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Ji-Young Shi.n,Jenrufer Tennant Jackson.

Judith Tucker, Eli-


zabeth Wa.tkiru, Suzanne Wtlb y muchas otras. También es-
toy agradecida a muchas artistas que han encendido mi cu- PARTE 1
riosidad y por lo mucho que me han enseñado en el contacto
prolongado con su obra, de manera notable Bracha Ettinger
y Chnstine Taylor Patten. Soy totalmente responsable de LA VIDA PÓSTUMA DE IAS IMÁGE ES
todo lo que digo acerca de su trabajo artístico.
Dedico este libro con grabtud a. aquellos que han hecho Padres formadores
del Proyecto de los estudios fcmirust.as en el arte virual algo
esllmulante y un placer infinito y que me han sostenido en la
promesa de que los estudios femmist.as son un proyecto con-
tinuado, compartido y siempre en expansión. Tam'.:>lén me
s1cnw agradecida a mis editoras ~a.talie Foster y Charlotte Como rapUC$ta a un encuentro en wi museo con PQSl!le.s de un.a
Wood por su entusiasmo y preocupación por el concepto y famoaa estatua neoclásica de Las tres Gradas, esta primera sección
materialización de este proyecto expositivo. propone un modo fem1nJst¡ de~ a contiapelo de b ueqw
También debo agradecer a mis hijo,, que eran pequeños cl&tificatorios de la historia del arte con eJ objetivo de ~lo
cuando por primera vez me aventuré en este dom.mio inclu- que Kñsteva denomina «tiempo de laí mujeres» en relacióq con la
51vo del feounumo y las artes vlSUales, adolescentes cuando imagen y el archivo. Este últiJno reconcei.>tualiz.ado a travét de
este libro estaba madurando y que en la actualidad son adul- do1 contemporáne<>-' de inicios del siglo XX que investigaron 1a
tos admirables y vitales a los que todavía les divierten la,, oh ecpsicolo¡pa de la imagen•: Freud a través del psic<>amtHsis, Wa:rbwg
sesiones académicas y di.stracciónea maternales constantes. a través de lo que ha coobnuado siendo su «ciencia &in noaíble-.
El placer de una vida dedicada a aventuras compartidas en
el conocuruento sigrufica que no puede haber un agradeci-
miento adecuado por la tolerancia y la pa.oenc1a, el recono-
cimiento y el apoyo que viene de un verdadero compañero
en la vida y el pensamiento. Por esto le doy las gracias a An-
tony Bryant con todo mi comz.ón.

GRJSELDA POILOCK
Leeds, 2007
SALA 1
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1 SALA 1

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48 oSAl.A1 Mu.I [ ] 49

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ÍTEMS EXPUESTOS EN LA SALA 1

l.la AntonioCanova, LasmsGr~mármo~ 1819, 173x97.2x75cm,


Edimburgo, National Gallery ofScotland y Londm, Victoria
and Albert Museum. Fotografias cortesia de V&A lmages/

o
Victoria and Albert Museum, Londres.
l.l.b AntonioCanova,LasmsGroaa.~mármo~ 1819, l73x97.2x75an,
Edimburgo, National Gallery ofScotland y Londres, Victona
and Albert Museum. Cuatro vistas vendidas como postales,
Edimburgo, Tienda de la National Gallery of Scotland.
1.2 Rtlralo de AnJomo Canova, grabado al aguafuerte de WH
Worthington basado en F. X. Fabre, 1824-8, en 17zt ffiirks of 1
ÁnJonio Canoria 111 Sculpturt and ModL/lmg, Engra:ctd in Outhru
by Hmry Mosts (Londres, 1876), Edimburgo, National Llbrary Lo que las Gracias me han hecho hacer...
of Scotland. Reproduodo por cort~ía de los Trustees of lhe
National Library of Scotland (NLS Shelfmark Cnl l.
Tiempo, espacio y el archivo.
1.3 Mauricejanoux, Andrl Malraux con tlustranones para Le Mu-
sée lmagmaire, 1950. C MAURlCE JARNOUX/PARlS CUESTIONES DE MÉTODO FEMINISTA
MATCH SCOOP Cortesía de Hachette Filipacdu Assooés.
l.4 Ah) Warburg, Atlas Mnnnosyru, lámina 46, Ninfa, Londres: •
Warburg Institute. Re-leer como mujer es al menos imaginar el lugar de la
1.5 (a y b Wtlliam Henry Fox Talbot, Las tres Gracias dt Amonio dama; ímaglDa.r cuando estamos le)endo el cuerpo de la mu·
CaTIJlVa, c. 1840-1, calotipo positivo y negativo sobre papel. Jer; leer teniendo en cuenta que su identidad está recordada
Br.uiford, National Media Museum Photograph, Cortesía de en las histonas del cucrpo 1•
la Science & Sooety Ptcture Llbrary. NANCY Mlll.ER
1.6 Copia de Praxiteles, Venus Cnidia, mármol, 215 cm de altura,
Roma, Museo Pio-Clementino, Ciudad del Vaticano Foto- Re-VlSÍonar -el acto de volver a mirar, de ver con unos
grafia cortesía de Scala Imagcs, florenoa. . nuevos ojos. de entrar en el viejo texto desde una nueva di-
1.7 Antoruo Canova, ~nurt Jtal1<a, 1811 172 cm. Florencia: Pala- rección cribca- es para lai. mujeres más que un capitulo en
zzo Pitti. Fotografia cortesía <le Scala lmagcs, f1orcnc1a y M1- la hi-;toria cultural; es un acto de supervlvencia2.
rusterio per ¡ Beru e le Altivitá Culturali C 2000.
ADIUEN:o.C. R.rCH

· Nancv Miller, ..Rea.cling as a Wornan: The Bodv LO Practice- en 17u &-


maú &i] 1a ttatmi CllÍbtn· OmJanporary Pmpatw, Susan R. Suleunan (ed.),
Cambndge, MA. Harvani U111rn·11ty Prcss, 1987, 355.
· Adnenne Rach, cWben We Oead A"aken~ Wnung as fle-,ision• en
Lia, &mts ll1llÍ Silnia, Nueva York, Norton, 1979, 35 (traducción al espmol:
Adnenne Rach.. Solm mmhras, umtos} siúnaos. irad. de Marganra. Dal~n Pa-
lomo, Barcelona, Icaria}.
52 a L''Ctlf.NnOStNllMU tOn.MINISTA\'llUU\l. LO Q.UE 1AS GRACIAS ME HAN HECHO HACU •• [] 53

PROLOGO un museo que nunca se materinJ1zará. Primero de todo vir-


tunJ se utiliza aquí como un término irónico. Señala un mu-
Me encontraba en F.dimburgo un día para ver a los Titans. seo que nunca podrá ser real. Las relaoones de poder sooa-
• \ 'ísité la National GalleI)' of Scotland. Merodeando por la les y econó011cas dominantes que gobiernan el museo hacen
tienda del museo, me encontre con un juego de rostales de que el análists ferrunista sea 1mpos1ble ¿Qué corporaoón fi-
una escultura de reciente adquisición [1.1.a y bJ Supe que ne- nanciaría una mtervenoón fem101sta que desafiara las asun-
cesitaban de un nnilisis feministn serio. Ahora es el momento. ciones de clase, raza y género que apuntalan el sistema social
Un grupo de atractivas fotografins de imágenes de frag- actual a pesar de los gestos de inclusión y las correcciones
mentos de cuerpos de muJeres esculpidos que podrían prác· menores en las historias de d1scriminac16n? El museo en la
ticnmente ser un ligero pretexto desde el que pasar al am- sociedad contemporánea está cada vez más ligado n los cir·
pliamente mvestigndo penado de escultura neoclásica y a los cuitas del capital vinculados al entretenuruento, el tunsmo,
terrenos extremadamente serios de la historia del rute como el patrimonio, la financiación comercial y lns inversiones.
es la obra del neoclásico italiano Antonio Canovn (1.2) lm Los homb1cs ganan dinero a costa de las mujeres y pagan di
portantes publicaciones de Alex Potts y Malcolm Ba.ker so· nero por ellas; sin embargo, el dinero no llega a las feminis·
bl"f' el tema de ver e interpretar l.i escultura neocltbica sólo tas preci amente porque el feminismo, como Luce Irigaray
han logrado que mi presunción ~a nún más claro' . Mi cue · ha argumentado, ocurre cuando las mercancías (las mujeres
tión de acceso no es, c;in embargo, la de la interpretación his· en el sic;tcma falocéntrico) rechazan estos circwtos y crean
tórica de la obro del e cultor Antomo Canova. sino la visión una socialidad y una política entre ellas4 Por consigwente,
a tra\és de las postales de la obra qut> me encontré en la tien- fnmnista representa algo más que la corrección cosmetica de
da del museo. Por lo tanto, concierne al encuentro con la es· anadir unas cuantas mujeres a nuestros museos medio va
cultura medindo por In reproducción fotográfica dentro del c1os, a pesar de que eso todavía sigue siendo necesano a ru-
entorno ex tenso del museo que e filtra más allá de los con vel táctico Es la interrogación cnbcn del sistema que algunas
fmt>s de la galena y la h1stona ncad~mica del rute en un espa llamamos patriarcado y otras falocenlrismo Como tal, el tér-
cio imagina.no que denommo el museo feminista virtual. mino fnnimsta marca Jo virtual como un devenir perpetuo de
Aqu1 muchas representaciones e imágenes conviven en lo que todavin no es real. Es una poft.ns de futuro, no un sim-
proximidad en un nrchivo expandido a trnvé del tiempo y ple programa de demandas correctoras.
dt>l espacio, provocando obas resonancias )' nbriendo tra- Por consiguienle, el museo feminista virtual no es una ver-
yectorias inesperadas a travk del archivo de la imagen en el sión de un museo unaginano -k muste 1maginair~ que el
tic?mpo \ el espacio <''ICntor francés André Malra\L" propuso en 1951: como resul
Mi propósito aqu1 es explorar lo que, en 19~8, denominé tado dl' la reproducción fotogrJ.fica que extrnJO las obras de
•inten:encíones feministas en las histori&LS del arte• a través arte de sus contextos originales y permitió que fueran monta-
de un concepto: ti mu.seo faninista rirtuaL Un musco femini!o· das en órdenes y relaciones definidas por lógicas sobreim-
ta virtual, no es un museo cibemétko <'n Internet. Aunqul' es pu<.-stns de la historia del arte basadas en el estilo, la 1conogra-
fia, el nrti ln y la nación [1.3) ~ Lo que hace que los estudios
fomm~tas cnlicos de las artes visuales sean diferentes empíe-
.a Makom Baltt. •Canova'" 17trrt Grrl«S and Chou11;u1g Alhtlldes to
Sculf>lU....., en F"flllrM '" .lúiilt: tM /tW1"1 .,,¡ Vittl'lllf t/ E1tltúf1ttlt Cmlury
SfVl/>hn"I, Loodre' \'&:A Boc.'kt, ~()(ll), Aln l\itts, Tltt Sculptuml /lflll/:lrlllh~ • Luce Jnpay, • Womcn on the Mukee> y •Cimmod1t1rs Among Thcm
fiprrúJN, .Uotlmtut.. M1a1tNJWf., l.oncl~ Yale Unlve1111y l'rc ~ 2000, Aloon teht'S• rn Tltil SLt uJUdt u Not On4 trad Cathrrine Poner, lth"ca, ComrU
\'amngton, • Thl' Thl'ff Grare1 and the- Tcmpll' of fC.-me-nml' \'irtur•, &ulp Un1\emty Prroa, 19115. liO 97.
1urr)~1,,.,wJ (2002) Vll, JQ.~3. s Esto 'lerá d.iscutJdo con mayor detalle en h1 ala 2,
54 Q E.NCUFNTI\OS L~ fl. MUSt.O Fl..MINISlA VllITTJAL lil QUf.1.-'5 Gl\ACW Mt HA!'f llU..110 HA.CCll a 55
a con las posibilidades variadas que reclamarnos para re- Esto no 1gnificn traducir las 1mágene1 visuales en pro·
construir las relaciones entre las obras de nrte fuera de las ca po icioncs hnguísb~.u. Como M1eke Bal ha argumentado
tegorias musealcs de nación. esblo, pcnodo, movimiento, ampliamente la hasta a.hora d1vis16n rígtda entre palabra e
mncstro, obra, de fonna que las obras de arte puedan hablar imagen, la pnmera cognitivamentc sena, la segunda espon
de algo más que de los pnnc1p1os abstractos de la fonna y el tñnea.mente visible, ha sido despluada de manera critJca1
estilo o el mchviduahsmo de su autor creallvo. La cuestión no En real1cl.nd, existe una retónca de la imagen, tal y como Ro-
es sunple. Aunque existe un mundo de diferencia que está de· land Bnrthes, figura clave que extendió In semióllca nJ arte
nibando dichas categorias sm perder en runglin momento la visual y la cultura, reveló en su analJSis de In fotogrnfia y Ja
capacidad de analizar lo que las obras hacen y dicen, y qué es publiCJdacP Tnl retórica - i!S decrr la cn.pac1dnd de crear un
lo que da forma a lo dicho t.nnto a nivel social como personal. nivel figurativo de 1gnificado, connotación, más alió. de la
S1 nos aproximamos a las obras de arte como proposicio denotación literal- es un efecto, en las artes viruu.les, de la
nes, como representaciones y como textos, es decir como especifica COOJUnción del espacio, forma, color, matenahdad
Sttios para la producción de significados y de nféctos por y la capat'1dad de solicitar por parte del espectador un traba-
medio de operaciones visuaks y plcist1cas entre y para espec jo de d~ciframiento a múlbplei niveles a través de los pro
tádores/lectores, et-san de ser meros objetos que la evalua· cesos materiali.tadores del pensamiento y el afccto en una
c16n estética debe clasificar o para la autona 1deahzada. Las conjunción única que llamarnos lo estctJco.
obras de arte demandan ser leídllS como prácti<as culturalca Por con iguiente, el museo feminista virtual (MFV) persi·
que negocian los significados confom1ados por Ja hutoria y guc• crear un espacio feminista. de encuentro basado en las
el inconscientet. Piden que se !" permita cambiar la cu.ltu· innovaciones de Ja teoña malrixial propuesta por Brocha Et·
ra en las que intervienen a través de ser consideradas creati tinger 10• El MfV no trata. como el museo modcmJSta, de la
vn.s: pollt1cy l.rarlSformativas Bracha Ettingcr ha argumenta- maesbia, Ja clasificaciónn, la definición Trata de respuestas
do que los artistas ponen ideas en Ja cultum «como caballos argumentadas, especulaciones fundamentadas, relaciones ex-
troyanos desde los márgenes de su consciencia para trn.ns ploratonas, que nos cuentan nuevas cosas acerca de la fcmi·
gredir los limites del actual Simbólico•. Una gran parte de la nidnd, la modernidad y la representación De forma osada
historia del arte se ocupa de situar la obru de arte en su con rompe con todas las reglas del musco y de In historia del arte
texto histónco. Yo estoy interesada en lo que la obra de arte sobre qu~ se puede agrupar con qué (fotografias con píntu
podña introducir en el mundo a través de su espec1fiodad ras, esculturas con füms, pósters con textos) El MFV es un
como práctica semiótica y eslébca Ettinger continua: laboratono de mvtltigación Contrachce las narratJva.s heroi·
cas, nacionalistas y formalistas de la hutoria del arte para
Ea muy po.able que muchu obru·productol transporten descubrir otros s.ignificados al atrever&e a tramar redes e m
rucros de sw lTcadores, pero la espeoftcidad de lu obru de teraccione1 transfonnatl\'as entre imágenes montadaJ de
arte es que 1U ~dad no ae puede k'parar de idt>u, ~
ct'pciones, emociones, consdenaa, sigruficado cultural, ttc., y la
m~ón y ~intcrprttaoun de C"Sto "1U de.tino cultunl7•
1 M1clr..r Bal, 11,M,"l Rnürortllt ~ tJw ~órdlllMlf OpporillMI, Cam

