Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
der lá imposición de una pena o el procesamiento penal para imponer una pena, de
la presencia de una circunstancia especial64.
64 Por ello, R o x in : Derecho Procesal Penal, p. 6, alude a una equivalencia funcional. Por el
contrario, Á valos R o d r íg u e z : D eterm inación ju d ic ia l de la p en a, p. 77, considera que los
presupuestos de procedibilidad deben quedar fixera de la categoría de la punibilidad.
65 Se muestra crítico, en este sentido, frente a la distinción entre causas de exclusión de la pu
nibilidad y causas de levantamiento de la pena, V o lk , K.: Z S tW 97 (1985), p. 882; J a k o bs :
Derecho Penal, PG, Apdo 10, n.m. 10. No obstante un amplio sector de la doctrina penal
considera relevante esta distinción. En esta línea, Farald o C abana : L as causas, pp. 38,
177 y s., señala que las causas de levantamiento de la pena no deben ubicarse dentro de un
concepto estricto de punibilidad, sino en otra categoría de “otros presupuestos de la pena”.
Por su parte, Z a ff a r o n i : M an ual, PG, II, p. 796, diferencia entre causas que excluyen la
penalidad y las que cancelan la penalidad.
66 En esta línea, H ig u e r a G u im er a : L as excusas absolutorias, p. 107, considera como clases
de excusas absolutorias las excusas absolutorias preexistentes a la comisión del delito y las
excusas absolutorias posteriores o sobrevenidas a la comisión del delito.
67 Vid., V illa S t e i n : Derecho Penal, PG, p. 613 y ss.
68 Así, R agúes i Va l l è s : L a prescripción pen al, p. 90.
940 eas
Percy G arcía C averò
N o obstante, nuestro Código Penal les da un tenor procesal al regularlas como cau
sas de extinción de la acción penal. Las causas de extinción de la acción penal que
impiden el inicio o la prosecución de un proceso penal son la muerte del imputado,
la prescripción, la amnistía, el derecho de gracia, la cosa juzgada y, en el caso de los
delitos de acción privada, el desistimiento y la transacción.
^deas 941
D erecho Penal - parte general
j
942 ¿d e as
Percy G arcía C averò
cometidos por funcionarios públicos contra el patrimonio del Estado, pero ha ampliado el
ámbito de aplicación de esta duplicación a los delitos contra la Administración Pública. Esta
nueva regulación tiene una doble repercusión. Por un lado, se desprendería que los delitos
cometidos por funcionarios públicos que perjudiquen el patrimonio del Estado no deben
ser delitos contra la Administración Pública, pues la duplicación del plazo de prescripción
ya se contempla, de manera general, para estos delitos. Se trataría, por lo tanto, de deli
tos comunes cometidos por funcionarios públicos en perjuicio del patrimonio del Estado.
Esta nueva regulación no asumiría entonces el criterio establecido por el Acuerdo Plenario
N ° 2-2011 de limitar la duplicación a los delitos de funcionarios públicos que perjudiquen
el patrimonio. Por otro lado, la Constitución abarcaría a los particulares en la duplicación
del plazo de prescripción por los delitos antes referidos. Sin embargo, Segura Valenzuela:
Gaceta P en al & Procesal P en al 101 (2017), p. 92, precisa que esa duplicación solamente
alcanza a los particulares que cometen un delito común contra la Administración Pública,
pero no a los extranei que auxilian a un funcionario público a cometer un delito de fun
cionario público contra la Administración Pública. De esta manera, se mantendría la tesis
establecida por el Acuerdo Plenario N ° 2-2011, según las cual la duplicación del plazo de
prescripción alcanza solamente al funcionario público, pero no al partícipe extraneus [a favor
de esta posición Pariona Arana: G aceta P en al & Procesal P en al 22 (2011), p. 62].
77 Vid., Villegas Paiva: G aceta P en al & Procesal Penal 52 (2013), p. 23 y ss.
78 Vid., al respecto, críticamente, Segura Valenzuela: Gaceta P en al & Procesal P en al 101
(2017), p. 91 y ss.; Pariona Arana: A ctualidad P enal 1 (2014), p. 168 y ss.
79 STC Exp. N ° 0024-2010-PI/TC de 21 de marzo de 2011, fundamentos jurídicos 42 y 65.
A favor de esta decisión, M edina Tapia: Gaceta P en al & Procesal P en al 22 (2011), p. 19 y
ss.; Figueroa Gutarra: G aceta P en al & Procesal Penal 22 (20 l l ) , p . 3 0 y s . ; N úñez Pérez:
G aceta P en al & Procesal P e n a lti (2011), p. 119 y s.
80 Así, en la jurisprudencia española como lo informa G ómez Martín: L a prescripción del
delito , p. 34 y s.
