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TUTELA

REPORTE DE CONSULTA

RELEVANTE

SALA DE CASACIÓN LABORAL


ID : 727042
M. PONENTE : JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN
NÚMERO DE PROCESO : T 91731
NÚMERO DE PROVIDENCIA : STL1926-2021
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia Sala de
Casación Civil y Agraria
CLASE DE ACTUACIÓN : ACCIÓN DE TUTELA - SEGUNDA
INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 24/02/2021
DECISIÓN : MODIFICA CONCEDE
ACCIONADO : SALA DE CONJUECES DEL TRIBUNAL
SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE
RIOHACHA / SALA CIVIL FAMILIA
LABORAL DEL TRIBUNAL DE RIOHACHA
/ JUZGADO SEGUNDO PROMISCUO
MUNICIPAL DE MAICAO
ACCIONANTE : ALCALDE DEL MUNICIPIO DE URIBIA
ACTA n.º :7

ASUNTO:
PROBLEMA JURÍDICO: 1.¿Es competente el Juzgado Segundo Promiscuo
Municipal de Maicao para conocer la acción de tutela instaurada por la
señora Melba Cortez Bolaño contra el municipio de Uribia (La Guajira)?
2.«(…) se censura el trámite previo a la sentencia de tutela proferida el 21 de
enero de 2020 por el Juzgado Segundo Promiscuo Municipal de Maicao, por
la omisión del juez de cumplir con su deber de informar, notificar o vincular
al accionado y a los terceros que pudieran resultar afectados por la
demanda de tutela y/o por la decisión en ella adoptada.»

TEMA: ACCIÓN DE TUTELA CONTRA TUTELA - Procedencia excepcional


de la acción

Tesis:
«El constituyente de 1991 introdujo la acción de tutela como un mecanismo
excepcional para garantizar los derechos superiores cuando quiera que estos
resulten vulnerados por las autoridades públicas o por los particulares en
los casos expresamente consagrados en el ordenamiento jurídico; no
obstante, la procedencia del amparo contenido en el artículo 86 de la carta
de derechos».

ACCIÓN DE TUTELA - Legitimación en la causa por activa: legitimación del


alcalde encargado del municipio de Uribia (La Guajira) al momento de
interponer la acción

ACCIÓN DE TUTELA - Integración del contradictorio: obligación del juez


constitucional de vincular a todas las personas interesadas, partes y
terceros con interés, tanto en el trámite inicial como en la decisión de la
acción para garantizar el debido proceso (c. j.)

ACCIÓN DE TUTELA - Integración del contradictorio: necesidad de vincular


al Ministerio de Salud, a la Superintendencia de Salud y a la ESE Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro en virtud de las implicaciones en el manejo de
los recursos públicos del Sistema General de Seguridad Social en Salud

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA TUTELA - Cuando se controvierte una


sentencia de tutela, el juez tiene la obligación de analizar si se cuestiona
una actuación anterior o posterior a ella

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA TUTELA - Observancia de los requisitos


generales y específicos de procedibilidad

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Defecto orgánico: configuración

ACCIÓN DE TUTELA - Jurisdicción y competencia - Reglas de reparto:


competencia a prevención de los jueces municipales con jurisdicción en el
lugar donde ocurre la violación o amenaza para conocer, en primera
instancia, de las acciones de tutela contra cualquier autoridad, organismo o
entidad pública del orden departamental, distrital o municipal

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Acción de tutela: defecto orgánico por


falta de competencia del Juez Segundo Promiscuo Municipal de Maicao para
conocer la acción de tutela instaurada por la señora Melba Cortez Bolaño,
como quiera que la competencia transitoria en virtud del Acuerdo Acuerdo
CSJGUA19-16 de 2019 venció el día anterior a la fecha del reparto,
realizada un día sábado
ACCIÓN DE TUTELA CONTRA TUTELA - Subreglas jurisprudenciales para
la procedencia de la acción (c. j.)

