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ACCIDENTES DE TRÁNSITO

EN MERCOSUR

por Berta Kaller de Orchansky

1. Este trabajo tiene por objeto el análisis de la reglamentación


contenida en el Convenio entre la República Argentina y la República
Oriental del Uruguay en materia de responsabilidad civil emergente
de accidentes de tránsito, suscripto en Buenos Aires, el 8 de julio de
1991 y aprobado por ley 24.106, Boletín Oficial del 4 de agosto de
1992.
De manera simultánea, se analiza el Protocolo de San Luis en materia
de responsabilidad civil emergente de accidentes de tránsito entre los
Estados Partes del Mercosur, hecho en la localidad de Potrero de los
Funes, Provincia de San Luis, Argentina, el 25 de junio de 1996,
decisión 01/96.
Para ofrecer otra normativa complementaria se incluyen las reso-
luciones del Grupo Mercado Común Nº 37/92 y 120/94 sobre el seguro
de responsabilidad civil.
2. El criterio de solución utilizado por los dos instrumentos men-
cionados en primer término, se basa en la utilización de normas indi-
rectas para determinar la jurisdicción internacionalmente competente
y el Derecho aplicable. Dicho método es correcto, conforme al Derecho
Internacional Privado clásico.
Las resoluciones del Grupo Mercado Común, en cambio, unifican
las condiciones generales para el seguro de responsabilidad civil y
aprueban con carácter obligatorio dicho seguro, respectivamente. Ad-

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Doctrina

miten ser calificadas como normas derivadas del Derecho de la Inte-


gración o formas incipientes de Derecho Comunitario.
3. En el caso del Convenio bilateral y del Protocolo de San Luis,
se regula el Derecho aplicable a cuestiones relativas a la responsabilidad
extracontractual, subjetiva y objetiva, a su extensión, eximentes, repa-
ración de perjuicios, daño moral, etcétera. En el caso del seguro nos
trasladamos a otro ámbito, al de un contrato de empresa y su proyección
en el campo normativo a través de los contratos tipo o de adhesión,
cuyo contenido quedo establecido en la resolución 37/92.
4. La afirmación contenida en el punto 2 expresa la idea central
que se desarrolla en este trabajo.
En materia de accidentes de tránsito, cuando se encuentran invo-
lucrados vehículos registrados y personas domiciliadas en distintas ju-
risdicciones, la primera pregunta a la que hay que responder es: ¿cuál
es el juez competente para conocer en la acción de responsabilidad
civil?
Una vez satisfecho ese interrogante, la segunda pregunta a la que
hay que responder se refiere a qué Derecho deberá aplicar dicho juez.
Ambos problemas, el de la jurisdicción internacionalmente compe-
tente y el del Derecho aplicable, han sido resueltos en los documentos
que se analizan. En primer término se encuentra por orden cronológico,
como ya se ha dicho, el Convenio entre nuestro país y la República
Oriental del Uruguay en materia de responsabilidad civil emergente
de accidentes de tránsito, aprobado por ley 24.106.
Una reglamentación idéntica a la del Convenio, que sin duda ha
sido su fuente de inspiración, se encuentra en el Protocolo de San
Luis en materia de responsabilidad civil emergente de accidentes de
tránsito entre los Estados Partes del Mercosur (Consejo Mercado Co-
mún, decisión 01/96, hasta ahora ratificada sólo por Paraguay).
En esta materia es evidente que la determinación de la jurisdicción
internacionalmente competente y el Derecho aplicable siguen siendo
los pilares tradicionales sobre los que se apoyan las soluciones del
Derecho Internacional Privado clásico. Si bien existe una tendencia
hacia la unificación del Derecho material o sustancial en un número
cada vez mayor de materias vinculadas al comercio internacional, en