D erecho Penal - parte general
81 Vid, con consideraciones críticas, R ev illa L laza : G aceta P en al & Procesal P en al 7 (2010),
p. 64 y ss. En el R.N. N ° 1322-2018-Nacional, la Corte Suprema es más explícita al señalar
que el plazo de prescripción no se afecta por la concurrencia de circunstancias genéricas
atenuantes o agravantes.
944 ¿d e a s
Percy G arcía C averò
de prescripción el marco penal abstracto máximo del tipo penal de hurto simple.
Pese a la insatisfacción que provoca la aplicación coherente del referido punto de
partida, este inconveniente no puede ser solucionado, asumiendo la posición con
traria que propugna que las agravantes que modifican el marco penal abstracto sean
consideradas en la determinación del plazo de prescripción, pues, de hacerlo, habría
que reconocerles el mismo efecto a atenuantes como la tentativa, las eximentes
incompletas, etc. Esta consecuencia no parece practicable en nuestra legislación
penal, en donde las atenuantes genéricas no establecen criterios fijos de atenuación
porcentuales, sino absolutamente discrecionales.
Frente al panorama descrito, la única forma para poder justificar que las cir
cunstancias genéricas que modifican el marco penal abstracto no sean consideradas
en la determinación del plazo de prescripción y que las circunstancias específicas
sí lo sean, sería asumiendo que la incorporación de una circunstancia específica
modificatoria de la responsabilidad penal en la Parte Especial del Código Penal trae
como consecuencia un cambio en la identidad del tipo penal que no modifica el
marco penal abstracto, sino que da lugar a uno distinto. De esta manera, se llegaría
a la conclusión de que la colocación de una circunstancia modificativa de la respon
sabilidad penal en las disposiciones de la Parte General o en los tipos penales de la
Parte Especial no es solamente una cuestión de técnica legislativa, sino que influye
en el propio sentido comunicativo del delito correspondiente y evidentemente en
la conformación del marco penal abstracto.
A partir de las consideraciones precedentes, los incrementos o disminuciones
del marco penal abstracto que tienen lugar por agravantes o atenuantes genéricas no
repercuten en el plazo de prescripción, mientras que las circunstancias específicas
que inciden en determinados tipos penales sí afectarían el plazo de prescripción. En
consecuencia, cuando un funcionario público comete un delito común al que resulta
aplicable la agravante de prevalimiento del cargo del artículo 46-A del CP, el plazo
de prescripción se determinará de conformidad con la pena abstracta prevista en el
delito común correspondiente. Por el contrario, en caso que cometa un delito espe
cial en el que se tenga en cuenta su calidad de funcionario público como elemento
que fundamenta la pena (delito especial propio) o como elemento de agravación de
la pena (delito especial impropio), el plazo de prescripción se determinará en función
del marco penal abstracto previsto en el tipo penal especial (propio o impropio).
82 En este sentido, H urtado Pozo /P rado S aldarriaga : Derecho P en al, PG, II, § 27,
n.m. 3139.
¿d e a s 945
D erecho P enal - parte general
83 Aunque M a r tic o ren à C o lla n t e s : G aceta P en al & Procesal P en al 3 (2009), p. 66, sostiene
que debería también establecerse un inicio diferenciado entre los intervinientes en el delito.
84 Igualmente, M ar tic o r en a C o lla n t e s : G aceta P en al & Procesal P en al 3 (2009), p. 65.
j ,
946 ¿deas
Percy G arcía C averò
plazo de prescripción ordinaria puedan durar eternamente sin ningún efecto mate
rial, por lo que se les establece a los tribunales penales el límite absoluto del plazo
extraordinario para condenar definitivamente al procesado85. Con relación al plazo
extraordinario, la disposición jurídica antes mencionada precisa que éste se vence
cuando el tiempo transcurrido sobrepasa en una mitad el plazo ordinario de pres
cripción86. Si bien el legislador ha establecido que el plazo máximo de prescripción
para delitos sancionados con pena privativa de libertad temporal es de veinte años
y en hechos punibles reprimidos con pena de cadena perpetua es de treinta años,
el Acuerdo Plenario N ° 09-2007 señala que tales límites sólo operan en relación
con el plazo ordinario de prescripción, no afectando en nada las reglas que regulan
el cómputo del plazo extraordinario de prescripción. En consecuencia, cuando se
trate de delitos cuya pena conminada privativa de libertad tiene un máximo legal
superior a veinte años, el plazo extraordinario de prescripción de la acción penal
será de treinta años; y cuando la pena que reprime el delito sea la de cadena per
petua, el plazo extraordinario de prescripción de la acción penal será de cuarenta y
cinco años.
peleas 947
D erecho Penal - parte general
89 Sobre esta casación, vid., C ruz V eg a s : G aceta P en al & Procesal P en al 6 7 (2015), p. 35 y ss.;
B u rgo s A lfa ro : G aceta P en al & Procesal P en al 6 7 (2015), p. 26 y ss.; P is f il F lo r es : Gaceta
P en al & Procesal P en al 6 7 (2015), p. 21 y ss., con consideraciones críticas.