brid8". Cambridge Unhtt111}' Praa, 19'..IO, n:cditado por Uni~mlcy of Ami·


terd.un Presa. 2006
• Mieke Bal, l.o•r.u Bo•rru' Sp.Jn: 11' ArdUúrlll" .¡Art·tml•'flf, Chu:a· ' R.oland &rthcs, •Rctbunc o( lhe lmagc•, m '"'-"''• Mii.Sil, Ttxt, Siephm
go, Ch1cago Uru\lenaty Pre.n, 2001 lt.raducción al espaflol Mltkt' Bal, lJrM Hea.lh (od ). Londra, tonlAllA. 1977, 32·51.
auo Jlaro ti 1111!1o ú "1 raoHt, trad de Ralul 5'nchcz Cach11iro, Muraa, Mur• 10 Bracha f.Umgt"r, 1M Mlúrixt41 Borúnp.rt, prefacio dejudilh Butltt, In
da Cultund, S.A., 2006). troducdón de Cnwlda PuUock, Brian Mueuml (cd ), MU\J\t"apohs, Uni\'rm
' BRCha f..atingtt, •Matrix and Metramorphom.o, .Differ-(191J'l}, -4:3, 196. ty oí Minnl!IC.IC& Presa, 2006.
56 o tNC\TENTROS EN EL MlJ W f"EMINIST.4. \lltmJAL LO QU't IAS GRAClA.'i ME HAN lll:CHO Hr\CU 0 Si

manera diferente en conversaciones enmarcadas por el aná· posaban como claves silenciosas de mcmonas culruraJe an·
lms )'la teoría feminista. liguas de la muerte y el sexo 1' El otro modelo se basa en el
Al crear una exposición virtual en la que podemos rastrear contemporáneo de Freud, el historiador JUdio·alcmán Aby
el movimiento de cuestiones en tomo a la sexualidad, la di· Warburg qwén creó en los años 20 lo que dcnommamo
ferenc1a sexual y la representación del cuerpo, quiero formu· • MntmOS)'Tll o Atlas de Memoria, para trazar la pern tencia de
lar preguntas sobre la historia desconocida de las mujeres en imágenes de intenso senturuento desde los tiempos paganos
momentos de radicalismo y trauma culturales a lo largo del hasta la moderrudad [L4]. Desafiando el esteuci mo de la
siglo XX Quiero mirar hacia atrás con diferencia, para crear historia del arte de su propio momento, n•specto al cual en·
diferencia sexual en los relatos del arte al Sltuar este cuestio· tía que cerraba las fronteras de la disciplma de forma prema·
namiento en un trabajo más amplío sobre la memoria, el tura, Warburg argumentaba que el arte no debía estar defim
tiempo, el espacio y el archivo que invocará la ayuda de do por, m confinado, a una narrativa evolubva de estilos
otros teóncos e lustoriadores del arte, que ya han mostrado cambiantes. En su lugar, Warburg le1a las imágenes como
haber tenido la idea de un museo vutual, aunque no exacta- formas -formu~ para sentinuentos profundos -pathot-
mente uno feminista. y memona cultural recurrente de aquellas emociones que
¿Dónde puedo encontrar espacio para la re\llSlÓn critica? agitan de manera más profunda a los sujetos humanos 1ex·
1v1i museo virtual no es real. Es una potencialidad para un ploradas en la Sala 1). Ambos eruditos de finales del s1gio XIX
contra-museo que utiliza el aspecto mas mteresante del mu- culturalmente marginados {debido a su 1denudad JUdia), de
seo: el mcutnJro entre y con las obras de arte organizadas se- formas diferentes, nos ofrecen recursos teóricos y modelos
gún un esquema que no es idéntico al de su producción {lus- para contra·moVImicntos feministas en contra de las narrati·
toricismo'. Por lo tanto, la posibilidad de utilizar la forma de la vas falocéntncas y heroico nacionalistas que todavía dan for· d~
exposición -incluso en un libro- consotuye una oporturudad ma a la d1Soplma de la luslona del arte y constituyen su in-
de encontramos con obras organizadas por una lógica ftminis· consciente polítlco. En este texto se planteará de manera
ta en lugar de falocéntrica. Los museos generales del mundo rependa el enlace transdisc1plmar de estudios JUdíos y e~tu·
producen una narrativa de la lustoria del arte organizada por dios femirustas, marcando ambos las relaciones complejas
naciones, escuelas, periodos, estilos y maestros. El museo fe- entre las diferencias étruco·cultural y sexual, recordándonos
mirust.a virtual es un laboratorio abierto en lugar de un relato. que rungún sujeto social está engendrado, clasificado o racia·
No persigue ser algo defimuvo, proporcionando un canon lizado sm más. Somos textos, texturas, tejidos de multiples
alternativo. Ofrece una sene de lecturas situadas, propiedad posic1onahdades e identificaciones que constituyen nuestro
del espectador que ofrece para compartir un entusiasmo so- emplazamiento móvil en el doble eJe de las generaciones )
bre el estudio de las artes visuales que siento apagado por la las gcografias 12 Tanto Freud como Warburg tratan la imagen
pesada mano de los relatos oficiales de la histona del arte. como una med1ac16n entre la histona humana) la subjetiVI·
El museo femuusta virtual se atreve a buscar inspiración dad humana, entre la polínca y la emooón ) ambos depcn·
en dos espacios no convencionales y transd1sciplmares para
agrupar imágenes e lustonas de maneras diferentes. Un mo·
delo es la sala de consulta de S1gmund Freud situada en el 19 11 Gnselda Pollock, cTbe lmage in Psychoanalysu and lhe Atcheological
de Bergasse, Viena (explorada en la Sala 3). Es sorprendente Mc~phor · Thlnlung Art wilh a Femmist Grut», en .ITJdioanalysis tmd tJu lmagr,
que el espacio en el que Freud escuchaba el discurso incons· Gruelda Pollock (ed.), Boston y Oxford, Blackwt'll, 2006, 1 29
ll Gcnen1C1oncs y Gcogratw es una pareja conceptual en la que propuse
ciente de sus analizados estuVIese tan repleto de imágenes, 11tuar a cada anuta y práctica artisbca en el doble eje de la pos1oonahcbd
tan abarrotado de antigüedades esculpidas de las culturas del geopolítica y hnaJC hutónco-fa1mliar Gnselda Pollock 1cd.), Gmmit1oru and
mundo que interrogaban al analista y al erudito m1entras re- Gtopplua in the V"uual .Arts: Fmunut Rtad1"1f, Londres, Routlcdgc, 1996.
58 a F..-.;CUt.VTRO<; EN EL MUSEO Fl:MINISTA VlRruAL W QUE U.S GRACTAS ME HAN HECHO HACER a 59

dieron del montaje y el encuentro como métodos de descu- Según Freud, nos han ense!lado que debemos leer los ar
brimiento de lo que todavía no sabemos sobre nosotros chivos como un recordatorio de los deseos y fantasías que
mismos y de los procesos socia.psicológicos humanos en tor- operan en cualquier proceso de anarnnesis. Al mismo llem
no a la memoria, la persistencia. la repetición, el retomo. Asf po, más allá de lo que podemos controlar en nosotros mis-
que, en lugar de escnbir historia como un movimiento hacia mos, está el inconsciente, siempre en funcionamiento, un
delante, investigaron la dinámica de la cultura como una dia- archivo inaccesible pero activo, altamente per<ionalizado de-
léctica de tiempo, espacio y archivo. bido a la trayectona histórica md1vtdual y singular a través
El concepto de archivo ha pasado por varias transforma- de los procesos de formaaón del SUJelo. Pero también es cul-
ciones en los años recientes, notablemente en las ,nanas de turalmente estructural por la inserción de las leyes de la cul-
Michel Foucault y Jacques Derrida. El archivo inicialmente tura y el lenguaje en el centro de cada sujeto, como un esque·
funciona para el historiador como una especie de depósito leto rntcmo que ha sido importado y que proporciona la
inerte en el que el pasado es almacenado por medio de do estructura sobre la que reposa la piel cama. a de nuestras
cumentos. A través de leer la reumón de documentos el his- subjetividades singulares.
toriador tiene la esperanza de reconslruir el pasado de:;de Los archivos son importante:,. Lo que se incluye en ellos da
estos fragmentos. Esto nos conduce a lo que llamamos feti · forma para i;iempre a nuestro pensarrnent.o de lo que fuimos
chismo de archivo como s1 el fragmento o los restos pudie· y por consiguiente, de lo que podnamos ser La ausencia de
ran en cierta manera pasar por el pasado perdido, de la histonas de mujeres en los archivo., del mundo ha definido
misma forma que un fetiche en los termmos frcudianos re· una vi!>1ón de lo humano sobre el patrón de una masculinidad
presenta y repudia la ausencia del falo materno. Esta v1s1ón privilegiada. La autodcfinición de la humanidad requiere que
ha sido desafiada.. El archivo es selectivo no comprehcnM· desafiemos esta visión. El museo como concepto es un con-
vo. Está preseleccionado de manera que refleja lo que cada c~pLO de archivo que participa activamente en la presenta-
cultura considera que es valioso almacenar y recordar, mcli ción de estos espejos distorsionadores para nuestra identifica
nando el regtstro histórico, y en realidad la escritura de la ción. No sólo hemos tenido que luchar y todavía luchamos
historia, hacia los privilegiados, los poderosos, lo políuco, lo para asegurar la igualdad en la representación de toda& Jas
militar y lo religioso. Según el archivo, grandes áreas de la mujeres además de todos los hombres en nuestros archivos
vida social y un enorme número de personas prácticamente culturales, sino que ahora nuestra lucha es el estar ausentes de
no existen. El archivo esta sobredetcnninado por hechos de la hi toria escnta, barridas como un mal pasaJero
clase, raza, género, sexualidad y por encima de todo por l'l M1 combinación de virtual --que s1gmfica lo que no es real
y lo que es una patenc1a11dad que está por cumplir y que por
poder. . . . .
El archivo es también un concepto que tiene 1mplicnc10- lo tanto se convierte en algo futuriblc-- y museológico mtcr
nes profundas p.ira nuelitra nutocompren_si~n y su relación viene en la actual reacción pohüca que está tratando de s1len
con Ja mcmo1ia y la~ actividade memonsllcas, con Ju con· ciar a las mUJCTC!I de nuevo, pnm posicionar al fcllllnismo
ciencia de un pasado, lo que podemos llamar ur.a perpetua como algo del pasado, acabado, innecesario, pasado de moda
posesión por otros que cxorcizamo~ a través_de ~n int~n· La ¡~erosa afümación de A~rienne Rich de que el trnbajo
to de dominarlos a través de convertirlos en historia escrita. fcmm1sta sobre el pasndo perdido de la creatividad de las mu·
De este modo nos convcrt1mos en curiosos, deseosos de co · jcres es w1 «acto de ~mperv1vcnc1ait resuena de manera muy
nacimiento, como ninos pcquel'\os que quieren conoct>r lo!! diferente <>n el momento prc...entt> de revisión. A inicio del si
secretos de los cuerpos y los desc>os de los adultos. S01n~s glo XXI, la.s preocupaciones fcmmist.aa declaradas por Rich
espías, voycu 111 , sujetos a fantasías e identificaciones, idc.•a.h- con tal esperanza y fuc.·r7.a treinta anos atr.í.s están siendo cada
Vt.'2 m(Ls maró'Ínadas en la pohtictt\ culturulc~, siendo de'lpla/a-
1.acumes y reconocim1entos fallidos.
{)0 a r.t>CUE.NTROS t;..~ EL IUSEO ff.MINIS"TA VJIITTJ>,L LOQUEU.SGRAClASME.HANHECJIOllACER. a 61