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Accidentes de tránsito en Mercosur

el caso de la responsabilidad civil emergente de accidentes de tránsito


resulta más conveniente y adecuado ceñirse al criterio clásico, el que
consiste en adoptar reglas comunes de Derecho Internacional Privado.
De ese modo, cada Estado conserva su Derecho de fondo sobre la
materia y no se tropieza con la resistencia y las dificultades que traen
aparejadas los intentos de unificar aspectos tan sensibles como los
referidos a la responsabilidad civil. Así, conforme al método clásico
iusprivatista se adoptan, por una parte, normas “repartidoras” de ju-
risdicción suficientemente flexibles como para facilitar una tutela ju-
dicial efectiva al alcance de los afectados y, por otra parte, normas
“señaladoras” de un Derecho único, el que deberá ser aplicado por
cualquiera sea el juez nacional elegido de entre todos los internacio-
nalmente competentes para resolver los distintos aspectos derivados
del accidente.
La pluralidad de jurisdicciones garantiza el acceso a la justicia y
la unidad de ley aplicable apuntala la seguridad jurídica.
5. Ámbito. Al establecer el ámbito de aplicación del Convenio y
del Protocolo encontramos plena coincidencia: abarcan los casos de
responsabilidad civil emergentes de accidentes de tránsito ocurridos
en territorio de un Estado Parte, en los cuales participen o resulten
afectadas personas domiciliadas en otro Estado Parte (art. 1º, en am-
bos).
6. Definición del domicilio. Dado que el domicilio desempeña un
rol decisivo como punto de conexión, tanto para la determinación del
ámbito de los convenios como para la jurisdicción y el Derecho apli-
cable, su definición resulta imprescindible.
En el Convenio (art. 3º) se establece que el domicilio de las personas
físicas será el de su residencia habitual.
En el Protocolo, la calificación del domicilio distingue según se
trate de personas físicas o jurídicas, en atención a circunstancias fácticas
y, en el primer caso, el orden establecido es subsidiario:
a) La residencia habitual;
b) el centro principal de sus negocios, y
c) el lugar donde se encontrare la simple residencia.
En el caso de personas jurídicas:

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a) La sede principal de la administración, y


b) si poseen sucursales, establecimientos, agencias o cualquier otra
especie de representación, el lugar donde cualquiera de éstos
funcionen (art. 2º).
7. Jurisdicción internacionalmente competente. Tanto el Convenio
argentino-uruguayo como el Protocolo de San Luis, disponen que para
ejercer las acciones comprendidas dentro de su ámbito, serán compe-
tentes, a elección del actor, los tribunales del Estado Parte:
a) Donde se produjo el accidente;
b) del domicilio del demandado, y
c) del domicilio del actor o demandante (art. 7º, en ambos).
8. Derecho aplicable. La responsabilidad civil por accidentes de
tránsito se regulará por el Derecho interno del Estado Parte en cuyo
territorio se produjo el accidente. Si en el accidente participaren o
resultaren afectadas únicamente personas domiciliadas en el otro Estado
Parte, el mismo se regulará por el Derecho interno de este último
(arts. 2º y 3º, respectivamente).
La expresión “Derecho interno” implica el rechazo del reenvío. Si
se hubiera dicho a secas, el Derecho del Estado Parte, alguien podría
sugerir que el Derecho aplicable fuese el Derecho al que reenviara el
sistema normativo del Estado parte designado, por incluir dentro del
Derecho señalado sus normas indirectas de Derecho Internacional Pri-
vado.
Una Fe de Erratas posterior a la fecha del Protocolo dispuso que
el tribunal determinará el domicilio común, atendiendo a la razonabi-
lidad de las circunstancias del caso, si alguno de los hechos contem-
plados en el artículo 2º, literales a, y b, ocurrieran en un mismo Estado.
La clave está en la “razonabilidad de las circunstancias”. Debe enten-
derse que en este supuesto, a fin de obtener la aplicación de un Derecho
único para todas las personas (físicas o jurídicas) involucradas en el
accidente, desaparece la subsidiariedad de los hechos determinantes
del domicilio y, por ejemplo, la simple residencia de los afectados en
el mismo lugar donde funcione una representación de la persona jurídica
titular del dominio del vehículo involucrado, justificaría la aplicación
del Derecho interno vigente en el Estado donde se encuentra el domicilio