DERECHO PROCESAL - Notificaciones - Notificación personal - Notificación


por correo electrónico a las entidades públicas: procedimiento

DERECHO PROCESAL - Notificaciones - Notificación personal - Notificación


por correo electrónico: la presunción de recibido de la comunicación se
configura cuando el iniciador recepciona acuse de recibo

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Acción de tutela: vulneración del


derecho por parte del Juzgado Segundo Promiscuo Municipal de Maicao, al
no cumplir el procedimiento previsto en el artículo 612 del CGP para la
notificación personal por correo electrónico a entidades públicas

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA TUTELA - Inexistencia de cosa juzgada


constitucional

Tesis:
«En el caso que concita la atención de la Sala, en síntesis son tres los
argumentos en los que se sustenta la impugnación de la señora Melba Luz
Cortez Bolaño a saber: i) la falta de legitimación del señor Alberto Darío
Henríquez Orozco para incoar la acción en representación del municipio de
Uribia (la Guajira), porque en su sentir su mandato iba hasta el 6 de
noviembre de 2020 y la petición se presentó el 11 siguiente, cuando había
fenecido dicho período, ii) la vinculación innecesaria del Ministerio de Salud,
de la Superintendencia de Salud y la ESE Nuestra Señora del Perpetuo
Socorro y iii) la cosa juzgada constitucional por haber sido excluida de
revisión al acción de tutela primigenia incoada por la actora cuyo trámite es
objeto de esta nueva queja.

i) Legitimación de Alberto Darío Henríquez Orozco para incoar la acción en


representación del municipio de Uribia.

Para resolver este punto, se tiene que la Resolución 395 del 11 de agosto de
2020, allegada tanto por la parte que reclama el resguardo como por la
impugnante, dispuso “encargar al secretario de Asuntos Indígena Alberto
Darío Henríquez Orozco […] las funciones de Alcalde Municipal de Uribia a
partir del día 12 de agosto (12) de agosto de 2020, hasta el día seis (06) de
noviembre de 2020”. (negrillas en el texto)

Por su parte, en el correo mediante el cual el Juzgado Segundo Promiscuo


Municipal de Maicao formuló impugnación, el que fue reenviado por el grupo
de reparto del Centro de Servicios Administrativos para los Juzgados Civiles
Laborales y de Familia, a la Secretaría de la Sala de Casación Civil, en él se
observa de forma clara que la queja constitucional fue radicada el 6 de
noviembre de 2020, a través del aplicativo que para tal fin diseñó y puso en
funcionamiento el Consejo Superior de la Judicatura, como se observa en la
siguiente imagen:

Otra cosa es que el reparto interno en esta corporación se hubiere realizado


el 11 de noviembre, pero ello no significa que la fecha de presentación de la
solicitud constitucional sea esta última, pues la realidad es que la queja se
interpuso el 6 de noviembre cuando el señor Hernández Orozco ostentaba la
calidad de alcalde encargado del municipio de Uribia; además, de que la
petición fue ratificada por el señor Bonifacio Henríquez Palmar, alcalde
titular de dicho ente territorial.

ii) Sobre la necesidad de vinculación del Ministerio de Salud, de la


Superintendencia de Salud y la ESE Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

En relación con este tópico, debe comenzar por recordarse que la


notificación de las decisiones judiciales a las partes e interesados es una
garantía del debido proceso consagrado en el artículo 29 superior; de ahí la
obligatoriedad de que el juez como director del proceso verifique que se
integre el contradictorio con todas las personas, naturales o jurídicas,
públicas o privadas que puedan tener interés en el trámite y en las resultas
del proceso, ello se desprende de artículo 13 del Decreto 2591 de 1991, por
cuanto pueden verse afectadas por alguna orden de amparo. Así lo ha
dejado sentado la Corte Constitucional en la sentencia CC SU-116-2018:

“En cuanto a la integración del contradictorio en sede de tutela, la


jurisprudencia constitucional señala que es un deber del juez de primera
instancia, puesto que de esa manera garantiza a la parte interesada la
posibilidad de ejercer el derecho de contradicción y defensa durante el
desarrollo de la tutela, vinculando a los interesados, es decir, a todas las
personas “que puedan estar comprometidas en la afectación iusfundamental
y en el cumplimiento de una eventual orden de amparo, para que en
ejercicio de la garantía consagrada en el artículo 29 superior, puedan
intervenir en el trámite, pronunciarse sobre las pretensiones de la demanda,
aportar y solicitar las pruebas que consideren pertinentes, y en fin, hacer
uso del arsenal defensivo que ofrece el ordenamiento jurídico”.