90 Vid., B r a m o n t A ria s / B ra m o nt -Arias T o r r e s : Código P en al anotado , p. 301.
91 Igualmente, M e in i M é n d e z : Im putación , p. 300.
92 Vid., A l c ó c e r P o v is : A ctu alidad P en al 2 (2014), p. 115.
948 ,eas
Percy G arcía C averò
93 Vid., Alcócer Povis: A ctu alid ad P en al 2 (2014), p. 117 y ss.; Panta Cueva: G aceta P en al
& Procesal P en al 20 (2011), p. 26 y s.
94 De acuerdo con la tesis de la suspensión, Pariona A rana : Gaceta P en al & Procesal P en al
23 (2011), p. 221 y ss.; E l M ism o , LH -H urtado Pozo , p. 837; Vald iviezo Valera : G aceta
P en al & Procesal P en al 30 (2011), p. 247 y s., C ruz V eg a s : Gaceta P en al & Procesal P en al 32
(febrero de 2012), p. 236; V á sq u ez S h im a ju k o : Cedpe, Cuestiones Penales íwww.cedpe.
com): Sa n M a r tín C a s t r o : Derecho Procesalpen al, p. 317.
95 De similar parecer V á sq u ez S h im a ju k o : Cedpe, Cuestiones Penales fwww.cedpe.com).
96 Así, B u rg o s M a r in o s : G aceta P en al & Procesal P en al 22 (2011), p. 264; C r u z V e g a s :
Gaceta P en al & Procesal P en al 32 (2012), p. 236 y s.
97 Vid., Pa r io n a arana : L H -H urtado Pozo , p. 846.
98 De otro parecer, A l c ó c e r P o v is , en IN C P P (www.incipp.org.pe). p. 11.
I 949
D erecho Penal - paute general
c. L a am nistía
El artículo 102 inciso 6 de la Constitución Política establece que una de las
atribuciones del Congreso de la República es dictar leyes de amnistía. La amnistía
elimina legalmente el hecho punible a que se refiere e implica el perpetuo silencio
respecto de este delito. T al como se desprende de su sentido etimológico, se trata
de un olvido (amnesia) de la realización de un hecho delictivo101, lo que impide que
se procese o se siga procesando a los autores del delito beneficiados por la amnistía
emitida por el Poder Legislativo. El sentido de este mecanismo de extinción de la
acción penal es superar determinados momentos de crisis social (por ejemplo, luego
de una guerra interna) o generar las condiciones para que rija adecuadamente una
ley penal (por ejemplo, dar una amnistía para entregar o regularizar en un deter
minado plazo la tenencia de armas). Por ello, no cualquier ley que disponga una
amnistía resulta legítima.
El Tribunal Constitucional ha establecido que las leyes de amnistía deben ser
sometidas a un juicio de legitimidad constitucional para determinar si han respec
tado sus límites formales y materiales102. Con respecto a los primeros señala que el
dictado de una ley de amnistía sólo puede formalizarse en virtud de una ley ordina-
950 £deas
Percy G arcía C averò
ria. Por tanto, además de respetar los principios constitucionales que informan el
procedimiento legislativo, debe observar los criterios de generalidad y abstracción
exigidos por el artículo 103 de la Constitución. Igualmente, las leyes de amnistía
deben respetar el principio-derecho de la igualdad jurídica, lo que impide que, pre
visto el ámbito de aplicación de la ley de amnistía, el legislador pueda brindar un
tratamiento diferenciado que no satisfaga las exigencias que impone el principio de
proporcionalidad. Finalmente, la amnistía tampoco puede fundarse en un motivo
incompatible con la Constitución, por lo que el ejercicio de la labor del legislador
debe estar orientado a garantizar y proteger los derechos fundamentales como ma
nifestaciones del principio-derecho de dignidad humana (artículo 1 de la Constitu
ción) y a servir a las obligaciones derivadas del artículo 44 de la Ley Fundamental,
esto es, garantizar la plena vigencia de los derechos humanos. En virtud de ello, se
deben declarar nulas las leyes que amnistían, por ejemplo, delitos de genocidio o
contra la hum anidad103.
d. E l derecho de gracia
El inciso 21 del artículo 118 de la Constitución Política vigente reconoce la
potestad presidencial de ejercer el derecho de gracia en beneficio de los procesados
en los casos en que la etapa de instrucción haya excedido el doble de su plazo más
su ampliatoria. Al igual que la amnistía, el Tribunal Constitucional ha señalado
que la gracia presidencial está sujeta también a límites formales y materiales. En
cuanto a los primeros, se deben seguir “los requisitos exigidos de manera expresa en
el artículo 118', inciso 21 de la Constitución, a saber: 1) Que se trate de procesados, no
de condenados 2 ) Que la etapa de instrucción haya excedido el doble de su plazo más
su am pliatoria. 3 ) Aparte de los requisitos ya mencionados, cabe señalar la necesidad de
refrendo m inisterial (artículo 120 de la Constitución] ' 104.
