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Universidad Católica de Santa

María
Facultad de Ciencias e Ingenierías Biológicas y
Químicas
Escuela Profesional de Medicina Veterinaria y
Zootecnia
PATOLOGÍA GENERAL

PIOMETRA CANINA

Estudiante:

SARA EVA AGRAMONTE BUSTAMANTE

Docente:

MGST. CHRISTIAN RONNIE DELGADO FERNÁNDEZ

Arequipa - Perú

2023
I. INTRODUCCIÓN

La piometra es una enfermedad que afecta comúnmente el aparato reproductor de las


perras. Es también conocida como piometritis, endometritis catarral, endometritis
quística crónica y complejo piometra. Esta patología es más común en hembras de 4 a
10 años, pero con menor predisposición en perras multíparas. (1)

II. MARCO TEÓRICO

La piómetra se define como la acumulación de material purulento dentro del útero, y


puede acumularse desde unos mililitros hasta varios litros de contenido. Así también,
el término piómetra se refiere al útero que contiene secreción purulenta y está
asociado con cambios ováricos o extrauterinos. La piómetra es un trastorno del
diestro dependiente de hormonas. Se origina por la infección intrauterina de bacterias,
lo cual produce una septicemia de leve a grave, poniendo en riesgo la vida del animal,
además también provocar toxemia. El útero llega a sufrir cambios patológicos, antes
de la septicemia, que lo hace más propenso a la infección bacteriana, el principal es
conocido como la hiperplasia endometrial quística, que se produce por una reacción
exagerada y anormal ante la estimulación repetida y crónica de la progesterona
Cuando la infección bacteriana se presenta junto con la hiperplasia endometrial,
entonces se trata de piómetra, la cual es una afección sistémica que llega a afectar
distintos órganos.

Clínicamente, las perras llegan a presentar inapetencia, depresión, fiebre, polidipsia y


poliuria, diarreas, vómitos, abdomen distendido y secreción vaginal. También llegan a
presentar deshidratación, hipoglucemia, disfunción hepática y renal. En la historia
clínica, lo más resaltante es que haya presentado celo en los últimos 60 a 90 días. El
diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente y de los signos clínicos que
presente. También se puede recurrir a las pruebas diagnósticas, como son la
radiografía, la ecografía, hemograma, química sanguínea, uroanálisis y citología
vaginal. El tratamiento más utilizado es la ovariohisterectomía, previa estabilización del
paciente .

En el Perú no existen estudios sobre la frecuencia de la piometra, ni posibles


relaciones con el peso, raza y estación del año. Por otro lado, en 1991 se reportó el
6% de incidencia de piometra en la cuidad de Helsinki, Finlandia; Silva y Loaiza En el
2007 se reporta 5% entre los casos atendidos en la Clínica Veterinaria de la
Universidad de Caldas, Colombia; así mismo, en el 2001 se relacionó la ocurrencia de
piometra con tratamientos hormonales y edad de perras Beagle en Japón, y
Jayaprakash . En el 2007 se reportó una asociación directa entre piometra con la
edad, raza y tamaño de la perra en la India.

ETIOLOGÍA

La bacteria más común aislada en úteros con piómetra en la E. coli , esto se asocia a
la capacidad de adherirse por medio de antígenos específicos a receptores
endometriales y a su antígeno capsular K que no permite procesos de fagocitosis por
los macrófagos. Recientemente se ha demostrado la existencia de receptores
endometriales específicos para E. coli estimulados por P4. Pero también existe la
presencia de otras bacterias como son: Staphylococcus aureus, Streptococcus spp,
Proteus spp., Pasteurella spp., Klebsiella spp, Haemophilus spp. Serratia spp y
Moraxella spp.
La E. coli es una bacteria gram negativa que presenta una endotoxina lipopolisacarida,
es químicamente estable y biológicamente activa en la membrana celular, y es
liberada cuando la bacteria muere y se desintegra. La endotoxemia ocurre cuando los
niveles séricos exceden los 0.05 ng/ml, lo cual llega a causar hipotermia,
desorientación y síndrome de choque séptico.