En cuanto a la integración del contradictorio en sede de tutela, la


jurisprudencia constitucional señala que es un deber del juez de primera
instancia, puesto que de esa manera garantiza a la parte interesada la
posibilidad de ejercer el derecho de contradicción y defensa durante el
desarrollo de la tutela, vinculando a los interesados, es decir, a todas las
personas “que puedan estar comprometidas en la afectación iusfundamental
y en el cumplimiento de una eventual orden de amparo, para que en
ejercicio de la garantía consagrada en el artículo 29 superior, puedan
intervenir en el trámite, pronunciarse sobre las pretensiones de la demanda,
aportar y solicitar las pruebas que consideren pertinentes, y en fin, hacer
uso del arsenal defensivo que ofrece el ordenamiento jurídico”.
En virtud de lo anterior, la jurisprudencia constitucional ha considerado
que se presenta causal de nulidad por violación del debido proceso cuando
en el trámite de la acción de tutela se omite notificar de la iniciación del
mismo a los terceros con interés legítimo que pudieran verse afectados con
el fallo a proferirse. De ahí que esta Corporación haya reiterado:

"La acción de tutela y su trámite, si bien son informales de conformidad con


la naturaleza que a aquélla le es característica y por razón de las finalidades
que persigue, no escapa a la garantía del debido proceso, que, según el
artículo 29 de la Constitución, habría de ser observado en todas las
actuaciones judiciales y administrativas.

Ser oído en el proceso de tutela es derecho fundamental de rango


constitucional que asiste no solamente a quien aparece como demandado,
tanto si es un funcionario o entidad estatal como si se trata de un
particular, sino a quien, sin ser parte, puede resultar afectado por la
decisión que se adopte como culminación del especialísimo trámite
consagrado en el artículo 86 de la Constitución.

Es evidente que, incoada una acción de tutela (…) si [el tercero] no ha sido
notificado de la demanda de tutela ni ha tenido ocasión de ser oído, resulta
imperioso concluir en la nulidad de lo actuado por vulneración abierta del
debido proceso.”.

De lo anterior es indiscutible que se requería la comparecencia de todas las


entidades referidas en tanto tenían interés en la decisión que se adoptara en
el trámite. Toda vez que, como la señora Cortez Bolaño acudió al mecanismo
preferente en nombre propio, no en calidad de Gerente de la institución de
salud que dirigía, reclamando un derecho personal como es la calidad de
prepensionada que alegó y la condición de madre cabeza de familia, era
necesario que se vinculara a la ESE Hospital Nuestra Señora del Socorro, en
tanto la discusión implicaba en cabeza de quien quedaría la dirección de la
misma, decisión con la que indiscutiblemente podría resultar afectada.

En lo que tiene que ver con el Ministerio de salud y Protección Social, según
el artículo 1.° del Decreto 4107 de 2011 tiene como objetivos y funciones:

“El Ministerio de Salud y Protección Social tendrá como objetivos, dentro del
marco de sus competencias, formular, adoptar, dirigir, coordinar, ejecutar y
evaluar la política pública en materia de salud, salud pública, y promoción
social en salud, y participar en la formulación de las políticas en materia de
pensiones, beneficios económicos periódicos y riesgos profesionales, lo cual
se desarrollará a través de la institucionalidad que comprende el sector
administrativo.

El Ministerio de Salud y Protección Social dirigirá, orientará, coordinará y


evaluará el Sistema General de Seguridad Social en Salud y el Sistema
General de Riesgos Profesionales, en lo de su competencia, adicionalmente
formulará, establecerá y definirá los lineamientos relacionados con los
sistemas de información de la Protección Social.”