das a la teoría y práctica culturales que proclama a gritos que en 1973, la historiadora del arte americana Linda Nochhn se
nos enconb1llllos en una era postfenurusta. Ast que el proyec- preguntó ¿de qué manera las mujeres podían conocerse a s1
to uuc1al de crear un museo feminista virtual porque los spon- mismas en un país -el arte- en el que no poseen lengua, al
sors de museos nunca ayudarían a una mvesbgadora fenunista no eXJstir representaciones- o espacios de representación en
a llevar a cabo un proyecto abiertamente «fenurus~. incluso las que podamos leer en relación a lo que en 1996 denominé
en la década de los 90, ahora se ha convertido en algo todavía «mSCripciones en, de y desde lo femenino•? 14 • En el momento
menos posible. La virtualidad queda vinculada a la dimenSión de mnova.ción formal y semióbca que llamamos arte moderno
feminista del museo unaginado. ocodental, mujeres artistas de todas partes del mundo intenta
Sin embargo, a nivel psicoanalítico podemos encontrar ron producir un repertorio representacional que correspondía
cierto consuelo. La negación y la represión siempre md1can con su deseo de encontrase a g nusmas en y a través del arte
que algo está en juego13 Ambas alivian la ansiedad generada en nuevos términos diferenciados. i Pero los museos nos per-
por lo que necesitamos negar o silenciar: el desafio continuo miten conocer esta historia, para poder vtajar a este país? ¿Por
de pensar acerca de la diferencia sexual, sus acuerdos socia qué sólo las mujeres histonadoras del arte son las úrucas que
les y sus significados imaginanos. De este modo, la urgencia persiguen crear wia histona del arte expandida en la que ha-
con la que las cuestiones feministas sobre la femirudad y la cer visibles a hombres y mujeres artistas de todas las culturas?
representación están siendo expulsadas de la agenda de la ¿Por qué qmero reintroducir la idea del museo como una
teoría y la práctica culturales contemporáneas, borradas por tácbca feminista? De hecho, lo que en realidad propongo es
esta declaración demasiado prematura de que tal•s preocu- la apropiación femiru:;ta del concepto que es la especialidad
paciones ya no son necesarias o relevantes, subraya la poten- del museo· la expoStción como encuentro que se abre a nue-
cia de lo que el feminismo plantea a las aún inflexibles cul- vas relaciones cribcas entre las obras de arte, y entre los es·
turas falocéntncas. Lo que también está en juego es la pectadores y las obras, que apunta a narrativas repnnudas en
se>...'Ualidad, o el deseo como motor de la vida y la creativi- las historias del arte y continua lo que denominé, en 1999, el
dad Sin embargo, podemos ganar coraJe frente a lo que pa- proyecto feminista de diferenciación del canon De este
rece causar resistencia, amquilación y es sentido como algo modo me permite darte la bienvenida a un museo VJ.rtual en
personal por las mujeres feministas que son rechazadas como el que se traman una serie de encuentros virtuales a través de
dinosaurios irrelevantes de una época pasada, que de hecho la lmagen y el texto, no para el consumo tuñstico, o el disfru-
indica, un trabaJO que está claramente por terminar. Así que te estebzador. El propósito es, como Adnenne Rich sugería
es virtual, ya sea por la resistencia oficial o como resultado anteriormente, una relectura que también es una rememora-
de un rechazo postfcm1rusta falso )' prematuro. !.& cuestio- ción -una palabra que en inglés no sólo implica recuperar
nt:s a las que quiero dirigume a través de los proximos en- del olvido, sino el acto de recopil~ para el futuro feminista.
cuentros en el museo fcnunista virtual están abiertas si no al El museo virtual en el que se insertan estas postales es, no
escandalo, si a cierto interés. ¿Qué tipo de interés? obstante, diftrmü y difertnaador y por consiguiente, fem tnista.
En una de las primeras inteivenciones fundadora del pensa- Los encuentros imaginados en este trabajo seguirán una lógi-
miento feminista en y sobre la historia del arte, realizada

1• Linda Noclilin, •Erobosrn and female Imagery in N1netcenth Century


u ·N~ón: Procedimiento a trav& del cual el WJCto, nuentnu fonn~ Artit, en ff'oman as Su Obj«J Sú.dia 111 Erotic Art, ed de Thoma.s B Hess y
uno de los deseos, peruamlt'nlOI o ~urruentos que ha ~prurudo huta el mo- Linda Nochhn, Nueva York, Newswttk, 19i2, 8·15; Grilelda Pollock. •lns
mento, logr.i. gracia.. a repudiarlo, segu1r defend1tnd()S(' de~!·, enj. B. LapWi- cnpllons 1n the Femerune», en lnsflú tJu Vl!lbú An EJbptiaú Trtmmt ofT1en·
che y J. l\'.intala, T1u Ú"""'8' of~sis, Londres, Kamac Books, 1988, tuth Cmtury Arl "'· ofaJUI from tJu Ftm111111l, Cathénne de l.tgher (ed , Cam·
2 1, r-efo~ndado Sagmuod Freud, •Nega.bon• (1929), StaNiDnl EJJ/iqn, XIX bndge, MA. MIT Pres.. 1996, 67-88
li'.l Q F.NCUl.Nl ROS l.N 1:1, MI ~l'O H'MINIS'I \ \'IHnJAI, a
ca diferenciadora, una lógica mteresada en las formaciones no cualificada, que en con::.ecuenc1a es una esencia. Por el con-
de la dife1encia sexual, y en las potencialidades para la cLs1 lrano, estarnos perpetuamente atrapados en las operaciones
ciencia que ésta encierra. lingüísl..tcas, psicológicas, culturales o sociales de la diferencia
Uuhce poi ptimcra vez este neologismo en DiflerC11crng tlzt c1ón activa que, al tratarse de este upo de operaliv1dad, nunca
Canon en 19991"'. Es una adaptación feminista al inglés del alcanza su mela y siempre es desmontada por una inestab1l1-
concepto clave de Derrida de diffrrance que casi funciona en dad fundamental Cualquier d1ferenc1ación depende de las re-
franccs, pero para nada en inglés. El oído !francés] no puede laciones entre términos temporalmente d1stmguidos. De este
escuchar la diferencia que el OJO puede leer entre diflcrence que modo, aJ producn el efecl<> momentaneo de diferencia (cli~tin
significa distmc1ón y diffira11ce que s1gn1fica aplél1-am1ento. El nón) siempre existe un aplazam.1ento entre los términos que
efecto es perrrutir que ambos s1gn1ficados, mutuamente deses sólo pueden producir diferencia en un tipo de relación negall
tabilizadores, habiten un fonema smular de manera que pcr va (como opuesta al ser esencial y ontológico de cada catego-
turbe el impulso de hacer las cosas claramente d1stmlas, fijadas na independiente de la otra). Esta interdependencia de lo
en sus extremos, para así revelar un constante aphuarmento masculino y lo femenino deshace el tipo de brecha, la diferen-
del significado en la cadena de sigrnficanles que no llenen re cia, a la cual lingüísticamente podna aspirar para hacer que las
fcrencia ase1:,l'\irada a cualquier cosa que sea externa a su pro cosas p<uezcan claras y rotundas, e instala lo que parece ser
pía productividad sem1óbca. La reconstrucción nos pide que opuesto, una co·emergenc1a e mterdependenc1a constante-
seamos sumamente conscientes de lo que queremos decir mente aplazadas.
pero también, comecuentemente, de lo que el lenguaje dice a Por consiguiente, la obra femm1st.a. no consiste en creer o
pesar o a traves de nuestra voluntad. F..stamos obligados a fo1 afirmar el hecho de la diferencia, que s1gn1ficaría sugerir que
mar parte de este Juego, ya que el lenguaje, o la s11:,rn1ficac1ón, los hombres y las mujeres son en y de s1 rrusmos entidades
es nuestra principal empresa como seres humanos. A pesar de distintas, seguramente separables y con identidades interna-
esto, nos pasamos el tiempo autoengañándonos, porque pen mentf' definidas que podnan produclf diferentes hábitos o
samos que el lenguaje o los signos son meros mstrumcntos s1gn1ficados e téticos. La obra feminista explora la diflirance,
para los significados que generamos en nuestro intenor o en el que es el hacer y deshacer s1gmficados relacionales, provisio-
interior de las cosas. El len1:,ruaje nos frustra porque' la umc.i nales, necesarios pero mestables en torno a algo profunda-
manera en Ja que podemo!> pensar )' hablar es en relación a mente centr..i.l a la autoconciencia y al deseo humanos, )' por
sistemas de sif:p1ificantes. Sm embargo, el lenguaje es también cons1gu1entc, a la subjettvidad pero también centrales a la or-
la escena del mconsciente Pensamos que i;abcmos qué esta· gam.roc1ón social, económica y cultural La obra femm1sta se
moi> diciendo y que decimos lo que queremos decir y dc!>ea- implica críticamente con los procesos de producción de gé-
mos. Pero el lenguaje/inconsciente siempre dice más o menos nero, engendramiento y d1ferenc1ac1ón en relación a un eje
y de manera diferente. La frase 4(1a diferencia ~e .los sexos•, de si1:,rnificación, poder y social1dad, el del sexo-genero
por ejemplo, aspira a la descripción y por c~ns1~ic_nLe a una De este modo, un museo feminista no es un depósito de
afirmación d<· la existencia de dos categonas distmtas, dos items conocibles que exhiben algo «fcm1msta•, una actitud,
sexos, que son diferentes el uno del otro a pesar de '>e~ un posición o esencia caraclcristica de una umdad ilusona. la
~xo. La frase •diferencia sexual• contesta a dicha 1deologia aJ mujer No es una idea de coleccionismo de cosas realizad~
reconocer que no existe tal cosa como un sexo o su c!tferenc1a por •mujeres•. Es una prácttca en funcionamiento, un labo-
rnto~o. de crítica y teoría, que interviene en y negocia las
cond1c1ones de la producción y, obviamente, del fallo de la
lS Gruelda l'oUoc.k. Diff"mrrng "" C.a.nun. Fnn1TU.Jt Dmrt and tJu lf 'rttmg of
diferencia sexual como CJe crucial de si1:,rn1ficado, poder, sub-
s
Arl llutoneJ, Londres, Routl1·dge, 1'. l!J'I jetividad y cambio en su mediación por prácticas estéticas )'
Id {1 1N• l'I N lllll'i l N l l Mii 11111 ll NIS IA Vll\llJAI llJ<ltl,.Uí,f'.M.1A fff ~ffUHJU41U

¡m1 nuP'tlto!I 1•11c111•11trw 1 on la n·pn",1:nlac i6n y 1•1 trnl,;1J'' pl'r fi&tCl;u¡ '' d1·~t1111clas 1·n un 1jnu o sit1n/visra vfrUJal Ulndi
<.011 la~ 1mágt·111·'1 v1'iu:tl1•fi y h1 produce i6n <11 !1 ~tita (rpw 111 K'·lln lll>lj lia hN h1i prestar at.end6n aJ earnb10 ,.n 101 modoz
ab ..011110 son l,1 mi!lrnu e"'"'' 1-,i, 1•n t·~tl' 1·nl1do qu<• PI 111u~1·0 d1~ 1• <ríti ir.1 &<iln e ,.¡ .irte desd,. l<1 mod<>1i eMa.sa.rrl"'n · ilu a
f1·m1111 ..la t·•, v111uul. No es 1111 fa< sí011l1· 11la:rnüi1 o n1 J,1 11·d '111 y <impli:uncnt(.! <'kfriislH <1 1jemr1l1fiuu.l<1'J p<>r.J •.J. \V1m;
o 1111a 1ealid.tcl v11tual de fanlmi1J vi!>1tacJ¡1 h'lacia-. a pr<1l<·'i1~ ~ 1•Jmann (·n (' J 1gJ<1 XVfll, <JUf' propiarni>ntc M! (.(Jruldl'f'a cJ
l(•n10log1ca'i Ls vi1 tual P.n c•I 'i<·nltclo fllt1wl1< o ele s<•r algo rnomenl<i d1• funda' r6n de la h1 ,t11rüi d el <ut1•, ha.r;ta la 1•rn1T-
'fll<.' 110 es 111w 11·altcl,td. 'li ata clc· potc·n< 1.il1clade':I (y P"-;JIJ1h g1•n1 i,1, <-rt '1 1gl11 XIX, de l<J!I atla.'l de imá"erw.s graba.da~ pro
dadt·'J) a las e ual1·~ ~t!>pH arno., p<"rn que pw·dcn n e rmu•p ducidos p:1r .t <•' r1mpañur Ir, primn<J t.e"u's de hmona gcn1•
lualmcntc: proy<:c.l.1da'l como un medio para fH<JVocar cam mi r.cm10 c·I l /m11/hud1 da KumlgeJduchte - Manual ele 111 tona
lnns 11·alc·., 1·n la forma c·n c¡w· noc¡ pcn ..arnos y e ompt c•n<ll'mos. del i.ITLc (IX 1L1 dr· han1: Kugler, para el cual los tres w1lúme
La í'SC.ultura rt'.tl de Lm tre1 ~tar1m d1· Antonw C'an()va ir.e ncs cl1• 1mái;1·111·s no aparcc1·11an hasta Hi!.i l. Kdlnt r c1la el fJrt··
pu1·c.lc c·nconlr ar en un m11sc·o 1C·al, lm•n 1·n Lon<lr<;s en el f."''' rk /Jml.malrr dn K111ut .<:JJT (Jbmuht iltrt.· b11nitlJu111Jf·
V1c lor ia anrl All>l'rt Mu Pum '' c•n J•,dimbur go 1•n la National f,ang'J \i1r,.111mr.nlo' artí l1<;os pi.i.r..i un P.1ilud10 d1· 15 vías de
( ;a1Je1y uf Scollancl ya <JU<' J,1 c•.,cultura c·<;tá compartida 1;ntrc dC;...ITT"ollo) de I l. Mc·n, c¡uién afirmó: •sólo el atlas pennit,. a
ambo<i museo~. Pero tambwn podemos c·nconlrar 1•sta o'1ra la histona d1•l art" hacer )u <'nlracla victmfosa en las facultad<!S
en olras fo1 ma.., nwdradas, rep1 l''><·ntacla'>, t:omo mis postal1•s, y las saltl.!I de c:onfnencia.<r•17• Saturada como está nu,.stra cul·
nmw resultado ele· lac; rn1~mas se procluc:~ el n·cu1•rdo de una tui a actual con libros de historia dPI arte csplénclidanwnte 1lus-
irnagen virltwl que queda cl1·po 1trido "º rni ima1:,rin<1c:iéin y se lri.1dO<J, nos es dificil imaginar la penuria y Ja pobre:1.a que do·
convierte' C'n part1· di"' un ban< o transpo1 tabl1· de imágcncc; minan estas ilustraciones - ca<;1 todas grabados en blan< o y
<.·n d t)U" nw 1·nt rn•ntro r<Jfl ot ias im:lgc·rws. negro o bo<;<¡uejos al ab'l.lafuertt• Antes del clcsarwllo de la fo.
La escultura, como el n·.,to d1· 14'1 art1·:. v1<;uales, la ar qu1ll•c togr afia d1• medio tono y el uso de la linlf·rna mágica a fina)(..,-<J
tura y la cultura rnat<·nal, se convicrll' l'n olro L1po ele obJPLO del siglo xrx, el artt• p<'rmanccra ligado a su lugar; I<>.,, libros
como re~11ltado del d <'.$<1nollo ch· mHocfos de reproclucnón t•rvian pam prf'parar a los visitantes para loi> encuentrc1s en
mccanica. Imc1almt·1llc la c:ultura impresa ofrecí<• grn'1adw1 y lugar cJ,. proporricinarlr!S un acceso indirecto o virtual a través
Hf:,'1mfu1•rlc'i que separaban "' obj<'lo d<> .,u n·;ilidacl <um•:."tlica de una imagincna de colore!! cxubc•rctnles o bnllantc;; y atrac-
en tiempo y <";pano y poo;1h1lttaban a las ¡wrsonw; disl•tnlc•s dc•I tivas llansparenc1as proyectadas altamrnle ampliadas en las
objeto c.onocc·1 '" apa1wnc 1a d<· esta forma y 11 amformc.u lo c·n parceles de• las salas de conf1·n:ncias.
parte d(' sui1 colc·cc1onc·s nw11t<.1 IP!>. H.1·c1 Pc1d.is romo 1111ági·nc·s, La intimid.1d de la fotografia y la historia del arte <.>!! tocl.1VJa
las obras c>mpiczan a viajar con un nuc·vo lipo clP ícl1-nt1cl.ld. más intensa c•n c•l Lt·nitono del museo. CI atlas de 1mag1·nc!> del
Con la invc•nc1ón de la fotog1af1a e n 1831J y su lc·nto avante siglo XIX y en Ja ac LuaJidacl nucstr.is coJ,·n.1ones de cLapo')ili-
IC'C"llOIOf,'lCO a '" largo d<·I rc·i;to del siglo XIX, l 'SUI polc11tiali· va.s o bases de datos de jpegs !on exten~wnes del mu~eo que,
ciad para la clis<·minacié>n fu<· mc-jorada y carnbfri en la direc· al coleccionar objetos ejP.mplares e imágenes de todas partes
ción d(•) i.inrnlano imagen que• cm.:onlr amw1 <'n la a< lualidacl del mundo en una •vhión universal>>, radicalment.c transfor·
c•n líls po'>talci; a color y In!! ratalogos ele '>ob1C'mc•<¡a La h1sto· rnó lo gm: enconhamos en los museos rcale'> o VJrtuales como
da d('J arte como disc iplina l''í, por cons1gu1entc, pt<Jfund..t· la biblioteca de diaposilivas o el libro df' h~Lona del arte.
nwrll<· cl<.·pcndic•nlc de y co c·mc•rg1•ntc e on la kcnologia r<··
productiva, notablemente• la fotogrnfia, ya que lodo libro o 16
Vc.-r lf. E Robcrta, Art //11tory Jlrruugh úu Ca.mna /.mi. AmMt!rdam, C'".or·
confc·r<'ncía d(' h1stona d el e.irte ele una fm ma u olra lleva a don & Urca<h, l!J1J'i .
cabo una C'>pc< ic de colcc.c1orusmo mu!><.·.11ch·I arte corno una 11 Ulnch Kcllt~r. •Vuual U1JTcr1"1tle. Pu.lure Adaso fmm \Vinrkclrruuln to
g<·n, rcunic·nc.lo una serie de ob1 ~ que t•n H·alidad csla11 d1s WJtburg iilld the lll\c ol Art Hrnory•, Visual Rauurra (2001 ), XVII, 17!1 11•1, 1'17
tlh o r~... n a lllllSINll. MIJS l.l>llMINISTAVIRIUAI. l 1'1~UEl.ASl,JV\I lA.S !EllANtU ll(JllACfK