CLASIFICACIÓN DE LA PIOMETRA

La piómetra se clasifica como de cérvix abierto y cerrado, de acuerdo con la presencia


o ausencia de descarga vulvar. La piómetra de cérvix abierto ocurre aproximadamente
en el 85% de las piómetras en la perra. Los cambios patológicos útero-ováricos de
hembras caninas con hiperplasia endometrial se puede clasificar en cuatro tipos:

Tipo I: se considera fisiológicamente normal, involucra un engrosamiento endometrial,


así como numerosos quistes traslúcidos.

Tipo II: se caracteriza por presentarse la HEQ, con descarga vulvar mucoide; sólo
ocurre durante el diestro, acompañado de leve leucocitosis. El endometrio se
encuentra engrosado con elevaciones irregulares quísticas, y hay presencia de moco
en el lumen uterino.

Tipo III: se considera patológica, dado que es quística y semejante a la tipo II, pues
comienza en la etapa de diestro cuando el endometrio está bajo la acción de la P4.
Ocurre entre los 20 y los 40 días después del estro, pero la HEQ y la actividad
secretora de las glándulas endometriales producida por esta etapa del ciclo se
mantienen funcionales, lo que provoca una acumulación de fluido uterino estéril que se
acompaña de una reacción inflamatoria aguda del endometrio.

Tipo IV: ocurre entre los 55 y los 90 días después del estro. Involucra endometritis
quística crónica en la que el cérvix puede estar abierto o cerrado. Si el cérvix está
abierto, se presenta descarga vaginal purulenta en la que los cuernos no se ven más
grandes, pero sus paredes están engrosadas y dilatadas con apariencia de rosario;
hay hipertrofia miometrial y fibrosis. Si el cérvix está cerrado, el útero se encuentra
muy distendido, sus paredes delgadas dan la apariencia de útero grávido y está lleno
de exudado purulento.

SIGNOS CLÍNICOS

En 1957, Dow describió 4 fases clínico-patológicas de la piometra:

Fase 1: no se observan signos clínicos de enfermedad a excepción de una descarga


vaginal de tipo mucoide en algunas perras. Mediante ecografía pueden observarse
quistes mayores a 1 cm. en el endometrio.

Fase 2: Clínicamente existe descarga vaginal y una leve leucocitosis al hemograma.


Los cuernos uterinos no sobrepasan los 2 cm de diámetro.

Fase 3: Existe un compromiso sistémico leve a medio, generalmente con descarga


vaginal de tipo purulento. Hay una marcada leucocitosis por neutrofilia. El tamaño del
útero es inversamente proporcional a la abertura del cérvix y al grado de flujo de las
secreciones a través del cérvix.

Fase 4: El animal se encuentra en franca toxemia, en fase temprana de shock, y existe


deshidratación marcada e hipotermia. El útero se encuentra generalmente dilatado y
con desvitalización de sus paredes. En un estudio sobre 80 casos de piómetra canina,
los signos clínicos más frecuentes resultaron ser: descarga vaginal 88%, depresión
79%, anorexia 79%, polidipsia 63%, fiebre 43%, útero palpable 40%, poliuria 38%,
vómitos 33%, diarrea 26% y deshidratación 15%. Los efectos sistémicos pueden
incluir: letargo, depresión, anorexia, poliuria, polidipsia, vómitos, fiebre, leucocitosis,
hipotensión y choque séptico, que puede resultar en muerte.

PATOGENÍA

La P4 bajo condiciones normales estimula el crecimiento y la actividad secretora de las


glándulas endometriales, lo cual puede redundar en el desarrollo de HEQ. No se sabe
por qué algunos animales presentan respuesta patológica a la P4 y otros no. La
excesiva influencia progestacional o una respuesta exagerada a P4 , inducen a que el
tejido glandular uterino se vuelva quístico, edematoso y engrosado, lo que origina
acumulación de líquido en las glándulas endometriales y en el lumen uterino (HEQ); el
drenaje está impedido por la inhibición progestacional de la contractibilidad miometrial;
producto de lo cual se origina una mucómetra o hidrómetra, dependiendo de la
viscosidad del fluido uterino.

