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La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmunitaria que afecta a más personas de las que se
piensa y que no lo hace con la misma gravedad en todos los casos. Se estima que en el mundo
padecen esclerosis múltiple unos 2,5 millones de personas, y que en Europa afecta a unas 700.000
personas.
En España, los estudios de prevalencia más recientes indican que la frecuencia de la enfermedad
ha aumentado progresivamente a lo largo de las últimas décadas, hasta alcanzar en la actualidad
los 80-180 casos por 100.000 habitantes.
Según datos estimativos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), actualmente hay en España
más de 50.000 afectados por esclerosis múltiple. Se trata de una enfermedad que afecta cada vez
con más frecuencia a un mayor número de mujeres. De hecho, 3 de cada 4 pacientes de esclerosis
múltiple son mujeres.
Además, las mujeres tienen más probabilidades de comenzar con los síntomas de forma más
precoz y de tener más brotes que los hombres. En el blog de hoy analizamos esta enfermedad, sus
síntomas y sus causas.
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica que afecta al Sistema Nervioso Central,
formado por el cerebro y la médula espinal.
En la esclerosis múltiple el sistema inmunitario ataca por error la mielina de las células nerviosas o
neuronas
Como norma general, el sistema inmunitario protege al cuerpo. Sin embargo, en la esclerosis
múltiple lo que hace es atacar por error la mielina de las células nerviosas o neuronas. Los nervios
se extienden a lo largo de todo el cuerpo, así que la enfermedad puede manifestarse en muchas
partes del organismo y hacerlo de maneras muy diferentes.
Síntomas
La esclerosis múltiple es conocida también como la enfermedad de las mil caras. El motivo es que,
como hemos dicho al principio, la variedad e intensidad de la sintomatología depende de la
gravedad con la que afecte la enfermedad a cada paciente.
Por tanto, la esclerosis múltiple no tiene por que producir discapacidad en todos los casos. En las
fases iniciales puede incluso no presentar síntomas durante varios años, aunque las lesiones
inflamatorias en el Sistema Nervioso Central ya se estén produciendo.
La esclerosis múltiple se conoce como la enfermedad de las mil caras por la variedad de síntomas
La fiebre, los baños calientes, la exposición al sol y el estrés pueden desencadenar o empeorar los
ataques.
Entre los síntomas que afectan a músculos o reacciones nerviosas están los espasmos musculares,
el entumecimiento o sensación anormal en cualquier zona del cuerpo, los problemas para mover
los brazos y las piernas o para caminar, las complicaciones en la coordinación o para hacer
movimientos pequeños.
A quién afecta
La mayoría de los casos se diagnostican en personas que tienen entre 20 y 40 años de edad, pero
también puede aparecer en niños, adolescentes y ancianos, aunque la probabilidad es menor.
La esclerosis múltiple es más común en zonas más frías (alejadas del Ecuador) y menos común en
climas cálidos. De acuerdo a los estudios de la Sociedad Española de Neurología, actualmente es la
segunda causa de discapacidad entre los jóvenes después de los accidentes de coche y la primera
causa de discapacidad no traumática en España.
Causas
No se conocen aún las causas que dan lugar al desarrollo de la esclerosis múltiple, pero se admite
que se desarrolla en personas con cierta predisposición genética, aunque no se considera
hereditaria, y que están expuestas a factores ambientales de riesgo.
No hay nada que se pueda hacer para prevenir la enfermedad, aunque existen algunas medidas
que se pueden adoptar en la autogestión de la salud para alcanzar la mejor calidad de vida.
Tipos
Como es una enfermedad de la que todavía se desconocen algunos aspectos, la clasificación de sus
tipos se ha ido modificando con los años. Es útil conocerlos porque pueden ayudar a comprender
cómo puede evolucionar la enfermedad y a tomar decisiones informadas sobre su tratamiento,
junto con los profesionales sanitarios.
Síndrome Clínico Aislado: primer episodio de síntomas neurológicos causados por la inflamación y
desmielinización en el Sistema Nervioso Central, con recuperación completa o parcial. No reúne
todos los requisitos para ser diagnósticado como esclerosis múltiple, por lo que hay quienes no lo
consideran uno de sus tipos.