F.sto se puedt• vc1 en la fotografía hartamente n•produc1da gené11co de cosas como el • arte• es c.struclur al mente: d c pcn-
de André Malraux preparando su estudio de ú musu imagz <liente de la mmca.l1zac1on moderna tecnolé>b>icamc nte a.m-
naire, de pie en medio de sus íolobrrafias a gran C'scala, ordc pl1.1da que .siempre 1mpl1ca cierta vi.,ual1.tación: una creación
nas en crics ele filas, todas y cada una del mismo tamaño, • 11
de un archivo que transc1en d a e 1 tiempo y e 1 cspaC10 .
1

pi cscntando como uniformc la diversidad múlt1ple del me Desde los 1111c1os de la folobrrafia., la escultura en particular
dio, la escala, la materialidad, el tamaño, la forma, <'1 propos1 se ofreció para los pdmeros experimentos sobre e l terre no
to, la localización de las cosas, los lugares, los deLallcs cap [1.5] La escultura no se mov1a. y por lo tanto respondía bi<·n
lurados en la democracia fotográfica previa a la mirada a las largas exposiciones necesarias para los inicios d e la fo ·
asimiladora de Malraux [1.3]. En la formulación de su ei.léll l<>E,rrafía. También se adaptaba bien a sus limiladas escalas to·
ca idealista que se pubhcaria como una p!.!cologia del arle en nales porque en muchos casos se trataba simplemente de
tres volumenes ( 19 17-50) bajo el titulo Les M>ix de Srlenre ( W35 blanco2ri. La escultura, con frecuencia retratos y estatuas,
y W.51) André Malraux acuñó la frase «le musée 1magina11e» continuaron siendo un objeto visual interesante para la nue -
un museo de la mente o de la imaginación , alb'lmos con va práctica ya que, como objeto tnd1mensional, la lu.i se pro-
s1der.m que se ha ti aducido de manera desacertada como ,«_el yecta en la superficie y el fotógrafo la puede manipular para
musco sin muros• 111• Es ahora una obviedad que la crcac1on crear imágenes que siempre son algo más que meros regis-
de tecnologías de reproducción fotográfica haya tramforma tros. Dramatizaciones de la lu.i pueden elevar la imagen de
do no sólo nuestras relacion<''> con el arte al hacer que sus documento a su propia interprctacion estética de y a través
imágenes viajen a través del tiempo y el espacio, sino que en d<> un acto de ver. La intimidad entre la fotohrrafia y la escul-
realidad hayan creado el «arte• en general como una univer- tura en la intersección de la documentación y transmisión
salidad irreal, deslocali.iada, abstracta Para Malraux, el mu histórica del arte, así como en la interpretación visual a tra
seo de la imagmación es la situación histórico moderna del ves del encuadre, la lu.i y la frngmcntación ha sido destacada
arle. Lo que antes era un objeto ntual, un edificio, un altar, un por Mal) Bergstcin, qmén adecuadamente insiste que
libro liturbrico especial, ahora ha sido asimilado p~a ~cr ejem
plos de ARTE históricamente local11:ados y eshhsllca'.""ente Las fotobrr.ú'í.15 de esculturas son representaciones de re·
clasificados. El arte es por igual el produclo de la crc•ac1on de prcscntac1onci.: cargadas con los matices de la elección del
los primeros museos generales que proporcionaron un aloja íotób-rafo ademas de Ja formación cultural y la rc>cepc1ón, las
miento real para estas colecciones igualadas y d<· su expan fotografias de ci.culturas definen i.us propias realidad~ que
son dens<tS y autorefcrencsales' 1•
sión virtual a través ele la reproduccion fotográfica que, al ma
nipular la escala, el ángulo y la unifom1idad de la su_perf.k1e,
La tensión habitual entre ver el objeto real con nuestros
crea enteramente nuevos objetos para una apropmr1on visual
propios OJOS y la 1dC'a de que las rep1 oduccione.s son la meJOr
b~da en la lente de aproximación, donde, efccllvamcnte,
alternativa - un principio profundamente instalado en la
ver es cquiparnble a consumo y voyeurismo. Ya no hace falta formación de historia del arte- marca la más profunda pa-
«personas con cultura• viajen, traemos el arte a casa
que las . 1 · ·
en una clase particular de intimidad erudita o co ecc1001sta.
> • • nte }a d;"cm.inación de nuestro conoc1m1ento 19 l'.u-a una completa d1scu~1ón de e~la idea ver Gnselda Po llock, •Un
I or cons1E,11.11e , ~
frammg tht Modcm Cnucal Spact>.' Public Possibauly • l'n Mwtu11u aftrr Alo-
drrnum Strattg1a of f.'ngagtmtnt, Gn~l'ld.i. Pollock) .Jo)Cl' Z.C.m.tlh (cds.), llos
11 André Malraux, l.t mustt imaginoire. P·.m~. G.i.ll1mard, 19h5, Rosahnd ton y Oxford. Blackwell, '.l007, 1 3!J
' t - ·' •m1,m's Muscum w1thoul \\'alh•, l'n 111111/..ing about Exh1b1· :io W. H. Fox 'falbot. l'mrú ofNaturc, Londrc~. 18 t I ú, pi V
Krau\s, • l os rnouc ( d ) l d •' Mary ller~tem, •Londy .\phrod1tl'~ On 1he Ootunwnt.n.ry Phologrn.·
1
t1ons, Hecsa Greenbcrg, Bruce Fcrguson y Sandy Nwme e s. , ..un res y
ph) oí Sculplurc•, Art Bullttm ( l!J~2), LXXIV. ºJ, 175
Nueva York, Houtlcdge, l~J!Jti, :J-tO H.
bH '} FNCUE.l'ffROS E.N F.t. MUSFO FEMINISTA VIRTUAL 10 QU E LAS GRACI A!) Mt HA."i HECHO HACf R

radoja ya de por sí alojada en la historia de mirar arte en la o luz necesitan para ser expuestas). Efectivamente, tales con-
cultura moderna: sin la colección del museo y su disemina- sideraciones dictan categolias de comprensión y por consi-
ción en un museo virtual de reproducción, podria no existir guienle, excluyen otras relaciones o conexiones posibles. El
ni la categoña de arte, rú la posibilidad de una historia para modelo comisarial se traduce de, y se aplica de nuevo a, los
esta categoña que encierra rma miscelánea de objetos e imá- formatos de los libros académicos de lustoria del arte, que por
genes. Aunque, el comisariado de objetos de tal diversidad sí mismos dictan la organización de los cursos de historia del
en la unidad comparable, arte, invita a un marco interpreta- arle de forma que lleguemos a conocer y experimentar el
tivo ya sea en la exposición real en el museo o a través del «arte» por medio de esta profunda lógica com1sanal de na-
estilo de su fotografia. El arte --como categoría- es ya un pro- ción, penado, medio, artista, género que hace otro tipo de co-
ducto del trabajo museal que nos pide, a los únicos que po- nexiones invisibles o aberrantes: éstas no son historia del arte.
demos construir un encuentro con el, una autorreílex1on en La historia del arte hace inteligible al arte a través de prácticas
tica que no imagine cualquier escape, sino que proponga en clasificatonas basadas en artistas de renombre, periodos his-
su lugar, hacerlo visible, contestarlo, plantear una discusión. toncos, medio, estilos y escuelas nacionales creando narrati-
El estilo de la colección y consecuentemente las estructu- vas que informan del desarrollo, el cambio o la diferencia y
ras profundas de las representaciones están histórica e ideo- para establecer un canon de conocirruento.
lógicamente conjugadas de maneras que el museo virtual fe- El conocimiento es siempre un sistema que nos ilustra al
minista se propone ex-poner, intcnumpir y reconfigurar para producir comprensiones de relaciones e historias que de otra
otros tipos de lecturas que intervienen activamente en cues- forma no son visibles en un revoltijo caótico de objetos. Pero
tiones más importantes sobre qué significa investigar en his- este sistema no es neutro o evidente de por sí. Está generado
toria del arte. por determinaciones, intereses, competencias sociales y cul-
He argumentado en otro lugar que las formas predominan- turales, y como he argumentado en otro lugar, por deseos23 •
tes de historia del arte moderno son comisariales en su lógica El conoc1m1ento tiene relaciones íntimas con el poder, cons-
subyacente22 . Las categorías de clas1ficaoón y conservación tituyendo lo que Gayatri Spivak llamará «violencia epistémi-
de los museos han dictado a la historia académica del arte la ca. en la manera en la que los grupos hegemónicos constru-
forma en la que se organizan los objetos en grupos u cl~cs, y ) en represenlac1ones del mundo que son proyectadas en los
cómo se comparan y contrastan. Típicamente éstas operan a otros como medios requeridos de autoreconocimiento21 . De
través del medio (en este caso la escultura), el artista (por este modo, el feminismo y el postcolonialismo además de
ejemplo, Canova y sus contemporáneos), la fecha (aquí sena otras minorías han desafiado específicamente no sólo las au-
el siglo XIX), el periodo {formalmente neoclásico), la naciona- sencias en los sistemas de conocimiento dominantes, sino sus
lidad (Italia), el estilo (naturalismo neoclás1co), el género (el estructuras, protocolos y normalizaciones.
desnudo femenino). Éstas son las principales categonas con La dibujante de cómics feminista Jackie Fleming creó
las que la historia del arte piensa, en ellas se bru.a la mayo1 en 1977 unas series de maravillosas pinlUras en pe<¡ueño for-
parle del trabajo del lústoriador del arle. Determinan las con- mato como respuesta a su compromiso con el trabajo inci-
diciones de documentación y conservación (qué departa- piente del feminismo sobre imaginería visual. Su «heroína»,
mento conservará las obras en sus registros y cuánto espacio
23
Gnselda Pollock, Differe11ang lM Canon: Femmist Desire arul tht Wnt1ng of
Art's Hutontt, Londres, Routledge, 1!>9!>.
24
u Gnselda Pollock, •lnsciiptmns in the Femmme•, en Jns1dt tht J:'uible. An Gayalri Sp1vak, •The Rani of S1rmur: An &say m Readmg the Archi
Elb¡ltical 7ravme o/Twtntuth Cnitury Art, in, ofa ruifrom the Fmunmt, Cathérine ves-, Hutory and 1'1uoT)' ( 1985), 24 .3, 2·17-27'1., reeditado en fonna revtsada. en A
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..
70 • !'l:CUI N"I ROS LS U . !llllSEO 1U.llNISTA 'l.'11\fU,\l. LO QU E L~ GRACt~ MF. 11 AS lllCllO llACI.R [

