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MEDULA ESPINA

TUMORES DE LA MEDULA ESPINAL

Un tumor se clasifica como benigno si las células que forman el crecimiento se parecen a
las células normales, crecen lentamente y están confinadas en un solo lugar. Un tumor es
maligno cuando las células difieren de las células normales, crecen rápidamente y pueden
propagarse rápidamente a otros lugares. Mientras que las células malignas en otras
partes del cuerpo pueden generar tumores en el cerebro y la médula espinal, los tumores
malignos del sistema nervioso central rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo.
Estos incluyen carcinomas de pulmón, mama, próstata, cabeza y cuello, ginecológicos,
gastrointestinales, de tiroides, melanoma y de células renales.

En cambio, la mayoría de los tumores surgen del crecimiento descontrolado de células


que rodean y sostienen las neuronas. Los tumores primarios del SNC, como los gliomas y
meningiomas, reciben sus nombres por el tío de células que los forman, por su
establecimiento ya por ambas cosas.

Causas
La causa de la mayoría de los tumores cerebrales y medulares primarios sigue siendo un
misterio. Los científicos no saben con exactitud por qué y cómo algunas células del
sistema nervioso o de cualquier otra parte del cuerpo pierden su identidad normal y
crecen de manera descontrolada.

Algunas de las posibles causas que están siendo investigadas son virus, genes
defectuosos y sustancias químicas. Los tumores cerebrales y medulares no son
contagiosos ni tampoco se pueden prevenir, hasta este momento.

Síntomas
Los tumores cerebrales y medulares causan diversos síntomas, que generalmente se
desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo.

*Dolores de cabeza
*Ataques
*Náuseas y vómitos
*Problemas de visión o audición
*El aumento de la presión intracraneal
*síntomas conductuales y cognitivos, problemas motores o de equilibrio, dolor, cambios
sensoriales, y disminución de la sensibilidad en la piel a la temperatura.
Diagnóstico y tratamiento
Las técnicas especiales de imágenes, especialmente la tomografía computada (TAC) y la
resonancia magnética (RM), han mejorado significativamente el diagnóstico de los
tumores del SNC. En muchos casos, estas exploraciones pueden detectar la presencia de
tumor de menos de media pulgada de diámetro.
Los tres tratamientos más utilizados son: cirugía, radiación y quimioterapia. Cuando un
tumor comprime la médula espinal o sus estructuras circundantes, se pueden administrar
corticos esteroides para reducir la inflamación y preservar la función de los nervios hasta
que el tumor pueda ser extirpado.
El primer paso para tratar un tumor accesible suele a ser intentar de extirpar el mayor
volumen posible de tumor quirúrgicamente, siempre que haya pocos riesgos de daño
neurológico. Afortunadamente, los avances de la neurocirugía hacen posible que ahora
los doctores puedan llegar a muchos tumores que antes se consideraban inaccesibles.
La mayoría de los tumores malignos inaccesibles o no operables del SNC se tratan con
radiación y/o quimioterapia. La radioterapia bombardea las células tumorales con rayos de
energía letales. La quimioterapia usa medicamentos antitumorales que se administran por
vía oral o intravenosa.
El resultado general de la radioterapia no siempre es positivo. La radiación puede dañar la
mielina de la médula espinal y causar parálisis.
El cuchillo gamma no requiere una incisión quirúrgica. Los doctores han descubierto que
puede ayudarles a alcanzar y tratar algunos tumores pequeños a los que la cirugía no
puede acceder.
Aunque la mayoría de los tumores primarios de la médula espinal no suponen una
amenaza para la vida, sí pueden causar discapacidades significativas. Los objetivos de la
rehabilitación incluyen la mejoría funcional de la movilidad, el cuidado personal y el control
del dolor.

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