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común. Dicho domicilio común se impone a fin de facilitar la aplicación


de un único Derecho.
9. Sin embargo, otra norma contenida en ambos instrumentos, im-
pone al juez de la causa la aplicación del Derecho interno del Estado
Parte en el cual se produjo el accidente: se trata de la responsabilidad
civil por daños sufridos en las cosas ajenas a los vehículos accidentados
como consecuencia del accidente de tránsito, que será regida por el
Derecho interno del Estado Parte en el cual se produjo el hecho (art.
4º, en ambos). ¿Deberá el juez, en estos casos, aplicar por una parte
el Derecho del domicilio común y por otra, el Derecho del Estado
donde se produjo el accidente? Así ha sido establecido, de modo que
respondemos afirmativamente.
10. Alcance de la ley aplicable. La ley aplicable a la responsabilidad
civil conforme a ambas reglamentaciones (Convenio y Protocolo), de-
terminará especialmente:
a) Las condiciones y la extensión de la responsabilidad;
b) las causas de exoneración, así como toda delimitación de res-
ponsabilidad;
c) la existencia y naturaleza de los daños susceptibles de reparación;
d) las modalidades y extensión de la reparación;
e) la responsabilidad del principal por el hecho de sus dependientes,
y
f) la prescripción y la caducidad (art. 6º, en ambos).
11. Norma de orden público que impone la territorialidad. Otra
regla común dispone que cualquiera fuere el Derecho aplicable a la
regulación de la responsabilidad, serán tenidas en cuenta las reglas de
circulación y seguridad en vigor en el lugar y en el momento del
accidente (art. 5º, en ambos).
12. Automotores siniestrados. Los automotores matriculados en un
Estado Parte y siniestrados en otro, deberán ser oportunamente de-
vueltos al Estado de su registro, de conformidad con la ley del lugar
donde ocurrió el siniestro. En el supuesto de destrucción total, la parte
interesada quedará facultada para disponer del vehículo sin otro re-
quisito que la satisfacción de las exigencias de orden fiscal. Lo dispuesto

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en este artículo no obstará a la traba de las medidas cautelares que


correspondan (arts. 10 y 8º, respectivamente).
13. Seguro obligatorio del automóvil. Ya en el Convenio bilateral
argentino-uruguayo se dispuso que ningún vehículo automotor matri-
culado en un Estado Parte podrá circular por el territorio del otro
Estado Parte sin estar cubierto por un seguro de responsabilidad civil
eficaz en ambos Estados Partes (art. 8º). Y añade que el perjudicado
podrá dirigir su acción directamente contra el asegurador del respon-
sable, si así lo autoriza el derecho aplicable en virtud de lo normado
en el Convenio (art. 9º).
El Protocolo de San Luis no reprodujo estos artículos, tal vez porque
el tema ya estaba contemplado en las resoluciones del Grupo Mercado
Común. En efecto, debemos remontarnos a las resoluciones 37/92 y
120/94 para poner de manifiesto el propósito y el consenso logrado
en el Grupo Mercado Común en relación a la aprobación, en primer
término de las “Condiciones Generales para el Seguro de Responsa-
bilidad Civil del propietario y/o conductor de vehículos terrestres”, y
luego, la aprobación con carácter obligatorio, a partir del 1º de julio
de 1995, de un seguro que cubra la responsabilidad civil del propietario
o del conductor de vehículos terrestres. Ambas resoluciones definen
los vehículos terrestres como los automóviles de paseo, particular o
de alquiler no matriculados en el país de ingreso, en viaje internacional,
y por daños causados a personas u objetos no transportados. Estos
seguros son válidos, si son emitidos por compañías aseguradoras del
país de origen del vehículo y siempre que ellas tengan acuerdos con
aseguradoras del país o países por donde transiten los asegurados.
14. Algunos antecedentes de la Comunidad Económica Europea.
El tema del seguro y las indemnizaciones por seguros personales no
ha sido muy analizado en el Derecho Comparado. Un estudio efectuado
en los países de la Comunidad Económica Europea (Muñiz, Luis, In-
demnizaciones por lesiones corporales en los países de la CEE, Colex,
Madrid, 1995), describe el proceso en el seno de la comunidad, y
advierte que la libertad de prestación de servicios se está realizando
sin una armonización previa de las legislaciones sobre seguro de au-
tomóviles, salvo en aquellos aspectos regulados por las directivas de
la CEE. De manera sintética creemos interesante mencionar, para ob-