eia una mujer JOven algo peluda y desaliñada pero viva.t., Hemrich Wolffiin en el que se usa una doble proyección de
que se levanta una mañana y se pone su ropa habitual, Jeans •compare y contraste• que ha estructurndo al museo moder-
}' camiseta. Al pasai por delante de una val]a publicitaria., no y las conferencias de histona del arte. La historia no es,
una belleza monumental cosmélicamente aliñada la empe por supuesto, una simple cronologrn y ciertamente no es una
queñece. Retoma a casa. y una segunda incursión nos la pura secuencia de desarrollo. Cada vez hay mayor reconoc1·
muestra ahora embadurnada de maquillaje. Un anuncio de miento de que existen otras temporalidades en 3uego que las
indumentaria a la moda la envía medio hundida a rediseñar· que pasan por tiempos lmeales y de progreso~ 7• Éstas están
se para aparecer con tacones altos y un vestido ceñido a la conformadas por los caprichos de la memona y la amnesia
cintura. Ahora, presentado de manera «apropiada» su>º fe- al igual que por las pohticas del archivo, los bancos oficiales
menino, nuestra heroína visita una galería; otro lugar en el de memoria de la cultura que simultáneamente representan
que aprender sobre representaciones hechas para ella. Pero el pasado y dan forma al presente. ParaAby Warburg, Ja pre·
aqm queda perpleja. El código de vestir no es coherente con gunta clave para su •ciencia sin nombre», situada más allá de
lo que acaba de asimilar sobre indumentana y maqmllaJe. lo que rechazó como una h1stona del arte formalista y esteti·
Las señoras en la galería aparecen ... desnudas. De este modo, zadora, no trataba de desarrollos y secuencias lógicos, sino
con un buen entrenamiento para adaptarse a lo que la cultura de lo ilógico de la pers1stenc1a: Nachltben, la vida póstuma de
le enseña sobre que es ser una mujer, nuestra heroma se quita la imagen. Utilizando las posibilidades abiertas por Jos nue ·
la ropa frente a una Venus dt Urbino y adopta la pose reclinada vos desarrollos de la reproducc1on fotográfica de obras de
apropiada haciéndose cosquillas en el pubis. Las dos rmage arte que están separadas por grandes distancias espaciales,
nes finales muestran su desnudez rosácea, franca y desgarbada extensos tiempos históricos y dispersión transcultural, en los
enmarcada por las piernas y grandes botas de dos policías años 20 Ab} Warburg creó su propio atlas pictórico que de
quiénes se llevan a la mujer desnuda Lransb>Tesora25• mostraba su otra concepción de lo que la historia del arte po-
El museo es histórica, ideológica y discursivamente un dría ser. Denommó a su colección de imágenes histonas
centro para la producción y d1seminac1ón de conocimiento Atlas y situó bajo el mismo nombre a toda su biblioteca·
cultural y de conoc1m1ento sobre las artes visuales que forma Afnemosynt, la madre de todas las musas. Su atlas que nunca
parte de ese guión más grande y siempre incoherente de las termino de documentar era un enorme compendio de me-
subjetividades, los géneros, las clases, las etnicidades, las moria ilustrada que comprendía más de setenta grandes ho
sexualidades, las capacidades. La forma con la que ordena J~ de yute en las que Warburg clavaba conjuntos de imágenes
sus contenidos no es ibrual al efecto de lo que Tony Bcnnctt fotográficas de diferentes penados y medios, de importantes
ha denominado •el complejo expositivoio~h sitios culturales y de periódicos y cómics [1.4] Estas yuxta-
Es aquí donde una intervención feminista busca elaborar posiciones hacían visibles y comprensibles un inconsciente
otras visualidades y retóricas, no de órdenes comisariales o pictonco más profundo, una formación de memona de emo
de pedagógicos diseños expositivos, sino de encuentros que ciones profundas que se encontraban conservadas en patro
deben más a Aby \Varburg que al método favorecido por nes recurrentes, gestos y formas en imágenes que sobrcv1\:en
a las d1ferenaas de tiempo y espacio para registrar en ténn1-
nos de diferencia, y también de continuidad, temas de ur-
'l.> Las Cm·rilla Cu Is han planteado un.i idea s1m1lnr al prcguntar'c \i una
mujer tenia que e!<lar de!inuda par.i t•ntrar en el Mctropolatan Muscum of Art
creando una opo~ición entre los numerosos dc,nudo~ en la coleccaón } la ~·~·
27 Para una di!>Cu~ión r<"Cu•ntc, véase Gcorgc~ Didi·Hubcnnan, Ante el t1em -
cuez de obra de mujcrc~ arti tas. pu: Hutona thl aru y anacrunumo de /.as 1magmes, trad Ó car Antomo O ..icdo
• Tony Benneu, Tlu BirtJt oj thc Muscum : llutory, Pul1t1cs, 11rtory, Londre , Funes, Buenos Aires, :\dnana ll1dalgo, '..1006. D1d1 Hubennan avaru.a la no
Roudedge. l!>!l.'i, .')~) 81i. c1ón de anacronismo con considerable com·1cc1ón
7'1. 0 1 Nt IJI NlllllS l'.N ti MllS I 111 J. MI NIS IA Vllt111Al. l.(J Ql F. 1..AS GRAC!IAS ff. llAN llH llO liAC ER O
g«._.nlc significé.lción para el pcnsamit•nto e imUE,rinac16n hu- en ella la M:milla que la hauría hecho cxplot•u. El • buen
mano.-, Poi lo tanto, la histona de la imagen afectivamente dios• qu<.>, s<.>b'un su cc>lebre frase, •se esconde en lo detalle ..
cargad<.1 y porta.dora de sibrnificado se convierte en la base no fue para él el numen tutelar de la histo ria del artt•, sino el
para una historia visual de Ja mC'nle, concebida más allá de demonio oscuro de una ciencia innominada cuyos rasgos
las divisiones en las que las mstiluc10nes académicas la divi- sólo hoy empezamo~ a cntrcver29•
den; filosofía, ps1cologia, medicina, estética, linguistica, etc
La 11nagen para Warburg no era meramente una representa Ciertamente, todo historiador del arte tiene que compren-
cion visual; era una fórmula de pensamiento srnltm1cnlo der la hrramátJca fundamental del arte pictórico· Ja forma.
que compartía los coníliclos que fonnan de manera d1stmll Los artistas piensan y hacen realidad sus proyectos pensando
va la conciencia humana. La persistencia y la supcrv1venc1a en formas. Sin embargo, la limitación del arte a la forma es
se revelaban en 1 ecu1Tencias inesperadas de tema adem~ como un estudio de hnguíslica sin semantica. No podemos
del modo real de representación que Warburg denominaba hablar sm b'Tamál1cas. Y a pesar de todo hablamos porque
un pat!Losformel una fórmula de senl.lmienlo- un s1b1111fi- hay algo que decir, algo que se piensa o se siente que se ma-
cantc emocional - que, según \Varburg, part1c1paba en su tenaliza sólo al convertirse en s1gruficado, que es altamente
sentido de historia del arte como una búsqueda por una dependiente del significante. En contra de la historia del arte
psicología histórica de la imagen. Giorgio Agamben define estelizadora y formalista que estableció el guión de la histo-
la formula de sentimiento de esle modo: «en el cual no es ria del estilo como la representada por \Volffim, \Varburg ex-
posible distinguir entre forma y contenido ya que designa puso lo que posteriormente se convertiría en iconografía: Ja
un entramado indisoluble de su carga emotiva y fórmula propos1c1ón de que el arle siempre trata de algo y trabaja con
iconográfica»:.! 11 • Warburg le dio Ja espalda a la historia del un manual de referencia de lemas, poses, tipologtas y hábitos
arte contemporánea, que rechazaba por esteti¿adora y for· con el fin de hablar a través de Ja visualidad del gesto y la
malista y que sólo soñaba con tramar secuencias lógicas de iconiddad Sm embargo, este upo de léxico iconográfico no
formas y estilos que cambiaban de manera autónoma y que era lo único que Warburg tenía en mente. La iconografia
permitían narrar una histona de los desarrollos artísticos o desde \\'arburg se ha convertido en algo demasiado inerte}'
una historia de la sucesión de Jos grandes artistas. Pero tam que sigue la misma fórmula. Según Agamben, \Varburg esta-
bién iba a situamos de manera radical en una nueva direc· ba tratando de rastrear «la esfera intem1edia entre la con-
ción en las maneras con las que estudiamos imágenes e lus ciencia v la 1denuficación pnm1tivas». Esta esfera es una es-
Lonas. Agamben declara: pecie de Z.Wischenraum -un intervalo- •en el centro de lo
humano». En una nota para su famosa conferencia sobre el
Lo que es único y propio en su aC'Ulud de estud10so no es ritual de la serpiente de 1923, Warburg escnb1ó:
tanto un nuevo modo de hacer historia del arte, como una
tensión hacia la superación de los confines de la lustoria del Toda la humarndad es eternamente ) en todo momento
arte que acompaña desde el principio su interés por esta d1s- esquizofrénica Ontogenéticamente, sm embargo, podemos
c1phna, casi como si él la hubiese elegido sólo para insinuar descnbir un tipo de respuesta a las imágenes de la memona
como previa y pnmll1va, pero que continua de forma sub
yacente. En un estado más tard10 la memona ) a no presen-
ta un mov1m1ento reflejo inmediato e mtenctonal - siendo
21 Giorgio Agamben, •Warburg and the Nameles.\ '.'>ocnce• en Potcnual1
éste el del carácter combativo ) religioso-- sino que ahora
tia, trad. de Daniel Hell~·Ro:uen, Stanford Univcrsit) Press, l!J!l9, !lO 1ra·
ducción al español. G1orgio Ah>amben. • Aby \Varburg ) la ciL"nc.ia sm nom·
breio, en ú potmoa túl pensam1m10, trad. de Fla\ ta Costa y F..dgardo Castro,
Jt.rcelona. Anmgrama, 2008, 129.
7•1 ) ~:NllllCN IHCl •.N ll , M llSlllll~tl N l:-i lA Vllt rtJ;\I , IOQlJl: l.AS<1l\A( f;\ S 11. llAN llF.C 11

la!t 1m:tge n cs de la mcmo1ta '>l' ;.1lmacen a n d e mune1 a con '> · nivt•I, e l iconológHo, «el significado inlrmseco o c onte nido,
e il'n lc en imagt-nes y sign o'>. l•,n lt l' estos clos estadios pode constit u tivo d e valorc.1.1imhohco.r» Panofsky, e l e rudito huma-
mo'I ('nrontrar un tratamiento de• la impresión que se· pued e nista, situó est(' nivel e n e l gc•nio del <ll tista mdividual, la vi·
cl<•su 1bsr como el m od o simhol1to d e pensamien to '° s10n cid md 1" iduo trl'élll\.o Agamb<>n se ñala la clife 1c n c ia
<>ntrc lo que Panosfsk)' propuso com o significado final d e
Lo qu(• Wa rb nrg d e no mina «1cono logm d el intervalo• no eslt• te1n•1 n1,el y lo c¡ue Warbmg, por o ti..i fMtlc, sugir iél:
('fa un a <ucstiún d t• sem ánticas u linb>iiíslicas opu estas Sl• lra·
ta b a <ll• compre nde r la simultane idad ele o puestos apa rt•nl<'s Los s11nbolos I<• pa1 l'< i.m .,ignilic-alJvos. pm q11<', no sien
que se c1c1an m ediados por e l s11nbo lo y e m oció n m v<•sllclos do csp1•c1ficanwntc ni c·o11sc ll'lllt'l. 111 incon-.cic nlcs, e llos oh c·
e n una e specie d e vo cabulano d e gestos de la imag<•n que c1a11 d l'~pac 10 1dl•nl para u1M .1p1 oxmi..tc1011u111tru1a a In c ultu ·
a bna una brecha, DenÁraum, un esp acio d e re flexión entre 1<L cap.ti ele su¡wra1 la conltapos1c1ón cnlt c h1sto11.1 com o
c~lltcho ci<- las • <'"P' t''>1onc'> c·on~Lt<•nlcs• y anlt opologM rom o
las po laridades d e la v ida humana la rn uonalida cl y la 11 ra·
eslud10 cll• l.c. •cond1t iom''> mconscit•ntcs•, ap1ox1m.111un 1•n
c io nalidad, la enh ega apasio n a da y la contc mplac1ó n cl1'>ta11tc,
l.t cual l .<· ... i Stram'> vt•1 i.1, ma'> de vc•tntc ru1o-l> desput•s. l ' I nucio
una voluntad d e comprcncl<'r y ele d o minar el yo y e l mundo, n•ntial ele l,lS 1clal"iorws 1·11l1t• est.'lS dos d 1sciplinu.s11.
y una su sc<?plibiliclacl h acia l.1s e m ocimws fu ertes que puede n
llegar a de-,posce rnos d e nucslt as 1•.v01ws en la inte n sida d del Warburg abrió el espacio para pc-nsar acerca dt• una histn ·
a fcc lo. W argurg n o 'io o b us<·ó un equ1lib rio, pero luch o poi ria de im<lgt•ncs que era a l mismo tiempo una ps1cologia d e
comprt>ndc1 t•l c.on'>tantc hmc io namic nlo dinamico en la ima· la expresión humana codificada en l'1 patllos fin mulae ele un
gen cultura o p e rativa y a su \'e:t l1 a nsfonnad a p o r e l cm ucn· lenb•uajc figurativo)' cll' gt•stos de 1111..igcnes pmtadas } escul-
tro v 1\'0 e ntre ;u·tt.,las, 1magcn cs y cultu ras a través de la h1slo pidas, y un estudio de transm1s1ón ) t1 <1n '1Í01 macion por m e ·
na no solo hacie ndo posible la superv ivencia c.,ino p ropulsando dio de la imagl'n simbóli l .\. La iconolobrí..i del mll'n .do st• l l' ·
la hansnusión y la rl•cepció n activa ele cslc tllmacc>n de ima sistc a recluci1 CJCl'cic1os p ut .un c n te formales a •llll', rwro
ge n m e m o ria. El arle com o una clase parhcular d e prúcticn tambil-n st' opone ,\ 1c-clucn sus significados a la tl ustrnci6n
pictó 1;ca, ope ra al lado ele la músic a , la d .tnza, <>1 disefm, la de h istorias p1 cconccb1das } su¡ctos (iconogTafia) El intt•1 ' ,\
p ocs1a y la fil usofia., compartie ndo e n esta brra n emp1 esa y <'ll· lo - el Pspacio t•stct 1camcnte prod ucido del pensamiento o
tregando a la cultura la imag<>n d el lugar <'11 el que la e ncama· la t l•ílc'\.1ón - h nce referencia a lo h umano conn•b1do romo
\.ion fhi ca es tambié n una insnipció n psíquica. psicolne,'ll'O pt•ro tambi<'n como e n bd.ld sunbólica, pt•nsa-
En la g losa a la creació n d e \Varbmg d t• un nuevo m Nod o micnto v SNllimiento, c1eando } produciendo '> tgnific ado y
que ~ l diseminada e n los Estados U nidos, En vin Pano ['>k)' •lti.•c tus. \ \ 1a1 burg tenia rcsisten tli.lS pcrson.1lcs rcspcl to al psi·
plantea tr<'s nive les d e sib'lufic;.\do t•n la imagen. Un • tl'mn coanalisis Íll'udiano, )' prefcna .u.pecto:. del pcnsamil•nto
na tural o p1·iinéu-io• es la dt•snip dón p1 l'iconogulfica. \'emoi. junhriano sobre el in conscienlL' colcctn. o Sin emba1 go, es -.ig-
la imagen d e una muj er y un n iño El egundo ni\ el es e l d el nificali\ ·u, que u n m odelo de conju1 a1 la historia, el P'iuMna-
aná lis is icon o gTafico e n el qut• n.•con occm os • un te m a con· hsi' y In anlropolo!,'li.l fut•se bosquej.1do, .mnque ~ólo de m.1·
vt'ncional. .. el mundo dt• hütorias, imágm rs ) alrgorí'a~. Lu ncr,\ fr,ign1enta iia \ nun ca ~intcliznda por In obra de \\·,u burg
inte rpretamos con-10 parle de la histo ria cristiana acerca d e
Mana y Jt•sú s, Madonna y C1isto niño. Pero existe un l t'r l"l't
.'11 Ai~umbcn, op n t. 101 ~- tdi•·u~ a t:nHn Pnno lsk), HJ •it,11ifimd" m las
dtll!ru-ualt;s, 11nd tlt.• Nll .111or .\J1u>• he.\ ~ hllc t, ~ tadnd, Aha.n ia. 200h \ lk
• f.rml Gombrich, .Aby ltárllurg .Ait /nullatual H1ogrt1phy, Ü'\.loul. l'h.mlon
E1tud1ru 1ohrr u uno/,.''•'- 1t.1d dt· lk·mn1do Fe m :imlcz. Fcmnnde:t., :\l drid,
~ llJO. 223. 'Jbducción al espa"ol· Em'il G<1111hm h. Ab) lfürhu~ · Una hio·
Aliaiua, 200S.
, . , .. . . • 4, lnd. de Bemmudo Mort'nn Camilo, l\tadnd, Alianza. l!J!.ll.
76 a }:NCUl./'l.,KO EN l'l.MllSt<) H llSIS"fA VIRTUAi . U~ QUE l..AS G RACIAS IE H AN H ECHO HAC1'.:R