Y en cuanto a la Superintendencia de Salud, según el Decreto 1765 de


2019, tiene entre otras funciones la de:

“Ejercer inspección, vigilancia y control en las entidades territoriales, en lo


relacionado con el ejercicio de las funciones, que las mismas desarrollan en
el ámbito del sector salud, tales como el aseguramiento, la inspección,
vigilancia y control y la prestación de servicios de salud, de conformidad con
sus competencias y en los términos señalados en la normativa vigente.”

Como puede verse, la necesidad de vinculación de las referidas entidades no


se reduce al argumento de la recurrente en cuanto a que “no tienen
injerencias en el nombramiento del gerente de las Empresas Sociales del
Estado”, pues el asunto tiene mayor relevancia que eso, pues lo que ello
implica es el manejo de los recursos públicos del Sistema de Seguridad
Social en Salud, particularmente en esta región del país, que como se sabe,
requieren de toda la atención por parte del Estado para garantizar ese
derecho fundamental a su población.

iii) Sobre la cosa juzgada constitucional por haber sido excluida de revisión
la acción de tutela primigenia, incoada por Melba Luz Cortez Bolaño, y que
es objeto de esta nueva queja.

Sabido es que la procedencia de una de tutela contra otra acción de la


misma naturaleza es excepcional, y para ello tiene que cumplirse con los
requisitos generales y específicos de procedibilidad definidos por la
jurisprudencia constitucional de tutela contra providencia judicial, y cuando
lo que se controvierte es la sentencia de otra tutela, se debe revisar si se
cuestiona la actuación anterior o posterior a esta.

En el caso concreto que se analiza, se critica por la parte que activó este
mecanismo, que el trámite inicial de la acción de tutela promovida por
Melba Luz Cortez Bolaño estuvo plagado de irregularidades, desde la falta de
competencia del juez que la conoció y resolvió, hasta la falta de valoración
de las pruebas solicitadas en los varios incidentes de desacato posterior al
fallo, pasando por la indebida notificación del auto admisorio.

Previo a resolver el asunto se procede a verificar si se cumplen con los


presupuestos generales de procedibilidad fijados en la sentencia C-590 de
2005:

“a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia


constitucional. […]. b. Que se hayan agotado todos los medios -ordinarios y
extraordinarios- de defensa judicial al alcance de la persona afectada, salvo
que se trate de evitar la consumación de un perjuicio iusfundamental
irremediable. […]. c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir,
que la tutela se hubiere interpuesto en un término razonable y
proporcionado a partir del hecho que originó la vulneración. […]. d. Cuando
se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro que la misma tiene
un efecto decisivo o determinante en la sentencia que se impugna y que
afecta los derechos fundamentales de la parte actora. […]. e. Que la parte
actora identifique de manera razonable tanto los hechos que generaron la
vulneración como los derechos vulnerados y que hubiere alegado tal
vulneración en el proceso judicial siempre que esto hubiere sido posible.
[…]. f. Que no se trate de sentencias de tutela.”

En el caso objeto de estudio se cumplen todos y cada uno de los supuestos


en mención, como pasa a explicarse.

El asunto que se debate tiene relevancia constitucional en tanto, como se


dijo está envuelto el manejo de recursos públicos del Sistema General de
Seguridad Social en Salud, toda vez que el gerente del hospital es el
encargado de dicha administración, y se discute si la persona que reclama
la permanencia en dicho cargo por su alegada condición de prepensionada y
hasta la edad de retiro forzoso, a pesar de ser un nombramiento que por
mandato legal tiene un período personal de cuatro años, puede ver afectado
el funcionamiento de la institución de salud.

