como no se
observaron cambios apreciables en esta muestra en el mes 18, los resultados subrayan la
necesidad de tratamientos a largo plazo para beneficiar a los jóvenes. En conjunto, estos
resultados implican que las políticas que limitan el acceso de los niños al sodio y al
azúcar añadido son probablemente una forma eficaz de reducir su riesgo de padecer
sobrepeso y obesidad, y que deben hacerse esfuerzos serios para modificar las actitudes
y las condiciones del entorno para que las dietas de los niños sean de mayor calidad.

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