y su circulo, en maneras que varias historiadoras feministas focal1zac1ón de manera que nuestras implicaciones con el
del arte han señalado como propicias para un proyecto femi - campo visual, que es un terreno compartido con aproxima-
nista, un proyecto que sólo puede articular sus Lemas por me- ciones diversas, pueda convertirse en un acto complejo y ví-
dio de una práctica dialéctica y autosíluada de leer imágenes vido de relecturas constantes y situad~33 . •Feminista• se con-
que conecten expresiones conscientes {artistas trabajando en vierte en un termino de provocación e inspiración de dichas
un tiempo y un lugar con materiales y condiciones histórica- rclecturas. :\o ofrece una interpretación alternativa del archi -
mente específicos) y condiciones inconscientes {estrnctura- vo. En lugar de esto funciona como una clase de movimiento
les, persistentes, formativas, no-lineales e incluso atempora- dentro de él, localizando a través de críes de imágene · algo
les, vinculadas con otro espacio y tiempo del inconsc1ente)12 • más profundo y recun ente, importante par.i la existencia hu-
El encuentro fortuito con una serie banal de postales en mana aunque marcado por la diferencia y la división.
el que la reproducción fotográfica de una escultura no sólo Las postaleit que compré se relacionan con la paradoja
me ha ofrecido pnmeros planos de detalles de un complejo encontrada por el alta ego dejackie Flemmg: la señora des·
trabajo tridimensional, sino que ha focalizado mi atención nuda en la esfera del arte, la galería. De manera tan natura-
en la memoria coexistente de la escultura y su reformula- lizada que nos es difícil damos cuenta de su rareza, el de:.-
ción formal de un trío, un grupo de cuerpos desnudos de nudo femenino inventado por el clasicismo es sinónimo y
mujeres y una st>rie de pensamientos-sentimientos alta- se ha convertido en ti signo de la cultura occ1dentaJ. Cuan-
mente arraigados codificados en el concepto, clásico paga- do empecé a pen ar tenlativamente en la d1ferencia feme-
no de las Tres Gracias, se abre a una •iconología del inter- nina en el interior de la historia del arte, uno de mis objeti-
valo• de declinación feminista que es el museo feminista vos eran I~ «imágenes de mujeres•. Una de las categorías
virtual. clave era el desnudo femenino; el de:.vestirse obligatorio
De este modo, no voy a añadir demasiado al estudio de con el que me sentía confrontada a la entrada de cada mu-
Antonio Canova en los términos establecidos por las catego- seo y en las clase de historia del arte donde no era apropia-
rías disciplinares del conocimiento de la historia del arle, ni do hacer preguntas sobre porqué nin!:,11.ma de estas muje1es
a la escultura neoclfu.ica o del siglo XVIII como parte de la parecía capaz de quedarse con la ropa puesta durante acon-
forma en que la historia del arte opera como una disciplina tecimiento· importantes. El archienemigo o en su Jugar el
histórica para contamos lo que ocurrió, cuándo y cómo, y primer objeto de análisis critico feminista en el \\romcn's
con qué efectos. La conjunción de pensamiento feminista y Art Hbtory Collt:·c.th. e, al cual pertenecía en aquel enton-
el análisis cultural transdisciplinar no busca desplazar los ic· ces, era un libro dt: Kenneth Clark, El desnudo: un estudio dt
sultados de los modos de estudio tradicionales de la historia la forma idea~ publicado por primera 'ez en 1956. Clark
del arte del pasado. Por el contrario, la intención es suple - acababa de crear una gran serie de TV titulada Cwi/u:.aaón,
mentar (en los sentidos derridiano y matrixial) y cambiar la como respuesta criticajohn Berger replicó con sus Alados de

32 Las dos figuras cla\ e • c¡ui • •n S1grid Schadt• cuya to1s doctoral sobre :u Invoco el pnuamirnlo femm1sta honrando la ohm de.Julia Krii.tevu c1ue
l;u Cl&LiL5 de brujas del siglo ' VJ C'>lá en deuda con los métodw de Warbur~. plantea el pcnsarn1cnto corno un opuesto al t~rmmo comprometido de Ra.·
SdiadmQJubn uruJ dir H~t da Ko"rptrs: l/e.und1mttllungm in dtr friJim NC!Ll.cit, din ofre<.-:iendo cierto c~:icio para la dtsidenui S<'n;;a que trata de e\'llll.r él
\\'onns, 1!183, y Marg;t.rt'l h cnon, •Rctricvmg Wilfburg's ' li-adlllon•, .Art Jiu · o.utocngano Im..Ko d análisis cultuBl J>anl md&l' &r una prácuca entro? la hu
tMy, l!J!-13, lb:3, 5 H -54. \'er t.amb1t'n S1gnd ~hade. •Charco! and the S¡x-c tona y la teoña <JUC': funciona con y en cont1a de 101 acuerd~ de las "lejas
taclc ofthc llystenal Body: The •p.ithos fnnnula• ll§ an ae:sthcllc suigmg ol formaciones d1sopl111:ucs) las nuevai. fonnaoones i111t~rd1~c1plinarcs. & un
ps •ch1atrlc discourse •a blmd spot m the reccptmn uf \\'arburg-, .Art Hutory·, tnibllJO sobre y con priclll~ culturales, que busca ill\entar nue,~.is formas de
1995, 18:4, 149-517. leer el rute) I~ pr.íctiCL, amphw.ias con I~ qu..- prm t"<it- e mtcracetona
78 , 1 l'.N{ llJ ,N'lllOS f.N l:J , MUSt.U 1 l'.l\llNISTA VllUlJAL LO QUf: 1.AS GRAl IASMt: llA.:-1 llf CHO HACE

ver3-4. La pnmera ofrecio el recorrido histónco estándar tra- va, Clark declaró que su libro sobre el desnudo era su más
ducido como un gran tour televisivo, la segunda se basaba profundo homenaje a aquel encuentro 37• Esto me deja per·
en la noc1on de Walter Bcnjamin de desaparición del aura pleja. Hubo un momento en los estudios feministas en que
de la obra de arle como resultado de la reproducción me- protestamos en contra de loda clase de suposiciones conec
cánica, creando para la televisión y posteriormente en for- ladas con la forma confiada }' engendrada de dirigirse a las
ma de libro algo más i.im1lar al Atlas Mnemosyne de War- imágenes del cuerpo humano, masculinas y femeninas, en
burg, algo que no obstante no pude reconocer en aquel el arte occidental desde la Antigüedad. En un momento
momento, ru tampoco los vínculos entre Bcnjamin y \.Yar- posterior, inspirado por el trabajo de Sigfrid Schade y Mar
burg~5. Berger mostró cómo ciertos lemas e imágenes atra- garet lverson, quiénes durante largo tiempo han defendido
vesaban divisiones de altas y bajas artes, la cultura popular la relevancia de los estudios femmistas en las arles visuales
y la galería de arle esotédco. Con un ensa)'O pictórico ini- del modelo ant.Jformalista de la iconologia de Aby War
cial que actualmente se parece a una de las hojas del atlas burg, me encuentro retomando con nuevo interés Y apre
de Warburg, Ilerger inicia su capítulo sobre el desnudo con ciación al Clark todav1a extremadamente sexista y compla
una observación de que «la presencia social de la mujer es ciente. El libro de Clark es warburgiano al identificar una
de un género diferente a la del hombre» a la que sigue la aproximación al arte que no es ns iconográfica, m estihshca
afirmación notoria de: sino que considera las fom1as en que los lenguajes arllshcos
han emergido para registrar emociones y fuerzas como el
Los hombres actüa11 y las mujtrt.t aparrrm Los hombres mi- pateth.mo, el éxtasis, } la energia: estas se vmculan a una
ran a tt., mujeres. La!. mujeres se contemplan a s1 mismas contradicción: la escultura o la pintura/línea deben encon-
micntrn.s son muadas f>c;to detennma no sólo la ma)oria de trar una fórmula que, mientras permanecen quictas/ cstátJ
las relaciones enlte hombres y mujeres sino tamb1en la reta cas, represente el movimiento físico y la transformación
ción de las mujeres con-.1go misma:,. El supervisor que lleva psicológica. Una fuer.la invisible o emoción o energia ani-
la mujer dentro de s1 es masculino: l~ supervisada .e~ femeni- ma al cuerpo o sus adornos y ésta se debe representar sm
na De este modo se convierte a s1 misma en un ohjelo, Y par-
cambio (secuencia narrativa) o movimiento. Nuestro análi
ticulam1cnte en un objeto visual, en una visión ti.
si feminista inicial del texto de Clark revelaba una asime
tria en sus ilustraciones de forma que el patetismo y la energia
El análisis feminista se alineó con la lectura social de la
se representaban principalmente por cuerpos masculinos:
imagen de Bcrger en detrimento de la hisloria del a~te en
el primero especialmente por la Crucifixión, el segundo a
tica y de tono experto de Clark. Nad~ en ~1 cducac10n ~m
través de las figuras de Hércules. El éxtasis {el completo
malista en historia del arte me capacitó, sm cmb,argo, p.tra
abandono de la razón a un movimiento poseído e incluso
reconocer <>l carácter warburgiano del hbr~ de C lai k sob1 e
frenético) era el único capítulo en el que el desnudo feme
el desnudo. De hecho, como Joven hislonad01 del as te en
ark asistió a .una conferencia de Aby. nino predominaba - excepto por los capítulos que forma 9

R on1a K cnneth Cl
\Varbt:rg que le causó una gran impresión En rcuospcch-
37 .,f.) otro t'pisodio rn Roma qu~ cambió mt vida ÍUl' una confo11mnu dt•

'' KcnnCLh Cl.1rk, Cn•1/1Jut1on, U ep1sud10~. rnul~da por pmner.i "cz en la Aby W.irburg [...J. Wa1bur~ era sm lug.ir 11 dudas el pens,\dm m.i..' 011brinnJ
sobre la h1slona del arte de nuestro l1t'mpo, ) cambió enlenuncnl~ la direc
BHC2 t'll l!lli!l,.John Bcrgt'r, Uá)I ofSwng, BBC, l. 72 O A'- W rhur and
M Malthcw R•unplcy, J1u Rm1nnbrana of/111np. flul n •., a g ción de los eMudios de.' lmtnriil dd arte [.• J Las p.trtes de mi e'nituru que me
Uáltn- &n)l1m1n. W1t'sbaden. llarra..ssow;tL, \(.'rl.ig. 2000'. 1 G han proporcionado ma) or sallsfncnon, por ejemplo, el c.1pitulo t'n Fl Dmw-
36 John Bcrgc:r, ModOJ á1 ""· Lrad. de justo Bcr.1mend1, Raree.' ona. ,usta do llamado "patho,", on cumplctarncntc warburgianas•, Krnneth Clatk,
Anothcr Purt oftht H'ood A Stlf I'tJrtra1t, Londrcs,.John Murra). l!)U, HH> 'lO,
vo G1h, :lO<H.
80 a tNCUE!'lTROS EN nt. MUSlO FEMINISTA VIRTUAi. J..() Ql l E LA.S GR.~CIA'S Mf. llA!'i llU ' llCJ f 1