Que se hayan agotado todos los recursos legales. Si bien el accionado,


Juzgado Segundo promiscuo Municipal de Maicao y la recurrente aducen
que el ente territorial guardó silencio frente a la notificación del auto
admisorio de la tutela y del fallo de primera instancia, lo que en principio
indicaría la falta de utilización de los medios de defensa, debe decirse que
tal circunstancia en sí sola no es razón para desestimar el estudio de fondo
de la solicitud tutelar, pues precisamente lo que aquí se discute, entre otros
aspectos, es la falta de enteramiento del referido auto admisorio de la tutela
y posterior fallo, lo que de suyo impidió ejercer el derecho de defensa y
contradicción. Además, revisado el material probatorio arrimado, se advierte
que el municipio de Uribia mediante su representante solicitó que se le
notificara en debida forma del fallo de tutela, petición que fue respondida
mediante un oficio; interpuso además solicitud de nulidad del trámite y fue
desestimada; en esa medida se encuentra satisfecho este requisito de
subsidiariedad.

Inmediatez. Este presupuesto se cumple en este caso, si se tiene en cuenta


que la última solicitud elevada por el municipio al juzgado convocado, donde
puso de presente las irregularidades en el procedimiento, fueron
desestimadas en auto del 27 de octubre de 2020 por considerar el fallador
que tales pedimentos eran “improcedentes e impertinentes”, y la tutela se
radicó el 6 de noviembre siguiente, es decir dentro del término considerado
razonable por la jurisprudencia para acudir al mecanismo constitucional.

Se trata de una irregularidad procesal, que tiene un efecto decisivo o


determinante en la sentencia proferida y que afecta los derechos
fundamentales de la parte actora; el trámite que se cuestiona tuvo una
incidencia en las garantías superiores del municipio que alega la
transgresión, pues le impidió ejercer su derecho de defensa y contradicción.

La parte tutelante identificó de manera razonable tanto los hechos que


generaron la vulneración como los derechos vulnerados.
Que no se trate de sentencia de tutela, en este caso se controvierte el vicio
en el trámite del proceso de tutela adelantado por el Juzgado Segundo
Promiscuo Municipal de Maicao que culminó con la sentencia que ordenó la
permanencia de la actora en el cargo de Gerente de la ESE Nuestra Señora
del Perpetuo Socorro de Uribia.

En lo que tiene que ver con los requisitos específicos de procedibilidad, se


ha dicho por la jurisprudencia que es necesario que se acredite el
cumplimiento de por lo menos uno de los que han sido definidos por ella, a
saber:

“a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que


profirió la providencia impugnada, carece, absolutamente, de competencia
para ello.

b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó


completamente al margen del procedimiento establecido.

c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que
permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la decisión.

d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con
base en normas inexistentes o inconstitucionales o que presentan una
evidente y grosera contradicción entre los fundamentos y la decisión.

f. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de


un engaño por parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una
decisión que afecta derechos fundamentales.

g. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores


judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus
decisiones en el entendido que precisamente en esa motivación reposa la
legitimidad de su órbita funcional.

h. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por ejemplo,


cuando la Corte Constitucional establece el alcance de un derecho
fundamental y el juez ordinario aplica una ley limitando sustancialmente
dicho alcance. En estos casos la tutela procede como mecanismo para
garantizar la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente vinculante
del derecho fundamental vulnerado.

i. Violación directa de la Constitución.”


Revisado el caso particular que se analiza, considera este juez
constitucional, que se configuran al menos dos de los requisitos enlistados.
No obstante, no referiremos únicamente al identificado en el literal: a)
Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que profirió
la providencia impugnada, carece, absolutamente, de competencia para ello
como pasa a explicarse.
Defecto orgánico por falta de competencia del funcionario para conocer la
acción de tutela.
El Decreto 1983 de 2017, “Por el cual se modifican los artículos 2.2.3.1.2.1,
2.2.3.1.2.4 y 2.2.3.1.2.5 del Decreto 1069 de 2015, Único Reglamentario del
sector Justicia y del Derecho, referente a las reglas de reparto de la acción
de tutela”, estableció en su artículo primero:

“ARTÍCULO 1. Modificación del artículo 2.2.3.1.2.1. del Decreto 1069 de


2015. Modificase el artículo 2.2.3.1.2.1 del Decreto 1069 de 2015, el cual
quedara así:

"ARTÍCULO 2.2.3.1.2.1. Reparto de la acción de tutela. Para los efectos


previstos en el artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, conocerán de la acción
de tutela, a prevención, los jueces con jurisdicción donde ocurriere la
violación o la amenaza que motivare la presentación de la solicitud o donde
se produjeren sus efectos, conforme a las siguientes reglas:

Las acciones de tutela que se interpongan contra cualquier autoridad,


organismo o entidad pública del orden departamental, distrital o municipal
y contra particulares serán repartidas, para su conocimiento en primera
instancia, a los Jueces Municipales.” (negrillas fuera del texto original)

La regla anterior no admite interpretaciones en relación con la competencia


para conocer de las solicitudes de amparo; por lo que en el caso de la
invocada por Melba Luz Cortez Bolaño, correspondía al juzgado de categoría
municipal en el lugar “donde ocurriere la violación o la amenaza que
motivare la presentación de la solicitud o donde se produjeren sus efectos”,
que para todos los efectos fue el municipio de Uribia (La Guajira) pues la
accionante informó en su escrito que su residencia estaba en la carrera 9 n.°
15-50 de esa localidad y la sede de la alcaldía del ente territorial también
queda allí, luego no había discusión en este sentido.

Ahora bien, aunque se aduce que la tutela se radicó el 10 de enero de 2020,


cuando los despachos judiciales en general estaban en vacancia judicial,
con las excepciones contenidas en el Acuerdo CSJGUA19-16 del 20 de
noviembre de 2019, que suspendió dicho período entre el 20 de diciembre de
2019 y el 10 de enero de 2020, y otorgó competencia en ese interregno a
algunos juzgados de La Guajira, dentro de los que se encontraba el Juzgado
Segundo Promiscuo Municipal de Maicao, ello no es razón suficiente para
que se hubiere aprehendido el conocimiento y tramitado el asunto por esa
sede judicial, pues el reparto se le realizó a ese despacho, según lo certificó
el Coordinador de la Oficina de Apoyo Judicial, el 11 de enero de 2020, día
sábado y por fuera del término fijado por el Consejo Seccional de la Guajira
en el mentado Acuerdo, y la tutela fue admitida el 13 de enero siguiente,
cuando se carecía por completo de competencia pues como se indicó, la
suspensión de la vacancia para ese despacho judicial, que le habilitaba la
competencia, feneció el 10 de enero de 2020 antes de ser repartida la
petición de amparo, sin que sea suficiente para avocar el conocimiento del
asunto el argumento plasmado en el fallo del 21 de enero de 2020, cuando
se consideró por el accionado:

“En el presente asunto y en tratándose de una acción de tutela interpuesta


contra el Alcalde Municipal de Uribia, la Guajira, en principio, y atendiendo
las reglas de reparto de este tipo de acciones, Decreto 1983 de 2017, le
correspondería su trámite al [j[uez de dicho municipio, empero tenido en
cuenta que la presentación de la misma se efectuó durante la vacancia
judicial en donde tato el Consejo de Estado, Corte Suprema, Tribunales
Superiores y Contenciosos, Juzgados del Circuito y demás se encuentran
cerrados, en virtud de los principios de celeridad, eficacia y sumariedad que
rigen la acción de tutela, y el derecho al acceso oportuno a la administración
de justicia, se avoca su conocimiento para garantizar la eficacia de la acción
de tutela como mecanismo para la protección efectiva de los derechos
fundamentales.”

Por tanto, no se podía asumir una competencia “a prevención” como se dijo


en el mentado fallo, pues se carecía de tal facultad, entonces lo que debió
hacer el juzgador fue remitir de forma inmediata el expediente al funcionario
con la competencia territorial para resolver el asunto, es decir, al Juzgado
Promiscuo Municipal de Uribia en atención a lo establecido en el artículo 1.°
del Decreto 1983 de 2017, antes transcrito, y mencionado por el
funcionario.