Se supone que la HEQ es producto de una respuesta exagerada y anormal a la


estimulación crónica y repetida de P4 (Feldman & Nelson, 2000). La administración de
P4 exógena ha demostrado causar HEQ y es el modelo experimental utilizado para
inducir piómetra; sin embargo, no se han encontrado diferencias en los cambios
patológicos entre animales tratados y no tratados con P4 , y por lo tanto el tratamiento
con P4 puede predisponer a la presentación de piómetra, pero no es determinante en
el incremento de la patología. La HEQ no siempre predispone a piómetra, puede
ocurrir una piómetra grave que ponga en peligro la vida del paciente, sin que se
presente HEQ.

Como se mencionó anteriormente, la P4 disminuye la motilidad uterina, origina un


incremento de glándulas uterinas, incrementa su actividad secretora y hace que el
cérvix se encuentre cerrado durante la fase luteal (diestro); las secreciones proveen un
excelente microambiente para el desarrollo bacteriano, el cual se incrementa por la
inhibición de la respuesta leucocitaria en el interior del útero. Piómetras inaparentes se
hacen clínicamente aparentes después de que los niveles de P4 decaen; en este
tiempo el cérvix se relaja y el contenido uterino comienza a ser drenado, lo que origina
una descarga vulvar. En algunas perras con piómetra el útero es estéril, lo cual indica
que las bacterias no siempre están involucradas en la patogénesis de la enfermedad,
o que éstas estuvieron inicialmente y han sido eliminadas del útero para el tiempo
cuando se toma la muestra para cultivo.

DIAGNÓSTICO

La piómetra se diagnostica sobre la base de los signos clínicos, presencia de


secreción vulvar séptica e identificación de un útero lleno de líquido en las placas
radiográficas o ecografías abdominales

Un protocolo completo para perras con posible piómetra incluye una exploración física,
radiografía o ecografía del abdomen, un hemograma completo, un perfil bioquímico
sérico y análisis de orina, cultivo de orina y posiblemente medición de progesterona
sérica. Otras pruebas complementarias se realizan según las necesidades.
El hemograma completo, perfil de bioquímica sérica y análisis de orina son necesarios
para detectar las anormalidades metabólicas asociadas con sepsis y evaluar la función
renal.

Los hallazgos del análisis de orina incluyen isostenuria o proteínuria en un tercio de las
perras con piómetra (Hardy & Senior, 1980). Puede presentarse glucosuria persistente
(Fossum, 2008).La bacteriuria es habitual.

La citología vaginal revela un exudado séptico (Nelson & Couto, 2000) con una gran
cantidad de polimorfosnucleares degenerados (Jeffcoate, 1999) y en ocasiones con
células endometriales

La radiología o ultrasonografía abdominal, o ambas, siempre deben realizarse para


confirmar la presencia de piómetra y descartar la gestación. El examen radiográfico
alcanza su valor máximo en el diagnóstico de piómetras cerradas, resultando en
imágenes perfectamente características, pues el útero aparece desde la pelvis, como
una estructura dilatada, homogénea y sacular. El tamaño y el volumen del útero
pueden variar ampliamente, pero cuando su diámetro es considerable aparece aislado
del contenido abdominal

TRATAMIENTO

Como causa de la supresión de la actividad linfocítica, las perras afectadas por


piómetra deben ser manejadas como pacientes inmunocomprometidas. El tratamiento
de la HEQ-piómetra debe ser rápido y agresivo si se desea salvar la vida de la
paciente; la septicemia o endotoxemia, o ambos, pueden presentarse en cualquier
momento.

La fluidoterapia EV está indicada con el propósito de corregir las deficiencias


existentes (principalmente las hidroelectrolíticas), a fin de mantener la perfusión tisular
adecuada y mejorar el funcionamiento renal.