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servar la evolución en la materia, la primera directiva sobre Seguro


de Automóviles, de fecha 24 de abril de 1972, que exigía la obliga-
toriedad de aseguramiento y la no exigencia de la llamada “carta verde”
en frontera.
La segunda directiva del 30 de diciembre de 1983 aborda ya la
materia del importe de las indemnizaciones, tanto en caso de daños
personales como de daños materiales, que establece en 350.000 ecus
por víctima, para daños corporales, y 100.000 ecus por siniestro, para
daños materiales. Hay que destacar que se concedieron períodos de
transición para alcanzar estas cifras, a los países con nivel de seguro
obligatorio de menor cuantía o de menor grado de desarrollo económico
(Grecia, Portugal, España), lo que permitió mantener hasta 1995 un
régimen heterogéneo de indemnizaciones, que en el caso de Irlanda
se prolongó hasta 1998.
La tercera directiva, del 14 de mayo de 1990 establece una sola
prima de seguro para toda la CEE, lo que vino a eliminar la carta
verde, ya que la propia póliza, de acuerdo con esta directiva, incluye
lo que antes cubría la carta verde. La última directiva publicada el 8
de noviembre de 1990 regula, entre otras cosas, el régimen de libre
prestación de servicios en el Seguro de Automóviles, es decir la con-
tratación con un asegurador situado en otro país, sin establecimiento
en el país del asegurado o del riesgo. Como se comprueba, la única
tendencia hacia la armonización es la concerniente al nivel de indem-
nizaciones, y algunos otros aspectos tales como el fondo de garantía
y ciertas clases de exclusiones de la cobertura aseguradora.
Pese a las directivas y a los intentos de aproximación de las legislacio-
nes, subsisten dentro del Mercado Común diferencias provenientes de las
distintas fuentes de las que derivan los sistemas jurídicos, por una parte los
Derechos continentales europeos, heredados del Derecho Romano e inspi-
rados en el Código de Napoleón, y por otra parte, el peculiar Derecho
británico del common law. Se mantienen diferencias en cuanto al sistema
de imputación de la responsabilidad, ya se base en el sistema subjetivo de
culpa o negligencia o en el de la responsabilidad objetiva o por riesgo
creado. También difieren en cuanto a la competencia, penal o civil, para
entender en los reclamos, y especialmente, hay una gran disparidad en los
montos de las indemnizaciones.

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Doctrina

No es esa la situación de los países del Mercosur, hay más coin-


cidencias que diferencias, dada la identidad de las fuentes de inspiración
de las leyes en materia de responsabilidad civil y la influencia recíproca
que ejercen la doctrina y la jurisprudencia de los países involucrados.
Podemos afirmar, en consecuencia, que a partir del 1º de julio de
1995, y por resolución 120/94 del Grupo Mercado Común, es obligatorio
un seguro que cubra la responsabilidad civil del propietario o del con-
ductor de vehículos terrestres (automóvil de paseo particular o de al-
quiler), no matriculados en el país de ingreso, en viaje internacional,
por daños causados a personas u objetos no transportados. Esta obli-
gatoriedad no se aplica a vehículos que ingresen al Paraguay, hasta
el año 2006 (art. 1º).
Por el artículo 2º se aprueban las Condiciones Generales para el
Seguro de Responsabilidad Civil del propietario o conductor de vehícu-
los terrestres, contenidas en la resolución 37/92.
El artículo 4º dispone que serán válidos los seguros mencionados
cuando sean emitidos por compañías aseguradoras del país de origen
del vehículo y siempre que ellas tengan acuerdos con aseguradoras
del país o países por donde transiten los asegurados. El artículo 5º
resuelve promover los acuerdos entre las compañías aseguradoras de
los Países Miembros, a fin de hacer operativo el referido seguro, los
cuales serán llevados a conocimiento de los organismos de control de
seguros de cada país.
15. Estado actual de las ratificaciones. El Protocolo de San Luis
(Res. 01/96) fue ratificado por Paraguay por ley 1204 del 23 de di-
ciembre de 1997 y depositado el instrumento de ratificación el 20 de
enero de 1998. Asimismo, por ley 1205, de igual fecha, ratificó la Fe
de Erratas correspondiente al Protocolo mencionado.
En Uruguay la ratificación se encuentra en trámite legislativo, mien-
tras Brasil y Argentina no lo han ratificado aún.
La resolución 37/92 está vigente porque no necesita la adopción
de medidas legales para la internación, en el caso de Argentina, Paraguay
y Uruguay. Brasil, por su parte la ha incorporado mediante Carta-Cir-
cular 2571 del BC, publicada en el DOU, el 25 de agosto de 1995.
La resolución 120/94 ha sido ratificada por los cuatro países, me-

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diante el procedimiento que establece cada uno de ellos como idóneo.