Esclerosis Múltiple remitente recurrente (EMRR): el 85% de las personas que padecen la
enfermedad tienen EMRR. Los brotes son imprevisibles y pueden aparecer síntomas en cualquier
momento -nuevos o ya conocidos- que duran algunos días o semanas y luego desaparecen
totalmente o dejando alguna secuela.
Esclerosis Múltiple secundaria progresiva (EMPS): muchas de las personas con EMRR (cerca de un
50-70 %) desarrollarán EMSP, en la que su discapacidad empeora con el paso del tiempo. Se
caracteriza por una progresión continua con remisiones poco importantes y fases de estabilidad.
Esclerosis Múltiple primaria progresiva (EMPP): aproximadamente entre el 10 y el 15% de las
personas se les diagnostica EMPP. No experimentan recaídas, pero su discapacidad sigue
empeorando gradualmente con el paso del tiempo.
Tratamiento
Las resonancias magnéticas del cerebro, de la columna o ambas son importantes para ayudar a
diagnosticar y hacerle seguimiento a la esclerosis múltiple. Aunque hasta el momento no se
conoce cura para la enfermedad, existen tratamientos que pueden retrasar sus síntomas.
El objetivo del tratamiento es detener su progreso, controlar los síntomas y ayudar a la persona a
mantener una calidad de vida normal. Los medicamentos a menudo se toman durante un tiempo
prolongado.
También es útil la fisioterapia, los programas de ejercicios planificados al inicio del proceso del
trastorno, un estilo de vida saludable, con una buena nutrición y suficiente descanso y relajación o,
dispositivos en la columna que pueden reducir el dolor y la contracción en las piernas.
Cuando se escucha hablar de un tumor cerebral, lo primero que se piensa es en una patología muy
seria que puede ocasionar consecuencias muy graves para la salud de la persona que lo sufre. Si
bien es cierto que la patología es complicada y hay que tomar medidas inmediatas para poder
establecer los mejores tratamientos, también es verdad que es conveniente diferenciar entre los
tumores cerebrales malignos y los tumores cerebrales benignos.
Un tumor cerebral es una masa anormal de tejido en la que las células crecen y se multiplican sin
el control de los mecanismos que habitualmente regulan las células normales. Se han
documentado más de 150 tumores cerebrales diferentes, pero los dos grupos principales de
tumores cerebrales se denominan primario, que es el crecimiento descontrolado de células
derivadas de componentes cerebrales, y metastásico, en el que las que crecen son las células
tumorales localizadas en otras áreas del organismo.
Una característica típica de los tumores cerebrales, a diferencia de tumores malignos de otras
localizaciones, es que con poca frecuencia se diseminan fuera del sistema nervioso central.
Los tumores cerebrales primarios se originan en los tejidos del cerebro o en el entorno inmediato
de este, y pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos. En cambio, los tumores metastásicos
se consideran cancerosos y son malignos.
Los síntomas de presentación dependen fundamentalmente del lugar donde crece el tumor. Los
más frecuentes son dolor de cabeza, defectos neurológicos, como pérdida de fuerza en la mitad
del cuerpo; dificultades para hablar, epilepsia, alteración del comportamiento. Estos síntomas se
deben fundamentalmente a la compresión generada por la masa tumoral y al edema (inflamación)
que el tumor produce sobre el cerebro sano que lo rodea.
Como ya se ha indicado, a diferencia de los tumores malignos, los benignos no son cancerosos. De
forma general, los tumores cerebrales benignos tienen límites bien diferenciados y, en algunos
casos, no están profundamente asentados en el tejido cerebral, por lo que pueden extirparse más
fácilmente por vía quirúrgica.
Las opciones y el abordaje quirúrgico depende del tipo de tumor y de dónde esté localizado. En
muchas ocasiones, los tumores pueden tratarse también con métodos no invasivos.
