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"ENSAYO SOBRE IMPORTANCIA DE LAS EMOCIONES EN SITUACION DE


CRISIS O ADVERSIDAD"

Las emociones y los sentimientos son centrales en nuestra vida. Nos permiten
existir y alcanzar la plenitud de nuestra personalidad al motivarnos hacia lo que es
bueno. Sin embargo, como resultado de experiencias traumáticas, nuestra vida
emocional puede volverse desordenada. Esta expresión anormal de la emoción solo
puede entenderse y abordarse teniendo una comprensión adecuada de cómo funciona y
se desarrollan las emociones dentro de la persona.

Si bien toda nuestra vida se basa en la emoción, muchas personas no entienden


lo que son o cómo se desarrollan. Cada persona tiene la capacidad de
experimentar y expresar emociones. Dado que las emociones son naturales, el acto de
sentir emociones es moralmente neutral. Cada persona tiene cierto grado de control
sobre lo que siente y cómo expresa y comparte sus sentimientos. Las respuestas
emocionales son tanto fisiológicas como psicológicas. Estas respuestas
influyen en la percepción, el aprendizaje y el rendimiento. Las emociones
son instrumentos que apuntan a "la posesión de objetos adecuados”, lo que nos lleva a
"alcanzar la perfección de nuestra personalidad.

Charles Darwin fue uno de los primeros investigadores en estudiar


científicamente las emociones. Sugirió que las demostraciones emocionales
también podrían desempeñar un papel importante en la seguridad y la
supervivencia. Si te encuentras con un animal silbando o escupiendo, esto indicaría
claramente que la criatura estaba enojada y a la defensiva, lo que te llevó a
retroceder y evitar posibles peligros. De la misma manera, la comprensión de las
demostraciones emocionales de los demás nos brinda información clara sobre cómo
deberíamos responder en una situación particular.

Según Charles Darwin, durante sus estudios sobre los procesos adaptativos de las
especias, distinguía un extenso repertorio de emociones y las que se cataloga de
Primarias o Básicas:

Existen 6 categorías básicas de emociones.

- MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre,


inseguridad. Tendemos hacia la protección.
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- SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una


aproximación cognitiva para saber qué pasa. Ayuda a orientarnos frente a la nueva
situación.

- AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.

- IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad. Nos induce hacia la destrucción.

- ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar,


de seguridad. Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que
nos hace sentir bien).

- TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo. Nos motiva hacia una nueva reintegración
personal.

Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la


manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida controlables,
basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo, como por ejemplo: las
expresiones faciales, las acciones y gestos, la distancia entre personas, otros como los
componentes no lingüísticos de la expresión verbal o llamados más comúnmente como
comunicación no verbal, entre otros. Los otros componentes de las emociones son
fisiológicos e involuntarios, iguales para todos, como: Temblor, Sonrojarse, Sudoración,
Respiración agitada, Dilatación pupilar, Aumento del ritmo cardíaco, entre otros, y que
son los que en semiología psiquiátrica se les llama signos.

Las emociones juegan un papel importante dentro de todo este contexto, las
capacidades emocionales de cada persona son las que decidirán si está capacitada o no
para luchar y vencer un proceso traumático en su vida. Muchos problemas de salud
mental tiene un origen emocional, las emociones incomprendidas y reprimidas nos
dañan el cuerpo y la mente.

Las emociones siempre se “educan”, la diferencia es que pueden educarse por sí solas,
para bien o para mal, o bien puedes incidir conscientemente en ellas, ayudándonos a
comprender, transformar y regular nuestras emociones. Nosotros debemos reconocer
nuestras propias emociones y las de los demás y además poder gestionarlas
adecuadamente.
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Además tienen una función muy importante que es una herramienta para nuestra
adaptación, las emociones tienen también una función social, motivacional y pueden
servirnos para conseguir nuestros objetivos. Cada una de ellas tiene una función
concreta para permitir la adaptación al entorno (. Por ejemplo, el miedo sirve para
alejarnos de situaciones que pueden resultar peligrosas, mientras que la sorpresa sirve
para predisponernos a explorar el entorno.

Nosotros los seres humanos desarrollamos las emociones negativas tanto las emociones
positivas en las cuales las emociones positivas nos ayudan a fomentar la participación
activa en la consecución de objetivos y con el entorno de las personas y dentro de estos
atribuimos a la confianza, optimismo, auto- eficacia, afrontamiento efectivo del estrés y
los retos, etc.

Según la teoría de Fredickson (1998, 2001), las emociones positivas como la alegría, la
satisfacción o el orgullo, comparten la característica de ampliar los repertorios de
pensamiento y acción, construyendo reservas de recursos para futuras crisis.
Experimentar emociones positivas, además de generar un efecto placentero a corto
plazo, tiene un efecto a largo plazo, en cuanto prepara a la persona para otros momentos
más difíciles de la vida. De esta manera, mientras las emociones negativas permiten
solucionar problemas de adaptación inmediata, las emociones positivas se relacionan
con el desarrollo personal y social, reforzando la resistencia ante la adversidad y la
resiliencia psicológica.

Por un lado, las emociones negativas pueden conducir a un estilo de pensamiento


pesimista y redundante, hasta introducir a la persona en una espiral de síntomas ansiosos
y depresivos. Esta espiral pesimista se basa en un sesgo relacionado con el
estrechamiento del campo atencional que conduce a la persona a centrarse únicamente
en “ver el vaso medio vacío”. Por otro lado, las emociones positivas pueden conducir a
un pensamiento más abierto y flexible, basado en un campo atencional más amplio, De
esta manera facilitan el afrontamiento del estrés, de la adversidad y aumentan el nivel de
bienestar tanto en el momento presente como en el futuro.

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