Así: Argentina, mediante Resolución de Superintendencia de Seguros
de la Nación 23.875 del 12 de mayo de 1995 y Circulares 3192 del
29 de junio de 1995 y 3267 del 27 de diciembre de 1995. Brasil,
mediante Carta-Circular 2570 del 23 de agosto de 1995, BCB, publicada
en el DOU, el 25 de agosto de 1995. Circular SUSEP Nº 10 del 16
de junio de 1995. Publicada en el DOU, el 21 de junio de 1995.

Resoluciones del Grupo Mercado Común


Mercosur/GMC/Res. 37/92: Aprobación de las Condiciones Gene-
rales para el Seguro de Responsabilidad Civil del propietario y/o con-
ductor de vehículos terrestres.

Teniendo en vista
El artículo 13, del Tratado de Asunción, el artículo 10, de la decisión
04/91, del Consejo Mercado Común y la recomendación Nº 3 del
subgrupo de trabajo Nº 4, Política Fiscal y Monetaria Relacionadas
con el Comercio.

Considerando
Que hubo consenso en el referido subgrupo de trabajo sobre las
condiciones generales para el seguro de responsabilidad civil del pro-
pietario y/o conductor de vehículos terrestres (automóvil de paseo-par-
ticular o de alquiler) no matriculados en el país de ingreso en viaje
internacional. Daños causados a personas u objetos no transportados.
Que resulta necesario la aprobación de las referidas condiciones
generales y su incorporación en un protocolo adicional al acuerdo de
complementación económica Nº 18, suscripto en el marco de la Aso-
ciación Latinoamericana de Integración (ALADI).

El Grupo Mercado Común resuelve


Artículo 1º – Aprobar las Condiciones Generales para el Seguro
de Responsabilidad Civil del propietario y/o conductor de vehículos

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terrestres (Automóvil de paseo-particular o de alquiler) no matriculados


en el país de ingreso en viaje internacional. Daños causados a personas
u objetos no transportados, agregado como anexo I.
Artículo 2º – Solicitar a los respectivos Gobiernos que instruyan a
sus representantes junto a la Asociación Latinoamericana de Integración
(ALADI) para que suscriban un protocolo adicional al acuerdo de
complementación económica Nº 18 que incorpore las supramencionadas
condiciones generales.

Anexo
Condiciones Generales para el Seguro de Responsabilidad Civil
del Propietario y/o conductor de vehículo terrestre (automóvil de pa-
seo-particular o de alquiler) no matriculado en el país de ingreso en
viaje internacional. Daños causados a personas o cosas no transportadas.
1. Objeto del seguro.
1.1. El presente seguro tiene por objeto, en los términos de las
presentes condiciones y del convenio de transporte internacional te-
rrestre (cono sur), indemnizar a terceros o reembolsar al asegurado
por los montos por los cuales sea civilmente responsable, en sentencia
judicial ejecutoria o en acuerdo autorizado de modo expreso por la
entidad aseguradora por hechos ocurridos durante la vigencia del seguro
y relativas a:
1.1.1. La muerte y/o daños personales y gastos médicos hospitalarios
y daños materiales causados a terceros no transportados, y derivados
de riesgos cubiertos por este contrato.
1.2. El presente seguro garantizará también el pago de honorarios
de abogado de defensa del asegurado y los costos judiciales siempre
que el mismo sea escogido, y fijados sus honorarios de común acuerdo
con la aseguradora.
1.2.1. Los honorarios de los abogados correrán íntegramente por
cuenta de cada una de las partes, asegurador y asegurado, cuando cada
una designe su abogado.
1.3. Se entiende por asegurado para efecto de las responsabilidades
cubiertas, indistintamente, al propietario del vehículo asegurado y/o
su conductor, debidamente habilitado.