“En lo referente a los límites materiales de la gracia presidencial, es de señalarse
que en tanto interviene en la política crim inal del Estado, tendrá como límites el respe
tar losfines constitucionalmente protegidos de las penas, a saberfines preventivo especia
les (artículo 139, inciso 2 2 de la Constitución) y fines preventivo generales, derivados
del artículo 4 4 de la Constitución y de la vertiente objetiva del derecho a la libertad y
seguridad personales. Asimismo, el derecho de gracia, en tanto implica interceder ante
alguno o algunos de los procesados en lugar de otros, debe ser compatibilizado con el
principio-derecho de igualdad. Así, será válida conforme a l principio de igualdad la
gracia concedida sobre la base de las especiales condiciones del procesado. En este senti
do, la gracia presidencial deberá ser concedida por motivos humanitarios, en aquellos
103 S T C Ex p . N ° 0 0 6 7 9 - 2 0 0 5 - A A d e 2 d e m a r z o d e 2007.
j .
¿ d e a s \ 951
D erecho Penal - parte general
casos en los que por la especial condición del procesado (por ejemplo, portador de una
enfermedad grave e incurable en estado terminal) tornarían inútil una eventual conde
na, desde un punto de vista de prevención especial. Por el contrario, la concesión de la
gracia presidencial en un caso en el que el que la situación delprocesado no sea distinta
a la de los demás procesados y no existan razones humanitarias p ara su concesión, será,
además de atentatoria del principio de igualdad, vulneratoria de los fines preventivo
generales de las penas constitucionalmente reconocidos, fomentando la im punidad en la
persecución de conductas que atenían contra bienes constitucionalmente relevantes que
es necesario proteger”105.
e. L a cosa ju zg ad a
La llamada cosa juzgada constituye un efecto procesal de la resolución judicial
firme que impide que lo que ya se ha resuelto sea nuevamente revisado en el mismo
proceso o en otro proceso106. Este instituto procesal se encuentra reconocido en el
artículo 139 inciso 13 de la Constitución Política del Perú, en donde se establece
“la prohibición de revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada”, así como
en el artículo 90 del CP que dispone que nadie puede ser perseguido por segunda
vez en razón de un hecho punible sobre el cual se falló definitivamente. Mediante
el derecho a que se respete una resolución que ha adquirido la autoridad de cosa
juzgada “ (...) se garantiza el derecho de todo justiciable, en prim er lugar, a que las
resoluciones que hayan puesto fin a l proceso ju d icial no puedan ser recurridas mediante
medios impugnatorios, ya sea porque estos han sido agotados o porque ha transcurrido
el plazo p ara impugnarlas; y, en segundo lugar, porque el contenido de las resoluciones
que hayan adquirido tal condición no pueda ser dejado sin efecto ni modificado, sea por
actos de otros poderes públicos, de terceros o, incluso, de los mismos órganos jurisdiccio
nales que resolvieron el caso en el que se dictó (.. .)” 107.
El fundamento de la cosa juzgada en materia penal se encuentra esencial
mente en la seguridad jurídica que se le otorga al ciudadano de que no sufrirá una
nueva injerencia estatal por el mismo hecho que fue objeto ya de una decisión
judicial108. D e esta forma, el ciudadano resulta protegido frente a la arbitrariedad o
ligereza estatal en el ejercicio del iuspuniendi, por lo que puede decirse, junto con
San M artín C astro , que “el Estado sólo tiene una oportunidad p ara hacer valer su
105 S T C E x p . N ° 0 4 0 5 3 - 2 0 0 7 - H C d e 1 8 d e di ci em br e d e 2 0 0 7 , f u n d a m e n t o s jurídicos 2 6 y s.
106 Vid., e n este sentido, S a n M artín C a st r o : Derecho procesal pen al, I, p. 3 8 8 ; V illa S t e i n :
Derecho P enal, P G , p. 6 2 5 . Prefiere n o hablar d e efecto, sino d e cualidad, R eá teg u i S á n
c h e z : L a g aran tía, p. 42.
952 I ¿d ea s
Percy G arcía C averò
111 D e otra opinión, B ramont A rias/B ramont-Arias T orres: Código penal anotado,
p. 297.
112 Vid., Reátegui Sánchez : La garantía, p. 44.
j
¿deas 953
D erecho Penal - parte general
954 ¿deas