Por lo general, no se considera que los tumores benignos pongan en riesgo la vida. Sin embargo,
cuando se encuentran en el cerebro o la médula espinal, pueden generar problemas médicos
graves, como daño celular, inflamación y aumento de la presión general dentro de la cabeza o
sobre estructuras neurales específicas. Esto puede conllevar problemas de la vista, la audición y
neurológicos, entre otros síntomas.
Dentro de los tumores cerebrales benignos se pueden diferenciar ocho tipos que son los de
incidencia mayoritaria:
Meningioma: nacen de las capas de las meninges y son muy frecuentes (> 30%). La mayoría son
benignos (grado I), no infiltrativos y de lento crecimiento. Pueden estar relacionados con
alteraciones genéticas. Si el tumor se encuentra en un área en la que se puede intervenir, la cirugía
es el tratamiento estándar. En algunos casos está indicada la radioterapia. El meningioma grado II
tiene un comportamiento intermedio. El meningioma grado III es de comportamiento agresivo y la
radioterapia está claramente indicada después de la cirugía.
Cordomas: son tumores benignos de crecimiento lento que son más frecuentes en personas de 50
a 60 años. Sus ubicaciones más comunes son la base del cráneo y la parte inferior de la columna
vertebral. Aunque estos tumores son benignos, pueden invadir el hueso adyacente y ejercer
presión sobre el tejido neural cercano. Estos son tumores raros, que contribuyen a solo el 0.2 por
ciento de todos los tumores cerebrales primarios.
Craneofaringiomas: suelen ser benignos, pero son tumores difíciles de extirpar debido a su
ubicación cerca de estructuras críticas profundas en el cerebro. Por lo general, surgen de una
porción de la glándula pituitaria (la estructura que regula muchas hormonas en el cuerpo), por lo
que casi todos los pacientes requerirán alguna terapia de reemplazo hormonal.
Gangliocitomas, los gangliomas y los gangliogliomas anaplásicos: son tumores poco frecuentes que
incluyen células nerviosas neoplásicas que están relativamente bien diferenciadas y se presentan
principalmente en adultos jóvenes.
Tumores de Glomus yugular: con mayor frecuencia son benignos y generalmente se encuentran
justo debajo de la base del cráneo, en la parte superior de la vena yugular. Son la forma más
común de tumor glómico.
Pineocitomas: son generalmente lesiones benignas que surgen de las células pineales y se
presentan predominantemente en adultos. A menudo son bien definidos, no invasivos,
homogéneos y de crecimiento lento.
Adenomas hipofisarios: son los tumores intracraneales más comunes después de los gliomas,
meningiomas y schwannomas. La gran mayoría de los adenomas pituitarios son benignos y de
crecimiento bastante lento. Incluso los tumores malignos de la hipófisis rara vez se extienden a
otras partes del cuerpo. Los adenomas son, con mucho, la enfermedad más común que afecta a la
hipófisis. Comúnmente afectan a personas de entre 30 y 40 años, aunque también se diagnostican
en niños. La mayoría de estos tumores se pueden tratar con éxito.
Schwannomas: son tumores cerebrales benignos comunes en adultos. Surgen a lo largo de los
nervios, compuestos de células que normalmente proporcionan el «aislamiento eléctrico» para las
células nerviosas. Los schwannomas a menudo desplazan el resto del nervio normal en lugar de
invadirlo. Los neuromas acústicos son el schwannoma más común, que surge del octavo nervio
craneal, o nervio coclear vestibular, que viaja desde el cerebro hasta el oído. Aunque estos
tumores son benignos, pueden causar complicaciones graves e incluso la muerte si crecen y
ejercen presión sobre los nervios y, finalmente, sobre el cerebro. Otros lugares incluyen la
columna vertebral y, más raramente, a lo largo de los nervios que van a las extremidades.
Diagnóstico
En Equipo de la Torre realizamos el diagnóstico del tumor cerebral mediante pruebas de imagen
como la Tomografía Computerizada (TAC) o la Resonancia Magnética (RM). Ambas indican el
tamaño y la localización de la lesión y pueden, asimismo, sugerir la naturaleza del tumor, aunque
no aporten certeza total sobre el mismo.