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2. Riesgo cubierto. Se considera riesgo cubierto la responsabilidad


civil del asegurado (de acuerdo con lo previsto en la cláusula 1) pro-
veniente de daños materiales y/o personales a terceros no transportados
por el vehículo asegurado en esta póliza como consecuencia de accidente
de tránsito causado:
a) Por vehículo discriminado en este seguro, que tendrá que ser,
necesariamente, un vehículo de paseo particular o de alquiler,
no licenciado en el país de ingreso;
b) por objetos transportados en el vehículo en lugar destinado para
tal fin;
c) por remolque discriminado en este seguro cuando estuviere aco-
plado al mismo vehículo asegurado, desde que autorizada y re-
glamentada su utilización por autoridad competente y pago o
prima adicional correspondiente.
3. Ámbito geográfico. Las disposiciones de este contrato de seguro
se aplican dentro del ámbito geográfico de los países integrantes del
convenio de transporte internacional terrestre (cono sur), y solamente
a los eventos ocurridos fuera del territorio nacional del país de matri-
culación del vehículo.
4. Riesgos no cubiertos
4.1. El presente contrato no cubre reclamaciones relativas a res-
ponsabilidad proveniente de:
a) Dolo o culpa grave del asegurado;
b) radiaciones inonizantes o cualquier otro tipo de emanación
surgida en el transporte de materiales de fusión o sus residuos;
c) hurto, robo o apropiación indebida o cualquier daño sufrido por
el vehículo asegurado;
d) tentativa del asegurado, propietario o conductor de obtener
beneficios ilícitos del seguro a que este contrato se refiera;
e) actos de hostilidad o de guerra, rebelión, insurrección, revo-
lución, confiscación, nacionalización, destrucción o requisi-
ción proveniente de cualquier acto de autoridad de hecho o
de derecho, civil o militar y en general todo y cualquier acto
o consecuencia de esos hechos como también actos practicados
por cualquier persona actuando en nombre de o en relación

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Doctrina

con cualquier organización, cuyas actividades fueran derribar


por la fuerza al gobierno o instigar su derrumbe por la per-
turbación del orden político o social del país, por medio de
actos de terrorismo, guerra revolucionaria, subversión o gue-
rrilla; tumulto popular, paro, lockout;
f) multas y/o fianzas;
g) gastos y honorarios incurridos en acciones o procesos crimi-
nales;
h) daños causados al asegurado, sus ascendientes, descendientes,
colaterales o cónyuge, así como cualquier persona que con él
resida o que de él dependa económicamente;
i) conducción del vehículo por persona sin habilitación legal propia
para el vehículo asegurado;
j) cuando el vehículo estuviera destinado a fines distintos de los
permitidos;
k) cuando el vehículo asegurado sea conducido por una persona
en estado de embriaguez o bajo influencia de cualquier dro-
ga que produzca efectos desinhibitorios, alucinógenos o
somníferos. Se excluye también la responsabilidad asumida
cuando el conductor se niegue a que le sea realizado el test
de embriaguez, siendo éste requerido por autoridad compe-
tente;
l) los daños a puentes, balanzas, viaductos, autopistas y a todo lo
que pueda existir encima o debajo de los mismos debido al peso
o dimensión del vehículo, que contraríen las disposiciones legales
o regulares;
m) comprobación de que el asegurado o cualquier otra persona por
su cuenta obstruya el ejercicio de los derechos de la entidad
aseguradora establecida en esta póliza;
n) daños ocasionados como consecuencia de corridas, desafíos o
competiciones de cualquier naturaleza de los cuales participe el
vehículo asegurado, o sus actos preparatorios;
o) daños a bienes de terceros en poder del asegurado para guarda
o custodia, uso, manipulación o ejecución de cualquier tra-
bajo;