han la pareja inaugural, en la que se establecía la diferencia ron efectuadas por los escultores gnegos en su remodelaje de
sexual desde un buen principio: Apolo y Venus. Venus, sin diferentes fuentes que implicaban tradiciones rituales asocia-
embargo, estaba dividida. Clark afirma: das con la Diosa-Madre y las figurac10nes eróticas d e figuras
sociales específicas como Ja bailarina., la prostituta o la amada?
Plalón en su Simposio hace afirmar a uno de sus inv1Lados La primera forma - necesitamos de esta digresión para si ·
que existen dos Venus, a las que llama Celestial y Vulgar .. , tuar la forma con la que Canova trabajo en sus Tres Grana.5--
y debido a que simbolizaba un sentimiento humano profun- como ahora conocemos en latín como la Venus Pudzca: pu-
damente asentado, esla alusión pasajera nunca fue olvidada.
denda., que procede del gncgo azdoia - denvado de aidos y
Se convirtió en el axioma de la filosofía medieval y renacen
referido por el filosofo romano Luciano ( 120-200 d C.)-,
lista. Es la justificación del desnudo femenino. Desde los
tiempos antiguos, la naturaleza obsesiva e irracional del de que escribía en griego, en una de las dos descripciones de
seo físico ha buscado consuelo en imagenes, y dar una forma lestimomos existentes de la escultura de Praxiteles. Se tradu-
a estas imágenes en las que Venus deje de ser vulgar y se con ce usualmente como «modestia», aidos puede sígruficar reve
vierta en celestial ha sido uno de los objebvos recurrentes del renc1a, sobrecogim1ento, respeto o vergüenza. Pudzca se• re-
arte europeo 111 • fiere al último término, sugmendo vergüenza por la expos1
ción de la región gcnit.al, una necesidad de recubrirla que
Para Clark, el desnudo clásico ídealizado domina el caos también podría haber implicado un previo sobrecogimiento.
de deseo masculino heterosexual, alimentándolo visualmen- Para muchos analista'>, la diosa de Praxiteles está repre-
te y elevándolo o sublimando la respuesta sexual en contem- sentada con un gesto que marca su cuerpo con vergüenza o
plación estética. ansiedad. No obstante siendo una escultura como es, esa
La representación de Afrodita en un estado de desnude¿ obra, contiene una narral!va cuyo gesto indica movimiento
es, según los histonadores del arte, un desarrollo relauva- y momento ofreciéndono.:. un indicio [1.6] ¿Por qué esta
mente posterior al arte clásico griego, siendo el primer ejem diosa en la cultura gnega debería estar desvestida? La pre-
plo una estatua de Praxiteles para la Isla de Cnidos entre el misa narrativa de Ja escultura es que se está bañando, sin
360 y el 330 a.C . Sabemos que la obra original se registra ser vista y en privado No es un acto público. Sin embargo,
por última vez pereciendo en el mcend10 dC' Constantinopla la narrativa también propone que alguien aparece y que
en el ,~7() d .C. Por consiguiente, sólo la hemos llegado a co por consil,ruiente se envuelve firmemente en una toalla en
nocer a través de sus copias vanas y vananles que no con un intento de ocultar su desnude¿ de los 1rnagrnanos ojos
cuerdan en dos elementos cmciales. la posición de la cabeza pertutbadores o que intenta cubrirse con sus propias ma
de la diosa o la mano derecha. nos, dirigiendo, paradójicamente, Ja atención del OJO preci-
Previamente desconocido, e incluso chocante par.i. su pro samente a lo que trata de ocultar. Es un gesto que impone
pia cultura., el desnudo femcnmo probablemente deriva de en la figura la idea ideológicamente construida de vergüen-
una tradición diferente que es vital y extendida en las culturas za en relación a la expos1c1ón sexual frente a una mirada
en tomo al .A!.ia Menor durante siglos antes de que el primer invasora. Por consiguiente, el desnudo clásico de la tiadí-
desnudo de una diosa griega fuese CJecutado. ¿De dónde pro- ción griega está pensado para escenificar un acto de viola-
cedía esta forma escultórica tardía y qué transformaciones fue- ción visual y para escribir el cuerpo de Ja mujer como mar-
cado por la verguen:ta a la cxpo!i>1c1ón y por convertirse en
el objeto de la curiosidad vouyenstica. En su pathosjórmula,
11Krnncth Clark, lht Nudt. A Study o/ Ideal Art, Harrnondsworth, Pcn
la escultura hpo registra el miedo reductor y la vulnerabili-
gum Book.s, 2ª edición, l!)I, 1, frl T1aducclón al español Kcnnclh Clark, El
*n""'1· 1111 atwJúl tÜ la forma ulta~ trad. dt• F1and~co Torres Olívl.'r, Madnd.
dad ansiosa como respuesta a la -.,10Jac1ón de la d10sa en su
All--.1914. privacidad y santidad.
82 a 1 lll NI lto ~ 1N11 M\ 'Sf O fEMl:-llSIA VIRnJAI. l l> QIH. l.AS C.RAC IAS U 111\N ll H '1111 llA :.R

Ülros contradicen esta interpretación El prclexto de lo· ncs no dudan en registrar la anatomía especifica de la~ mujc·
mar un baño asegura su inocencia. Milológicamente, Afrodi· res, pechos y vulva~. incluyendo una variedad de técnica
la e taba asociada con el baño, dados sus origenes acuosos escultóricas para marca1 el peludo triángulo púbico. Un au·
vinculados al mar, y dada la sigmficación religiosa atribuida loconfiado sentido del deseo sexual domina en la cr<>ac1ón
al agua} especialmente a todas las formas de lavado ritua1 3•1• de imágenes, en detrimento de la fertilidad Ciertamente no
~u gesto no es de vergüenza violada smo una rcferenc1a or- ha)' ati;buciones a la \.ergiienza o a Ja ocultaoón ele paites
brullosa al lugar de su imponente santidad como Diosa del de•! rnerpo que dan placer al sujeto mujer) a .c,u presunto es-
Amo1. Esta última idea es también impo1tante, ya que sobre· pectador/compañero Sm embargo, ni las esculturas del
vive en muchas tradiciones pnnc1palmenle africanas, donde cucri>o de la mujer del Cercano Oriente, ni J.u¡ griegas han
el cuerpo de la mujer madura es sagrado, y por consiguiente siclo producidas poi mll.Jeres o para mujeres; ambas trad1do·
poderoso, incluso de fo1-ma peligrosa, marcado por la ver- JW~ representan el cuerpo de la mujer para un presunto suje·
S:,rücnza en su desnudez. La exposición se puede y ha sido uti · to masculino heterosexual que mtra con un deseo lleno de
lizada como amenaza política~º En este sentido, el hecho de placer y respeto o de fomm amb1valcntc y sádica irrumpe
recubrirse no siempre se w.oc1a a la vergüenza; puede impli con ojos mirones en la "ulnc1 ab1lidad de la diosa desnuda.
car respeto al poder del cuerpo en su sexualidad y creatiVJdad Sm embargo, la pose )' la fo1 ma que nos ha llegado desde el
en relación a lo cual los hombres necesitan ser protegidos modelo de Praxiteles, inscnbe en una tradición más antigua,
Zainab Bahrani contrasta la ansiedad potencial del gesto heredada y transformada del Ce1 cano 011ente, una singular
de Afrodita recubriéndose/cscudá.ndosc con el confiado to antipatía cultural por los gE>mtalt•s de la mujer )' en conse-
queteo de los pechos o muestra sexual up1ca de los modelos cuencia por la 11exualidad fcmenin.i, ) por 11u ambivalencia
tempranos del Cercano Oriente de los cuales la idea d<> una hacia lo que puede incitar deseo debido a la caractensttca
figura femenina gnega desnuda se podna haber denvado. única de la. escultura griega, el monllculo sellado sm vulva y
Bahrani demuestra riue existe una larga tradición de repre sin pelo púbico. Estas negaciones anatómicas y ps1cológic.\S
sentación de Ishtar en el arle y la literatura del Cercano podrían sugerir, aunque no tengo ninguna evidencia, el resi-
Oriente que incluye un franco reconocimiento de la sexuali duo en la cullura gnega de una p1 .ict1ca de infibulac1on, el
dad 11 . Idenlifica cuatro ltpos de desnudos femeninos en las bon-ado de los signos del cuerpo sexual de la mujer abierlo,
arles visuales del Cercano Onente: la madre, la st•ductor..t, la cn.:atl\.O y responsivo, que <'S Lan extremo y sm precedentes
compañera sexual y la ammador.i. Todas las rcp1csenlacio· en la Venus griega y sin explicacic)n en medio de tal nqueza
de CJcmplol> en las lradiciones de lt.uga duración que se re·
montan a mile de aiio en aquella región en la que la idea
P.na un ~· tudio detallado d1• e''ª' h·ctur.1~, ver Chnstmc M1td1cll Ha·
de crear imágenes del cuerpo de la mujer e1a marcar sus lu ·
'dock, T1it Aphrod1tt and lltr Succcnow A llutomal Rn-1m• o/tht J 'trnalt Nudt gares sexuales y gcncralivos. La Afrodita de los gnegos lleva
in GrttA. Art, Ann Arbo1, U1meu1ty of M1cl11ga11 Pn'Sl., 1995. Jru; m:ucas de la violencia visual} de la amb1valenc1a ps1riui-
40 l::Sto)' agradt·C1da a Molara ügund1pe por mfonnanne a~c1ca dd 1.a
ca en las deformaciones físicas ele su cuerpo representado;
rartC"r sagrado dl'I cut'"l>o fcmcnmo y su uso pohhco en N1gcna. " liimh1~n una vulva que le es negada y que aún así precisa señalar su
Pl'nny Siop1s dmgifi nu ntenC1ón a un raso t'n la Suclaf11rn dtl Apartht1d t'll
el que un gyupo ele m111en• r de~\ 1surron a.ole la> cxcavudora~ que "t·man
lugar ausente con un gesto de vcrgücnLa y anuncio y con los
a dc~tru11 ~u harr10 dt• barr.uas Ver 11" SaCTtd and tht Fmrcmrtt: lmagt, ,\fuuc, gestos contradictorio., de mano y cabeza; sirviendo ambos
Ttxl, Spact, Grm•ld.1 Pollock ) V1ctona Turvcy Saurnn (cd~ ), l..ondrt.-s, l. H gestos como patlws fannulae o 1cgisl1 o de emoc10nes y afee
Tauns, :.!007. tos. Muchas de las copias ele lo-. s1cle hpos de Afrodita que
41 Zainah B.1hram, ·Thl• l ll'lll•ni1ullon of hhtar· Nud1t\, Fet1\h11.m and
han sobrevivido del pt•riodo clá.!iico fueron encontradas en
the Produchon of Cultural D1ffr1c11hation m Anc1ent Arl•, Oeford Artjuumal
1996, w· 2, a lt>
Italia y se convirtieron en parte del patrimomo de fom1ación
H1 o l:NClll S'l llO'l l .N 1.:1.Mll!>FO 11'.MINJ<;JA VllU\JAL 1.0 QIJY. l , \ S GR \ Cl... S Mf llAN lll:CllO HAl t.R

artisltca po!.tclásica. En 1803 Antonio Canova obtuvo la co Como una forma de avanzar nuestra contcmplac1ón de la
misión para hacer una copta de la Afrodita Medici, en la que diferencia sexual y del tiempo, quiero explorar la imagen,
la diol.a ulili¿a una mano para tratar de cubnrse los senos no la figura estante de la Venus Pud1ca, smo un E:,rntpo de tres
míenti as que la otra tapa su «aidos» En 1811 Canova creó desnudos femeninos que encontré en Ed1mburgo Necesito
Ví'nen• ltalzca, la cual, como traducción inlerpretal.lva, ltac de plantear una úlllma idea warburgiana. Las Gracias Clwrz-
nuevo a nuestra mirada la narrativa de la 1rrupc10n· la Je>ven les en Gnego- que exploraremos con mayor detalle en la
c1sima diosa se arroja una tela al cuerpo - de manera inefec próxima sala, eran con frecuencia las guardianas de Venus
liva- mientras su cabeza está totalmente girada en rei.pucs en el revival de la antigüedad ocurrido en el arle italiano del
ta al intruso (1.7]. Quallrocento, en nmgun lugar de manera tan bella como en
Al trazar una h1stona genealógica de la fonnac1ón de la ltÍ el lamento melancólico de Bott1celh por una belleza muerta,
nus Pudica, d<'rivada del original perdido de Pra.xiteles, la Venus Sunonelta Vcspucc1, en una pintura conooda como Primave-
Cmd1a, Nanclte Salomon ha argumentado que la prcsuncion ra que Warburg hubiera prcfcddo titulai El mno de Vtnus.
masculmista y heterosexual de la narrahva maestra de la bis \Varburg interpretó la pintura de Botltcelh como una activa
toria del arle occidental se ha construido precisamente al crear c1ón del duelo para los que amaron y perdieron a S1monella
!meas de continuidad que atraviesan edades y periodos, maes- Vespucci, cuyos rasgos aparecen en Ja figura del primer pla-
ll os y estilos, en un cnculo que siempre retoma al redcsc.ub1; no de la Primavera. Como una alegona del Rc>mo de Venus,
miento de este cuerpo de mujer •perfccc1onado»/ mulllado la pintura incluye una Venus comedida que se lashma, flan
como el objeto que posibilita a los hombres privilegiados ha queada, por tres Gracias da11q.mles, ve!)tJda.s } sueltas, como
blar entre ellos y sólo sobre ellos mismos 11 • El desnudo feme- figuras de mov1m1enlo >cambio en pnmt"r plano paralelas a
nino clásico, una ve1. mtroduc1do en la cultura occidental en la figura de Ja Primavera. \Varburg concluye:
su smb>Ular forma problemática de desnude¿, se ccmv1erle en
un cuerpo •sin tiempo» en el sentido de una forma ideal que Po<lna cr -y c:.to se ofrece como h1pólcs1s qu<' para
at.raviesa el tiempo histórico como una pnieba fundan~ental Lorenzo y sus .tmigos, la imagen pcrsomficada el<> la Prima·
vera., la compañera ele Venus, qu1t•n retorna la v1cl,l a l,\ tierra,
de manual de la fonna comp1 cnd1da como belleza Como
la pcr..onificación consoladora ele la renovacu">n, 1cp1l'~1.·nta·
L da NC'acl y Elisab<'th Bronfen han a1b'Umcntado de fo1 ma-; r.i la mt•moria ele «la bella SunoncU,\» 11 •
uiversas, el desnudo femenino funciona como la llU.\gen que
contiene y uala de fcuchi7.ar, y de este modo acalla y vel.i, u'.1 ·w,uburg nos pem1ite empezar a comprender el 11npelu
miedo masculmo a la producliv1dad sm lnnttrs v a la scxualt emocmnal e mcluso el propósito potencial de la imagen en
dad no conlentda ademas de un terror al paso cl<'l. t1cmpo, la relación a un dolor profundo por la muerte de una mujc>r jo
el encp1·tne) y l·t• 1'11mortalidad incv1t.able. todas s1g111fkacla'i
. .• . .
·. .1·0· n "ºº
por 1a <ISOChlC '
h• bellela trans1lo11a de una v1s1on l><ll -
3
licular fijad(• la forma fcmeninaJuvcnil' . urle, o/turo1twd y 1exualulod., lTad d1• Car mcn (,onL.i.lt·t Mai 1111, Madncl, 'kc:-
no,, 1!>98; l:hsabt•th Urnnfcn, Oi,rr llrr IJt11d /Jody /)rn/h, Fcm1111111ty r111d tht
.1t1/ht/1c., M andU!\lt·1. ~ t.md1ntcr L. n1v1; r' rty l'u'')• 1<)112.
. ill111110 n •
•'Thl• .·\rt 1li~tom·.U C.ui1111· S1m of 01111"mn•, t•n• Do u \bv Warburg...")andro llottict·lh\ Birth of l't11U1 und Spnug. An 1:,a1111
'l Nlllll'lll' S nation of Concepts uf A1111qu1t) m tJ1c ltali.m H1·11a1)'a11tc• [ U!!J:lj, a,, Ut-
T .•
1 .r 1rl llulory. A Cril1cal A11llrolo~, O,foul, Oxlm el Unavt'r·
ni·ld 1'1 C'/111'1 / (lf .·.r J. 11 • 1¡· 11
nm al ofl'al!<Jn Ant1qu1f), tr.1cl ele l>avacl Untt, rntroduc ido poi Kurt h >r'>lt 1 ,
,,_. l');lll .l 11·5.'>· y •1lic t'm 11sPudua Umovt·1m¡;Art H1\l111 )' s 1( t 1·n
tity I ·1 css, · • • > ll k 1) e a/w/IJ n111i Los Angeles, Thc Gcll) Rrse:uch lnshl11le lor tlw 1 li'>tory ol Art uncl 1hc f lu
A l ncl P1•m1rio115 Pcclagicc·~·. t·n Grm:lda 1o lX •'< • ,rntr
Ggc·n~ ~:·:n Jiu Vi.1uol Arls: Fn11111ul Rrnd111gs, l.1.1ndrc\, Rm1llt:d~t', 1'1%, (1!) !17. m.mihcs, 19119, 1-l'l ·11aduct1ó11 al e p.1nol: Ab) \\.'arbucg, Fl wwlim1t11lrJ dtl
togr rJi nd N d /1r L ' a'· Nudt• Art Obsrtni"' o11d thr .\t\U11l1/y, J..ondrc~. paganismo aportaciones a la hulana cultural drl Rmamcmto turopto, trud de Ele
ú Ly a . ca • t rtm K . ' ·.1 • • d fi • na S.mcht·z V1t11I y Felipe l'crt·da fapcso, f\1.ul111l, Alcu111o1, lOO!i.
Roadedse. l'l!I:.! li aclu,ción al r~p;u10I : 1.ynda N1·ad, f./ dt11111 " rmrn1110
8 (.i 1:.N<.:Ui N"lK0'> 1.N 1 1. !llllSllH l:.MINIS IA \'llUllAI ,