Mononeuropatías y polineuropatías
La neuropatía es una enfermedad del sistema nervioso periférico. Una afección nerviosa muy
compleja, al igual que las causas que la provocan y sus síntomas y manifestaciones en el
organismo. Su propio nombre, «neuro», referente al nervio, y «patía», que identifica la
enfermedad, describen lo que es. También se conoce como neuropatía periférica. Es así porque
involucra a los nervios de fuera del sistema nervioso central: las extremidades, y es ahí, donde
aparecen casi todos los síntomas con los que se diagnostica la neuropatía.
Los nervios sensitivos son los encargados de enviar la información aferente recibida a través de
los sentidos al cerebro. La neuropatía aparece cuando el revestimiento exterior o la mielina de
las células nerviosas se degeneran. Sin el revestimiento exterior, desaparece la protección y las
señales eléctricas no se transfieren correctamente.
Que son las Neuropatias
A medida que empeora, la información que llega es más engañosa. Pueden llegar a perder la
completa transmisión de información, o enviar señales falsas. Así es como se produce el
adormecimiento, falta de fuerza, o el dolor y el hormigueo en brazos y piernas.
La neuropatía crónica puede comenzar cuando los nervios se ven privados de oxígeno (anoxia).
Demasiados radicales libres en el torrente sanguíneo también pueden adherirse al oxígeno y
hacerlo indisponible a las células. La inflamación en la zona lumbar o la zona del nervio ciático
de las nalgas puede restringir el flujo sanguíneo, privando de oxígeno a los nervios. La causa más
común es la diabetes. Un alto porcentaje de diabéticos, desarrollarán daños en su sistema
nervioso en algún momento de su vida.
Aparte, otras de las causas que pueden producirla son: la infección de Herpes zóster, efectos
crónicos o muy graves, lesiones, y varias neurotoxinas. El dolor neuropático es común en
enfermedades como el cáncer, por sus efectos sobre los nervios periféricos, o como efecto
secundario por fármacos destinados a la quimioterapia.
Tipos de neuropatías
En algunas enfermedades la neuropatía se puede mostrar como un cuadro sintomático, como las
que se detallan a continuación:
Algunas infecciones
Sobrecarga muscular
Diabetes
Obesidad
Plexopatías
Tumores cancerígenos
Quimioterapias
Accidentes y traumatismos
Neuropatía idiopática
Mononeuropatía y plurineuropatía
Se define como Neuropatía autonómica a un grupo de síntomas que tienen lugar cuando hay
daño en los nervios que controlan las funciones corporales. Incluyen, la presión arterial, la
frecuencia cardiaca, la transpiración, la evacuación de los intestinos y de la vejiga, y la digestión.
El resultado es un entumecimiento notable, dolor y hormigueo. Han sido identificados más de
100 tipos de dolor y cada uno, correspondiente a unos síntomas, un desarrollo y un deterioro.
A continuación, comentamos algunos de los síntomas más característicos de las neuropatías más
comunes y reconocidas:
La neuropatía diabética
Puede estallar repentinamente y afectar los nervios específicos. Se produce durante un periodo
de años y entonces puede conducir a múltiples problemas.
Alcohol y tabaco
O estimulantes artificiales, pueden agravar la condición. Reducen el flujo de sangre por todo el
cuerpo y agravan las neuropatías.
Quimioterapia
Puede causar los mismos síntomas comunes, y, además, crear falta de coordinación por los
nervios motores que están dañados.
Tiene muchas causas potenciales, por lo que la valoración en busca del diagnóstico correcto
debe ser profunda y precisa. Además de una exploración física, requiere los siguientes pasos
específicos:
Se revisa el historial médico, incluidos los síntomas, estilo de vida, exposición a toxinas, hábitos
de consumo de bebidas y antecedentes familiares de enfermedades neurológicas.
Examen neurológico
Se revisan los reflejos de los tendones, la fuerza y tono muscular, la capacidad para sentir
determinadas sensaciones, la postura y la coordinación.