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Accidentes de tránsito en Mercosur

p) accidentes ocurridos por excesos de capacidad, volumen, peso


o dimensión de carga, que no respeten disposiciones legales o
reglamentarias.
4.2. En los casos de las cláusulas de exclusión de las letras (i) y
(k), la entidad aseguradora pagará las indemnizaciones debidas dentro
de los montos asegurados, repitiéndose por los montos respectivos
contra los asegurados y/o todos los que civilmente sean responsables
por el daño, subrogándose en todas las acciones y derechos que co-
rrespondan al indemnizado.
5. Sumas aseguradas y límites máximos de responsabilidad.
5.1. Son los siguientes los montos asegurados:
a) Muerte, gastos médico-hospitalarios y/o daños personales US$
40.000 por persona;
b) daños materiales US$ 20.000 por tercero.
5.1.1. Los honorarios de los abogados y los gastos incurridos para
la defensa del asegurado no están comprendidos en los límites esta-
blecidos para las sumas aseguradas previstas en el sub ítem 5.1. es-
tando por lo tanto sujetos a los límites generales establecidos en el
sub ítem 5.1.2.
5.1.2. En el caso de varias reclamaciones relacionadas con un mismo
evento, el límite de la responsabilidad de la sociedad aseguradora por
la cobertura prevista en el sub ítem 5.1.
a) Está limitada a US$ 20.000 en el sub ítem 5.1.
b) Será de US$ 40.000 5.2. no obstante la determinación de los
valores previstos en el punto 5.1. de esta cláusula podrán ser
convenidos entre el asegurado y la entidad aseguradora, límites
de suma asegurada más elevados, mediante cláusula particular
a ser incluida en la presente póliza que pasarán a constituir los
límites máximos de responsabilidad asumida por la entidad ase-
gurada por vehículo y evento.
6. Pago de la prima. Queda entendido y acordado que el pago de
la prima de esta póliza será hecho antes del inicio de su vigencia y
en US$ de los Estados Unidos de América, observada la legislación
interna de cada país. El pago de tasa es condición indispensable para
el inicio de la cobertura propuesta en esta póliza.

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Doctrina

7. Perjuicios no indemnizables. Además de las exclusiones pre-


vistas en esta póliza tampoco serán indemnizadas aquellas reclama-
ciones resultantes de:
a) Reconocimiento de culpabilidad o de derecho de indemnización
o realización de transacciones de cualquier especie que formalice
el asegurado sin autorización escrita del asegurador;
b) una contestación que sea consecuencia de inicio por el asegurado
de acción por daños y perjuicios por un hecho cubierto por esta
póliza sin que haya habido previo consentimiento por escrito
del asegurador.
8. Obligaciones del asegurado.
8.1. Certificado de seguro. El asegurado será obligatoriamente por-
tador, durante su permanencia en el exterior, del certificado emitido
por la aseguradora que compruebe la contratación de este seguro.
8.2. Ocurrencia del siniestro.
8.2.1. En caso de siniestro cubierto por esta póliza el asegurado se
obliga a cumplir las siguientes disposiciones:
a) Avisar por escrito dentro de cinco días hábiles de la ocurrencia
o conocimiento del hecho a la entidad aseguradora o a su re-
presentante local;
b) entregar a la entidad aseguradora o a su representante local dentro
de tres días de su recibimiento, cualquier reclamación, intima-
ción, carta o documento que recibiere relacionado con lo ocurrido
(siniestro).
8.3. Conservación de vehículos. El asegurado está obligado a man-
tener el vehículo en buen estado de conservación y seguridad.
8.4. Modificaciones de riesgo.
8.4.1. El asegurado se obliga a comunicar inmediatamente por escrito
a la entidad aseguradora cualquier hecho o alteración de importancia
relativos al vehículo cubierto por esta póliza, entre otras:
a) Alteraciones de las características técnicas del propio vehículo
o el no uso del mismo;
b) alteraciones en el vehículo de interés del asegurado.
8.4.1.1. En cualquier caso la responsabilidad de la entidad asegu-
radora solamente subsistirá en la hipótesis en que apruebe expresamente