Como viene de verse, se encuentran acreditados los requisitos generales y


específicos de procedibilidad de la tutela contra sentencia judicial. Se
abordará entonces el análisis de las exigencias de tutela contra tutela
definidos por la Corte Constitucional, tales criterios fueron fijados en la CC
SU-627-2015, reiterados en la CC SU-118-2018, se indicó en la primera de
dichas providencias:

“4.6. Unificación jurisprudencial respecto de la procedencia de la acción de


tutela contra sentencias de tutela y contra actuaciones de los jueces de
tutela anteriores o posteriores a la sentencia.

4.6.1. Para establecer la procedencia de la acción de tutela, cuando se trata


de un proceso de tutela, se debe comenzar por distinguir si ésta se dirige
contra la sentencia proferida dentro de él o contra una actuación previa o
posterior a ella.

4.6.2. Si la acción de tutela se dirige contra la sentencia de tutela, la regla


es la de que no procede.
4.6.2.1. Esta regla no admite ninguna excepción cuando la sentencia ha
sido proferida por la Corte Constitucional, sea por su Sala Plena o sea por
sus Salas de Revisión de Tutela. En este evento solo procede el incidente de
nulidad de dichas sentencias, que debe promoverse ante la Corte
Constitucional[68].

4.6.2.2. Si la sentencia de tutela ha sido proferida por otro juez o tribunal de


la República, la acción de tutela puede proceder de manera excepcional,
cuando exista fraude y por tanto, se esté ante el fenómeno de la cosa
juzgada fraudulenta, siempre y cuando, además de cumplir con los
requisitos genéricos de procedibilidad de la tutela contra providencias
judiciales, (i) la acción de tutela presentada no comparta identidad procesal
con la solicitud de amparo cuestionada; (ii) se demuestre de manera clara y
suficiente, que la decisión adoptada en la sentencia de tutela fue producto
de una situación de fraude (Fraus omnia corrumpit); y (iii) no exista otro
medio, ordinario o extraordinario, eficaz para resolver la situación.

4.6.3. Si la acción se de tutela se dirige contra actuaciones del proceso de


tutela diferentes a la sentencia, se debe distinguir si éstas acaecieron con
anterioridad o con posterioridad a la sentencia.

4.6.3.1. Si la actuación acaece con anterioridad a la sentencia y consiste en


la omisión del juez de cumplir con su deber de informar, notificar o vincular
a los terceros que serían afectados por la demanda de tutela, y se cumplen
los requisitos generales de procedibilidad de la acción de tutela, la acción de
tutela sí procede, incluso si la Corte Constitucional no ha seleccionado el
asunto para su revisión. (esta negrilla para resaltar)

4.6.3.2. Si la actuación acaece con posterioridad a la sentencia y se trata de


lograr el cumplimiento de las órdenes impartidas en dicha sentencia, la
acción de tutela no procede. Pero si se trata de obtener la protección de un
derecho fundamental que habría sido vulnerado en el trámite del incidente
de desacato, y se cumplen los requisitos generales de procedibilidad de la
acción de tutela contra providencias judiciales, la acción de tutela puede
proceder de manera excepcional.”

En el caso que ocupa la atención de la Sala, se censura el trámite previo a la


sentencia de tutela proferida el 21 de enero de 2020 por el Juzgado Segundo
Promiscuo Municipal de Maicao, por la omisión del juez de cumplir con su
deber de informar, notificar o vincular al accionado y a los terceros que
pudieran resultar afectados por la demanda de tutela y/o por la decisión en
ella adoptada.

Sobre la necesidad de vincular a los terceros Ministerio de Salud y la


Protección Social, de la Superintendencia de Salud y la ESE Nuestra Señora
del Perpetuo Socorro, y la omisión del accionado en hacerlo, quedó
suficientemente explicada tal situación en el acápite que se ocupó de
resolver dicho planteamiento. Por lo que nos ocuparemos de revisar si en
efecto el trámite de notificación del auto del 13 de enero de 2020, mediante
el cual se admitió la tutela, al municipio accionado respetó las garantías del
debido proceso, o si por el contrario como alega la tutelante se vulneró dicha
prerrogativa.