Otras pruebas que también pueden realizarse son los análisis de sangre, pruebas de diagnóstico
por imágenes y de función nerviosa, biopsia de nervio y biopsia de piel.
Mejora la autonomía y el control en los movimientos de los miembros afectados por la neuropatía
Reduce el dolor, provocando un efecto analgésico sobre el nervio afectado, relajando la zona
muscular periférica
La neuropatía puede ser consecuencia de diversas patologías. Las terapias que podemos aplicar en
fisioterapia, están encaminadas a reducir la sintomatología asociada a la patología e incluso a
hacerla desaparecer si el origen es muscular y compresivo, que se manifiesta con dolor, pérdida de
movilidad, alteración del equilibrio y la estabilidad y pérdida de fuerza.
En consulta, las terapias que aplicamos para reducir los síntomas asociados a las neuropatías son:
Ejercicios
La sensación de hormigueo y pérdida de fuerza es una de los síntomas más molestos para el
paciente. En consulta, realizamos y enseñamos al paciente una serie de ejercicios para lograr que
la musculatura vaya recuperando la fuerza, lo que nos ayudará a mejorar la autonomía y control
en los movimientos en los miembros afectados.
El tiempo de recuperación de una neuropatia periférica dependerá de la causa y los síntomas que
presente.
Diatermia
El calor profundo generado con la diatermia ayuda a generar un efecto de analgesia sobre el
nervio además de relajar la zona muscular periférica al nervio que suele estar irritada y
sobrecargada.
Síndrome de enclaustramiento.
Síndrome de enclaustramiento
Definición de la enfermedad
ORPHA:2406
Sinónimos:
Desconexión cerebromeduloespinal
Síndrome locked-in
Herencia: No aplicable
CIE-10: G83.8
CIE-11: 8E45
OMIM: -
UMLS: C0023944
MeSH: D000080422
GARD: 6919
MedDRA: 10024792
Resumen
Epidemiología
La prevalencia es desconocida, pero se trata de una enfermedad muy poco frecuente. En 2009, se
habían publicado 33 casos.
Descripción clínica
El LIS puede ocurrir a cualquier edad pero son raros los casos pediátricos. Pueden observarse dos
fases: una fase inicial aguda de duración variable caracterizada por anartria, afectación
respiratoria, frecuente estado comatoso o inconsciente, y parálisis total, seguida de una fase
crónica en la que la función respiratoria, la capacidad de tragar y la consciencia están total o
parcialmente restauradas. El LIS puede clasificarse en 3 categorías: en la forma clásica los
pacientes están cuadripléjicos y anártricos, con la consciencia y movimientos verticales de los ojos
y del párpado superior conservados; en la forma incompleta, los pacientes tienen movimientos
voluntarios limitados además de los movimientos verticales del ojo, principalmente de los dedos
de la mano y del pie, y de la cabeza; en la forma total, los pacientes presentan inmovilidad
completa incluyendo los movimientos oculares pero con consciencia conservada. En cualquier
categoría, los pacientes pueden experimentar un LIS transitorio caracterizado por una mejora
neurológica que puede llegar a ser completa. En general, la sensibilidad y las funciones cognitivas
se mantienen, incluso con problemas oculares. Se ha documentado labilidad emocional con risa y
llantos patológicos.
Etiología
Las causas más frecuentes de LIS son vasculares o traumáticas (lesiones del tronco cerebral, daño
u oclusión de la arteria basilar o vertebral, o compresión de los pedúnculos cerebrales). Otras
causas menos frecuentes son: lesión mesencefálica, hemorragia subaracnoidea, espasmo vascular
de la arteria basilar, tumor del tronco cerebral, mielinolisis central pontina, encefalitis, absceso
pontino, toxicidad de medicamentos, reacción a vacunas e hipoglucemia prolongada.
Métodos diagnósticos
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye coma, estado vegetativo, estados de mínima conciencia.
Manejo y tratamiento
Pronóstico
Disreflexia autonómica
Los axones transportan señales a lo largo de la médula espinal y hacia el resto del cuerpo.