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las alteraciones que sean de inmediato comunicadas y efectúe en la


póliza las necesarias modificaciones. En el caso en que la entidad
aseguradora no manifieste, dentro de quince días, su discordancia con
las alteraciones comunicadas de inmediato, se considerarán como cu-
biertas las referidas alteraciones.
8.5. Otras obligaciones.
8.5.1. El asegurado está obligado a comunicar la contratación o el
cancelamiento de cualquier otro seguro que cubra los mismos riesgos
previstos en esta póliza con relación al mismo vehículo.
8.5.2. Dar inmediata notificación del siniestro a las autoridades pú-
blicas competentes.
8.5.3. En los casos en que el asegurador o su representante asuma
la defensa del asegurado en las acciones de indemnización promovidas
por las víctimas, el asegurado estará obligado a otorgar los mandatos
que le sean solicitados, colocando a disposición de la entidad asegu-
radora todos los datos y antecedentes que habiliten la defensa más
eficaz, en caso de no cumplidos los plazos fijados por las leyes pro-
cesales respectivas, se exonera de responsabilidad al asegurador.
8.5.4. Apoyar, con todos los medios a su alcance, las gestiones que
el asegurador o su representante realice, tanto por vía judicial o ex-
trajudicial.
9. Contribución proporcional. Cuando, en la fecha de ocurrencia
de un siniestro, existieran otros seguros, garantizando los mismos ries-
gos previstos, en este seguro, con relación al mismo vehículo, la ase-
guradora indemnizará el total cubierto, pudiendo requerir reembolso
en la proporción correspondiente a las demás aseguradoras.
10. Liquidación de siniestros.
10.1. La liquidación de cualquier siniestro cubierto por este contrato
se regirá según las siguientes reglas:
a) Establecida la responsabilidad civil del asegurado en los términos
de la cláusula 1, “Objeto del seguro”, la entidad aseguradora
podrá indemnizar directamente al tercero perjudicado o reem-
bolsará los perjuicios que el asegurado estuviere obligado a pa-
gar, observados los límites de responsabilidad fijados en la pó-
liza;

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Doctrina

b) cualquier acuerdo judicial o extrajudicial con el tercero victi-


mario, sus beneficiarios o herederos, solamente obligará a la
entidad aseguradora en el caso que ésta dé su aprobación previa
por escrito;
c) iniciada cualquier acción civil o criminal que tenga como base
un accidente de tránsito incluyendo los intereses garantizados
por esta póliza, el asegurado dará notificación inmediata a la
entidad aseguradora, nombrando de acuerdo con ésta, los abo-
gados de defensa para la acción civil;
d) aunque no conste en la acción civil, la entidad aseguradora dará
instrucciones para la defensa, interviniendo directamente en la
misma si así creyera conveniente en calidad de tercero;
e) la evaluación en principio de responsabilidad del asegurado, en
la producción de siniestros que causen daños a terceros cubiertos
o no por este seguro, queda al exclusivo criterio del asegurador
que podrá indemnizar a los reclamantes o rechazar sus recla-
maciones. Si el asegurador entendiera que la responsabilidad
del siniestro corresponde total o parcialmente al asegurado y
que las reclamaciones formuladas a éste exceden o pueden ex-
ceder el monto disponible del seguro, no podrá realizar ningún
acuerdo judicial o extrajudicial, sin la concordancia del asegu-
rado dada por escrito.
11. Pérdida de derechos. El no cumplimiento por parte del asegurado
de cualquier cláusula de la presente póliza, excepto en los casos es-
pecialmente en ella previstos, liberará a la entidad aseguradora del
pago de indemnizaciones, sin derecho a la devolución de prima.
12. Vigencia y cancelación del contrato.
12.1. El presente contrato tendrá vigencia de hasta un año, solamente
podrá ser cancelado o rescindido total o parcialmente, por acuerdo
entre las partes contratantes, o por las formas establecidas en la legis-
lación de cada país.
13. Subrogación de derechos.
13.1. La entidad aseguradora estará subrogada hasta el límite del
pago que efectúe en todos los derechos o acciones que competen al

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Accidentes de tránsito en Mercosur

asegurado contra terceros, por motivos de siniestros en las hipótesis


contempladas en las cláusulas 4.2. de este contrato.
14. Restricción.
14.1. Toda la acción entre las partes contratantes prescribe en los
plazos y en la forma que disponga la legislación de cada país signatario
del convenio en donde el seguro fue emitido.
15. Tribunal competente. Sin perjuicio de los derechos que en cada
caso correspondan a terceros víctimas, para las acciones devenidas de
este contrato de seguro, entre asegurador y asegurado, serán compe-
tentes los tribunales del país de la entidad aseguradora que emitió el
contrato.

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