Revisado el expediente de la acción constitucional en mención, se observa


que en el escrito inicial la reclamante Suarez Bolaño indicó como dirección
de notificaciones del municipio «en su sede ampliamente conocida en el
municipio de Uribia»; el oficio n.° JSPMM - 0015 del 13 de enero de 2020
notificando el auto admisorio de la misma fecha está dirigido al alcalde de
Uribia en la “transversal 8 N° 6-45 plaza principal Uribia, La Guajira”; sin
embargo, dicha comunicación no fue entregada en la dirección indicada sino
que se remitió al correo electrónico notificacionjudicial@uribia-
laguajira.gov.co, correo que no fue informado en el referido oficio y que el
funcionario judicial no verificó que el ente territorial lo hubiera recibido,
conforme lo establece el artículo 612 del Código General del Proceso,
aplicable a este trámite, cuando se refiere a la notificación de las entidades
públicas; dice la norma:

“[…] El mensaje deberá identificar la notificación que se realiza y contener


copia de la providencia a notificar y de la demanda.

Se presumirá que el destinatario ha recibido la notificación cuando el


iniciador recepcione acuse de recibo o se pueda por otro medio constatar el
acceso del destinatario al mensaje. El secretario hará constar este hecho en
el expediente.” (negrillas fuera del texto)

En este caso no se cumplió el procedimiento enunciado, pues el correo


electrónico fue enviado el 13 de enero de 2020 a las 14:27 horas, el que
arrojó un mensaje en inglés que no da cuenta que haya sido recibido o que
el destinatario haya tenido acceso a él, situación que era de fácil verificación
teniendo en cuenta que se trata de correos institucionales que tienen las
características de arrojar un reporte indicando si el destinatario recibió y
leyó el mensaje de dato. Omisión en la que incurrió el accionado, con el
agravante de que cuando se le puso de presente la irregularidad, en lugar de
corregir el yerro, de forma tozuda se mantuvo en su decisión; lo que hace
procedente el amparo de tutela contra tutela, “incluso si la Corte
Constitucional no ha seleccionado el asunto para su revisión”, como ocurrió
en este caso, lo que desvirtúa el argumento de la recurrente de que operó la
cosa juzgada constitucional.

Igualmente, el 17 de enero de 2020 la tutelante presentó escrito de “adición


de pretensiones”, la que se resolvió en auto del 20 siguiente y se dispuso
“acceder a la petición de adición de pretensiones por la accionante, en
consecuencia, realizar el respectivo traslado del memorial allegado a la
ALCALD[Í]A MUNICIPAL DE URIBIA La Guajira, por el medio más expedito y
eficaz posible”, proveído que fue remitido en la misma fecha, 20 de enero de
2020, a las 12:53 horas, arrojando el mismo mensaje en inglés que no
acredita que haya sido recibido y leído por el destinatario, y procedió el
despacho a dictar sentencia el día siguiente, impidiendo la posibilidad de la
accionada de presentar sus argumentos de defensa.

Conforme a lo anterior, habrá de modificarse la sentencia impugnada en el


sentido de amparar el derecho fundamental al debido proceso del municipio
de Uribia (La Guajira), y se ordenará al Juzgado Segundo Promiscuo
Municipal de Maicao que en el término de cuarenta y ocho (48) horas
contadas a partir de la notificación de esta sentencia, remita las diligencias
al Juzgado Promiscuo Municipal de Uribia (La Guajira) para que asuma el
conocimiento de la acción de tutela impetrada por Melba Luz Cortez Bolaño,
por ser el despacho que tiene la competencia territorial conforme a las reglas
de reparto fijada en el Decreto 1983 de 2017, y profiera la decisión
correspondiente con respeto absoluto a las garantía superiores de las
partes, intervinientes e interesados, como se explicó en precedencia».

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