Cientos de axones se agrupan en pares de nervios espinales que unen la médula espinal a
los músculos y al resto del cuerpo. La función de estos nervios refleja su ubicación a lo
largo de la médula espinal.
El resultado de cualquier lesión de la médula espinal depende del nivel en el cual ocurrió
la lesión: en el cuello o en la espalda y de cuántos y cuáles axones y células se dañaron;
mientras más axones y células sobrevivan en la región de la lesión, mayor será la
recuperación de la función. La pérdida de la función neurológica ocurre por debajo del
nivel de la lesión, de modo que mientras más alta es la lesión medular, mayor será la
pérdida de función (1).
Los accidentes de tráfico son la causa más frecuente de lesión medular traumática
(38,5%).
Las caídas de diverso tipo son la segunda causa, con cifras ligeramente inferiores a las de
los accidentes de circulación. Las causas principales en todas las series son los accidentes
laborales y las caídas desde alturas (tejados, terrazas, escaleras, árboles...), los intentos de
suicidio son otra de las causas (5%). Las actividades deportivas representan una media de
alrededor del 10% en las series revisadas, con las zambullidas como el factor causal más
frecuente.
La capacidad para controlar las extremidades después de una lesión de la médula espinal
depende de dos factores: el lugar de la lesión a lo largo de la médula espinal y la gravedad
de la lesión en la médula espinal.
La parte normal más baja de la médula espinal se conoce como el nivel neurológico de la
lesión. La gravedad de la lesión suele llamarse "integridad" y se clasifica de algunas de las
siguientes formas: (1)
Paraplejia: cuando la lesión ocurre por debajo de los segmentos cervicales. Esta
denominación es común para la afectación de los segmentos dorsales, lumbares y sacros,
dependiendo del nivel de lesión se verán afectados tronco, extremidades inferiores y
órganos pélvicos. (2)
- Atendiendo a su extensión:
Lesión Completa: ocurre cuando se interrumpen todas las conexiones medulares por
debajo de la lesión con la consiguiente pérdida de movilidad, sensibilidad e inervación
autónoma.
Lesión Incompleta: existe persistencia de la inervación total o parcial motora, sensitiva y
autónoma (ver clasificación ASIA). (2)
Alteraciones motoras:
Alterada percepción espacial tanto del cuerpo como del espacio que se
encuentra alrededor del mismo.
Alterada percepción del contacto: tacto y presión en la superficie corporal son
informaciones difícilmente construibles para el paciente.
Alteración del peso del cuerpo y de los objetos: el paciente está sentado con el
tronco inclinado porque por ejemplo no es capaz de sentir el peso de su cuerpo.
La Rehabilitación en la lesión medular
Cuando un sujeto sano realiza un movimiento su cerebro está totalmente activo, áreas
perceptivas, cognitivas y motoras se relacionan continuamente para que los músculos de
nuestro cuerpo se puedan activar de forma armónica y variar de forma adecuada según la
situación. La rehabilitación del movimiento de una persona con lesión medular debe
considerar estos aspectos no de forma separada sino de forma conjunta. Por lo tanto, el
ejercicio neurocognitivo se basa en proponer al paciente un problema cognoscitivo que
deberá solucionar activando una serie de procesos mentales que permitan activar de
nuevo su cerebro para reorganizar el movimiento.
Uso de un subsidio (ayuda física para que el paciente pueda percibir mejor el
movimiento)
Ojos cerrados
Propuesta de un problema cognoscitivo para resolver
Activación de la cognición y de la percepción.
Ayuda del fisioterapeuta para la guía del movimiento.
Relación del ejercicio para mejorar una acción.
Algunos ejemplos de ejercicios neurocognitivos:
Ejercicio para poder mantener una sedestación (estar sentado) de forma adecuada,
controlar el clonus de los gemelos y la buena alineación de las piernas. Reconocimiento
de la posición del pie izquierdo en comparación con el derecho en un paciente con lesión
medular. El paciente tiene que estar atento a la información de contacto del pie, a las
informaciones de movimiento de las diferentes partes de las piernas y las informaciones
de peso de la pelvis para poder resolver el problema.