ven. El amor, la muerte, la renovación necesitaban encon


Lrar formas en la representación pictórica. Enriquecida por la
cultura de una tradición poética activamente revivida basada
en los semes de la poesia clásica que utilizaban imágenes de
movimiento para significar la emoción, la pintura de Bottice-
lh invita a una lectura que no es esoté11ca ni intelectualizado
ra, pero que se interesa en cómo se puede' reanimar el arch1
vo del pathos fornwlae en palabra e imagen recuperado de la
antigüedad pagana - otorgarle una vida póstuma- ante la
necesidad sentida por la emergente cultura moderna de en
contrar formas de emoción y afecto. Esta lectura se recarga
con energía emocional por el hecho de que la pintura con
fronta las pasiones inmediatas e in!.oportables de la mue1 te y
la pérdida, el deseo y el duelo Como se puede apreciar aquí
las Gracias están necesariamente vcslidas ya que es el movi
miento de sus accesorios e mdumentana lo que carga vi-
sualmente la imagen con una emoción pensamiento en el
umbral de la muerte, el duelo, el amo1 y la renovación. Pro
pósitos conscientes encucnh an estructura!. inconscientes vía
la transmisión de y a través de los detalles de esta agrupación
de imágenes.
Es por lo tanto, en el esp111lu de una dife1 enciación fem1
nista. del archivo y del intento dr Warburg a través de su At-
las Mncmosyne, una obra de y sobre la memoria pictónca, que
propongo crear mis propias lelas de encuentro virtual con el
fin de plantear lo que vi cuando cncontrr las postales en la
tienda del musro.

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leen \rch1v10 d1 Bassanu de Grappa
2.l Anlomo Canova., Las tres Gracuzs, mármol, 1819, 17.~ x Y7.2 x 7.í :.u 1 DaJO rchc\ e romano rcp1 cscnumdo /.AJ lrt1 r;runa1, \ém•da,
cm. ú:hmburgo, NauonaJ Galler;· of Scotland )' Londres, ~lu:.eo Nam, en fr.mcesco DruiZ7u, Cn/lr.;:.1ont de lutü ft an-
Victoria and Albert Museum. Fotografiil.S cortesía de V&A tuh1la e/u Jl C(lfHtnJano lltl ,\furrom Nan1ano d1 r~ne.va.. Vcnt'·
Images/Victoria and Albert MusE·um, Londres c1a, 181.'>.
'l.'l Hnnridi Wolj]lin mirando el Paris dL Antonio Canora, fotografía 2. 1.5 Cam1lle Claudcl, l/t/(11 tn la tt¡tz rno :;, bronce,
core<.>ia de fratclh Alman, Florencia 28 x 18 x 2 1 cm, colecc1ón pnvada, Paris. ADAGP/ Paru y
2 ..~ Detalle central de Anloruo Canova., Las tres Gracias, mannol, DA CSI Londres.
18111. 173x97,2x75 cm, Edimburgo, NauonaJ Gallery ofScot- 2.16 Auguste Rodm, la hdla fltaulmuulla que u1w uz.fiu la. htlla.
land y Londres, Victona and Albert \foscum. fotografi~ cor- esposa dtl fabricante de cascos, bronce, 1880 5, 'iO x :rn x 2h,:; r.m,
t<:s.ía de V&A lmag1·i/V1cloria and Albert Museum., Londres. Paris, Musée Rodm 1 Fotografia Adam R7epka
2. 1 Rafa.el, Las tres Gracias, 1505 ·Ó, óleo sobre papel, 17,8 x 17,6 2.17 Lilly Martín Spcnccr, Ambas noJ marr/11/amnns, IR<l!l, o!Po so·
cm, Chanully, Mm.ée Condé l'hoto RMN/ '1? René Ca bre tela, 178,7 x 13 1,3 cm, Sm1thsonian \menean Art Mu
bnel ÜJéda. seum, adc¡uis1c1ón del musco 1 1970.101,
2.5 Tommaso Piroli, !AJ /rtS GracuLr, fra&TJnento de un fresco m ú 2.18 Mark fuchards, Clom Chrysler, 19!17. Fotografia., cortesia de
antich1la di Ercoúmo, Roma., 1789 Solo Synd1calion (Assoc1ated Newspapt•rs, ~1ark Richards).
'.¿ (j Atnbuido a Nicolo .Fiorenllno, Las lm CraaaJ (1ever~o de la fpag 27,
medalla retrato de Giovanna Alb1u1 1omabuom), c. 1185, 2 19 jo Spcnce, Tht Family A/hum 1939 1979. láminas 1 y 2, •E1ght
bronce, diámetro de 7,f>cm, Londres, The Ilritish Muscum. anda haJf months• y «five hundred and h\Cnty·cight mon-
27 Antonio Correm,rio, Las lrts GraaaJ, e 1519, fresco, Parrna, ths laterio, fotografias, cortesía dejo 5pencc Memorial Archi-
Camera di San Paolo Cortesía del Mm1~lcrio per i Beni e le ve, Londres.
All1v1ta CulturaJ1/ PSAE d1 Parma et P1accn1.a. 2 20 Cam11Je Claudel, L'Age Mur. Madu m:.. 18!)9, bronce,
2.8 Tres vistas de Las lm Graaas de Antonio Canova., 1817, már 121 x 180 x 73 cm, y DACS Lo ndres, 2007
mol, 182 x I03 x ·H>cm, San Petesburgo, Mmeo del Herm1ta 2 21 Melanie Manchot, Mrs. Manchot, Anns Oz1trhtad, W!Jh. Corte-
ge, fotografias, negativo~ G1raudon núm 1552 l Cortesía de sía de la rut1sla y la Fred GallCI)'
la ílndg<'man Art L1brary. 1..22 Ella Dreyfus, Age a11d Constnl, ID 1Hl Dos fotografías Cortc~ía
2.11 lolobrrafia de Antonio Canova., lm tm Gracias, mármol, l\le- de la artista. DACS/ Londres, 2007
galivos lnnocen ti 2 23 Detalle de la parte trasera de Anlomo Canova, Las tm Gra ·
'2 10 Fotog1 a fía de Antonio Can ova, Las tres Grac10r, má1 mol, ruu, 173 x 97,'1. x 75 cm, Ed1mburgo, NatJOnal Galle!) o f 5col ·
173 x CJ7,2 x 75 cm, Ed11nb11rgo, Nauonal Gallery of Scolluncl, l<md, y Londres, Viclo11a and Albert Muscum. fotogralla.s
y Londres, Victoria and Albert Must:um Folo!,rralias cortesía cortesía de V&A ImagesN1ctona and Albert l\1uscum, Lon·
de V&A lmLtge'>/Víctorlil y Albert Muscum, I..ondre.\. dres.
2.1 1 lkl.tlk de las e.tbN..<lS, ÍOlo!,r'fafia de Antonm Canova., Las lrtJ 2.2•1 / !trmafrod1ta dunnunlt, copia romana basada en un ongmaJ
Granas., mármol. 17:1 x'J7,'1.x75 cm, Ed1mburgo, Na11onaJ del e S JI a C Mánnol, longitud. lh9crn. Pans, Louvrc t fo
Gall<'ry of Srntland, y I..ondrc~, V1clonn and AlbPrt Mu- tografía RM N, Pans.
s1·11m. l·otobrraflas coi lt•sia dr V&A Jmagc~/Victoria and Al- 2 2.5 jenny Sav11le, /<11/crum., 19lJ8, óleo sobre tcl.i, 1,88 x 2.,4.tcm,
IH"rl Musf'um, Londrés ' j enny Savillc Cortcs1a de la G.igosian Galle!), Nueva York
1..1:.l Antonio Ci.tnova, bocelo par.1 L.as lrts Gmcias, lapu sobre pa· 2 2h Laura A!,•t11hu, Na/urt Sdf Portrail No .J, 11l!J(1. Impresión en
rwl, 17,1 X 1J,:i Clll, V1•m·lm, Must•i (' Bibliotco Correr (1nv gelalma de pl.tta, 40 x 50cm Corles1a dc> Su.!ianne V1clmel11•1
No. A7·1CL.lll 17!l8b1s) Los Ang<'les ProJe<'ls
~ . J:.J Antomo C'anova, /,ar lrt.1 Gmr1or bailando la m11J1ra dt C11/11do, 2 27 Detalle de Antonio Cnnovn, Las trr:, Gracias. mármol.
17!l8 ·!l, tcmrwrn y plomo hin neo sobre y(•so, 65,5 x (10,h cm 173 x 97 ,2 x 7.5 cm, Ed1mburgo, Nallonal Gal1<'1¡ of Scolland,
102 SAl... 2

) Londres, Victom1 and Albert \1uscum. Fotografias corte~ía


de V&A Images/Victona and Albert Museum, Londres.
'.l.28 Anuncio para Levi's JCans, 1976 Colección de la autora.
2.29 rolOE,rrafía de Lynda Ilenglis par.t una expos1c1ón en la Paul,1
Cooper Gallery, 197i e Lynda Benghs. Cortesía Cheim &
Re1d, New York.
2.:m DetaJle de Antomo Canova, Las tru Graaas, mármol,
173 x !J7,2 x 75 cm, I:cl1mburgo, \iatmnal Callery of Scotland,
y Londres, Victona and Albert Muscum Fotografías cortc<;ia
de V&A lmagcsNictoria and AIL>crt Mu.!.Cum, Londres.
2.al fotograma de Vertigo (Alfred H1tchcock, 19S9) <' Cortesía de
Universal City Stud10s, Inc., para Samucl Taylor y Pairick 2
H1lchcock O'Conncll.
2 "!2 Detalle de un pie de IAS lrts Graaas de Antonio Canova, La gracia del tiempo
mármol, 173 x !J7 ,2 x 75 cm, Ed1mburgo. Nauonal Gallery of
Scotland, y Londres, Viclona and Albert Museum. fotohrra· NARRATMDAD, SEXUALIDAD Y ENCLE!'-ITRO VISUAL
fía:. cortcsia de V&A lmagesN1clona and Albert Museum,
Londres
De las postales de este trío esculpido de Las tres Gracias de
2.3:~ Gradwa, copia de un baJO relieve Romano en la colecc1on del
Muc;co Vaucano, Roma Londres, Freud Muscum. Antonio Canova (181.5-1817) que compré en Echmburgo, ha-
'.LH Imagen de una postal que muc&tra fragmentos del baJO rehe· bía sólo una vista del grupo como conjunto complejamen-
ve de Grachva reagrupado por el Dr Hausner en un friso de te concebido y materiahzado {2.1) El resto ofrecía primeros
liorat o IJianlts, Viena, heud \1uscum planos de detalles de la escultura que podía llevarme conm1 ·
:L35 Ana Mana Ma1olmo, Entmndas, J!J81 Performance en la ca go en forma suspendida a través de las inquietantes proXJ
lle, folografiada por Henn Virgil Stahl en la Ruajumor, Rio midades creadas por una captura fotográfica estática [J.lb).
dejaneíro C-Ortc~1a de la artista. El desmontaje del tejido textual de un trabajo exquisito de
cuerpos entrelazados, y brazos y cabezas inclinadas, las ..ej.
las» son un testimomo exlraño de muluples temporalida-
des implicadas en la V1s1ón real de una pieza tan compleja
de escultura estante. Los primeros planos aislados petrifi-
can el mov1m1ento/momento del encuentro en la qmetud
monumental y la pem1anencia glacial de la escultura, reins-
cnbicndo las visiones antiguas de la narrativa tempo1al de
ver, deseo sexual y la expos1c1ón del cuerpo esculpido de Ja
mujer1. Como contrapunto a la exploración de la tempora-
lidad implicada y de la narrativa revelada de una visualidad

1 (.01 relato~ cfáJICO\ de la \'l\lOn de: PrnxHcJes de la ftonW' ('nidia e lán


preAcrvalios cu Plm10 y Lucwno, y disculJdru por Nancuc Salomon, •1l1e T't·
nu.s Pudica. l'ncovt•nng art histmy's hidden agendas nnd pem1c1ous pcd1·
b<rit'~• t•n Gmtrat1ons ttnd Cco.r:raphics m tlu Vi.rual Arts f~mmul Rtadwg,,, Gn
M:lda Pollolk (cd.), Londres, Routleclgc, l'J!l6, fi!) 87

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