La antibioticoterapia debe comenzarse en forma inmediata; debe administrarse un


antibiótico bactericida de amplio espectro con eficacia contra E. coli, hasta conocer los
resultados del cultivo y las pruebas de sensibilidad; luego el antibiótico apropiado se
continúa administrando durante dos o tres semanas.

Incidencia de administración PGF2 α en perras

La recuperación clínica es rápida y permanente con la remoción del útero,


acompañada de una adecuada terapia de soporte. Se debe considerar la utilización de
antibióticos nefrotóxicos como los aminoglucósidos, cuya toxicidad renal, es el
resultado de su cúmulo y retención del túbulo contorneado proximal; y puede
empeorar la condición de una paciente con comprometimiento funcional renal previo.
Igualmente, el clínico debe tener en cuenta que según Brown & Engelhardt (1994),
bajo condiciones normales la acción de las prostaglandinas (PG’s) no es tan
importante para el mantenimiento de la función renal; sin embargo, en condiciones
adversas la PGE2 ayuda a mantener la perfusión renal, la tasa de filtración glomerular,
el transporte de iones a escala tubular (excreción de NaCl) y el metabolismo del agua;
es una PG vasodilatadora que modula el tono arteriolar aferente y eferente atenuando
el efecto vasoconstrictor de los nervios renales y de la angiotensina II; por tanto, el uso
de AINE’s en pacientes en estado crítico o con enfermedad renal preexistente
ocasiona una disminución en la síntesis de PG’s en el ámbito renal, lo que da como
resultado hipertensión arterial sistémica, hipo o hipernatremia, necrosis papilar,
insuficiencia renal aguda, hipercalemia y nefritis intersticial o síndrome nefrótico; lo que
al igual podría comprometer la condición de una paciente con compromiso previo de la
función renal.

El protocolo recomendado para el uso de PGF2 α natural (Lutalyse®) en el tratamiento


de piómetras de cérvix abierto en caninos, involucra un incremento progresivo de la
dosis; se utilizan dosis diarias de aplicación subcutánea: día 1: 0.1 mg/kg, día 2: 0.2
mg/kg, día 3 a 7: 0.25 – 0.5 mg/ kg; además, se recomienda usar antibioticoterapia
hasta 14 días después del tratamiento con prostaglandinas. La mayoría de las
piómetras responden y se resuelven entre los 5 y los 10 días.

IV. RESULTADOS

CUADRO 1. Incidencia de las reacciones en 62 perras que recibieron terapia con


PGF2 α subcutánea, en el tratamiento de piómetra.

V. CONCLUSIONES

La piómetra es una enfermedad común en la clínica de pequeños animales. Presenta


una mayor incidencia en perras con edades promedios de 7-9 años aunque puede
darse en cualquier hembra entera. Es una enfermedad grave, pero no fatal si se actúa
rápidamente.

El comprender el estado general de la enfermedad y los mecanismos que se llevan a


cabo dentro del organismo del animal es clave para disminuir la mortalidad. Es
fundamental llegar a un diagnóstico temprano de la enfermedad para obtener mejores
resultados en el tratamiento. La ultrasonografía sigue siendo el método
complementario de elección, que permite obtener un diagnóstico certero y emitir un
pronóstico adecuado. El pronóstico está dado por el tiempo en el que se llega al
diagnóstico, el inicio del tratamiento y el estado del animal. A su vez, el tratamiento de
elección es la OVH, ya que remueve instantáneamente el foco infeccioso y facilita la
recuperación de la paciente.

RECOMENDACIONES

 Evitar administrar hormonas para control de los ciclos ovulatorios


 Evitar administrar abortivos
 Vigilar celos de la perra
 Vigilar posibles pseudogestaciones, tumores de mama… suelen ir ligados con
la presencia de futuras piometras
 Vigilar secreción vaginal, poliuria polidipsia, decaimiento del animal, fiebre
 Realizar la esterilización de las perras para asi no tener problemas como esta
enfermedad, ya que como mencionamos antes esta enfermedad puede llegar a
ser mortal si no se trata a tiempo

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