Ejercicio para poder mantener una sedestación (estar sentado) de forma
adecuada. Ejercicio de reconocimiento de informaciones de presión en los pies en
comparación del pie izquierdo con el derecho con esponjas. El paciente tiene que decir
cómo cambia la base de apoyo en su pelvis en función como son las esponjas.
Ejercicio para trabajar sobre la adaptación de los pies y la sensación de dolor a través del
reconocimiento de texturas entre ellos.
Ejercicio para mejorar la postura y el apoyo de la espalda a través del reconocimiento de
presiones en la espalda.
Neuralgias
Fisioterapia
Entre nuestras publicaciones habituales sobre las diferentes dolencias o patologías que el
cuerpo humano puede llegar a padecer o sufrir, hoy os quiero explicar todo lo referente a un
tema, bastante interesante. En esta ocasión vamos hablar sobre la Neuralgia del
Trigémino. Es una patología que es se suele enmarcar en el área de las enfermedades raras,
debido a su baja incidencia. Pero esto no significa que no se pueda padecer o sufrir.
A lo largo de este artículo, vamos abordar temas verdaderamente interesantes y que te
harán entender mejor ciertas cuestiones como, por ejemplo:
Qué es la Neuralgia del Trigémino.
Cuáles son sus causas.
Cuáles son los principales síntomas que se desarrollan o se sienten con la Neuralgia
del Trigémino.
Y además, os vamos a indicar los diferentes tratamientos que se pueden seguir para
mejorar la Neuralgia del Trigémino.
Pues bien, vamos a comenzar a desarrollar este artículo sobre la Neuralgia del Trigémino,
que espero que sea de vuestro interés.
Por lo tanto, podemos decir que el Nervio Trigémino es un nervio mixto, ya que tiene:
Una parte o rama que es motora, ya que inerva a todos los músculos que están
implicados en la masticación.
Y por otro lado tiene una parte o rama que es sensitiva, ya que capta toda la
información sensitiva o sensibilidad de la lengua, ojos, dientes, mucosa bucal y
parte de la cara.
¿Qué es la neuralgia del trigémino?
La Neuralgia del Trigémino es un síndrome que se caracteriza por un dolor muy breve y
muy intenso, en aquellas zonas que inerva el Nervio Trigémino.
Por lo general, es un dolor que dura poco tiempo y que es muy breve, ya que puede durar
varios segundos o minutos. Pero es un dolor bastante agudo y muy molesto, que puede
llegar a alterar la calidad de vida del paciente.
Se dice que la Neuralgia del Trigémino afecta a la calidad de vida del paciente, ya que se
considera un síndrome de dolor crónico y además es considerada una de las patologías más
severas, debido a la intensidad de dolor que siente el paciente.
La Neuralgia del Trigémino por lo general solo se localiza en un lado de la cara, es decir es
unilateral. Pero esto no significa que no se puedan dar casos en los que este tipo de
patologías se desarrollen de forma bilateral, es decir en ambos lados de la cara.
Por otro lado, hay que comentar que la Neuralgia del Trigémino puede desencadenar
síntomas motores o sensitivos, en función de la rama del Nervio Trigémino que se vea
afectada.
Cualquiera de estas causas o razones, pueden hacer que el Nervio Trigémino se vea
comprometido, provocando una inflamación del mismo y por consiguientes una
desmielinización.
Todo esto puede llegar a afectar tanto al paciente, que en muchos casos se desarrolla
ansiedad y depresión.
Aunque sea muy evidente que estamos ante una Neuralgia del Trigémino, es fundamental
descartar otras patologías como pueden ser sinusitis, problemas en la articulación
temporomandibular (ATM), o cualquier otro problema odontológico. De este modo,
cualquier dato que nos pueda aportar el paciente, aunque sea insignificante puede ser la
clave para determinar una patología u otra.
Gracias a esta prueba también se podrá observar si existen otras lesiones o patologías que
hacen que se desencadena este síndrome.
Demencias